Por petición de una amiga, decidí escribir este pequeño capítulo extra. Si están satisfechos con el final del capítulo 14, quizas no deban leer este capítulo (no vaya a ser que los decepcione), pero se se quedaron con las ganas de más historia para eso está este pequeño prólogo. Que lo disfruten!
LAS GUERRERAS MAGICAS
PROLOGO – UN FUTURO BRILLANTE
Al igual que antes, Lucy, Marina y Anaís, lograron derrotar a su enemigo, y una vez completada su misión fueron devueltas al Mundo Místico, pero Lucy sabía que gracias a los poderes del pilar que se encontraban en su corazón podía regresar junto a sus amigas al maravilloso mundo de Céfiro.
Después de su beso, ambos se separaron y se miraron a los ojos deseando que ese momento fuese eterno. Detrás de Lucy venían Marina y Anaís, estaban muy confundidas por su repentino regreso a Céfiro.
-¿Qué sucedió?. ¿Por qué hemos regresado?- se preguntaba Marina.
-No lo sé, estoy tan confundida como tú.- respondió Anaís.
Al escuchar sus voces, Lucy corrió y abrazó a sus amigas con una gran sonrisa en su rostro.
-Pero, Lucy…- dijo Marina confundida.
-Estoy muy contenta chicas. - les dijo Lucy.
-No entiendo ¿a que te refieres?
-Ahora podremos regresar a Céfiro cuando queramos…
-¿Que? - Marina y Anaís se quedaron atónitas al escuchar la noticia.
Mientras hablaban, Latiz había llamado telepáticamente a los demás, avisándoles de la presencia de las guerreras mágicas.
¿Es cierto lo que dices Lucy?- preguntó Anaís incrédula.
-¡Si!
-No entiendo nada... nada, nada.- dijo Marina.
-El poder del pilar de Céfiro está dentro de mí, puedo sentirlo, es como una brisa cálida que recorre cada rincón de mi cuerpo.
-Pero se supone que tú anulaste el sistema del pilar.
-Marina tiene razón. ¿Cómo puedes usar el poder del pilar si en realidad ya no existe un pilar del que dependa este mundo?
-Tal vez el sistema del pilar fue anulado, pero su poder no podía ser eliminado así de fácil, y es por eso que se dividió, una mitad la poseo yo y la otra mitad le pertenece a los habitantes de Céfiro.
Marina y Anaís quedaron asombradas al escuchar la explicación de Lucy, y segundos después saltaron de gusto al saber que ya no tendrían que vivir alejadas de sus seres queridos.
En ese momento, GuruClef, Presea y Paris salieron del castillo. Detrás de ellos venían Ráfaga y Caldina junto a una pequeña niña, y al final salió Zero, Nikona y Primavera. Lucy miró detenidamente a la pequeña, y al reconocerla, la pequeña corrió a los brazos de Lucy.
-¡Lira!- exclamó a Lucy estirando sus brazos para abrazarla.
-¡Lucy, has vuelto! - dijo Lira al abrazar a Lucy.
-Veo que has crecido mucho.
-Si. Creí que no volvería a verte.
-Yo también, pero ¿sabes algo? Ahora podré venir a visitarte más seguido.
-¿En serio?. ¿Y te quedarás a dormir en mi casa? Podemos dormir juntas, y mi mamá nos prepararía el desayuno.
-¡Es una estupenda idea!
Lira abrazó a Lucy con todas sus fuerzas y se acercó a su oído para susurrarle algo.
-Latiz me dijo que tú le gustas ¿es verdad?
Lucy miró a la pequeña y le sonrió confirmando lo que le acababa de decir, entonces Lira también le sonrió y ambas comenzaron a reír. Por su parte, Anaís se había acercado a Paris desde que lo vio salir del castillo, y habían permanecido abrazados hasta ese momento.
-Paris.- dijoAnaís en voz baja.
-¿Qué sucede Anaís?- preguntó suavemente.
