Antes de empezar advertir que los personajes son de J.K. Rowling, menos algunos que son míos. Cualquier parecido con la realidad es ficción. Y que hago esto sin ánimo de lucro . Allá vamos. Bueno antes de nada, deciros que lo que veais en cursiva es un dialogo, yo en el word pongo los guiones, pero cuando se pasa aqui y lo compruebo por ultima vez no salen. He probado a ponerlos en el quickedit, pero cuando guardo se vuelven a borrar asique...Si alguien me explica el porque estare agradecida.
Capitulo 3...El ouroboros
Solo había sido un beso, un simple beso en la mejilla, era algo normal entre gente que se conocía. Pero aun así estaba perplejo por la actuación de Lizhen. Quizás todo lo sucedido durante el día había desembocado en que ella le besara.
Snape se quedó unos instantes frente a la puerta de la profesora, sin saber que hacer o como sentirse. ¿Alegre o triste¿Ofendido o halagado? Por una parte ese tipo de contactos no iban mucho con su personalidad, no porque no le gustaran sino porque durante toda su vida no había recibido señales de cariño por parte de nadie.
Sus padres jamás le abrazaron o le besaron, cuando se hacía alguna herida y corría llorando a su madre esta lo curaba sin mas y le decía que un hombre jamás debía llorar.
Si tenía alguna pesadilla y gritaba en medio de la noche nadie iba a su cama a tranquilizarlo y abrazarle. En sus recuerdos no había ninguna imagen de sus padres mostrándole el cariño que supuestamente debían haberle tenido.
Esto consiguió que poco a poco, aquel niño que en un principio era dulce, se convirtiera en alguien huraño, poco sociable y que odiaba cualquier contacto físico con alguien.
Pero por otro lado le gustó aquel gesto, aquellos dulces y cálidos labios que se habían posado sobre su fría piel le transmitieron un sentimiento de bienestar que no había sentido en mucho tiempo.
Esa noche consiguió dormir tranquilamente, soñando con un ángel de alas negras que lo acogía en sus brazos y que lo acunaba en su regazo.
A la mañana siguiente solo Lizhen bajó a desayunar y se extrañó al no ver en la mesa al profesor de pociones. Conversó con Albus sobre la marcha de sus clases y con Minerva sobre un nuevo ajedrez que iban a comprar pues el que tenían estaba ya demasiado viejo.
Lizhen terminó de desayunar rápidamente y se dirigió a su habitación para poder leer un rato antes de ir a pasear con Severus. Por dentro estaba algo nerviosa, pues hacía muchísimo tiempo que no salía a pasear con él pero en cuanto se puso a leer se olvido de sus nervios. Tan atenta estaba leyendo el libro que no se dio cuenta de que quedaban un par de minutos para las diez, así que poniéndose una túnica y cogiendo a Merrick se dirigió a la puerta principal.
Severus no bajó a desayunar porque se había quedado dormido. Este hecho le sorprendió muchísimo pues casi nunca en su vida se había quedado dormido hasta una hora tan tarde.
Tan solo le quedaba media hora para ducharse y vestirse, pues a las 10 había quedado con Lizhen. Se levantó de un salto de la cama y con una alegría inusual en él empezó a prepararse para tomar un baño.
En menos de diez minutos se había duchado y después de secarse completamente empezó a vestirse totalmente de negro. Una vez hecho esto se dirigió al espejo, se secó el pelo y como había hecho el día anterior dejó caer unas gotas de su perfume en su cuello.
Abrió su armario y cogió una túnica negra bastante ligera, había salido un buen día y hacía algo de calor.
Como no quería hacer esperar a su compañera subió rápidamente (más de lo que podía) las escaleras que lo llevaban hasta la planta principal y de allí se encaminó hacia la puerta.
Cuando llegó al punto de encuentro, no vio a la profesora y mirando su reloj por si acaso había llegado demasiado tarde se dio cuenta de que aun faltaban diez minutos para la hora acordada.
Snape esperaba pacientemente cuando vio a alguien andar con prisa por el pasillo, era Lizhen que venia con el pelo algo alborotado y con el pequeño cuervo en su mano.
Siento...llegar...tarde- su voz era algo entrecortada.
No se preocupe, no pasa nada.
Disculpe otra vez, estaba leyendo un libro y me concentré tanto que se me paso el tiempo.
No me pida perdón, no he estado tanto tiempo esperando.
Lizhen miró a los ojos del profesor y le sonrió como siempre hacía.
En el fondo es usted un hombre amable, solo que no le gusta demostrarlo.
Dejemos ese tema y mejor comencemos nuestro paseo.
