Hello a todos!! ¿Cómo han estado? ^^
¡Aquí he retornado con un nuevo capítulo! *por fin…* La tardanza fue a causa de… depresiones (que espero no se noten mucho durante el proceso del cap .___.), musa atrofiada (se fue de vacaciones con mi Lonfi ¬¬) y mente centrada en nuevo proyecto de fict (… no pregunten xD)
Lamento la tardanza naturalmente… Espero que valga la pena el tiempo que les hago esperar *snif*
Este capítulo no tiene mucho entusiasmo (deseaba más terminarlo que otra cosa xD) ni acción, ya casi en Hogwarts, donde empezarán las verdaderas aventuras! (y problemas…) 24 páginas (sinceramente, pensé que serían menos…)
Les dejo con el nuevo capítulo y las respuestas a los reviews (los cuales estoy tremendamente agradecida porque me otorgan mucho ánimo ^^ (y también exigen esfuerzo a mi conciencia .)
Arabella Granger Potter: Muchas gracias por tu review, Arabella ^^ Me alegro que te haya gustado el capítulo… Este es más como… un intermedio, sin mucha acción en realidad. (Aceleré el tiempo, como podrás apreciar. Estoy ansiosa por llegar a Hogwarts .) Espero no haberme tardado mucho con el cap., pero sufrí algunos bloqueos… y mis betas han estado ocupadas encima… T.T Ojalá te guste. Espero tu opinión ^^
Calixto: xDD! Veo que te gustaron las escenas HHr. Aquí tienes algunas más… ^^ bueno… No te preocupes… Falta tiempo para *eso.* Pero sí, ve preparando los pañuelos xDD Me estoy debatiendo con el final que tengo planeado para este fict T.T Quiero una cosa, pero si eso sucede, no podrá suceder otra… y… ¡argh! . Oh, sí, me fue muy bien en mis vacaciones ^^ Conocí a mi mejor amiga por Internet y dentro de pocos días me reuniré con otros amigos de la web. Ha sido una de las mejores, he de admitir. Queda un mes para volver al colegio ;___; NO KEROOO!!! T___T Espero que te agrade el cap. (y que no haya tardado mucho en hacerlo .___.) Estaré esperando tu review ansiosamente. Gracias! ^^
Gaya Lunae: Claro, claro. Lo sé… Vale más el cap. que mi presencia . La musa me ha abandonado T.T… *cri cri* Sip, estoy morenita… ^^ Pero no fui a la playa, sino a las montañas XD! Oh, ahora eres adicta a mi fict? No sabes lo culpable que me siento .___. XD! Oh, estás hecha una investigadora profesional de mi fict jajaja. Uhm… ¿Qué tal si analizas el último sueño de Harry? ^^ Me alegro muchísimo que te haya gustado *Parv se sonroja ante los comentarios* No, no serán el primer amor… Tengo otros planes… ^o^ (Wuajaja!) Es que.. No quiero que todo sea igual al HHr, sería muy repetitivo y me gusta ser original (se nota? xD) Bueno, ojalá nos encontremos pronto en el MSN ^^ Este fin de semana estaré ocupada, así que tal vez sea el siguiente .___. Tengo analizadas las reacciones de los adolescentes, pero no me vendrá mal una ayuda de vez en cuando ^^ No dudes que recordaré tu propuesta. Muchas gracias por tu largo review (disculpa si mi respuesta es corta, pero la mayoría de tus dudas las contesté en la conversación del otro día, no te parece? ^^) Ah! *Parv se pone como un tomate* ¡No me hables así que mi ego Gry se subirá a las nubes! Admiro a Rowling *.* (o la admiraba antes de HP5 ¬___¬) Espero que el cap. cubra tus expectativas ^^ (El cap. tiene 24 pages aunque ya leíste la mayoría ^^) Beshos! Y gracias!
Natty Malfoy: Gracias por el review. ^^ ¿También te fuiste de vacaciones? Mira vos.. ^o^ Opiniones en vivo y en directo… Me hace acordar a la TV T.T Ustedes son muy sobre protectoras con el chico ¬¬ Es un Potter!! Está destino a sufrir en mis manos! Wuajaja! Ah, el bebé de Lily… Puesh, la identidad del sexo del bebé seguirá en suspenso xDD Oh, sí… ^^ Yo en esa parte (la de James imaginando xD) me reía mucho, porque yo miraba el techo y pensaba en qué tonterías podría pensar en un momento así. Y decidí que serían divertidas, para hacer el momento más ameno. Sip, Sirius y Sevvie.. Perro y gato, no hay caso. ^o^ Oh, sí… La escena de la escapada de Dan es muy… de películas de acción xDD! Personalmente, yo no tendría el valor de escaparme .___. Chi, le tengo maña a James, porque es un Potter y a los Potter hay que exprimirlos en sangre xD ^^ Dan y Jo… *Parv silba* ¿Te pareció romántico? No sé por qué, pero a mí también *Parv tose, escondiendo risas* Lo entiendo, gracias ^^ Espero que te guste el cap. (es también largo, ojalá lo disfrutes) Aunque no tiene mucha acción… En fin, gracias!! Besos!!
Gaya Lunae: *Parv lee pensativamente el review, conteniendo comentarios xD* Muchas cosas esconden cosas detrás. Significados, enigmas, predicciones… Sólo hay que encontrarles la vuelta, cambiar puntos de vista, examinar… ^^ (Qué fácil es decirlo cuando soy la escritora, no? xD) Cada heredero tiene un poder específico (James no puede parar el tiempo, por ejemplo) pero hay algunos que comparten (Jo también podrá hacer magia sin varita más adelante.) sabes? Lo de Dan es la razón por la que Kris se enoja conmigo. ^^' No tengo nada preparado en sí para el personaje, pero no lo dejaré normal (Odio esa posición, por algo detesto tanto a Ron ¬¬ (aunque no se nota, no?) Creo que a Dan le sería muy difícil mantenerse al margen. Aunque no será como Ron, de no dirigirles la palabra por celos. En cuanto a los herederos, no tengo bien definido eso, pero… No creo que los cuatro se pongan de acuerdo. Siempre en el grupo hay alguien en desacuerdo. Y más si está influenciado… *Parv se tapa la boca, dándose cuenta de lo que acaba de decir ¬¬* Te imaginas un todos contra todos? XDDDDDDD! ^o^ err… Creo que cuando estás en tal desesperación, puedes conseguir fuerzas de donde no las hay (y luego te cobrarán las consecuencias…) y en cuanto a cómo ver en la oscuridad, la Orden estaba iluminada ^o^ (y no en el sentido de Dios, eh? ¬¬) jajajja. Verdad que la escena Jo/Dan fue muy tierna para ser de amigos? *Parv se esconde de las miradas fulminantes* ¡Ya veremos, ya veremos! xD Me he planteado eso ^^ Pero… *Parv guarda silencio mientras discutía consigo misma* Hay gente que tiene un olfato muy intenso, James forma parte de ellos ^^ (y mi mamá .___.) Sip, ellos son como sus hermanos. ¿Y quien no da la vida por alguien tan especial? ^^ Sip, verdad xDD Pero San Mungo lo ha atendido muy bien. No, no, yo no olvido xDD Sólo que no encontraba la situación para agregar una escena sobre el tema (El embarazo de Lily, ne?)… Y no, falta para saberlo xDD! (Que mala soy, no? xD) Sip, Herm tiene los nervios alterados sobre Harry xD No es que piense que le es infiel, pero tiene temores al respecto… (y sobre sus extrañas reacciones, tan repentinas...) ^^ Sip, la mortífaga volverá. Además que sabremos nuevos nombres (ya me he aburrido de Crabbe, Goyle, Lucius y Bella xD) Se alteraron un poco al ver que los habían perdido ^^' Pero su Señor ya había pensado al respecto… Y planeará venganza. No, no es el gato de Herm xDD Ni idea que pasó con él O.O! Oh, sí, Lizzie volverá a ser personaje principal. xD Sólo que ando un poco enfadada con ella, a veces se me va de las manos (… en cualquier momento tiene relación R (lemmon xD) con Rob ¬¬ xDD!!) Remsie, caso perdido. ^^ Tendré un poco de piedad por el momento, pero prepara los pañuelos ^^ Creo que tardé un poco con el cap, más de lo que quería. Espero que volver a Hogwarts vuelva a traer la musa ^^ 24 pages, espero que te guste ^^ jajaja. Gracias por los ánimos. ^^ Me levantas la moral xD Gracias por los reviews.
Mariam Hiwatari: Gracias, Kris. Últimamente no hemos hablado mucho, extraño tus comentarios divertidos, así que me has sorprendido con el review. Espero que pronto volvamos a charlar. Jajaja. El final puede variar, recuerda. Tendré en cuanta lo que me pediste… Estoy pensando qué haré más o menos para que halla una lucecita… ^^ Veré que hago con Dan, tienes razón, queda mal si es el normal del grupo xD Será el heredero de Merlin! xDDD!!! ¿Me lo exige mi hermosa beta Kris? ¿Qué tienes de hermosa? O.O jajajajaja. xDD! Uhm… Creo que esto me costará la muerte… De nuevo bajo tu mandato? Buuu… T.T En fin, espero que cuando leas esto… ya hayas leído el fict días atrás… ^^
F.U.F.O: Muchas gracias. Ahora dentro de un rato leeré tu fict y si me queda tiempo, te dejo un review, ¿vale? Ah, ese problemita también lo tuve… Mira, tienes que: ir a tu profile (no al público, sino cuando te registras en ff.net y vas a la parte para subir el fict, me sigues?), a la opción Settings, la primera (arriba de "Custom URL") Ahí, fíjate en la opción "Anonymous Reviews", y no debe estar señalizado (el cuadrado en blanco, si?) y luego "Save Settings" y… bienvenidos reviews!! ^^ Espero haberte ayudado y que este capítulo te agrade. ^^
Tonks: Gracias por el review. Ajá, el corazón sabe elegir si lo hace sereno y sabiamente ^^ Que hayas sentido el dolor del personaje es una de mis metas como escritora. Hay que saber reflejar los sentimientos en el papel (en este caso, pantalla xD) y que los lectores sientan lo que tú sentiste que el personaje sintió ^^ Así que te imaginarás lo contenta que estoy que haya valido la pena el esfuerzo de mi musa. ^^ Sí, a mí también me gustaría poder detener el tiempo *suspiro* Uh… Por si las dudas me pondré amuletos contra reencarnaciones T.T Espero que te guste el cap y que dejes otro fantástico review! ^^ Gracias!
