Disclaimer: Tengo la mala suerte y desgracia de no poseer ni Slam Dunk, ni sus protagonistas.

Sumario: Alguien está atacando a las chicas que se incorporan en los equipos masculinos como jugadoras. ¿Hasta donde estará dispuesto a llegar el detective Hanamichi Sakuragi?

AU. RUHANA. SENKOSH

Sakura: La verdad es que el último capítulo parecía una montaña rusa de emociones, ehehehehe! Este es el último capítulo espero que lo disfrutes. (Susurrando: Hay Lemon! Jijijijijiji!)

Abuelitnt: Claro que se como arregrarlo, errr. Bueno ya lo he arreglado, al fin y al cabo es el final.

Dark Mokona: Respondiendo a una de tus preguntas...Sí! Sato es un maldito psicopata!

CAPÍTULO 9

Eres un cobarde Kaito, no me extraña que tu hermano no te respete lo suficiente como para no estafarte. Dijo Hanamichi esperando que el orgullo de Kaito traicionara al gangster.

Kaito disparó a Hanamichi en el brazo derecho. Desgraciado! Exclamó Kaito.

Hanamichi! Gritó Kaede.

Ahhhhhhh! Mierda! Exclamó Hanamichi apretando la herida. Joder! Con la izquierda no se disparar. Maldijo internamente el pelirrojo.

Hanamichi tiene razón eres un cobarde solo te atreves a atacarnos, utilizando rehenes. Dijo Hiroaki siguiendo con el plan.

¿Cómo te atreves? Sato! Coge el arma y apunta a esos dos. Yo les daré su merecido a estos idiotas. Dicho esto Kaito le entrega el arma a su matón. Y se coloca en posición de lucha.

Aunque Hanamichi y Hiroaki son dos, les cuesta mucho ganar y más aún con el otro tipo a puntando a Kaede y Akira.

En un momento de descuido del matón, Kaede le golpea en la entrepierna haciendo que suelte el arma. Akira la aparta con el pie y luego le da una patada en la cabeza dejándolo inconsciente.

Hiroaki que se da cuenta intenta distraer a Kaito para que Hanamichi le derrote. Parece que tu matón tiene el sueño muy pesado. Se burla el moreno.

Cuando Kaito se vuelve para ver que ocurre, Hanamichi aprovecha para atacarle y dejarle también inconsciente. Luego le coloca las esposas, aunque con un solo brazo le es dificil se aguanta el dolor,y lo ata a una columna para que si despierta no pueda hacer nada. Cuando termina ve que Hiroaki ha hecho lo mismo con el otro tipo y que ahora está desatando a Kaede y Akira.

Hanamichi en dos segundos está abrazando a Kaede como si tuviera miedo de que en cualquier momento fuese a evaporarse.

Hiroaki mira la escena con una sonrisa en los labios, cuando uno brazos fuertes lo abrazan por la espalda y un aliento caliente le hace cosquillas en el cuello.

Yo también quiero uno de esos Hiro-chan. Dice Akira en con un tono juguetón y seductor.

Hentai! Exclama Hiroaki, pero se da la vuelta y se refugia en los brazos del chico más alto.

Si te hubiera pasado algo no me lo habría perdonado jamás! Decía Hanamichi al borde de llorar como un niño pequeño. Ahora era Kaede quien le abrazaba a él.

¿Se puede saber en qué pensabais? Preguntó enfadado Hanamichi separándose de su zorro, este emitió un gruñido de fastidio por la perdida del contacto.

Hiroaki también se separó y preguntó lo mismo con la mirada a Akira.

Hmp! Si no fuese por nosotros ahora estaríais muertos. Se defendió Akira.

Idiota! Eso no importa, lo importante es que os podrían haber hecho a vosotros! Exclamó Hiroaki.

Tiene razón! Dijo Hanamichi.

Akira y Kaede se sorprendieron ante tal declaración.

Uno de los motivos por los que nos alejamos de vosotros era para que no os pasara nada y vais vosotros y os metéis sen la boca del lobo! Exclamó Hanamichi.

