Disclaimer y notas de autora: Bueno, para empezar, decir que éste es el primer fic mínimamente largo que hago de One Piece, así que espero diculpen mi falta de experincia dentro de este fandom... pero me hacía ilusión escirbir un fic de One Piece, así que aquí estamos :) Lo segundo, que ni One Piece ni ninguno de los personajes originales de Oda me pertenece (más quisiera yo, la de pasta que ganaría XDDDD) y que los uso sin afán de lucro tal y cual... por último, explicar un poco el origen de este fic...
Antes de empezar con En busca del Gran Índigo, tenía en mente un proyecto de un fic ultra-mega-largo de OP... dentro del mismo, se incluían muchos más personajes, nuevos tripulantes y nuevas sagas, todo ello situado después de la saga de Skypeia... luego pasaron muchas cosas; que llegó Water Seven, que mis estudios tuvieron unos resultados un tanto desastroso y tenía que chapar... pero claro, el peor problema fue que llegado a un punto de la historia... me atasqué nnU así que decidí renunciar al proyecto...
Sin embargo, me dí cuenta que algunas de las sagas que pretendía meter en mi fic largo podían ser perfectamente válidas para crear otros fics más cortos... uno de ellos fue la historia de Makoto, que originalmente llevaba por título La caza del atún elefante... además de esa, hay al menos tres más que quiero desarrollar, y que si el tiempo lo quiere verán la luz...
Dicho esto, no me queda más que dejar que leáis esto (y desear que lo disfrutéis ;) )
I- El Pescador pescado
Era un día normal como cualquier otro…
Bueno… al menos era un día normal dentro de lo que se considera normal a bordo del Going Merry.
–Joooo… tengo hambre…
–Tú calla y sigue vigilando la caña…
–¡Pero si no pican!
–Motivo de más para estar vigilantes…
Habían pasado unas tres semanas desde que abandonaron aquella isla y todavía estaban pendientes de ver aparecer la siguiente que la Brújula magnética marcaba sobre la muñeca de Nami. La navegante estaba tan ocupada elaborando un nuevo mapa que rpefirió ignorar los comentarios de fondo que Luffy y Ussuf ofrecían. Ambos estaban en aquel momento cañas en ristre sentados sobre la barandilla, esperando que algún pececillo tuviera a bien picar para que ellos pudieran comer…
Porque esa era otra: ya casi no quedaban provisiones. Al menos eso decía Sanji…
–Esperemos que algo pique para que estos dos se callen de una buena vez… - rumió Nami malhumorada.
–Ya les conoces – dijo Robin sin apartar los ojos del libro que estaba leyendo (Rainbow Mist Vol. XIII para ser más exactos XD) – Son como niños: son muy inquietos, especialmente el capitán… ¡Y aunque sea tienen que mover la lengua para distraerse! – añadió sonriendo con benevolencia.
–Ése no es el problema. – replicó la pelirroja dejando la pluma con desgana y masajeándose las sienes con impaciencia - ¡Llevamos días sin apenas comer y el energúmeno de Luffy se encarga de recordárnoslo cada dos por tres!
–Tú también estarías así si estuvieras hambrienta… - matizó la morena.
Nami iba a negarlo, cuando la sonora evidencia del rugido de sus tripas la delató antes siquiera de que abriera la boca.
–Jejeje… la verdad es que algo de gusa sí que tengo… - admitió riendo nerviosa.
–¡Aaah, mi pelirroja! – canturreó un enamorado hasta la médula Sanji, apareciendo de pronto con una bandeja en la que había sendas copas de helado – No he podido evitar oír el terrible lamento de tus delicadas tripas, así que me he tomado la libertad de prepararte un pequeño tentempié... ¡Disfrútalo con todo el cariño de mi corazón!
–¡Ay, gracias Sanji, qué majo que eres! – sonrió Nami cogiendo la copa que el chef del barco le ofrecía.
–Y por si acaso también he preparado algo para ti, mi querida Robin-chan. – añadió el rubio desviando la atención hacia la otra mujer que estaba en la mesa.
