Buscándome
Por: Andy Yogima
Capítulo 5. Una rosa roja
Frente al edificio que resguardaba al hospital San Mungo de la vista de los muggles, Harry y Draco intercambiaban fuertes miradas de odio, siendo la primera vez que se encontraban desde hacia más de cuatro años, era como si el tiempo no hubiese pasado y seguían odiándose, tal vez con mayor fuerza que antes.
-¿Qué demonios haces aquí, Malfoy? –escupió lleno de furia.
-Es un lugar público –dijo arrogante- y no te importa –siseo secamente.
-¿Tú le diste está porquería a Hermione? –bufo arrojándole el broche que Draco capturo en el aire.
-Eso tampoco te importa.
-Te lo advierto, Malfoy –amenazo apuntándolo con el dedo- y será la única vez: aléjate de Hermione.
-Lo haré cuando ella me lo pida –dijo tranquilamente cruzando los brazos de manera elegante- ¿por qué te preocupas tanto? ¿Acaso ella te gusta? –mofo arqueando la ceja.
Resoplando, Harry se marcho del lugar aún furioso pero sabiendo que de quedarse un segundo más armaría un escándalo y no sería capaz de contenerse para golpear a Malfoy. Tan furioso que olvido por completo el motivo que lo había llevado ahí. Draco permaneció frente al edificio hasta que perdió de vista al moreno, miro el broche. Resignado abandono su decisión de hablar con Hermione, volvió a la mansión a paso lánguido sintiéndose más vacío que cuando derroto a Voldemort.
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Sin saber a donde ir y sin deseos de llegar al hospital, Hermione fingió estar enferma ante el personal de San Mungo para no presentarse. Termino volviendo al lugar de la exposición, donde encontró a Megan quien gentilmente la invito a tomar un café. Ya más tranquila, le comento a grandes rasgos su situación con Draco. Era extraño, pero aquella chica le hizo sentirse en confianza para desahogarse. Aunado a que vivía con hombres y no le agradaba mucho el personal del hospital.
-¡Wow!, eso parece una telenovela –comento Megan medio en broma, medio en serio- yo en tu lugar… aceptaría los regalos –recibió una mirada molesta por toda respuesta- era broma –bebió un trago de su té- pero, ¿qué piensas hacer?
-No lo sé –musito girando la cuchara dentro de su taza- no puedo darme el lujo de enamorarme de alguien como Malfoy.
-No sé mucho de los Malfoy. Solo que son exageradamente ricos y engreídos.
-¿Qué harías en mi lugar? –preguntó inconcientemente.
-Ir de compras.
-¿Qué? –levanto la vista sintiéndose como si acabara de despertar.
-¡Vamos! Eso es lo que necesitas –chillo poniéndose de pie obligando a Hermione a hacer lo mismo- despejar tu mente y divertirte.
Hermione no estaba muy de acuerdo, no tenía humor para ese tipo de cosas pero tenía que darle la razón a Megan: necesitaba distraerse. Le estaba dando muchas vueltas al asunto y mortificándose con ridículas especulaciones que podrían responder su problema, pero eso de nada servía y entre menos lo pensara sería lo mejor. Con una sencilla sonrisa se decidió por acompañar a la chica Thers en su 'loca' idea.
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-¿Madre?
Draco llegó a la alcoba de sus progenitores, para su suerte, hallo a Narcissa de pie frente al librero. Respingo nerviosa. Draco se acerco a paso lento, lo que no visualizo fue cuando la mujer acomodo un grueso libro entre los demás murmurando 'Evanesco' hacia el ejemplar. Antes que el rubio llegara a su lado, giro mostrándose tranquila. Años de práctica conviviendo con un el mayor de los Malfoy había logrado de esa cualidad una costumbre.
-Llegas temprano –observo, alejándose del mueble. La tranquilidad de su hijo fue bruscamente transformada en incertidumbre.
