Un deseo a las estrellas.

¡No puede ser¿Potter y Weasley?- gritó Pansy Parkinson anonadada. Codeó a Harry, que su cara... lo decía todo... mientras se reía a carcajadas.

Draco no sabía que hacer... Potter no iba a soportar aquello, ya quedaban solo dos días para que las cosas volvieran a la normalidad... Y Potter no estaba enamorado de Ginny!

Es increíble!- exclamó Pansy, con una risotada.- Creí que ya era suficiente con la sangre impura y el perdedor... Pero esto es demasiado¿no crees Malfoy? Jajaja!

Cierra la boca, estúpida. No es asunto tuyo, y no hables porque a ti nadie te mira, eres un asco, mírate a un espejo.- dijo Draco indignado. "Siempre quise decirte eso..." pensó. Ginny soltó una risita tímida.

Pansy abrió la boca para reprochar, pero luego se quedó callada.

¡Vámonos, Draco! No hay mucho que hacer aquí.- replicó ella, sobrando a Ginny y Draco, y tomando a Harry por el brazo. Éste todavía no salía de su asombro. Draco presentía que aquello no sería nada bueno... Potter parecía furioso...

No les hagas caso, Harry... Sabes que nada bueno puede esperarse de gente como Malfoy...

Draco sintió que el mundo se le caía a los pies.

¿Cómo dices...?

Es obvio, Malfoy es una persona detestable! No lo soporto, seguramente no tiene ni una pizca de sentimientos, con todas las chicas que ha estado a ninguna la quiso realmente, las usó a todas... Ese tipo no vale nada...

Draco negó la cabeza... Pero aquello fue como una puñalada en el corazón. Nunca pensó que aquella chica lo confundiría así... Deseaba ser Harry Potter por siempre para poder estar a su lado..."Nunca me querrá por lo que realmente soy..."

Ginny y Draco se encaminaron juntos a los carruajes para volver a Hogwarts. Allí se encontraron con Ron y Hermione, y estuvieron charlando durante todo el trayecto.

Ya estaba anocheciendo cuando los cuatro chicos entraron a la sala común de Gryffindor.

Harry¿podría hablar un segundo contigo?- preguntó Ginny, cuando estaban sentados frente a la chimenea.

Claro... – respondió Draco. Ron le dirigió una pícara mirada.

Draco se puso de pie y junto a Ginny salieron de la sala común. Caminaron por los pasillos, donde todavía algunos estudiantes salían del Gran Salón.

¿Y bien¿Qué quieres hablar conmigo?- preguntó Draco.

Bueno, nada... Es que en Hogsmeade no pudimos terminar de conversar... Ya sabes, por el estúpido de Malfoy...- contestó Ginny.

Draco sintió que el vacío que sentía en el corazón se hacía más grande.

Entiendo...

Lo que quería decirte es que... Bueno, ya sabes lo que siento... Siempre estuve enamorada de ti, Harry... Y me alegra que ahora lo hayas descubierto verdaderamente... Te demoraste, lo sé... Pero valió la pena.- dijo Ginny con los cachetes sonrojados.

Tienes razón, Ginny... Pero olvidemos lo que no pudo pasar... Ahora podremos estar juntos.- sonrió Draco, sintiéndose un poco mejor.

Se acercó lentamente a Ginny para besarla, pero ella lo atajó con un beso en la mejilla.

Por ahora... Es mejor así... – susurró ella, abochornada.

Lo entiendo.- replicó Draco, decepcionado.

Gracias por el paseo, lo disfruté mucho... Nunca lo olvidaré, Harry.- dijo Ginny, más sonrojada aún.- Buenas noches.

Le dirigió una enorme sonrisa y se alejó en dirección a la sala común.

Draco la observó irse, sintiéndose increíblemente feliz, y hasta algo estúpido. ¡Nunca se había enamorado...! Y ahora que lo hacía, justamente de ella...

Se disponía a irse a dormir también, cuando alguien tocó su hombro con fuerza.

¡Es a ti a quien estaba buscando!- exclamó una voz enojada. Era Potter.

Hola Potter¿todo bien?

¡No, Malfoy¿Qué diablos estas haciendo¿¡Te volviste LOCO!- gritó Harry, furioso.

Oye! No estoy siendo agresivo contigo! Además, puedes ser más explícito porque no te entiendo nada...

No te hagas el desentendido... Y confiesa ya lo que pretendes con esta locura.