–¡Muy amable de tu parte! – aceptó gustosa el ofrecimiento la morena.
–¡Nada es poco para mis chicas favoritas! – volvió a canturrear Sanji, los ojos convertidos en corazoncitos rosas.
–¡Oye, tú…! … 157… ¿No decías…. 158… que no quedaba comida?… 159… - protestó Zorro, quien ya llevaba un buen rato haciendo pesas sin pausa.
–Correción: para vosotros no hay nada. – respondió simplemente el rubio, dirigiéndose a todos los hombres del barco en general - ¡Pero no puedo dejar que mis niñas se mueran de hambre, eso sería una crueldad…!
–Muy bonito ¿Y nosotros qué entonces? – Ussuf se unió a las protesta general.
–¿Ni siquiera nos vas a dar la galleta de barquillo? ;; - lloriqueó Luffy haciendo un mohín.
–Si queréis galletas – dijo Sanji desinteresado volviendo a la cocina – hay un barril lleno de galletas con gusanos en el almacén… coged las que queráis yo desde luego no pienso usarlas…
–¡Ni nosotros comerlas! – replicó Ussuf todavía resentido con el cocinero – Aunque bien mirado – añadió mirando el anzuelo vacío de su caña – los gusanos nos podrían servir de cebo…
–¡TENGO HAMBREEEE! TT – siguió lloriqueando Luffy mientras mordisqueaba la barandilla en la que se habían sentado.
–¡Aaaah! Oo ¡Luffy, quita tu pecadora boca de ahí! - le riñó Ussuf propinándole una patada que lo mandó a rebotar por todo el barco - ¡Que como te comas el Going Merry te vas a enterar de lo que es bueno!
Mientras Ussuf se ponía a limpiar el rastro de babas que Luffy había dejado en la barandilla con un pañuelo y el chico de goma se quedaba en un rincón, deprimido y trazando un círculo en el suelo, Chopper apareció, con la lengua afuera y se refugió bajo la sombra de la mesa en la que las chicas estaban sentadas (y consiguiendo de paso que Robin se apiadara de él y le diera su galleta de barquillo) Porque por si la escasez de comida fuera ya de por sí un problema, encima estaba haciendo un calor de muerte.
Probablemente el único que parecía impasible ante las inclemencias del tiempo y la falta de alimentos era Zorro, que aún seguía con su entrenamiento… aunque no por mucho tiempo…
–… 164… 165… 166… af, af… ¡Oye, Nami! – la llamó - ¿Falta mucho para llegar a la siguiente isla?
–¿Cómo quieres que lo sepa? – espetó la pelirroja consultando de nuevo el Brújula magnética de su muñeca – El Brújula magnética señala la dirección, no la distancia… Lo único que te puedo asegurar es que vamos en la dirección correcta, nada más…
–Pues eso no me basta
–¿Qué pasa¿El gran Zorro Ronoa se ha cansado de levantar pesas? – se burló Nami.
–No. – dijo el espadachín tirando sus pesas de forma descuidada sobre la cubierta y sentándose a continuación en el suelo malhumorado – Pero me aburro. Y cuando me aburro ya no sé qué hacer… Ni siquiera me apetece hacer pesas…
–¡Pues duérmete, que eso se te da muy bien! – volvió a picarle ella con una sonrisita burlona.
–�¿Oye, qué insinúas? – rugió molesto él poniendo las manos sobre su nuca - ¿Te crees acaso que me puedo dormir en cualquier…? ZZZZzzzzzZZZZzzzzzz….
No pudo continuar, porque se quedó grogui al instante.
–¡Que tío¿Cómo lo hace? – murmuró Nami con una gota resbalando por su sien.
–Tal vez sea cuestión de práctica. – comentó Robin divertida.
–¡Hey, chicos, creo que he visto algo!
La noticia, anunciada por Ussuf, fue acogida por los presentes con gran curiosidad… excepto por parte de Luffy, que fue acogida con harto entusiasmo.
