Buscándome

Por: Andy Yogima.

Capítulo 8. Extraños sentimientos

Dio un sorbo a su malteada con la mirada pérdida. Ahora si que estaba en problemas, hasta donde había entendido los miembros de la Orden Allen no eran peligrosos pero tampoco podían considerarse como una gran ayuda. Según el consejo de Dumbledore podía mantenerse al tanto de Leo pero no debía involucrarse demasiado.

Hermione –llamo Sara a su lado indicándole con la cabeza que Leo había llegado.

El chico paso de largo las mesas hasta llegar a ellas, se sentó frente a Hermione y respiro profundamente. Al menos se veía más tranquilo que el día anterior. Cruzó los brazos sobre la mesa cerrando los ojos sin intercambiar palabras por espacio de minutos. Hermione miraba de un lado a otro, ni Leo ni Sara parecían incómodos, tal vez la actitud del chico fuese algo natural. Respiro volviendo a su malteada.

Bien –murmuro Leo fijando su mirada en la castaña- tenemos problemas y de alguna forma que aún no comprendo, estás involucrada –espero pacientemente algún comentario de la chica, finalmente bufo- ¿y bien¿No hay algo que quieras decirme?

No esperarás que confíe en ti de un día para otro –ironizo en su típica actitud tranquila.

Si hay algo que debes entender –dijo lentamente- es que estás en peligro y de ahora en adelante yo me encargaré de tu protección…

Sé cuidarme sola –intervino sintiéndose como una niña que no comprende lo que se le dice- y entiendo perfectamente…

No, no lo entiendes –dijo bruscamente golpeando la mesa- no tienes idea de quienes son los Malfoy ni lo que pueden llegar a hacer. Tú podrías ser el arma que necesitan para ser invencibles y no pienso permitirlo solo por tu actitud infantil –se puso de pie.

¿Actitud infantil? –chillo levantándose- si vine hasta aquí fue para ver en que podía ayudar pero no pienso soportar tu carácter. Si tanto te interesa esto podrías ser un poco más amable –golpeo la mesa derramando lo que quedaba de su malteada tras lo cual abandono el establecimiento.

Está niña me va a volver loco –dijo Leo sentándose derrotado- si algo le ocurre estaremos perdidos.

Tal vez deberíamos decirle la verdad. Eso le haría recapacitar –murmuro Sara limpiando la mesa discretamente con su varita- y también deberías controlar tu carácter –por toda respuesta recibió la mirada fulminante del chico- ya sabes que a mí me encanta tu personalidad –mofo- pero ella no está acostumbrada, y si no pueden llevarse bien no lograremos nada.

Leo pareció pensarlo pero no le tomó demasiado para levantarse y tomar el camino que segundos antes transitara la Gryffindor. Salió del local, mirando a su alrededor vislumbro un pequeño parque al final de la cuadra. Guiado por su intuición encontró a la castaña sentada en una banca a la sombra de un frondoso árbol. Silenciosamente se sentó a su lado.

Hace años que soy responsable de la Orden Allen –dijo cuidadosamente sin mirar a la chica- y mi carácter siempre ha sido así, no puedo evitarlo. Siempre nos involucramos en asuntos riesgosos y si flaqueamos significa la muerte. Disculpa por exaltarme pero creo que vas a tener que acostumbrarte –enfoco su mirada en ella arqueando levemente los labios en lo que parecía una sonrisa. El primer gesto alegre que Hermione veía en él.

Lo observo analizando cada una de sus palabras. Hasta donde entendía, Leo se exaltaba al preocuparse y al parecer el problema con los Malfoy era muy grave pero no lo comprendía completamente. Leo era orgulloso, explosivo y reservado pero también era amable, a su manera pero lo era, y tenía una muy peculiar forma de preocuparse. Sonrió extendiendo su mano.

De acuerdo, creo que podemos hacer una pequeña tregua.

Bien –estrecho su mano- ahora voy a pedirte un favor –extendió un collar dorado del que pendía un pequeño dije de cristal en forma de trébol. En el centro lucía un pequeño cristal rojo.