~*~
Capítulo 27 - Espacios Vacíos- ¡Mamá! – Exclamó James, abrazando fuertemente a Hermione, quien a su vez le sonreía ampliamente. - ¡No sabes cuánto extrañé tu comida! T.T – Herm retiró el abrazo, mirando a su hijo con el entrecejo fruncido.
- ¿Sólo por la comida me quieres? – James rió ligeramente, a la vez que se volteaba para encontrarse con su padre.
- ¡Papá! ¡Me tienes que explicar muchas cosas! – Harry le miró curioso, pero asintió a la vez que abrazaba a su hijo.
- Será mejor que te llevemos a San Mungo. Esas heridas no se ven nada bien. – Sugirió Harry, mirando preocupado las magulladuras que James tenía en los brazos, ocasionadas por la última tortura de Bellatrix.
- ¡Tía Mione! ¡Tío Harry! – Exclamó alegremente Joanne, que había terminado de saludar a sus padres. Dan estaba inmediatamente detrás de ella. Lily, Ron y Draco también se acercaron.
- ¿Listos? – Preguntó Draco, mirando al trío de jóvenes.
- ¿Cómo iremos a San Mungo, pa? – Dijo Dan, mirando a Draco, que le sonrió.
- Apareciéndonos.
- Pero, nosotros… - Harry le guiñó un ojo a Joanne, quien detuvo su recordatorio.
- Pero ustedes se quedan callados. ¡Dulce sueños!
Instantes después, Joanne, James y Daniel caían inconscientes en brazos de sus padres.
***
Cuando James abrió los ojos, la blancura de su entorno le hizo volver a cerrarlos por el aturdimiento que le causó. Pestañó un par de veces antes de lograr definitivamente soportar la luz de la habitación.
Un par de ojos celestes brillantes le saludaron optimistamente. Frunció el entrecejo, intentando recordar quién era la joven que le sonreía. Cabello rojizo cayendo mansamente sobre los hombros… ¿Joanne con cabello rojizo?
- Ni siquiera me reconoces con mi cabello original. – Se burló su amiga.
- ¿Cómo lo hiciste?
- Los doctores de San Mungo tenían la solución a mi problema. – Sonrió Jo. – Me resultó difícil volver a acostumbrarme a ser pelirroja, me había habituado al negro.
- Lo natural siempre es lo más bello. – Opinó James, mientras Joanne se sonrojaba notoriamente.
- ¿Tú crees? – Preguntó, cohibida. En ese mismo instante, Daniel entró en la habitación, con una caja entera de ranas de chocolate debajo del brazo.
- ¡Para mi héroe! – Dijo Dan, entregándoselo entre carcajadas.
- ¡Ey! ¿Y yo qué? – Se quejó Joanne en broma.
- Me olvidé de ti. – Dan abrió los ojos al máximo, como cayendo en ese detalle. – A ver cómo lo puedo solucionar… - Miró alrededor en busca de inspiración. - ¿Me firma un autógrafo, señorita?
- ¿Y deshonrar mi nombre para ti? Mejor no. – Contestó Joanne, haciendo que miraba con asco el pergamino y la pluma que le tendía su amigo. – En fin, ¿cómo te sientes, James?
- Muchísimo mejor, Jo. – Anunció Potter satisfecho.
- Las heridas han sido lavadas y ya han cicatrizado. – Le informó su amiga. – Con otro chequeo general y si nada anormal ocurre en tu organismo, hoy mismo te darán de alta.
- Genial. ¿Mis padres?
- Pues… Hermione estuvo aquí hace media hora, debe estar por alguna parte del hospital. Y Harry ha sido llamado nuevamente de urgencia de parte de Moody. El Ministerio es un caos. – Respondió Dan, emitiendo una mueca.
- ¿Y ustedes ya…?
- Sólo estuvimos un par de horas. – Le interrumpió Jo, sabiendo que iba a preguntar. – En cambio, tú llevas un día y medio aquí, durmiendo como un tronco. Y no me puedes decir que te despertaste porque estuve casi todo el tiempo al lado tuyo. – James le sonrió agradecidamente.
- Yo no pude. – Explicó Dan. – Mi padre me pidió que lo acompañara al Ministerio para ayudarlo con algunos documentos. Han dejado de fiarse de los asistentes, al parecer.
- ¿Por qué? – Preguntó James, extrañado.
- Porque todavía no encuentran al traidor. – Aclaró Joanne lúgubremente. – Además, están seguros que no es uno solo.
- Pero tampoco todos los asistentes van a pasar información, ¿verdad? Hay algunos de los cuales se pueden fiar…
- No es tan así. – Contradijo Dan. – Todos estos años la Orden Oscura había estado prácticamente desactivada, sino fuera por aislados ataques que se efectuaban por reducidos grupos. El año anterior empezó nuevamente a surgir. Los traidores florecen ahora, a lo sumo habrán brotado algunos pocos años atrás. Ahora mismo yo puedo desconfiar de ti porque durante nuestros años de vida solamente "existía" un único bando. ¿Entiendes?
- Yo no lo veo tan así. – Replicó James. – Asimismo, ¿tan importante es la información que estaban manejando en el Ministerio cuando fuiste a ayudar? – Dan tragó saliva, para dar énfasis a lo que iba a decir.
- Si los mortífagos saben eso, el próximo ataque es tragedia, James. No se puede jugar con la vida de la gente, por más que no tengan rostro para ti. – Joanne se estremeció.
- ¿Podemos variar un poco la conversación? Acabamos de librarnos de los mortífagos, no volvamos al clima oscuro. – Pidió Jo mordiéndose el labio inferior.
- Está bien. ¿Dónde está mi hermana? – Prosiguió James con el interrogatorio.
- Mañana a la mañana sale de viaje con Helena, ¿sabías? – Dijo Daniel. James le miró pasmado.
- Se van a España, las invitó Robert. – Determinó Joanne.
- ¿Y mi padre la dejó ir?
- Sabemos que se irá, así que le otorgó permiso. Luego pregúntale a él. – Se encogió de hombros Dan.
- Rayos. – Maldijo James en un murmullo. Joanne soltó unas risitas.
- Estás celoso porque ella volverá bronceada y tú no. – Bromeó Joanne junto con Dan, mientras éste último abría la caja de ranas de chocolate. Le entregó una a James.
- Había olvidado lo ricas que eran. – Sonrió Potter, luego de comerla. – Lo que me recuerda que no me dijiste cómo supiste que yo tenía poderes, Jo. – La pregunta atrapó desprevenida a Joanne, que no logró encontrar una excusa para mentirle a su amigo.
- Pues… yo… - Buscó las mejores palabras para expresar lo que iba a decir. – Lo leí en el diario de tu padre, James. – Admitió con derrota, bajando la mirada al suelo. – Se los oculté porque algo me decía que no era conveniente que lo supieras.
- ¿Dónde está el diario? – Preguntó James fríamente. Daniel chasqueó la lengua.
- Tía Mione me lo confiscó. Lamento no haberte contado la verdad, pero si lo hubieras sabido… - Se disculpó sinceramente.
- No hubiera sobrevivido a los mortífagos. – Entendió James. – Me hubieran absorbido. ¿Y heredero de quién soy? – Jo sonrió débilmente.
- Eso mejor pregúntale a tu padre. ¿No te parece? – Dan estuvo de acuerdo con Jo en ese punto, así que James no pudo insistir.
- ¿Y qué me dices de ti? – Cuestionó Daniel, mirando a la joven, que ya no miraba culpablemente al suelo.
- No sabía que tenía poderes, pero tía Mione me lo insinuó… Pero me olvidé de investigar. No entiendo cómo pude parar el tiempo… - Entre tanto Joanne decía aquello, la puerta de la sala se abrió, entrando Harry seguido de Ron. Por la expresión del rostro del padre de James, había escuchado lo último que Jo había dicho.
- ¿Cómo están? – Preguntó Ron sin advertir lo que estaba sucediendo. El trío de jóvenes miraban a Harry tímidamente, que a su vez los miraba a ellos severamente.
- Todo bien, pa. – Contestó Jo, sin despegar la mirada de Harry. Ron, al percatarse de eso, miró extrañado a su viejo amigo.
- Ron, ¿podrías llamar a Lillian? – Le solicitó Harry, mirando de reojo al pelirrojo, que asintió silencioso y se retiró. Harry se acercó a ellos, conjurando una silla al lado de la cama de James y sentándose.
- Tío, nosotros… - Harry detuvo a Jo, levantando una mano.
- Espera que llegue tu madre y hablaremos. – El trío se miró con expresiones sombrías.
***
Él era sin duda alguna el heredero de Gryffindor, si la descripción del fantasma de Godric Gryffindor era correcta. En el momento, asintió a todo lo que éste decía, pero cuando se puso a meditar sobre ello esa misma noche, observando el techo de su dormitorio en la casa de los leones, comprendió que no podía admitirlo. Había tantos 'pero' que dar a la afirmación. Si realmente él era el heredero, ¿por qué el sombrero había insistido en colocarlo en Slytherin?
"Son nuestras elecciones las que demuestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades." Teniendo poderes de Gryffindor y Slytherin, personalidad mezclada entre ambas casas, ¿por qué insistió el sombrero que Slytherin era lo mejor para él? ¿Acaso su destino era la oscuridad…?
Hablando de poderes, ¿cuáles serían? ¿Qué fantásticos podrían llegar a ser?
Fue en ese instante cuando se dio cuenta de algo. Godric y Salazar murieron teniéndose antipatía. Entonces, ¿él estaba destinado a matar a Voldemort? ¿Con esos poderes que poseía, debía utilizarlos para eso?
La sangre acusa mientras prevalece.
~Harry Potter y la Orden del Fénix - Capítulo 18 – El túnel del Fénix~
***
Harry conmemoró en su mente el momento que se le había anunciado que él era el heredero. Los recuerdos le causaban una increíble nostalgia. En ese momento ni había llegado a imaginar qué le pasaría. Echando ahora una mirada al pasado, ver todo lo que había sufrido para conseguir una paz ficticia, la victoria sobre Lord Voldemort… ¿Había valido la pena?
Sonrió, asintiendo mentalmente a la pregunta. Sino hubiera pasado todo aquello, tal vez no se hubiera casado con Mione y no hubiera tenido a sus dos hijos con ella. Igualmente, ya nada podía hacer para cambiar lo que no había sucedido en ningún momento.
Lillian Weasley entró en la sala ansiosa, preguntándose para qué Harry la había llamado. Al percibir el tenso silencio que había en la habitación, su rostro manifestó serenidad, cambiando totalmente.
- Mamá. – Saludó Joanne mientras ella procedía a sentarse en la silla que le ofreció gentilmente Harry.