–¿ES UN PEZ, ES UN PEZ, ES UN PEZ? – empezó a bombardearle una y otra vez con la pregunta - ¡DIME AL MENOS SI ES COMESTIBLE! T-T
–Pues… no sé, desde esta distancia no se ve muy claramente… - murmuró el de la larga nariz al tiempo que ajustaba su gafas especiales – Aunque es una posibilidad, veo gaviotas sobrevolándolo…
–¡COMIDAAAAA…¡AL FIN! – ahora Luffy lloriqueaba de alegría.
–¿A qué esperas? – le apremió Nami - ¡Ve a por ello, Luffy!
–¡Voy! Estira, estira, estira…
A muchas millas de allí, en alta mar…
Una pequeña barquichuela con la vela caída flotaba en medio de la calma chicha reinante. Su único ocupante, un muchacho joven de pelo rubio ceniza algo ondulado, en parte cogido por una cinta blanca que adornaba su frente, permanecía sentado con la caña en ristre a la espera de que algún pez picara. El sudor empapaba su yukata corto, de color azul marino con rebordes blancos a juego con los pantalones cortos ajustados que le llegaban por las rodillas, y recorría cada milímetro de su cara, tachonada de pecas, debido al asfixiante sol que caía a plomo.
–Mierda… - renegó el muchacho tras comprobar que su anzuelo seguía vacío – Llevo una semana aquí varado. La comida se me acabó hace tres días, el agua se terminó ayer… af, af… este calor que hace no me deja concentrarme, estos puñeteros peces no pican ni a tiros… ¡Y ENCIMA ESTOY HABLANDO SOLO! – añadió revolviéndose desesperado el pelo. Luego suspiró, lloriqueando con resignación. – Ay… éste es mi fin… qué cruel destino para un pescador, acabar en alta mar y morir de sed y de hambre… - de pronto, una sustancia blancuzca le cayó en el pelo. Tras tocarlo y comprobar su naturaleza, una enorme vena se le resaltó en la frente - ¡Y VOSOTRAS DEJAR DE CAGARME ENCIMA, SO GUARRAS!
Las aludidas, una bandada de gaviotas que llevaba sobrevolándolo desde ayer (justo el día en que se le acabó el agua), graznaron a la vez, emitiendo una suerte de risa estridente que hizo que el joven pescador lloriqueara de rabia mientras se volvía a sentar.
–Maldita sea… hasta las gaviotas se burlan de mis desgracias… - murmuró deprimido - ¿Qué he hecho yo para merecer esto? – en ese momento, una de las gaviotas aterrizó encima del bordillo de la barca y le empezó a picotear el brazo. En un descuido, el pescador la agarró del cuello y la miró cara a cara - ¡Y tú no me calientes, o te como ahora mismo con plumas y todo!… ¡Auch! – exclamó cuando la gaviota le dio un picotazo en la frente, remontando de nuevo el vuelo y volviendo con sus hermanas en cuanto se hubo liberado de la mano del pescador - ¡Haced lo que queráis – les gritó éste – pero no os pienso dejar mi cuerpo para que os alimentéis con él, panda de buitres disfrazados!
Las gaviotas volvieron a reír, a resultas de lo cual el muchacho volvió a lloriquear de impotencia y volvió a sentarse.
–Es inútil… - murmuró aún más deprimido que antes, mientras las gaviotas bajaban y le empezaban a picotear todas a la vez – Yo moriré antes de que ellas se cansen y entonces sí que será el fin…
De repente, un débil sonido llegó a sus oídos y curioso, giró la cabeza en su dirección, encontrándose con un objeto volante no identificado que se dirigía hacia él.
–¿Qué rayos es eso? – fue todo cuanto acertó a decir.
Sorprendido, el muchacho agudizó la mirada. Lo que quiera que fuese aquello, se acercaba a gran velocidad…
–Y si… - meditó en voz alta - ¡Sí, eso es¡Seguro que es uno de esos peces voladores!
Y mientras, aquella cosa no identificada seguía avanzando hacia él.
