Un deseo a las estrellas.

Draco y Harry bajaron silenciosamente hacia la sala común de Gryffindor, sin antes comprobar que no había nadie allí. Salieron rápidamente y se encaminaron al vestíbulo, que estaba sumamente vacío; todos parecían estar en clase.

- Bien, PoTTer, ya sabes lo que tienes que hacer.- dijo Draco, algo nervioso. ¡No sabía como actuar!

- Tu también, Malfoy, no abuses!- exclamó Harry, molesto.- Oye, ¿podría despeinarme un poco? Esto me estira la frente.- agregó, pasándose una mano por el cabello.

- Esta bien, pero no tanto, sabes que no me gusta así. No se como aguantas este pelo, en fin... ¿cuál es tu primera clase?- le preguntó Draco, tomando los libros de Harry.

- Pociones. ¡Oh, no! Pociones, Snape me matará por llegar tarde por tu culpa!!- respondió Harry, undiendo su dedo índice en el pecho de Malfoy.

- Tranquílizate, Potter, sabes que Snape me adora y a ti no, asi que, es a Gryffindor a quien bajará puntos.- sonrió Draco, satisfecho. Le encantaba esta situación.

-¿Te he dicho ya que te detesto?- acotó Harry, aguantándose las ganas de golpearlo.

- En realidad, no, pero si quieres que el profesor Snape le baje más puntos a Gryffindor, no tengo problemas en seguir aquí parado, ¿sabes?

Harry lo miró furiosamente, y se apresuraron para ir a las mazmorras.

Llegaron sumamente agitados, y Harry abrió la puerta.

- Lo siento, profesor Snape, nosotr-..., es decir, me demoré con la profesora Mc Gonagall.- tartamudeó Harry, nervioso.

- No importa, Draco, toma asiento.- respondió Snape, amablemente.- Y tu, Potter, ¿qué excusa traes ahora?

- Ninguna, profesor, solo que me detuve tratando de peinarme- contestó Malfoy, con toda la tranquilidad del mundo. Harry le clavó una penetrante mirada de odio.

- 50 Puntos menos para Gryffindor por tu atrevida sinceridad, ahora siéntate, Potter.- dijo Snape, con una sonrisita maliciosa.

Draco se encaminó hacia Ron y Hermione, no sin antes recibir un pisotón de parte de Harry, que estaba sentado con Pansy.

-¡Harry! ¿qué diablos te sucede? Sabes que no debes contestarle asi a Snape.- susurró Hermione, en cuanto Draco se sentó y el profesor les daba la espalda.

-¡Estas totalmente loco! ¿dónde diablos estabas?- añadió Ron, preocupado.

- No me molesten, Snape me hartó. Solo estaba arreglando unos asuntos con Malfoy.- explico Draco, despreocupadamente. Realmente le costaba parecerse a Potter.

-¿Qué asuntos?- inquirió Hermione, algo extrañada.

- No seas metida, Gran-... Hermione, no es nada importante. Ahora quiero trabajar.- respondió Draco, evitando charlar con Weasley y Granger.

La clase estuvo tranquila. Malfoy vio que Harry estaba mudo, cosa que a Pansy le molestaba; ella siempre trabajaba con Draco en Pociones y se sacaban buenas notas.

-¡¿Qué te sucede hoy, Draco?! Tenemos que sacarnos una nota mejor que la anterior.- exclamó Pansy, exasperada, al ver como la poción reducidora que estaba en el caldero se tornaba color fucsia en vez de un rosa pálido.

- Lo siento, hoy no es mi día. – contestó Harry, dandose la media vuelta y sobrando a Malfoy, quien respondió su mirada con una sonrisita.

La clase terminó rápidamente. Draco observó como Harry se alejaba hacia el Gran Salón con Crabbe y Goyle.

-¿No vienes, Harry? Apúrate, Ginny nos espera para almorzar.- dijo Ron, tomando su mochila.

-¿Ginny?- repitió Malfoy, tomando también sus libros, y mirando a Ron.

- Si, Ginny, mi hermana pequeña, colorada, ojos azules, ¿la recuerdas?- bromeó Ron, arqueando una ceja.

- Claro que la recuerdo, Weasley. Ahora vamos a comer.- contestó Malfoy, blanqueando los ojos. Soportar a Weasley y Granger era lo mas tedioso de aquel deseo.

Los tres se encaminaron hacia el comedor. Harry estaba sentado con el club de fans, y parecía bastante mareado. Miró a Malfoy con odio, levantando el dedo del medio de su mano, y mostrándoselo a Draco. Éste rió, con satisfacción.

-¡Hola, Ginny!- saludó Hermione, sentándose.

- Hola, chicos, ¿qué tal la clase?- preguntó Ginny alegremente, dejándole un espacio a su lado a Ron.

