Buscándome
Por: Andy Yogima.
Capítulo 7. La Orden Allen
Ocho días después de la boda de Mary, Hermione volvió a su rutinario trabajo en San Mungo. Aquella semana había sido muy provechosa pero igualmente agotadora. Suspiro satisfecha meciéndose levemente en su silla, miro el escritorio. Una fotografía donde posaba Ron acompañado por su equipo de Quidditch, sosteniendo la copa del tercer lugar, todos sonrientes y haciéndose bromas entre ellos. Junto con la foto le había enviado una carta informando sobre su nuevo viaje: a España. De ello hacía más de una semana.
Volvió a la realidad consultando inconscientemente su reloj, ya era tarde, casi las seis y pronto podría irse. Arreglo su escritorio, recogió su abrigo y bolso pero antes de llegar a la puerta, ésta se abrió dando paso a una enfermera.
-Disculpe, doctora Granger. Hay un joven que la busca, dice que es importante.
Hermione se detuvo en seco, consternada, imaginando que Draco estaba afuera esperándola. No pudo evitar que un leve rubor coloreara sus mejillas pero rápidamente recordó que estaba molesta con el rubio y que se había prometido no volver a verlo.
-Dile que no puedo atenderlo, que voy de salida –dijo secamente volviendo a sentarse. Esperaría un poco antes de irse, no fuera a ser que la estuviera esperando.
No pasaron ni dos segundos cuando la puerta volvió a abrirse; está vez fue un chico de más o menos la misma edad de Hermione, quien entró, cerró la puerta y susurro unas palabras de espalda a ella. Al girar guardo su varita en el cinto, asustando a la chica que de un salto se puso en pie con su varita lista.
-Tranquila, no voy a hacerte daño –dijo serenamente. Sus facciones eran muy finas, arrogantes y algo frías pero sus ojos irradiaban una calidez que hacia entrever su personalidad: aunque se mostrara tosco, no era una mala persona. Hermione bajo lentamente su varita sin apartar la mirada del chico, que por alguna extraña razón le parecía muy interesante- tengo algo importante que decirte.
-Yo… ¿quién eres? –tartamudeo tratando de relajarse.
-Mi nombre es Leo –dijo cortésmente, haciendo un gesto con la mano para que se sentaran- ¿eres Hermione Granger, amiga de Harry Potter? –recitó más como una afirmación que como una pregunta, al tiempo que miraba una pequeña caja del tamaño de su mano.
-Si… -murmuro tratando de ver la caja. Como si Leo sintiera su mirada, automáticamente guardó el objeto.
-¿Tienes idea de cómo murió Voldemort? –de nuevo su mirada penetrante sobre Hermione le quito el habla, solo atino a negar con la cabeza- ¿Nada? ¿Ni quién lo mató? ¿Cómo? ¿Por qué? –Hermione negó repetidas veces con la súbita sensación de encogerse- ¿sabes donde se esconde Harry Potter? –aquello fue suficiente para que la castaña reactivara todos sus sentidos.
-No lo sé –dijo lo más firme que pudo.
-Es tu amigo –afirmo dando a entender que no le creía- ¿sabes que alguien quiere matarlo?
No respondió, bajó la mirada sintiéndose prisionera. Dumbledore les había informado que existía un gran peligro para Harry pero con el paso del tiempo ella había albergado la esperanza de que todo terminara bien. Ahora, el conocimiento de que no era así, le había producido un vacío en el pecho y un deseo desesperado por ver a Harry y cerciorarse que estaba bien.
-Mira, te voy a ser sincero: no estoy del lado de Dumbledore y su Orden pero tampoco apoyo a los mortífagos. Solo quiero matar al asesino de Voldemort, no porque lo haya matado. Mis razones son personales y me las reservo, pero necesito tu ayuda para saber lo que paso. No confías en mí, lo sé. Soy un extraño, acabo de llegar y ya estoy asaltándote a preguntas pero esto es importante, ¿me entiendes?
Un sonido suave, similar al de un celular rompió el súbito aire de silencio que se había formado en torno a la pareja. Como si lo estuviese esperando, rápidamente Leo volvió a sacar la caja de hacia unos minutos. Está vez, Hermione pudo notar que era una pantalla; se puso de pie al ver que Leo hacia lo mismo.
-Tenemos que sacarte de aquí –dijo sin apartar su mirada de la pantalla.