Pensé que era por vuestra carrera. Dijo Akira.

Una parte si, pero...si solo fuese esto con hacernos detectives privados bastaba. Pero nosotros tenemos demasiados enemigos como para estar con alguien que no puede defenderse y...Auch! TEME KITSUNE! Gritó Hanamichi después de que el zorro le diera un puñetazo.

Como ves yo se defenderme. Dijo orgulloso Kaede. Además si queremos correr ese riesgo o no es cosa nuestra.

Rukawa tiene razón, somos nosotros quienes debemos decidir. Le apoyó Akira.

Akira no entiendes que...

No tenéis ningún derecho a decidir por nosotros. Dijo Kaede. Hanamichi te quiero y se que tu me amas; no tiene sentido que sigamos con esta situación que solo nos hace daño a los dos.

Tu no te alejas de tu familia pero si de mi¿acaso ellos no corren el mismo peligro que yo? Si tienes miedo de tener una relación dilo, pero no inventes excusas que no te crees ni tu. Dijo Kaede serio.

Hanamichi quedó totalmente desarmado, tenía razón. Ahora lo entiendo siempre ha sido eso¿cómo pude ser tan estúpido y cobarde? Se regañaba mentalmente el pelirrojo.

Hiroaki se dio cuenta de que él había cometido el mismo error. Los dos tenían tanto miedo de que con su trabajo no encontraran a la persona adecuada que cuando la tuvieron delante de sus narices se asustaron y salieron huyendo.

Akira notó como los dos chicos mayores habían cambiado de postura, miró a Kaede con una sonrisa de victoria en sus labios. Sus miradas estuvieron enfrentadas unos segundos, luego como si fuesen la misma persona, abrazaron cada uno a su ahora pareja. Y les dieron tal beso que Hanamichi y Hiroaki creían que iban a arder allí mismo. Un fuerte ruido les sorprendió.

En la puerta estaban el inspector y Youhei. Ahora entiendo. Dijo alucinado Youhei.

Mito cállate! Ordenó furioso el inspector. Por lo visto no recordáis la discusión que tuvimos.

Si que la recordamos, jefe. Dijo Hiroaki. Y si estar con Akira significa renunciar a mi placa lo haré encantado!

Yo también! Dijo Hanamichi. Siempre podemos ser detectives privados.

No es lo mismo y lo sabéis. Pocos detectives están autorizados a llevar arma y con vuestra habilidad de meteros cada vez en problemas más gordos dudo que podáis sobrevivir sin ella. Dijo el inspector.

Usted mismo lo ha dicho, pocos, pero hay! Con nuestro historial seguro que no hay problema para que nos den permiso. Dijo con tranquilidad Hiroaki.

Seeee! Ahora que lo pienso así no tendríamos jefe y podría ir vestido como quisiera! Dijo Hanamichi.

Hanamichi, tu desde que saliste de la academia que no llevas uniforme y te vistes como quieres. Dijo Youhei metiéndose en el medio de la pelea.

Y eso que más da! Se defendió el pelirrojo.

Son menores! Dijo el inspector como última excusa.

Eso no importa dudo mucho que alguien se entere si nos acostamos o dejamos de acostarnos con ellos, si nosotros no decimos nada. Dijo Hiroaki, cuando se dio cuenta de que había dicho y de la mirada de cazador que traía el puercoespín, se puso como un tomate.

El inspector aceptó la derrota. Está bien haré lo que pueda para ayudaros, pero ahora decidme que ha pasado. Un agente de tránsito nos avisó de que os vio correr con pistola en mano por las calles. Después de que Hanamichi y Hiroaki les contaran todo, Youhei se llevó a los delincuentes con la ayuda del inspector.

Los cuatro chicos se quedaron solos.

¿Hanamichi de verdad compraste un zorro negro de ojos azules y le pusiste mi nombre? Preguntó Kaede divertido abrazando a Hanamichi. El pelirrojo, se puso como un tomate.