Ya te dije que es solo para divertirme... Y estuviste de acuerdo.

¡No me refiero a ... esto! Sino a Ginny!

Aaa... Ginny... jeje… es encantadora…

¡Malfoy! Queda un solo día... para que esta... basura se termine... ¿Y me sales con esto? Que voy a hacer después que las cosas vuelvan a la normalidad con Ginny! Respóndeme!

¡Tranquilízate, Potter, no te alteres!

¿Cómo quieres que este, Malfoy? No estoy enamorado de Ginny!

Ups... no lo sabía...

Harry se pasó una mano por el cabello, exasperado.

Dime... por favor, querido Draco Malfoy... porque, justamente con Ginny! Es que no lo entiendo!

Potter, esto no es ninguna broma ni otra de mis conquistas...

¿Qué me quieres decir¿Te enamoraste de Ginny?

Puede ser que sí.. Pero eso no te incumbe.

Claro que si! Porque ella cree que yo soy el enamorado!

Mira, Potter... se que esto se me ha salido de las manos... Pero ya no hay vuelta atrás...

Si que lo hay! Puedes terminar con toda esa porquería... Y decirle a Ginny que no la quieres.

No puedo hacer eso!

Oh... si que puedes! Debemos solucionar esto, sino se volverá un caos...!

Piensa, Potter! No puedo ahora terminar con todo esto... Imagínate como terminará Ginny! Y además... Ron se pondrá furioso.

Harry abrió la boca para decir algo, pero se silenció. Miró a Draco con furia y se volvió a pasar una mano por el cabello.

Tienes razón, Malfoy... Pero ¿sabes que? No me importa, porque prefiero que sea de esta manera... porque después será tarde!

Le partirás el corazón a Ginny!

Cállate, que tu tienes la culpa de todo! Y escúchame una cosa, Malfoy.- exclamó Harry furioso. Lo agarró por el cuello de la camisa.- Más te vale que termines con toda esta basura, porque sino...

¿Sino, que Potter?- preguntó Draco, divertido.

Sabes muy bien lo que puedo hacer con tu reputación...

De acuerdo, de acuerdo! Hablaré con Ginny después.

Ahora mismo, Malfoy! Mañana es nuestro partido de Quidditch! Y gracias a Dios ya se termina esta horrorosa semana.

Oh, vamos, Potter, no me niegues que también la pasaste de lo lindo.

Harry gruñó y no respondió.

Ya sabes lo que tienes que hacer. Ahora mismo, Malfoy.

Como tu digas, Potter...

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La mañana se despertó con un hermoso sol brillante. "Perfectas condiciones para jugar Quidditch" les había dicho la nueva capitana del equipo de Gryffindor, Katie Bell, la noche anterior antes de acostarse.

Draco se levantó con una plena satisfacción... Jugar Quidditch siendo el Gran Harry Potter... como lo disfrutaría.

Ron estaba sentado en el borde de su cama con la mirada perdida.

¿Ron, te encuentras bien?- le preguntó Draco, al ver la palidez del muchacho.

Te confieso que no doy más de los nervios, Harry... El año pasado precisamente no fue mi año jugando¿sabes?

Por favor, Ron, ya pasó... Este año es algo nuevo, tienes que tener confianza.

Lo sé, y es que la tengo, pero solo al pensar en Malfoy y su estúpida canción...

Draco rió.

Te aseguro que esa canción no puede hacerte temblar más, Ron... Piensa que fue... solo un momento de diversión de Malfoy... y listo.- respondió él, dándole una palmada de ánimos a Ron.- Ya verás que ganaremos.

Un poco mejor, Ron se cambió y bajaron a desayunar, donde Hermione estaba charlando con Ginny.

Buenos días.- saludó Hermione alegremente, apartando un lugar para Ron a su lado. - ¿Listos para el Quidditch?

Demasiado... diría yo... será un buen juego.- contestó Ron, tomando la mano de la chica. – Hoy le demostraré a Malfoy que su patética canción ya no me afecta en nada.

Así se habla, hermano. Y tu, Harry¿cómo te sientes?- preguntó Ginny, con una sonrisa.

Sabiendo que tu estas observándome, mucho mejor.- dijo Draco, con una sonrisita pícara.

Ron y Hermione se miraron sorprendidos; Ginny estaba sumamente roja.

Bueno, Ron, vamos que es hora de jugar. Nos vemos después del partido.- les dijo Draco a Ginny y Hermione.

