Capítulo 2

Eran las 6 de la mañana, y Hogwarts todavía estaba dormido. No se oía nada en todo el colegio, tanto alumnos como profesores estaban todavía dormidos ¿Todos, todos...?

-¡Arg! Siempre me pasa lo mismo, cuando estoy nerviosa no hay manera de conciliar bien el sueño. Pues nada si no hay otro remedio me levantaré.

Había alguien que no estaba dormido, Lizhen no conseguía por más que lo intentaba volver a conciliar un poco de sueño. Era algo que siempre le pasaba, cuando estaba nerviosa por algo no podía dormir casi nada, le pasaba cuando era pequeña y el día antes de su cumpleaños nunca podía dormir. Le pasaba también de joven cuando los continuos exámenes la estresaban. Y ahora de mayor le sucedía lo mismo.

-Bueno chica, veo que seguimos igual que siempre, ay... 23 años e igual de nerviosa que una niña. Y ahora es peor porque también hablo sola...

Lizhen sacudió la cabeza a modo de resignación y pensó un "Que le vamos a hacer..." y se dirigió al baño. Hoy le apetecía darse un baño caliente, así que abrió el grifo y dejo que se empezara a llenar la bañera, después se dirigió a un pequeño armario y lo abrió en busca de unas sales relajantes que había comprando en una tienda muggle.

"Hombre esto no tendrá nada de magia pero a mí siempre me relajan."Y echó un puñadito en la bañera, adquiriendo el agua de esta un tono azulado. Lizhen se desvistió, se metió dentro de la bañera e intento relajarse un rato.

Tanto se relajó que se quedó medio dormida, hasta que un molesto y continuo ruido la despertó. Lizhen se incorporó y cubrió su desnudez con una toalla y salió en busca de ese extraño ruido. Recorrió su dormitorio, agudizando su oido hasta que por fin encontró de donde provenía. Se dirigió a la ventana que tenía enfrente de su cama y la abrió, y de repente una mancha negra entró volando en la habitación.

-Oh Merrick, no me acordaba de ti lo siento mucho, debes estar hambriento y congelado.

Merrick era un pequeño cuervo de un sedoso y brillante plumaje negro, sus ojos también negros tenían un brillo especial que parecía indicar que el animal era inteligente. Merrick se poso en el sillón de su ama y parecía mirarle con cara de enfado.

-Merrick no me mires así, ayer fue un día muy ajetreado y cuando llegué me quedé dormida enseguida, de veras lo siento mucho te prometo que te lo compensaré. Dentro de un rato empieza el desayuno así que tendrás oportunidad para comer lo que quieras.

Merrick salió volando y se posó en el hombro de su ama, acariciando la mejilla de esta con su cabeza. Lizhen le dio un ligero beso, lo cogió dulcemente y lo volvió a colocar en el sillón.

-Aaaachiiisss, snif snif, ay creo que me voy a constipar, debo vestirme enseguida y secarme el pelo cuanto antes.

Lizhen se dirigió a su armario, sacó unos pantalones y una camisa de color negro y se vistió rápidamente, después agarró su varita y dirigiéndola a su cabeza susurró un hechizo que le seco el cabello al instante. Agarró una túnica negra del interior del armario y poniéndosela se dirigió al pequeño cuervo que seguía acurrucado en el sillón:

-Venga Merrick, ya estoy lista. Vamonos a desayunar que ya tengo hambre.

El cuervo emitió un leve sonido de afirmación y se posó sobre el hombro de Lizhen.

Al entrar en el Gran Comedor, se encontró con que había ya bastantes alumnos sentados y todo el profesorado menos ella. Lizhen dirigió una pequeña mirada para ver donde le tocaba sentarse, y divisó una silla vacía entre Albus y Snape, avanzó rápidamente entre los alumnos, pudiendo percibir alguna que otra mirada y por fin llegó a la mesa.

-Buenos días Albus- y le dedico una tierna sonrisa.-Buenos días profesor Snape- y sin poder evitarlo también le dedico una sonrisa al profesor de pociones.

-Bueno días Lizhen, ¿qué tal has dormido? Conociéndote me imagino que no muy bien.

-Ay que razón tiene, no he podido pegar ojo en toda la noche, pero no hay nada que un buen café no solucione. Profesor Snape ¿me podría pasar el café?

