LAS GUERRERAS MAGICAS
CAPITULO 6 – DESPEDIDA Y REENCUENTRO
Después de la derrota sufrida contra Kyra, Anaís y Paris se enfrentaron a Fania. La batalla tuvo lugar en una aldea en las afueras del Bosque del Silencio. Fania se presentó ante Anaís con la misma misión que Kyra: incrementar los poderes de las guerreras mágicas. Esta vez, Anaís tuvo que invocar a Windom para poder enfrentarse al genio de Fania: Vagrant. Durante el combate, Fania siempre tuvo la ventaja, incluso utilizó a Paris como distracción mientras atacaba. Al final, GuruClef usó su magia para transportar a todos los habitantes de la aldea, a Paris y a Zero al castillo. Anaís se quedó a luchar con la esperanza de vencer a su enemiga, pero fue derrotada y capturada.
Lucy y Presea regresaban de su paseo con varias cajas, algunas con vestidos y otras con adornos para el cabello.
-Marina y Anaís se sorprenderán cuando vean estos regalos.- decía Lucy mientras daba un salto de emoción.
-Son muy bonitos, pero creo que se conformarán con saber que pensaste en ellas.- sonrió Presea.
-¿Tu crees?
-Ahí viene Latiz.- dijo Presea al ver que Latiz se aproximaba.
-Lucy, Presea, tengo que hablar con ustedes.- Latiz se escuchaba algo preocupado.
-Mira todos los regalos que conseguimos Latiz.- le dijo Lucy muy entusiasmada.
-Anoche, mientras dormían, hablé con GuruClef y me pidió que regresáramos al castillo.
-¿Acaso sucedió algo malo?- preguntó Presea.
-No lo sé. No me dio ningún detalle, pero a juzgar por su tono de voz, algo lo estaba preocupando más de lo normal.
-¿Crees que les haya pasado algo a Marina y Anaís?- Lucy comenzaba a preocuparse.
-No te preocupes Lucy, ellas son muy fuertes y valientes. Te aseguro que están bien.- la tranquilizó Latiz.
-Entonces debemos regresar cuanto antes al castillo. Iré a despedirme de Zaz y Geo. Regreso enseguida.- dicho esto Lucy entró al edificio para buscar a sus amigos.
-¿Te pasa algo? Te ves angustiado.- le preguntó Presea.
-Hay un aura maligna rondando Céfiro. Pero es muy extraño, esa aura me es muy familiar.
Unos instantes después, Lucy regresó con una gran bolsa donde llevaba sus regalos. Antes de llegar a donde se encontraban Presea y Latiz, escuchó una voz que venía de su interior.
-Lucy...
-Esa voz es de... Rayearth.
-Mi querida niña. Ha pasado mucho tiempo.
-¿En verdad eres tú Rayearth? No sabes como te extrañe...
-Escucha mis palabras... Debes volver a empuñar tu espada para pelear. El enemigo esta cerca, pero esta vez no será tu magia ni tu fuerza la que decidirá el resultado de la batalla.
-¿A qué te refieres?
-Cuando llegue el momento, tendrás que usar la fuerza que hay en tu corazón, y deberás luchar por tus seres queridos. El camino que recorrerás será difícil y doloroso, pero recuerda que al final de ese camino tu destino ya no será el de una guerrera mágica.
-No comprendo ¿Por qué dices que ya no seré una guerrera mágica?
-Si alguna vez te encuentras en problemas, grita mi nombre y yo estaré ahí para ayudarte.
-Espera... ¡Rayearth!
Después de su conversación con Rayearth, Lucy se reunió con sus amigos y partieron de inmediato hacia el castillo.
Mientras tanto en el jardín del castillo, Caldina descansaba bajo un árbol. Pensaba en su pequeño hermanito y en todo lo que habían vivido desde que lo conoció cuando fue contratada por Zagato. Todos esos recuerdos solo avivaban en ella un profundo sentimiento de tristeza. En ese instante, una mano tocó su hombro para intentar consolarla.
-¡Déjame sola!- dijo Caldina sin siquiera voltear.
-Caldina, se como te sientes...- le dijo Ráfaga.
