LAS GUERRERAS MAGICAS

CAPITULO 12 – EL ANGEL DE CRISTAL

Marina y Anaís habían desaparecido después de la batalla contra Kyra y Fania. Lucy viajó al Bosque Dormido para rescatarlas, pero debido a un temblor entró en lo que parecía otra dimensión. Por su parte Zero tuvo que enfrentarse a Marina y Anaís, quienes eran controladas por las malvadas Kyra y Fania, respectivamente. Lucy estaba perdida y era atormentada por sus sentimientos cuando Luz apareció y comenzó a atacarla, y cuando estuvo apunto de matar a Lucy, desapareció junto con Kyra y Fania, al parecer para dirigirse al castillo de Céfiro, donde su padre las esperaba.

Un delicado rayo de sol que atravesó las oscuras copas de los árboles iluminó el rostro de Lucy, despertándola suavemente. Aún estaba un tanto cansada por la pelea que había tenido contra Luz, pero se levantó sin ningún problema. Junto a ella, Zero yacía en el suelo. Lucy se apresuró para ver el estado de su amigo, estaba malherido e inconsciente. En las cercanías se escuchó el rugido de una criatura y Lucy pensó que debía buscar algún refugio para resguardarse y esperar a que Zero se recuperara. Se agachó y, tomando a Zero del brazo, lo levantó para llevárselo.

Afortunadamente, no tuvieron que caminar mucho para encontrar una pequeña cueva rodeada por una serie de árboles que formaban un pasillo hasta la entrada. Sin pensarlo dos veces, Lucy llevó a su amigo al interior de la cueva. Como la luz no iluminaba más allá de la entrada, no se adentraron mucho.

El cielo se oscureció con algunas nubes de lluvia y el aire comenzó a enfriarse, así que Lucy salió a buscar leña y encendió una pequeña fogata con ayuda de su magia para calentar el interior de la cueva. Zero no mostraba señal de mejoría, pero Lucy permaneció a su lado todo el tiempo, pues ahora que sus amigas se habían ido, la idea de quedarse sola la aterraba. El agua comenzó a mojar el suelo, y las fuertes ráfagas de aire amenazaban con apagar la fogata.

-Me pregunto que le habrá sucedido a Zero.- pensaba mientras revisaba sus heridas- No parece que un monstruo lo haya atacado. Si tan solo Anaís estuviera aquí...

Entre el ruido del aire soplando y el de la lluvia golpeando el suelo, Lucy alcanzó a escuchar el latido de un corazón que provenía del interior de la cueva.

-¿Un corazón?- se preguntaba mientras caminaba y se adentraba lentamente en la cueva- ¿Hay alguien ahí?

No estaba segura de sí aquel sonido era el de un corazón humano o el de una criatura, pero se sentía fuertemente atraída. Antes de seguir avanzando se acordó de Zero, pero creyó que era mejor dejarlo descansar ahí, pues si era un monstruo el que habitaba esa cueva, no podía arriesgarse a llevarlo con ella.

Lucy siguió caminando y cada vez veía menos, por lo que tuvo que acercarse y apoyarse en la pared para poder continuar. Al final de la cueva, Lucy se topó con una pared. Una delgada línea brillante emanaba del muro, como si fuese una puerta. Lucy buscó alguna cerradura, pero al tocar el muro, éste se abrió y una luz muy brillante la cegó. Cuando sus ojos se acostumbraron, Lucy entró a una habitación hecha de cristal. El latido se intensificaba con cada paso que daba. Caminó por un pasillo hasta llegar a un trono, también echo de cristal, y junto a él, había varios pilares de cristal que encerraban los cuerpos de algunas personas. Lucy miró aterrada a los prisioneros, y se asusto aún más al ver que en uno de los pilares se encontraba GuruClef.

-¡GuruClef!- gritó mientras golpeaba la superficie del pilar.

Junto a él, en otro pilar estaba Presea, y un poco más al fondo se encontraban Paris, Caldina y Ráfaga.

-¿Qué es este lugar?

-¿Quién ha osado entrar en mis dominios?- una voz dulce resonó en todo el lugar, pero Lucy no sabía de donde provenía.

-¿Quién eres?- dijo al invocar su espada.

De una de las paredes de cristal comenzó a salir una criatura halada. Su apariencia era similar a la de un ángel, llevaba una túnica blanca con un lazo dorado amarrado a la altura de su cintura, portaba una gran lanza de cristal y sus alas tenía plumas grises, pero lo que más llamó la atención de Lucy, fue que su cuerpo y su largo cabello, al igual que todo el lugar, estaban hechos de cristal.