Severus abrió la puerta cediendo el paso a Lizhen, y cuando ambos estaban fuera pudieron observar el precioso día que hacía. El Sol calentaba dulcemente el paisaje, algunos pájaros revoloteaban alegremente y algunos alumnos paseaban por el jardín.
Lizhen abrió su mano y dejó al cuervo que volara libremente, Merrick abrió lentamente sus alas como desperezándose y acto seguido emprendió el vuelo. Dio un par de vueltas rápidas y enseguida volvió a la mano de su dueña.
Puedes volar lo que quieras, pero ten cuidado con los pájaros más grandes que tu y si ves a algún alumno con comida no se la robes. Yo estaré paseando con el profesor, en cuanto te sientas cansado ven conmigo.
Lizhen dio un suave beso al pájaro y este emprendió su vuelo.
Trata al cuervo como si fuese su hijo, no creo que entienda sus advertencias al fin y al cabo es solo un pájaro.
Quizás será solo un pájaro, pero me entiende a la perfección y si no ya se lo demostraré cuando quiera. Y tanto como tratarlo como a un hijo no, pero lo quiero mucho y para mi es algo más que una mascota.
Cada cual es libre de hacer lo que quiera, incluso querer de una forma exagerada a un pájaro.
Profesor, por favor, no se ponga en plan borde conmigo. No me gustaría discutir con usted. Venga, vayamos a ver a Hagrid. ¿Es un gigante con una gran barba, ojos negros y amor por todos los animales?
Si, no creo que haya otra persona como él en todo el mundo. En un ser un tanto singular.
Pues entonces vayamos, tengo muchas ganas de verlo.
Si no es una indiscreción por mi parte, si no ha estudiado en Hogwarts¿de que conoce a Hagrid?
Se lo contaré mientras vamos hacia su casa.
Severus tendió su brazo a la dama y esta aceptó encantada, con paso tranquilo y disfrutando del precioso día ambos profesores paseaban por los extensos jardines de Hogwarts hasta la pequeña casa de Hagrid.
Mi madre es una gran amiga de Albus, él la conoce desde que nació y muchas veces mi madre venía a verle y siempre me traía con ella. Me gustaba estar con Albus porque siempre me daba golosinas y caramelos, pero también me lo pasaba muy bien con Hagrid porque tenía un montón de historias que contar sobre animales. Adoro los animales y él siempre me enseñaba uno nuevo cada vez que iba. Por eso tengo muchas ganas de verlo, desde que ingresé en Durmstrang no lo he visto.
Ahora comprendo el porque de su entusiasmo por ver a ese grandullón.
Mientras hablaban, casi habían llegado a la cabaña del amable gigante.
Este estaba sentado en las escaleras que llegaban hasta su puerta, con un gran trozo de madera en una mano y una navaja en la otra. Estaba tallando un hipogrifo para su pequeña colección de animales de madera.
Hagrid levantó su vista del trozo de madera, y pudo observar como el profesor de pociones caminaba hacia él acompañado de una joven.
Miró detenidamente los rasgos de la chica que le recordaban a alguien que conocía, ahondó en su memoria y por fin encontró a la persona que tenía frente suya.
Lizhen también pudo comprobar que aquel hombre era el que ella esperaba, aquel gigante que siempre estaba dispuesto a jugar con ella y a enseñarle mil y una criaturas.
Ambos profesores estaban a pocos pasos de Hagrid, cuando este se levantó y con pasos rápidos se dirigió a Lizhen, abrazándola fuertemente.
Mi pequeña Lizhen, cuanto has crecido, estas hecha toda una mujercita.
Yo también me alegro de verte Hagrid.
Hagrid dejó en el suelo a la profesora y volvió a mirarla de arriba a abajo.
Has crecido mucho, pero has cambiado poco, sigues teniendo la misma mirada y la misma sonrisa. Hacía tanto tiempo que no te veía, menos mal que tu madre nos tenía informados a Albus y a mi. Desde que te fuiste al colegio no te volvimos a ver.¿Y que te trae por aquí pequeña? Acabo de llegar esta mañana de ir a ver a mi hermana y por eso no sabia nada de que estabas aquí.
¿Albus no te contó nada? Quizás quería darte una sorpresa...Pues soy profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras del mejor colegio de magia. A partir de ahora me veras mucho por aquí.
Me alegro muchísimo pequeña, es una alegría poder tenerte de nuevo por aquí cerca. Espero que sigas teniendo afición a las criaturas mágicas. Ahora además de guardabosques soy el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Severus observaba la conversación entre ambas personas, pero sobretodo observaba a Lizhen, como en sus ojos había dulzura y cariño cuando miraba a Hagrid.
Ella era todo lo contrario a él, de sus ojos solo emanaba odio e indiferencia. Él jamás sonreía a nadie y tampoco trataba con amabilidad al resto de magos y alumnos. Pero a la vez se sentía igual a ella, sus ojos también tenían una sombra de tristeza, su carácter era reservado y su amor por las artes oscuras era igual al de ella.
