Hola cómo estás?
Bueno, pues esta es otra de mis historias y espero que se animen a leerla. Es una historia tierna y algo triste, pero conmovedora. No dudes en terminar de leerla oky?
Bueno, pues los dejo....
Dicen por ahí que el segundo amor es el mejor en tu vida, porque es un amor más fuerte... Yo no lo creo así
Mi nombre es Li Shaoran. Soy una persona ordinaria que, como todos, quiere vivir su vida en paz y tranquila, aunque esto sea imposible, pues con las múltiples actividades que a diario debo hacer correspondientes a el clan, no se puede decir que lleve una vida tranquila
No es por presumir pero, soy el jefe de uno de los clanes más poderosos en toda China: el clan Li.
Bueno, tal vez no sea una persona tan ordinaria...
Soy casado? Sí
Dos maravillosos pupilos adornan mi vida: Ien, de 10 años y Sakura de 3. Tengo una hermosa esposa, gentil y amable, detallista y a la cual quiero mucho. La conocí no hace mucho. Ambos somos felices gozando de cada momento. Pero aunque la quiero mucho, jamás la amaré como amé a aquella niña de ojos esmeralda
El pequeño Ien es un chico serio y reservado, pero respetuoso y muy inteligente (eso lo sacó de su padre, jeje) Mi esposa dice que es mi viva imagen, y es verdad, porque me recuerda a mí cuando tenía su edad. El nombre se le ha puesto por mi padre, el gran jefe Li, muerto hace muchos años. Nunca lo conocí, pero por lo que me cuentan las personas que si lo hicieron, dicen que era un hombre con gran porte, y mucho poder, pero sencillo y amable. Bueno, pues el nombre se le ha puesto en su honor.
Y Sakura... Pues les diré que convencí a mi esposa sobre este nombre. Sakura en honor a ella. Me encanta este nombre, y me encanta mi pequeña niña. Tal vez siga loco por ella, pero juraría que tiene su mismo carácter, alegre y escandaloso, pero tierna y linda. Aunque su aspecto no se parece en nada al de ella, ya que mi linda princesita tiene hermosos ojos azules, y un lindo cabello negro azulado, como el de su madre. Se preguntarán porqué Sakura. Bien, pues ésta es mi historia...
Tal vez para muchos el segundo amor sea el más importante, pero a mí, el primero me enloqueció ¿Puede el amor llegar a enloquecer? Yo creo que si, más cuando te das cuenta de que el destino lo cambia todo.
A los diez años viajé a Japón, más precisos, a Tokio, en una pequeña colonia llamada Tomoeda. Ahí fue donde la conocí
Al principio no la soportaba. Mi carácter serio y reservado me hacia sentir maduro a su lado, eso creía yo.
Siempre llegaba tarde lo recuerdo, algo que a mí me llenaba de fastidio, ¿cómo una chica podía llegar siempre tarde? Y después de pedir miles de disculpas al profesor saludaba a todos ruidosamente. Y al llegar a mí, lo hacía de manera respetuosa, algo que celebraba, ya que nunca estaba de humor para sonreír, le devolvía el saludo indiferente
¿Qué pensaba de ella?
Que era una simple chiquilla ruidosa, que había comenzado a convertirse en mi tormento! Pues no solo me fastidiaba, sino que había descubierto que era mucho mejor que yo en muchas cosas, como en atletismo. Aunque presumo que yo era mejor que ella en matemáticas n.n
Mi rivalidad hacia ella aumentó cuando me di cuenta que le atraía la misma persona que a mí, y para colmo, su hermano era el doble de fastidio, no dejaba de llamarme mocoso (y hasta la fecha) y nunca me vio con buenos ojos, creo que me odiaba, después entendí porqué
¿La odiaba?
No, nunca la odié, nunca hubiese podido, porque, a pesar de todo, era una persona amable, tenía que reconocerlo
Ahora, al recordar de nuevo, me da risa mi antiguo comportamiento. Me invade la nostalgia por tiempos mejores, en donde nada tenía de qué preocuparme, y en donde ella estaba conmigo...