–¡Eso, tú ven p'acà que te voy a hincar el diente! – exclamó, blandiendo cuchillo y tenedor afilados y poniendo cara de caníbal famélico.
Y justo cuando estuvo a su altura, eso fue justo lo que hizo: hincarle el diente ipso facto.
–Ñam, ñam…. caray, qué duro está esto… si parece que estoy masticando goma… - murmuró con la boca llena. De pronto miró hacia la presa que acababa de capturar… y en cuanto lo reconoció, la soltó gritando con los ojos saliéndosele de las órbitas - ¡Aaaaaah! OO ¡Es un brazoooo!…
A muchas millas de acá…
–¡Algo me ha mordido!
–¡Seguro que es el pez¡Vamos, Luffy, tráelo antes de que se escape!
A muchas millas de allí (otra vez)…
Antes de que pudiera darse cuenta de lo que pasaba, el chaval fue agarrado por aquel brazo que sabía a goma y lo arrastró hacia la dirección del que había provenido, dejando una balsa abandonada y unas gaviotas hambrientas desamparadas y con los ojos desorbitados.
Un solo pensamiento cruzaba la mente del muchacho a medida que era arrastrado:
–¡QUÉ PUÑETAS HACE UNA MANO EN MEDIO DEL MAAAAAaaaar….!
A muchas millas de acá (de nuevo)…
Ussuf, a través de sus gafas, veía más claramente lo que se les echaba encima…
–¡Espera, Luffy, creo que eso no es un pez! OO
–¿Pero se puede saber a qué viene éste escándalo? – protestó Sanji saliendo de la cocina cigarrillo en mano…
… justo para a continuación, esquivar por los pelos un cuerpo que pasó rasante por su lado. Las chicas también consiguieron reaccionar a tiempo y se agacharon, escondiéndose debajo de la mesa.
Sin embargo Zorro, que seguía durmiendo a pierna suelta, no pudo evitar que el cuerpo que acababa de capturar Luffy le golpeara violentamente la frente, antes de, por efecto del rebote, caer al agua del mar.
–Grrrrmmmf… ¡ME CAGO EN TÓ LO QUE SE MENEA! – rugió furioso el espadachín, con cara de asesino en serie, mientras se frotaba dolorido la frente lastimada - ¿SE PUEDE SABER QUÉ COJONES ME HABÉIS TIRADO A LA CABEZA?
–Pues un pez. – respondió simplemente Luffy mientras su brazo de goma volvía a su posición original.
–¡Qué pez ni que niño muerto! – le contradijo Ussuf - ¡Eso era una persona¿Es que no lo has visto?
–No. Pasó tan deprisa que ni me enteré.
–Típico de ti U
–Pues si era una persona – zanjó Sanji la discusión – más vale que le saquemos ya del agua…
–Cierto. – corroboró Robin contemplando como el cuerpo inerte empezaba a hundirse – No creo que tenga ya capacidad de salir a flote por sí sólo…
El cuerpo inerte del joven pescador rubio que accidentalmente Luffy había pescado, permanecía todavía en estado de inconsciencia cuando Zorro lo subió con una cuerda, dejándolo luego tirado en cubierta a la vista de todos.
–Tan sólo es un crío. – observó Sanji sacándose momentáneamente el cigarrillo de la boca.
–¿Un niño¿Y está muerto? – se interesó el hombre de goma.
–No, pero tiene una inanición severa y está deshidratado. – comentó Chopper, quien se había puesto a revisar el cuerpo nada más Zorro lo hubo subido a bordo – Hay que tratarlo cuanto antes.
–Está bien – Nami se hizo enseguida con el mando de la situación – llevarlo a mi habitación y prepararle una cama. – ordenó a Luffy y Ussuf, que corrieron a obedecer la orden llevándose al niño en brazos – Y Sanji ¿podrías preparar algo de comida para el chico? Porfa…
–¡Aunque sea para alimentar a un despreciable hombre que no merece tu compasión, tus deseos son órdenes, pelirroja de mi corazón! – accedió el cocinero encantado de la vida.