-¿Qué quieres decir? –musito nerviosamente, cerciorándose de tener al alcance su varita.
-De prisa, ven conmigo. No hay tiempo –guardó la pantalla entreabriendo la puerta, vigilando en ambas direcciones.
-¿Puedo preguntar qué está pasando?
Sin dar respuesta, Leo tomó a la chica por la muñeca conduciéndola por varios pasillos, curiosamente vacíos, llegaron a la salida de emergencia encontrando un pequeño carro negro que encendió el motor cuando se acercaron. Hermione termino en el interior del auto acompañada por un joven de tez bronceada y cabello rubio que conducía el móvil. Al lado de Hermione en la parte trasera, halló a una joven de cabello corto. El auto arrancó tras una señal de Leo que se quedó en el hospital.
Regresó por el mismo camino que habían tomado, atravesó un par de pasillos más para llegar a la recepción. Se mantuvo oculto tras una fila de personas que esperaban ser atendidas. Inclino un poco la cabeza y agudizo el oído identificando al personaje que según su radar buscaba a Hermione. Permaneció estático en su lugar, no podía equivocarse, a pesar de estar de espaldas pudo reconocer al individuo: Draco Malfoy.
Pudo escuchar claramente la voz del rubio pidiendo informes sobre Hermione, al obtener una respuesta negativa abandono el hospital. Rápida y sigilosamente, Leo lo siguió tras enviar un mensaje por el radar. Caminaron a paso regular por varias calles, hasta que Draco se deslizó por un callejón estrecho y oscuro. Leo se detuvo a una distancia prudente, el chillido de su radar lo obligó a voltear. Identifico a un par de conocidos, asintió con la cabeza y volvió sobre sus pasos hacia un lugar apartado desde donde pudiera trasladarse.
Draco ingresó al callejón y casi automáticamente desapareció trasladándose unas calles más adelante, salió del lugar donde había 'caído' y un par de pasos a la izquierda visualizó un estudio fotográfico. Atravesó la calle e ingreso al local.
Un cuarto amplio decorado por fuentes pequeñas y variedad de plantas, con tonalidades en morado, daba un aspecto misterioso. Cruzó el estudio deteniéndose a espaldas de una joven a quien identifico en seguida.
-Megan Thers –dijo llamando la atención de la chica que estaba revisando un bloque de fotografías. Giró con una gran sonrisa en el rostro lista para atender a un nuevo cliente, pero al ver de quien se trataba su sonrisa se desvaneció.
-Si, dígame ¿qué se le ofrece? –dijo lo más tranquila que le fue posible. Draco la miro un segundo y al siguiente se sentó en un banco frente a ella.
-¿Sabes donde está Hermione? –preguntó tratando de no sonar arrogante.
Megan lo observo dudando si debía responder, pero ya conocía por Hermione el temperamento del rubio y si no hablaba corría el riesgo de que el chico se exaltara y le montara una escena. Suspiro resignada y acomodó las fotografías, preparada para una conversación muy interesante. Ese chico no se iría sin aclarar un par de dudas.
-No lo sé. De hecho debió haber llegado hace media hora –giro sobre su asiento encarando al chico- ¿puedo preguntar porque la buscas?
-Necesito hablar con ella –corto haciendo el ademán de levantarse.
-Y yo necesito hablar contigo –lo tomó de la mano obligándolo a quedarse en su lugar- quiero saber ¿cuál es tu interés en mi amiga?
-No creo que deba responder a eso –dijo receloso.
-Ah, yo creo que si. Verás, Hermione duda mucho de tu palabra y yo me aferró a la idea que debe darte una oportunidad –el rostro de Draco se suavizo considerablemente pero no lo suficiente para ser notorio- pero si me entero que solo quieres burlarte de ella, me encargaré que te arrepientas hasta el último día de tu existencia.
-Las amenazas no me afectan –su orgullo Malfoy luciendo por primera vez.
-Oh, pero está lo hará, créeme –sonrío peligrosamente dulce- ¿y bien?
-La relación que yo tenga con Hermione no es de tu incumbencia –dijo seriamente- y de cualquier forma, ¿qué ganaría yo diciéndote la verdad?
-Lo que obtengas dependerá de que tan bien te comportes. Solo toma en cuenta que Hermione es mi amiga.