¡Buena suerte, chicos!- exclamó Hermione. Cuando se fueron, se dirigió rápidamente a Ginny.- ¿qué diablos fue eso?

Hermione! No te he contado todo lo que ha sucedido...

Ginny prosiguió a contarle lo ocurrido en Hogsmeade.

No te puedo creer!- gritó Hermione, anonadada, mientras salían rumbo al campo de Quidditch. - Ginny, es genial! O sea... que estas de novia con Harry!

No, no! Aún no... es que... tengo miedo..

¿Miedo a que?

Tu sabes... a ilusionarme...

Ginny, escúchame... Harry no es ese tipo de chico que juega con los sentimientos. Tu lo sabes bien.

Tienes razón, Hermione...

Dale una oportunidad, para demostrarte lo que siente por ti.

Eso voy a hacer... Hablaré con el esta misma noche...

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El partido de Quidditch terminó pasada las 12. había ganado Gryffindor con 10 tantos contra 8 de Slytherin. Draco todavía no se había encontrado con Potter... Pero hacer ganar a Gryffindor era lo menos que podía hacer por él después de todo lo ocurrido.

Salieron de los vestuarios a los gritos y se enteraron que la fiesta en la sala común ya había empezado y que los esperaban.

Draco nunca había estado en una fiesta como aquella. La comida volaba por todos lados, y la música sonaba a todo volumen. Los de Gryffindor recibieron al equipo entre aplausos y risotadas. Y para sorpresas de mucho, el jugador estrella del partido había sido... Ron.

Ron! Te felicito! Jugaste muy bien.- gritó Hermione emocionada, lanzándose a sus brazos y besándolo.

Ron se sonrojó, pero en el fondo se sentía satisfecho.

Se sentaron en las butacas y comenzaron a hablar sobre el partido. Draco escuchaba a Seamus hablar de una estúpida jugada que había echo Potter, cuando Ginny se le asomó por detrás.

¿Podríamos hablar? – le susurró al oído.

Draco se puso de pie... Y se dio cuenta que no había terminado con Ginny como había acordado con Potter... Pero.. ¿qué más daba? Si ya era el último día del deseo...

Caminaron hacia el lago, comentando el partido, y Ginny no paraba de alabarlo... Draco se sentía en las nubes, aunque de repente lo invadió una inexplicable tristeza. Sabía que aquellos iban a ser los últimos momentos junto a Ginny... Luego volvería todo como antes... Y la perdería... y también perdería ese enorme sentimiento que sentía al estar a su lado, al tenerla cerca, al mirarla a los ojos... ¿Por qué justamente de ella tenía que enamorarse?... de todas las chicas que tenía cerca y que lo admiraban, eligió a la menos indicada... pero la más perfecta.

Se sentaron en la orilla, y la enorme luna brillante se reflejaba en la superficie...

Harry... lo que quiero decirte... es algo muy importante...- empezó Ginny, retorciéndose los dedos.

Puedes decírmelo, Ginny...

Estuve pensando en todo lo que pasó últimamente... Y sobre lo que tu sientes y lo que yo siento...

Ajá...

Y creo que ya no debemos esperar más... Te amo, Harry.

Draco la miró a los ojos, y un nudo se hizo en su garganta... hubiera dado lo que fuera para decirle lo mucho que estaba enamorado, que en realidad la amaba con todas sus fuerzas...

Ginny se acercó lentamente a él... Rozó sus labios suavemente con los del chico, y ambos sintieron un fuerte escalofrío por todo el cuerpo... Draco sentía la respiración de Ginny cada vez más acelerada... Y la tomó por la cintura y la besó... Ginny rodeó su cuello con los brazos, sin dejar de besarlo... Draco nunca había sentido tantas cosas... allí se encontraba besando a única chica que lo hacia perder la cabeza... la única que había podido hacerlo sonrojar... Ginny Weasley.

Ginny acariciaba el cabello desordenado de Harry... Cuando de pronto sintió que se le escapaba de las manos... abrió los ojos y horrorizada vio que el cabello de Harry se tornaba de repente rubio. Se separó bruscamente del chico, y en vez de encontrarse con los ojos esmeraldas de Harry.. le devolvieron la mirada unos tristes ojos grises... Su cara se volvió pálida y puntiaguda... Pero el chico que la había besado por primera vez no era Harry Potter... Era Draco Malfoy...

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