Hahahaha! Ríe Hiroaki apunto de revolcarse por el suelo si no fuese porqué Akira le sujeta.

Cállate! Todo esto es culpa tuya! Exclama Hanamichi irritado.

Eso no es verdad, la idea de disfrazarse fue tuya. Se defendió Hiroaki.

Hmp! Eso en un golpe bajo. Murmuró Hanamichi. Los otros tres rieron. Luego cada pareja se fue por su lado, Akira y Hiroaki fueron a entrenar en el gimnasio de Ryonan.

Hanamichi y Kaede fueron al piso del pelirrojo, este tenía una cena con sus padres y quería cambiarse.

El zorro y el pelirrojo caminaban tranquilamente por la calle, tampoco había prisa. Aunque no tardaron muco en llegar.

¿Kitsune quieres tomar algo? Preguntó Hanamichi mientras se preparaba el baño.

Podrías olvidar ese estúpido mote y llamarme Kaede. Dijo el zorro intentando sonar tan neutral como siempre, pero le estaba costando sudor y lágrimas mantener sus hormonas controladas, con solo la idea de que su do'aho se estaría bañando a escasos metros de él, su cuerpo se revolucionaba.

Tienes razón, te llamaré Kaede, pero no puedo prometerte que de vez en cuando se me escape el apodo. Dijo Hanamichi entrando en la salita con solo unos pantalones de pijama.

Muy bien Kaede, el do'aho solo es idiota, no intenta seducirte ni nada parecido, así que olvídate de cargarlo ahora mismo como un saco de patatas y llevártelo a la habitación, y no para dormir precisamente. Kaede estaba apretando los dientes con tal fuerza que le dolían las encías, Hanamichi se dio cuenta.

El pelirrojo se acercó a Kaede, se detuvo cuando entre sus bocas solo había escasos centímetros. ¿Kaede estás bien? Estás muy tenso. Preguntó preocupado Hanamichi.

Kaede ya no soportó más, en un abrir y cerrar de ojos estaba besando al pelirrojo como si le fuera la vida, mientras sus manos se paseaban por la espalda y el trasero de Hanamichi.

Primero el pelirrojo se sorprendió abriendo los ojos como platos, luego se relajó y siguió con el beso rodeando el cuello del zorrito con sus brazos.

Hanamichi estaba tan extasiado con el beso que no se dio cuenta cuando un zorro muy impaciente le quitó los pantalones, dejándole completamente desnudo.

Cuando Hanamichi notó como estaba, se sonrojó, pero el también quería sentir esa piel de porcelana, con manos torpes y sin dejar de besarse, intentó desbotonar la camisa de Kaede, cansado de esperar, se la arrancó de golpe.

Kaede se sorprendió ante tal acción, pero le gustó que el pelirrojo demostrara tanta necesidad como él. Momentos después Kaede también estaba sin una sola prenda de ropa.

Kaede fue guiando a Hanamichi hasta la habitación del pelirrojo, toparon con casi todo lo que se les cruzó por el medio, aún cuando dejaban de besarse para respirar, seguían con los ojos cerrados a la vez que recorrían el uno el cuerpo del otro como si quisieran grabarlo en sus memorias.

En un descuido de Kaede, Hanamichi empujó a al zorro, aventándolo en la cama, antes de que este pudiera reaccionar el pelirrojo se había sentado en sus caderas. Hanamichi empezó a moverse de tal forma que sus erecciones se rozaban continuamente, cosa que les arrancaba gemidos a los dos.

Kaede decidió tomar el control otra vez, en un segundo intercambiaron de posición, ahora era Kaede quien estaba encima, dando besos húmedos al cuello y garganta del pelirrojo.

Mientras sus manos jugaban con los pezones de Hanamichi, provocándole un gran placer.

Hanamichi tenía la cara roja de la excitación y sus manos recorrían toda la espalda del zorro, de vez en cuando acariciando el trasero de este y apretándolo hacia él.

