3.
Los aspirantes a caballeros y sus maestros
Jürgan observó a los demás niños que se carcajeaban por la ocurrencia de Milo. Shaka no dejaba de mirar a su hermano buscando una respuesta lógica a lo que acababa de ver.
Después de la cómica intervención del niño de cabellos azules, y de que regresó a la fila después de ir al baño, Shion se puso frente a ellos y exaltó a los hermanos que se acomodaran en la fila.
"Ahora todos estamos completos" dijo con un tono ya mucho más serio que antes "Ustedes han sido escogidos por la Diosa Atena para portar las legendarias armaduras más poderosas que puede ofrecer. Las armaduras doradas. Cada uno de ustedes tiene una cualidad que los hace únicos, y por ende, especiales ante los ojos de nuestra Señora. Sólo algunos de ustedes tendrá el máximo honor de llevar en sus cuerpos las armaduras más poderosas del Santuario, al igual que conocer el máximo secreto de la cosmoenergía… El Séptimo Sentido. Les advierto antes de comenzar que el entrenamiento es lo más duro y difícil a lo que se enfrentarán en toda su vida. Puede que algunos de ustedes no sobrevivan a este entrenamiento, pero confío en la sabiduría de la diosa en que todos saldrán bien librados. A algunos los conozco desde que nacieron, otras caras son nuevas aquí. Me presentaré ante ustedes de manera formal. Mi nombre es Shion, Gran Patriarca del Santuario de la Diosa Atena y protector de su fé. Quiero que cada uno de ustedes se presente ante sus compañeros, ya que serán durante toda su vida la única familia que tendrán. Recuerden que la vida de un cabalero es breve, y que debe vivirla a su máxima intensidad cada día, pues no sabe si será el último día en que podrá ver un amanecer. Olviden lo que fueron y concéntrense en lo que serán. Su familia ahora es la que está en el Santuario, sus hermanos son todos los guerreros que se encuentran dentro de los límites de este lugar. Sus esperanzas radican en la fuerza que la cosmoenergía les da. El cosmo es el poder de un caballero, pero es un arma de doble filo. Puede ser para crear y defender o para destruir y conquistar. Siempre tengan esto en cuenta y serán grandes y sabios. Ignórenlo y serán consumidos por su propia avaricia y sed de poder. Ahora bien. Comencemos entonces por saber quiénes somos y qué es lo que queremos."
Señalo al primero del extremo izquierdo. Era un niño extraño, de cabello lila y dos puntos rojos coronando su frente. Su mirada era curiosa y tenía un pequeño martillo y un cincel colgando del cinto. Dio un paso al frente y colocó sus manos en su espalda.
"Mi nombre es Mu y vengo de las tierras de Yamil. Mi familia es de herreros, aquellos que se dedican a reparar armaduras de la diosa Atena, al igual que crear nuevas armaduras de la nada. Quiero ser caballero para poder comprender mejor a las armaduras y así poder darles vida, tal y como mi padre."
El siguiente dio un paso al frente mientras Mu regresaba a su posición. Este infante era de cabello castaño y desaliñado. Su rostro lo cruzaba una sonrisa confiada, pero el brillo de fe en sus ojos era lo que más destaca de toda su presencia. Cuando habló, tenía una voz muy marcadamente española.
"Mi nombre es Shura, vengo de Valencia. Quiero ser caballero para servir a la Diosa Atena con mi propia vida, y ser su guerrero más leal. Vivir y morir por su nombre. Dar todo por ella. Eso es lo que quiero."
Jürgan no pudo evitar soltar una risilla divertida. Nunca había escuchado a un español hablar, y mucho menos a alguien con el acento tan marcado y con esa energía al decir las cosas como este curioso niño de baja estatura y complexión delgada, por no decir famélica.
El siguiente también era de cabello castaño, y tenía una pequeña bandanna roja que le cubría la frente. Dio un paso con seguridad y dijo con voz decidida:
"Yo soy Aioros, y soy de Grecia. Quiero ser caballero porque deseo ser más fuerte!"
Siguió el turno de un niño grande y obeso, de tez morena. Un niño que daba la apariencia de ser de 8 años, pero no tenía más de 5. Su tosco cuerpo se movió, y sus facciones se endurecieron. Jürgan tuvo que aguantarse la risa al imaginar a un dinsoaurio caminando con ese paso fuerte y pesado en vez de al niño.
"Mi nombre es Aldebarán, soy de Brasil, de Río de Janeiro. Quiero ser caballero porque deseo que mi familia esté bien. Somos pobres y sin mí ahí podrán comer mejor."
Su forma de hablar era un contraste con su físico tosco. Parecía como si cantara.
El que le siguió era alto y de mirada tranquila y taciturna, Su cabello azul le llegaba hasta los hombros y sus labios estaban torcidos en un semblante triste.
"Soy Saga, y no importa de dónde provemgo. Yo no quiero ser caballero… A mí me enviaron mis padres, dijeron que sería lo mejor para mí."
Un niño de mirada orgullosa y cabellos azul marino muy oscuros se plantó frente al Patriarca. Una sonrisa se pintó en sus labios delgados.
"Mi nombre es Giuseppe, y soy de Italia. Quiero ser caballero para que mi papa esté feliz de su Bambino,"
Guiseppe, al regresar a su lugar, jaló a un hermoso niño de cabello azul cielo. Un lunar coronaba su pómulo e instintivamente miró al piso.
"Mi n-nombre es Afrodita… Soy de Suecia… Y… Y quiero ser caballero porque… porque…Porque quiero defender a mis seres queridos de todo lo que le pueda dañar."
El niño dio un pequeño brinco nervioso hacia atrás.
El que siguió estaba muy ocupado con Milo jugando guerritas de dedos y soltó un chasquido con la boca cuando perdió. Era también de cabello azul, largo y recogido en una cola de caballo. Sus ojos se mostraban divertidos y a la vez frustrados por su derrota. Se volvió con lo ojos muy abiertos cuando el Patriarca aclaró su garganta con fuerza para llamar su atención, y dio un salto hacia el frente mientras colocaba sus manos de tras de su espalda y se sonrojaba con una inmensa sonrisa traviesa en el rostro.
"Jejejejejeje, PRESENTE!"
Todos lo miraron y el silencio reinó, a excepción del viento que soplaba con fuerza y ululaba cuando pasaba por las frías columnas de mármol.
"Ehhh… Jejejeje… Bueno… No estábamos pasando lista?"
Silencio
"Estamos conociendo nuestros nombres y la razón por la cual queremos ser caballeros . Dinos tu nombre y tu razón…"
El niño se llevó una mano a la parte posterior de la cabeza y sonrió aún más. Los demás soltaron una risilla.
"Bueno… Pues mi nombre es Camus y vengo de Francia, de París. Quiero ser caballero porque los caballeros son increíbles, fuertes, grandes, superpoderosos, y sus armaduras son geniales!"
Shion suspiró. Este sería todo un caso…
El siguiente era Milo. Dio un paso muy exagerado al frente e hizo una inmensa reverencia al Patriarca.
"Pues creo que ya todos saben mi nombre-sonrió- Pero se los vuelvo a decir para que se les quede bien grabado en la cabezota. Soy Milo, y soy orgullosamente Griego! Quiero ser caballero porque algún día tendré una novia muy bonita a la cual tendré que defender con mi vida! Aparte de Atena, por supuesto jejejejejeje"
Su gran sonrisa contagió al resto del grupo, incluyendo al Patriarca, quien sonrió debajo de su máscara.
"Muy bien, ya que todos se conocen, es tiempo de que conozcan a los que serán sus maestros…."
10 siluetas se mostraron de pronto detrás del Patriarca. Todos llevaban capas y las capuchas subidas, las cuales cubrían por completo sus rostros con sombras.
Jürgan y los demás niños sintieron un estremecimiento en la espina… Se veía que serían muy duros con ellos.
Shion llamó con la mano a uno de los adultos, el cual dio un paso hacia el frente y se retiró la capucha. Era un hombre rubio, de facciones finas y mirada seria que hacía combinación con sus labios delgados y totalmente inexpresivos. Sus ojos eran de color violeta y no se notaba brillo en sus ojos.
"Su nombre es Orión y será uno de maestro que los entrenará . Dos de ustedes irán con él."
El maestro sólo asintió levemente con la cabeza y se volvió a poner la capucha para después regresar a su lugar."
El siguiente maestro era muy curioso. De pelo negro y largo. Una sonrisa muy marcada estaba en su rostro siempre y tenía ese extraño brillo en los ojos que lo hacía verse muy extraño.
"El es Taka."
El que el siguió era una mujer de cabello oscuro y con una máscara en su rostro con extraño símbolos alrededor de los ojos.
"Ella se llama Ammos."
Los demás maestros fueron presentados uno a uno. Cada quien de diferente país y con diferentes características únicas. El peliverde no pudo quitarle la mirada a la mujer… A Ammos. Se veía muy fuerte, aunque aún no comprendía por qué las 3 mujeres que había visto dentro el Santuario llevaban máscaras… Cómo sería realmente su rostro? Acaso eran tan grotescos que tenían que ocultarlo bajo una máscara?
Iba a preguntárselo al Patriarca, pero prefirió guardar silencio… A lo mejor y se enteraría después…
Shion extrajo de su manto una pequeña caja de oro con plata, la cual tenía un agujero en la tapa de arriba .
"Ahora se decidirá su suerte por medio de un pequeño sorteo. Metan la mano dentro de la urna y saquen un papel. El nombre del maestro aparecerá ahí y entrenarán con él todo el tiempo que sea necesario hasta que completen su cometido. Que la suerte de la Diosa Atena esté con ustedes…"
Jürgan fue el primero en pasar y salió el nombre de Ammos en su papel. El que le siguió fue su pequeño hermano y salió otro nombre distinto. El rubio lo miró con preocupación. Los separarían…
"Ni te preocupes, hermanito." Le dijo Jürgan mientras intentaba vanamente de que la voz no se le quebrara. " Voy a regresar de ese entrenamiento listo para tener mi armadura, y espero que tú también hagas lo mismo!"
Shaka asintió levemente con la cabeza, mientras un par de lágrimas se escurrían por sus mejillas. No sabía si volvería a saber de su hermano con vida. No quería separarse de él. Jamás habían estado solos. Si él necesitaba apoyo, sabía que su hermano estaba ahí para protegerlo. Pero ahora estaría sin él…
"Seré fuerte yo también entonces!" dijo con una sonrisa fingida "Prometo que cuando vuelva seré un caballero de oro, como tú lo serás también!"
El peliverde sobó con cariño la cabeza de su hermano. La verdad era que sentía exactamente lo mismo que Shaka, pero se estaba haciendo el fuerte para evitar que hubiera una despedida triste y cruel. Tenía que concentrarse en lograr que ese entrenamiento fuera totalmente fructífero. Tenía que ser fuerte para proteger a su mamá… Y a su hermanito…
