Ahora sí que llegué a donde quería. Esta parte final (aguanten un poco el supsenso, que aun falta un poquito) es la que dio origen a toda esta historia. Sé que las críticas serán implacables. Tengan compasión. Este sueño me es importante... Yo no quería escribirlo... y quien más me alentó a hacerlo, no lo leyó ni lo hará jamás... Piensen en eso antes de mandarme un review lleno de reprimendas... Hada...confío en tu bondad... Realmente esta es mi parte favorita.
Alondra se acercó lentamente al gran sillón. El sol entraba velado por las cortinas blancas. Se arrodilló junto a él. Nunca habían estado físicamente tan cerca, y sin embargo, qué lejos estaban uno del otro…
Sin saber qué hacer, apoyó la cabeza en el pecho de él. Frodo estaba sumido en un denso sopor, y su frente brillaba. Sus labios se curvaban en un gesto de dolor. Las lágrimas de Alondra le mojaban las ropas. Aspiró la fragancia de su piel, que olía como el césped recién cortado. Si no hago algo se irá para siempre en cuanto se recobre un poco…-pensaba-…él deseaba que yo fuera real... ¿es eso posible?...Dama Blanca, Gandalf, Dama Arwen… ayúdenme…
En su cabeza se hizo una densa claridad. O tal vez el cuarto se iluminaba. Pero claramente le llegaron las palabras, aunque tal vez no las que esperaba.
. —Háblale, Alondra. Las palabras mágicas están en tu poder. Sólo úsalas…
.--¿Qué?-clamó desesperada- No sé ninguna palabra mágica…Y ni siquiera tengo la poción que usan los elfos… Ni nada…
. —Esa poción ya fue usada con Frodo, y no lo curó definitivamente. Sólo tú puedes. Yo hice pensar a Sam, sin que él lo notara, que tú fueras llamada. Frodo tiene un lugar junto a nosotros, y allí podrá descansar. Pero ¿no merece acaso disfrutar algo de lo que luchó por salvar? .¿no puede también él comer de los frutos de la tierra, si él los sembró? Ayúdalo a querer vivir. Ayúdalo a desear quedarse. Nadie puede decirle las palabras que tú tienes para él. Ninguno de nosotros, aunque lo queremos tanto. Ni siquiera sus amigos de toda la vida. Sólo tú.
.—No sé qué hacer… díganmelo…
Silencio.
Sollozando, Alondra abrió la camisa de Frodo para dejar su vieja herida al descubierto. Apenas se veía, una delgada línea plateada. Con toda el alma apoyó allí sus labios, y sus lágrimas ardientes . Frodo se estremeció como si una poderosa sustancia lo hubiera tocado. Gimió como si le doliera aún más. Ella besó nuevamente la herida, cerrando los ojos y pensando con todas sus fuerzas en cuánto lo amaba, cuánto podría amarlo aún si él despertara… Frodo intentó tocarse el hombro. Su mano tropezó con la cabellera de Alondra y allí se enredaron sus dedos, como si hubiera encontrado un dulce animalito a quien acariciar. Ella le tomó la mano y se la hizo pasar por el rostro, empapado de llanto. Se acarició lentamente el rostro con la mano de él, sintiéndose dolorosamente feliz. Pero él aún no despertaba. Sufría.
Ella sabía que Sam estaría afuera, esperando. Tal vez no confiaba en ella. Tal vez hasta sintiera celos… Pero tenía que olvidar esos pensamientos. No era el momento para eso.
Frodo respiraba con los labios entreabiertos… Alondra sólo trataba de refrenarse para no besarlos…¿y por qué? .¿Acaso no se le dijo que hiciera todo lo que estuviera en su corazón?
Lentamente acercó su rostro, casi con reverencia. Puso sus labios sobre los de él, y, sin saber bien lo que hacía, susurró en su boca todo lo que supo y sintió decirle. Su dulce aliento penetró en el cuerpo herido, mal curado de Frodo. Recorrió como un viento perfumado todas las células de su cuerpo. Te amo, te amo con toda mi alma, cúrate para que te vea vivir, aunque no seas para mí, sólo ponte bien… recuerda el dulce sabor de las manzanas, el calor del vino, el color maravilloso de las flores… piensa en Sam…no irás a dejarlo, piensa que verás crecer a sus hijos… -llorando, casi no podía hablar, y las lágrimas le corrían hacia los labios, y caían en los de Frodo- te imaginas, qué caritas tendrían, no te lo irás a perder ¿verdad?...y yo… yo te amo, Frodo Bolsón…dije que daría mi vida por ti ¿recuerdas?...
Estuvo así mucho rato, hablando en su boca, besándolo, pasando su pequeña mano por el rostro amado. Exhausta y desmoralizada, apoyó la cabeza en el brazo del sillón, incapaz de continuar. Frodo se quejó, y se movió lentamente. Ella levantó la cabeza, decidida a llegar a donde fuera posible. Volvió a examinar la herida. Se había abierto. Un líquido azul oscuro surgía de allí en un delgado hilo.
.--¡Sam¡Rosita¡Vengan pronto¡Auxilio!
La puerta redonda se abrió inmediatamente. Sam se abalanzó sobre Frodo, y Rosita llegó a tiempo para sostener a Alondra que se desvanecía.
Despertó unos momentos después. Rosa le refrescaba la frente con agua de azahares.
.--¿Qué pasó?
. —No lo vas a creer. La herida se le cerró otra vez, pero no se le ven marcas. Se siente bien y se levantó. Y… espera…¡espera!
La voz de Frodo llegaba desde la sala. Alondra sin oír a Rosa, salió lentamente del estudio. Frodo estaba de espaldas a ella hablando con Sam.
. —Es un perfume delicioso-decía.
. —Pero si son los nardos que siempre están bajo su ventana…
. —Recién ahora lo siento. Es maravilloso. Es un día bellísimo.
. —Entonces-dijo Sam-¿está decidido a irse?
Alondra quedó helada. Después de todo, se iba de todas maneras… Avanzó sin ruido hacia la puerta. ¿Y cómo Sam se lo preguntaba tan tranquilo?
. —Sí-dijo Frodo sin volverse-sería lo mejor. Aquí ya soy como un extraño. No paso de ser el que se fue de aventuras por ahí, con lo mal visto que está. Nadie (casi nadie, sonrió) es capaz de ver que todo fue por ellos…
. —Sí- dijo Sam-es verdad. Pero no se preocupe. Rosa y yo ayudaremos en todo.
¿Qué?...pensó Alondra, espantada-¿Ahora Sam está de acuerdo¿Rosa también¿Qué pesadilla es ésta? Ya casi estaba en la puerta.
. —Claro que aún no se lo pregunto. Pero si dice que sí, no te quepa duda de que me voy lo antes que pueda.
Alondra ahogó una exclamación. Frodo se volvió y alcanzó a verla justo con el redondo pomo de la puerta en la mano. Se miraron. Ella abrió de un tirón y salió. Rosa gritó.
Una vez afuera, echó a correr.
