LAS GUERRERAS MAGICAS
CAPITULO 11 – UNA BATALLA PERDIDA
Después de haberse separado de Marina y Anaís, Lucy viajó hacia el norte al Bosque Dormido acompañada por Zero. Cuando llegaron se adentraron inmediatamente para buscar a sus amigos. Varias criaturas los atacaron, pero fue el padre de Kyra y Fania quien usó sus poderes para separarlos. Zero se quedó inconsciente en el bosque, pero Lucy cayó dentro de una grieta que la condujo a la Torre de Tokio. Cuando revisó el lugar, se dio cuenta que había regresado al día en el que partiría por primera vez a Céfiro, Marina y Anaís estaban ahí, pero en el lugar de Lucy estaba otra persona.
Las lágrimas de Lucy mojaban el piso sobre el que estaba recostada y la nostalgia y el remordimiento se apoderaron de su corazón, aquella sensación era similar a la que tuvo después de derrotar a la princesa Esmeralda. El tiempo parecía detenerse cada vez que Lucy escuchaba las risas de sus amigas. La primera vez que fueron a Céfiro no fueron capaces de salvar a la princesa Esmeralda, y ahora, al ver aquella escena, su corazón se despedazaba y se sentía completamente frustrada.
-Anaís... Marina...- decía Lucyentre sollozos- Si no hubiésemos estado juntas ese día... si yo no hubiera estado aquí... seguramente ustedes no hubieran tenido que pasar por tanto sufrimiento- dijo mientras recordaba cada una de las batallas en las que sus amigas habían arriesgado su vida- Ustedes siempre lucharon por defender a Céfiro y a su gente, arriesgaron sus vidas desinteresadamente... en cambio, yo... cuando regresamos de la Fuente de la Eternidad con el mineral Escudo, Presea tuvo que sacrificarse para forjar nuestras espadas, y yo no pude hacer nada para salvarla. También fue por mi culpa que ustedes dos empuñaran la espada que terminaría con la vida de la princesa. Siempre fui yo quien las puso en peligro... perdónenme...
-Pobre guerrera mágica- dijo una voz tono de burla- Has sufrido mucho, pero no te preocupes ya que pronto terminaré con ese sufrimiento que te agobia. ¡Escuchen! – le gritó a tres sombras que estaban detrás de él- Quiero que vayan a donde se encuentra esa niña, no permitan que se escape, ni ella ni el otro muchacho. No puedo pasar por alto el poder de ese joven. Mientras tanto yo iré al castillo. Cuando los hayan eliminado diríjanse de inmediato hacia allá.- las sombras obedecieron de inmediato y desaparecieron del lugar.- Ya casi puedo sentir el poder del pilar en mis manos, ese poder que he anhelado por tantos años por fin será mío. Pero no debo subestimar a la guerrera mágica.- se acercó a una gran pieza de cristal que emergía del suelo y en cuyo interior aprisionaba a un individuo- Si esas niñas me fallan, entonces tú serás mi carta del triunfo ¡Jaja jaja!
En la superficie, Zero gritaba el nombre de Lucy tratando de localizarla. Aún estaba cansado por haber usado toda su magia minutos atrás, pero la culpa que sentía por haber soltado a Lucy y permitir que cayera en la grieta le daba fuerzas para seguir buscando.
Mientras pensaba en una forma para bajar en la grieta y sacar a Lucy, no se percató de que el enemigo lo acechaba. Al acercarse a la orilla sintió la presencia de un aura que le resultaba familiar y a la vez maligna, entonces se hizo a un lado para evitar un hechizo mágico que le había lanzado. Cuando miró a sus alrededores no encontró a nadie, pero sabía que había alguien muy cerca. Zero espero a que el enemigo atacara para que revelara su ubicación, y a los pocos segundos, otro hechizo lo atacó desde arriba y Zero tuvo que utilizar un escudo mágico para protegerse, pero su cuerpo aún no se recuperaba y en cuanto el ataque cesó, Zero casi se desmaya por la falta de energía. Un segundo hechizo que venía de su lado derecho lo hirió. Recargó sus manos en el suelo mientras recuperaba el aliento, y al levantar la vista, divisó dos siluetas que se acercaban a él.
-Tienen suerte de que no me encuentre en condiciones para pelear.- cuando logró distinguir a sus atacantes, se quedó perplejo y completamente confundido- No es posible, ustedes son...