Profesor Snape, tengo listo ya el ingrediente que me pidió, ahora mismo se lo doy.
Hagrid entro dentro de su cabaña para buscar el ingrediente.
¿Qué tipo de ingrediente es?
Piel de Ouroboros, es el principal ingrediente para preparar la poción que le dije, aquella que conseguía un relajamiento de músculos y pensamiento.
Si ya me acuerdo, me suena de algo el nombre de Ouroboros pero no consigo acordarme.
Antes de que Severus le diera una respuesta, Hagrid salió de su casa cargado con el ingrediente. Lizhen quedó sorprendida por el tamaño del ingrediente.
No tengo ninguna caja para poder guardarla, pero he enrollado la piel para que su transporte sea mas fácil.
No importa, lo llevare así. Profesora, el Ouroboros es una clase de serpiente bastante extraña. Nosotros tenemos una en el Bosque Prohibido que como puede comprobar por el tamaño de su piel es bastante grande. La caracteriza una piel negra como el carbón y unos ojos rojos y brillantes. A pesar de su apariencia es una serpiente totalmente inofensiva.
Me suena esa descripción pero todavía no averiguo porque me suena tanto ese nombre.
Pequeña- intervino Hagrid- ¿acaso no recuerdas tu primer encuentro con una criatura mágica?
Oh...es verdad...casi no me acordaba...
Inicio del flash back
Hagrid estaba sentado en las escaleras de su cabaña. En una mano sostenía un pequeño trozo de madera y en la otra una afilada navaja. Estaba intentando tallar su primer animal de madera, ya que había decidido hacer una pequeña colección.
A lo lejos dos figuras se acercaban a él, la más alta tenía un andar elegante y la pequeña corría vivaracha alrededor de la otra. Según se iban acercando Hagrid pudo distinguir quienes eran.
Buenos días señora Darktear, hola pequeña ¿qué tal están?
Te he dicho muchas veces Hagrid que me llames por mi nombre, si nos conocemos de hace muchísimo tiempo. Estamos bien gracias y tu ¿qué tal estas?
Tienes razón Niara, pues estoy bien, aunque algo cansado la verdad.
La mujer con la que hablaba Hagrid debía tener unos 38 años. Vestía una túnica de color morado oscuro, casi negro que contrastaba con su cabello rojizo. Este era bastante largo y liso, llegando más allá de la mitad de la espalda. Sus ojos también eran rojos como dos pequeños rubíes y de ellos emanaba una mezcla de dulzura y calidez. Su tez era pálida y solo unas pequeñas pecas adornaban su cara. La mujer era de una estatura considerable, aunque sin llegar a la inconmensurable altura de Hagrid, y su figura era esbelta. Tenia un porte elegante y sereno, y una voz dulce y calmada.
Hagrid¿hoy me vas a enseñar algún animal mágico? Ya tengo seis años, soy lo suficientemente mayor.
La otra persona que comenzó a hablar era una niña pequeña de unos seis años. Su cabello era rojizo al igual que el de la mujer, aunque no tan largo como el de ella, pues la niña llevaba una graciosa melena que le llegaba por la mandíbula. Sus ojos eran negros, y desprendían la típica curiosidad y vivacidad de los niños.
Lizhen- le reprendió su madre- no molestes a Hagrid pidiéndole cosas que lo puedan poner en un compromiso.
No te preocupes Niara, no pasa nada. Lizhen si te portas bien quizás te enseñe algo muy bonito.
Hagrid ¿ te importaría quedarte con ella? Tengo que hablar con Albus sobre unas cosas y seria mejor que...
Niara, tranquila yo me quedaré con ella.
Yo también quiero ver a Albus mamÂ?Por qué no puedo ir?
Tranquila, luego lo veras. En cuanto termine de hablar con él venimos a buscarte.
Niara le dio un beso en la frente a su hija y marchó camino al castillo. Hagrid y Lizhen se despidieron de la mujer y comenzaron a charlar.
¿Te apetece un té y algo de pastel? Te aseguro que esta vez es reciente y no esta duro.
Vale, pero luego ¿me enseñaras eso que me has prometido?
Pero solo si te portas bien, aunque conociéndote seguro que lo haces. Venga entremos que tengo mucha hambre.
Hagrid entró seguido de la pequeña. Esta se acomodó en el gran sillón del gigante, mientras este preparaba algo de té. Lizhen no dejaba de mirar a todos lados por si veía aquello que Hagrid quería enseñarle, pero por más que buscaba no encontraba nada.