- Bien, ¿qué sucede? – Preguntó Lilian, mirando a su primo, el cual suspiró antes de contestar.
- Ya lo saben. – La señora Weasley palideció, no habiendo deseado aquello.
- ¿Cómo?
Harry, quien desconocía, pero sospechaba de la respuesta, miró al trío, esperándola. Joanne chasqueó la lengua nerviosamente, evitando a toda costa conectar sus ojos con los de su tío, esas esmeraldas que encontraban la verdad.
- Tu… Tu diario, tío.
- ¿No era que lo habías destruido? – Preguntó Lily, mirando a Harry ligeramente enfadada por la mentira. Harry le sonrió con cierta culpabilidad.
- Es que… Había tanto esfuerzo, tanto tiempo puesto en esas páginas, que…
- ¡Tú mismo dijiste que era un peligro para todos nosotros! – Exclamó Lilian, poniéndose de pie.
- Estaba bien escondido. – Se defendió Harry, al mismo tiempo que intentaba tranquilizar a su prima.
- ¡No lo suficiente, si Jo, Dan y James lograron encontrarlo! – El trío se encogió en el lugar que estaban, escuchando la discusión en silencio.
- En fin, ¿dónde está ahora? – Preguntó Harry, lanzándoles una fugaz mirada a los jóvenes. Hubo un silencio, en el cual James y Dan perforaban a Jo con sus ojos.
- Tía Mione lo tiene en su despacho. – Harry frunció el entrecejo.
- ¿En su despacho, Jo?
Algo en la voz de Harry no les gustó nada. Era temblorosa e inquieta. Generalmente Potter no solía perder la seguridad que tenía frente a ellos, por una cuestión de confianza.
- Ajá. – Harry suspiró con frustración y maldiciendo.
- ¿Puedes quedarte con ellos, Lil, mientras voy a la mansión? – La señora Weasley aceptó.
***
¿Cómo demonios se había olvidado del diario? ¿Cómo no se había percatado que su propio hijo lo tenía? ¿Acaso no se le ocurrió pensar que el Kneazle de Dan era el mismo que él había colocado fielmente como custodia? ¿Cómo había pasado por alto que era el diario lo que exactamente buscaba su enemigo?
- ¿Qué deseas? Dudo que ya quieras matarme.
- Sería algo muy poco divertido. Sólo he venido a avisarte… que tu nuevo enemigo se está alzando con un poder muchísimo más poderoso que tu anterior enemigo… Sólo eso.
- ¿Tienes contacto con él?
Él tampoco había previsto encontrárselo. Por eso no le había sorprendido con un gran discurso. Ni tampoco con un gran plan de cómo torturarlo, simplemente dejándolo dormido unas cuantas horas. Ese día habían sido las elecciones y se suponía que nadie iba a estar en la Mansión. Aprovechando eso, ingresó y…
¿Pero cómo diantre había sabido que el diario estaba en la Mansión, que estaba en el despacho de Hermione?
Anhelando estar equivocado sobre su teoría, entró en el despacho de su esposa. Allí estaba ella, entre pergaminos y libros, concentrada en su trabajo. Alzó inmediatamente la vista, sorprendida de verlo.
- ¿No ibas a estar con James, Harry? – Preguntó suavemente, con dulzura.
- ¿Dónde está el diario, Mione? – Salteó la pregunta de su esposa, contrarrestándola con la determinación de la suya. Hermione le miró pasmada, antes de recobrar su postura.
- En esa estantería. – La señaló mientras se ponía de pie y caminaba hacia ésta. Frunció el entrecejo, murmurando para sí mientras examinaba los libros que estaban acomodados allí. Se volteó hacia Harry, quien la miraba impacientemente. – No está.
Siempre dos pasos por delante, ¿verdad, Voldemort?
***
- ¿Crees que haga mucho calor? – Preguntó Helena mientras con Elizabeth empezaban a empacar ropa de verano.
- Los veranos en esa zona de Europa están siendo terribles, así que supongo que sí. – Contestó Lizzie al mismo tiempo que plegaba una blusa de color púrpura.
Alguien llamó a la puerta de la habitación, pidiendo permiso para ingresar. Lizzie exclamó lo suficientemente alto para que escucharan del otro lado y al abrirse la puerta, aparecieron Jo, James y Dan, con sonrisas francas en sus rostros.
- ¿Necesitan ayuda? – Preguntó Joanne, dispuesta a cooperar con algo.
- No, ya casi terminamos. – Agradeció Helena con una tímida sonrisa.
- ¿Ya te duchaste? – Se burló Lizzie de James, el cual le dirigió una amenazadora mirada.
- Me hubiera gustado ver qué hacías tú en mi lugar. – Le desafió James, sentándose en la anterior cama de Joanne junto con sus dos amigos.
- A propósito, ¿cómo escaparon? – Dijo intrigada Helena. El trío intercambió una mirada nerviosa.
- Simplemente aprovechamos que los mortífagos habían salido de urgencia hacia algún lugar. – Contestó Joanne, sin ocurrírsele ninguna respuesta más coherente.
- ¿Y no les tenían encadenados? – Inquirió extrañada Esdara.
- Pues… - Comenzó a responder Dan. – Yo tenía mi varita bajo la manga y cuando se fueron, aproveché y nos liberamos de ellas. – Las dos muchachas les miraron incrédulas, sin creerles una palabra.
- ¿A qué lugar de España van? – Preguntó Jo para cambiar de tema de conversación.
- A las Islas Baleares. – Contestó sencillamente Lizzie.
- ¿Cuál de todas ellas? – Insistió Joanne. Helena chasqueó la lengua.
- Mallorca.
- ¿Y por qué les invitó Robert allí? – Cuestionó Dan, sabiendo que James estaba pensando aquello pero no se animaba a decirlo.
- A fin de mes es su cumpleaños. – Comentó Lizzie, con un tono receloso hacia Dan. – Y como no volverá a Londres hasta la segunda semana de agosto y no quería pasar sin compañía su cumpleaños, nos invitó. ¿Algún problema? – Le dirigió una mirada fría.
- No, sólo curiosidad. – Dijo Dan, sonriéndole débilmente a la muchacha.
- En fin. Yo ya he terminado mi equipaje, ¿tú, Lizzie? – Dijo Helena, advirtiendo el tenso silencio que estaba por formarse.
- Sólo me falta el maquillaje. – Sonrió alegremente la joven Potter mientras cerraba su bolso.
- ¿Maquillaje? – Preguntaron al mismo tiempo Dan y James, horrorizados.
- Ajá. – Dijo Lizzie, levantando ambas cejas ante las expresiones de ambos chicos.
- Bueno, ya es hora de irnos, Daniel. – Comentó Joanne, miraron su reloj de muñeca. – Deseo que la pasen bien, chicas. – Mientras tanto, jalaba a sus dos amigos fuera del dormitorio.
***
Sirius paró su discurso al momento que todos le observaban pensativamente. Moody escribía enérgicamente, sin parar un instante, mientras que algunos otros consultaban los pergaminos que tenían en sus manos, comparando la información. Había otros que hacían notas mentales y algunos que simplemente esperaban a que terminase de hablar para exhibir lo que habían logrado tras horas de arduo trabajo.
Había esperado a que alguien comentase algo, pero todos estaban ensimismados con sus propios pensamientos. Observó a su ahijado, que se había mantenido demasiado distante para ser la cabeza del grupo. Hermione, a su lado, le lanzaba miradas nerviosas de vez en cuando, pero ella también permanecía en silencio.
Se mordió el labio inferior, conteniendo sus impulsos. Mejor seguir con el discurso. Pero cuando iba a volver a empezar, Moody le interrumpió.
- No podemos dejar que errores surjan de este lado del camino. Un movimiento erróneo de nuestra parte y será aprovechado al máximo por nuestros enemigos. Esto ya no es un juego. Lo digo naturalmente sabiendo que aquí todos estamos al corriente de eso. Cada uno de ustedes está sentado meritoriamente a mi lado, teniendo justificaciones o no para formar parte. Sin embargo, no hay que confiarse ni desconfiarse. – Dirigió una indiscreta y directa mirada a Harry, quien se la repuso con extraña indiferencia.
- Puedes proseguir, Sirius. – Dijo Potter con calma. Su padrino frunció el entrecejo ante tales reacciones, pero continuó.
Una hora y media después, la reunión concluyó. En la sala principal de la casa de los Malfoy sólo quedaron Draco, Severus, Sirius, Ronald, Harry, Lily y Hermione, acompañados de un incómodo silencio, causado por la ansiedad de algunos de saber qué pasaba y la impertinencia de otros de no decirlo.
- No es que esta conversación no sea entretenida, pero estoy perdiendo mi tiempo. – Dijo sarcásticamente Severus, diez minutos después.
- ¿Qué sucede? – Insistió Sirius, escoltando a Snape.
- Tenemos problemas. – Anunció Hermione sin más. Snape levantó una ceja, escéptico.
- No seré ni su psicólogo ni el de nadie, señora Potter. – Dijo empezando a perder la paciencia.
- Tenemos problemas, incluyéndote, Severus. – Le cortó Harry impasiblemente. Tanto a Severus como a Sirius les alteró ligeramente ese tono de voz.
- Joanne y James han empezado a usar sus poderes. – Comentó finalmente Lily, con un deje de amargura. El director de Hogwarts se irguió en su asiento.
- Pero tienen sólo trece años. ¿Cómo es posible?
- Y no sólo eso. – Continuó Hermione seriamente. – Sino también que presumimos que el enemigo tiene el Objeto. – Snape miró a Harry con el ceño fruncido.
- ¿Cómo dejaste que eso sucediera? – Harry le sonrió irónicamente.
- Claro, yo les abrí las puertas de mi casa, les indiqué dónde estaba y hasta les señalé las partes importantes, para que así no tuvieran que molestarse en buscarlas. – Harry detuvo la burla con un suspiro frustrado. – La culpa en su totalidad no es mía, Severus. ¿Cómo llegó a los oídos de ellos que el diario no había sido reducido en pedazos y que estaba en el despacho de Mione? ¿Tanta información tiene el miserable traidor?
- Potter, esto es muy fácil. – Dijo Severus en voz baja y atormentadora. – El traidor está bajo tu techo. – Harry se puso de pie furioso, con la cara extremadamente pálida por la impresión.
- ¡No dejaré que acuses a mi gente de traidora, Snape! ¡Sabes perfectamente que a quienes culpas son los que están en esta misma sala! ¡Nadie más estaba bajo ese conocimiento!
