Advertencia: el monologo de draco e smuy largo, peor como queriais saber lo que pasó..pues hala, a leer... XD

¡Harry Potter!- los chillidos de la gente en el Gran Comedor llegaron hasta el despacho de Dumbledore.

Draco estaba sentado en una silla, pálido.

Dumbledore, McGonagall y Snape estaban también. La profesora y Snape discutían acaloradamente sobre el incidente con Sid. Dumbledore miraba preocupado a Draco. Éste, se había quedado petrificado en el Gran Comedor y le habían tenido que transportar mágicamente a la enfermería, no decía ni una palabra.

Y entonces entraron en el despacho.

Harry, Hermione y Ron.

Draco abrió sus ojos como platos. ¿qué más le podía pasar?

Su respuesta llegó casi al instante.

Blaise Zabini entró en el despacho y cerró la puerta.

La cara de Draco era de puro asombro. ¿qué hacía Blaise allí?

Entonces Blaise le miró. Su mirada era indescifrable. Seguramente, al igual que Harry, Hermione y Ron, estaría al corriente de todo lo acontecido con Draco hasta ese momento.

La profesora McGonagall y Dumbledore saludaban a los cuatro con efusión. Snape no hacía nada, simplemente miraba.

Draco se sentía mal. Le daba vueltas la cabeza. Ver allí a Blaise, junto a Harry le había trastornado. Blaise había estado con Draco desde que Voldemort subió al poder. Pero después los había traicionado. No por defender a Harry, como había hecho Draco, sino por pura cobardía y había delatado su posición al ministerio de la magia. Fudge, por supuesto, le había dejado libre.

Draco sabía que Blaise era peligroso.

Muy peligroso.

Por la conversación que estaba teniendo con McGonagall, Draco supo que Blaise era auror también, y lo que era peor, era el compañero de Harry.
Draco no lo soportaba más. Se levantó del asiento y salió del despacho. Dumbledore le intentó retener llamándole por su nombre.

me encuentro mal-dijo Draco.

Y salió.

Ya era de noche. Draco estaba agotado en una ventana de la torre de astronomía. Miraba las estrellas. A veces eso le calmaba. La noche estaba tranquila y fresca y los sucesos del día estaban lejanos. Era el momento de poner claras sus ideas.

Él había ido hasta allí para hablar con Harry.

Y eso es lo que iba a hacer.

La puerta de la torre se abrió.

Draco ni siquiera miró.

Blaise cerró la puerta tras de sí y se acercó a la ventana. Se apoyó en el marco opuesto a Draco.

Silencio.

Blaise miraba a Draco. Draco miraba las estrellas. La luz de la luna resplandecía en sus ojos y en su cara. Sus cabellos brillaban.

Parecía un ángel de la noche.

Draco desvió la mirada y fijó sus ojos en los de Blaise, impasible. Estuvieron un rato así, hasta que Blaise cambió la mirada y observó el paisaje.

¿todavía me odias?- Draco no respondió. Ese silencio pareció envalentonar a Zabini, que habló como si él fuese todo un héroe, como si de verdad tuviese razón. Pero sus palabras hirientes, lejos de mermar el ánimo de Draco, le devolvieron el orgullo perdido y su valor.

no entiendo por qué has vuelto, Draco. Tú. Tú que eras el mortífago más temido después de tu padre. Tú ibas a heredar la fama. Tú eras el que más odiaba a los muggles y los sangre sucia, más que todos nosotros. Tú fuiste el que me llamó cobarde, el que ordenó que me persiguieran cuando pasé al otro bando. Tú que odiabas a Potter más que a nada en el mundo...y de repente vas y lo salvas. ¿y tú me llamaste cobarde a mí¿tú, traidor¿tú que ayudaste al enemigo ¿quién es el traidor aquí? Y mírate ahora...sin magia, sin fama, viviendo solo en esa mansión muerta, divirtiendo a los muggles con tu patética cara impasible... y al final acabas pasándote al bando de los "buenos" y siendo un profesor de "Pociones", degenerado, que por si fuera poco es todavía virgen. Tanto que incluso los unicornios, que sólo se acercan a las muchachas, se te pegan como sementales en celo- Blaise sonrió malignamente-. Al final el que mejor ha salido he sido yo. Y no me arrepiento de haberos dejado. Yo hice lo correcto. En su momento. Yo no soy un cobarde. El cobarde eres tú, que, en el último momento, temiste no poder cumplir los deseos del Lord y huiste con tu enemigo. ¡Ja! Ni siquiera mereces llevar el apellido Malfoy.