Hagrid sirvió una taza de té y un trozo de pastel a la pequeña e hizo lo mismo para él. Se sentó en otro sillón que había enfrente de donde estaba la pequeña y comenzó a hablar con ella.
Estoy tallando un trozo de madera con forma de búho. Quiero hacer una colección de animales de madera tallados por mi.
¡Eso debe ser muy difícil! Aunque una vez terminados deben ser muy bonitos. ¿Y ya tienes alguno hecho?
No, todavía no. Se me ocurrió la idea ayer y estoy empezando por uno fácil.
En ese momento alguien llamó a la puerta, era un alumno que venía a traerle un mensaje del profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Dile que enseguida voy. Lizhen tengo que salir un momento, así que quiero que te portes bien y no salgas de aquí. Yo no tardo nada, voy a llevarle una cosa al profesor y enseguida vuelvo. Si quieres más pastel puedes coger.
Lizhen se quedó sola en la cabaña, tomando un poco de té y algo de pastel. De repente oyó un ruido que venía de una caja próxima a la puerta. El ruido se volvió a oír y la niña se asustó un poco, pero enseguida desapareció su miedo y se acercó a la caja.
Poco a poco la abrió y para su sorpresa dentro había una pequeña serpiente que no mediría más de dos palmos. Su piel era de un brillante negro y sus ojos eran rojos. Al verla Lizhen se asustó un poco pero después se dio cuenta de que la serpiente estaba temblando y la miraba con ojos miedosos. No sabía que hacer, quizás la serpiente tenía miedo y si la cogía se tranquilizaría, pero si la cogía Hagrid se enfadaría con ella. Durante unos momentos dudó que hacer, pero le daba pena la serpiente pues en realidad parecía que tuviera miedo de algo. La pequeña metió sus manos en la caja y cogió a la serpiente, que como era pequeña cabía perfectamente en las manos de la niña. Lizhen se sentó en el sillón y comenzó a acariciar a la pequeña serpiente que dejaba de temblar.
No temas preciosa, no te voy a hacer daño- Lizhen acariciaba a la serpiente y le hablaba dulcemente- Seguro que ahí dentro estabas incomoda y tenías miedo de que pasara algo.
La serpiente reposaba tranquilamente en el regazo de Lizhen, cuando Hagrid entró por la puerta. Al ver la imagen se asustó pues aunque sabía que la serpiente era inofensiva cabía la posibilidad de que le atacara.
Hagrid yo...lo siento...es que...
¿Por qué has cogido la serpiente? Te podía haber mordido y haberte hecho daño.
Pero es que estaba temblando y tenía miedo. La tenías encerrada en esa caja y ella estaba asustada. Yo no quería hacerte enfadar, pero me dio pena la serpiente. Por favor perdóname Hagrid.
Dos lagrimas empezaban a caer por las mejillas de Lizhen, que seguía acariciando la serpiente.
Pequeña no llores, no me gusta que me hayas desobedecido y por eso debería decírselo a tu madre. Pero no lo haré. Veo que la serpiente te ha cogido cariño, eso es porque eres amable y cariñosa y quieres a aquellos que te rodean. Además esa era la sorpresa que te iba a enseñar.
Hagrid se sentó cerca de la niña y siguieron jugando con la pequeña serpiente.
Fin del flash back
Entonces la piel que le acabas de dar al profesor es de aquella serpiente.
Si pequeña, y como ves ha crecido bastante. Ahora ya no cabría en tus manos, aunque seguro que si te viese se acurrucaría en tu regazo para que la acariciaras.
Si algún día vas a verla, avísame que me haría ilusión volver a acariciarla.
Lizhen y Severus se despidieron de Hagrid para dirigirse al castillo.
Me ha impresionado su historia de la serpiente¿no le dio miedo la serpiente?. Siendo una niña tan pequeña me ha extrañado que no tuviese miedo de ella.
Pues la verdad no me dan miedo. No me da miedo ningún animal, solo respeto pues algunos si que pueden ser peligrosos. Además las serpientes siempre me habían gustado, las encontraba majestuosas y elegantes. Puede parecer algo extraño, pero yo siempre he sido algo rara.
Vaya, así que usted tiene cierto amor por las serpientes. ¿Sabia que el emblema de Slytherin es una serpiente?- una sonrisa pícara se dibujaba en la cara de Severus.
Si, claro que lo sabía. Aunque no haya estudiado aquí, he leído algunos libros sobre su historia. Y se perfectamente que animal representa a cada casa. Así que siendo usted el jefe de su antigua casa también adorará a las serpientes.¿ O quizás me equivoco?
No se ha equivocado en nada, me encantan las serpientes. Aunque quizás ya no les profeso tanta admiración como cuando era joven.
Ya casi habían llegado al castillo cuando Lizhen se paró en seco, recordando algo que había olvidado.