-Creo que lo arruine todo –murmuro recargándose en uno de los postes que rodeaban la cama de Narcissa, quien supo de inmediato que su hijo se refería a Hermione- ¿dónde está Lucius? –cuestiono esperando que el hombre se encontrara ausente. Normalmente se relacionaba más con su madre, sobre todo con ese tipo de situaciones.
-Acaba de llegar, junto con Estefany –hablo no muy contenta.
-¿Mybel? –Narcissa asintió- creí que me libraría de esa loca.
-¿Ella tiene algo que ver con Granger?
-No. Espero que no.
Se dejo caer pesadamente en la cama comenzando su relato. Sin interrupciones por parte de Narcissa que seguía de pie frente a la ventana, explico lo que había sucedido. Concluyendo con una frase que le propino una sonrisa de ternura en el rostro de su madre, producto no solo del relato sino de la forma como su hijo se expresaba de la chica en cuestión y aquel brillo intenso que se formaba en sus ojos. Algo que jamás había mostrado.
-Me enamore de ella –murmuro sujetándose la cabeza, en un gesto desesperado.
-Ya lo veía venir –sonrío impasible.
-¿Qué? –levanto la vista- ¿cómo puedes estar tan tranquila? –reclamo poniéndose de pie- ¡se supone que debería preocuparme por obtener el poder de Potter!
-Eso no parece ser tu prioridad.
-Y no lo es –susurro, volvió a sentarse- esto no debería estar pasando. Soy un Malfoy, y… y…
-¿Eso te quita lo humano? –pidió sentándose a su lado.
-Eso dijo Lucius.
-Tu padre…
-No hablemos de él –pidió cansadamente, un suave gesto de molestia al escuchar el título "padre".
-Bien, entonces pensemos en tu problema –sonrió cariñosamente- debes hablar con ella.
-¿Y qué se supone que le diré?
-Para empezar…
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Luego de una entretenida tarde de compras, cine y música en compañía de Megan, Hermione volvió a casa cerca de las ocho encontrando a un Harry con el semblante serio, instalado en la sala. Con una mirada, el ojiverde le indico que se acercara. Algo inquieta, Hermione dejo su abrigo y las bolsas que cargaba en un sillón, sentándose frente a Harry.
-¿Hace cuanto sales con Malfoy? –preguntó sin rodeos.
Hermione, que no esperaba la pregunta optó por reacomodarse innecesariamente en su asiento. Bajo la mirada sintiéndose nerviosa. Tenía mil preguntas que hacerle a Harry. ¿Cómo se había enterado? ¿Acaso hablo con Draco? ¿Qué más sabía? Pero era un hecho que si le daba vueltas al asunto, Harry se molestaría más de lo que mostraba.
-No mucho –mintió sin levantar la vista.
-¿Y puedo preguntar que haces con él?
-Eso es, algo complicado –lo miro haciendo exagerados ademanes: rió torpemente. Harry seguía impasible- no te preocupes, solo salimos un par de veces y no volverá a pasar –murmuro sintiéndose culpable.
-¿Qué fue lo que paso? –preguntó en un tono más amable levantándose de su asiento para ocupar el que estaba al lado de Hermione- ¿te lastimo?
-No. Harry, lo siento yo creí que él cambiaría. Se comportaba diferente, más humano. Él se burlo de mí, y yo caí en su juego.
-Es un Malfoy –dijo por toda respuesta.
-Creo que me olvide de eso –suspiro sonriendo con ironía- es que se comportaba tan diferente, no parecía el mismo. Pensé que podíamos ser amigos pero al final dijo tantas tonterías que me hizo enojar.
-¿Estás bien?
-Si –sonrío- pero ya que me haz sacado la verdad. ¿Cómo te enteraste?
-Sabes que no se me puede ocultar nada de está casa –devolvió la sonrisa contagiando su tranquilidad- digamos que por casualidad encontré el broche que Malfoy te regaló, y lo demás fue intuición.
-¿El broche?
-Debes ser más cuidadosa con lo que te regalen –Hermione lo miro confundida- ese broche era un localizador.