Draco no había abierto la boca en todo ese rato.

Se había limitado a mirar a las estrellas impasible.

Y detrás de la puerta, sin ningún ruido, "nada" escuchaba la conversación. "Nada" estaba escuchando. Esa "nada" era una capa invisible debajo de la que estaban Harry, Ron y Hermione, que como en los viejos tiempos, habían decidido hacer una incursión nocturna por el castillo.

Harry estaba asustado. No sabía que Blaise fuese así. Era su compañero y se había portado muy bien con él en esos dos años. Se había retractado y era... su amigo. Al parecer no le había mostrado su lado oscuro... pero lo que más le inquietaba era Malfoy. Normalmente no se dejaría intimidar. ¿Por qué se callaba? Blaise no tenía razón y Harry lo sabía. Sólo Draco y él conocían por qué había pasado... lo que había pasado... por qué Draco estaba libre ahora... cuando Harry oyó que había perdido sus poderes su corazón se comprimió. Si hubiera estado con Draco... si hubiera estado junto a él , aunque fuese por poco tiempo hasta que se hubiese hecho a la vida muggle, a lo mejor no habría perdido la magia. Harry sabía cómo debía de sentirse Draco sin magia, lo duro que resultaría. Y más que nada sabía lo que era, sentirse solo. Por eso en ese momento odiaba a Blaise por decir esas cosas. Y si Draco no respondía, lo haría él.

Entraría por la puerta y se plantaría en la habitación sin dar explicaciones.

Pero eso no fue necesario.

Draco por fin habló.

Y en su voz no había odio.

Era la voz más dulce y sincera que hubiesen oído nunca.

Mantenía el tono de total indiferencia hacia lo que Blaise le había dicho.

Sus palabras eran firmes y claras. Dejarían a Blaise totalmente desarmado.

Draco suspiró y se miró los dedos. Luego miró a Blaise.

Y levantó una ceja.

¿Has terminado?

Blaise parpadeó. Meditó unos instantes y luego asintió con la cabeza.

Draco sonrió y su voz, un susurro, silbó.

Blaise, Blaise, mi querido Blaise... Dices que el cobarde soy yo, que soy un traidor, que me merezco lo que me pase...-tomó aire- que soy un... ¿pervertido? Que soy virgen, que estoy fracasado, solo y sin magia. En resumen, que estoy completamente derrotado y debería darme vergüenza hasta aparecer en público... ¿es eso¿eso es todo lo que se te ocurre decirme¿esa mierda es lo único que sabes soltarme? Oh, Blaise, si esperabas que con eso me echara a llorar o que pataleara de rabia, no lo has conseguido.
Francamente, me importa una mierda lo que tú pienses. Eso lo primero. Además, no siquiera debería estar perdiendo tiempo ni saliva con un cobarde como tú. Porque sí, Blaise, tú eres el cobarde. Tú eres el cobarde y el traidor. Porque, a pesar de que has logrado encontrar a Harry y a Fudge, incluso te has logrado engañar a ti mismo, a mí, Blaise, no puedes engañarme. Tú eres un mortífago. Aunque intentes negarlo mil veces, aunque te retractes otras cuantas, aunque des todos y cada uno de los nombres de los seguidores de Voldemort y te dejen libre, tú, Blaise, no podrás dejar de ser lo que eres. Sí, no me mires así. Tú eres lo que eres, como yo. Pero a diferencia de ti, yo no oculto mi marca. ¿cómo decirlo? Yo llevo la careta por fuera, al igual que mi padre, al igual que Voldemort... oh, vamos¿aún tiembla al oírlo? Normal... a los cobardes les pasa eso.
En fin. Tú has dicho que yo, un Malfoy, no merezco llevar mi apellido, que yo me acobardé y huí...con Harry. Qué poético. Permíteme contarte algo, Blaise. Yo no huí. Al contrario que tú yo me enfrenté a mis miedos. Y mientras tú les contabas a los del ministerio dónde estábamos nosotros y Voldemort, que por cierto, no servía de nada, yo estaba salvando a Harry. Sí. Mírame a los ojos cuando te hablo. Yo salvé a Harry Potter. Y no me arrepiento de ello. Es más, estoy orgulloso de haberlo salvado. Y no pienses que lo salvé, como tú, para que todos lo supieran y me condecoraran agradeciéndomelo. Yo no dije nada, Blaise. A mí me importaba una mierda lo que dijera el mismísimo ministerio de la magia de mí. Es más, estuve dispuesto a ir a azkaban. Y si no fui fue gracias a Harry. ¿y tú me llamas cobarde¿cómo osas dirigirme la palabra? Si no fuera por mí, ese chico ahora sería un cadáver atado a unas cadenas. Si no fuera por mí, tú estarías en azkaban. ¿o creías que estarías aquí si Harry hubiera muerto? No. Habrías corrido lo misma suerte que los demás. Así que no te las des de héroe ahora.
Ya sé lo que estás pensando, que ahora parezco yo el héroe. Pero no lo soy. Si bien no me importa haber salvado a Harry o haber sido mortífago, sí que me importan otras cosas. Como por ejemplo haber ayudado al loco de Voldemort. Oh, sacrilegio, cierra esa boca de sorpresa. Voldemort estaba loco y tú lo sabes. Las profecías no se cumplen si no les das pie a ello... y de la otra cosa de la que no me enorgullezco y por la que estaba dispuesto a ir a Azkaban fue... ¿te acuerdas de algunos mortífagos que murieron¿mi padre entre ellos? Pues bien, Blaise, te contaré un pequeño secreto: yo maté a mi padre. ¿qué te ocurre¿crees que lo desencadené y punto? No, Blaise, no. Como ya te he dicho, tuve que enfrentarme a mis propios miedos. Él y no Voldemort era mi mayor miedo. Pero tenía que elegir entre Lucius Malfoy o Harry Potter. Una era de tinieblas una era de esperanza. Escogí lo segundo. No me preguntes por qué, ni yo mismo lo sé. Es por algo que me dijo Harry, pero a ti no te lo voy a contar... en fin, supongo que con esto tu curiosidad ya estará satisfecha. Ahora si quieres puedes ir y decirle a Fudge lo que te he contado, ya que te has convertido en su nuevo perrito faldero...
¡ah, se me olvidaba! Sí, soy virgen aunque tenga 20 años. El otro día me dieron mi primer beso y al llegar aquí un unicornio se encaprichó conmigo. ¿y? Si una criatura tan bella es capaz de confundirme con una bonita doncella virgen es que... soy más guapo de lo que creía, así que no me extraña nada que esos estúpidos muggles, como tú dices, y también algunos magos, estén tan pendientes de mí ahora. En cuanto a lo "degenerado"... pues la verdad, no me importa que me bese un chico, una chica, un unicornio o una oveja. Es más, significa, como ya he dicho, que soy hermoso en todos los sentidos. Y eso, Blaise, es algo que nunca podrás conseguir. Eres demasiado feo. Tanto por fuera como por dentro. Y si me disculpas, tengo que irme. Ya he perdido un tiempo precioso contigo.

Draco salió por la puerta sin reparar en los tres invisibles. Cuando sus pasos se perdieron en la lejanía, Blaise también salió, tambaleándose.

Cuando éste también desapareció, los tres chicos se miraron y bajaron las escaleras despacio.

La habitación en la torre quedó vacía.

O eso parecía a simple vista.

La luna alumbraba tan sólo una parte de la estancia, por lo que otras partes estaban en la más absoluta oscuridad. Una oscuridad en la que no se podía ver. Había alguien allí. Un ruido extraño, como el de un "clic", rompió el silencio de la habitación.

Sid le dio al botón de "stop" y la grabadora del walkman, dejó de grabar. Su mirada estaba pensativa. Las piezas del rompecabezas empezaban a encajar. Respiró hondo y se puso el walkman. Ah, le encantaba Bon Jovi. Con la canción de "Broken Heart" bajó las escaleras de la torre.

y al fin, como todos esperabais sale harry. Poco, pero sale...jejejjejeje chao.