- ¿Quién encontró el diario? – Preguntó Sirius a Hermione, la cual no quitaba sus ojos de Harry (el cual se miraba de forma aterrorizante con Snape.)
- James, Joanne y Daniel. – Contestó ella. – Estamos convencidos de que ellos no le dijeron a nadie más de la existencia del diario, Severus.
- ¿Nadie más lo vio? – Inquirió el maestro en pociones. Harry volvió a sentarse, aunque sus ojos aún tenían un brillo alarmante.
- No sabemos si Helena Esdara o Lizzie lo vieron. – Informó Herm, mordiéndose el labio inferior.
- ¿Esdara? ¿No es hija del jefe del departamento de relaciones nacionales e internacionales, sospechado de ser mortífago? – Preguntó Sirius.
- Correcto. – Suspiró Harry.
- ¿Y dejas que alguien así esté en tu casa? – Dijo Snape, sin entender.
- Es la mejor amiga de Lizzie, como bien sabes, Severus. Además, no siempre hay que fiarse de las raíces de una persona. – Dijo Hermione, sonriéndole a Draco.
- ¡Enfrente de ti, ejemplo número uno! – Exclamó Draco, dándole un poco de diversión a la conversación.
- Hoy a la mañana Helena y Lizzie se van a España. – Comentó Hermione, mirando a Severus firmemente. – Robert Reldid las invitó. – Snape hizo una exasperación con los ojos.
- ¿No es el chico que tuve problemas con el registro? – Indagó Snape, mirando a Harry, pensativo. Potter asintió solemnemente.
- ¿Qué sucedió con él? – Dijo Ron, interesado y extrañado de que Harry no le hubiera contado nada de eso. Y por la forma en que le miraban Sirius, Lily y Draco, tampoco a ellos. Potter se enderezó en su asiento.
- Es adoptado. Sin embargo, no tenemos antecedentes de sus verdaderos padres. Creemos que fueron extranjeros y por alguna razón, vinieron a Inglaterra de visita y fallecieron. – Dijo Harry lentamente.
- Ni siquiera en el ministerio tienen archivos de los Reldid, y si habitaban aquí debería haber alguna ficha que lo indicase. Pero tampoco podemos investigar en ministerios de otros países porque no tenemos una justificación para hacerlo. Es información privada y personal, al fin de cuentas. – Terminó Severus.
- Si eran extranjeros, ¿por qué su hijo quedó aquí, entonces? – Preguntó Draco.
- Puede ser también que hayan abandonado a su hijo. Si el muchacho sabe su verdadero nombre, debe haber algún documento de adopción. Porque sino es inexistente la posibilidad de que supiera quien es efectivamente, habiendo quedado huérfano al año de su nacimiento, en un país extranjero. Esto haría que lo hubieran llevado a un orfanato sin identidad. – Explicó Hermione.
- ¿Y si el nombre que posee ahora no es el correcto? – Interrogó Lily.
- Es otra posibilidad. – Asintió Harry. – No obstante, el Libro de Nacimientos de Hogwarts decía claramente "Robert Reldid" en julio del año pasado.
- ¿Y quiénes son los padres adoptivos?
- No tiene madre, pero sí padre. – Contestó Harry mientras que un nudo empezaba a formarse en su garganta. – Es alguien de nuestro departamento, auror de confianza. Por eso permití que viajara.
- Pero… ¿quién? – Murmuró Draco deseoso de saber. Harry le sonrió misteriosamente.
- Tenemos un tema más importante que discutir ahora. – Severus resolvió interrumpir la conversación secundaria, para pasar al tema principal. – ¿Qué haremos con el tema del Objeto…?
***
"Evidentemente, el resultado de la fórmula que utilizaban los antiguos brujos de la Edad Antigua no era la conveniente para producir amor donde había odio. En vez de enamorar, mataba. Además, los muggles de esa época se fiaban demasiado de las dulces doncellas que les entregaban dulcemente sus bebidas favoritas en cenas amistosas. No sabían que en ellas estaba mezclado un brebaje.
La fórmula, compuesta de huesos pulverizados de la parte izquierda de un sapo comido por las hormigas, azúcar negra y vello de murciélago, enfermaba a tanta gente en Roma que declararon ilegal la venta de filtros amorosos. Por lo visto, sirvió de poco, porque continuación usándose durante siglos."
James permaneció pensativo mientras dejaba su pluma en el tintero de tinta negra. Su redacción sobre los brebajes amorosos estaba yendo bien, contaba con toda la información en la biblioteca, no obstante se percataba que algo le faltaba. Oprimió sus labios, mientras leía velozmente su libro de estudio.
¿Y si probaba la pócima? Contempló la página donde figuraba la fórmula. Sería interesante estudiar qué enfermedad provocaba, para así dar énfasis a que los brujos de la antigüedad metían cualquier ingrediente en el caldero e inventaban luego el uso. ¿Y si realmente fuera un filtro amoroso? ¿Con quién lo usaría…?
Se ruborizó con la imagen que apareció en su mente, cerrando el libro y desechando la idea completamente. Aun con ese color, guardó sus útiles escolares y salió de la biblioteca malhumorado. Tenía razón, estaba hecho un pervertido…
A pesar de eso… filtros amorosos rondando en Hogwarts era sinónimo de líos y problemas. Y ése era su apellido. Sonrió considerablemente, mientras empezaba a idear un plan en su mente. Daniel y él se divertirían mucho…
A menos que cierta imagen de su cabeza se cruzase en su camino…
***
Querido James:
Espero que por allá todo ande estupendamente. Aquí, frente al mar, en la casa de las tías de Rob, se está realmente bien. Es maravilloso y relajante, papá debería venir aquí para dejar de abrumarse tanto con los problemas. ¡Además que inspira para escribir con tranquilidad! En fin, hemos llegado perfectamente (y a la hora calculada), Rob ya estaba esperándonos ansiosamente. Sus tías están algo locas, pero son simpáticas. Le tienen mucho cariño. Y por lo tanto, a nosotras también, al ser sus mejores amigas del colegio. Hace mucho calor, pero con el mar y la playa se disfruta muchísimo, más que en medio de Londres.
Ayer a la noche paseamos los tres juntos a orillas del mar cristalino, con la marea alta. El paisaje es precioso, también. Nos divertimos mucho. Sinceramente, teníamos mucho que conversar. Se nos secó la garganta, jajaja. Rob no estaba muy informado del ataque y eso, y de la situación caótica que está viviendo el Ministerio, así que tuvimos que decirle más o menos… Según él, su padre sólo habló con él para avisarle que nuestros padres habían aceptado que nosotras viniéramos. Supone que no quería que se amargara a pocos días de su cumpleaños. Pero dice que con nosotras a su lado le es imposible entristecerse. ¿A qué es tierno?
Mañana tenemos pensado ir a la catedral de Palma, dicen que es muy bonita. Luego pasearemos por la ciudad. ¡Está repleto de turistas! Es increíble. Luego iremos a la playa y de ahí… veremos.
Al sobre le hemos pegado una estampilla de aquí, a pesar de mandarla por lechuza. ¡Cómo prueba de que no nos hemos fugado y estamos en la isla!
Les mando muchos besos. Se les extraña demasiado. Aunque las comidas de la tía Nelly (como la tía de Rob pidió que le llamara) compiten divinamente con las de mamá, jaja. Saludos de Hely y de Rob para todos.
~ Elizabeth ~
PD: Dile a Joanne que ya he conseguido lo que me pidió. Que no se preocupe, que será regalo mío. ¿Justificación? No sé, pero la alegría del clima de aquí me da ganas de hacerlo. No te pongas celoso, James, a ti también te compraré algo.
***
Sonrió dulcemente al sentir como su esposo comenzaba a despertarse a su lado. Giró entre las sábanas para que él también viera que ella estaba despierta y a la vez, lograr verlo mejor. Aquellos inocentes ojos esmeraldas se abrieron para sonreírle aquella despejada mañana de julio. Acercó lentamente su rostro al de él, sintiendo su tranquila respiración unificándose a la suya, y le besó tiernamente durante unos cuantos segundos, en los que no pensaron en nada. Dejaron que sus corazones dirigieran toda la situación.
- Feliz cumpleaños, Harry. – Murmuró cuando rompieron el beso, no obstante, no separaron demasiado sus rostros.
- Que regalo tan bonito me han dado los ángeles. – Le respondió él, con una sonrisa sincera, que Hermione le devolvió al mismo tiempo que se acomodaba contra él. – Eres todo lo que pude haber deseado… todavía me pregunto si te merezco.
Su expresión por un momento se volvió desconsolada, pero al instante volvió a sonreír, como si nada hubiera sucedido. Hermione se apartó un poco de la calidez de su cuerpo para acariciarle la mejilla lentamente.
- Nunca pienses que no me mereces. Es más, he sido yo la afortunada. – Harry abrió la boca para contradecirla, pero ella ubicó su dedo índice sobre sus labios para callarlo. – Te amo, Harry, y eso no tiene justificación ni condición. – Harry le sonrió débilmente.
- Gracias, Mione.
***
Terminó la carta, garabateando su firma con furia, para luego doblar el pergamino y atarlo a la pata de la lechuza oscura que aguantaba órdenes de su parte. La hechizó antes de que partiera con un encantamiento para que no pudiera ser interceptada y abrió la ventana, deteniéndose un momento a sentir el aire fresco. Tal vez le traería un poco de serenidad…
Su Señor no estaría contento de las actuales circunstancias. Había deseado todo menos tener que ser ella la que le avisara que los niños habían huido y habían llegado a salvo a sus hogares, recibiendo atención médica y todo lo que ellos pidieran…
Emitió una mueca de rencor dirigida a ellos y a sus padres. No se había previsto que escaparan, no… Y encima, con los malditos poderes, estaban igual que antes…
Definitivamente deberían haber sido mucho más cautelosos. Capaz terminar con todo lo más rápido posible. No esperar a reacciones extras. Sólo necesitaban los poderes. ¿La venganza les nubló los ojos?
Flash Back
- ¿Alguna novedad, Goyle? – Preguntó Lucius sin elevar sus ojos del plato de comida mitad lleno.
- Ninguna. – Respondió el otro, sentándose en su lugar y empezando a comer bestiamente. Bellatrix suspiró frustrada por su comportamiento y observó asqueada a otra dirección donde no estuviera la imagen de ese fraude de animal.
- ¿No te enseñaron a comer con la boca cerrada, Goyle? – Murmuró ella envenenadamente.