- Y normal, sabes, con Snape y todo eso.- respondió Hermione, aburrida.

- Harry le dijo a Snape que se demoró porque se estaba peinando.- le contó Ron, como si fuese algo sumamente importante.

-¿Eso hiciste, Harry?- dijo Ginny, con una sonrisa, mirando a Malfoy.

Éste, sin razón alguna, se sonrojó y asintió lentamente. No podía creer... en su vida, en toda su vida, se había sonrojado porque una chica lo había mirado!!! Y la única que lo había logrado, estaba sentada en frente de él... ¿Acaso eso significaba algo? ¿No podía ni decirle una palabra sin sentir su cara arder? Tendría que hacer algo con eso...

Ron rió por lo que había sucedido, y Hermione fruncio el ceño, mientras que Ginny también se habia ruborizado.

- En fin, lo peor fue, que Malfoy también llegó tarde y Snape no le bajó ningún punto.- agregó Hermione, fastidiada, después de un sorbo de jugo de naranjas.

-¡Ese Malfoy! Cada día lo detesto más. Se hace el dueño del colegio, y no es nadie.- dijo Ron, dando un puñetazo en el aire.

La copa de Draco se hizo añicos de repente, por la furia sobre el comentario de Weasley.

-¡Oh, Dios! ¿Harry, estas bien?- preguntó Ginny, lipiándole la mano al chico, que estaba llena de jugo.

- Si, si, lo siento, estoy distraído.- respondió Draco, sintiendo un escalofrío cuando Ginny pasó la servilleta por su mano. Nunca nadie se habia preocupado tanto por él por una tontera así.

- Yo diría que hoy no es tu día, Harry. Estas muy raro hoy, ¿sabes?- opinó Hermione, arqueando una ceja.

- Lo siento, iré a dar una vuelta, los veré en la sala común.- dijo Draco, saliendo rápidamente de allí.

La verdad que toda esa historia le estaba contando horrores. Se ponía nervioso como un estúpido al lado de Ginny, no sabía como comportarse en frente de Ron y Hermione. tenía que calmarse, disfrutar el momento. parecía que a Potter le iba bien, por lo menos, lo vio bastante divertido con una alumna de Slytherin durante el almuerzo.

Salió hacia los jardines; el sol estaba tibio y había empezado a hacer frío. Lamentó no tener su capa.

-¡Harry, Oye Harry, espera!- gritó la voz de una chica a sus espaldas.

Draco se dio la vuelta y vio que Ginny corría hacia él, con su hermoso cabello fogoso moviéndose al compaz de su trote.

- Hola Ginny- la saludó, esperando no volver a sonrojarse.

-¿Puedo caminar contigo?- dijo ella, con un tono rosado en sus mejillas, y la mirada gacha.

-¡Claro que puedes!- sonrió Draco con sinceridad. Era la primera vez que sentía aquello; nunca había sentido algo asi.

- Te noté algo... extraño hoy durante el almuerzo... ¿ocurre algo?- preguntó Ginny, sonando preocupada.

- No, para nada, estoy bien. Como les dije a Ron y Hermione, estoy hoy medio distraido, tu sabes, mucha tarea, el Quidditch... –contestó Draco, sin saber de donde sacabas esas estúpidas respuestas.

- Ah, de acuerdo, porque si te sucede algo, sabes que puedes decírmelo, ¿no?

- Por supuesto que lo se.- dijo Draco, deteniéndose de repente.

Ginny sonrió, y bajó la mirada.

- Bueno, volveré al castillo, tengo que repasar para un examen...- comentó tímidamente.

- Esta bien, te veré luego.

Ginny le dirigió una enorme sonrisa, y se alejó de allí. Draco se sintió en las nubes...

Ya de noche, Draco salió junto a Ron y Hermione de su última clase del día, Encantamientos. En el camino se encontraron de cara con Crabbe y Goyle, entre ellos estaba Harry. Éste abrió los ojos y miró a Draco, que captó la indirecta.

- Ron, Hermione, vayan adelantándose, yo iré a buscar un libro que olvidé en el aula.- les dijo Draco, agradeciendo poder haber dicho bien sus nombres sin titubeos.

- De acuerdo, no te demores, Harry.- dijo Hermione.

Crabbe y Goyle ya se habían sentado en la mesa de Slytherin, cosa que Draco agradeció. Se acercó a Harry, que estaba todo despeinado.

-¿Cómo vas, Malfoy?- preguntó Harry, preocupado.

-¡Sh, baja la voz, Potter! Nadie puede oírnos y lo sabes- reprochó Draco, molesto.

-¿Te gusta tu nuevo look?- bromeó Harry, pasándose una mano por el cabello.

- Lo detesto, sabes que no me gusta llevarlo así!- exclamó Draco.