Cuando el muchacho abrió los ojos, se encontraba en un lugar extraño para él.
Lo primero fue un techo de madera, con un ventilador girando sus aspas lentamente y brindándole de algo de fresco. Se dio cuenta entonces de la sensación de humedad en su frente, que de pronto desapareció cuando unas delicadas manos le quitaron algo que llevaba ahí.
Al girar el rostro hacia ella, constató que se trataba de una chica pelirroja y de pelo corto, que estaba escurriendo el agua de un paño.
Sobresaltado, el chaval emitió un grito asustado y se pegó a la pared de la habitación todo lo que pudo, sudando profusamente.
–¡Vaya¿Ya te has despertado? – exclamo Nami aliviada, dejando a un lado el paño y la palangana y mirando al chico con una gran sonrisa en el rostro – Me alegro, por lo menos parece que ya estás bien….
–¡N-no-no se me acerque! – chilló el chaval cada vez más nervioso.
Nami se sorprendió un poco ante aquella reacción tan exagerada, pero pensó que tal vez el chico se había hecho una idea equivocada de la situación y tal vez pensara que le tenían ahí retenido y secuestrado.
–¡Oye, tranquilo, no te vamos a hacer daño! – intentó apaciguarle ella – Verás: hubo una confusión y acabaste aquí… Pero no te preocupes, nuestro médico te ha estado tratando, no tienes nada grave…
–?Por favor, no se me acerque! – seguía implorando el chico aterrorizado.
–¡Cálmate, hombre¿Qué te pasa? – Nami empezaba a preocuparse - ¿Es que tienes fiebre? – preguntó tratando de depositar una mano en la frente del zagal.
–¡NOOO, NO ME TOQUE POR LO QUE MÁS QUIERA, NO ME…!
¡SPLASH!
Fue Nami tocarle la frente y de la nariz del pobre muchacho salió un chorro de sangre a presión antes de quedar de nuevo inconsciente. Nami chilló, más por la impresión que por el asco que le producía ver aquel chorro de sangre.
–¡Nami¿Qué ha pasado? – Luffy fue el primero el hacer acto de presencia en la habitación, alarmado.
–¿Te ha hecho algo ése energúmeno, mi pelirroja¡Porque si es así se va a enterar…! – secundó Sanji en tono posesivo.
–Estoy bien, estoy bien… - se apresuró a clamar la situación Nami, al ver que también los demás se habían acercado a ver qué pasaba - ¡Es el chico, no sé qué le ha pasado¡Le he tocado y de pronto se ha puesto a sangrar por la nariz!
Ussuf, que era el que tenía más cerca, se sorprendió momentáneamente, tras lo cual se puso a mirar fijamente a Nami, con una mezcla de incredulidad y desaprobación.
Nami supo enseguida lo que su compañero insinuaba con aquella mirada…
–¡NO ME REFIERO A "ESO", MALPENSAO! – le gritó, pegándole un sopapo tal que le mandó a volar de cabeza a la estantería - ¡YO SIMPLEMENTE LE HE TOCADO LA FRENTE, NADA MÁS, TE ENTERAS!
–¡Mujer – trató de justificarse Ussuf, frotándose medio dolorido, medio aturdido, la mejilla donde la pelirroja le había atizado – si es que tal y como lo has dicho, parecía otra cosa!
–Siento decirlo, pero tiene un punto de razón… - señaló Zorro.
–¿Qué pasa, también quieres recibir! # - inquirió la pelirroja enseñándole el puño cerrado, haciendo que Zorro, prudentemente, se alejara unos pasitos con un gotón de sudor adornando su nuca.
–Ey… ¡Ey! – Robin, mientras tanto, había acomodado al chico en una silla cercana y le estaba dando palmaditas en la mejilla, tratando de reanimarlo. Dio resultado y a los pocos segundos, el muchacho empezó a abrir los ojos - ¿Te encuentras bien?
Sin embargo, nada más verla, el muchacho abrió descomunalmente los ojos, entre sorprendido y aterrado, antes de que otro chorro de sangre saliera de nuevo de su nariz y cayera desmayado en brazos de la morena.
