Hola! Bueno, aquí me encuentro escribiendo de nuevo. Sé que todavía no termino con mi otro fic, pero no lo pienso dejar incompleto =) (además no tiene muchos seguidores =S, pero aún así continuaré con él). Este fic, va dedicado a mi primer reviewer… A NeKo-Jeanne en agradecimiento a lo mucho que animó, y también porque al ser una gran escritora, con sus maravillosos fics me ha hecho querer escribir uno así.

NeKo-Jeanne … este fic es especialmente para ti!!!!. ¡Gracias por todo!

Epílogo: Básicamente, empieza igual que mi otro fic (es parecido, en realidad), solo que la trama en este va a cambiar, está basado un poco más en sentimientos tiernos al igual que los personajes. Todavía no sé si ponerle a algún villano o algo así, o de lo largo que será, eso lo veré dependiendo de los reviews y de lo que ocurra, mientras la historia girará en torno a Rei y Kai, dándonos a ver si es que pueden ser más que amigos… Rei es un estudiante transferido desde China a un instituto en Japón, instituto en el cual se encuentra el frío Kai Hiwatari. Algo es diferente cuando los dos se conocen... ¿qué es lo que puede pasar entre ellos?

Disclaimer: No me pertenecen Beyblade ni ninguno de sus personajes, simplemente me gusta escribir sobre 2 ellos =)

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Capítulo 1: 'Una nueva vida'

'Mi nombre es Rei Kon, tengo 14 años de edad. Estudiaba en una escuela que se encuentra en China llamada Seiko que significa Fuerza y Verdad . Claro, eso fue hasta hace poco, ahora tengo que cursar el año en un instituto llamado Sheffield . Mis padres fueron los que tomaron esa decisión. Aún no sé por qué, pero supongo que es por mi propio bien. Así es como me tuve que despedir y separar de mis amigos y familia que están en Hon-Kong, fue algo triste, pero estar separados no significa que dejemos de ser amigos, ¿verdad? En estos momentos, según parece, y según alcanzo a ver, ya estoy llegando al instituto Sheffield. No puedo negar que me siento algo nervioso, me pregunto… ¿cómo me irá en esta escuela?'

Unos ojos color miel se asomaban por la ventanilla del avión, curioseando lo que había detrás de ella. Este era un lugar nuevo para él, nunca antes lo había visto o visitado, pero ahora parecía que sería donde viviría por un laaargo tiempo. Sus ojos ambarinos vislumbraron una gran área cubierta de pasto, la ciudad quedaba al sur, desde ahí nada más parecía un insignificante punto, y en medio de toda el área libre, se extendía un gran edificio color amarillo pálido, más grande que ninguno que hubiera visto antes, y a la vez de grande, era magnífico, con balcones muy bien detallados y ventanas que reflejaban la luz del sol, haciendo ver al edificio como algo brillante y contrastante entre todo lo verde.

Lentamente escuchó y sintió como el avión iba descendiendo, produciendo esa extraña y graciosa sensación en el estómago, aunque en realidad Rei no la notaba mucho, ya que estaba ligeramente nervioso y emocionado por lo que pasaría con él. Sintió como las llantas del avión tocaban suavemente el piso, y se deslizaban rápidamente sobre él, con mucha sutileza y delicadeza. Aquella sensación en su estómago se fue incrementando rápidamente conforme el avión avanzaba. Ya estaba aquí, pronto comenzaría su nueva vida…

El avión se detuvo, y el símbolo de que se podían desabrochar los cinturones se encendió con una lucecita amarilla y brillante. Rei se desabrochó el cinturón, y salió de su asiento. Vio a su alrededor, los asientos estaban vacíos, siendo él el único pasajero abordo, a parte de las sobrecargos y del piloto y copiloto.

Una sobrecargo de cabello negro asomó su cabeza entre las cortinas que separaban al piloto de los demás, y al ver a Rei, le sonrió gentilmente, indicándole con una mano que se acercara hacia ella. Rei así lo hizo, y cuando llegó con la sobrecargo, vio la puerta abierta del avión y despidiéndose con una mirada de la sobrecargo que tan servicialmente le había atendido en todo el vuelo, comenzó a bajar los escalones del avión.

Al salir, la luz del sol le dejó unos instantes ciego, pero después su vista se fue acostumbrando a ella, mientras que ahora los rayos nada más hacían brillar sus ojos, como si fueran dos soles resplandecientes. Cuando terminó de bajar las escaleras, vio un poco más adelante un autobús azul. Según le habían dicho, debía tomar ese autobús, que lo llevaría hacia las puertas del colegio.