Draco miro a la chica, analizando sus posibilidades. Hacia días que no veía a Hermione, no tenía oportunidad de hablar con ella si cada vez que la buscaba, ella parecía huir. Al menos si Megan lo ayudaba, sabría donde localizarla y podría solucionar su problema.
Los días pasados, lejos de la chica había descubierto lo mucho que significaba para él y ahora más que nunca sabía que no se perdonaría si la dejaba ir. Volvió a mirar a Megan, su sonrisa se había convertido en un gesto de ternura y aquello dio por terminada su discusión mental.
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Hermione fue llevada a una enorme bodega oculta tras la fachada de una farmacia. El local muggle funcionaba como cualquier otro pero la puerta trasera en vez de conducir a una salida, llevaba a la bodega. El lugar era bastante amplio casi en su totalidad llena por equipo tecnológico y médico, había un par de apartados para descansar; todo correctamente acomodado y limpio.
Sara y David eran sus escoltas, ahora estaban sentados en torno a una pequeña mesa a la espera de Leo. Hermione no había hecho muchas preguntas, solo lo necesario y que sabía no le negarían; como donde estaba y quienes eran ellos. Casi toda la conversación se había inclinado hacia la profesión de la Gryffindor.
Lo poco que había escuchado pudo haberlo adivinado: Sara y David, así como otros cuantos junto con Leo formaban parte de una organización llamada Allen y aquella bodega se localizaba a las orillas de Londres. Aún tenía muchas dudas, quizás más que cuando llegó pero antes de seguir torturándose con sus propias ideas, Leo llegó. Pasando de largo a sus compañeros se detuvo frente a Hermione.
-¿Qué tienes que ver con Draco Malfoy? –exigió, su mirada tan fuerte como cuando se presentó con ella.
-¿De qué estás hablando? –chillo indignada. Por lo menos debería darle una explicación a lo sucedido antes de exigirle respuestas a asuntos que no le concernían.
-Leo… -Sara se acercó tomando el brazo del chico. Con solo una palabra dio a entender que debía relajarse. El aludido respiro profundamente y se sentó frente a la castaña.
-Estamos en medio de un problema muy grave –dijo seriamente sin apartar su mirada de la chica- y se origina con la fundación de este equipo. Nuestro objetivo es acabar con los Malfoy, sobre todo con Lucius quien es el responsable de reunir a los mortífagos. Tú no sabes como murió Voldemort, pero nosotros tenemos razones para creer que los Malfoy tienen algo que ver. Ahora el problema es que han dejado su trabajo rutinario, y están enfocados hacia otro asunto bastante delicado. Al parecer matarán a alguien, nosotros tratamos de localizar a ese individuo y protegerlo porque, piénsalo bien, debe haber una razón muy poderosa respaldando sus motivos para querer asesinarlo.
Hermione, Sara y David escucharon cada palabra de Leo manteniéndose en silencio. Al término, Hermione esquivo la insistente mirada de Leo que comenzaba a crearle retortijones en el estómago, escucho atenta pero al final aún tenía algunas dudas. Respiro profundamente.
-Y… ¿yo qué tengo que ver en esto? –Sara se acercó a ella sentándose a su lado.
-Existe la posibilidad que tú seas la persona a quien intentan matar.
El silencio se hizo de nuevo, aquello era demasiado. Se suponía que era a Harry a quien estaban protegiendo, ¿por qué de pronto la situación cambiaba y se enfocaba a ella? No tenía nada mágico, especial, o espectacular; no existía razón por la que la estuviesen buscando.
-No tiene sentido… -murmuro sin mirar a nadie.
-¿Haz frecuentado a Draco Malfoy? –hablo Leo.
No respondió pero Sara pudo percibir un brillo peculiar en la mirada de Hermione al oír el nombre del rubio. Se levantó lanzando una mirada cómplice a David. Leo no apartaba la vista de la castaña a la espera de cualquier reacción por lo que no captó el intercambio de miradas.
-Tal vez deberíamos dejar que Hermione se vaya –dijo Sara rompiendo el silencio- ha sido demasiado por un día, creo que todos necesitamos descansar.
-Estoy de acuerdo –intervino David al notar que Leo se negaría.
-Bien –musito- pero mañana terminaremos está conversación.
Silenciosamente, Sara escoltó a Hermione de nuevo a la salida. Frente al edificio había estacionado un pequeño carro color morado oscuro; abandonaron el auto regresando al centro de Londres.
