Capitulo Nº3

"Delirio de Sueños"

En una grata tarde, Cuando los cielos aún eran dorados, se escuchaba a lo lejos la voz inocente de un niño, que en su caminar en su sonrisa dibuja una cautivadora sonrisa.

-Mamá… Mamá…- gritaba feliz el muchacho

La silueta de una mujer joven, de cabellos largos y rubios, danzaban a los aires cálidos que provenían del este, junto a las hojas amarillas de los árboles que caían lentamente a los desteñidos suelos de la colina.

-Mamá… Mamá…- pronunciaba una y otra vez el pequeño niño que cada vez su voz se tornaba en eco.

La mujer lentamente se voltea y extiende sus brazos para esperar a la llegada de su pequeño hijo. Este cuando quería alcanzar esos aquellos protectores brazos de su madre, un corte de espada sale de la nada lastimando a la mujer.

El pequeño espavorido al acto, que da paralizado, entró en un estado de shock, sus ingenuos ojos se inundaban en temor y desesperanza, el miedo comenzó apoderarse de su cuerpo, al ver como sus pies descalzos se bañaban en la sangre de quien le otorgó la vida.

-¡¡¡Mamáaaaaaa!!!- grita desesperado el pequeño…

-¡¡¡Kurapika!!! ¡¡¿Qué tienes Kurapika?!!!- mientras que lo remecía

El joven rubio estaba empapado de sudor, se revolcaba en la cama de Leorio como loco, tratando de escapar, intentado volver a la realidad, balbuceaba palabras que el Mayor no podía descifrar.

-¡¡¡Kurapikaaaaaaaaaaa!!!- El joven de cabellos negro azulados le da una bofetada al menor, la cual, se tranquiliza. -¡¡¿Kurapika?!! ¿Estás bien? ¿Kurapika?

El joven de cabellos dorados levemente abría sus ojos, está todo difuso aún, pero pudo reconocer la silueta inconfundible de su amigo, sentado junto a él. Quejándose de un dolor que le surgió en la cara por la bofetada logró volver en sí.

-¿Dónde… Estoy?- con voz baja pregunta

-Estás en mi habitación Kurapika, ¿Qué te pasó?-

-No lo sé…- Algo aturdido intenta recodar lo que en su mente pasó, pero sin caso alguno.

Leorio acerca su mano a la frente del joven, haciendo aun lado sus dorados cabellos rebeldes para tomarle la temperatura.

- ¡¡Estás hirviendo en fiebre kurapika!!- exclama el joven mayor

-No es nada…- intentando levantarse de la cama, pero veía como el piso se movía ante el y le viene otra recaída

-No puedes levantarte en esas condiciones kurapika- tomándolo desde los brazos y llevándolo nuevamente a la cama –Debes guardar reposo, espérame aquí, iré a buscar unos medicamentos a mi maletín- rápidamente se levanta de la cama y va en busca en su maletín.

A los pocos minutos el joven de cabellos negro azulados regresa al lado de su amigo con una inyección en su mano izquierda y en la derecha un frasco que contenía la medicina.

-He de suponer que esa inyección no ha sido utilizada antes, ¡¿Verdad Leorio?!- pregunta con desconfianza el joven menor

-Aunque estés enfermo eres tan precavido…- comenta Leorio, mientras que inyectaba la medicina en el frágil brazo del joven de cabellos dorados

-Listo, en un par de minutos te sentirás mucho mejor Kurapika-

-Gracias… Leorio- sonrie tiernamente kurapica

Leorio algo avergonzado voltea su rostro y su mirada la dirije hacia los suelos de la habitación -¿Por qué me siento nervioso? ¿Por qué creo que me sonrojé cuando me sonrió? ¿Será qué me preocupé mucho por él, al verlo así? es probable… ¿O no?- Mentalmente se preguntaba una y otra vez el joven de cabellos negro azulados, sin hallarle respuesta a estas.

-¿Kurapika…?- voltea Leorio

Kurapika se hallaba durmiendo plácidamente, su rostro reflejaba mas alivio, la medicina ya había echo efecto en el, de todas maneras Leorio llevó su mano nuevamente para confirmarlo. Y efectivamente la fiebre había descendido, Leorio interiormente se sintió tranquilo.

La mano de Leorio aún se hallaba en al frente del menor, trasladándola suavemente hasta la mejilla, hizo su alto, con su dedo pulgar comenzó a acariciar la piel tersa y delicada del joven de cabellos dorados.