-¿Cómo puedes saberlo!-contestó enérgicamente y apartándose- Tu nunca has perdido un hermano. No puedes saber como se siente mi corazón en este momento. Ascot...-suvoz se tornó más suave y tranquila- él era mi única familia. No me malinterpretes, GuruClef, Presea y los demás también son muy especiales para mí, pero no es lo mismo. Cuando llegué a Céfiro y conocí a Ascot, pensé que solo era un niño molesto, pero cuando lo veía jugar y hablar con sus criaturas, algo me cautivo. Desde entonces siempre me preocupé por él, lo protegía y lo ayudaba en todo lo que podía... ¡Eres un tonto Ascot¿por qué tuviste que dejarme sola!
Las lágrimas de Caldina caían suavemente sobre sus mejillas mientras Ráfaga la abrazaba intentando calmarla.
-Caldina... antes de regresar al palacio, me aseguré de que Ascot no se fuera para siempre.
-¿De que hablas?- de su armadura, Ráfaga sacó una pequeña chispa de luz y se la mostró a Caldina- ¿Qué es esto?
-Cuando Ascot murió su cuerpo se convirtió en esto, y antes de que todas las chispas se perdieran tomé una y la guardé. De este modo, podrás despedirte de él.
Caldina tomó entre sus manos aquella chispa que Ráfaga había conservado, era muy cálida y brillante. Entonces, Caldina pudo escuchar la voz de aquel niño al que había conocido cuando llegó a Céfiro, el único que la veía como una hermana y al que apreciaba con todo su corazón.
-Ascot... ¿en verdad eres tú?... ¿qué dices?... Yo también te quiero mucho... ¿te vas¿pero a dónde?... entiendo... te echaré de menos... Adiós, mi querido hermanito.
Después de despedirse, la chispa se separó de Caldina y se elevó lentamente. Ella abrazó a Ráfaga mientras veía como se alejaba hasta que la chispa se extinguió.
-Adiós... Ascot...
Una hora después llegaron Lucy, Latiz y Presea al castillo. Inmediatamente entraron al salón principal, dónde se encontraba GuruClef paseando de un lado a otro.
-Hola GuruClef.- sonrió Lucy.
-Lucy, que bueno que ya regresaron.- respondió Guruclef
-¿Dónde están Marina y Anaís?- GuruClef solo bajó la mirada sin responder.
-¿Sucedió algo mientras no estábamos?- preguntó Presea.
-Marina se encuentra bien, ahora está descansando en una de las habitaciones. Pero no sabemos nada de Anaís.
Lucy abandonó de inmediato el salón y sus regalos, y buscó a Marina en cada una de las habitaciones hasta que se topó con Nikona, quien le indicó el camino. Cuando entró al cuarto, se acercó a Marina y la tomó de la mano.
-Sus manos están heladas.- dijo Lucy al tomar entre sus manos la mano de Marina-¡Marina¡Respóndeme por favor!... Nikona¿qué le sucedió?
-Pu Pupu Pu Pu Pu Pupupu- saltando de un lado a otro y haciendo gestos, Nikona intentó explicarle a Lucy lo que había sucedido.
-¿Dices que Marina tuvo una pelea?
-Pupu Pupu
-¿Quién pudo hacerle algo tan horrible?
-Lucy...- dijo Latiz al entrar en la habitación.
-Latiz...
-GuruClef nos explicó la situación. Al parecer Marina esta fuera de peligro. Por quien debemos preocuparnos es por Anaís.
-¿Anaís también esta herida?
-No estamos seguros. Esta mañana tuvo una batalla muy intensa, pero el enemigo resultó tener una magia impresionante y logró capturarla.
-¡Tenemos que salvar a Anaís!- Lucy se separó de Marina e intentó salir de la habitación.
-Debes calmarte Lucy.- Latiz ladetuvo sujetandola de la mano-Nadie sabe a donde se la han llevado.
-¿Cómo puedes decir eso Latiz? Anaís es mi mejor amiga. Es mi obligación rescatarla y traerla a salvo. Ya verás que la encontraré.
-Te suplico que te tranquilices Lucy. No debemos precipitarnos. Además no creo que la lastimen. Paris asegura que escuchó a su oponente decir que Anaís le ayudaría en sus planes.
En cuanto Latiz la soltó, Lucy salió del cuarto y se dirigió a la salida del castillo, pero antes de llegar sintió un fuerte dolor en su pecho y se desmayó. En ese momento, GuruClef y Latiz sintieron que un aura maligna se acercaba al castillo, así que alertaron a todos y pidieron ayuda a los guardias para revisar cada habitación y pasillo.
