Capítulo 1: Cambios

Un día normal, antes de que iniciarán las clases en la secundaria 118, todos estaban por cursar ahora el 7mo grado de primaria, o en pocas palabras, conocido comúnmente, 1er año de secundaria. Todos alrededor de 13 años exactamente, y aquí es cuando las vísperas de cambio comienzan a suceder en el cuerpo de ambos sexos. Los hombres tienen más graves la voz, otros son más altos, mientras que las mujeres comienzan a estirarse y a tener más vanidad consigo, ¿qué otras cosas malas podrían ocurrir, cuando las más populares de la escuela, comienzan a tener otro tipo de amistades? qué tan malo sería?

Helga G. Pataki había dejado su mal humor desde que iniciaron las clases, recordando que tal vez de esa forma, el chico de cabellos dorados, se fijara por lo menos una vez en ella. Y qué forma que haciéndose notar un poco más dulce. También acordándose un poco de Lila, esa chica pelirroja que siempre había cautivado el corazón de su amado desde hace ya tiempo.

¿De qué forma, podría impresionar a todos? Tuvo la excelente idea primero de quitarse el ridículo moño rosa y esas coletas a los lados que siempre había tenido, había quitado el primer día de vacaciones la uniceja por 2 más definidas, se dejó su cabellera suelta y la había planchado por primera vez. Poniéndose también un conjunto de un pantalón blanco con una blusa celeste. Muy infantil por cierto, el pantalón recto y a la cintura, y la blusa de manga corta. Sandalias blancas. Y el cabello lo había recogido en una alta coleta y se miró al espejo. No, para nada iría a impresionar ése tipo de cosas.

Empezó nuevamente por cambiarse el pantalón, para llevarse otro de color negro, pero de todas las veces que cambiaba no le gustaba la idea...su hermana mayor se apareció en la puerta y observaba como su hermana menor aventaba las cosas ya sea por doquier, o las tiraba a la basura.

Toma, te faltó un calcetín.- dijo Olga mostrando una calceta de un intenso color mostaza con ositos cafés, Helga se le acercó corriendo y lo depositó a la basura, chasqueando la lengua fuertemente y sentándose en la cama con respiración cortada y mirada furiosa.

Necesito ropa nueva.- dijo Helga

¿Por qué no vas con mi mamá a comprar un poco de ropa nueva?- preguntó Olga

Esa es buena idea hermana, pero incluso para salir tengo que elegir algo bueno.- dijo Helga

No te apures, ponte hoy algo que siempre te has puesto, después de que te compres ropa nueva, la tiras y listo.- dijo Olga.

¡Olvídalo! ¿qué pasaría si alguien me ve?- dijo Helga algo preocupada.

Ay, Helga, haz lo que quieras. Iré a decirle a mamá que necesitas ropa nueva.- dijo Olga retirándose de la habitación y Helga se colocó un pantalón pesquero, de color negro con una blusa algo vieja, pero en buen estado de color rosa.

Rosa, odio el rosa.- dijo para sí la rubia y se puso unas sandalias negras y había salido de su habitación para irse a la cocina.

Su mamá estaba preparando el desayuno, unos wafles con miel, y le sirvió 2 a cada quién, mientras ponía otros 2 en la tostadora. Se sentó un tanto contenta, por Helga que se había decidido a cambiar de ropa.

Después de desayunar vamos ¿sí?-

Sí mamá, cuanto antes mejor la verdad.- mencionó Helga partiendo un pedazo de pan y se lo comía

Bueno, pasemos el tiempo...nosotras sabemos perfectamente, que cuando llegamos a ésta edad, ideas se nos vienen a la cabeza, sobretodo, el cómo piensen cuando sientes que no vas bien vestida y las demás sí van y mucho mejor que tú. En este caso, Helga había sufrido un tanto en 5to y 6to de primaria...se sentía ridícula con su vestido rosa, sus coletas y su moño rosa, sentía que pronto iba a ser la gracia de todos, al principio no tomó tanta importancia, pero después comenzó a sentir una llamada de auxilio a su ser, y no iba a permitir que el día de mañana alguien intente hacerle daño. Un poco de su antes actitud se había calmado, más sincera, más amigable, pero no iba a permitir que lo de antes muriera. En la vida (para ella) se necesita siempre: un buen chiste, una buena mentira, buena ropa, y buenas amistades.