Me sentaba detrás de ella, y a diario trataba de descubrirle algún defecto escondido. Ambos nos sentábamos junto a la ventana, y por medio de ella, podía ver su reflejo, así es que me pasaba las clases viendo y analizando qué tenía de malo ella
Pero, no sé en qué momento preciso fue en que, no podía dejar de mirarla. Siempre estaba volteado hacia la ventana, viendo su perfil, y por más que buscaba defectos, sólo encontraba virtudes. Estarla viendo a diario y a toda hora, tal vez me hicieron cambiar de padecer...
Levaba cerca de medio año de conocerla, y aunque era escandalosa, también era alegre y jovial. Todos sus amigos la querían mucho, y mucho más aquella niña, Tomoyo Daidouji, su mejor amiga, y quien siempre cuidaba de ella, presidenta de la compañía de su madre y una importante diseñadora de modas en la actualidad
Me di cuenta de repente, que mi mirada hacia ella ya no la sentía fría, sino normal, y a veces se me enternecía al verla. Comencé a pensar de ella como una persona muy tierna y noble, y con una mirada llena de ternura que, sin darme cuenta, comenzó a envolverme en su hermoso brillo. Siempre estaba pendiente de las personas a las que quería y siempre tenía una sonrisa para todos.
A mí nunca me negó sus bellas sonrisas, aún cuando a veces yo era grosero con ella. Y para ser sinceros, esas sonrisas regaladas, me hacían sentir seguro ¿Porqué? No lo sé, tal vez a esa magnitud ya llevaba varios meses enamorado
Después, comencé a fijarme en su físico. Nunca lo había hecho. No era fea, muy al contrario, era muy hermosa. Con sus dos mechones adornando el contorno de su rostro, y su cabello dorado, lo llevaba corto.
Tenía unos ojos preciosos. Verdes. Comencé a soñar con ellos, verde. Mi color favorito. Y su mirada me derretía
Su piel era blanca y suave. Llegué a tener envidia del viento porque el sí podía acariciar sus mejillas sonrosadas, y yo tenía que conformarme con soñar que lo hacía
Su risa y su vocecilla aguda, música para mis oídos.
Jaja, es extraño, pero había cambiado tanto de padecer que ahora siempre esperaba con ansía el día siguiente para verla de nuevo y escucharla decir su siempre "Buenos días Li"
Y aunque era mi alegría, no lo aceptaba. No aceptaba que comenzara a gustarme alguien, mucho menos amar a ese alguien
No comprendía mis noches de insomnio, dando vueltas en mi cama sin poder conciliar el sueño por estar pensando en sus ojos y en su sonrisa. Ni tampoco entendí el día en que, hice un oso de felpa pensando solo en ella
Pronto comenzamos a llevarnos mejor, y eso fue mi perdición, pues a cada momento que se acercaba a mí, sentía cómo mis mejillas aumentaban su temperatura normal, y me sobresaltaba y me ponía nervioso cada vez que la sentía demasiado cerca de mí.
Ahora nos llamábamos por nuestros nombres, y no por nuestros apellidos, como solíamos hacerlo. Pues me sentía extraño diciéndole Kinomoto. Un día, estábamos en medio de una situación crítica, y un miedo terrible me invadió cuando sentí que la perdía, fue entonces cuando le grité su nombre, y a ella, tal parece, le dio mucho gusto que yo le dijera así
Su amiga Tomoyo siempre fue muy observadora y sagaz, pronto se dio cuenta de la situación antes de que yo quisiera aceptarlo. Comenzó a hacerme insinuaciones y a repetirme que no desperdiciara ningún momento a sola con Sakura
Entonces, tuve que aceptar lo que no quería. Estaba enamorado. Por primera vez, y de una chiquilla. Enamorado a los 10 años, muy joven para caer en esos líos. Habían robado mi corazón, algo tan imposible, y ella ni siquiera se había dado cuenta!
Fue cuando comprendí porqué me acongojaba cada vez que se ponía triste y sus bellos ojos le llenaban de lágrimas. Esas veces cuando quieres dar todo para que ella sea feliz, y nunca nadie nuble sus días. Sin embargo, yo estaba muy lejos de su corazón, nunca me dirigió alguna mirada con significado diferente. Pero para mí, era como si un poderoso imán uniera mi corazón al suyo, pues cada día la amaba más...
Bueno, pues espero que hasta aquí les esté agradando. El Shaoran el que está narrando, no duden en seguir leyendo. Les prometo que se pondrá súper interesante