Sintiendo un poco más de aquella sensación en el estómago, se acercó al autobús. Las puertas se abrieron, revelando así a un hombre de avanzada edad, que le sonrió.

"Buenos días, pasa, en uno o dos minutos llegaremos a las puertas del colegio."

Rei asintió, y pasó, tomando un asiento cercano a la puerta, viendo por la ventana como el edificio se hacía más y más grande. Después de un minuto, ya habían llegado. Rei le dio las gracias al señor, y bajó.

Su aliento se capturó en su garganta. Aquí estaba, enfrente de esas magníficas y poderosas puertas, de barrotes pero cubiertas con un color muy parecido al oro, con pequeñas figuras talladas en la parte de abajo. Dos oficiales se encontraban detrás de ellas, y también se podía ver un hermoso jardín con flores de muchos tipos y colores, y con una fuente de un ángel en el centro. Los oficiales miraron a Rei, y comprendieron que aquel era el chico nuevo del que les habían informado. Abriendo las puertas, dejaron pasar a Rei.

Cuando el chico entró, sus ojos no paraban de mirar de un lado a otro, boquiabierto, no había palabras para describir aquel hermoso jardín. Hubiera podido haberse quedado así durante mucho más tiempo, solo contemplando, pero sabía que debía encontrar a la chica que le habían dicho estaría dentro de la escuela y que le explicaría un poco más sobre lo que debía hacer. Primero tenía que llegar al final del primer corredor, ya después vería que es lo que la chica le decía.

Entró y en unos instantes se encontró en el corredor, aunque a decir verdad era bastante largo, y un poco lleno de gente. Había varias puertas en él, y además se abrían pasos hacia otros corredores, donde Rei supuso que se encontraban los salones. Comenzó a caminar, viendo como todas las miradas de los demás chicos y chicas se posaban sobre él, deteniendo sus pláticas para poder verlo mejor. A veces llegaba a captar ciertos comentarios como '¿ya vieron a ese chico tan lindo?' o 'Me pregunto si tendrá novia…' Esto hacía que Rei se sonrojara, y lo único que podía hacer era mirar hacia el piso, tratando de evitar las miradas de los demás.

Apresuró el paso para así llegar más rápido hasta que, de repente, sintió como chocaba contra algo, o mejor dicho alguien. Sintió como la otra persona caía hacia atrás, y perdiendo el balance, el cayó con aquella persona, soltando un ligero grito, todo en un parpadear de ojos. Para su fortuna, aterrizó en algo suave…

La otra persona soltó un pequeño gruñido que hizo que Rei temblara ligeramente, preguntándose por qué tenía que haber sido tan descuidado, mientras se recuperaba del impacto.

Aquella persona también se estaba recuperando, preguntándose quién había sido el o la que había chocado con él, pensando en gritarle unas cuantas cosas, y al mismo tiempo preguntándose sobre la ligereza de aquel chico o chica. Podía ver que el cabello de la otra persona era negro, ya que su mentón estaba sobre su cabeza, y también notó que era muy suave, mucho más suave que la seda. Quien hubiera sido el descuidado, ahora estaba encima de él, aunque para su gran sorpresa, no era del todo incómodo. A decir verdad, le llegaba cierto aroma que lo relajaba, y sentía algo muy extraño recorrer cada centímetro de su ser. Aún así, nadie debía atreverse a chocar contra él, por lo que decidió que aquella persona no se iba a librar de las cosas que tenía que decirle.

Finalmente Rei se dio cuenta de que estaba encima de la persona contra la que había chocado, y rápidamente se levantó, para así ayudar a la persona, quien curiosamente no quiso que lo ayudara. La vio ligeramente, y se dio cuenta de que era un chico, con cabello azul claro enfrente y azul obscuro en la parte de atrás, de tez pálida, y dos triángulos en cada mejilla. Sus ojos no los podía ver, ya que los mantenía cerrados por el fuerte golpe al mismo tiempo de que con una mano sobaba la parte de atrás de su cabeza, aún gruñendo ligeramente.

Fue cuando el otro chico de repente abrió sus ojos, mostrando unos sorprendentes ojos carmín que hicieron contacto con los ojos dorados del otro chico. Algo chocó y se encontró entre los dos, así permanecieron durante unos instantes, consumidos en la belleza de los ojos del otro. Parecía como si el oro se estuviera fundiendo con el rojo, para así formar uno solo. Fue entonces cuando el chico de cabello azul rompió el contacto, volteando hacia otro lado y evitando la mirada de Rei, a quien le apareció un ligero tono rosa en las mejillas al recordar lo sucedido.