Se irguió en su asiento, decidida a que ya no quería ingerir ningún alimento más, agarró su plato sin mucho cuidado y se levantó orgullosamente, lanzándoles una fugaz mirada a sus compañeros, indicándoles que el tiempo de descanso estaba por concluir. Pasó al lado de la puerta de los prisioneros y la examinó determinadamente, como siempre hacía por seguridad. Se escuchaban ruidos de movimiento. Demasiado movimiento para que estuvieran sentados.
- ¿Están con sus cadenas, Goyle? – Sabía que no servía de nada preguntar. La respuesta era obvia.
- Por supuesto. – Respondió Goyle en tono ofendido. – Lo dices como si yo…
- Pues no las tienen puestas. – Le impidió hablar Bellatrix mientras agarraba su varita. Los otros tres hicieron lo mismo, pero no muy convencidos de que fuera necesario.
En ese mismo momento, la mortífaga sintió algo anómalo, como si de repente todo se detuviera, la vida de su alma, su respiración, su corazón, la sangre en sus venas… Y con la velocidad que se presentó, pasó sin poner huella. Frunciendo el entrecejo, sin comprender absolutamente nada, Bellatrix giró el mango de la puerta de la celda, sin embargo, se percató de que estaba levemente abierta. Un mal presentimiento le invadió, sabiendo que eso no estaba bien. Empujó la puerta para hallar una habitación abandonada, sin rastro de ninguno de los jóvenes. ¿Cómo, en menos de cinco minutos, pudieron…?
La ira surgió desde el fondo de su alma. No podía ser que chiquillos fueran más inteligentes que ellos. No pudieron haber desaparecido sin dejar rastro. Y aún tenía la esperanza de que estuvieran por la zona. Más bien, tenían que estar por la zona por su propio bienestar.
- ¡Muévanse, inútiles! – Les gritó a Lucius, Crabbe y Goyle, que permanecían de piedra a su lado. - ¡Esto no se quedará así, lo juro, Potter!
Fin del Flash Back
***
Bostezó largamente, sin verdaderas ganas de levantarse. Miró a su amiga aprensivamente, la cual se peinaba con alegría mientras cantaba en voz baja alguna canción que ella desconocía. Suspiró, mientras terminaba de atarse los cordones de los zapatos, y se enderezó con otro bostezo.
- ¿Era necesario levantarnos tan temprano, Lizzie?
- Sí, si lo que quieres es despertar a Rob y molestarlo. Deja de quejarte.
Le tendió el peine mientras lucía su cabello castaño brillante, meciéndolo de un lado para otro. A pesar que el suyo fuera rubio, envidiaba a Lizzie por su color de cabello. Era natural, pero llamativo. Además que un día estaba enmarañado y al día siguiente, liso y prolijo.
Cuando Helena dejó de protestar, se cambiaron los pijamas por ropa muggle y salieron de la habitación, lo más sigilosas posible. Inmediatamente enfrente estaba el dormitorio de Robert, que a esas horas dormía tranquilamente, sin imaginarse que sus amigas pensaban despertarlo armando una especie de escándalo…
Abrieron la puerta con cautela y examinaron el territorio. No había indicios del que joven se hubiera despertado. Lily le hizo una seña a Helena, y ésta agitó su varita, murmurando unas palabras. Al instante, todo estaba adornado con globos multicolores y cosas por ese estilo. La joven Potter se llevó la varita a la garganta, aplicando el hechizo sonorus.
- ¡Feliz cumpleaños, Rob! – Chilló Lizzie con el tono de voz amplificado. El Slytherin se sobresaltó en sueños y abrió los ojos sorprendido. Helena se destornillaba de la risa en el suelo, mientras que Potter sonreía inocentemente, sacándose el hechizo de voz.
- ¿Qué…? ¿Qué sucede…? – Preguntó Robert atónito, sin entender que hacían las chicas en su habitación a las… seis de la mañana, aproximadamente.
- Que acabas de cumplir doce años ¬____¬ - Le recordó Lizzie, dándole un beso en la mejilla como saludo. Rob parpadeó un par de veces hasta ver todo con claridad.
- Gracias, chicas… De verdad. – Sonrió.
- ¿Verdad que la decoración está linda? – Fanfarroneó Helena, entre risas. – Pasé semanas investigando como hacerlo… En fin, será mejor que salgamos de aquí para que Rob se pueda vestir. – Comentó, sonrojándose al decirlo.
- Lizzie, la próxima vez… Grita, pero no uses el encantamiento sonorus, he quedado aturdido T____T – La muchacha le sacó la lengua.
- ¡AH! ¿Crees que es muy fácil realizarlo? No, no, no. Tuve que practicarlo mucho hasta que finalmente logré un nivel de voz lo suficientemente alto como para levantarte…
- ¿Me parece a mí o eso es una indirecta? – Rob levantó una ceja, escéptico, medio incorporándose de la cama. Helena ya había salido del dormitorio. Lizzie le abrazó imprevistamente, con fuerza, teniendo que subirse a la cama para hacerlo.
- ¿Sabes? Te ves muy manso durmiendo… - Murmuró Lizzie cariñosamente en su oído. Rob sonrió.
- Gracias, Lizzie. – La observó fijamente a los ojos, mientras acariciaba suavemente el rostro de su amiga.
***
- Dime que no es cierto. – Murmuró una de las tías de Rob a la otra, cuando al entrar a la cocina, vio a los tres jóvenes. – El mundo se ha vuelto loco… ¡Se han levantado temprano! – Los tres Slytherin rieron, a la vez que se sentaban en la mesa, cada uno con su desayuno.
- Hubieran esperado a que me despertara para que les hiciera el desayuno… - Dijo tía Nelly, regañándolos con la mirada.
- ¿Para qué? Si Helena los prepara muy ricos. – Contestó Rob, con una amplia sonrisa.
- Feliz cumpleaños, Rob. – Le felicitaron sus tías, dándole un par de besos en las mejillas.
- ¡Cierto! Nos olvidamos de darte el regalo… - Dijo Helena, llevándose una mano a la frente. Robert se rió ligeramente.
- No tenían que haberse molestado…
- Que va. No te hagas el humilde. – Se burló Lizzie, mientras se incorporaba para subir a su habitación a buscarlo.
Una vez en su dormitorio, Elizabeth se encaminó a su bolso, donde había guardado el regalo, cuidando que no le sucediera absolutamente nada. Buscando entre blusas que no había acomodado en el armario, halló el paquete junto a un librillo. Extrañada, los sacó y se sentó sobre su cama para ojear el último objeto, que no recordaba haber visto nunca, y por lo tanto, no era suyo.
Tenía una cubierta negra, una tapa dura para mayor protección, y se notaba que contaba con sus años. Pero eso no explicaba qué hacía en su bolso. Al abrirlo y observar la primera página se percató que era un diario íntimo. Tal vez era de Helena, que se había confundido de bolso… No quedaba otra opción.
Pero una fecha en el extremo superior izquierdo le indicó que sus conclusiones eran incorrectas. Año 1995. Eso significaba dieciocho años atrás. En el borde inferior de la página, las iniciales borroneadas de HP fueron una pista de su antiguo dueño. Lo cerró para volver a mirar la portada. En el borde inferior de ésta, con letras malgastadas, decía H. J. Potter…
¿Qué hacía el diario de su padre en su bolso…?
***
- Espero que sea de tu agrado. – Dijo, otorgándole el regalo, con una débil sonrisa que sus amigos advirtieron al instante, pero lo disimularon.
Era un amuleto. Un collar, con la imagen de una tortuga. Rob le pidió a Helena que se lo colocara en el cuello. Al ser de color verdoso, combinaba perfectamente con las ropas que solía usar el muchacho.
- La tortuga está hecha con jade. – Informó Helena.
- ¿Y por qué tortuga? – Preguntó Rob interesado, mientras contemplaba en un espejo el collar.
- Estábamos entre esa y la luna. – Rió Helena, acercándose a su lado. – La tortuga va en contra de las críticas. Esas personas que te echan mal de ojo ya no tendrán oportunidad contra ti. – Bromeó. – A parte que va contigo. Lento pero demostrando esfuerzo, ¿no? – Rieron, aunque Lizzie algo más apartada. – La luna simboliza el amor. Si hubiera sido por la señorita Potter, te hubiéramos comprado esa, pero le insistí tanto que terminó cediendo.
- Gracias. – Repitió Rob, sonriéndoles a sus amigas mientras las abrazaba.
- Te has puesto cursi. – Señaló Helena, riéndose.
- ¿Estás bien, Lizzie? – Preguntó el joven, cambiando su semblante de alegría por preocupación. Ella le miró con cierta indiferencia.
- ¿Por qué debería estar mal? – Preguntó. Esdara y Reldid intercambiaron miradas inquietas.
- Te notamos extraña. – Insistió su mejor amiga.
- No sucede nada. – Asintieron, pero desconfiados de que fuera verdad.
***
- Oye, pa, dile a Snape que no sea tan antipático la próxima vez. – Dijo James, mientras que con sus dos amigos ayudaba a su padre con las cartas de felicitación y regalos.
- ¿Qué mandó? – Cuestionó curioso Harry.
- Una carta. – Rió James, tendiéndosela a su padre, que la tomó con cierta susceptibilidad.
- No tendrá veneno adentro, ¿no? – Bromeó Harry. Hermione, que pasaba por ese momento por allí, le miró interrogativa.
- ¿Por qué debería de tenerlo? – Se acercó, observando la carta por encima del hombro de su esposo. Se mantuvieron en silencio unos cuantos minutos, leyendo la carta. Mione se enderezó, sonriendo. – Es la mejor carta que te ha mandado. – Harry asintió, de acuerdo con su amada.
- ¿Qué dice? – Inquirió Joanne.
- ¿Se los resumo? Felicidades. - Sonrió el auror.
- Esta es de… - Dan giró el sobre, consultando el remitente. - ¡La profesora Chang! Tiene rico aroma… - Se la iba a dar a su tío, cuando Hermione se la sacó de las manos, con cierto odio en sus ojos.
- ¡Ey, Mione, déjame verla! – Pidió Harry, riéndose disimuladamente de la reacción de su esposa.
- No necesitaba ponerle perfume. – Criticó ella, mientras leía la carta para su interior.
- ¿Aún desconfías de mí? – Harry hizo una especie de puchero, a lo cual Hermione elevó una ceja.
- No de ti, sino de ella. Mejor prevenir que luego lamentar. Me parece que es un filtro amoroso… - Murmuró mientras salía de la sala con la carta en la mano. El trío rió por la expresión frustrada de Harry.
- Todavía no entiende que fue un amor adolescente… - Susurró el adulto, mientras agarraba la siguiente carta. – Además, ni siquiera fuimos novios… - Le prestó atención a la carta en sus manos. – Es de Lizzie. – Dijo, como si no se lo pudiese creer.
