MINAS TIRITH
Minas Tirith, la ciudad de Gondor, impactó a Alex. Mientras caminaba entre Ada y Arwen hacía lo que suponía sería un palacio, la parte racional de su mente intentaba desesperadamente encontrar algún sentido a todo lo que estaba sucediendo. Y estaba fallando miserablemente. Debería haber estado nerviosa y asustada ante el futuro incierto que le podía esperar, pero la espectacular belleza de la ciudad por la que caminaba difuminaba cualquier sentimiento que no fuera asombro y curiosidad. Aunque parecía haber pasado por mejores tiempos, Alex había notado que parte de las murallas y de la estructura del palacio parecía haber sido bombardeada, la ciudad preservaba su majestuosidad. Desde las puertas de las murallas hasta la almena más insignificante de la casa más recóndita del barrio más escondido estaban labradas a mano, y no por la mano de cualquiera, pues en cada detalle, en cada forma y dibujo, se podía respirar el cariño y el esfuerzo del autor. Las calles eran más bien estrechas, dándole a la ciudad un toque medieval, y estaban adornadas como si se celebrara una especie de fiesta nacional. Y coronando la ciudad se encontraba el palacio, cuyo estilo de arquitectura Alex no podía definir. Sólo magnífico le venía a la mente.
Con paso firme y la perpetua sonrisa de Arwen llegaron ante las puertas del castillo y aunque Alex era reticente a la hora de entrar, sus dos acompañantes no dudaron ni un momento en arrastrarla hacia su interior. Si el exterior de la construcción era magnífico, su interior sobrepasaba con creces todo lo se había imaginado. Alex observaba con incredulidad el largo recibidor al que acababan de entrar cuando su mirada captó a dos hombres que se acercaban deprisa hacía ellos. Y eran idénticos. Hasta tenían el pelo de la misma longitud y las mismas orejas puntiagudas! Oh no, pensó, más seres asexuales. Cuando llegaron a su encuentro, Alex se dio de que los dos recién llegados se parecían mucho a Ada, el mismo color de pelo, el mismo corte de cara, la misma profundidad en los ojos... atractivos hasta la saciedad.
Alex parpadeó cuando los gemelos le dedicaron una deslumbrante sonrisa y se dio cuenta de que se había quedado embobada mirándoles. Arwen, ahorrándole bochorno, la soltó delicadamente para arrojarse a los brazos de los clones, que empezaron a reírse descontroladamente.
" ¡Hermanita! Nosotros también te hemos echado de menos" . Logró decir uno de ellos mientras que soportaba el fuerte abrazo.
"Pero no tienes porque asfixiarnos". Completó el otro entre risas.
" ¡Me alegro tanto de veros¿Estáis bien¿Alguna herida?". Arwen repartía abrazos entre sus hermanos mientras preguntaba y éstos reían con buen humor.
"Estamos bien pequeña¿Qué tal el viaje ada¿Algún contratiempo?"
"Oh, que desconsiderada". Arwen por fin se desenganchó de sus hermanos y se acercó hasta Alex. "Esta dama se llama Alex. Uno de los guardias que nos escoltaba la encontró en un camino sin sentido y ada y yo hemos estado cuidando de ella. Alex estos son mis hermanos Elladan y Elrohir. Portaos bien con ella, que ya nos conocemos." Dijo Arwen levantando un dedo amenazadoramente.
"¡Arwen, parece mentira que no confíes en nosotros". Contestó uno de ellos, el que Alex sospechaba que era Elladan con una mueca de dolor en una cara llena de inocencia y candor.
"Hmmp". Fue toda la respuesta que obtuvo de su hermana quien frunció en ceño. Ante esto las facciones inocentes de su hermano se transformaron en una traviesa sonrisa y los tres hombres estallaron en carcajadas, incluso Alex sintió ganas de sonreír. Arwen, sin embargo, seguía ceñuda. "Os lo advierto ...".
"No te preocupes Arwen, creo que tus hermanos son justamente lo que nuestra joven dama necesita en estos momentos". Dijo Ada hablando por primera vez. Su mirada no dejaba de inspeccionar a los gemelos, como si buscara algo en ellos, y denotaba un terrible orgullo ante los jóvenes que tenía delante sus ojos. "Estoy seguro de que se portaran MUY bien con ella". Sus ojos brillaron con tono autoritario. "Empezando ahora mismo. Arwen y yo tenemos una audiencia muy importante son el rey de Gondor" . La sonrisa radioactiva de Arwen no tardó en aparecer y sus hermanos la miraron con una mueca divertida.
"Como no. Estoy seguro que el rey espera impaciente". Elladan guiñó un ojo a su hermano que intentaba contener la risa. " ¿Que tal si acompañamos a Alex a sus aposentos y hacemos que descanse hasta la cena? Me consta que esta noche habrá una gran fiesta y nuestra dama debería descansar para el evento".