Lucy se sintió un poco desahogada después de llorar y se tranquilizó. Aún tenía su cabeza recargada sobre su brazo cuando se dio cuenta que el ruido de las personas que iban y venía había desaparecido. Se levantó para ver que sucedía, pero el lugar en el que se encontraba ya no era el mismo, ahora estaba sobre el suelo devastado de Céfiro muy cerca del castillo. El cielo estaba oscurecido con nubes negras, y la tierra se despedazaba poco a poco. Una feroz batalla era librada en el aire, los genios Rayearth, Seres y Windom se enfrentaban al genio de Luz, Lopetego. Lucy reconoció la escena, esa era la batalla que habían tenido poco antes de enfrentarse a Debouner, en donde Luz había secuestrado a Latiz y lo usaba para su beneficio.
El despliegue de poder era increíble, pero las guerreras casi no atacaban a Luz por miedo a hacerle daño a Latiz. Durante la pelea, Rayearth defendió a Seres y a Windom, pero al bajar la guardia, Lopetego trató de atacarlo. Entonces un robot blanco apareció para proteger a Rayearth. De inmediato Lucy lo reconoció, se trataba del robot Iron cuyo piloto era Aguila, comandante de la nave NSX. El intento de Iron por salvar a Rayearth dio resultado, pero tuvo que recibir un gran daño para lograrlo.
Después de rescatar a Latiz, Iron quedó completamente inmóvil debido a los daños y Aguila estaba muy débil. En ese momento apareció Debouner decidida a terminar aquella batalla para luego derrotar a las guerreras mágicas.
El tiempo se detuvo en ese instante, y Lucy no comprendía que era lo que estaba pasando. Una voz conocida le habló desde atrás, pero ella no pudo moverse para ver quien le hablaba pues su cuerpo estaba inmovilizado por algún tipo de hechizo mágico.
-Es increíble ¿no crees? La legendaria guerrera mágica, portadora del poder de fuego y quien viste al genio Rayearth, no es más que una chiquilla egoísta que solo se preocupa por su propio bienestar.
-No, no es cierto...- repetía Lucy.
-Vaya, no solo es egoísta, también es hipócrita.
-Eso es mentira, para mi lo más importante es el bienestar de los demás.
-¿En serio? Entonces como explicas esto.
El tiempo volvió a avanzar justo cuando Debouner lanzaba un hechizo mágico a Rayearth, quien ágilmente lo esquivó, pero al hacerlo el hechizo chocó contra Iron, reduciéndolo a cenizas junto con Aguila.
-¡Aguila!- gritó al ver como el robot era consumido.
-¿Ahora te das cuenta? Si no hubieras esquivado el ataque, Aguila aún seguiría con vida. Fue tu culpa que muriera.
Lucy comenzó a llorar inconsolablemente, pues sabía que había algo de verdad en las palabras de aquella voz. Su cuerpo se liberó del hechizo inmovilizador, y tan pronto se sintió libre, puso sus manos sobre su rostro para seguir llorando.
Nuevamente su entrono cambió y esta vez quedó envuelta por una gran oscuridad. Lucy no entendía nada de lo que estaba pasando. Su soledad fue interrumpida por la repentina aparición de Luz, quien ahora llevaba puesto un uniforme idéntico al de Lucy. Luz estaba cabizbaja y ocultaba su rostro bajo unos mechones de cabello.
-¿Eres tú... Luz?- preguntó mientras secaba las lágrimas de sus ojos.
-Debouner...- contestó Lucy en voz baja.
-¿Qué dices¿Luz, te ocurre algo malo?
-Voy a vengar la muerte de Lucy- levantó su rostro y le lanzó una mirada retadora a Lucy- ¡Flecha de Fuego!
Anaís... Marina...- dijo Zero al reconocer a sus atacantes
Sin duda eran ellas, las mismas chicas a las que Lucy quería rescatar ahora atacaban a Zero.
-¿Por qué?... ¿por qué me atacan¿acaso no me reconocen?
-¡Jaja jaja¿Sorprendido verdad?- dijo Anaís.
-¿Qué?
-Ahora podremos probar nuestra nueva magia¿no es así... Anaís?- interrumpió Marina.
-Desde luego... Marina.
Aunque eran las mismas, sus voces eran completamente diferentes. Zero estaba seguro de haber escuchado esas voces antes, pero no recordaba con exactitud.