-Tendrás que disculpar a Leo –sonrío Sara- suele ser algo tosco pero es muy agradable.
-Tiene una forma muy peculiar de demostrarlo.
-Lo sé, pero está preocupado. Ya lo conocerás.
Viraron en un par de calles para tomar un atajo hacia San Mungo, pero Hermione pudo ver el estudio fotográfico de Megan y recordó que había acordado reunirse con la chica hacia más de 6 horas. Sara accedió a dejarla en esa casa con la promesa que se verían al día siguiente.
Entró al estudio hallándolo con más gente de lo usual para ser de noche; pasó de largo hasta llegar al escritorio de Megan. Encontró a la chica con más trabajo del que solía tener.
-Lamento no haber venido –musito sentándose frente a ella.
-Descuida, he estado muy ocupada –sonrío firmando unas últimas hojas antes de poner toda su atención a Hermione.
-Si, ya me di cuenta. ¿Quieres que vayamos a cenar?
-No, mejor lo dejamos para otro día. Ahora tengo que hablar muy seriamente contigo –sonrío sacando su celular, envío un mensaje y volvió a ver a la castaña con una sonrisa alarmantemente grande.
-Lo que sea, no acepto –mofo.
-Pero no me haz escuchado, y estoy segura que de esto no te negarás –chillo usando un tono de niña pequeña- antes que nada debo informarte que tu querido Draco estuvo aquí hace unas horas.
Automáticamente el rostro de Hermione se encendió obligándola a bajar la cabeza, sintió mariposas recorriéndole el cuerpo y una molesta sensación de nervios. Aquello era extraño, jamás lo había sentido y por un momento le hizo pensar que estaba enferma.
-No te ves nada bien –dijo Megan tratando de disimular las ganas de reír- ven, vamos afuera para que tomes un poco de aire.
Salieron por la puerta trasera hacia un pequeño jardín que utilizaban para tomar fotografías. Llevó a Hermione hacia una de las bancas permaneciendo de pie a su lado, suspiro y se hincó para quedar a su altura.
-Creo que ya es tiempo de aceptar que, tal vez, Draco este siendo sincero. No te pido que le digas 'si' y corras a sus brazos, solo te pido que le des una oportunidad de hablar y te des una oportunidad de ser feliz –sonrió y deposito un suave beso sobre su frente antes de alejarse.
Hermione permaneció sentada analizando las palabras de su amiga, miro las estrellas que bañando de luz el cielo daban un ambiente mágico a la noche. Suspiro pensando que debía marcharse aunque no entendía porque Megan se había marchado. Su atención volvió a centrarse en tierra al ver un ramo de rosas rojas frente a si; inconscientemente lo tomó admirada por su belleza.
-Hermione –alzó la mirada encontrando el flamante rostro de Malfoy. Sintió la necesidad de levantarse y alejarse de ese lugar pero repentinamente las palabras de Megan volvieron haciendo eco en su cabeza y le impidieron moverse. Draco tomó sus manos invitándola a levantarse para quedar frente a frente- nunca fue mi intención lastimarte. Aunque no lo creas –tomó su rostro por el mentón- significas mucho para mí, solo quiero que me des una oportunidad de demostrártelo.
-Draco… yo… quiero que seas sincero y dejemos las mentiras. No puedo decirte lo que siento por ti… porque no lo sé, yo solo…
Antes que pudiera decir más, Draco cerró la distancia que había entre ambos, uniendo sus labios en un suave beso que el rubio daba de corazón. Hermione no pudo más que rendirse ante la caricia, ya que aunque aún no sabía lo que Draco era para ella, por lo menos estaba segura que le gustaba. Y eso ya era un avance.
Entreabrió sus labios permitiendo profundizar el beso, a lo que Draco respondió ansioso, coloco ambas manos en la cintura de la chica atrayéndola más hacia si extasiado por el deseo que Hermione le producía.
Tras el arrebato de pasión, el beso perdió fuerza hasta volverse un simple roce de sus labios. Lentamente se separaron sin dejar de mirarse.
-Draco, yo no estoy segura de lo que siento y no quiero lastimarte…
-Al menos me permitirás estar cerca de ti –sonrió mirándola con ternura.
-Aún tengo muchas preguntas… pero ya tengo que irme, es tarde.