Kaede decidió que por el momento el cuello ya había tenido bastante atención, así que después de darle un beso a Hanamichi en los labios, fue bajando hasta llegar al miembro del pelirrojo, dejando un rastro de besos y caricias por todo el torso del pelirrojo.

El zorro miraba hambriento el pene de Hanamichi, empezó a besar, morder suavemente, chupar y lamer ese dulce, que le ofrecía su amante, arrancando gemidos y sollozos del pelirrojo. Kaede estaba feliz de provocar esas sensaciones en Hanamichi.

Hanamichi enredaba sus dedos entre el pelo sedoso de su amante, mientras empujaba sus caderas hacia esa boca que lo estaba torturando dulcemente.

Ahh!...Kaede...sigue...Ahhh...sí. Kaede...quítate...voy a...a...terminar. Decía Hanamichi, mientras Kaede no solo no se apartaba sino que aumentaba el ritmo. Cuando Hanamichi se vino, él bebió todo el jugo del pelirrojo y luego besó a su amante para que probara su mismo sabor.

Después de que su respiración se normalizara, Hanamichi vio que el miembro de su novio también pedía atención y quiso masturbarle pero Kaede le detuvo.

No, así no. Dijo el zorro. Kaede volvió a separar las piernas de Hanamichi e introdujo un dedo en esa entrada que pronto haría suya. Hanamichi sintió una punzada de dolor, no es que fuese virgen pero nunca había estado con un hombre.

Para compensar el pelirrojo del dolor, Kaede masajeaba el miembro de Hanamichi suavemente, cuando notó que Hanamichi ya se había acostumbrado a su dedo, añadió otro y más tarde un tercero.

El pelirrojo gemía y sollozaba de placer, notó que sus piernas eran levantadas y colocadas en los hombros del zorrito, y supo que venía ahora.

Kaede le miraba como pidiéndole permiso. Hanamichi le sonrío y se incorporó sobre sus codos para darle un beso fogoso a Kaede, quien le correspondió encantado.

Aprovechando que Hanamichi estaba distraído con el beso, comenzó a adentrarse en ese altar, que deseaba desde hace mucho. Para él unas semanas eran mucho, teniendo en cuenta que normalmente no tendría que haberse esforzado en cazar a su presa, pero el do'aho le había complicado las cosas.

Hanamichi arqueó la espalda por el dolor, aunque poco a poco, este fue reemplazado por el placer. Cuando Kaede se dio cuenta de que Hanamichi ya se había acostumbrado a él, comenzó a moverse suave y lentamente. Luego aumentó el ritmo. En una de sus estocadas dio con la próstata del pelirrojo, el cual gritó. Ese zorro lo estaba volviendo loco.

Kaede sonrió de forma pícara ante las reacciones que provocaba en su nuevo novio, le encantaba verle con las mejillas sonrojadas por la excitación y el placer, la boca medio abierta y los ojos entrecerrados. El zorro agarró el miembro de Hanamichi y empezó a masturbarlo al mismo compás que envestía.

Cada vez que Kaede notaba, que Hanamichi iba a terminar, disminuía la cadencia de sus envestidas, para luego volver a aumentar el ritmo. Eso le procuraba a Hanamichi un placer increíble, pero también mucha frustración.

Así que pillando a Kaede por sorpresa, el pelirrojo los volteó; quedando el arriba pero con Kaede aún dentro de él, sujetó las manos del zorrito por encima de la cabeza de este, con una mano y sonrío de forma maliciosa ante la expresión de pura sorpresa de su amante.

Hora de cambiar de posición zorrito. Susurró Hanamichi al oído de Kaede, mientras le daba pequeñas mordidas en la oreja. Arrancando así gemidos del zorrito.

Hanamichi comenzó a moverse despacio, luego aumentó poco a poco el ritmo, su miembro pedía atención, así que soltó las manos de Kaede, y llevó una de ellas a su miembro para que le masturbará, Kaede lo hizo encantado.