-Te lo aseguro padre. El poder de esta niña ya esta listo. Kyra ya se apoderó de la magia de la otra guerrera mágica, permíteme usar la magia de ésta.- le insistía Fania a su padre.
-Desde luego que sí. Ha llegado el momento de actuar. Pero asegúrate de que nadie descubra nuestros planes antes de tiempo.
-Como tú digas, padre.
-Encárgate de dejar a la guerrera mágica en un lugar donde la encuentren fácilmente.
-Lo haré de inmediato.- dicho esto Fania se retiró.
-Al parecer mi carta maestra ha llegado al castillo. Por fin podré acabar con esas guerreras mágicas y obtendré todo el poder que tanto he deseado.
Cuando Lucy abrió los ojos, se vio rodeada de oscuridad. Solo había una pequeña alfombra roja que conducía a una puerta. Sin muchas alternativas de donde escoger, Lucy salió por la puerta y apareció en un hermoso campo de flores.
- ¿Dónde estoy?- dijo al mirar a su alrededor.- ¡Marina¡Anaís! Respondan.
-¡Lucy, Lucy!
Antes de poder ver quien la llamaba, fue recibida con un fuerte abrazo. La sensación era muy extraña, era como si se abrazara así misma, y al separarse entendió la razón.
-Te extrañe tanto.
-Tú eres... Luz.- dijo Lucy completamente sorprendida.
-¿Qué pasa? Creí que te alegrarías de verme.
-Yo... no...
-Ven conmigo, tenemos mucho de que hablar.
La impresión fue muy grande, sin embargo, Lucy no percibió malas intenciones por parte de Luz. Su cuerpo reaccionó por si solo y siguió a Luz. Se sentaron entre las flores para poder hablar cómoda y tranquilamente. Lucy solo miraba las flores, sin decir una palabra.
Uno de los guardias fue a avisarle a Latiz y a GuruClef que recién habían encontrado a Lucy y que la habían llevado a la habitación en donde se encontraba Marina. Latiz se dirigió a la habitación acompañado por Nikona, y con cada paso que daba para acercarse, sentía como el aura maligna se intensificaba.
-(No puede ser... esa aura...) ¿Qué sucedió?- le preguntó Latiz al guardia que cuidaba la habitación.
-Encontramos a la señorita Lucy tirada en uno de los pasillos.
-¿Acaso la atacaron?
-Creo que no. Cuando la encontramos no tenía ni un rasguño y no había señal de un combate.
Lucy descansaba en la cama que estaba junto a Marina, y cuando Latiz se acercó, descubrió que el aura que sentía emanaba de Lucy.
-No te parece hermoso.- dijo Luz al mostrarle a Lucy un arreglo de flores que había hecho.
-... Marina... Anaís...- Lucy actuaba de manera casi inconsciente y no ponía atención a lo que Luz decía.
-No te preocupes por ellas, ahora estas conmigo, y esta vez no nos volveremos a separar.
-Aún callada eres muy simpática Lucy.- sonrió Luz.
Otro guardia entró a la habitación con una noticia de suma importancia.
-Señor, me informan que la señorita Anaís acaba de regresar al castillo.- informó el guardia a Latiz-La encontraron hace unos minutos en la entrada del castillo.
-¿Cómo dices?- preguntó Latiz desconcertado.
-En estos momentos ella se encuentra con GuruClef. Parece que se encuentra bien.- en ese momento, Marina despertaba de su sueño.
-¿Dónde estoy?...- dijo Marina al levantarse.
- ¡Marina! - exclamó al ver como se levantaba de la cama sin ningún problema.
-¡Lucy!- exclamó al ver a su amiga.- ¿Qué le pasó a Lucy?
-Parece ser que tuvo un desmayo.
En el salón principal, GuruClef meditaba sobre la situación en la que se encontraban. Estaba sentado en su silla, pensando que era lo que estaba sucediendo.
-¿Por qué¿Cómo es posible que esta aura maligna haya entrado al castillo? Es posible que me equivoque, pero esa aura parece provenir de algún lugar dentro del castillo. Marina... Anaís... ¿Quién pudo derrotar a dos de las guerreras mágicas tan fácilmente? Y lo más extraño es que ataquen en este momento, ahora que ya no hay un pilar, que ganaría alguien con atacar las chicas...