"No creo que tenga aposentos preparados. Ocupaos de ello. Y cuidad que esta noche nos acompañe en la cena". Ada tendió a Alex a los gemelos que rápidamente se pusieron a su lado y la sostuvieron entrelazando sus brazos con los de ella. "Nos veremos esta noche mi dama. Y descansad por favor. Hasta esta noche". Dijo mientras inclinaba la cabeza educadamente hacia Alex.
Alex se sentía aturdida. Estos –seres- no la conocían de nada, es más¡la habían encontrado tirada en medio de un camino! Y aun así, estaban cuidando de ella como si se tratase de una persona cercana. ¡Pero si acababa de conocer a los gemelos y ya habían aceptado ocuparse de ella! Esto no tenía ningún sentido y el comportamiento de los extraños seres que ahora mismo la estaban rodeando tampoco. ¡No era normal ocuparse de una total desconocida por muy herida que estuviese! Hubiese sido más sencillo simplemente dejarla en cualquier hospital, o cualquier sitio similar que tuviesen por allí. Y sin embargo Alex se encontraba sujetada confortablemente entre los brazos de, posiblemente, los hombres (o seres se recordó Alex) más atractivos a los que había conocido en toda su vida. Y Ada la miraba expectante. Sencillamente estaba demasiado cansada y mientras más pensaba más aturdida se encontraba.
"Hasta esta noche, hmm .. ahh, Ada, Arwen". Logró decir finalmente intentando buscar algún sentido a todo lo que estaba viviendo. Arwen la miró divertida mordiéndose el labio inferior para frenar un ataque de risa y esto confundió a Alex aún más. ¿No había dicho nada raro¿O si?
"Hasta esta noche, Alex". Respondió Arwen mientras se enganchaba a un divertido Ada del brazo y lo arrastraba hacía el fondo del gigante vestíbulo hasta que finalmente desaparecieron detrás de unas, también, enormes puertas.
"Dama Alex, será mejor que la acompañemos para que pueda descansar". Dijo Elrohir.
"Uhm, sí, claro". Alex de dejaba llevar por los gemelos. Sólo entonces reparó en que estos reían suavemente, como esforzándose en controlarse para no estallar en carcajadas, mordiéndose los labios y ligeramente sonrojados por el esfuerzo.
"¿He dicho algo divertido?". ¿Qué podía haber dicho en tan solo cinco palabras?
"Nada, no te preocupes ...". Elladan ya no podía contenerse más y comenzó a reír descontroladamente. " ...hermanita". Elrohir se unió a las carcajadas de su hermano. Alex iba a preguntar de nuevo que sucedía, pero, después de haber caminado por uno de loa pasillos laterales del vestíbulo, sus acompañantes se detuvieron delante de una de las puertas y la abrieron haciéndola pasar dentro.
"Dama Alex no deberíais preocuparos por nimiedades". Al menos Elrohir ya había logrado recomponerse. "Descansad ahora, seguro que el viaje ha sido pesado".
"Mi nombre es Alex, y no soy ninguna dama". Le estaba subiendo la mosca a la nariz, dama esto, dama lo otro. Si seguían así terminaría cometiendo un asesinato, o dos, o los que fueran necesarios.
"Como deseéis, Alex". Elladan también se había recuperado pero no podía borrar la sonrisa juguetona de su cara. "Mi hermano tiene razón, esa cama te está llamando".
Alex no tenía sueño, pero por alguna razón se encontraba terriblemente cansada así que se soltó de los brazos de los gemelos y con paso torpe llegó a la cama y se tumbó en ella.
"¿Tienes hambre o sed¿Necesitas alguna cosa de nosotros?"
"No, estoy bien, muchas gracias. Ya habéis hecho más que suficiente".
"Volveremos a buscarte para acompañarte a la cena. Ahora estas a nuestro cuidado, así que prepárate para la mejor noche de tu vida. " Elladan tenía tal seguridad en sus palabras que Alex no pudo evitar una tímida sonrisa. "Ahh, recuerda que estaremos cerca. Si nos necesitas llámanos".
"De acuerdo, hasta luego."
"Hasta luego". Respondieron los hermanos a la vez mientras desaparecían por la puerta.