El profesor Snape se había quedado un poco sorprendido al recibir una sonrisa como esa, hacia muchísimo tiempo que nadie le dedicaba una sonrisa tan cálida y eso le dejó un tanto perplejo.

-Profesor Snape, eooo eoooo- dijo Lizhen pasando su mano por delante de los ojos de Severus.

-Er... Perdón señorita Darktear, buenos días a usted también, ¿ me decía algo?

-Si, que si me podía pasar el café.

Severus enseguida le sirvió algo de café, le pasó el azucarero y un plato con algunas tostadas recubiertas de mantequilla.

Mientras bebía café y daba mordiscos a una tostada sintió como algo recorría su espalda hasta llegar a su hombro, conocía bien esa sensación. Era Merrick que se había quedado dormido en la capucha de su túnica y se acababa de despertar.

-Vaya, vaya, dormilón por fin te has despertado.

Merrick bajo por su brazo hasta llegar a la mesa y se quedó mirando la tostada que su ama tenía en la mano.

-Si, si, no me mires así, enseguida te doy una.

Snape se quedó mirando el cuervo y no pudo evitar la tentación de preguntarle que hacía ese pájaro allí. Es más, le extrañaba que alguien quisiera tener un cuervo como mascota, según tenia entendido a muchas personas les daba algo de repelús y lo veían como un pájaro de mal agüero.

-Profesora Darktear, ¿ese cuervo es suyo?

-Si claro es mi mascota, se llama Merrick.

-Su ¿mascota?- preguntó Severus arqueando una ceja a modo de incredulidad.

-Si, mi mascota, hay quien prefiere tener gatos o perros pero a mí me gusta mi pequeño cuervo. Lo encontré hará unos cinco años, unos pequeños lo estaban torturando, le habían atado las alas y las patas y lo pinchaban con un palo. Menos mal que llegué a tiempo y pude salvarlo de las garras de esos pequeños asesinos. Desde entonces ha estado conmigo y es como un amigo para mí. Ha compartido momentos buenos y malos conmigo.

Lizhen dirigió una mirada cariñosa al cuervo, le acarició la cabeza y siguió comiendo tostadas. Severus se quedó mirando a la profesora, sus ojos no la miraban con frialdad ni con un tono despectivo, sino que la miraban con extrañeza, como intentando averiguar que es lo que pasaba por la cabeza de esa mujer.

Poco a poco el comedor se fue llenando con el resto de los alumnos, que desayunaron sin ningún contratiempo. Una vez finalizado los alumnos se levantaron para dirigirse a sus clases.

-Lizhen- dijo Albus- ¿con quien te toca clase ahora?

-Ummm... con el grupo de Slytherin y Griffindor de quinto año ¿ Son buenos chicos Albus?

-Uy creo que me llama la señora McGonagall- dijo Albus haciéndose el despistado y dirigiéndose hasta donde estaba Minerva.

-Ummm, creo que no me gusta nada esa reacción- y dirigiéndose a Severus con cara de angustia- ¿ Tan mal se portan?

-Para serle sincero señorita Darktear, le ha tocado un grupo para su primera clase un tanto especial... Pero no se preocupe con un poco de disciplina no creo que le muerdan.

-Eso no me tranquiliza profesor Snape, pero gracias de todos modos. Hasta luego.

Lizhen se levantó de su asiento, se dirigió a su despacho para poder coger el material que necesitaba para impartir la clase y después encaminó sus pasos hasta el aula en la cual daba clases.

Cuando llegó al aula los alumnos estaban todavía fuera charlando, aprovechando hasta el último minuto antes de entrar en clase.

-Siento interrumpiros chicos pero creo que ya es hora de que entremos.

Entre murmullos de resignación todos fueron entrando y sentándose en sus sitios, y después de que todos los alumnos estuvieran dentro entró Lizhen. Se acercó a su mesa, dejó los enseres y se apoyó sobre esta mirando a los alumnos mientras se sentaban y se tranquilizaban.

-Buenos días a todos. Supongo que todos debéis conocerme ya, pero aún así me presentaré. Me llamo Lizhen Darktear, os impartiré DCAO y por favor no me llaméis señora Darktear o profesora Darktear, suena demasiado estricto para mi. Y si no os importa yo preferiría llamaros por vuestro nombre, aunque si alguien tiene alguna objeción que me lo diga que no pasa nada. Antes de empezar la clase si tenéis alguna pregunta hacédmela, ah y antes de preguntarme decidme vuestro nombre así os empiezo a conocer.