"Yo... yo… perdón… no quise chocar contra ti" fue lo que suavemente dijo.

Algo pareció despertar en el interior del chico de cabello azul, y por alguna extraña razón, encontró que no tenía deseos de gritarle a aquel ángel.

'¿Ángel?' el chico se sorprendió por lo que acababa de pensar '¿En qué rayos estoy pensando?' y agitó su cabeza, como si así fuera a deshacerse de aquel pensamiento. "Pierde cuidado" Murmuró, no en la forma fría que solía tener con los demás, algo hizo que su voz no saliera con el tono que él había querido. Se levantó sin prestar mucha atención, y comenzó a caminar hacia su salón.

Rei se quedó observando a aquel chico mientras caminaba, era extraño eso que había sentido, algo diferente a lo que había sentido antes. Luego lo perdió de vista y solo pudo dar un pequeño suspiro de alivio, al menos aquel chico no lo había hecho sentirse mal en su primer día de escuela. En eso estaba pensando, ahí parado en el pasillo, cuando escuchó una vocecita atrás de él.

"Hola, tú debes ser Rei, ¿no es así?"

Rei volteó hacia donde había escuchado la voz, para encontrar a una chica aproximadamente de su edad, con cabello naranja y corto, dos gallitos salían de él, unos ojos azules pertenecientes a la chica, cubiertos por unos grandes lentes. Rei solo sonrió, y asintió.

"Mi nombre es Emily, me mandaron para recibirte y para explicarte las reglas y asuntos del colegio, aunque supongo que ya habrás leído todo eso. También te diré cual es tu habitación y asuntos sobre las clases y materias." Sus ojos azules dejaron de mirar los dorados de Rei y se agachó a ver su reloj. "Parece que no tenemos mucho tiempo, la siguiente clase ya está a punto de empezar, y quieren que te presentes en ella. Bien, entonces te explicaré rápidamente, luego yo entraré a clases, y la maestra te explicará lo demás" Le sonrió. "Sígueme"

La chica comenzó a caminar y Rei la siguió. Llevaban paso rápido, pero sin correr. Rei escuchaba atento lo que Emily le decía, de vez en cuando haciendo comentarios o formulando algunas preguntas. El nerviosismo de Rei se fue apagando lentamente con cada paso que daba al encontrar que al menos aquella chica era amistosa.

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El salón era un caos total, había basura por todos lados, y los alumnos no hacían nada por solucionarlo, sino que al contrario, se la pasaban aventándose bolitas o avioncitos de papel, otros cortaban con las tijeras alguna creación que hubieran hecho en su cuaderno y dejaban los restos en el piso. Algunos chicos platicaban alegre y ruidosamente, otros coqueteaban con las chicas, otros alumnos preferían comer, y otros escuchar música… en fin, todos estaban en un completo relajo… todos excepto una figura que se encontraba en su pupitre sentado silenciosamente y con los ojos cerrados en la orilla de atrás del salón. Estaba molesto, o al menos tenía rostro de estar molesto, sus mechones azules caían sobre sus ojos, y dos triángulos de un azul más obscuro cubrían cada una de sus mejillas, sus brazos los mantenía cruzados, y todo en conjunto le daba un aura de cierto peligro, soledad, de ser intocable y de superioridad. 

Kai Hiwatari era el tipo de personas que prefería no tener amigos, no los necesitaba, ni le interesaba tenerlos. Esa era su forma de ser, fría y sin emociones. Su niñez había sido muy dura, después de la muerte de sus padres cuando era todavía muy pequeño, tuvo que quedarse con su abuelo, Voltaire Hiwatari, quien no le brindó ni amor ni cariño, nada más que heridas y duras lecciones que lo penetrarían profundamente. Sin darse cuenta, Kai fue creando una barrera alrededor de su persona, una barrera para que nadie lo pudiera lastimar, una barrera para mantener la distancia de los demás, una barrera para alejarse del mundo. No era algo que le molestara, o importara, de todas formas, nunca había sentido aquel sentimiento de ser querido o ser amado, así que entonces, ¿cómo iba a extrañar algo que nunca había conocido?