Sintió como la furia volvía a apoderarse de ella. Después de todo, Malfoy si estaba jugando. Buscaba llegar a ellos, y ella torpemente estuvo a un paso de delatar su guarida. Se odio a si misma por haber confiado, y odio todavía más a Draco. Sonrió con ironía mentalmente, ella comenzaba a creerse el cuento de que le gustaba.
-¿Estamos en peligro? –pregunto temerosa, dejando sus asuntos sentimentales de lado ante la sola idea.
-No, Malfoy fue bastante ingenuo. Esos localizadores no funcionan contra el fidelio.
-Lamento no haberte dicho nada.
-Tranquila –paso su cabello castaño tras la oreja- solo espero que no se vuelva a repetir –Hermione asintió- ¿con qué cara crees que le diría a Ron, cuando vuelva, que algo malo te paso? –bromeo logrando sacar una sonrisa a la chica.
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Una semana después octubre llegó dando paso a cambios drásticos de clima en que la mayor parte del tiempo predominaba el frío. Felizmente, Hermione había terminado su curso de enfermería en el hospital Kirsch y con ello había dejado de trabajar allí eligiendo San Mungo, donde gracias a su dedicación ahora se encontraba en período de prueba para recibir el título de medímaga.
Durante los últimos días ni ella ni Megan, con quien se había vuelto muy unida, habían visto a Malfoy. Megan se dedicaba a la fotografía, y cuando no trabajaban pasaban horas divirtiéndose en el Londres muggle. A pesar de la distracción que era el trabajo y las tardes en compañía de Megan, Hermione seguía dando vueltas al "asunto Malfoy". Así que para Thers no era extraño que en una conversación cualquiera, Hermione se perdiera en el infinito pensando en su "príncipe". Pese a lo que hubiera ocurrido, la castaña aún deseaba una explicación por parte de rubio aunque cada vez declinaba más por la opción de Megan: olvidarse de él y todo lo relacionado.
Entro a la oficina que se le había asignado con una pila de archivos entre sus brazos que debía revisar. En el escritorio encontró una enorme rosa roja encima de un sobre. Tranquilamente dio vuelta al mueble colocando los archivos a un lado para ocupar su asiento, sin dejar de mirar los presentes. Tomó el sobre y extrajo una hoja blanca… por ambos lados.
-¿Si te digo que todo es verdad, me permitirías hablar?
Nerviosa se puso de pie, tirando la silla con un giro brusco para encontrarse de frente al autor del mensaje. De nuevo, Draco, se acercó lentamente sin dejar de mirarla con ternura. Hermione retrocedió hasta chocar con la pared, miro a ambos lados y finalmente encaro al rubio.
-¿Qué haces aquí? –murmuro sintiéndolo peligrosamente cerca.
-Por favor, Hermione déjame explicar… -tomó sus manos entre las suyas tratando de captar su atención.
-¡Pero ¿qué quieres explicar?! –estallo soltando sus manos con una sacudida- ¡si todo está más que claro!
-Hermione, yo no estoy jugando contigo –la aprisionó entre su cuerpo y la pared captando toda su atención- lo que siento por ti es sincero y si antes me diste una oportunidad, me gustaría que volvieras a confiar en mí.
-¿Para qué? ¿Para qué ahora no me envíes un localizador sino un espía? Por favor, Malfoy, admite que todo es una treta para llegar a Harry o a mí –dijo peligrosamente suave- pero te advierto que si ese es tu plan, jamás vas a lograrlo. De mi cuenta corre –aprovechando el desconcierto del rubio, lo empujo bruscamente alejándose- y ahora si me disculpas, tengo una cita muy importante.
-¿Con quién? –estalló molesto- ¿Con el "grandioso" Pierre? –dijo escupiendo las palabras.
-No, no es con él. Y si tanto te importa, voy a ir a ver a una amiga –dijo fríamente tomando su bolso un segundo antes de abandonar la sala.
Su respuesta cayó como un balde de agua fría para el rubio. ¡Se había puesto celoso! ¡Y por el primate de Pierre! ¡Si él era mil veces mejor que el "medímago"! Tomó la rosa, con furia presiono el tallo hasta que sintió las espinas clavándose en su mano, la sangre no se hizo esperar.