Querido papá:
¡Felicidades! Cuando vuelva a Londres te daré los besos que no puedo darte ahora, ¿sí? Ojalá mamá me guarde un trozo de pastel, ¿verdad que lo hará? Es que sino, me vuelvo para allá ahora mismo. Es imperdible. ^^
Aquí todo sigue bien. Tenemos planeado despertar a Rob con el hechizo sonorus, pero antes decorar su cuarto… Creo que no sospecha de nada, por suerte. Seguramente Helena se mostrará rencorosa conmigo por hacerla levantar a la mañana (solemos despertarnos a la hora del almuerzo, pues nos quedamos hasta muy tarde, paveando) Ojalá le guste nuestro regalo, aunque insisto que la luna se hubiera visto mejor.
Te mando mi regalo adjunto con la carta. Espero que para Éomer no sea un viaje extenuante. No está acostumbrado a recorrer esas distancias… Si esto llega tarde, avísenme. Teóricamente tendría que llegar, ahora mismo son las doce (de la noche.) No creo que tarde muchas horas…
Helena y Robert te mandan sus saludos también.
Besos a todos (dile a mamá que no se preocupe, que me estoy cuidando mucho…) y feliz cumpleaños.
Tu hija, Elizabeth
- Podría haberla hecho más larga. – Dijo James, frunciendo el entrecejo.
Harry se fijó en la forma del regalo de su hija. Parecía ser una caja. Rompió el envoltorio para percatarse que había tenido la razón. Una caja de madera especial. Leyó la nota que tenía pegada justo arriba.
"Ingredientes de pociones que no encontrarás en Londres.
Contribuyeron Hely y Rob, así que agradécele también a ellos.
Con cariño, Lizzie."
La tapa de la caja tenía grabada la palabra "Mallorca." La abrió expectante, para encontrar que tenía diferentes niveles (tenía que sacar el primero para ver el segundo y así...) Allí habría cincuenta ingredientes diferentes para pociones. Y eran abundantes.
- Les habrá salido caro. – Dedujo Harry. Hermione había vuelto y ahora leía la carta de su hija.
- Que bueno que lo esté pasando bien, ¿no? – Dijo ella, sonriendo con cierta tristeza. James suspiró. Su madre no había dejado de quejarse de la ausencia de su hija aquellos días.
Escucharon un ruido del otro lado de la sala, donde estaba la chimenea. Por ella se aparecieron Remus, Sirius y Arabella, cada uno con un paquete. Rápidamente todos se levantaron de la mesa y fueron a darles la bienvenida.
- ¿Qué me traes este año, Siri? – Bromeó Harry, mientras su padrino le abrazaba.
- Un arco iris, para que pintes de colores tus emociones. – Contestó Sirius, ocasionando risas de parte de todos. Harry levantó las cejas, suspicaz.
- ¿Desde cuando eres poeta?
- Desde que el sol me ha otorgado su energía como regalo.
- No está mal para ser un principiante… - Dijo Hermione, divertida. Arabella hizo una exasperación con sus ojos.
- Ha estado así desde ayer. No sé que bicho le ha picado.
- Alguno con sabor a miel… - Los demás miraron a Sirius como si estuviera borracho. Él sonrió. – Ustedes no tienen sentido por la alegría…
- Una cosa es la alegría y otra que tus bromas sean buenas. – Señaló Arabella.
- En fin, ya estás viejo, Harry. – Se burló Sirius.
- Ni me lo recuerdes T___T
- Exagerados. Comparado con nosotros, es apenas un bebé. – Rió Bella.
- Sólo le llevamos veinte años…
- Suficientes para diferenciarse.
- ¿Cómo estás, Remus? – Cuestionó Hermione al merodeador que permanecía callado.
- Bien, gracias, Hermione.
- ¿Necesitas ayuda con el almuerzo, Mione? – Preguntó Arabella, viendo que ella se estaba yendo hacia la cocina.
- Te lo agradecería. – Asintió la señora Potter.
- ¿Dónde está Dennis, Sirius? – Dijo Harry, al percatarse de la ausencia del hijo de su padrino.
- Lo he dejado con Draco, para que no estorbara adelantadamente. – Respondió Sirius, sonriendo con malicia.
- Mi santo pésame para mi padre. – Murmuró Dan a sus mejores amigos, que se mantenían en silencio, sentados en la mesa, al ser ignorados luego de la bienvenida.
- Nos queda un mes de vacaciones. ¿Qué piensan hacer? – Preguntó Joanne.
- Iré adelantándome en la lectura sobre animagos. – Respondió James en un susurro confidencial. Joanne asintió, de acuerdo con su amigo.
- Tengo que terminar mis deberes. – Recordó el joven Malfoy.
- ¿El chico promedio no hizo sus deberes todavía? – Se burló Jo.
- ¿Algún problema? – La rivalizó el rubio juguetonamente. James suspiró, levantándose de su asiento, dejando a sus amigos discutir en paz.
Empezaba a sentir las vacaciones como un encierro. Ansiaba llegar a Hogwarts para volver a la acción, a pesar de tener que estar enterrado algunas horas entre libros. La noche siempre recompensaba al día allí. Sólo esperaba que la primera clase del lunes volviera a ser historia de la magia…
Subió las escaleras, tras dirigirles unas sonrisas a los merodeadores, que charlaban con Harry sobre la infancia. Se hubiera tenido a escuchar sino fuera porque todos los años solían decir lo mismo: "tu padre estaría tan orgulloso de ti…" y de ahí partían. En cierta forma, se reía de la expresión de cansancio de su padre cada vez que eso sucedía y por otra parte, sentía que a él también le hubiera gustado conocer a su abuelo. Sirius le había contado toneladas de aventuras que habían compartido. Tal vez podría haberle enseñado más trucos o… Aunque Sirius reemplazaba en cierta forma al abuelo, no era lo mismo. Se sentía en la sangre.
Hablando de sangre, su padre había ignorado totalmente el tema de los herederos y sus poderes desde aquella conversación en San Mungo. Muchas veces había intentado sacar el tema a la luz, pedirle que le explicara, pero su padre simplemente ponía excusas. Excusas que con el tiempo se le acabarían. No le serviría de nada eludir la verdad. Le había preguntado a Joanne sobre quién era él descendiente, pero ella prefería decirle que tenía que esperar. Hasta le había preguntado a su madre, que le indicó que ella no era la adecuada para hablar del tema.
O sea, todos esperaban que Harry lo hiciera. Y éste eludía todo. No había caso. Pero James no se quedaría con los brazos cruzados: en la biblioteca de Hogwarts seguro habría muchísima información sobre el tema. No obstante, Joanne le había destacado el punto que si la verdad estuviera a los ojos de cualquiera, su sangre ya se habría derramado hacía incontabilísimos años. Pero en algún lugar debía hallar la verdad…
Esperar no formaba parte de su lista de cosas por hacer.
Entró en su habitación, envuelta en un completo caos. Con Jo y Dan se habían quedado hasta tarde en ella, jugando al ajedrez, leyendo, practicando hechizos y demás cosas. Debía convencerse a sí mismo que si le iba a enseñar algo a Dan, primero tenía que evacuar la zona. Su varita andaba enfadada con él, al parecer. O su núcleo había sido alterado tras el encuentro con los mortífagos.
Mortífagos… Desde el secuestro, no le dejaban salir solo a ninguna parte, por terribles venganzas que ellos pudieran llegar a tomar. Sólo había salido un par de veces y éstas sólo incluían visitas al ministerio para ayudar a sus padres con la organización de papeles y más papeles. Un aburrimiento. Por eso pensaba que las vacaciones le estaban encerrando, condenando. No eran libertad. Era estar a la merced de sus padres y eso no era bueno.
Aplaudió un par de veces y un elfo doméstico se apareció frente a él.
- ¿Llamaba a Domus, amo James? – Preguntó, con una reverencia.
- ¿Podrías avisar que tienen que ordenar mi dormitorio, Domus? – Pidió con tono cordial. El elfo le sonrió.
- ¡Por supuesto, amo James! De inmediato. ¿Alguna cosa más, que Domus estará honrado de hacer por usted, amo?
- No, Domus, eso es todo. – Con otra reverencia, el elfo desapareció.
Salió de su habitación, pensando que estaría haciendo en ese momento Catherine Modking… ¿Y su hermana? Si Reldid llegaba a hacerle daño, rogaría por no haber nacido nunca… Sería mejor distraerse de nuevo con sus amigos. Tal vez Dennis ya habría llegado…
***
Sonrió amargamente al vacío existente en su alma. Se preguntaba por qué había sido creado ese hueco. Probablemente por esa alegría que inundaba el lugar, que no era del todo auténtica. Era falsa, como en los viejos tiempos de guerra. O capaz era una verdadera felicidad tensada por los recientes acontecimientos. Pero estaba vacía. Carecía de libertad propia y de sinceridad. En el fondo de los corazones abundaba el temor, fundado tras tristezas, dolores y desesperanzas. Al no poder negarlo, pero no queriéndose admitir, se creaba una ilusión irreal, una despreocupación fingida. Y eso era sinónimo de debilidad. De derrota.
Aunque era muy precipitado decir que habían sido derrotados cuando la nueva guerra estaba recién en sus principios. Todavía no había caos. Como tampoco se sabía la identidad del enemigo. No había un Innombrable, sino un Indocumentado. Risas amargas internas. Sospechas y más sospechas. Pero nada claro. Se esperaba un gran golpe, donde revelara su rostro y su nombre. Pero… ¿cuándo? ¿Dónde? ¿Podrían contraatacarlo o sería el primer y el último gran ataque bajo su persona?
Qué pesimista estamos hoy, ¿no, Harry?
No quería formar parte de la ilusión irreal. Había vivido demasiado bajo esa imagen. Al no estar ahora Albus Dumbledore, la gente le miraba con esperanza, confiando en él como un líder. ¿Acaso Harry Potter no había sido uno de los más brillantes pupilos del fallecido? ¿No había sido el que derrotó a Lord Voldemort, sin dejar rastro de su existencia por la faz de la Tierra? Pero él quería huir de todo eso. Al contrario del poder de Albus Dumbledore, el suyo ya estaba gastado, usado. Además que se avecinaba la hora de la herencia…
Y en dos años podían suceder muchas cosas…
Como por ejemplo…
- ¿Estás bien, Harry? – Preguntó Draco, mirándole con preocupación, al igual que Ron y Sirius.