Una mano se levantó, esta provenía de un chico pelirrojo procedente de Gryffindor, su cara tenia algunas pecas y sus ojos eran vivaces.

-Ron Weasley, ¿vamos a hacer examen?

-Mi primera intención es hacer examen, pero según vea el desarrollo de la clase quizás no haga.

Ron se giró hacia su compañero y comentó algo, este asintió y se arregló el despeinado flequillo dejando a la vista un cicatriz bastante conocida. Lizhen se quedó mirando al chico, y recordando la descripción que le había dado Dumbledore supo quien era. "Así que este es el famoso Harry Potter"

-¿Alguna pregunta más?

Una mano decidida se alzó y esta vez provenía de una jovencita con el pelo rizado y abundante y con cara de ser una chica lista.

-Hermione Granger, Señorita Dark... eh... quiero decir Lizhen el profesor del año pasado nos mandó deberes para verano ¿ se los entregamos?

Al decir esto se oyó un murmullo entre un sector de alumnos de Slytherin, aunque Hermione no pudo oír lo que decían, si que lo oyó la profesora que dirigió una mirada inquisitiva hacia ese grupo.

-¿ Deberes para verano? No me habían comentado nada, pero quien los tenga hechos que me los entregue y se valoraran positivamente-al decir esto se volvió a oír un murmullo- y tranquilos que quienes no lo hayan hecho no pasa nada.

No hubo terminado la frase cuando casi toda la clase soltó un suspiro de alivio, que provocó una ligera sonrisa en los labios de Lizhen.

- También quiero advertiros una cosa- la sonrisa se borro de sus labios dando paso a una expresión más severa- no hay cosa que más odie en el mundo que los cuchicheos entre amigos para insultar a otra persona, así que por favor el señor de pelo rubio que se sienta en la ultima fila- dirigió una mirada fría como el hielo al citado chico- no vuelva a hacer ningún comentario de ese tipo mi clase. ¿ Su nombre, por favor?.

-Draco Malfoy, y perdone por haber dicho estúpida sangre-sucia empollona a Granger.

Dicho esto una malévola sonrisa afloró en su cara.

-10 puntos menos para Slytherin por esa actitud Draco. Bueno empecemos la clase, ya sabéis ante cualquier duda levantáis la mano.

La profesora se puso a explicar mientras las plumas de los alumnos se deslizaban rápidamente por los pergaminos. Exceptuando ese pequeño encontronazo con Draco, la clase transcurrió tranquila entre las explicaciones de Lizhen y las preguntas de los alumnos. Pasada una hora y media la clase dio por terminada, y algunos alumnos se dirigieron a la mesa de la profesora para entregarle los trabajos de verano. Lizhen iba mirándolos a cada uno, y cuando le llegó el turno a Hermione le dijo que se esperara un momento que quería hablar con ella. Cuando todos los alumnos se fueron ella se dispuso a hablar con su alumna.

-Veo que eres una chica bastante aplicada Hermione, según tengo entendido eres una de las mejores estudiantes de Hogwarts. Y también una de las más maduras por lo que he podido comprobar.

-Gracias Lizhen, Draco siempre se suele comportar así pero al final te acabas cansando de él y lo ignoras, pero a veces me entrarían unas ganas de...

-Ehhh tranquila no digas algo de lo que te arrepientas después. ¿ Esta clase va a ser siempre así?

-Supongo que la mayoría de los días será así, pero seguro que al final te acostumbras, hay veces que nos llevamos bien.

-Vaya. ¡Hay que ser valientes! Si los demás pueden con vosotros yo también. No te entretengo mas Hermione supongo que ahora tendrás clase y no debes llegar tarde. Creo que tu y yo nos vamos a llevar bien.

-Eso espero, me voy corriendo pues ahora tengo Pociones y el profesor Snape se pone hecho una furia si llegamos tarde y no me gustaría nada tener que enfrentarme con él.

-¿Quieres que te acompañe? Ahora no tengo clase, y le puedo decir al profesor Snape que te entretuve yo- Hermione asintió con la cabeza- Venga pues vamos.

Ambas chicas se dirigieron hacia la clase de Pociones, cuando llegaron la puerta estaba ya cerrada y a través de ella se podía oír la voz de Severus. Lizhen tocó a la puerta y asomó la cabeza con algo de miedo, cuando divisó a Snape estaba de espaldas a ella, frente a un alumno que tenia la cabeza agachada. Según parecía Severus estaba dando una de sus frecuentes charlas para "subir el animo" de los chicos.