Habían arrasado con la ropa en un camión donde vendían ropa de segunda, pero igual antes mencionado, era en perfecto estado, como era ropa muy barata, habían decidido llevarse muchas cosas, y bolsas en las manos. Tanto como para llegar a su cuarto y tirar todo lo que contenía su clóset con ropa vieja y aniñada. Helga había dejado los zapatos, esos siempre le habían gustado y tenía ahora, nuevos, quería una colección para decidir siempre eso. Poco a poco, se sintió satisfecha de sí misma.

Helga, te hablan por teléfono.- se escuchó la voz de su madre, a la vez que Helga estaba por colgar una blusa blanca con mangas de color vino.

Helga.- fue lo que dijo ella cuando levantó el teléfono y por el otro lado se colgó.

Helga, soy Phoebee, ¿cómo estás?- preguntó la voz de su mejor amiga.

Bien, y por lo visto tú también estás bien ¿no?-

Sí, estuve comprando ropa nueva el día de hoy.- dijo Phoebee un tanto impaciente por lo que tenía que decir.

¿Enserio? Yo también fui a comprar ropa, la otra la tiré a la basura.- dijo Helga acostándose boca arriba en su cama que las fundas ahora estaban de blanco con rajas negras.

La ropa vieja yo la quemé, necesitaba espacio así que, mi mamá me dio el permiso de tirarla.- dijo Phoebee.

Tirarla, pero no quemarla.- mencionó Helga un tanto con sarcasmo.

Ella piensa que la tiré por supuesto.- dijo Phoebee, con un hilo de voz en forma de venganza hacia la ropa vieja.

Bueno, será mejor que termine de arreglar esto, por cierto, ¿cómo irás mañana?- preguntó Helga.

Aún no lo sé, no me decido.- dijo su mejor amiga que por el otro lado del teléfono, veía a las bolsas que se había comprado y arqueaba los ojos.

Igual yo...pienso que deberíamos de dar una buena impresión el primer día, ya se me ocurrirá algo, pero yo digo que es mejor ir en un estilo Avril Lavigne y no Britney Spears como lo ha hecho Lila el año pasado y los chicos no dejaban de mirarla.- dijo Helga con un tono de voz como si Lila fuera la maravilla del mundo (en pocas palabras, sarcasmo)

Sí, tienes razón en eso, no podía soportar incluso la manera en cómo empezaba a hablar, incluso Ronda (o Rhonda) me dijo que eso era simplemente para llamar la atención.-

Me extraña que Ronda diga algo así, como a ella le gusta esto de la moda...- en tono lástima, Helga se puso se costado en su cama con el teléfono cambiándolo a la otra oreja.

Sí, bueno, me tengo que ir. Nos vemos mañana.-

Ambas colgaron al mismo tiempo cuando Helga se levantó y terminaba de arreglar su armario. Bien todo en perfecto orden, la ropa la había separado por lugares, la ropa un tanto dark a la esquina, seguido por la ropa cómoda, después la onda punk, y luego las restantes (de colores pasteles y oscuros) en la otra esquina. Había comprado artículos para el cabello, aretes, pulseras de todo tipo, tenis Converse de distintos colores, en fin, todo a su gusto. Solo faltaba que el día siguiente llegara. Y eso no fue mucho, por que en un abrir y cerrar de ojos, ya eran las 5:30 AM, Helga se levantó y tomó una ducha en 15 minutos. Se había puesto una falda airosa y colegiala de color negro en donde los dobleces de la falda, al extremo de ésta, eran de cuadros de un rosa con blanco y negro muy moderna, unos zapatos bajos pero modernos, tenían plataforma deportiva pero cierre muñequita. Una blusa negra de tirantes delgados. Y la cabellera la había dejado en su alta coleta, decorado con una agujeta de un tenis negro. Se había pintado un poco, sin exagerar. Y por último una cadena pasaba a un lado de su cadera, ajustándose también a la falda.