-Pero que tenemos aquí... - dijo la criatura mientras se acercaba a Lucy.

-¿Fuiste tú quien les hizo esto a mis amigos?- apuntó su espada al ángel amenazadoramente.

-Entonces lo que dijo Gildern es cierto.- sonrió.

-¿A que te refieres?

-Mi nombre es Krista, guardiana de la Prisión de Cristal. Prepárate guerrera mágica, por que esta será tu tumba.

Krista saltó hacia el frente y se impulsó con sus alas, pasó volando junto a Lucy tan rápido que ella no tuvo tiempo de voltear antes de que Krista le diera una patada en su espalda y la lanzara al suelo. Lucy se levantó de inmediato pero no vio a Krista, entonces escuchó su voz detrás de ella.

-Gildern me dijo que una de las legendarias guerreras mágicas vendría aquí. No sabes cuanto he esperado por este momento.

-¡Libera a mis amigos!- volteó rápidamente mientras blandía su espada con fuerza, pero Krista era muy rápida y esquivó el golpe.

-¿Liberarlos? No me hagas reír. Esta es una magnífica adquisición, no pienso dejarla así de fácil. Si en verdad quieres recuperarlos tendrás que vencerme primero.- dijo al extender su mano hacia los pilares.

Krista lanzó un rayo blanco contra Lucy, y ella se defendió con su flecha de fuego. La explosión creó una gran nube de humo, impidiendo que Lucy localizara a su enemiga.

-Tú también serás una excelente adquisición. Tu fuerza me ayudará a mantener este lugar con vida durante muchos años.

-¡No me vencerás! Voy a liberar a mis amigos, así tenga que sacrificar mi vida para hacerlo.

-Tu espíritu de lucha es impresionante.

De entre la nube de humo, Krista apareció y voló nuevamente hacia Lucy. Ella intentó detenerla con una flecha de fuego, pero Krista desvió el ataque con su lanza y se agachó frente a Lucy, luego puso su mano sobre el estómago de Lucy y disparó un rayo negro.

Lucy cayó cerca de los pilares de cristal, un poco aturdida por el ataque que acababa de recibir. Cuando se levantó, Krista ya estaba junto a ella apuntando la lanza a su cuello.

-Vamos, sé que puedes hacer algo mejor que esto. En tus manos está el poder que destruyó al pilar de Céfiro...

Lucy se molestó al escuchar eso y apartó la lanza con su espada y utilizó su hechizo rayos rojos para apartar a Krista. Esta vez no pudo esquivar el ataque y fue golpeada en su brazo izquierdo.

-Así esta mucho mejor. Capturar a una guerrera mágica no tendría sentido si no recibiera algunas heridas de su parte.- dijo burlándose, pues no había señal de una herida en su brazo.

-¡Ya basta! Libera a mis amigos y demos esto por terminado.

-Pides demasiado. Ya te dije que no los liberaré. Además, esos pilares no se destruirán a menos que yo esté muerta.

-¿Que?

Krista retomó el ataque golpeando a Lucy con su lanza. Lucy solo retrocedía mientras se defendía, y cuando se topó con un muro, quedó completamente vulnerable.

-¡Aquí termina tu viaje, guerrera mágica!

Justo antes de que la lanza alcanzara el pecho de Lucy, un hechizo mágico golpeó la lanza y la destruyó.

-¿Quién hizo esto?- ambas miraron hacia un lado y descubrieron a un joven de cabello oscuro, que era quien había lanzado el hechizo.

-¡Zero!- gritó al reconocerlo.

-Parece que llegué justo a tiempo.

-¿Cómo te atreves a interrumpir mi victoria?- le reprochó Krista.

-Lo lamento, pero no puedo permitir que le hagas daño a Lucy.

-¡En ese caso acabaré con ambos!- Krista se elevó y cruzando sus brazos, comenzó a concentrar su energía.

-¡Lucy, acércate a mí!- le ordenó Zero.

Lucy se colocó junto a Zero, y él invocó su escudo mágico para protegerlos del siguiente ataque de Krista.

-Escúchame Lucy, cuando esa criatura utilice su hechizo, yo detendré el golpe mientras tú la atacas por sorpresa.

-Pero aún estas débil...- dijo preocupada por sus heridas.

-No te preocupes. Te dije que lucharía por salvar a nuestros amigos, y no pienso perder ante un enemigo como éste.

-¡Prepárense para morir!- gritó Krista al extender sus brazos- ¡Luz de la Oscuridad!