-Nunca te lo había dicho, pero creo que por fin me he decidido…- se apartó de Paris y lo miró fijamente a los ojos
-¿Decirme que?
-Desde el día en que nos conocimos en el bosque del silencio, hubo algo en ti que me llamaba la atención. No sé si era tu carácter o tu sonrisa, pero era la primera vez que me sentía de esa forma con un chico.
-A decir verdad yo también me sentía extraño cuando estaba contigo. Cuando las conocí en aquella ocasión, no pude apartar mi atención de ti. En ese entonces yo te veía como una chica rara, pero conforme pasó el tiempo me resultaba más difícil sacarte de mi cabeza.
-Entonces me di cuenta…
De que yo…
-Te amaba.- dijero ambos a una sola voz.
Por primera vez los labios de Anaís tocaron los de Paris con una ternura indescriptible. Paris se sorprendió un poco por la reacción de Anaís, pues siendo ella una chica tímida, siempre pensó que sería él quien tendría que dar el primer paso, pero ese pensamiento se borró casi de inmediato, por lo que su atención se centró solo en ella.
-Marina.- dijo GuruClef al acercarse a ella y tomarla de la mano.
-Dime GuruClef.
-Lamento no poder brindarte el amor que tu tanto deseas, pero mi posición como hechicero supremo de Céfiro me lo impide ya que mi corazón, al igual que el pilar, es para la gente de este planeta.
-Ya lo sé.- respondió con una bella sonrisa- Pero descuida, no tienes por que disculparte.
-Pero Marina…
-Mi corazón estaba vacío, y pensaba que solo tu amor podría llenar ese espacio que tanto me agobiaba y lastimaba, pero ahora, ese vacío ha desaparecido.- Marina colocó sus manos sobre su pecho para sentir los latidos de su corazón
-Te refieres a Ascot ¿no es cierto?
-Si. El era como mi hermano, una persona en quien yo confiaba y que confiaba en mí. Su corazón descansa dentro de mí, puedo sentirlo cada vez que el mío late. Su amor me ha dado la fuerza para salir adelante, y también…- abrazó a GuruClef y habló en voz baja- me enseñó que para amar a alguien, no es necesario que esa persona también te ame. Además- dijo sonriendo- ahora que podemos regresar cuando queramos, podré estar junto a ti todo el tiempo.
GuruClef puso su mano sobre la mejilla de Marina y la acarició suavemente. Ella cerró los ojos y tomó la mano de él entre las suyas.
-Marina… ¿Estas segura de esto?
Ella no dijo nada, simplemente miró al cielo y, mientras el viento mecía su hermoso cabello azul, congeló ese momento en su memoria y en su corazón.
-Es hermoso¿no te parece?- le dijo Caldina a Ráfaga.
-Tienes razón. Me alegro de que todo haya salido bien.- sonrió Ráfaga.
-Y también por que las chicas han encontrado el amor.- Caldina brincó a los brazos de Ráfaga y recargó su hombro sobre su cabeza.
-No sé que estaría haciendo en este momento si no te hubiera conocido.- le dijo Ráfaga.
-Seguramente estarías holgazaneando.- interrumpió Zero.
-¡Oye¿Qué no sabes que es de mala educación interrumpir de ese modo?- reprochó Caldina mientras baja al suelo.
-Lo siento Caldina, no fue mi intención.- se disculpó Zero.
-Pupu Pu Pupu
-¿Tu también Nikona? - le preguntó Caldina molesta.
-Pu Pupu Pupu Pu Pu
-No te enfades Caldina, ya sabes como es Nikona.- dijo Preseamientras levantaba a Nikona.
-Creo que tienes razón.
-Esta bien Caldina, creo que regresaré al castillo.- dijo Zero.
-Yo te sigo.- le dijo Presea.
Mientras Presea y Zero se alejaban, Caldina volvió a abrazar a Ráfaga y lo besó para terminar lo que había empezado.