–Vaya… parece que nuestra navegante no exageraba… - comentó.
–¿Y bien¿Me creéis ahora? – soltó Nami con suficiencia.
–¡Yo no dudé de ti ni por un momento, pelirroja mía! – exclamó el cocinero, como de costumbre saliendo en defensa de su "amada".
–Será un salido… - concluyó Ussuf refiriéndose a el muchacho que aún yacía desmayado en la silla.
–Tal vez, pero me parece un poco extraño esa hemorragia tan acusada. – intervino Chopper en su papel de médico de abordo, taponando las fosas nasales del muchacho con algo de algodón – Puede que sea simplemente una reacción exagerada del cuerpo a un determinado estímulo…
–¿Te refieres a una alergia? – preguntó Zorro.
–Es posible, - respondió simplemente el reno – pero no lo sabremos hasta que despierte…
Por fortuna, no tuvieron que esperar mucho, ya que al poco el muchacho volvió a abrir los ojos.
–¿Qué… qué me ha pasado¿Dónde estoy? – preguntó aturdido.
–Estás en el Going Merry… - le informó Chopper mientras comprobaba con una pequeña linterna que las pupilas del zagal dilataran bien - acabas de sufrir dos sangrados leves vía nasal… ¿Cómo te sientes?
–Oh… bueno, en general bien, me duele un poco la cabeza, pero… - empezó el joven pescador, hasta que de pronto se dio cuenta de algo y volvió a pegarse a la pared de la habitación, chillando con los ojos desorbitados: - oO ¡AAAAAH¡UN RENO QUE HABLA¡Y… - empezó a escudriñar al doctor con la mirada – y que camina a dos patas...¡Y lleva pantaloncito y un sombrero!…. por cierto, qué sombrero más chulo… - comentó de pronto - …¡PERO DA IGUAL, ES UN MONSTRUOOOOOO! OO
–No, no lo es. – intervino Robin desde su posición, apoyada en el quicio de la puerta – Tan sólo un reno que ha probado la Hito Hito no mi…(1)
–¿La qué? – interrogó el asustadizo muchacho – Un momento… ¿te refieres… a una de las Nueces de Belcebú¡Creía que eso era una leyenda que los pescadores contaban para pasar el rato!
–¡Jajajaja, pues no, chaval! – rió Luffy – ¡Existen de verdad! Yo sin ir más lejos, probé la Gomu Gomu no mi…. ¡Y ahora – añadió haciendo su viejo truco de agarrarse un moflete y estirarlo todo lo que podía – soy el hombre de goma!
–¡AAAAAH¡SE HA ESTIRADO…! – empezó el chico de nuevo asustado… para al cabo de un segundo añadir con estrellitas en los ojos: - ¡Cómo mola!
Nami, Zorro, Sanji y Ussuf se debatieron durante un buen rato entre caerse al suelo o sudar de vergüenza ajena…
–Si eso te ha parecido sorprendente… espera a ver qué te parece esto… – dijo Robin usando sus poderes para hacer aparecer un brazo en las espalda del muchacho y dándole unos leves golpecitos en el hombro… nada más hacerlo, el chico otro reguero de sangre salió a chorro por la nariz del muchacho, quien esta vez tuvo los reflejos y la entereza suficientes como para taparse la nariz con las manos, deteniendo momentáneamente la hemorragia.
–¡Oye, para ya! – se enfadó el chico - ¡Que ya he sangrado bastante, deja de toca…! – de pronto se percató de dónde había salido el brazo de la morena – Pero…. ¡SI HA APARECIDO EN MI ESPALDA¿CÓMO PUEDES HACER ESO?
–En realidad no entraña ninguna dificultad… - presumió un poco Robin haciendo aparecer más manos en diversas partes de la habitación – Gracias a los poderes de la Hana Hana no mi – explicó mientras sus brazos extra imitaban los movimientos que hacía la morena con sus propias manos al hablar – puedo hacer "florecer" diversas partes de mi cuerpo por donde me plazca… Un poder interesante¿verdad? – terminó guiñándole un ojo y haciendo desaparecer en ese instante sus brazos extra.