Su madre que había estado preparando el desayuno en la cocina, se viró y cuando vio a su hija, dejó caer un poco sus lentes y después de dejar la bandeja en la mesa se acomodó para ver más de cerca de su hija que se había puesto en una pose muy sexy, con las manos en la cadera y mirada profunda.

¿Me veo bien?-

Sí Helga, te ves muy bien.- dijo Olga que había llegado por la misma puerta, empujándola un poco para pasar pero con una sonrisa sincera se había dibujado en su rostro.

"a veces me da miedo cuando sonríe de esa manera".- pensó Helga sentándose en la mesa y su mamá le entregó un plato con un huevo estrellado y un par de tocinos y un vaso lleno de jugo de naranja.

¿Nerviosa por el primer día de clases?- mencionó su hermana dando un bostezo.

No estoy nerviosa, estoy ansiosa por llegar.- dijo Helga mirándose nuevamente, y terminó su plato comiendo sólo la mitad del huevo, del jugo, pero sí se comió los dos trozos de tocino.

Será mejor que me vaya, o si no se me hará tarde para ir a ver a Phoebee.- dijo Helga cuando fue a su habitación, se encontró a su padre lavándose los dientes y ésta tenía un tanto apuro.

Hola Helga.- saludó su padre cuando terminó.

Hola papá, perdona, pero tengo un poco de prisa.- dijo Helga.

¿Quieres que te deje en la escuela?- preguntó Bob.

Gracias, pero quedé con Phoebee en la parada del autobús, y son las....¿qué? ¡¡¡6:10!!! Tengo 10 minutos para llegar.- dijo Helga, lavándose los dientes, fue a su cuarto, echándose perfume, se miró una vez más en el espejo, tomó una libreta y una pluma, dinero, la llave de la casa y fue a la entrada.

ADIOS, YA ME VOY, NOS VEMOS DESPUÉS.- gritó Helga desde las escaleras, abrió la puerta tomó una patineta y cerró.

Echó a correr un poco, y la respiración entre cortada comenzó a presenciarse en ella, aventó la patineta un poco y se montó en ella, yendo a toda prisa a la parada del autobús. Phoebee se encontraba ahí, con una falda también a excepción de que ésta era azul marino, un estilo un tanto más formal, zapatos parecidos a los de Helga, pero no era del mismo cierre, con una blusa de color negra y manga muy corta. Viró después de 5 minutos a ambos lados y observó a su amiga en la patineta que llegaba a toda prisa, cuando llegó, se sentó y tomó aire mientras que su ritmo cardíaco volvía a la normalidad.

Helga, llevaste.- dijo Phoebee sorprendida al ver a su mejor amiga.

¡Claro!, lo siento, se me hizo tarde en lo que estaba desayunando.- dijo Helga

No te apures, ¿desde cuando aprendiste a estar en patineta?- preguntó Phoebee.

No me acuerdo, perdí la cuenta, pero en las vacaciones aprendí.- dijo Helga

Ahí viene el autobús.- dijo Phoebee cuando el camión escolar se acercaba poco a poco, hicieron la parada y el vehículo se detuvo.

Subió primero Phoebee y enseñó su pase, después subió Helga, que al subir se enteró de que varios de la escuela estaban ahí mismo. Muchos de ellos mostraban parte de admiración hacia Helga, y ésta se sintió halagada, pero no tanto como para dejarse ilusionar por unos tontos. Es lo que pensaba cuando Phoebee le dijo que había encontrado un lugar junto a ella. Ronda y Nadine se habían quedado un tanto con la boca abierta cuando Helga les pasó por su lado, haciendo notar un aire de popularidad másarriba que la de Ronda.

Helga buscó con la mirada a Arnold, pero no se encontraba en el autobús y supuso que el muchacho debería de estar en la escuela, un suspiro largo se presentó en ella.

"una preocupación menos".- pensó Helga cuando Phoebee le platicaba cómo le habían ido sus vacaciones en Kentucky.