-No me explico señor Neville como puede ser usted tan extremadamente torpe e inútil, hasta un infante de tres años sabría hacer la poción mejor que usted, sin derramar gota alguna ni romper nada.

-Profesor Snape- este se dio la vuelta para mirar de donde procedía la voz- Aquí traigo a Hermione, siento que se haya retrasado pero es que tenia que hablar con ella de un asunto académico.

-No se preocupe señorita Darktear, puede pasar. Señorita Granger siéntese con sus compañeros y que le expliquen la poción que estamos haciendo.

Hermione pasó a la clase dándole las gracias a su profesora en un susurro. Antes de desaparecer por la puerta para no molestar más a su compañero, buscó sus profundos ojos negros y le volvió a dirigir otra sonrisa y acto seguido cerró la puerta.

Snape se volvió a quedar sin habla con esa sonrisa, igual que le había sucedido durante el desayuno pero enseguida se dio cuenta de donde estaba y volvió a su carácter normal.

" ¿Por qué le he vuelto a sonreír? Va a pensar que estoy tonta o algo por el estilo. Pero es que no puedo evitarlo, cada vez que veo esa tristeza en sus ojos mi corazón también nota su tristeza. Esos ojos...son tan bonitos....¡¡¿qué estoy diciendo?!! Borra ahora mismo ese pensamiento de tu cabeza" Lizhen sacudió la cabeza intentando expulsar los pensamientos de su mente "Vale ya está, ahora al despacho a trabajar, hay unos deberes de verano que debo revisar"

La profesora Darktear estaba en su despacho corrigiendo los múltiples trabajos de verano que le habían entregado sus alumnos. Llevaba corregidos la mitad de los trabajos, sus ojos le dolían de tanto leer y releer, y continuamente se estiraba para poder destensar los músculos de su espalda, que empezaban a dolerle debido a la corrección que estaba llevando a cabo.

-Creo que por hoy hay suficiente, además empiezo a sentir hambre- su estomago emitió un sonoro ruido, afirmando lo que acababa de decir.-También debo ir a por Merrick, no quiero que se enfade otra vez conmigo.

Lizhen subió a su dormitorio y allí estaba dormido el pequeño cuervecito. Le sabía mal despertarlo así que conjuró sus galletas preferidas y las dejó encima de la mesa. Cerró suavemente la puerta y bajó sola al comedor

Cuando abrió la puerta y entró, buscó con su mirada al profesor Snape, pero este no estaba sentado "Que raro con lo puntual que es". Luego dirigió su mirada a Albus que estaba charlando con la señora McGonagall, el director tenia una expresión de miedo en sus ojos y eso asustó a Lizhen, así que con paso apresurado caminó hacia la mesa.

Cuando llegó y pudo escuchar la conversación que ambos mantenían se quedó muy sorprendida.

-De verdad, si yo le agradezco su interés de querer jugar conmigo pero es que esta tarde estoy muy ocupado- decía Albus mirando con terror a Minerva.

-Eso son excusas Albus, no entiendo tu absurda manía de no querer jugar conmigo al ajedrez

-No, eso nunca, si a mí me encanta jugar contigo, pero ya sabes tengo asuntos importantes y no puedo- Dumbledore advirtió la presencia de Lizhen- Ya tengo quien puede jugar contigo, tengo entendido que la señorita Darktear es una gran jugadora de ajedrez ¿no es así?.

Lizhen había escuchado la conversación, pero seguía tan sorprendida por ver que la expresión de terror de Albus era debido a que no quería jugar al ajedrez con la profesora McGonagall, que tardó bastante en responder.

-Ehhh bueno, no diría yo lo mismo, pero si usted quiere puedo ser su compañera de juego.

-Por fin alguien con el suficiente valor- y dijo esto mirando a Albus- para enfrentarse a mi. Después de comer en la sala de profesores jugaremos una partida, ¿Está de acuerdo señorita Darktear?

-Si claro por mi encantada.

Albus seguía conversando con Minerva sobre el ajedrez, sobre quien era mejor de los dos, sobre los "asuntos" que tenía que resolver y temas más o menos triviales. Lizhen los dejó hablar tranquilos y se acomodó en su silla, dejando la mirada perdida y no pensando en nada concreto. Pasados unos minutos por la puerta entró el profesor de pociones que con su habitual paso rápido se dirigió a sentarse con los demás profesores. Lizhen se percató de su presencia, y con detenimiento empezó a observar detenidamente el aspecto del profesor.