Si antes el joven pescador estaba aturdido, después de ver los poderes de aquella gente no sabía si sentirse asustado o pensar que se había vuelto loco… ¿Si aquellos tres ya eran una rareza de la naturaleza… cómo serían los otros¿Tendrían poderes similares… o algo peor¿Y de ser así, con qué intenciones le habían traído a su barco?
–No… no entiendo nada de nada… - se agarró el muchacho la cabeza con gesto cansado - ¿Qué hago yo en este barco lleno de frikis¿Cómo he llegado hasta aquí?
–¡Eh, te equivocas! Esto no es un barco de frikis… – le corrigió Luffy, preguntándose al tiempo qué significaría esa última palabra… - ¡Sino un barco pirata!
–¿Sois…. piratas? – preguntó el chico un tanto escéptico.
–No pareces muy sorprendido… - señaló Sanji.
–Bueno… lo cierto es que en efecto no me sorprende, pero…. – respondió el chaval echando un vistazo a la gente de la habitación - … es que…. no os ofendáis, pero… ¡No parecéis piratas! U
–¡Jajajajaja! Sí, lo sé, nos lo dicen muy a menudo¡Jajajajaja! – rió con ganas el hombre de goma.
–¡Ya, todo por tu culpa, que no sabes ponerte serio! # - le reprendió Ussuf – Y también es por culpa de éste energúmeno que están aquí… - le informó al chico.
–Jejeje, es verdad, perdona U – se disculpó humildemente Luffy – es que te confundí con un pez…
–De todos modos no escurras el bulto, Ussuf, que fuiste tú el que dijo que había visto un pez… – le recordó Nami.
–¡Ah, no, de eso nada! – se apresuró a decir el de la larga nariz – Yo simplemente dije que me pareció haber visto algo, pero no concreté el qué…
–Mentiroso
–¿Yoooo¡Pero si siempre digo la verdad!
–Eso sí que es una mentira de las gordas - apuntó Zorro.
–Bueno, tal vez exagere un poco a veces…
–A ver, a ver, tiempo muerto que me entere… - les interrumpió el joven pescador - ¿Entonces éste – preguntó señalando a Luffy – me trajo hasta aquí… confundiéndome con un pescado?
–Si hasta me comiste el brazo – se defendió el muchacho de goma – como cuando un pez pica el anzuelo…
–¿Entonces…¡Claro, el brazo que sabía a goma debía ser el tuyo, verdad? – cayó el la cuenta el chico – Tío, tienes un sabor horrible ¿sabes? U
–¿Y porqué te comes mi brazo entonces? – le rebatió Luffy.
–¡Pensaba que era un pez volador de esos¿Yo qué sabía?
–Pues ya hay que ser tonto para confundir un brazo con un pescado…
–¡Eso es porque…!
El chico no pudo continuar su batalla verbal con Luffy, porque cuando se disponía a seguir la discusión, el estridente rugido de sus tripas hambrientas desde hace tres días le recordó que tenía unas necesidades vitales que satisfacer…
–Uh… yo, estoooo…. – se ruborizó el muchacho, juntando las puntas de los dedos con gesto avergonzado – No… ¿no tendríais algo para comer por aquí?
Poco tiempo después, todos se reunieron en la cocina del barco, mientras el chico hacía buena cuenta de la comida que, a petición expresa de Nami, Sanji había preparado para él. Viendo la endiablada velocidad con que el muchacho rubio devoraba sus alimentos (que en nada tenía que envidiar a la forma habitual de comer de Luffy) estaba claro que llevaba mucho tiempo sin probar bocado. Y ahora aprovechaba parar inflarse todo lo que podía, pera desesperación del pobre Luffy, que se había puesto a mordisquear la mesa a falta de otra cosa que llevarse a la boca…
… Porque, eso sí, Sanji había accedido a prepararle algo al zagal sólo porque Nami se lo pedía, pero no era cuestión de malgastar el resto de los pocos alimentos de que disponían en alimentar a los hombres del barco U…
–¡Buf¡Ya no puedo más! – exclamó el chico cuando terminó, palmeándose la tripa llena con satisfacción - ¡Estaba todo delicioso, muchas gracias, cocinero! – agradeció a continuación.
