Petunia Dursley miraba una película en la tele a color del salón. Vernon estaba en el trabajo y el pequeño Dursley... bueno, tampoco le importaba mucho. Seguro que estaba en alguna parte.
Este cambio de pensar tan radical que tenía Petunia sobre su hijo se debía a lo que tenía delante de los ojos. En la película que estaban echando salía el jovencito más hermoso que había visto en todo su vida. Era apuesto, elegante, y sentía un gran desprecio hacia los imbéciles. Era todo lo que Petunia quería. Le había escrito muchas veces, como fan suya número uno, y le había hablado sobre infinidad de cosas, desde su familia hasta... ese ser inmundo que era el sobrino suyo.
Aunque sus cartas nunca habían sido contestadas, tenía un carnet del club de fans en el que ella era el número 7597... lo que significaba que era superior a las fans 7598, 7599... etc.
Petunia miró los ojos plateados de su ídolo.
Ah, ojalá te tuviera de verdad ante mí...
Petunia se mordió los labios. Lo que haría si le tuviera en ese momento...
DING-DONG
El timbre de la puerta sonó.
Petunia no se molestó ni en mirar.
DING-DONG
Petunia suspiró de emoción. Le encantaba esa escena.
¡ DING-DONG¡ DING-DONG!
Petunia frunció un poco el entrecejo.
¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG¡ DING-DONG!
Petunia se puso de mala leche, pero no se movió del sillón.
El timbre siguió sonando.
Al parecer, el vendedor pretendía ser más persistente en llamar que ella en ver su película.
Al final Petunia se levantó furiosa. En dos zancadas abrió la puerta y se asomó gritando al hombre que no quería nada.
Draco Malfoy alzó una ceja.
Petunia Dursley cerró la boca.
Draco esbazó una sonrisa forzada.
Petunia se desmayó.
Draco miró el fardo ( la mujer ) en el suelo que tenía delante de él.
La ceja se le iba levantando.
Miró a su alrededor y constató que no había nadie.
Miró a la mujer.
Entró pasando por la puerta y la empujó suavemente... con el pie, hasta el salón. Después se limpió el pie (bota) con un pañuelo. Y esperó a que despertara...
Le tiró un vaso de agua en la cara.
Petunia despertó y miró sorprendida a su ídolo.
¿Draco Malfoy¿aquí¡¿en mi casa!
Draco suspiró y asintió. Cruzó los brazos y esperó impaciente a que comenzase el interrogatorio.
Petunia le preguntó de todo. Y todo es TODO. Basta decir que le preguntó cosas "normales".
Al principio.
Cuando se tomó confianza con él le preguntó qué marca de calzoncillos usaba – Calvin Klein, por supuesto- y que si todas las actrices que salían en las películas tenían silicona o eran de verdad.
Draco respondió TODAS y cada una de sus preguntas con una sonrisa. Pero, entonces, agotadas las preguntas, Petunia empezó a insinuársele – "esto es lo que pasa con los fans", " No hay que acercarse a ellos", " y menos si son mujeres"... "muggles o magas" Draco pensaba esto y también pensaba que estaba empezando a hartarse y que si tuviera su varita, habría terminado de convertir la cara de esa mujer en caballo. Así que él comenzó su interrogatorio.
Ahá, así que ese horrible sobrino suyo ya no vive aquí...- Draco estaba un poco desilusionado.
Petunia le había contado todo sobre su familia y su "horrible" sobrino.
Le prepararé un té- la mujer se levantó y fue a la cocina a por una taza. Draco se fijó en ese momento en la alacena de debajo de la escalera. Estaba abierta y vacía.
Petunia le contó que el "horrible" sobrino dormía ahí antes... pero luego tuvieron que dejarle un cuarto porque se había vuelto demasiado grande. Y se rió histérica.
Draco sonrió con malicia.
Pero cuando Petunia se dio la vuelta perdió su sonrisa y la miró impasible.
Se levantó del sillón y fue hacia la alacena. Tocó la puerta y miró el interior.
Él no podría estar ahí ni diez minutos... y Harry había estado dentro once años...
Su odio contra los muggles creció de repente. Su odio contra esa mujer, contra esa familia. ¿cómo podía llamarles familia? Y deseó una vez más tener su varita. La sangre de mortífago pedía sangre.
Miró a la mujer. No era muy fuerte, podría matarla aún sin varita. Dio un paso hacia la cocina...
NO.
Draco cerró los ojos. No podía hacer eso. Sería asesinar.
¿Acaso no has asesinado ya?
Eso fue en defensa propia.
Será defensa ajena.
Da igual, no voy a matar a nadie más.
¿Ni siquiera a una asquerosa muggle?
NO
¿Ni para vengar a Harry de esos años?
Draco dudó. Su conciencia de mortífago quería imponerse.
No.
No he acabado en Azcaban.
No acabaré en una prisión muggle.
Draco miró la alacena por última vez y recordó a Harry.
Las cadenas.
La oscuridad.
Recordó al chico suplicando, pero no por su vida, sino por la de Draco.
"Aún estás a tiempo"
Con esos ojos tan brillantes.
" Tú puedes elegir, Draco"
Draco, Draco...
El rubio sacudió la cabeza y entró en la cocina.
Al cabo de media hora la señora Dursley le había contado que Harry se había mudado hacía un año, pero que no sabía dónde. Eso sí, sabía que pasaba mucho tiempo con un amigo, Weasel, creía que se llamaba. Según ella seguro que no eran de fiar. ¿Qué¿Dónde vivirían? En el campo.
Draco siguió hasta dar con la dirección casi exacta.
Todo eso si tener que amenazarla ni nada.
Simplemente, acercándose mucho a ella.
Qué asco.
Y gracias a los esfuerzos de Super Snape-White, al fin tenemos el tercer y cuarto capitulo aqui subido. Muchas gracias my friend, soy muy feliz. Que duermas bien.