Sirius… En sus ojos estaba la desesperación de esperar que no le sucediera lo mismo que a Remus, que se había ahogado en su interior con toda la pesadilla que estaba viviendo. Estaba siendo cruel en ese momento. Su padrino ya tenía demasiado con un deprimido, para agregarle otro…
- Sí, sí… - Contestó, aún sin volver realmente a la realidad. – Sólo pensaba… - Murmuró. Sus amigos cruzaron miradas, elevando las cejas.
- ¿En qué? – Dijo Ron, sin darle más vueltas.
- Cosas. – Resumió en tono resentido.
- Olvídate por un momento de los mortífagos, Harry. Es tu cumpleaños y… - Le regañó Sirius. Harry ladeó la cabeza antes de interrumpirlo.
- Que sea treinta y uno de julio no significa que el mundo se detenga, Siri. – Sonrió con tristeza. Su padrino aumentó la inquietud de su mirada.
- No me gustan esos pensamientos pesimistas en tus labios. – Gruñó Padfoot.
¿Será porque suenan muy realistas…?
- Ya no tengo quince años, Sirius. No vivo en una burbuja donde todo es color rosa.
- Pero…
- Hay cosas que no se pueden evitar. – Mirada desocupada de expresión.
Como por ejemplo, su alma manchada, contaminada… ¿Cómo eludes algo así, un pasado revelador? Una noche que bastó para arruinar su vida… De no haber nacido… De no tener que ser él la esperanza… El Salvador…
No, no, no… No tenía que dejarse llevar por melodramas. No era el momento. En realidad, no había momento para lamentarse del pasado. Mente sobre materia. Había un presente que vivir, luchando por un futuro mejor, ¿no?
Si es que continuaba teniendo esperanzas en un futuro, claro est
- Tienes razón, Sirius. Hoy estoy demasiado consternado. – Admitió Harry, cerrando los ojos un instante en frustración. Necesitaba más azúcar…
- ¿Estás bien, Harry? – Repitió Draco, dudoso.
Estaba demasiado desequilibrado como para contestar esa pregunta… Nunca estuvo bien de verdad, ¿no?
Estaba simplemente… perdiendo el control de su mente. Eso no era bueno… Debía ser fuerte, porque él era el pilar de tantas personas, que habían depositado su confianza en él. No podía decepcionarlos… Pero estaba harto de tener que soportar todo. De no poder ahogar sus penas en lágrimas cristalinas. No era libre, era prisionero de su pasado.
Nunca estuvo realmente bien.
- Ya regreso. – Dijo, poniéndose de pie y huyendo de la sala. Algo en su fugaz mirada desorientó a Sirius, Draco y Ron: había nerviosismo y…
Miedo.
***
Descansado sobre la pared y con la mirada perdida en algún lugar de sus pensamientos, no se percató que alguien le había seguido. Sólo cuando escuchó una voz hablándole, volvió a bajar a la realidad. Remus estaba a unos cuantos metros de él, mirándole atentamente. Harry recompuso su postura, frunciendo el entrecejo, a la vez que unía miradas con Moony.
- ¿Sucede algo malo, Remus? – No obtuvo respuesta. Silencio.
Se sintió inquieto bajo los ojos del merodeador. En ellos había un reflejo de sí mismo: desesperación, dolor, angustia… y vacío. Un vacío eterno, que hacía que sus ojos perdiesen el brillo miel que les identificaban.
- Tú también lo sientes. – Dijo Remus, con una voz tan indiferente que no parecía la suya propia.
- ¿A qué te refieres? – Preguntó Harry, acercándose unos pasos más a Remus. Pero sabía en su interior de qué hablaba el otro. Y Moony sabía que él había entendido.
- Ssentiws' ssenkra dehtmai. – Murmuró él. Harry abrió los ojos al máximo. Se acercó cautelosamente a Remus y colocó sus manos sobre los hombros de él, con urgencia.
- No le dejes…
- He perdido todo. Absolutamente todo lo que pensé haber conseguido. – Harry se paralizó en su lugar, negando lentamente con la cabeza.
- No, todavía no has perdido todo. Sólo recuerda la imagen de esa persona a la que amaste… y te ayudaré. – Fue el turno de Remus de abrir los ojos, atónito.
- Mancharás tus manos…
- No tengo nada que perder. – Hizo una mueca, antes de sacar su varita. – Aquí solamente hay un testigo, y ese soy yo. – Se burló amargamente, antes de recitar unas frases en un idioma ignorado.
***
- ¡Remus! ¿Dónde te habías metido? – Preguntó Sirius, volteándose a verlo cuando lo vio aparecer en medio del salón. Remus sonrió, algo que no había hecho en semanas, sentándose al lado de su amigo.
- ¿Ahora me persigues, Padfoot? ¿Investigas mi vida privada? – Sirius quedó boquiabierto, pensando que se había olvidado de cómo sonaba su apodo en los labios de su mejor amigo.
- ¿Qué sucedió contigo? – Preguntó, desconfiado, pero sonriéndose débilmente.
- Estoy de nuevo, Siri. – Sonrió ampliamente, extendiendo los brazos. – Soy libre. – Su amigo alzó una ceja, cuestionándose mentalmente la cordura de Moony.
- En fin, ¿quieres pastel de chocolate? Deberíamos decirle a Mione que lo haga más seguido… Estas delicias se estiman solamente una vez en el año y no es justo…
***
- Estoy seguro que irás a Gryffindor. – Opinó Dan, sonriéndole a Dennis.
- Papá se alegrará mucho si eso sucede. – Dijo el pequeño Black, devolviéndole una sonrisa repleta de emoción y expectativa.
- Nosotros también, Dennis. – Comentó Joanne. James asintió, silencioso.
- Para ese entonces estaremos en sexto año…
- Seguramente Jo como Prefecta. – Rió James junto con su mejor amigo. Joanne les echó una mirada elocuente.
- Espero que alguno de ustedes dos me acompañe. – Dijo, mirándoles fijamente, a la vez que extendía una sonrisa cruel en su rostro.
- Ni que estuviéramos tan locos. – Objetaron Dan y James al mismo tiempo, lo que ocasionó risas de parte de Dennis.
- ¿El Sombrero puso dudas de la casa a la que debían pertenecer? – Preguntó el pequeño con curiosidad.
- Así que Sirius te habló del Sombrero… Eso le quita la gracia a la ceremonia… - Murmuró Joanne.
- A mí me dijo que mi lugar ideal era Gryffindor, pero que tenía posibilidades en Slytherin. – Comentó Dan, mirando interesado al vacío. James aumentó su distancia con él en broma, corriendo su silla hacia el lado de Joanne.
- Ravenclaw fue la gran sugerencia del sombrero para mí. – Recordó la joven Weasley, sonriente. – Pero como ustedes dos ya estaban en Gryffindor, le supliqué tanto que consintió mi deseo. Además, dijo, que en la casa de los leones podría desarrollar algo especial.
- Así que abandonaste la posibilidad de formar parte de los intelectuales por nosotros… Qué tierno. – Dijo Dan, haciendo como si se quitaba unas lágrimas de los ojos.
- ¿Y tú, James? – Cuestionó Dennis. Dan ahogó la risa, antes de contestar por su amigo.
- El sombrero apenas había rozado la cabeza de James cuando dijo "Gryffindor."
- ¿Es verdad? – Dijo Dennis, mirando a James con los ojos brillantes. El aludido ladeó la cabeza, sin mínimas intenciones de hablar.
- Tenemos un Gryffindor de pies a cabeza con nosotros. – Sonrió Dan orgullosamente. Joanne se mordió el labio inferior, gesto que pasó de ser percibido por James.
- ¿Sucede algo malo, Jo?
- Nada de que debas preocuparte. Sólo… que envidio tu valentía, nada más. – Sonrió tímidamente. James la miró suspicaz, pero no contradijo nada más.
***
Suspiró profundamente antes de caminar hacia Mione. Tenía un agudo dolor de cabeza y se sentía ligeramente mareado. No era que no supiera controlar su magia, sino que hacía bastante tiempo que no usaba la poderosa magia negra, y más contra un ser humano. Se limitó a cerrar los ojos un par de veces para que la nube que no quería dejarle ver con claridad desapareciese.
Su esposa le observó, estudiándolo sagazmente, para luego fruncir el entrecejo en preocupación. Acarició su rostro con una mano, haciendo estremecer ligeramente a Harry por el contacto. Ella acrecentó la intranquilidad de sus ojos.
- Estás muy pálido. – Advirtió ella. Harry imitó una frágil sonrisa.
- Estoy bien, sólo son mareos.
- ¿Qué estuviste haciendo? – Preguntó Mione en tono de reproche.
- Estoy bien. – Insistió, con un deje de impaciencia. Pero ella bien había visto la sombra de tristeza, de pesar, que había atosigado su rostro por un instante.
- Harry…
- Hablaremos luego, ¿sí?
Sin esperar respuesta, se alejó de ella en dirección a Ron y a Draco, los cuales estaban charlando sobre un tema sin demasiada categoría. Lily, que había escuchado la conversación tensa que había mantenido con su esposa, se acercó a su mejor amiga con un semblante serio.
- No lo entiendo… - Susurró Hermione, mientras ambas se sentaba en unas sillas.
- Yo menos. – Agregó la señora Weasley tras un suspiro. – Pero el cansancio de sus facciones no es uno normal. Ha estado haciendo algo raro. – Conectaron miradas, ambas pensando en lo mismo.
- ¿Por qué debería de practicar magia negra? ¿Y justo hoy? – Cuestionó Hermione, con voz inundada de tristeza.
- No lo sé. – Admitió derrotada Lillian. – Pero algo le está pasando. – Su amiga asintió, estando, lamentablemente, de acuerdo.
***
16 de agosto de 2013
Querido James:
¿Cómo estás? Por aquí todo está tranquilo, dentro de su medida, entre maletas y paquetes. Helena vuelve hoy a la mañana a Londres y yo vuelvo con Rob hoy a la noche. No es necesario que vengan a buscarme, iré a la casa de Rob (estoy ansiosa por conocer al padre, me ha hablado tanto de él…) y de ahí me trasladaré a la mansión.
Fueron unas vacaciones espectaculares realmente. Las tías de Rob fueron muy atentas y cordiales conmigo, deberías conocerlas. Y Mallorca es una isla estupenda. Parece el paraíso en persona jajaja.
De igual forma, estoy segura que la has pasado muy bien en casa con Jo y Dan. ¿Qué tal estuvo el cumpleaños de papá? No me contaron nada… ya lo harás tú mañana. ¿Dennis sigue igual de entrometido que siempre? Qué suerte que no lo he tenido que ver este año…
Hemos recibido algunos Profetas durante estas semanas. Según tengo entendido no sucedió nada fuera de lo normal. Ojalá papá no ande muy preocupado con esos temas… No bromeaba cuando decía que necesita unas vacaciones fuera de Londres para sacarse el estrés de encima.