- Lo siento, algún toque mío tienes que tener.- respondió Harry, animado.- La verdad yo voy bien, Crabbe y Goyle no notaron nada.

- Son medios estúpidos, así que no me preocupo por ellos.- dijo Draco, con maldad.

-¿Tratas bien a Ron y Hermione?

-¡Claro que si! Ahora les puedo llamar por sus nombres, lo siento, me acostumbre al pobretón Weasley y a la sangre impura de Granger.

-¡Basta, Malfoy! Te estoy ayudando en esto, cosa que no puedo creer, pero debo admitir, que me esta agradando.

- Sabía que te gustaría, ¿a quien no, siendo un Malfoy?

- Si, si, no te agrandes... Será mejor que me vaya, no es bueno que te vean hablando conmigo, ¿sabes?

- Muy bien, Potter, ya vamos aprendiendo.

Harry sonrió irónicamente y entró al Gran Salón. Enseguida, Draco lo siguió.

Se sentó al lado de Hermione y se sirvió pollo alegremente.

-¿Qué hacias hablando con Malfoy?- preguntó Ron, con el ceño fruncido.

- Lo de siempre, tu sabes, sus amenazas que me ganará en el partido del sabado y esas cosas.- respondió Draco, despreocupadamente.

- Solo espero que no canten "A Weasley vamos a coronar" esa canción me da fobia!- exclamó Ron, con asco.

- Te pone los pelos de punta.- agregó Hermione, detrás de su libro.

- La verdad es genial.- sonrió Draco, recordando el momento en que la cantaron por primera vez.

-¿La canción fue genial? ¿Qué dices, Harry? Por culpa de esa canción perdimos el año anterior.- dijo Ron, alarmado.

- Pero es brillante. Digo... saben como ponerte nervioso, Ron.- no sabía como corregir su error.

-¿Estas loco, Harry?- dijo Ron, extrañado.

- No importa, sabes que si lo estoy.

Siguieron comiendo en silencio, y a Draco no se borraba la imagen de Ginny, que estaba en su cabeza todavía cuando le dirigió esa enorme sonrisa blanca. Hermione anunció que se iría a devolver un libro en la biblioteca y luego a la sala común.

Ron y él terminaban su tarta de manzana cuando Seamus Finnigan se acercó a ellos.

- Saben que dia es hoy, ¿no?- les dijo, haciéndose el misterioso.

- Miércoles, por supuesto.- respondió Draco, blanqueando los ojos. Que estúpido...

- No te hagas el pícaro, Potter, sabes bien que hoy es nuestra reunión de machos.- dijo Seamus, golpeando a Draco en la cabeza.

- Ah... cierto, eso...- dijo Draco, sobándose la coronilla. ¿Qué diablos era la reunión de los machos?

- No falten, saben que hoy es su turno. No intenten escapar, saben bien que les puede suceder.- rió Seamus, alejándose de allí.

- Tendremos que ir, Harry, no nos queda otra. La verdad es que estoy nervioso.- dijo Ron, poniéndose de pie junto a Draco y saliendo del comedor.

Draco lucía nervioso también, así que quería confirmar de que diablos se trataba aquella cosa. Dejó que Ron subiera solo a la torre Gryffindor, y esperó que Harry saliera de comer.

-¡Potter!- chistó silenciosamente.

Harry se dio la media vuelta. Iba con una flamante chica de Slytherin. Draco la reconoció como Melissa Wats.

-¿Qué quieres, Malfoy?- se acercó a él, dejando que la chica se alejara hacia la sala común de Slytherin.

-¿Me puedes decir que cornos es la Reunión de los Machos?- exclamó Draco, impaciente.

-¡Oh, no! Lo olvidé, hoy nos toca a mi y a Ron.- dijo Harry, con ojos destellantes.

-¿Pero que es?

- Es una reunion que hacemos los de 6° de Gryffindor, donde nos contamos nuestros secretos, hablamos de chicas y bueno, tu sabes...

-¿Eso es todo?- sonrió Malfoy maliciosamente.

- Creo que si... ¡Espera! No tramas nada, ¿verdad?- acotó Harry, temiendo que esa sonrisa sea una mala idea.

- Claro que no... Esto será divertido...

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Bueno, Hola a todos!!! Ya volvi de mis hermosas vacaciones en la playa, jaja, la verdad que los extrañe muchisimo!!! Aqui, nuevo capítulo, ya queria actualizar, estoy muy emocionada con este fic.... jejejjee..

Gracias por sus reviews!!!! De verdad, me gustaron mucho, espero que sigan mandando y leyendo la historia...

Dedicado a todos los que leen y dejan reviews, y por supuesto a Mely y Polgara las mas fanas del DG!!!

Un beso a todos!!!! R&R!!!! P

VeRo GrAnGeR...