Poco tiempo después terminaban los dos a la vez, y Hanamichi se dejaba caer al pecho de Kaede, quien lo recibía encantado y lo abrazaba. Estuvieron en esta posición unos minutos, Kaede abrazando a su do'aho, aún dentro de él.

Después de normalizar sus respiraciones Kaede fue el primero en hablar. ¿Te arrepientes de estar conmigo, lo digo por...No pudo continuar, Hanamichi le había callado con un beso.

No, no me arrepiento, no tienen porqué enterarse. Aunque quiero que te quede claro que no me avergüenzo de que estemos juntos, así que deja de decir estupideces. Dijo Hanamichi acariciando suavemente el rostro de Kaede. Este esbozó una sonrisa tierna que deslumbró al pelirrojo.

Do'aho, mi do'aho. No sabes lo feliz que me haces. Te quiero Hanamichi. Dijo Kaede aún sonriendo. Hanamichi sonrío como un niño y besó a Kaede en los labios.

Yo también te quiero Kitsune, más que a mi propia vida. ¿Cuándo cumplas 18 años, vendrás a vivir conmigo? Preguntó Hanamichi serio.

Para eso faltan dos años, pero sí; aunque creo que sería mejor idea que tú te mudaras a mi casa, yo vivo solo así que no habrá problemas. Respondió Kaede.

Está bien, me pregunto que estarán haciendo Kosh-Kosh y ese puercoespín. Dijo Hanamichi distraído.

Seguramente lo mismo que nosotros, y ahora duerme, quiero que estés descansado para el segundo turno, ya se sabe que los mayores... Dijo malicioso Kaede.

Kitsune, yo tengo energía de sobra para todos los turnos que quieras, eres tú quien debería descansar, aún eres un niño. Se defendió Hanamichi.

Se miraron unos segundos como si quisieran arrancarse la cabeza el uno al otro, luego soltaron una carcajada los dos. Hanamichi se sorprendió bastante de ver reír así a Kaede, pero se alegró de que con él, Kaede se mostrara así, le hacía sentir especial.

Después de tranquilizarse y secarse las lágrimas, se durmieron los dos, abrazados, con una sonrisa de pura felicidad en los labios de los dos.

En Ryonan...

Akira y Hiroaki hacía rato que estaban entrenando, se habían quedado solos.

¿Qué Akira no está tan y tan mal para un viejo, huh? Se burlaba Hiroaki, el estaba cansado pero Akira, estaba agotado, parecía que acabara de correr una maratón. Mientras recuperas tu aliento voy a ducharme. Dijo Hiroaki.

Sí, si. Dijo Akira distraído. Cuando su cerebro procesó todo la información. Se levantó del suelo a velocidad luz. El chico había recuperado todas sus energías de golpe. La sola idea de que su Hiro-chan, estuviera duchándose a pocos metros, hacía que cierta parte de su cuerpo cobrara vida propia.

De forma silenciosa se adentró en los vestidores, sus ojos se abrieron como platos. Allí en frente suyo estaba Hiroaki, completamente desnudo dándole la espalda. Pero no fue eso lo que le sorprendió sino las cicatrices que este tenía en su espalda.

Al verlas no pudo evitar acercarse poco a poco al otro chico, cuando lo alcanzó empezó a basarlas suavemente, sorprendiendo a Hiroaki, quien después de la sorpresa se dejó hacer.

¿Cómo...? Preguntó Akira, mientras besaba y recorría con sus dedos, las cicatrices.

Algunos delincuentes, solo son valientes atacando a traición. No te preocupes es normal con mi trabajo. Dijo Hiroaki intentando despreocupar a Akira. Veo que cuando te conviene tienes energías de sobras. Bromeó.

Así es. Dijo Akira volteando a Hiroaki y besándole fogosamente en los labios. El agua seguía mojándoles, cosa que les excitaba aún más. Hiroaki desprendió de toda su ropa a Akira, y empezó a lamerle el cuello.