¿Qué es esto? –tomó el collar mirando la figura.

Un localizador –dijo seriamente- necesito saber donde encontrarte. Tenía pensado asignarte un grupo de guardia pero supongo que no estarás muy de acuerdo. Creo que esto es lo mínimo que podrías hacer.

Mmm…

Se volverá rojo si hay peligro cerca y si presionas el sensor que tiene en el centro llegaré enseguida.

Supongo que no tengo otra opción –extendió el collar en su palma sin dejar de mirarlo. Leo se puso de pie frente a ella, tomó el collar y lo coloco alrededor de su cuello en un suave movimiento.

No, y agradeceré que lo uses.

Luego de llamar a la puerta tres veces seguidas sin obtener respuesta abrió cuidadosamente entrando igualmente sigilosa. Cerró tras de si y se mantuvo cerca de la entrada al ver a Estefany sentada en un sofá al lado de la ventana con la mirada pérdida en el exterior.

Estefany –llamo suavemente pero con seguridad acercándose.

Ah, eres tú –murmuro cansadamente mirando de reojo a quien reconoció como Meik.

Qué raro. Normalmente me habrías insultado –dijo acercando una silla, sentándose frente a Estefany.

No tengo humor para eso.

Supongo que no –musito recogiendo una fotografía del suelo.

Arrugada y manchada, en ella posaban Draco y Estefany de niños en uno de los amplios jardines de la mansión Malfoy. Sonrió recordando ese momento, cuando fue ella quien tomó la fotografía.

Te dejé pensando¿verdad? –no hubo respuesta. Suspiro- no es mi culpa –extendió la foto colocándola sobre el regazo de Estefany- no hablé sin fundamentos. Ambas sabemos que esto existió, pero tú fuiste quien lo negó y quiso vivir una realidad torcida.

¿Qué no es tu culpa? –murmuro peligrosamente suave- ¡tú y tus malditas ideas ridículas! –chillo sin mirarla- ¡no me interesa Draco pero tú te aferras a lo contrario¡Deja de hacerla de cupido, que no te queda¿Qué no entiendes que esto me está haciendo pedazos?

Cesó. Finalmente sus gritos dejaron de hacer eco en el cuarto para convertirse en gimoteos lastimeros. Se cubrió el rostro con ambas manos desahogando todo lo que no había podido. Meik la abrazó acariciando su cabello.

Estefany, no es tu culpa. Nada de esto lo es… -cerró los ojos recordando el momento en que supuso todo había comenzado.

Flash Back

-¡Mami¡Mami! –canturreo una pequeña Estefany de 9 años. Corrió hasta su madre que conversaba con su hermana acompañada por su hija, Meik de 16 años.

-Si, dime, pequeña –dijo la señora Mybel con un gesto galante.

-Acabo de conocer a un niño muy lindo –sonrió emocionada.

-¿En serio¿Y quién es?

-Nuestro vecino.

-Ah, hija. Deberías dejar de frecuentar a ese tipo de gente, no están a nuestro nivel –mofo riendo forzadamente provocando que la expresión de Estefany se volviera sombría- y deja de perder el tiempo o Draco se te escapara –sonrió volviendo a su conversación con las visitas.

-Si, mamá –dio media vuelta abandonando la sala.

Aquí está lo último –Sara coloco un grupo de carpetas sobre el escritorio de Leo- Hogwarts, casa Gryffindor, tienes que ver esto, era un cerebro ambulante.

Leo hojeaba las carpetas con aire neutral leyendo sobre letras como haciendo un resumen del texto. En ello estaban impresas las notas de Hermione durante sus siete años en Hogwarts, las observaciones de sus profesores y sus meritos. Aquello era realmente impresionante.

¿Y los rumores? Aquí no hay nada sobre el caso del hipogrifo o el torneo de los Tres Magos –comento cerciorándose.

Mmm… me temo que no existen notas sobre eso, solo las reseñas tergiversadas de El Profeta. Si quieres detalles me temo que tendrás que sacarlo directo de la fuente.

Ese tipo no se queda quieto –comento David cansadamente, acercándose al lugar- al fin pude encontrar a Ronald Weasley.