Por poco me olvido de Merrick, es extraño que no haya vuelto todavía. La verdad es que se cansa enseguida de volar.
En ese momento una mancha oscura volaba irregularmente por el cielo, su vuelo era bajo llegando casi a tocar la tierra. A poca distancia de donde estaban los profesores se desplomó en el suelo y Lizhen observó que aquella mancha era su cuervo.
El pobre cuervo estaba herido, uno de sus ojos estaba medio cerrado ya que la sangre que manaba de una herida de la cabeza le impedía abrirlo. También tenía heridas en sus alas y su respiración era entrecortada.
La profesora cogió entre sus manos al pequeño pájaro y corrió, seguida de Severus, hasta su despacho.
Una vez allí, apartó los papeles de su mesa y tumbó al cuervo sobre ella.
Abrió un pequeño cajón que había debajo del escritorio y sacó unos botes que contenían líquidos de diversos colores: rojo, azul, plateado y dorado. Acto seguido conjuró un pequeño caldero y con rapidez echó un poco de cada liquido, mientras recitaba por lo bajo los ingredientes que debía echar.
5 gotas de sangre de rubí...una cucharada de viento ártico...medio bote de argentea...una gota de flavum...
Severus miraba asombrado la rapidez con la que Lizhen realizaba la poción, y no solo rapidez sino exactitud en las medidas. Aunque en realidad Severus no sabía si estaba realizando una poción, pues no había oído nunca la mezcla que estaba haciendo aquella mujer.
Ignis gelu
Lizhen movió su varita y en su mano apareció una bola de lo que supuestamente era fuego. Supuestamente, porque al contrario del fuego el color que tenía la bola era un azul intenso en el centro que poco a poco se difuminaba para dar paso al color blanco que había en sus extremos. La profesora echó la bola dentro del caldero y comenzó a remover la sustancia que poco a poco se solidificaba convirtiéndose en una pomada.
Lizhen cogió un poco de la pomada y comenzó a extenderla por las heridas del cuervo.
La pomada era de un color plateado muy brillante que contrastaba con la sangre y el color negro del cuervo. Lizhen seguía extiendo el ungüento por el cuerpo de Merrick hasta que por fin cubrió todas sus heridas, cogió al pequeño cuervo y lo envolvió en un pañuelo para que su cuerpo absorbiese bien la pomada. Se sentó en el sillón y dejó al cuervo en su regazo. Un par de gotas de sudor se mezclaban con una lágrima que empezaba a recorrerle el rostro.
Severus se acercó hasta ella y sacando su habitual pañuelo negro, secó el sudor y las lágrimas que surcaban su rostro. Después, volvió a guardar el pañuelo y se sentó en el sofàjusto enfrente de ella, sin saber que decirle.
Severus solo la miraba, observando como el fuego de la chimenea hacía resplandecer sus bellos ojos que miraban llenos de preocupación al pequeño animal. Su pelo se había alborotado por todo lo ocurrido, y caía desordenado hacia delante, sobre sus hombros. Su pelo se veía sumamente sedoso y era largo, llegando más allá de la mitad de la espalda. Y su color era de un intenso rojo fuego, pero no como el de los Weasley, el de ella era más hermoso. Por lo menos para él.
No sabía que usted también sabía preparar pociones.
Las palabras de Severus sacaron del pequeño trance en el que estaba sumergida la profesora. Alzó su cabeza para mirar a Severus y se encontró con sus ojos. Con aquellos ojos negros como la tenebrosa oscuridad. Aquellos ojos que en muchos causaban miedo y respeto, pero que en ella solo generaban un sentimiento que no podía explicar.
No soy tan buena como usted profesor, pero se algunas cosas.
Si, he podido comprobar que se desenvuelve con soltura frente a un caldero. Y sin poder evitar algo de curiosidad, me preguntaba que tipo de poción ha realizado. Si he de serle sincero jamás había oído hablar de esa combinación.
Es probable, la combinación de esos ingredientes da lugar a un ungüento bastante efectivo para heridas sangrantes ya sean superficiales o profundas. Sus efectos son bastante simples pero muy útiles, corta la hemorragia que pueda haber, desinfecta la herida y la cierra dejando la zona dañada como nueva. Aunque tiene un pequeño inconveniente, solo funciona en animales. Quizás por eso nunca haya oído hablar de ella.
Es más que probable. ¿Entonces, se recuperará su pequeño cuervo?
Eso espero, pues las heridas que sufrió cuando lo encontré eran más graves de las que tiene ahora. Aun así, ahora es más mayor que antes con lo cual supongo que tardará algún tiempo en recuperarse del todo.