-Presea¿podrías enseñarme algunas de tus armas nuevas?- le pidió Zero.
-Desde luego.
-Pupu Pu Pupu Pu
-Nikona, tu no puedes tener un arma, ni siquiera podrías sostenerla.- le dijo Presea.
-¡Zeroooo!- se escuchaba lavoz de Primavera detrás de ellos.
-¿Qué sucede Primavera?
-¿Por qué me dejaste sola?
Nikona saltó sobre Primavera como de costumbre y ambos comenzaron a pelear mientras Presea y Zero se reían de la situación.
-Parece que Primavera te ha tomado mucho cariño. - sonrio Presea.
-Es cierto. Pero hay algo bueno de esto.- dijo Zero señalando a Latiz que se encontraba sentado bajo un árbol junto a Lucy- Ahora podrán estar juntos sin que nadie los moleste.
Continuaron caminando hasta entrar en el castillo, y al terminar de pelear, Nikona y Primavera los siguieron.
En el árbol, debajo del cual estaban sentados Latiz y Lucy, habitaban algunas aves, las cuales descendieron y rodearon a la pareja. Un pequeño petirrojo se posó en la mano de Latiz y luego voló al hombro de Lucy.
-¡Que hermosa ave!- al decir esto, todas las aves volaron de regreso al árbol.- Creo que las asuste.- dijo Lucy apenada.
Latiz solo permanecía en silencio mirando al horizonte, y Lucy lo miraba también en silencio.
-Me pregunto… Si la princesa Esmeralda no se hubiera convertido en el pilar¿habría podido ser feliz junto a Zagato?
-No lo sé Lucy.
En ese momento, dos voces muy familiares los llamaron por sus nombres.
-Lucy…- se escuchaba la voz de la princesa Esmeralda.
-Latiz…- también estaba Zagato.
-¡La princesa y Zagato!- dijo Lucyal ver que en el cielo aparecía la silueta de la pareja abrazada y mirando en dirección a ellos.
-Hermano…- murmuró Latiz.
-Su amor ha sido fuerte, lo suficiente para quitar cualquier obstáculo que se ha interpuesto entre ustedes.- dijo Esmeralda con su delicada voz.
-Ambos estás dispuestos a sacrificar sus vidas por el otro, y es eso lo que les da más fuerza.- le sonrió Zagato a Latiz.
-Nosotros no pudimos llevar acabo nuestro amor en vida, pero ustedes si podrán hacerlo.
-A pesar de tu carácter, tienes un buen corazón Latiz. Usa tu fuerza y determinación para proteger a tus seres queridos, no cometas el mismo error que yo.
La figura se desvaneció lentamente, y Lucy, conmovida por las palabras de la princesa Esmeralda y de Zagato, se recargó en el pecho de Latiz y cerró los ojos, y él respondió abrazándola y cerrando los ojos de igual modo.
-¿Qué crees que nos depare el futuro Latiz?- preguntó Lucy.
-El destino puede ser incierto y confuso. Pero sea cual sea el camino de nuestros destinos, siempre lucharé por estar a tu lado.- contestó suavemente.
-Estoy segura de que pase lo que pase, nunca te abandonaré. Y también lucharé por quedarme junto a Marina, a Anaís y a mis demás seres queridos.
A pesar de que la lluvia había cesado hace mucho, el cielo de Céfiro se llenó de color gracias a un bello arco iris, aparentaba tener todos los colores que existen, y su brillo era encantador. Aquel arco iris había surgido como señal de los sentimientos que tenían las chicas en ese momento. Todos los habitantes en Céfiro pudieron apreciar el arco iris y quedaron maravillados con su belleza.
Después de eso, la historia de Céfiro cambió totalmente. Por las noches,Lucy, Marina y Anaís podían ver el cielo de Céfiro desde las ventanas de sus casas en Tokio, y cuando llovía, también podían ver el arco iris, símbolo de su triunfo, su amor por las demás personas, y la amistad que las unía.
(Fin)