" En realidad tiene un aspecto escalofriante, su vestuario es absolutamente negro y esa piel tan pálida como si estuviera enfermo. Y su cara, esa expresión de fatiga, como si hubiese vivido demasiadas cosas." El profesor se acercaba a la mesa. "Esos ojos tan profundos, tan oscuros como la misma noche ¿por qué no puedo dejar de mirarlos? Me atraen de una manera extraña y no se la causa"

-Bueno días señorita Darktear.

-Buenos días profesor Snape.

Severus se sentó en su silla y se fijó en la animada charla que mantenían el director y la profesora de transformaciones

-¿De que están hablando?

-Ah, de ajedrez, la profesora McGonagall estaba intentado persuadir a Dumbledore para que jugase con ella, pero Albus se ha librado de ello.

-¿ Y cómo ha sido posible eso?

-Pues poniendo como excusa que tenia unos asuntos pendientes y...ofreciéndome a mi como rival. Lo que no entiendo es porque Albus no quería jugar con ella.

-Y...¿ha aceptado jugar con ella?

-Si claro, no soy una gran jugadora pero pasar un rato divertido no hace falta ser una gran experta en ajedrez

Ante esta respuesta, Severus le dirigió una mirada de asombro.

-Vaya le gusta el riesgo por lo que veo. Le compadezco, la profesora McGonagall es una gran mujer pero cuando juega al ajedrez es terrible. Si gana su entusiasmo alcanza cotas jamás imaginadas pero si pierde....le hará sentir culpable y hasta que no le de la revancha y le gane no le dejará en paz.

-Ups...creo que he hecho mal en aceptar....Pero ahora no me puedo echar atrás.

- Profesora Darktear, acuérdese , después de comer en la sala de profesores. Minerva hablaba con un tono de felicidad en su voz por haber encontrado alguien que quisiera jugar con ella.

-Si tranquila, no me olvidaré.

-Umm creo que no me voy a perder esto- el tono de Snape era malicioso.

-¡Oye! No soy ningún espectáculo viviente

En ese momento se empezó a servir la comida y durante ella no se habló más del tema. Una vez terminada la comida todos los profesores se dirigieron a la sala para ver la tan esperada partida, todos sabían como podía ser Minerva cuando ganaba así que por nada del mundo se perderían un espectáculo como aquel.

Estando todos los profesores acomodados en los sillones y sofás, ambas mujeres se dispusieron a jugar. Todos miraban con atención como jugaban las dos profesoras, sabían que Minerva era muy buena jugando pero Lizhen demostraba que estaba a su altura.

-Jaque mate, señorita Darktear- Minerva le tendió la mano a Lizhen- debo admitir que es usted una gran jugadora y que realmente me lo ha puesto difícil. Espero que podamos jugar otro día.

Minerva se levantó, guardó el ajedrez y se dispuso a hacer té. Todos estaban asombrados ante su actitud, nunca le habían visto comportarse así después de haber ganado una partida. Muchos pensaron que quizás no quería dar una mala imagen a la nueva profesora.

-Y para celebrar mi triunfo tomaremos un poco de té y unas pastas.

-Y hablaremos sobre el primer día de Lizhen- añadió un Albus muy alegre al ver las deliciosas pastas que había sobre la mesa.

-Bueno, ha sido...no se como explicarlo, es una sensación extraña. El saber que estoy haciendo algo útil para el futuro de esos chicos me da felicidad. Aunque si tengo que deciros la verdad para ser mi primer día he tenido un grupo que según tengo entendido es algo...difícil de llevar. Gryffindor y Slytherin de quinto año, todos parecen bastante normalitos pero hay algunos que destacan como Draco, Ron, Harry o Hermione, aunque esta ultima destaca por ser una chica muy, madura para su corta edad

-Vaya, veo que has conocido al trío más famoso de todo Gryffindor. Si te contáramos la cantidad de cosas que han hecho esos tres...-decía Dumbledore como intentado recordar sus fechorías.

-Contar, contar, que aun me queda una hora para ir a clase. Quiero enterarme de las travesuras de mis nuevos alumnos.