-¿Quiénes son ustedes¿Qué han hecho con Marina y Anaís?- dijo Zero al levantarse del suelo.
-Y yo creí que habías dicho que nosotras éramos quienes no te reconocíamos-Marina invocó su espada.
-Nosotras somos las guerreras mágicas.- Anaís también invocó su espada.
Zero no tenía la fuerza suficiente para usar su magia, pero lo que tuvo que recurrir a un arma muy especial, extendió sus manos al frente y las separó lentamente, debajo de ellas, un falchion se fue formando. Cuando terminó empuñó el falchion y se preparó para el combate.
-Bonita arma, espero que sepas manejarla.
Marina y Anaís atacaron al mismo tiempo por lo que Zero apenas tenía tiempo para detener los golpes de ambas contrincantes. Las habilidades de Zero con las armas eran muy buenas y consiguió empujar a Marina a un lado para atacar a Anaís, pero su espada se detuvo justo antes de golpearla.
-Zero... – pudo escuchar la voz de Anaís dentro de su cabeza.
-¿Anaís?
Al bajar la guardia Anaís uso el huracán verde y lanzó a Zero contra el suelo. El se levantó de inmediato y esquivó un golpe por parte de Marina. Zero trató de atacarla por la espalda, pero nuevamente detuvo su espada al escuchar la voz de Marina en su mente.
-Zero...
-Pero si es... Marina
Marina volteó y utilizó el dragón de agua contra Zero. La situación se volvía cada vez más difícil para Zero al no poder atacar a sus enemigas. Anaís cruzó su espada con Zero, y él trató de hacerla entrar en razón.
-¡Ya basta Anaís! Debes detener esta locura. No quiero pelear contra ustedes.
-¡Si no quieres luchar, entonces muere! – Marina blandió su espada contra Zero y lo hirió en su brazo izquierdo.
Zero retrocedió un poco mientras analizaba la situación en la que se encontraba. Sin duda, ganar esa batalla era algo casi imposible.
-Su fuerza es increíble.- pensaba-Si continuó así me derrotarán en cuestión de minutos, pero... si en verdad son Marina y Anaís contra las que estoy peleando, entonces no puedo hacerles daño. ¿Cómo puedo ganar? Esta parece una batalla perdida.
-Por fin empiezas a darte cuenta ¿no es así?- se burló Anaís.
-¿Qué dices?
-Mientras nosotras controlemos los cuerpos de las guerreras mágicas no tienes ninguna posibilidad de vencernos.- secundó Marina.
-¿A que te refieres con controlar?
-Vaya que eres tonto ¿Es que aún no te has dado cuenta?
-Los inútiles corazones de estas niñas están sellados dentro de su cuerpo, y mientras sigan así, nosotras podemos usar su magia a nuestro antojo.
Las palabras de Anaís y Marina le recordaron la batalla que había ocurrido un día antes, justo cuando las dos guerreras desaparecieron.
-Si lo que dicen es cierto, eso quiere decir que ustedes son...
-Kyra...- dijo Marina.
-Y Fania.- dijo Anaís.
Los ataques de Luz eran devastadores, y Lucy apenas podía detenerlos con su magia, pero al igual que Zero, se rehusaba a atacarla.
-¡Detente Luz!- insistía Lucy.
-¡Calla Debouner! Te haré pagar por la muerte de Lucy.
-¿De que hablas? Yo soy Lucy.
-¿Cómo te atreves a mencionar su nombre?
El corazón de Luz había sido invadido por la maldad, impidiéndole ver la realidad. En su lugar, vivía en una pesadilla en donde Lucy había sido asesinada por Debouner, quien en realidad era Lucy.
-Escúchame Luz. Yo no soy Debouner, soy Lucy. Por favor, tienes que recordar.
-Es mentira, tu asesinaste a Lucy. ¡Flecha de fuego!
Esta vez, el hechizo de Luz era demasiado fuerte, y Lucy no pudo detenerlo. Cuando el hechizo la alcanzó hubo una gran explosión. Lucy estaba herida había caído al suelo. Luz se acercó a ella y la tomó por el cuello. Sus manos, llenas de odio y rencor, presionaban fuertemente su cuello.
-Luz... Por favor...
¡Es imposible! Las guerreras mágicas acabaron con ustedes en la última batalla.
-En parte tienes razón, pero debo decirte que no nos derrotaron por completo.- dijo Marina sonriendo.