Claro, era un chico muy popular, quizá el más popular de todo el instituto, pero no solo por el hecho de ser intocable, sino también por su cabello de un color poco natural, por aquella tez pálida que hacía contrastar aquellos hermosos ojos carmín, por su gran cuerpo y por su voz, todo lo que hacen que fuera un chico muy bien parecido que atraía a miles de fanáticas de todo el instituto. Todas trataban de 'derretirlo' como si fuera alguna especie de glaciar, pero lógicamente, ninguna había tenido suerte. 'Patéticas' eso era lo que pensaba de ellas. Kai simplemente era inalcanzable.

No solo Kai era popular, sino que extremadamente inteligente. No tenía necesidad de estudiar, siempre sacaba las más altas y destacadas calificaciones, y además era el mejor en deportes, pero tampoco eso era algo que le importara, en realidad, no tenía algo valioso, pero igual, le daba lo mismo.

Fue entonces que se abrió la puerta, y su maestra entró al salón. Una chica un poco joven, como de veintidós años, cabello corto y castaño, tez pálida y ojos azules. Rápidamente lo alumnos fueron hacia sus lugares, algunos todavía tirándose bolitas de papel o hablando. Kai ni siquiera abrió los ojos, ya sabía cuando llegaba la maestra porque el ruido se calmaba ligeramente.

"Buenos días, chicos" les dijo

"Buenos días, señorita Lucía" fue lo que dijo el coro de alumnos en un mismo tono.

La maestra les sonrió y luego dirigió su mirada a todos "Hoy quiero presentarles a un chico nuevo, pasará el resto del año con nosotros, vino desde China hasta este instituto, así que espero que le den una cálida bienvenida y lo hagan sentir como en casa."

Ligeros murmullos se extendieron por el salón, todos hablando de este nuevo chico. Una chica de cabello rosa murmuraba con su compañera de alado "Espero que sea atractivo." A Kai eso no le interesaba, el que viniera un alumno más a esta escuela no iba a cambiar absolutamente nada, no veía por qué todos se alborotaban por algo así.

Los ojos de la maestra se dirigieron a la puerta, y con una sonrisa en su rostro, le habló a quien fuera que estuviera allá afuera. "Pasa por favor" La clase se quedó en silencio, esperando con ansias poder ver a aquel alumno nuevo.

Los pasos se comenzaron a escuchar, y Kai simplemente escuchó el gritito de sorpresa de varias chicas y el respirar agitado de casi todos. ¿Qué era tan sorprendente sobre ese chico para haber capturado de esa forma su atención? Kai decidió entonces ver por que era tal agitación, y al abrir sus ojos, hizo contacto nuevamente con unos ojos color dorados. Los dueños perdiéndose en las profundidades de la mirada del otro.

Rei simplemente pudo quedarse observando las órbitas rojas del otro chico, eran frías y vacías, aún teniendo el color del calor. No podía leer nada sobre esa persona por medio de sus ojos, era como si estuviera protegido por algo, algo que no lo dejaba ver más adentro de su ser.

"Él es Rei Kon" el momento entre Kai y Rei fue interrumpido, y los dos salieron de su trance, Rei volteando a ver a la maestra y captando lo que ella había dicho.

Cuando las palabras entraron a su mente, comprendió y respondió "Mucho gusto" haciendo una ligera reverencia.

"¡Oh!, ¡es tan atractivo y educado!" escuchó Kai que susurraba la chica de cabello rosa, sin darse cuenta mandando hacia ella una mirada mortal, pero gracias a que la chica estaba tan atenta a Rei, no se dio cuenta de esto.

"Bien, Rei, creo que es hora de asignarte tu lugar" dijo la maestra mirando a sus alumnos. Viendo una mano levantada, levantó las cejas "¿Sí, señorita Mariah?"

La chica de cabello rosa habló "Maestra, ¿no cree que sería bueno que conociéramos un poco más de Rei?" varios asintieron, y dijeron estar de acuerdo con Mariah.

La maestra se quedó un poco pensativa, pero después les dirigió una pequeña sonrisa "Tienes razón, bien, pueden hacerle preguntas, recuerden levantar la mano." Varias personas levantaron la mano, solo había dos o tres, incluido Kai, que no lo hicieron. "¿Sí, Max?"

Un chico de cabello rubio preguntó alegremente "¿Cuántos años tienes?"

Rei le sonrió al chico "Catorce años y medio" Varios murmullos alegres y entusiastas pudieron ser escuchados nuevamente.

Lo de levantar la mano quedó olvidado, y ahora los chicos preguntaban en cuanto terminaba alguien más. "¿Cuál era el nombre de tu antigua escuela?"