Albus empezó a contarle las cosas que esos tres habían hecho, pero no solo él sino la gran mayoría de profesores tenía algo que aportar. El único que no decía nada era Severus, sentado en el sofá miraba a la nueva profesora mientras esta escuchaba atentamente y reía ante todo lo que le estaban contando.

" Ciertamente es una mujer bella, no es que su fisonomía sea espectacular pero hay algo en ella que la hace bonita" Severus no sabía porque pensaba esto pero sabía que no debía estar pensándolo, aun así su vista siguió centrándose en ella. "Sus ojos son tan hermosos, jamás había visto una mirada tan dulce como la suya, sobretodo cuando sonríe. Pero algo le debe haber pasado, pues también hay tristeza en sus ojos"

Lizhen se sentía observada y al girar la cabeza su vista se cruzó con la de Severus, sabía que él la estaba mirando pero no le importaba, simplemente le sonrió y volvió a la conversación.

" ¿Por qué me sonríes? Tienes una sonrisa tan bonita, se te ilumina la cara cuando lo haces y pareces un ángel." A su mente vino una imagen de Lizhen flotando en el vacío, de su cuerpo salían unas hermosas alas negras, de un denso plumaje. Esa imagen le sonrió, abrió los brazos y se dirigía hacia él. En ese momento un comentario de Albus hizo que esa bella imagen desapareciera.

-Severus ¿tu qué piensas acerca de esto?

-¿De qué? Disculpad estaba pensando en otras cosas y no había prestado atención a la conversación.

Lizhen dirigió una mirada divertida a Severus y este al percatarse se sonrojo muy levemente.

-Del baile que solemos hacer en Navidad, decíamos que lo apropiado sería decírselo a los chicos con un mes de antelación.

-Ah eso, un mes está bien. Pero espero que no se revolucionen con su anuncio.

-Bueno- dijo Lizhen levantándose del sillón- yo me voy ya, se me ha pasado el tiempo muy deprisa y no me acordaba que dentro de diez minutos tengo clase y no es correcto que la profesora llegue tarde el primer día de clase.

-Tiene usted razón profesora Darktear- dijo la profesora Sprout- Espere un momento y me iré con usted.

Casi todos los profesores tenían clase a esa hora así que rápidamente la sala quedó silenciosa y vacía. Solo quedaban el director y su amigo el profesor de pociones.

Ambos estaban en silencio, Severus miraba fijamente el fuego de la chimenea, como si pudiera ver algo a través de ella. Albus miraba a Severus con un sonrisa en la cara.

-¿Qué te parece nuestra nueva profesora de DCAO?

-No esta mal....Quiero decir parece responsable. Aunque me ha extrañado que fuera una mujer, hacia años que esto no sucedía. ¿Crees que será capaz de defenderse ella sola? Ya sabes nuestros problemillas con los profesores de DCAO.

-Estoy seguro de que sabrá defenderse, no la conoces bien. Es una mujer muy fuerte, ha sufrido mucho y ese dolor la ha hecho ser decidida y valiente. Pero en el fondo sigue siendo una niña dulce.

-¿Por qué dices que ha sufrido?

-No sé si a ella le gustaría que fuera contando su pasado, quizás deberías preguntárselo tu.

-Eso no puedo hacerlo, apenas la conozco.

-¿Por qué? Puedes invitarla a cenar y charlando, charlando, quizás te cuente algo de su vida-en el rostro de Albus se vislumbraba una sonrisita maliciosa.

-¡¡¿¿Pero qué dices Albus??!!- a Severus se le salían los ojos de las orbitas- ¡No puedo hacer eso!¡Crees qué soy un Lockhart cualquiera!

-Tranquilo Severus, solo era una idea. Pero si tanto interés tienes en saber su pasado...

-Simplemente quiero saber que formación tiene, si es de fiar...

-Estudio en Durmstrang, sus notas fueron las mejores del colegio y de momento ningún alumno ha conseguido superarlas. Es una mujer decidida, fuerte y valiente, no teme enfrentarse a nada. Pero ya te lo he dicho, en el fondo sigue siendo dulce y cariñosa a pesar de esa apariencia que tiene. ¿O acaso no te has fijado en como te sonríe?

-Si- gruñó Snape- no entiendo esa tontería de ir sonriendo a todo el mundo, así solo se consigue una falta de respeto por parte de los alumnos. Aunque allá ella, cada cual hace lo que quiere.