Lizhen acariciaba al pequeño cuervo, intentándole transmitir algo de su propio calor e incluso de su propia vida. En verdad quería mucho al cuervo, nunca se había separado de él por más de un día entero. Y él era como su ángel guardián, pendiente de sus acciones y sentimientos.
Envidio a su pequeño cuervo, tiene suerte de tener a alguien que vele por su vida con tanto amor como lo hace usted.
¿Por qué dice eso profesor¿Es que no tiene amigos o algún familiar?
Jamás he tenido amigos, es decir buenos amigos. Durante mi estancia en Hogwarts como estudiante era un alumno diferente a los demás. Demasiado callado, demasiado estudioso, demasiado diferente. Y además estaba en Slytherin. Nadie quería ir con alguien como yo. Incluso la gente de mi casa me ignoraba y solo me buscaban para que les resolviese sus deberes. Y familia ya no tengo, mis padres están muertos y no he tenido hermanos. Quizás la única persona que confía en mí es Albus, es más que un amigo, es el padre que nunca tuve. Y se que no lo parece por mi aparente actitud fría y distante, por mi comportamiento con el resto de personas, pero también tengo un corazón.
Severus miraba fijamente el fuego, su mirada se había tornado triste, quizás al recordar un pasado no tan bueno. Había abierto su corazón a aquella mujer, algo que jamás había hecho con nadie, ni siquiera con Dumbledore.
Lizhen miraba ahora al hombre que tenía delante, un hombre como él mismo había dicho, de actitud fría y distante, pero que tras toda esa apariencia se encontraba una persona como cualquier otra, necesitada de cariño y de comprensión. Lizhen buscaba los ojos del profesor, necesitaba mirarlos para transmitirle algo del cariño que a ella le sobraba. Hubiese deseado levantarse y abrazarle, y librarle de ese dolor que llevaba por dentro, pero no se atrevía. Además tampoco sabía como reaccionaría aquel hombre ante un gesto como el que ella pretendía mostrar.
Finalmente Severus miró a la profesora, y sus ojos se volvieron a encontrar como tantas otras veces lo habían hecho.
Pero ya me he acostumbrado a la soledad, han sido muchos años sin nadie en quien apoyarse, en quien confiar, sin nadie a quien decir "amigo". Y la soledad, llega un momento, en que no duele y en que comienzas a amarla...
No diga eso por favor, la soledad eterna no es buena para nadie. Se que me acaba de conocer, y que usted es un tanto reservado pero...deje que yo vele por usted, déjeme ser su amiga...
Lizhen miraba fijamente al profesor, no entendía su atrevimiento, pero lo había hecho. Ahora temía una respuesta desagradable por parte de él. Pero aun así, conservaba esperanzas.
¿Por qué¿Por qué una persona como usted quiere perder el tiempo en alguien como yo? No merezco la pena, no creo ser digno de la confianza que me está ofreciendo. Mi vida no ha sido especialmente la de un "héroe perfecto y ejemplar". No se cuanto le habrá llegado a contar Albus de mi pasado, pero si aun así sabe algo no entiendo como puede ofrecerse para ser mi amiga.
Severus agachó su cabeza, mirando fijamente al suelo. Nunca se había sentido bien consigo mismo y menos después de haber sido mortifago. Se odiaba a si mismo, y pensaba que después de lo que él había hecho no se merecía nada. Ni caridad ni compasión. Y tampoco el afecto que le ofrecía aquella mujer. Hundido en sus pensamientos no se dio cuenta de que Lizhen se había levantado de su sillón, dejando acostado al cuervo en el mismo, y se acercaba con pasos lentos hacia Severus.
Se arrodilló junto a él y con suma dulzura comenzó a acariciar sus cabellos, Severus al notar este contacto levantó su cabeza para encontrarse con la cálida sonrisa de la profesora que lo miraba con aire maternal. Las manos de Lizhen descendieron hasta el brazo donde se ocultaba la marca Tenebrosa, y al hacerlo, notó un pequeño escalofrío.
Se de su pasado, se que ha sido mortifago. Pero también se que Albus confía plenamente en usted y para mi eso es suficiente. Además puedo ver que no es una mala persona, eligió aquel camino por culpa de circunstancias ajenas a usted. Merece la pena Severus, no se engañe a si mismo diciendo cosas que no son verdad.
Lizhen seguía mirando a Snape, mientras su mano permanecía en la marca. Sus palabras habían sido dulces y cariñosas, dichas desde lo más profundo de su corazón.
Severus no sabía que contestarle, pues se había quedado literalmente sin palabras. Tan solo la miraba una y otra vez, sin parpadear, intentando asimilar todo aquello que le había dicho la profesora. Solo atinó a cubrir la mano de la profesora con la suya, sintiendo la suave piel de ella.