-¿Por qué estoy haciendo esto? –soltó la flor dejando que la sangre cubriera su palma.
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-¡¡Hermione!! –chilló Megan al ver a la castaña- creí que me ibas a dejar plantada, ya te habías tardado bastante.
-Lo siento, tuve un contratiempo ¿Nos vamos? –sonrío.
-¿Mucho trabajo? –caminaban entre edificios buscando un restaurante de comida china.
-Algo… poco -corrigió- de hecho, Malfoy fue a verme.
-Ah, con razón estás tan callada… ¿Estás bien?
-Si, pero sigue diciendo tonterías –murmuro con la mirada perdida.
-Es decir, que sigue enamorado de ti –Hermione asintió inconscientemente- no lo sé, tal vez lo diga en serio –recibió una mirada de incredulidad alarmante.
-No digas barbaridades –chillo- mira ya llegamos. Con suerte te atragantas con los fideos.
-Ja, ja, si eso me sucede tu le corresponderás a Malfoy.
Entraron al establecimiento en medio de risas sin darse cuenta que alguien las seguía muy de cerca. Con una amplia y socarrona sonrisa, Jane salió del callejón donde se había ocultado para escuchar la conversación de las chicas.
-Está es información muy valiosa –murmuro bebiendo lo último de su soda de lata.
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-Hermione… Hermione… -tarareo Megan jugando con los palillos chinos- ¡¡Hermione, Malfoy acaba de entrar!!-chillo señalando detrás de la castaña.
-¿Qué? –se puso de pie, roja y nerviosa miro en todas direcciones encontrando frente a ella a su amiga riéndose disimuladamente- Megan –se sentó aparentando tranquilidad- ¿aprecias tu vida?
-Si –sonrió inocente- sobre todo porque mañana tengo un compromiso muy grande –puso un dedo en la barbilla mirando al techo.
-Bien, porque si no dejas de decir tonterías tendré que matarte –Megan rió a pleno pulmón ante la furiosa Hermione que termino contagiada por las carcajadas sinceras de la rubia.
-Ya en serio –sonrió Megan- ¿te gustaría ir conmigo mañana a una boda?
-¿Te vas a casar? –mofo poniendo atención a su comida.
-¡Ni loca! –dijo burlona- tengo que cubrir el evento.
-¿A qué hora?
-La fiesta comienza al medio día, pero me pidieron que fuera más temprano. Como a las ocho.
Un poco después de las siete, salieron del local separando sus caminos. Hermione caminaba a paso cansado con la mente muy lejos de su cuerpo. Respingo al sentir una ligera brisa acompañada de un haz que paso a su lado. Giro encontrando un sobre en el suelo. Viro buscando al responsable pero la calle estaba vacía por ambos lados. Tomó el sobre abriéndolo cuidadosamente.
"¿Puedes cubrir el sol con un dedo?"
Continuará…
Notas de la autora: OK, capítulo corto pero rápido Espero mantenerme a este ritmo, tuvimos de todo en este cap y una pelea más a la lista Hermione/Draco. Por cierto que esa lista puede llegar a limites inimaginables, ji, ji. Espero sus comentarios, quejas, sugerencias, etc., ya saben que siempre son de ayuda.
Ahora respondo reviews D
Icee Queen: Te agradezco la molestia que te tomaste para dejarme review en ambos capítulos ) Tranquila, mantente serena sino luego, ¿quién me va a dejar su opinión? Trato de mantener un ritmo constante de actualización, pero entre una cosa y otra siempre armo un desastre, ji, ji. Tú tranquila que yo sigo escribiendo. Gracias por tus comentarios, y si con el pasado capítulo te deje en la intriga espérate a ver lo que falta. Espero seguir viéndote por acá. Besos y cuídate P
Agradezco a los que me dejan review y a los que leen la historia, pero si no dejan review ¿qué están esperando? Gracias y cuídense.
Su amiga,
Andy Yogima.