"Seiko, significa Fuerza y Verdad"

"¿Es cierto que en China hay dragones voladores?" preguntó un niño que parecía ser el menor de la clase, con cabello café cubriéndole los ojos y unos gigantescos anteojos.

"Nop" respondió Rei, un poco divertido por la pregunta.

"Interesante…" murmuró el pequeño niño, y rápidamente sacó un lápiz y papel para anotar su nuevo conocimiento.

"¿Tienes novia?" preguntó Mariah, haciendo que todos pusieran interés.

Rei se sonrojó ante esta pregunta, mirando hacia el piso. No había esperado que le preguntaran eso. "No, no tengo" Mariah sonrió abiertamente ante esto.

"¿Y novio?" preguntó otro chico de cabello rubio y bastante alto.

Rei se sonrojó aún más ante esto. "Tampoco." Varios murmullos se escucharon por todo el salón, unos alegres de lo recién descubierto, y otros preguntándose la razón.

La maestra decidió intervenir, antes de que Rei pudiera sentirse más incómodo con las preguntas de los demás. Justo cuando alguien más iba a preguntarle algo, la maestra interrumpió "Creo que ya es suficiente de preguntas, chicos. Rei, ya tengo un lugar para ti" le sonrió, y Rei la miró con ojos agradecidos. Todas las miradas nuevamente atentas para ver a donde pondrían a este chico proveniente de China. "Siéntate en la silla que se encuentra atrás de Tyson, seguramente se llevarán muy bien."

Varias voces descontentas pudieron ser oídas cuando la maestra dijo el lugar de Rei, quien solo avanzó hacia su lugar para ser recibido por un alegre chico de cabello azul obscuro, que le daba no solo una sonrisa amistosa, sino también muy cálida.

"Hey, Rei" lo saludó.

"Hey, Tyson" le sonrió Rei, sentándose en su lugar, mientras la maestra trataba de volver a poner la atención sobre ella, aunque ciertamente eso era algo difícil, ya que todos seguían mirando a Rei, incluso un par de ojos carmesí, que después volvieron a cerrarse para estar igual que antes de que llegara el chico chino.

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"201… 201… 201… ¿dónde está el 201?"

El cabello negro de Rei volaba ligeramente con cada paso que él daba, mientras recorría cada corredor que veía. Las clases de la mañana no habían sido tan pesadas, casi en todas ellas Rei se la había pasado presentándose con cada uno de los profesores, y a decir verdad no habían tenido nada de teoría o ejercicios, al parecer todos estaban bastante interesados en conocer a Rei mejor, y no les prestaban atención a los profesores, por lo que ellos mejor se rendían y preferían dar la clase libre. Aunque casi toda la mañana estuvo llena de preguntas y conversaciones, Rei se alegraba, al menos ya había conocido un poco a los demás, ya se sabía el nombre de todos. Rei sonrió ligeramente, aquella mañana no había sido mala como el había supuesto en un cincuenta por ciento días atrás. Ahora el problema era, que no encontraba su habitación.

"¡201!" Rei miró nuevamente los números tallados en la puerta para cerciorarse de que no se equivocaba. Al ver que no lo había hecho, dio un pequeño suspiro "Finalmente" y colocándose sobre la puerta, se dispuso a tocar. Justo cuando lo iba a hacer, la puerta se abrió y un chico sin darse cuenta de que Rei estaba frente a la puerta caminó rápidamente tratando de pasarla, ocasionando que los dos chocaran, la maleta de Rei no se interpuso en la caída. Esta vez, el extraño cayendo encima de Rei, pero extendiendo sus manos justo a tiempo para evitar aplastarlo.

El extraño gruñó, quien quiera que hubiera estado detrás de su puerta cuando él iba a salir, tenía suerte de que él hubiera decidido poner sus manos, debía estarle agradecido… fue entonces que percibió cierto aroma.

Rei reconoció aquel gruñido, alegre de que el chico no le hubiera dejado caer totalmente todo su peso, aunque sus cuerpos permanecían juntos.

"¿Kai?" vino la suave voz de Rei.

Kai abrió los ojos, quedando cara a cara con Rei. Sus respiraciones se capturaron en sus pechos, y nuevamente, aquella extraña sensación volvió a sus cuerpos como rayos electrizantes. "¿Rei?" Recuperando el control sobre si mismo, Kai se levantó, para así dejar libre al chico de cabello negro, y para su propia sorpresa, lo ayudó a levantarse. Un lado de su mente, se preguntaba por qué todavía no le gritaba o le gruñía, o algo típico de Kai, algo que hacía cuando alguien lo molestaba.