¿Y Potter? –interrumpió Leo.

No. Solo sé que frecuenta Hogwarts pero no está confirmado al 100.

Lo que nos deja en el mismo lugar: Hermione.

Bueno, prácticamente ella ya está de nuestra parte –sonrió Sara, triunfante.

Me temo que no –bufo Leo cruzando los brazos- siempre que le pregunto por Malfoy, evade el tema. Lo último que necesitamos es que esté aliada con ellos.

Tal vez si te ganarás su confianza –musito David.

¿Qué quieres que haga¿Qué le envíe flores? –ironizo.

Por ejemplo –sonrió inocente.

Pues tendrás que enviarlas tú, no es mi estilo.

Bien, olvídate de las flores: invítala a cenar.

David, creo que tienes mucho trabajo que hacer.

Si, como digas, jefe –mofo alejándose. Leo suspiro aliviado y miro a Sara, callada y con la mirada perdida.

¿Qué te ocurre?

¿Eh? Nada, nada. Estaba pensando en Potter, es extraño que no lo encontremos¿no te parece? –sonrió torpemente.

No –dijo toscamente tomando uno de los archivos- seguramente están usando el fidelio. Y Dumbledore debe estarlo protegiendo, no necesitamos preocuparnos por él. Sigo pensando que Hermione es el objetivo.

Si, claro –bajo la mirada- tengo trabajo que hacer.

Aja –dijo monótonamente hojeando el archivo. Sara lo miro de reojo antes de alejarse.

Aquella había sido la mejor tarde que había pasado desde que la habían confinado al fidelio junto a Harry y Ron. Draco la había llevado al cine, a tomar un helado y finalmente a cenar. Se había divertido mucho y ahora esperaba al rubio en el interior de la lujosa limosina que habían utilizado como medio de transporte. Finalmente el rubio volvió, se sentó a su lado y extendió una pequeña caja muy elegante, negra y con detalles en plata. La abrió y una suave canción de cuna acompañada por un baile de luces dio ambiente al estrecho lugar.

¿Qué es esto? –sonrió encantada por el detalle.

Se suponía que era mi regalo de nacimiento –musito sin importancia- eso claro, si hubiese sido mujer.

¿Te lo dio tu madre? –asintió- ¿estás seguro que quieres dármelo?

Completamente –sonrió con ternura cerrando la caja con la mano de Hermione bajo la suya.

En medio del silencio y la oscuridad, el tiempo se detuvo permitiéndoles estudiar sus rostros. Lentamente, Draco fue acercando su rostro sin soltar sus manos, provocando que las mejillas de Hermione se encendieran con un leve tono rojizo, su corazón latía rápidamente y casi inconsciente termino la distancia que separaba sus labios. Por interminables segundos se fundieron en un apasionado beso encendiendo aquel profundo sentimiento que empezaba a crecer dentro de ambos. Perdiéndose en aquella embriagante sensación, Hermione termino bajo el peso de Draco encantada por las caricias que recibía su cuerpo. Y aunque sabía que eso no era del todo correcto, no podía negar el éxtasis que la inundaba. Las manos de Draco eran hábiles y recorrían su cuerpo una y otra vez como tratando de memorizar cada extensión de su ser.

Repentinamente el sonido de su celular destruyó el momento pero solo para Hermione; Draco seguía besando ansiosamente su cuello tratando de deshacerse de sus ropas sin ser conciente de su alrededor.

Draco –llamo tratando de levantarse. El rubio comenzaba a bajar el cierre de su vestido sin descuidar su rostro. El celular volvió a sonar y haciendo un esfuerzo sobre-humano se levanto 'despertando' a Draco- ¿si, diga?

Hermione Granger¿cómo pudiste? –chillo la voz de Megan al otro lado de la línea.

¿Qué hice?

‚?Qué hiciste¿Qué dejaste de hacer¡Ven al estudio en este segundo!

Bien, tranquila, estaré ahí en medio segundo –cerró la llamada mirando a Draco- lo siento, tengo que irme.

¿Qué ocurre?

No lo sé, creo que Megan tiene problemas en el estudio.

Un par de minutos después gracias a la limosina, Hermione llegó al estudio fotográfico y tras despedir a Draco entró corriendo al lugar para encontrar todo en absoluta calma. Se acercó al escritorio de Megan encontrando un ramo de rosas rojas.

Espero que puedas explicar esto –dijo Megan.

¿Eh?

Tenías una cita con Draco, él no pudo enviar esto –Hermione tomó el ramo sacando la nota oculta entre las flores.

Leo… -murmuro confundida.

¿Quién es Leo? –coloco sus manos en la cadera, desafiante.

Ah, Leo es… un amigo. Lo conocí hace poco pero me extraña que enviara flores, él no es muy detallista –murmuro esto último pensando en voz alta.

Amigo… muy bien –murmuro entre dientes- no tienes idea del trabajo que me costo reunirlos a ti y a Draco, y ahora me sales con este 'amigo'… ¡Decídete de una vez, o Draco o Leo!

¿De qué hablas? Acabo de conocer a Leo.

¿Entonces porque te envía flores?

¿Yo qué sé? Podría ser… -"podría ser una trampa" pensó soltando el ramo sobre la mesa.

¿Y ahora que te pasa?

Nada, es solo que… -instintivamente se llevó la mano al pecho sintiendo el localizador bajo la ropa- tengo que irme –tomó de nuevo las flores abandonando el local bajo la mirada confusa de Megan que al mirar su reloj salió disparada a su hogar donde la esperaban hacia más de media hora.

Hermione salió al jardín trasero del estudio, sacó el localizador y presiono el pequeño botón del centro. Sintió como una especie de torbellino la rodeaba y al segundo siguiente Leo se encontraba frente a ella. Sonrió ligeramente con una curiosa sensación de tranquilidad.

¿Algún problema? –dijo al notar que la chica había perdido el habla momentáneamente. Mantuvo la calma imaginando que Hermione no esperaba verlo.

¿Tú enviaste esto? –preguntó extendiendo levemente el ramo.

Si, lo hice. ¿Por qué? –dijo seriamente con un leve dejo de molestia lo que le hizo sentirse avergonzada por una razón que no acababa de comprender.

Ah, bueno, gracias. Son muy bonitas –sonrió torpemente mirando las rosas.

Me alegra ver que estás alerta. Al menos es seguro que no caerás en una trampa fácilmente –comento logrando relajar a la chica.

Lo miro fijamente hundiéndose en las profundidades azules de sus ojos. De a poco sus mejillas se fueron coloreando con un delicado tono rosa y pudo sentir aquella tranquilidad con más fuerza permitiéndole escuchar hasta el susurro del viento que jugueteaba muy por encima de sus cabezas entre las hojas de los árboles.

Ya que estás aquí¿no quieres ir a tomar un café? –sonrió tratando de verse tranquila- no creo que trabajes en la noche¿o si?

Un par de minutos después estaban cómodamente instalados en el expendio de café favorito de Hermione. Donde las mesas estaban al aire libre y siendo de noche podían admirar las estrellas. Luego de ordenar sus bebidas el silencio volvió a hacerse presente. Leo miraba pasivamente el movimiento que hacia con su cuchara dentro de la taza. Hermione no podía quitarle la mirada de encima, repentinamente el chico se había vuelto muy interesante.

Aunque no lo creas a estás horas normalmente estoy trabajando –murmuro Leo encarando a la chica que de nuevo se sonrojo al verse descubierta en su labor de observarlo- creo que me fanatizo con mi deber y no me doy tiempo para este tipo de cosas.

Entonces voy a tener que obligarte a salir de esa oficina de vez en cuando –sonrió dando un sorbo a su té. Leo la miro fijamente como si fuese la primera vez que la tuviera frente a si.

No eres tan mala persona –dijo bebiendo su café.

¿Qué se supone que debo entender con eso? –chillo fingiéndose ofendida.

Disculpa. Toda mi vida he desconfiado de las personas.

Si, ya me había dado cuenta de eso pero no entiendo ¿por qué?

Ya te había dicho antes que tengo mis razones y me las reservo.

Pero no puedes desconfiar de las personas para siempre. Si hubo alguien en el pasado que te hizo daño, no puedes creer que todos somos iguales.

De eso ya me di cuenta –tomó su rostro por el mentón con una mano mirándola sin rastro de la típica seriedad que cubría sus ojos- ya es tarde –se puso de pie- ¿quieres que te llevé a tu casa?

No, gracias. Estaré bien –sonrió. Leo le tendió la mano a manera de despedida pero Hermione la rechazó para darle un abrazo que lo tomó por sorpresa- gracias por las flores –murmuro cerca de su oído antes de emprender el camino de regreso.

Automáticamente Leo volvió a la central de la Orden pasando de largo hasta llegar a las camas asignadas para los heridos. Se recostó en la cama más alejada de la salida cruzando los brazos bajo la cabeza para mirar el techo.

Al principio no le había gustado mucho la idea de cuidar a una chica. Normalmente solían ser caprichosas, delicadas e insoportables pero con Hermione era diferente. Era una chica muy segura de si misma, fuerte, inteligente y… ¿bonita? Bueno, era natural, toda chica lo era. Poco a poco el sueño lo fue venciendo con una sola imagen en la mente: el abrazo que le había dado Hermione. Al menos su tarea de cuidarla no sería tan difícil como había pensado.

Continuará…

Notas de la autora: OK, ya volví con un nuevo capítulo - que a mí parecer tuvo bastante acción. Eso claro para quienes sean observadores ;) ya veremos que pasa. Y ya se lo que muchos estarán pensando, que Estefany ya va a dejar tranquilo a Draco¿no? Pues NO, definitivamente la tendremos rondando por aquí un rato más ya no tan malvada pero su nueva faceta puede dar un giro brusco a la historia, claro también la intervención de Leo.

Respondo reviews:

Pájaro-de-fuego: Ya tuvimos un poquito más de acción, aunque claro habrá más, espero que te haya gustado, ya me lo dirás - Sobre la comunidad (que tu llamas ESDLA) ahora llamada Mysteriorus World Magic, te diré que aún somos pocos pero ya tenemos algunas ideas. Lo malo es que no he podido contarte (y de hecho nuestras reuniones han tenido que ser pospuestas varias veces) ahora el mayor problema es uno que tengo con mi msn, espero arreglarlo en menos de una semana, hasta entonces te mantendré informada ¿ok? Espero que me comprendas pero mi horario sigue siendo un desastre En fin, besos y cuídate.

Aiory Asakura: Gracias por tus comentarios, me gusto tu definición de Draco: un encantador Draco enamorado, creo que lo define muy bien P Lamento que las actualizaciones sean tan esporádicas, espero que me tengas paciencia procuraré no demorarme tanto - Y claro, seguiremos viendo a Draco, es nuestro protagonista pero ya veremos si le es tan fácil quedarse con Hermione (ah, soy malvada¿no?) No tienes idea de lo que significan tus comentarios - que bueno que te guste mi manera de escribir, que me digas eso siempre me subirá el animo D de corazón, muchas gracias. Cuídate.

Asora: Mmm¿complicarlo todo? Sip, soy cruel pero me temo que habrá uno que otro tropiezo, ji, ji. Pero que bueno que te guste mi fic, espero que lo sigas de cerca. Aún falta para el final pero no creo que sea exactamente feliz. Disculpa si me tardo en actualizar pero se debe a causas de fuerza mayor que espero comprendas. Besos.

Daniela: Muchas gracias por tus comentarios, que bueno que mi fic te guste tanto - Sobre el favor que me pides, ando un poco corta de tiempo ¿te parece si te envío el link en un email? Solo dame un par de días porque ando con problemas en mi correo electrónico, please tenme paciencia. Besos y cuídate.

Wizard Cat Harriet: Gracias por el review, espero que sigas al pendiente de los capítulos. Besos y cuídate )

Ok, es todo por ahora. Muchas gracias por sus comentarios, espero que los que no han escrito reviews, se animen. Siempre son buenos para la inspiración -

Cuídense,

Su amiga,

Andy Yogima.