-¿Tu que dices hermana¿Le decimos la verdad a este insecto antes de eliminarlo?
-Mmm... me parece justo.
-¿La verdad?- Zero estaba muy confundido.
-¿Sabes por que nuestro padre nos permitió robar parte de la magia de las guerreras mágicas?- dijo Marina.
-Supongo que para hacerse más fuertes...
-Si, pero hay algo más que ninguno de ustedes sospechaba.
-Cuando nos derrotaron, nuestro padre nos pidió que regresáramos la magia a sus dueñas, pero para hacer eso nosotras debíamos entrar en su corazón.- dijo Anaís.
-De ese modo sellamos su esencia desde el interior, lo que nos permitió apoderarnos de sus cuerpos.
-No creí que pudieran llegar a algo tan bajo solo para ganar una pelea.
-Admito que este no es mi estilo de lucha.- semolestó Marina-Yo prefiero asesinar con mis propias manos, pero al parecer nuestro padre tiene algunos planes para estos cuerpos.
-Lástima que nunca sabrás en que consisten sus planes por que vas a morir. ¡Huracán Verde!
-¡Dragón de Agua!
Los dos hechizos combinados eran sumamente poderosos, pero debido a que Zero estaba muy débil, no pudo esquivar el ataque. Al impactarse, se levantó una gran cortina de polvo, y Anaís y Marina esperaron a que el polvo se disipara para asegurarse de que Zero estaba muerto.
-Kyra, Fania. Las necesito en el castillo de inmediato.- las llamó su padre desde el interior del castillo de Céfiro.
-Pero aún no acabamos con la otra guerrera mágica.
-Déjenla, más tarde nos ocuparemos de ella.
Marina y Anaís se alejaron del lugar rápidamente para reunirse con su padre lo antes posible.
El cuerpo de Lucy perdía fuerzas y no resistiría por mucho tiempo. Cuando Luz vio que una lágrima emanaba de los ojos de Lucy aflojó la presión sobre su cuello. El hechizo que habían puesto sobre ella se debilitó momentáneamente, y la malvada Debouner se transformó en la dulce Lucy.
Luz vio horrorizada lo que acaba de hacer y levantó a Lucy entre sus brazos mientras intentaba levantarla.
-Luz, tienes que venir al castillo de Céfiro inmediatamente.- escuchó una voz en su cabeza.
-Esa voz...
-Veo que mi hechizo se ha debilitado. Creo que te subestime, pero es un error que no pienso repetir.
Una serie de rayos golpearon a Luz desde varias direcciones hasta dejarla inconsciente. Lucy abrió los ojos lentamente y lo único que alcanzó a ver fue el cuerpo de Luz desvaneciéndose. Después, Lucy sintió su cuerpo extremadamente ligero, y la oscuridad que la rodeaba desapareció. Al siguiente instante, Lucy notó que estaba de regreso en el Bosque Dormido, recostada junto al cuerpo de Zero que yacía inmóvil y con varias heridas en todo el cuerpo.
-Zero...- fue lo último que alcanzó a decir antes de quedar inconsciente.
(Fin del Capítulo)
Si creyeron que Kyra y Fania eran dos enemigas terribles, como ven ahora que Lucy tendrá que enfrentar a sus dos mejores amigas?. Esta se pone cada vez más interesante para ustedes y más difícil para la pobre de Lucy.
Hada: Menos mal que Zero se alcanzó a salvar. No hubiera soportado perder a una de mis lectoras por que se cortó las venas. T-T
Abuelitnt: Muy pronto sabrás que tiene planeado mi malévola mente¡Ja ja ja ja ja! (risa malvada) ¡Ja ja ja! (de tanta risa se cae de la silla)
Usaqui Kou: Bueno, lo del problema de subir historias puede ser por dos cosas, una, el servidor está saturado y no te permite entrar a tu usuario, o dos, como verán algunos lectores, la página de usuarios se ha actualizado, algunos cambios aquí otros allá, en fin, talvez por eso no has podido actualizar.
Quiero avisarles a todos que ya estamos muy cerca del final, por lo que en los próximos capítulos aparecerá el villano "jefe", la verdad saldrá a la luz y la batalla final será llevada acabo, pero mientras, solo queda esperar.
Por el momento es todo. Nos leemos luego. Hasta pronto. Saludos a todos los lectores.
