¿Qué Hay Detrás Del Velo?
Dissclaimer: Todos los personajes que aquí aparecen pertenecer todos a la señora J. K. Rowling, a quien debemos estas fantásticas historias.
Capítulo VIII: "Se acaba de ganar una detención"
–Los descubrí, ¿qué hacen fuera de los dormitorios a esta hora?... creo que están en problemas. Veremos que dice el profesor...
–Filch, los muchachos vienen conmigo –se adelantó Lupin antes de que éste pudiera terminar–. Creo que iremos a hablar con Dumbledore. ¿Está bien, así, ¿podemos ir? –agregó cuando recordó que ya no tenía autoridad en el castillo. Al principio, cuando entró al colegio, se había sentido como tres años atrás, como un profesor, pero luego recordó que no lo era, y que en realidad no debía estar allí.
–Si –y agregó en voz baja, aunque lo escucharon–. No importa tesoro, mañana hablaremos con Dumbledore para ver si realmente fueron con él, y si no... –nada más escucharon, porque el celador y su gata, se habían alejado bastante ya.
Antes de ir al despacho de Dumbledore, fueron a la enfermería donde dejaron a Hermione y Harry le dijo que la había encontrado en la Sala Común de Gryffindor cuando bajó a buscar unos libros.
A Madame Pomfrey le pareció extraño, pero no lo dijo, no solía hacer preguntas. Dumbledore le había dicho que no las hiciera, de ese modo, "los alumnos no se desangrarán por miedo a que los rezonguen" (evidentemente el Director había sido un poco exagerado). De todos modos, eso daba resultado, así que no importaba nada más.
Cuando llegaron al despacho, Ron, Harry, y, por supuesto, Sirius, esperaron allí, mientras Lupin iba por el Director.
Diez minutos después, aparecieron el Director y Lupin por una puerta disimulada en la pared. A decir verdad, si no hubieran visto a Dumbledore y Lupin pasando por ella, hubieran jurado que era una pared sólida. El Director los saludó, y se dispuso a escuchar el relato de Lupin.
Una vez terminado, dijo un hechizo, y vieron cierto brillo en los ojos de Sirius.
–Será mejor que lleves a Sirius a la enfermería y que le expliques a Madame Pomfrey lo sucedido con él y con la señorita Granger.
–Sí. Dumbledore, chicos –ambos saludos fueron acompañados con una inclinación de cabeza. Luego, se fue llevando a Sirius.
–Bueno, quiero decirles que han sido muy valientes (y también las señorita Granger, por supuesto). Pero creo que no está permitido salir del colegio a estas horas de la noche... en realidad, creo que no pueden salir ni siquiera de la Torre de Gryffindor, en su caso.
–Harry, tenías razón, suerte que no le dijimos nada –dijo Ron, dirigiéndose a Harry, como si no notara que Dumbledore estaba frente suyo.
Esto tomó por sorpresa al Director. Jamás se había imaginado que iban a reaccionar así. Lo más lógico, era que se disculparan, que suplicaran no ser castigados, que prometiera no volver a hacerlo. Contrariado respondió:
–¿A qué se refiere, señor Weasley? –ahora parecía enojado, actuación que hubiera convencido a cualquiera. Todos los alumnos que habían estado en una situación semejante, se habían atemorizado; sólo dos le habían respondido como lo hizo a continuación Ron.
–Me refiero a que como persona adulta y responsable –eso fue acompañado de un tono irónico–, no nos hubiera dejado ir, arruinándonos la diversión –Ron, no sabía por que actuaba así, no era su tipo; pero fue lo que le salió. No importaba, parecía estar dando resultado, Dumbledore se encontraba perplejo, y lo estaban dominando.
Dumbledore recordó algo, más bien dos personas, las únicas dos que se habían atrevido a responderle con esa insolencia siendo sus alumnos.
–¿Sabes jovencito que sólo dos personas se atrevieron alguna vez a hablarme así siendo alumnos de este colegio, y esas dos personas estuvieron castigadas una semana por lo que hicieron.
De nuevo la respuesta fue insolente– ¿Quiénes? –Dumbledore esperaba que se atemorizara un poco, que dijera que no lo iba a hacer, pero jamás que se interesara por quienes habían sido los otros dos sinvergüenzas que habían hecho eso, eso era exactamente lo que no tenía que decir.
–Bien señor Weasley, se acaba de ganar una detención. Creo que no le conviene... –iba a seguir hablando, pero fue interrumpido por Harry. Creyó que éste no iba a interrumpirlo cuando se encontraba tan enojado (o al menos eso parecía).
–¿Hizo tanto cómo para merecerse una detención?
–Señor Potter, me parece que la sentencia la cumplirán junto.
La cara de Dumbledore daba a entender que estaban en problemas...
–Creo, muchachos, que además de los puntos por haber salido del colegio, van a tener una detención larga, muy larga... –las palabras fueron acompañadas de una prolongación que "ilustraba" la idea–, similar a la que tuvieron las otras dos personas que hicieron eso... –pareció que Ron iba a preguntar quienes eran (que es lo que en verdad iba a hacer), pero Dumbledore siguió–. ¿Cree usted, señor Weasley, que luego de que se hayan burlado del Director, y hayan salido a media noche del colegio sin permiso, le voy a andar concediendo respuestas? Se equivoca, pues lo voy a castigar, no lo voy a premiar por lo que haya hecho mal.
–Teníamos que sacar a Sirius de allí –fue Harry quien habló. Era respetuoso en el modo en que lo decía, pero la idea en general que comunicaba, no lo era tanto.
–Eso no me importa. Además, si mal no entendí, el señor Lupin iba a hacerlo...
–Nosotros no lo sabíamos, teníamos que sacarlo de ahí –volvió a decir Harry.
–Señor Potter: ya cállese –jamás habían oído a Dumbledore hablar así. ¿Qué le pasaba?.
Ron no pensó en que algo le ocurriera, pero Harry, que lo conocía muy bien, pensó que ese no era el modo en que actuaba generalmente. Solía ser muy amable, aún cuando estaba furioso, por lo menos con él.