No se me ocurre que más contarte, si estamos a tan solo unas cuantas horas de vernos de nuevo. Mándale saludos a todos, y dile a mamá que no es necesario organizar una fiesta de bienvenida, ¡tampoco he ido a la guerra, sólo de vacaciones con unos amigos! Aunque no rechazaré una suculenta cena…
Besos desde Mallorca,
Lizzie
***
- Cuídense mucho, ¿sí? – Dijo Herm, despidiéndose de James con un beso en la mejilla. – Nada de meterse en líos ni de…
- Vamos con tío Draco, tía Mione, no vamos solos. – Se quejó Joanne por James. Draco, detrás de ellos, contenía una posible risa.
- Ir con Draco o ir solos es prácticamente lo mismo. – Sonrió Mione en burla, lanzándole una fugaz mirada al señor Malfoy.
- Te pegaron duro, pa. – Rió Dan, mientras tomaba los polvos Flu y caminaba hacia la chimenea de la mansión de los Potter. - ¡Al Callejón Diagon!
***
El Callejón Diagon era uno de los centros de compras para magos más frecuentados de Inglaterra. Pero en aquella época, había que destacar que la calle principal por donde circulaban estaba verdaderamente atrofiada de gente. En vísperas del comienzo de un nuevo curso en el colegio de Hogwarts, la mayoría de los estudiantes realizaba sus compras allí.
Sin embargo, años atrás, el Callejón siempre había estado calmoso a pesar de las multitudes de adolescentes en busca de libros, calderos, mascotas y demás cosas. Ese año marcaba la diferencia entre los demás. Al volver a empezar, de cierta forma, la guerra y con ataques frecuentes a lugares determinados, operativos de seguridad inundaban las calles de Diagon Alley y alrededores, siendo una tarea aguda que los muggles no notasen nada.
Desde años antes de ingresar a Hogwarts, habiendo comprobado que eran responsables y que no se meterían en líos que luego trajeran consecuencias graves, sus padres les habían dejado ir solos al Callejón para las compras o reuniones con amigos o simplemente, distracción en las aburridas vacaciones. Pero nuevamente volvían a tener a un adulto a sus espaldas. Sobre todo por James: la familia Potter estaba en la mira desde el ataque en el casamiento. Y sabiendo que los mortífagos buscarían venganza…
Habían quedado en reunirse con Federic Esdara en la librería a las tres de la tarde. Tenían hasta las seis como máximo para hacer sus compras y divertirse limitadamente. La gente comenzaba a evitar salir de noche, volviéndose una misión imposible retornar a casa, decían.
- ¿Trajeron la lista de materiales? – Preguntó Draco.
- Ajá. – Joanne sacó de su bolsillo la dichosa carta informativa.
- ¿Qué materias optativas eligieron?
- Cuidado de las Criaturas Mágicas, Adivinación y Estudios Muggles. – Contestó automáticamente James, mientras se concentraba en contar los gallones que poseía en su monedero.
- ¿Adivinación? – Dijo Draco extrañado.
- Ajá. – Dijo Dan, mientras buscaba a Federic entre la muchedumbre.
Unas suaves manos se colocaron sobre los ojos del joven Malfoy, obstaculizándole la visión, quien las retiró con suma delicadeza y besó una de ellas caballerosamente, volteándose a ver de quien eran.
- ¡Tiffany, qué sorpresa encontrarte por aquí! – Chilló Joanne, sorprendida de ver a su prima por esos lugares.
- Deberías haber recordado que este año iré a Hogwarts. – Sonrió ella, a la vez que saludaba a Draco.
- ¿Estudiante de intercambio? – Preguntó James, interesado. Tiffany asintió.
- ¿Y qué año cursarás?
- Quinto. Ojalá quede en Gryffindor para así vernos seguido, primita.
- ¿Y con quién has venido? – Cuestionó Draco, frunciendo el entrecejo al no ver al padre de la joven, Charlie, o a su madre.
- Oh, no. No pudieron acompañarme. ¿Les molestaría si…?
- Por supuesto que no. – Dijo Draco, sabiendo qué iba a pedir la muchacha. – Ahora estamos esperando a un amigo de los chicos para luego ir a comprar las cosas. – Tiffany asintió, comprendiendo.
En ese mismo momento, divisaron a Federic, seguido de su padre, Jim Esdara, caminando hacia ellos. Pudieron ver como Draco hacía sus mayores esfuerzos para no mostrarse descortés y sacar la varita. Si bien no estaba confirmado que Jim fuera mortífago, Draco no quería detenerse a ver las pistas: personas como ellos no merecían segunda oportunidad, solía decir en las reuniones de la Orden. Lo que muchas veces traía conflictos con Severus, quien siempre traía al frente la necesidad que tenía la Orden de información de parte de espías.
- Buenas tardes, Draco. – Saludó Jim, con una sonrisa inexpresiva. – No te he visto por el ministerio últimamente…
- Todavía no terminan mis vacaciones, Jim. – Contestó él, indiferente. Los jóvenes, en cambio, se saludaban alegremente, sin preocuparse por las chispas que se lanzaban los adultos.
- ¿Por qué se tratan tan detestablemente? – Preguntó Tiffany en un susurro bajo a su prima, refiriéndose a Draco y a Jim.
- Los Esdara están sospechados de ser mortífagos. – Señaló Jo, en el mismo tono de voz.
- ¿Y por qué tienen de amigo a…?
- Nosotros sabemos lo que hacemos. – Le guiñó un ojo Jo, dándole a entender que el trío tenía un plan detrás de todas las apariencias. Asintió y se apresuró a presentarse al joven Esdara.
- Tiffany Weasley, soy prima de Joanne. Un gusto.
- Federic Esdara. El gusto es mío, bella dama.
***
- ¿Y cómo has pasado tus vacaciones, Fed?
- Súper, estudiando ¬___¬
- ¿Y por qué has estudiado en vacaciones?
- Err… -.-
- Porque reprobó algunas materias, Tiffany…
- Tampoco es para que te burles, Dan.
- Yo no me burlo, Joanne.
- Las aprobé todas, así que no hay de qué preocuparse. ^^
- En fin, ¿alguien ha visto la nueva escoba de Quidditch profesional?
- ¡James! .
- ¿Qué?
- Eres un caso perdido… ¬___¬
***
Bostezó nuevamente. Miró su imagen reflejada en el espejo. Sus ojos esmeraldas expresaban somnolencia, unas ojeras marcadas debajo de ellos. Era el gran día. Volvería a Hogwarts y estaba listo para empezar un nuevo año. O eso se decía mentalmente, pues su aspecto no lo podría confirmar.
Volvió a lavarse el rostro una vez más, antes de secarse con una toalla y salir del baño con aire pensativo. En la puerta, Lizzie estaba esperando la desocupación de éste. Ella tampoco lucía muy despierta...
- Podrías apurarte un poco o llegaremos tarde. – Le regañó mientras ingresaba. James hizo una exasperación con los ojos y le sonrió ampliamente.
- Buenos días, hermanita.
Sin esperar respuesta, corrió hasta las escaleras, las cuales bajó saltando de dos en dos. Algo agitado entró en el comedor, donde sus padres ya estaban desayunando, charlando sobre temas del Ministerio. Se sentó en su lugar, tomando el Profeta que su padre había dejado cerca y pidiéndole a la elfa doméstica lo que deseaba desayunar.
Al poco rato, Lizzie apareció impecable. Su cabello brillaba con cierta sobrenaturalidad, cogido con una coleta, su rostro estaba vivo en alegría y no había rastros de ojeras. Saludó con una animada exclamación.
- ¿Y tu malhumor? – Preguntó James, elevando una ceja.
- Desapareció. – Sonrió ella. Él se limitó a bostezar, volviendo a centrar su concentración en su desayuno.
- Deberán cuidarse mucho. – Dijo Hermione, mirándoles fijamente. – Intenten evitar las salidas nocturnas. – Más que nada, eso era dirigido a James.
- No te preocupes, ma. Hogwarts es el lugar más seguro en la faz de la Tierra. – Sonrió el joven Potter, mientras untaba un poco de mermelada a la tostada.
- Pero… - Harry cortó a su esposa con una precavida mirada.
- Sólo traten de eludir los problemas. – Dijo Harry mientras se ponía de pie.
- ¿A dónde vas, pa? – Cuestionó Lizzie, extrañada. Su padre siempre les acompañaba a King's Cross.
- Emergencia en el Ministerio. – Hizo una mueca al responder. – Que tengan un buen año. – Besó a su hija en la mejilla y despeinó el ya desordenado cabello de James con un gesto cariñoso.
- Yo los llevaré a la plataforma. – Anunció Hermione, una vez que Harry desapareció de la vista de los presentes.
- Súper. – Respondió James con un toque de ironía.
- Deberían apurarse sino quieren perder el tren…
- Yo ya estoy lista. – Dijo Lizzie, poniéndose de pie también. James las miró recelosamente.
- ¿No pueden esperar a que termine de desayunar?
- No. Hay demasiadas cosas que hacer. – Con un gruñido de protesta, James se resignó a no tener que ir con el estómago vacío.
Bien, bien… ¡Hogwarts, allá voy! Y espero este año superar a Dan en promedio… ¬___¬ Te tenemos algunas sorpresas para que no sea un año aburrido, Snape, te sentirás orgulloso de nosotros… Supongo que él está igual de ansioso que nosotros por volver a vernos…
Me pregunto cómo estará Catherine, que no la he visto durante estos meses…
~*~
Avances del siguiente capítulo… Hogwarts!! ^o^ Finalmente!! Las vacaciones se me han hecho eternas .___. La selección de Tiffany (hagan sus apuestas!! ¿Dónde quedará la Weasley?) y algunos líos más que en este momento no recuerdo… (tengan en cuenta que me caigo del sueño, ¿si? xD) Sigo en el intento de terminar el bonus HHr… pero la cosa va muy lenta… (la musa me abandona T.T)
Este capítulo va dedicado especialmente a Gaya Lunae, quien me hizo el favor de leer esto antes que nadie y opinar. Además, por supuesto, de demostrar que es una entusiasta lectora. Como agradecimiento, la dedicación del cap. ^^
Agradezco la paciencia que me tienen y espero retornar pronto a estas zonas con el nuevo capítulo bajo mis brazos… ^^ (Y con HP5!! ^o^!!) Beshos a todos y Reviews, porfa!! ^^
~ Parvati