Por eso le vuelvo a decir, deje que sea su amiga. Merece mi amistad y mi confianza, mi cariño y mi comprensión, porque usted más que nadie en este colegio lo necesita.
Gra...gracias señorita Darktear. Es usted una persona noble y maravillosa. Acepto su amistad como el mejor regalo que he recibido nunca.
Le agradezco el halago profesor, aunque ahora que ha aceptado mi amistad...¿Le importaría que le llamase Severus? Suena más amistoso que profesor Snape.
No, no me importa. Es más, ahora mismo le iba a proponer lo mismo...Lizhen.
Severus seguía mirándola fijamente, sus manos reposaban sobre las de ella y sus caras estaban tan cerca que la tentación de rozar sus labios por un instante se hacía cada vez más fuerte.
Lizhen se perdía en los ojos del profesor, pero también se daba cuenta de la cercanía de ambos. Intentaba leer en los ojos de Severus que pasaba por su mente, pues en ese momento no sabía si el silencio que había entre los dos era incomodidad o indecisión.
Severus levantó su mano y acarició suavemente la mejilla de la joven, mientras que sus labios se iban acercando a los de ella.
En ese momento un graznido resonó en la habitación, asustando a los dos profesores.
El graznido provenía de Merrick, que se había despertado y reclamaba la atención de su dueña.
Oh pequeño, te has despertado más pronto de lo que yo pensaba.
Lizhen se sentó en el sillón, con el cuervo sobre su regazo, mientras lo acariciaba.
Snape la había seguido en todo momento con su penetrante mirada, pensaba en lo que podía haber pasado hacía unos momentos si no hubiese sido por el pequeño cuervo.
"Quizás haya sido mejor así, no se que hubiera pasado si llego a besarla..."
Severus se levantó de su asiento y se dirigió a donde estaba sentada la profesora, se arrodilló junto a ella y acarició la cabeza del pequeño cuervo con mucho cuidado.
Vaya tu ama tiene razón, que pronto te has recuperado.
Si la verdad es que pensé que tardaría más en despertar, pero parece que la poción le ha hecho efecto inmediatamente.
En ese momento, alguien llamo a la puerta. Esta se abrió dejando a la vista un pequeño elfo domestico.
Oh profesor Snape usted también está aquí. Dumbledore me manda a preguntarle profesora Darktear si le ha ocurrido algo, pues no ha acudido a la hora de comer. Y también pregunta por usted profesor Snape.
Dile a Albus que me he ausentado de la comida por un percance con mi cuervo y que el profesor Snape me ha estado ayudando. Ah y también ¿te importaría traernos algo de comida al despacho? Ahora que has mencionado lo de comer me ha entrado hambre.
No se preocupe profesora, voy a hablar con el profesor Dumbledore y enseguida les traigo su comida.
Gracias Niles.
El pequeño elfo desapareció por la puerta volviendo a dejar solos a los dos profesores.
Vaya que tarde es, ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que era hora de comer. ¡Ahora que caigo...! He mandado al elfo que trajese aquí la comida y no te he preguntado si querías comer aquí...
No hubiese hecho falta que lo preguntases, estoy encantado de poder comer contigo.
Severus sonrió tímidamente, era la segunda vez que lo hacía desde que conocía a aquella mujer.
Vaya, veo que cumples tu promesa de dirigirme alguna vez tu preciosa sonrisa.
Al oír esto un suave color rojo subió a las mejillas del profesor, que de normal tenía un aspecto cetrino.
Otra vez volvieron a tocar a la puerta, siendo también el pequeño elfo que les traía la comida a los dos profesores.
Espero que les guste.
Y acto seguido el elfo salió de la habitación. Severus y Lizhen comenzaron a comer tranquilamente, charlando sobre pociones, animales, alumnos revoltosos y demás temas triviales. Cuando terminaron de comer, siguieron charlando tranquilamente e incluso jugaron una partida al ajedrez en la que ganó Lizhen.
Cuando llegó la tarde Severus se despidió de la profesora pues tenía que corregir algunos deberes y preparar las clases de la nueva semana.
Lizhen también hizo lo mismo que Severus, todavía tenía pendientes algunos trabajos y tenía que preparar las clases para la nueva semana.
Así transcurrió la tarde hasta que llegó la hora de cenar, en la que ambos profesores si bajaron al Gran Comedor.
Allí estaba Dumbledore, que con una gran sonrisa esperaba a ambos profesores.
Hola Lizhen, Niles me ha contado que habías tenido un problema con tu cuervo y que Severus te había ayudado¿qué es lo que ha pasado?