-Siempre igual...¿Qué voy a hacer contigo Snape?- Dumbledore soltó un suspiro de resignación- Siento dejarte solo pero tengo bastante trabajo por hacer. Nos vemos en la cena, adiós.

-Yo también me voy Albus, hoy he recogido los trabajos de verano y solo el de Granger ocupa veinte pergaminos....

Las clases transcurrieron tranquilas, los alumnos cambiaban de aula mientras conversaban, los profesores iban dando clase a sus alumnos, todo sucedía como un día normal y corriente. Ninguna alteración afectaba al buen funcionamiento del colegio.

Y así llego la tan ansiada hora de la cena. Severus charlaba con Lizhen, interesándose por su primer día de clase

-No ha estado mal, me esperaba algo peor si he de serle sincera. De todas formas parece que los mas revoltosos, por así decirlo, son Slytherin y Gryffindor. Mis clases de esta tarde con Rawenclaw y Hufflepuff han sido muy tranquilas. Son chicos callados y responsables.

-Esos Gryffindor son un caso perdido, de todas formas si tiene problemas con algún alumno de Slytherin no dude en decírmelo.

-No se preocupe profesor Snape, sé manejarlos.

Cuando la cena hubo acabado, tanto alumnos como profesores se dirigían a sus cuartos. El primer día siempre era agotador, y todos estaban deseando irse a dormir.

Severus y Lizhen iban caminando juntos, hablando entre ellos como si fueran buenos amigos.

-¿Y qué fue lo que le impulsó a aceptar este trabajo?-le preguntaba a Lizhen un profesor de pociones con ganas de hablar.

-Siempre me ha gustado enseñar, adoro los niños la verdad y me encanta poder contribuir en su educación, siendo útil en su vida para que en un futuro sean buenas personas. He estado de profesora en mi antiguo colegio, al poco tiempo de salir me ofrecieron un puesto. Pero allí el ambiente siempre ha sido un tanto extraño y cuando Albus me ofreció la oportunidad de venir aquí acepte encantada. Este colegio siempre me ha gustado, cuando venia a visitar a Albus me encantaba pasear por los jardines y perderme entre tanta belleza arquitectónica.

-¿Entonces no has estudiado en Hogwarts?- aunque Severus ya sabía la respuesta, esperaba que Lizhen le contara lo que Albus no había querido decirle.

-No que va, estudie en Durmstrang. Lo único malo de allí es el ambiente tan raro que hay, no existe tanto compañerismo como aquí. Apenas tenía amigos, pues nunca sabias en quien confiar, pero aun así guardo gratos recuerdos de mis tiempos de estudiante.

Sin darse cuenta, Severus había acompañado a Lizhen hasta la puerta de su habitación.

-Uy, si este es mi cuarto. Hablando, hablando le he entretenido y me ha acompañado hasta aquí, lo siento. Ahora tendrá que andar un poco más.

-No importa, ha sido un placer acompañarla y conversar con usted. Buenas noches profesora Darktear.

-Buenas noches profesor Snape y dulces sueños.

Antes de que Snape pudiera gruñir algo, Lizhen ya se había metido en su cuarto.

En vista de que ella se había ido, Snape se dirigió a su mazmorra para poder dormir.

Uffff lo que me ha costado terminar este capítulo. Pero estaba agobiadísima con la cantidad de trabajo que tenía que hacer. Nada más terminar el primero y subirlo empecé con este pero me era imposible acabarlo, llegaba por la noche de la universidad con las neuronas fundidas y me era imposible hacerlo.

Espero que les guste este segundo capitulo, doy a conocer un poquito mas a la profesora Darktear, no pensaba en un pasado trágico para ella, pero una noche tuve un sueño inspirador. Aunque ese pasado se desvelarás más adelante jejejeje.

Muchas gracias a todos aquellos que lo hayan leído y sobretodo a los que me han dejado una review, me hizo muchísima ilusión

DrakeMalfoy: si la verdad es que me salió muy corto pero era mi primer capi. Ademas no sabia si hay limite de folios, ¿lo hay?

Atalanta de Tebas: quizás van rápido, pero es que me dejé llevar por mi amor a Snape

Sariluri: Me alegro que te guste Darktear, es como un alter ego de mi persona ( ya me gustaría a mi estar donde esta ella). Uy uy, pobrecilla no le partas las piernas, hay q compartir como buenas hermanas a Snape