Un gigantesco rayo de color púrpura si impactó desde arriba contra el escudo mágico de Zero, quien debido a sus heridas no iba a resistir mucho tiempo. En ese momento, Lucy cruzó el escudo mágico y saltó hacia Krista. Como Krista estaba concentrada en su hechizo, no tuvo tiempo de evitar el golpe de la espada de Lucy, lo que le causó una herida profunda en su pecho, entonces Krista cayó al suelo al igual que Zero.

-¿Cómo es posible?- pensaba Krista mientras llevaba su mano a su herida- Mi cuerpo no puede ser dañado por ningún tipo de arma. Solo la magia que poseía el pilar de Céfiro podía herirme. A menos que...

De la herida en el pecho de Krista no salía sangre, en su lugar emanaba un débil rayo de luz blanca. Se levantó con dificultad y miró detenidamente a Lucy.

-Por favor, ya no quiero hacerte daño. Libera a mis amigos, es todo lo que te pido.

-Entonces... la leyenda de las guerreras mágicas es cierta.- seguía hablando para sí misma.

-¿La leyenda?

Krista apuntó su mano hacia los pilares mientras seguía examinando a Lucy, y éstos comenzaron a resquebrajarse poco a poco.

-Guerrera mágica, exijo que me digas tu nombre.

-¿Mi nombre? Lucy... me llamo Lucy.- dijo completamente confundida por el cambio de actitud de Krista.

-Lucy ¿eh?

Krista caminó lentamente hacia el trono de cristal. Al parecer la herida le había causado más daño del que aparentaba.

-Al fin, el poder del pilar de Céfiro ha llegado a su verdadera dueña.

Cada uno de los pilares se iba despedazando hasta que liberaba al individuo que albergaba en su interior. Y con cada prisionero que liberaban, la fuerza de Krista disminuía.

-Pero esto aún no termina. Si Gildern se apodera del castillo, entonces... ¡Agh!- la luz que salía de su herida se intensificaba poco a poco.

-¿Te encuentras bien?- Lucy intentó acercarse, pero Kristalevantó su mano indicandole que no debía acercarse.

-Has demostrado que tienes la fuerza necesaria para vencer cualquier obstáculo. Por ello... tus amigos serán liberados.

-Pero creí que los pilares solo se destruirían si tu...

-Esos pilares están vinculados a mi corazón. Si yo muero, entonces los pilares se derrumban.

Mientras ellas conversaban, Zero se acercó a las personas que eran liberadas de los pilares para asegurarse de que estuvieran bien. Todos estaban inconscientes, pero en buen estado.

-No queda mucho tiempo. Debes regresar al castillo y detener a Gildern.

-¿Pero quien es Gildern?

-Ni yo misma lo sé con exactitud. Solo te puedo decir que es un ser con poderes asombrosos.

-¿Entonces, como sabes que va hacia el castillo?

-Piensa¿por que habrían de estar aquí tus amigos?

-Para que no hubiera nadie que pudiera protegerlo.- contestó Lucy al descubrir las intenciones del enemigo.

-Hace un par de días se presentó ante mí y me dijo que traería a muchos individuos para que yo me alimentara. Poco tiempo después, sus dos hijas me trajeron a todas estas personas.

-¿Acaso tenías planeado comerte a mis amigos?

-No exactamente. Soy una criatura mágica cuyo destino es permanecer eternamente encerrada en esta prisión de cristal. No puedo salir de la prisión ya que hay una barrera mágica que me lo impide, y para alimentarme, encierro a otros seres vivientes en los pilares, los cuales absorben poco a poco su energía vital, y después me la brindan.

-Pero ¿si no puedes salir, como es que atrapabas a tu presa?

-Las criaturas que habitan el Bosque Dormido son mis fieles vasallos. Ellos capturan a los extranjeros y me los traen ¡Agh! Pero esto se ha terminado para mí.

Solo quedaban en pie tres pilares, por lo que Krista ya casi no podía hablar, y sus fuerzas se desvanecían.

-El futuro de Céfiro... descansa sobre... tus hombros...

-¡Zero! Despierta a GuruClef para que use su magia curativa en Krista.

Krista bajó del trono y se acercó a Lucy, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas y sus mejillas empapadas. Krista levantó su dedo y limpió una de sus lágrimas, la miró detenidamente, y luego puso su mano sobre el hombro de Lucy.

-No debes llorar por la pérdida de una vida que se había perdido hace muchos años.

-...

-Yo desapareceré de este mundo, pero debes... asegurarte que los demás habitantes de Céfiro... continúen viviendo en paz. Esa es la obligación del pilar...