Escoltada por dos guardias, Anaís entró al salón principal y saludó a GuruClef como si nada hubiese sucedido.
-Hola GuruClef.- GuruClef la miró con más asombro que alegría.
-Anaís... Estas a salvo. Pero creí que habías sido capturada.
-Yo tampoco entiendo. Apenas puedo recordar lo que sucedió esta mañana. Lo último que recuerdo es el rostro de esa chica. Después de eso desperté y ya estaba en la entrada del castillo.
Paris había escuchado la noticia sobre Anaís y corrió al salón principal para ver como estaba.
-¡Anaís!- gritó al verla.
-Paris...- se abrazaron cariñosamente y comenzaron ahablarse al oído.
-Menos mal que estas bien. No quiero que vuelvas a arriesgar tu vida de esa manera.- la regaño Paris.
-Lo hice para protegerte a ti y mis amigos.- se disculpó Anaís.
-Si¿pero que hubiera pasado si Fania te hubiera...? No podría perdonarme por abandonarte y dejarte luchar sola.
-La próxima vez seré más cuidadosa...- Anaís sacó su piedra mágica al igual que Paris- Te prometo que no volveré a arriesgar mi vida de esa forma, y también te prometo que siempre estaré contigo... - cuando dijo esto, Paris se separó de ella y miró al suelo- ¿Acaso dije algo malo?
-No es eso, lo que sucede es que... olvídalo, no tiene importancia. Lo único que importa es que regresaste y que te encuentras bien.
No habían terminado de hablar cuando Marina entró al salón vistiendo solo su uniforme escolar. Al ver a Anaís se acercó para preguntarle si sabía algo acerca de lo que le pasó a Lucy, pero Anaís se sorprendió tanto como ella cuando se enteró.
-¿Dices que la encontraron inconsciente?
-Sí. Pero no sabemos que pudo haberle pasado. Salí del cuarto solo para avisarte, pero hay que volver.
-Será mejor que vayamos con ella.
-Anaís, Marina. – las detuvo GuruClef al ver que se alejaban.
-¿Qué sucede GuruClef?- preguntó Anaís.
-En estos momentos será mejor que esperen aquí.
-¿Pero por qué?- preguntó Marina.
-Al parecer Lucy...
-¿Sabes algo de lo que le ocurrió?
-No estoy muy seguro, pero creo que la malvada de Luz a regresado y está con Lucy.
-¿Qué?- exclamaron ambas chicas.
-No es posible, hace un momento yo estaba con ella y no había nadie aparte de Latiz.- dijo Marina.
-Luz no vino en una forma física, más bien está dentro de Lucy.
Anaís y Marina se miraron entre ellas e hicieron un gesto de afirmación, entonces corrieron a la habitación de Lucy para ver si se encontraba bien.
-Dime Lucy¿no te gustaría quedarte aquí conmigo?- Lucy reaccionó ante la pregunta de Luz.
-¿Quedarme?
-Yo sé que somos una misma persona, pero de este modo podemos hablar y jugar entre nosotras. Como si fuéramos dos personas completamente distintas.
-No puedo... Marina y Anaís me necesitan, no puedo abandonarlas. Además si no regreso se preocuparan mucho. ¿Por qué no sales y te presentas con los demás del castillo?
-Pero Lucy... ¿tu crees que me acepten?- dijo Luz tímidamente.
-Desde luego, además ya no eres mala. ¿Qué dices Luz?
-Yo...
De pronto, un fuerte dolor de cabeza comenzó a molestar a Luz. Por la intensidad del dolor, Luz cayó al suelo mientras sujetaba su cabeza tratando de calmarse. Lucy se acercó para ayudarla, pero fue rechazada por una barrera mágica que cubría a Luz.
-¿Luz, que tienes? Déjame ayudarte.
-No te acerques Lucy... mi cabeza... me duele... ahh.
-¡Luz!
Una risa maligna se dejó escuchar dentro de Lucy, al mismo tiempo que el dolor de Luz disminuía.
-¡Jaja Jaja! Luz, ha llegado el momento, levántate.
Luz dejó caer sus manos y se levantó. Sus ojos ya no veían el campo de flores, solo una oscuridad que la rodeaba.