-Te llevó a tu casa.
-Descuida, me iré sola –giro caminando de regreso al estudio- y gracias por las flores, aunque ya sabes lo que opino sobre los obsequios.
-Pero este es de corazón.
Hermione le devolvió la sonrisa con la seguridad que el chico era sincero. Volvió al estudio desde donde se transporto hacia la entrada de la ciudad de Gante y continúo su camino a pie. Se sentía realmente cansada, tenía demasiados conceptos en la cabeza y tenía que pensar en todos cuidadosamente para entenderlos y no cometer errores. Terminaría su conversación con Leo al día siguiente y podría sacar conclusiones, claro que por ahora habría que explicar lo descubierto a Harry.
Su relación con Draco tenía posibilidades de resultar, todo dependía de que tan en serio lo tomara el rubio. Y aún así sería cuidadosa, no podría exponer la vida de Harry por el cariño que le tenía a Draco; aún no olvidaba lo del localizador y no descansaría hasta conocer las razones por las que el rubio la buscó desde septiembre. Por supuesto que nada del asunto Draco Malfoy sería mencionado a Harry y mucho menos a Ron. Ella sabía perfectamente como cuidarse y no estaría tranquila hasta saciar su curiosidad.
Entró a la casa tranquilamente preparada para una larga noche de explicaciones pero su sorpresa fue más que grande al ver a Albus Dumbledore y Remus Lupin en la sala junto a Ha rry discutiendo un tema muy delicado y preocupante.
Continuará…
Notas de la autora: Ok, todo indica que ya tendremos más Hermione/Draco, como lo esperábamos P A partir de ahora, Draco podrá estar más cerca de la Gryffindor pero por ende eso traerá un par de problemas, y no nos olvidemos de Leo y su equipo que han llegado para quedarse… ya veremos que pasa P
Respondo a los reviews:
Asora: Creo que Hermione debería ingresar al mercado de las realizadoras de bodas, pero si la invitas y ve a Draco no sé… tal vez le nazcan instintos homicidas, sobre todo después de este cap P espero que te haya gustado. Ya veremos más acción entre la pareja protagonista que, claro, no les será tan fácil estar juntos. Gracias por tus comentarios y cuídate )
Lora chang: Exactamente, un montón de líos para obtener lo que cada uno quiere -- Sobre la 'aparición' que Hermione vio, pues no te diré mucho solo que no fue Draco. Me dio mucho gusto recibir tantos reviews por tu parte, muchas gracias
- espero que eso signifique que seguirás mi fic. Espero tus comentarios acerca de este cap, que ojala haya sido de tu agrado. Besos y cuídate )
Lra: Lamento mucho la demora pero últimamente he estado muy atareada y me temo seguir así por otro rato -- pero tenme paciencia, ya vez que tarde o temprano actualizo - Que gusto que pienses seguir mi historia, muchas gracias por tus elogios, no sabes la inspiración que me dan ) Sip, Hermione se torturaba a si misma, digo ¿a quién quería engañar? Si era más que obvio que Draco le gusta… al menos ya reacciono un poco y le dará una oportunidad. Sobre la 'visión' que tuvo, realmente vio a alguien de pie junto a uno de los pilares que decoraban el salón (no lo imagino en el altar) pero no era Draco. Yo también me encariñe con Leo y más adelante tendrá un papel más profundo que el de matar a Lucius, pero ten por seguro que si necesita ayuda, te aviso P Con este cap damos inicio a la 'relación' de los protagonistas pero como no todo es miel… Besos y cuídate )
Pájaro-de-fuego: Ya puse una pequeña escena con Draco y Hermione, espero que te guste, eso si prometo que habrá más y como Hermione todavía no está segura de lo que siente pues alguien aprovechara eso - También veremos a Estefany, ya sabes como se va a casar con Draco Saludos y cuídate )
Dark Sora: El personaje incógnito que estuvo en la boda, no te diré quien es, él mismo se presentará más adelante. Y creo que con este cap ya conocimos un poco más sobre Leo, sus objetivos y el Allen. Espero tus comentarios sobre el cap, que espero no te haya defraudado. Gracias y cuídate )
Espero recibir sus comentarios al respecto de este cap y lo que les gustaría ver más adelante. Muchas gracias y cuídense.
Besos, su amiga
Andy Yogima.