Llegaron a la escuela, y todos bajaron, murmurando y dando sus opiniones de la escuela, muchos daban murmuros de aprobación y desaprobación de ir nuevamente a la escuela, pero Helga estaba impaciente por ver a Arnold. ¿Cómo sería después de un tiempo? ¿Habría cambiado? La respuesta se le vino cuando lo vio de lejos, con su mejor amigo Gerald. Vaya, ambos habían cambiado, más altos que ellas por supuesto, y Arnold había cambiado su cabellera, por que ahora la colocaba hacia atrás, su misma gorra de siempre, pero la ropa, era notoria, pantalones aguados de color azul, con una camisa de botones de color blanca, y Gerald había cortado su cabello, también su estilo había cambiado por tomar pantalones aguados de color negro y una camisa normal de color rojo.

Al momento de ir pasando por la escuela, Helga se percató de que le daban vista a una chica pelirroja con una minifalda de color blanca con una blusa muy pero muy formal de color rojo. Cuando pasaba las miradas de los chicos era impresionante, claro, nada menos que Lila estaba presente en la secundaria. Arnold y Gerald se encontraron con Harold (que al estirarse, se volvió más delgado) con Zid y Stinky, un habitual saludo entre chicos, que se habían ido al patio.

Platicaban mientras que la chica pelirroja daba un paseo platicando con Ronda y Nadine, y se sentaron en los columpios mientras que la pelirroja daba una miradita a Arnold y le guiñaba un ojo.

¿No han notado últimamente a Lila más segura de sí misma?- preguntó Zid al ver lo que Lila le hizo a Arnold

Sí lo había notado yo, hace tiempo, bueno, en realidad es como que las chicas han cambiado demasiado.- dijo Gerald.

Hablando de cambios, ¿han visto a Helga?- preguntó Stinky a los demás.

No.- mencionó Arnold volviendo su mirada a la de Stinky

Yo la vi en la mañana, sin embargo no creo que sea ella...- dijo Harold pensativo

¿Qué tiene Helga o qué?- preguntó Zid incrédulo.

La respuesta a la pregunta de Zid, de Arnold y Gerald se les vino a la mente, al notar que Phoebee entraba también al patio, acompañada de Helga, ambas estaban acompañadas por otra chica rubia de nombre Gloria (ustedes saben quien) que traía puesta una falda de mezclilla azul marino, con una chamarra también azul, y una blusa debajo de color verde, y unas botas negras que la hacían diferenciar mucho de los demás gustos. Su cabello lo traía suelto y planchado, pero eso no era lo de menos, la vista y la atracción se vino de la chica de en medio: Helga, que por primera vez se había dicho sí al cambio y ¡vaya que qué cambio!

Ésa ¿es Helga?- señaló Zid con la boca abierta

Sí, es Helga.- respondió Stinky

Nunca creí que se pusiera de ese estilo, le queda.- mencionó Gerald sorprendido dentro de él, pero por fuera tuvo que disimular lo mucho que le agradaba la nueva Helga.

Sí...bueno, después de todo, ya se había tardado ¿no creen?- preguntó Arnold mientras los demás soltaron una carcajada. Fue entonces cuando la voz de Helga se escuchó.

Hey! ¿se pueden quitar de la puerta?- dijo Helga cruzando los brazos y levantando una ceja.

Sí, está bien.- dijo Harold cambiando de lugar y Helga entró a la puerta para dirigirse a la oficina principal seguida de Gloria

¡¡¡HELGA NO!!! LILA ESTABA JUGANDO.- dijo Gloria

¿Qué les pasa?- dijo Zid.

Lo que pasa es que Lila dijo algo, personal de Helga, y pues intenta ir con el director para decirle una que otra cosa de Lila que ha hecho últimamente.- dijo Phoebee.

¿Personal? ¿qué tan personal?- preguntó Arnold.

No lo puedo decir Arnold, bien, gusto en verlos chicos, pero iré a ver si puedo detener a la Helga.- dijo Phoebee caminando y perdiéndose de vista.

¿Qué mosca les picó?- preguntó Gerald.

Ni idea. Bien, vámonos.- dijo Arnold y los demás le siguieron el paso.

FIN DEL PRIMER CAPÍTULO.