Los ojos del Mayor contemplaban a kurapika de una manera distinta a como lo hacia siempre, no quiso preguntarse el porque, desde cuando, y como había ocurrido, sólo se dejaba absorber por la atmósfera tan grata que allí nació, no estaba seguro de lo que deseaba… ni mucho menos, lo que sentía… Solo oscureció su mirada y deposito sus cálidos labios en los del menor…

A la mañana siguiente Gon y Killua se despertaron muy temprano, tenían muchas energías acumuladas para permanecer por más tipo en la cama, así que decidieron ir a desayunar, pero antes, debían despertar a Leorio, o este se preocuparía por su ausencia.

Cuando salieron en los pasillos encontraron que la puerta de la habitación de Leorio estaba un poco abierta, asi que, sin previo aviso entraron sorpresivamente al dormitorio…

-¡¡¡Buenos dias Leorio!!!- Grita con entusiasmo Gon

Que, al poco tiempo después se le despareció por arte de magia al ver a Leorio recostado su cabeza en el pecho desnudo de Kurapika, la cual, El mayor le sostenía la frágil mano de su amigo, poniéndolos en una escena comprometedora…

-Sabia que Leorio era un tipo raro… pero no crei que lo fuese a ese extremo- sorprendido comentó el pequeño de cabellos grisáceos

-Nunca creí que Leorio… y Kurapika…- miraba de una forma ingenua Gon

-Como no me di cuenta antes de la relación que tuvieron ellos dos, por eso se la pasaban juntos, ¡¡¡Qué ciego fui!!!- Exclama con molestia Killua

-Eso quiere decir ¿Qué Leorio me mintió anoche que Kurapika tendría cosas que hacer?- Desilusionado pregunta el pequeño de ojos de miel

-Me temo que si Gon, Sin duda quería estar a solas con Kurapika-

-Que malo fue conmigo… no debió mentirme…-

Las habladurías de los dos pequeños jóvenes provocaron el despertar de Kurapika, antes de que este abrieras sus ojos siente la mano cálida de su amigo sujetando la de él, y en su rostro un color jazmín se dibujaba en sus mejillas…

-¡¡Gon entiende!! Leorio quería estará a solas con Kurapika… para… tu sabes…-

-No… ¿Para qué querían estar a solas?

-¡¡¡Gon que ingenuo eres, la embarraste!!!-

Ese intercambio de palabras de estos pequeños jóvenes provocaron el reaccionar a Kurapika, en forma sin pensarlo, lanzó por los aires a leorio con fuerza, azotándose el mayor en la pared de la habitación, quedando estampado en esta…

-¡¡¡¡¡¡¡Kurapika… Despertaste!!!!!!- grita con emoción Gon

-¿Creo que pasaste buena noche o no Kurapika?- en forma sarcástica pregunta maliciosamente Killua

Kurapika estaba más que avergonzado, no quería levantar la vista, atrajo hacia su pecho su almohada y se aferró a ella, ocultando la mitad de su rostro a media, no deseaba que sus amigos le vieran su rostro ruborizado.

-No se a lo que te refieres Killua- responde el joven de cabellos dorados

-¡¡¡¿PERO QUE DIABLOS TE PASA A TI KURAPIKA, POR QUÉ ME GOLPEAS DE ESA MANERA?!!!! Grita enfurecido Leorio que velozmente se había levantado del piso

-¡¡¡¿Y QUE QUISIERAS QUE HICIERA, SI MEDIO SUSTO QUE ME DISTE?!!!- responde igual de furioso Kurapika

-¡¡¡¿ERES UN MAL AGRADECIDO KURAPIKA… YO QUE CUIDE DE TI TODA LA NOCHE, ES ASI COMO ME PAGAS?!!!

-Lo siento… Perdóname Leorio, no fue mi intención golpearte- cambia el tono de voz el joven

-¡¡¿Cuidarte toda la noche?!! ¿Qué te ocurrió Kurapika?- pregunta Gon

-Llegó enfermo anoche, tenia la temperatura muy alta y estaba delirando, le inyecté una medicina que tenia en mi maletín y logré controlarle la fiebre- mientras que se recuperándose del golpe

-si…claro- no muy convencido Killua por la explicación de leorio -¿Seguro que la inyección estaba en el maletín Leorio?- pregunta maliciosa para poner jaque a Leorio.

-¡¡¡¿CHIQUILLO MALCRIADO, QUE TE ESTÁS IMAGINADO!!!?- Grita con furia Leorio

-solo lo que tu me estas describiendo Leorio- una sonrisa maléfica se dibuja en el rostro de Killua

-¡¡Uy… YA VERÁS CRETINO… VEN AQUÍ…ESPERA NO HUYAS!!-

Sale persiguiendo al pequeño Killua por toda la habitación, mientras que kurapika y Gon gozaban con el show que ambos estaban teniendo en la habitación, y la tensión que había provocado la situación anterior se desvaneció con las sonrisas de los 4 jóvenes…