Akira levantó su cabeza para darle mejor acceso, mientras jugaba con las tetillas de Hiroaki.

Hiroaki quería más y entrelazó sus piernas en las caderas de Akira. Este último notó el estado de necesidad en que se encontraba el miembro de su amante, ahora que este le rozaba el abdomen. Él no estaba en mejores condiciones ya que su miembro empezaba a dolerle.

Se sentó en uno de los banquillos con Hiroaki aún en la misma posición, y empezó a prepararle.

Hiroaki sintió un poco de dolor pero continuó besando a Akira, mientras dirigía una mano a su propio pene para masturbarse, pero Akira le ganó.

Déjame...compensarte...por el...dolor Hiroaki. Dijo entre besos Akira, notó como Hiroaki sonreía en sus labios. Cuando notó que el ano de Hiroaki ya estaba suficientemente dilatado, se levantó y fue otra vez a las duchas, le encantaba la idea de hacer el amor bajo el agua. Apoyó a Hiroaki contra los azulejos y le penetró con suavidad, para que el dolor no fuera tan grande.

Poco a poco, aumentó el ritmo, los dos gemían.

Cada vez que Akira rozaba le próstata de Hiroaki, este emitía un grito ahogado, por el placer.

Akira seguía masturbando a Hiroaki, y lo hacía con el mismo compás que sus envestidas.

Poco tiempo después Hiroaki se vino en la mano de Akira, y cuando las paredes de Hiroaki se contrajeron alrededor del miembro de Akira este también acabó.

Akira se deslizó suavemente hacia el suelo con Hiroaki aún sentado en sus caderas.

Solo se oían sus respiraciones agitadas, poco a poco se calmaron.

¿Estás seguro que mañana podrás jugar al 100, después de esto? Preguntó Hiroaki bromeando, una vez recuperó su aliento.

Si me prometes que cuando termine el partido tendré otra de estás sesiones, no habrá problema. Dijo malicioso Akira.

Hentai! Exclamó Hiroaki, sonrojándose levemente.

Pero aún así me amas. Bromeó Akira.

Eso es verdad. Contestó Hiroaki serio, recorriendo con un dedo los esos labios que le volvían loco.

Akira agarró el dedo de Hiroaki y empezó a lamerlo y chuparlo, de forma tierna. Yo también te amo Hiro-chan. Dijo finalmente.

Veo que tú también eres aficionado a esto de los motes. Bromeó Hiroaki.

Hahahahaha! Síp, eso de relacionarme con tu amigo tiene sus efectos secundarios. Bromeó Akira.

Espero que por lo menos a ti no se te ocurran ideas tan desquiciadas como a él. Dijo moviendo la cabeza Hiroaki.

Vaya, y yo que quería verte con un vestido de noche y zapatos de tacón. Dijo Akira haciendo puchero.

Hiroaki suspiró resignado, ese tipo era un pervertido en toda regla, pero era su pervertido.

EPÍLOGO

Hacía dos años que las dos parejas estaban juntas, Kaede y Akira estaban en la universidad de Kanagawa.

Akira y Hiroaki vivían juntos desde hacía un año. Cuando los compañeros de equipo de Akira se enteraron de todo, se quedaron en estado de shock, luego lo aceptaron y le apoyaron ante los que le miraban con desprecio y asco. Pero a él le daba igual mientras sus amigos y Hiroaki estuvieran a su lado.

Hanamichi y Hiroaki tenían un despacho, ahora ya no eran policías, sino detectives privados, su jefe no pudo hacer nada por ellos cuando sus superiores se enteraron de que mantenían una relación con dos menores. Pero de todas formas era como si aún estuvieran dentro del cuerpo ya que cada dos por tres, se metían en asuntos de la policía. Bueno Hanamichi se metía y Hiroaki le seguía para evitar que su amigo se metiera en problemas. Aunque no podía negar que él también disfrutaba.

Hanamichi tenía la mirada perdida. Estaba sentado en un sillón.