Así de cerca, Rei notó que Kai era más alto que él, pero decidió guardar ese pensamiento en algún lugar de su mente. "Lo siento…" intentó disculparse Rei.

"No te disculpes" lo interrumpió Kai, "fui yo quien salió apresuradamente, parece que chocar contigo se está haciendo costumbre" una muy ligera sonrisa se formó en los labios de Kai, y con esto Rei se sintió un poco más calmado, feliz de que Kai no estuviera enojado con él.

"Sí, creo que tienes razón." Le sonrió de regreso, una cálida y linda sonrisa que hizo que el más leve tono rosa se posara sobre las mejillas de Kai.

Kai quitando esto de su mente, mejor preguntó "¿Y qué haces aquí?" aunque la pregunta sonaba algo fuerte, su voz no lo era.

"Oh, es que me dijeron que este va a ser el cuarto en el que voy a estar" le respondió Rei, pensando entonces en las posibilidades de que Kai sería su compañero de habitación. "¿Es tu cuarto?" preguntó curioso.

Kai se sorprendió cuando Rei le dijo que ahí era donde le habían dicho que iba a estar. Nuevamente, por alguna razón que Kai aún no lograba comprender, esto no le molestaba. De haber sido alguien más, los habría mandado inmediatamente hacia otro lugar, pero Rei… con Rei era diferente… debía admitir que cierta parte de él se sentía orgulloso de que fuera él quien iba a tener a Rei como compañero de habitación.

"Así es," respondió encogiéndose de hombros, "Entonces pasa y escoge una cama, yo iba a salir, pero creo que mejor me daré una ducha." Le dijo Kai abriéndole paso para que Rei entrara.

El cuarto era sencillo, pero bastante completo, con dos camas y algunos muebles, lámparas y un baño. Todo el cuarto era azul, lo que daba una sensación de tranquilidad. Rei sonrió, aquel era un gran lugar por pequeño que fuera, sencillo, pero lindo. Rei escuchó a Kai entrar al baño, y luego se volteó para ver que cama tomaría. Escogió una cerca de la ventana, y comenzó a desempacar sus cosas, que no eran muchas.

Fue después de un rato que escuchó la puerta del baño abrirse, y Kai salió hacia la habitación, completamente vestido y con el cabello mojado y ligeramente escurriendo y un poco hacia abajo, teniendo la ligera apariencia un perrito o algo parecido. Rei, que estaba sentado en la cama, dejó escapar una pequeña risita ante esto.

Kai levantó una ceja y lo miró interesado "¿De qué te ríes?"

"Jaja, lo siento, Kai, es solo que te ves… mojado" soltó otra pequeña risita.

Para sorpresa del mismo Kai, sonrió ligeramente "¿En serio?, ¿será porque estoy mojado?"

Rei rió nuevamente, esta vez solo un poco más fuertemente que las veces anteriores. "Jaja, no, a lo que me refiero es que… te ves gracioso… así de mojado…" añadió Rei y le dirigió una gran sonrisa, luego otra pequeña risita dejó sus labios.

Kai lo miró con entretenimiento en sus ojos carmesí. "Bien, Rei" el chico chino levantó su mirada para ver a Kai, quien caminaba hacia la puerta "Me pregunto qué tan gracioso te verás tú cuando llegues tarde a clases" y diciendo esto, salió de la habitación con una pequeña sonrisa de satisfacción en los labios.

Rei se quedó sentado en la cama, aún sin comprender lo que Kai le había dicho, hasta que entonces las palabras entraron bien. Sus ojos se abrieron en sorpresa y saltó de la cama.

Kai desde donde estaba en el pasillo, escuchó el abrir repentino de la puerta de su habitación, y luego el pequeño grito de Rei.

"¡Kai, espérame!, ¡no quiero perderme y llegar tarde a clases!"

Sabía que el pequeño chico aún no conocía toda la escuela y que él era lo único que lo podía guiar a su siguiente salón. Kai se sonrió a sí mismo en victoria, mientras Rei corría para alcanzarlo.

Continúa…

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Ta ta!!!!!!!!!, algo corto, ¿no les parece?

Espero que les haya gustado, ¿qué les pareció? (¡Me encanta la pareja de Kai y Rei!)

Reviews please =) , cualquier cosa ayuda y es sinceramente agradecida de mi parte =D (¡Sí!, ¡denle fuerzas a la autora para seguir adelante! =P)