Hola Albus, pues intentaré ser breve. Severus y yo hemos ido a dar un paseo esta mañana, el tenía que ver a Hagrid y yo tenía que sacar un rato a Merrick para que tomara aire fresco. Al volver al castillo ha aparecido de repente mi cuervo, lleno de heridas y ensangrentado. Hemos ido a mi despacho para curarlo haciendo una de las pociones que me enseñó mi abuelo, al cabo de un rato ha venido Niles con tu mensaje y en ese instante nos hemos dado cuenta de que nos habíamos saltado la hora de comer y que teníamos hambre. Así que hemos comido en mi despacho.
Vaya que día más ajetreado habéis tenido¿y está bien el pequeño cuervo?
Si, hemos tenido mucha suerte y enseguida ha despertado.
Entonces me alegro. Severus¿has visto que bien se maneja haciendo pociones? Mi pequeña es una niña muy lista.
Si tienes razón Albus, la he visto muy desenvuelta preparando la poción.
Al oír todo esto, Lizhen poco a poco se iba poniendo mas colorada.
Ehm...bueno creo que tampoco hay que exagerar...Además miren, la cena ya está servida.
Todos se pusieron a comer, tanto alumnos como profesores. Los platos se iban vaciando con un rapidez increíble, parecía que aquella noche todo el mundo tenía mucha hambre.
Cuando terminaron de cenar, y como de costumbre, Severus acompañó a Lizhen hasta la puerta de su cuarto.
Espero que descanses y tengas unos dulces sueños Severus.
Gracias, te deseo lo mismo.
Entonces antes de que Lizhen pudiera reaccionar Severus se acercó a ella y le dio un suave beso en la mejilla, para después dirigirse rápidamente hacia su habitación sin dar tiempo a la profesora a contestar.
"Vaya, esta vez se me ha adelantado. Severus aprende demasiado deprisa. Esta tarde juraría que ha estado a punto de besarme o quizás ha sido solo mi imaginación. Bueno que más da, ahora mismo me voy a dormir y a tener dulces sueños."
Bueno, bueno otro capitulo más. Este capi me ha costado horrores, quería terminarlo pero es que he llevado un mes de febrero-marzo agobiante. Un trabajo bastante importante de Sociales y el examen parcial de la misma materia. Luego un examen de Doctrina Católica abrumador. Y leer un par de libros...ARGGG que ganas tenía de acabar.
Además tampoco me podía concentrar mucho por las noches, soy de Valencia y claro estamos en época de Fallas (que empiezan desde el 1 de marzo aunque la plantà de la falla no es hasta el 15 creo) y claro por las noches no hacen más que torturarme tirando masclets (son petardos pero a lo bestia, pongamos que un petardo normalito vale yo que se cinco céntimos, pues estos pueden ser de un euro o dos euros. Amos que es un retumbe alucinante) y claro con el susto se me iba la inspiración por ahí.
Espero que les guste el capi, ummm por cierto lo de ouroboros lo saqué de unos colgantes que daban en un periódico y este es un símbolo con forma de serpiente es algo así como "Símbolo unificador. El Uno. El Todo. Todo proviene de un todo y vuelve al mismo todo. La Unidad Cósmica. El principio, el centro y el fin. Nacimiento, plenitud y muerte. Clausura del secreto hermético. Principio y fin." Y algunas cosas más que omito que si no se haría muy largo. El amuleto proviene de la cultura oriental y es una serpiente que se muerde la cola y forma un circulo.
Bueno pos na paso a los reviews
Galilea: Me alegro de que te guste mucho , bueno intento escribir pronto pero es que hay veces que no puedo ir tan rápido como quisiera.
DrakeMalfoy: Has acertado completamente en la visión que tengo de Snape (que quien sabe quizás acierto y todo). Creo que es así para protegerse, para no sentirse herido por nadie. Y la profe...bueno si se parece a Snape pero ella es más dulce con los demás, no se comporta de una manera fría porque no puede hacerlo, no sabe comportarse de forma cruel. Y si tranqui q te explicas y t entiendo . Vale intentare actualizar pronto pero no prometo nadaaa
Wolfgang-Snape: Graciasssss, me alegro de que te guste mi fic. Pues también me gustan los capítulos largos pero hay algunos cortos que también están bien. Y este también está dedicado totalmente a Severus y Lizhen . Gracias por tu ayuda, ya he comprobado que los R llevan cosas más "fuertes". Pero vamos, no creo que yo llegué a eso así que...
Kaosblack: Vesss como no muerdo ( a ver si así se anima más gente q me gustan muxooo los reviews) Si la verdad, yo tp me imagino a Snape siendo empalagoso. Seductor, romántico, atrevido, pícaro...así si que me lo imagino pero en plan muy muy muy dulce no.
Bueno pues hasta aquí hemos llegado chicos y chicas, el próximo día (o semana o mes) más de lo mismo, en el mismo canal y a la misma hora.