¿Qué te ocurre? Preguntó Hiroaki, aunque de todos modos ya sabía la respuesta.

¿Crees que será buena idea? Preguntó Hanamichi preocupado.

Que siiiií, deja de comerte el seso. Seguro que le encanta tu sorpresa. Y ahora date prisa que en seguida tenemos que irnos o nos perderemos el comienzo del partido. Le prometí a Akira que esta vez no llegaríamos tarde. Dijo Hiroki levantando a Hanamichi y arrastrandolo por el pasillo.

Ya voy, Shesh! Pareces Ayako cuando quiere que la lleve de compras. Replicó Hanamichi.

Llegaron al gimnasio unos minutos antes de que comenzase el partido y fueron al banquillo donde estaban sus novios.

Hola a todo el mundo. Dijeron los detectives.

TWACK! TWACK! Ayako les golpeó con su abanico y luego los abrazó. El resto del equipo les sonrió.

Sois unos sinvergüenzas hace siglos que no os vemos el pelo. Les regañó.

Esta no cambía ni que le vaya le vida en ello. Murmuró Hanamichi sobandose el chichón. Los otros rieron.

Kaede tenía muchas gans de abrazar a Hanamichi, pero aún solo sus amigos y familiares conocían su relación. Él ya era mayor de edad, desde hacía unos días, pero Hanamichi aún no había hablado de hacerlo público. Sabía que el pelirrojo lo amaba pero...El silbato del árbitro anunciando el comienzo del partido lo sacó de sus pensamientos. Kaede sonrió levemente a Hanamichi y se dirigió al centro de la pista.

Hiroaki, agarró a Akira de la camiseta y lo acercó a sus labios, le dio un beso en los labios. Esto es para que juegues más motivado si ganas tendrás un premio. Dijo meloso Hiroaki.

Akira se puso serío de golpe. Aunque sea lo último que haga, yo gano este partido.

Pero si solo es un amistoso. Le replicó Ryota. Cuando Akira le miró con una mirada fulminante calló.

Hiroaki¿a ti no te importaría venir y hacer eso cada vez que tengamos que jugar, verdad? Preguntó Ayako.

Claro que no. Dijo sonriendo Hiroaki.

Durante todo el partido cada vez que alguien de su equipo perdía la pelota, del cuerpo de Akira salían rayos. Hiroaki estaba poniendo todo su empeño en no soltar una carcajada. Los otros acostumbrados a situaciones parecidas no le daban importancia.

Después de ganar el partido, Akira lo primero que hizo fue ir corriendo a donde estaba Hiroaki y mirarlo como un niño pequeño esperando que le den un caramelo.

Espera Akira, tienes que ver algo. Le dijo Hiroaki mirando a Hanamichi y Kaede.

Kaede, con la cabeza bajada estaba realmente cansado, se dirigía al banquillo. Cuando topó contra un pecho musculoso, al instante reconoció esa fragancia, era su do'aho. Antes de que pudiera decir nada, Hanamichi levantó su rostro y le dio un beso delante de todo el mundo, los espectadores y el equipo contrario aún estaban ahí.

Kaede se quedó helado, luego rodeó la cintura de Hanamichi con sus brazos y respondió al beso.

Cuando se separaron, Hanamichi sacó de su bolsillo un anillo de oro blanco, y se lo puso en el dedo de Kaede. Se que en este país no podemos casrnos, pero quiero pasar el resto de mis días contigo. ¿Aceptas? Dijo Hanamichi con un poco de miedo y muy nervioso.

Todo el mundo estaba en silencio esperando la respuesta, bueno la shinetai de Kaede, estaba sin conocimiento en el suelo por la impresión.

Kaede miró el anillo en su dedo, luego sin previo aviso, rodeó las caderas de Hanamichi con sus piernas y empezó a besarle por toda la cara. Creí...que...nunca lo...dirías. Dijo Kaede sin dejar su trabajo.

Hanamichi rió, estaba inmensamente feliz de que Kaede, le hubiera tenido tanta paciencia.

OWARI