Alex se dio media vuelta en la enorme cama y suspiró mirando al techo. No había nada mejor que mirar porque la habitación estaba a oscuras y sus ojos distinguían muy poca cosa, además para pensar con claridad no había nada mejor que mirar al techo. Por más que intentaba recopilar todo lo sucedido y encontrarle algún sentido no lo lograba. Se había levantado después de pasar la noche en vela para ir al hospital como cada día, y allí se había desplomado sobre un sillón perdiendo el conocimiento. Demasiados días sin comer y sin poder dormir habían terminado por hacer mella en su cuerpo. Y cuando se volvió a despertar se encontró con Arwen. Simplemente, nada tenía sentido. Ni Arwen, ni Ada, ni los gemelos y mucho menos su comportamiento hacía ella; como si fuese su deber ayudarla y disfrutaran haciéndolo. Había despertado en un mundo, que pese a parecer irreal, absurdo y medieval, se había mostrado contundentemente sólido y real. Y ella estaba perdida. En su interior se debatían multitud de sentimientos, quizá por lo absurdo que la rodeaba. Además había un nuevo sentimiento para añadir a la ya de por difusa mezcla y que la estaba martirizando. Se sentía –débil- y nunca en toda su vida se lo había permitido. Pero desde que había aparecido en este extraño mundo todo el mundo que se había encontrado se había ocupado de ella. Y eso la enervaba. No recordaba a nadie en su vida que hubiera tenido que ocuparse de ella, solo sus padres cuando era pequeña.
Sentirse débil e inútil estaba empezando a crispar sus nervios. Una cosa era que la pena se la comiese por dentro y ya no se sintiese con fuerzas para cuidar de si misma, pero hacer que por ello otras personas tuvieran que mirar por su bienestar ¡ni soñarlo!. No era una niña pequeña a la que cuidar, ni una princesa para que le envolvieran entre seda. Cuando los gemelos volviesen para acompañarla a cenar, comería, aunque se tuviese que obligar a tragar todo lo que se pusiera ante sus ojos. Se recuperaría y quizás entonces encontraría respuesta inteligente y cuerda a todo lo que le estaba sucediendo. Alex se siguió mirando al techo mientras sus pensamientos divagaban entre posibles respuestas a lo raro de su situación hasta que tocaron a la puerta.
"Alex¿estas despierta?" . Elladan entró en la habitación seguido de su hermano.
"¿Ya es la hora? ". Respondió sentándose en la cama. "¿Tanto tiempo ha pasado?"
"Sí. Ya es de noche". Elrohir estaba encendiendo las lámparas de aceite de la habitación, haciendo que esta se iluminase suavemente.
"Es hora de que te prepares. Nos espera una buena fiesta". Definitivamente Elladan era un pícaro. "Esto es para ti. Nos ha costado encontrar uno que te pudieses poner. Eres la mujer más alta que he visto nunca". Elladan le tendió lo que mucho se parecía a un largo vestido de gasa verde.
"Estas de broma. ¿Cómo me voy a poner eso¿Me ves cara de damisela en apuros?" La sonrisa de Elladan se acentuó.
"Debes llevarlo o quedarás como una idiota en la cena. Además todo el mundo te mirará si vas vestida de forma ... tan poco usual".
"El baño ya está listo". Alex no se había dado cuenta de que Elrohir había desaparecido por una habitación contigua.
"Si necesitas ayuda con el baño podemos llamar a un criada ..."
"No será necesario, podré sola". Respondió mientras se incorporaba de la cama y se dirigía hacia el baño. "En diez minutos estaré lista".
"¿Una mujer que tarda diez minutos en arreglarse?" . Elladan parecía cada vez más divertido. "¿No querrás decir una hora? Hmm ¿mínimo?
"Lo que tu digas". Alex desapreció por la puerta del baño llevándose el vestido con ella. Porque no tenías ganas de discutir que si no la iban a saber quien era ella. En menos de diez minutos salió del baño más limpia que una patena y con el vestido puesto. Asombrosamente le sentaba como un guante. Ni siquiera se había molestado en recogerse el pelo después de cepillárselo. Los hermanos parecían asombrados de verla ya preparada. "¿Ya estamos listos?". Elladan le dirigió una encantadora sonrisa mientras le tendía un brazo.
"Mi dama está simplemente maravillosa esta noche". Alex cogió el brazo que le tendía.
"Apoyo el juicio de mi hermano". Elrohir le tendió el otro brazo y Alex lo aceptó.
"Porque no tengo ganas de discutir esta noche que si no ...". Alex suspiró mientras se dejaba guiar por sus escoltas por los pasillos, impaciente por llegar a la cena y ponerse como una cerda.
Poco sabía de lo que encontraría en esa cena y que entrando en la sala en la que se celebraba el retorno del rey de Gondor, sellaría su destino para siempre.
Andraya TheLat: hmm creo que ya solucione lo de los rewies (No sabía exactamente lo que eran), bueno espero.Si yo nací con cuatro pies ya lo decia mi iaia. xD
firts-ayanami: lo de que escribo bien es discutible, pero gracias por el cumplido sonrojo.
GHiKi: estoy intentando que sea intrigante, se aceptan hipótesis, ;)
Voldie on Varsity Track: Thanks for your caring words. I know it's difficult to write in other language and you should be proud of yourself for doing so well. Keep writing in Spanish!