Cuando el último pilar se derrumbó, el cuerpo de Krista comenzó a brillar intensamente y Lucy la abrazó lo más fuerte que pudo.

-Recuerda... el pilar siempre... debe... velar por la seguridad de los habitantes... de Céfiro.

Dicho esto, el cuerpo de Krista se desvaneció, pero Lucy aún permanecía en la posición del abrazo. Cuando sintió que Krista se había ido completamente, se limpió las lágrimas y se acercó a Zero.

-¿Cómo están?- preguntó más tranquila.

-Solo están inconscientes. ¿Te encuentras bien?- le preguntó al ver que una última lágrima brotaba de sus ojos.

Ella afirmó suavemente con la cabeza y luego ayudó a Zero a despertar a sus amigos. Uno a uno fueron levantandose, un poco marados y desconcertados, pero todos se alegraron de ver a Lucy y a Zero a salvo, pero también preguntaron varias veces por Anaís y Marina, y Lucy solo bajaba la mirada mientras que Zero no se atrevía de confesar que ellas eran aliadas del enemigo. Después de contar parte el viaje, Zero se acercó a Paris y le entregó un pequeño frasco.

-¿Qué es esto?- Paris estaba sorprendido de que Zero lo recibiera de ese modo.

-Es un regalo de Lucy y mío. Es una poción que preparé esta mañana con la lágrima del atardecer.- Paris casi salta de la emoción al escuchar a Zero.

-¡Te lo agradezco mucho! Espera a que Anaís se entere. Seguro se pondrá tan contenta como yo.

-Seguro...-dijo desviendo la mirada- Anaís estará... contenta.

-¿Dices que era un ángel de cristal quien los atacó?- preguntó GuruClef para ponerse al tanto de la situación.

-Así es. ¿Acaso tu conocías a Krista?

-Había escuchado hablar de ella, pero nunca pude sentir su presencia, y creí que solo se trataba de una leyenda.

-Por cierto ¿dónde está Latiz?- todos se miraron entre sí cuando Caldina preguntó porél,pero nadie lo había visto desde que estuvieron en el castillo.

-Quizás él logró escapar del castillo antes de que lo atraparan.- afirmó Ráfaga.

-Si, pero...- Lucy fue la primera en preocuparse.

Lucy sacó el medallón que le había regalado Latiz y lo juntó a su pecho, luego cerró sus ojos y deseo que él, Marina y Anaís se encontraran a salvo.

Anaís, Marina...- se decía en voz baja- Prometimos que nunca nos separaríamos, y estoy dispuesta a cumplir esa promesa.- luego guardó el medallón y una suave brisa de aire que venía del exterior movió su cabello- Latiz... pronto estaré contigo.

(Fin del Capítulo)

Por fin, después de una agotadora semana de estudios, exámenes y otras cosillas, encontré un espacio para publicar este capítulo. No es muy importante, pero decidí escribirlo para que supieran a donde se habían llevado a GuruClef y compañia, aunque algunas cosillas que dijo Krista si tienen valor.

Tal vez mañana publique el siguiente capítulo, pero eso será si tengo tiempo libre, jejejeje. Mientras, los agradecimientos por los reviews que dejaron del capítulo pasado.

MaOkO: Espero verte por aquí más seguido, pero no te apurespreocupes por que yo también voy a estar un poco ausente (sobre todo a la hora de publicar el capítulo 14, o sea, el final)

HADA: Después de todo lo que le pasó, Zero fue el héroe esta vez. Ojalá eso te ponga de buen humor. Y respecto a si se van a matar entre todos... mejor dejo que lo leas en los siguientes capítulos.

ABUELITNT: Seguramente ya habrás deducido quien es la "carta del triunfo" a la que Gildern se refería, y si no, en el siguiente capítulo lo descubriras. Casi lo olvido! Un falchion es, como decirlo... digamos que es el nombre "técnico" de la gran espada que porta Paris. Decidí llamarlo así para hacer notar la diferencia entre las espadas normales y la de Zero.

LUNA: Mmmm... tendremos que hacer algo con Kyra y Fania para que salgan de los cuerpos de Marina y Anaís, no crees? Espero que el próximo capítulo te guste más.

Ya nos encontramos a solo 2 capítulos de terminar la historia, todas sus dudas serán aclaradas en el siguiente capítulo (eso espero). La identidad del enemigo será revelada y la batalla final dará inicio.

Por el momento es todos. Nos leemos después. Saludos a todos los lectores.