–No se merecen… - respondió Sanji simplemente.
–¡No, en serio! – insistió el zagal - Os agradezco mucho lo que estáis haciendo por mí, sois gente muy maja…
–Hambreeeee… TT - gimió Luffy como un alma en pena.
–¿Quieres comer¡Pues toma, sírvete! – dijo el muchacho pasándole un bol de arroz a medio comer – De todos modos yo ya no quiero más y sería una lástima que se desperdiciara por mi culpa…
–¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, TÚ SÍ QUE ERES UN TÍO MAJO! TT – lloriqueó Luffy, ahora de alegría, estrujándole emocionado.
–¡Eh, pero Luffy danos también a nosotros que también estamos muertos de hambre! – saltó Ussuf abalanzándose sobre el bol.
–¡Yo también quiero arroz! ;; - se unió Chopper.
–¡Pero me lo ha dado a mí! – Luffy sin embargo no iba a deshacerse de los alimentos tan fácilmente.
–¡Que nos des!
–¡Que no!
–¡YO TAMBIÉN QUIEROOOO!
Empezó entonces un tira y afloja que acabó con una mini batalla campal entre Luffy Ussuf y Chopper (en su forma humana, para más señas), el bol tirado en el suelo y Nami, Zorro y el muchacho con gotones de sudor en sus respectivas frentes (Sanji iba a su bola lavando los platos y no se enteró o prefirió no enterarse del asunto U)
–Ignóralos. – le aconsejó Nami al chaval – Estos la mayoría del tiempo sólo piensan en comer y pelearse…
–Sobretodo Luffy. – matizó Zorro.
–¡Jajaja! la verdad es que algo raros sí que sois U… - rió el muchacho algo nervioso - ¡Pero da lo mismo, me habéis salvado y eso para mí es lo que cuenta…¡Ah! Ahora que lo pienso, no nos hemos presentado ¿verdad? – cayó de pronto en la cuenta – Mi nombre es Makoto Sakagami y soy pescador.
–¡Bueno, pues bienvenido a bordo, Makoto! – le guiñó un ojo la pelirroja – Te presento al resto de la tripulación: ya conoces a nuestro capitán, Luffy. Los otros dos que se están peleando con él son Ussuf y Chopper, nuestro médico al que también has conocido, aunque con otro aspecto… Éste con cara de perro amargado es Zorro… - siguió señalando al espadachín.
–¿Perro amargado? #
–… la otra se llama Robin…
–¡Un placer! - respondió ella levantando momentáneamente la vista de su libro para sonrreírle.
–… nuestro cocinero, Sanji…
–¡Hola! – saludó el aludido.
–… y yo me llamo Nami, soy la navegante del Going Merry… - terminó extendiéndole la mano, cuando se dio cuenta que Makoto retrocedía empalideciendo – Euh… deduzco que no te gustan mucho que te saluden..
–Puedes saludarme todo lo que quieras, pero sin mano, si no te importa UUUU – pidió el joven pescador atemorizado.
–¿Y cómo es que te dan esos prontos de no querer que te toque una tía? – interrogó curioso Luffy con la boca llena de arroz, tras haber conseguido finalmente el bol (poco le importaba que la mayoría del arroz se hubiera echado a perder al caerse el bol al suelo, el tenía hambre a fin de cuentas)
–No es que me dé ningún pronto… - aclaró Makoto – En realidad no tengo nada en contra de las tías, excepto que me dan alergia…
–¿Entonces tienes alergia a la chicas? – preguntó Zorro sorprendido.
–Sí… bueno, sé que puede parecer extraño, pero así ha sido siempre, desde que era niño… ