Lo que antes había sido Sid, un muchacho de cabello largo y negro con los ojos azules, ahora era una muchacha de pelo cortado por el cuello, ondulado castaño y rubio y los ojos esmeraldas.

Todos los presentes se acercaron un poco para mirarla.

Fudge lanzó una mirada de temor a Draco y a la chica.

¿Has dicho… Riddle?

Los murmullos del comedor aumentaron.

Snape y McGonagall bajaron a ayudar ala chica a levantarse y de paso agarrarla por si escapaba. Fiduccia parpadeaba y se tambaleaba. Al final enfocó la vista y miró a Draco. Éste pensaba que la Riddle respondería con furia, chillando y amenazando, pero él estaba preparado para responder con su orgullo Malfoy.

Pero Fiduccia sonrió.

Hola Draco.- miró aun sonriente a los demás profesore…y a Harry. Cuando éste hizo contacto visual, pegó un brinco. Eran sus ojos. Idénticos a los de Lily…

Al final Fiduccia miró a los dos profesores que tenía a los lados. Primero a Minerva y luego a Snape…

¡SEEEEEEEEEEEEEEEEEVVVV!- chilló con alegría. Y sus labios se lanzaron a por los del profesor, quien se calló de culo por el beso y hulló hasta la mesa de los profesores.

Aún parpadeando miró con horror a la chica. Los recuerdos, los malos recuerdos que había dejado en el pensadero, no se habían borrado del todo. Recordaba fragmentos, voces… y esa voz la reconoció al instante.

No puede ser…- empezó. Pero Funge se le adelantó.

Minerva, el antebrazo, mira si tiene la marca.

McGonagall subió las mangas de la túnica de la chica, que no opuso resistencia y miraba sonriente a Severus. No tenía ninguna marca en los antebrazos.

Fudge suspiró. Al parecer había sido una falsa alarma. Si Voldemort tuviese descendencia, de seguro que la hubiese marcado….

Fudge.- Severus se levantó. Ahora lo recordaba con claridad.- Draco dice la verdad. La chica es Fiduccia Riddle y es hija de Voldemort.

Fudge se puso pálido.

Pero…. eso es imposible y además no tiene la marca, no hay pruebas…

Me llamo Fiduccia Riddle.- dijo sonriente la chica.

Snape la apuntó con la varita, al torso.

Desvisttio.

La parte de arriba d ela túnica se bajó de un tirón. La chica no tenía ropa interior…pero sí una cicatriz. Algunos profesores se taparon los ojos con pudor. Dumbledore y Fudge mirraon escandalizados a Snape. Estaban a punto de gritarle cuando escucharon los gritos de los alumnos de las mesas que estabn tras Fiduccia.

Minerva, dale la vuelta.- Snape hizo un gesto con la mano. McGonagall puso a la chica de espaldas…y la soltó de la impresión.

Una calavera negra y verde, con una serpiente, estaba tatuada por toda la espalda de la muchacha.

Por Merlín…- Dumbledore bajó lentamente de la mesa de los profesores.

Draco estaba sorprendido. Había llegado a odiar a la chica por lo del beso y su procedencia misma, pero al ver eso… recordó el dolor que había sufrido él cuando le pusieron la marca…no quería ni pensar en lo que le habría dolido a ella, por toda la espalda…

Dumbledore, con un movimiento de varita, la vistió y se acercó a ella.

¿Cuántos años tienes, joven?

Fiduccia le miró. El viejo le caía simpático. Sonrió.

Veintidós. ¿Quién es ese que no deja de gritar?

Cornelius Fudge, del Ministerio de Magia. Dime¿por qué te transformaste en otro chico para entrar en Hogwarts¿Temías que te descubrieran?

Tenía que ser alguien que fuera más joven. Y no. Estoy aquí por Draco, ya te lo dije.

Sonrió al rubio, que se puso rojo.

Además- continuó.- No habría podido entrar así. Yo soy muggle, no tengo magia.Y quería saber cómo era esto…

Dumbledore no dijo nada, pero escrutó la sala con los ojos hasta posarlos en Harry. Observó de nueva a la chica.

¿Sabes quién es ese chico?

Harry Potter.- respondió ella sin quitar la sonrisa.

Harry se sobresaltó.

Las puertas de Hogwarts estallaron.

Los mortífagos entraron.

¡Todos a las salas comunes¡YA!

Los alumnos obedecieron a Dumbledore y salieron disparados en todas las direcciones.

Draco cogió a Fiduccia y se la llevó hacia Slytrherin, mientras, los profesores sacaban las varitas y se ponían en frente de la puerta. Algunos alumnos y prefectos se les unían.

Caos. Esa era una buena palabra para definirlo. Los mortífagos habían entrado.

Cuando Draco llegó a su salacomún, se sorprendió. No sólo había Slytherins, sino también Gryffindros, Hufflepufs, Ravenclaws. Draco no hizo comentarios, simplemente dio órdenes.

¡Todos lejos de las puertas¡Varitas en la mano¡Lanzad hechizos de desarme y aturdimeineto, nada de maldiciones¡Son demasiado peligrosas¡Los que no sepan lanzar hechizos que pregunten a los demás!

Obedecieron.

El rubio miró a Fiduccia. Esta observaba con ilusión todo lo que pasaba. Draco pensaba que algo no encajaba.

Draco.

Se dio la vuelta para ver quién le llamaba.

Harry.

El moreno los miró a él y a la chica. Después señaló un rincón de la mazmorra que estaba vacío. Fueron.
¿Qué ocurre¿Por qué todas las casas están aquí? Dumblesore les dijo que se fueran a las salas comunes…- Draco le preguntó nada más llegar al sitio.

Las salas comunes están cerradas. Los habitantes d elos cuadros no están. No sabemos qué pasa. De todas formas Slytherin es el último sitio en el que buscarán.

Bien….de acuerdo. Oye, no puedo usar magia, pero tú sí. ¿Te acuerdas de lo que hiciste en quinto¿Lo de las clases de defensa? Pues haz lo mismo con estos.

Pero la chica…- Harry parecía molesto.Miraba a Fiduccia con desconfianza.

Tú haz lo que te digo, a la chica la vigilo yo.

Harry obedeció y se dirigió al grupo de alumnos. Se hizo un hechizo de sonorus y empezó a explicar lo que harían.

En unos minutos todos los alumnos estaban en filas, ejecutando los movimientos y palabras de Harry. Era un héroe entre todos y no dudaron en escucharle cuando s elo pidió.

Todos podían oír los ruidos del piso de arriba, aunque estuviesen en las mazmorras. Las explosiones se continuaban.

Draco miraba satisfecho los progresos. Al final volvió al sitio donde habia estado hablando con Harry y se encaró con Fiduccia.

Muy bien. Ahora me vas a contar todo. ¿De acuerdo?

No.

… ¿por favor?

…mmmhh…depende…

¿De qué?

De si me das un beso….

Draco la miró con odio. Pero no tenía magia y ella era demasiado lista. Se lo dio.

Y…de si me cuentas cómo supiste que era yo.

Draco sonrió con arrogancia.

No debiste aberme besado la primera vez. El primer beso nunca se olvida… y los tuyos, ya fueran de Fiduccia o Sid, eran iguales. Además llamé a mi agente. La película en la que salimos nos e estrena hasta dentro de un mes. No podías haber sabido dibujar a la chica. No la habías visto aún.

Ohhhhhh…mi chiquitínnnnn..eres más listo de lo que pensaba.

Por supuesto. Ahora….¿eres hija de Voldemort?

Soy hija de Tom Riddle. Pero sí, supongo que es al que llamais Voldemort. Seguro que s epuso un nombre asi alguna vez…era tan hortera…

Draco abrió los ojos. Joder con la niña de papá.

Bueno, entonces tú has llamado a los mortífagos para que atacaran Hogwarts y…

No.

¿No qué¿Que no atacaran Hogwarts?

No.

… ¿no qué?

Yo no he llamado a nadie.

En ese momento todo estaba en silencio.

Las explosiones abían cesado y los alumnos se miraban unos a otros sin decir palabra.

El rubio sacudió la cabeza y cogió a Fiduccia del brazo para llevarla hasta los sillones de Slytherin. Allí se sentaron. Draco esperó hasta que la gente se arremolinaba junto a ellos. Harry también los había visto y se acomodó en el sofá de enfrente.

¿Has dicho que tú no los llamaste?

Ahá.

¿Y entonces por qué están aquí?

Y yo qué se. No se ni quienes son. He psado toda mi infancia en un orfanato, no conozco nada de esto, ni se quienes son esos que acaban de entrar.

No me creo nada de eso, pero en fin. Entonces ¿por qué están aquí?

Supongo que, de todas formas, han venido a mi.

… pero eso es imposible…¿por qué?

Tú lo sabes.

Draco frunció el ceño.

La marca tenebrosa.- Harry habló con voz calmada. Draco lo miró. El moreno y Fiduccia se estaban mirando…quizá midiendose.

Exacto.

Si no te importa, yo también te quiero preguntar algo…

Fiduccia sonrió a Harry. Pero éste permanecía serio. Draco los observaba sin saber qué decir.

Fui yo quien mató a Voldemort. Estuve allí. Y de entre todos los mortífagos no recuerdo haberte visto nunca. ¿Por qué?

Draco abrió los ojos. Eso era muy fuerte. Decirle a alguien que habías matado a su padre y acusarla de asesina…. No era lo que solía hacer Potter…

Pero Fiduccia siguió sonriendo.

Anda…. Así que tú eres quien le mató. Vaya…debí habérmelo figurado..si..esto del destino…muy propio…en fin. Nunca me has visto con los mortífagos…porque nunca he estado allí.

Pero eres la hija de Voldemort.

Sí.

Creí que…

Que era un ser odioso igualmente de despiadado que mi padre…

Bueno…sí…

¿Has visto bien mi espalda¿Crees que me hice esto por gusto?

Fiduccia lanzó una carcajada.

Después otra vez en silencio.

Draco se levantó.

Los ruidos han parado. Vayamos a ver.

Se levantaron y lo siguieron.

Harry andaba por los pasillos pensativo. ¿Fiduccia era buena o mala? Era la hija de Voldemort, pero por lo que había contado…. ¿y por qué tenía sus ojos?

por fin. Ahora si, siento las faltas, es que ya tengo el cuaderno yo, jejejejeeje, queria actualizar d euna vez. Hala, hasta otra.