-¡Lucy¿Dónde estas?
Siguió buscando a Lucy hasta que piso un charco de sangre, fue entonces que vio enfrente el cuerpo de Lucy que yacía sin vida en el suelo, y junto a ella, a la malvada Debouner.
-Tu le hiciste esto a Lucy. Ahora me las pagaras. ¡Flecha de Fuego! - el hechizo golpeó a Debouner, pero no fue a ella a quien en realidad atacaba.
-Luz ¿Qué estas haciendo¿Por qué me atacas?- decía Lucy mientras esquivaba los ataques.
Los ojos de Luz no veían a Lucy, solo veían esa terrible mentira sobre Debouner. Continuó atacando a Lucy sin sospechar el engaño. Incapaz de hacerle daño, Lucy solo esquivaba los ataques mientras trataba de ayudar a Luz, pero era en vano, pues incluso cuando Lucy le hablaba, Luz solo escuchaba la voz de Debouner. Los ataques eran cada vez más intensos, y entonces, Lucy despertó de golpe de su sueño.
-Lucy¿te encuentras bien?- le preguntó Latiz al verla agitada.
-¿Qué pasó con Luz?
-¿Luz?
-Estaba con ella cuando comenzó a sentirse mal y entonces empezó a atacarme. Seguramente algo le pasó.
Anaís y Marina entraron a la habitación y vieron a Lucy levantada. Corrieron a abrazarla pasando por alto la presencia de Latiz y Nikona.
-Lucy ¿Qué pasó¿Te hizo algo la malvada de Luz?- le preguntó Marina muy angustiada.
-No digas eso Marina. Acaso no recuerdas que Luz ya no es mala.- aclaró Anaís.
-¿Entonces por que GuruClef nos advirtió de ella?- le reprochó Marina.
-No lo sé.
-No creo que haya sido Luz la que atacó a Lucy.- dijo Latiz.
-Latiz...
-Cuando entré a la habitación sentí un aura maligna que emanaba de Lucy. Al principio pensé que esa aura le pertenecía a Luz. Pero el aura cambió bruscamente y se tornó en algo todavía más malvado. Y cuando Lucy despertó,esa aura desapareció.
-Seguramente fue cuando Luz se comenzó a sentir mal.- dijo Lucy mientras recordaba lo que había sucedido.
-Será mejor que descanses otro poco Lucy.- le aconsejó Anaís.
-Es cierto, debes estar agotada.- secundó Marina.
-Si tenemos que enfrentarnos a algún enemigo, lo mejor será que las tres estemos listas.
-Anaís... Marina... Gracias amigas.- las abrazó mientras se tranquilizaba-¡Hagamos una promesa!
-¿Una promesa?
-Pu Pupu Pupu- dijo Nikona alsaltar a los brazos de Lucy.
-Las tres juntas lucharemos para proteger Céfiro, venceremos al enemigo y regresaremos a Tokio. Nada ni nadie podrá detenernos.- dijo Lucy totalmente decidida.
-Lo prometo.- Marina tomó ambas manos de Lucy.
-Yo también.- Anaís hizo lo mismo.
Las tres se tomaron de las manos y se miraron entre ellas para cerrar su promesa. Ahora estaban seguras de que nada se interpondría entre su amistad... al menos eso era lo que creían.
(Fin del Capítulo)
Por fin las guerreras se han reunido y esta vez nada las separará (creo). Seguramente algunos pensaran: "¿Otra vez Luz¿Acaso no puede inventar personajes nuevos?" Si, pude haber creado otro personaje, pero sería como si solo le hubiera cambiado el nombre a Luz, además su papel en esta historia es de suma importancia, por eso la volví a incluir.
Como ya es costumbre, voy a agradecer los reviews:
Hada: Me alegro de que la página ya vuelva a funcionar. Y gracias por seguir mi historia.
Abuelitnt: No te preocupes, tu solo espera a los siguientes capítulos. Esa malvada de Kyra, le haré pagar por su crimen.
Usaqui Kou: Me alegra que te este gustando la historia, y al igual que tu, yo también guarde luto por la muerte de Ascot (cae una lágrima T-T) El amor, tan bello y tan terrible a la vez.
Creo que es todo por el momento. Nos leemos en el siguiente capítulo: "Dulce Verdad". Hasta entonces. Saludos a todos los lectores.
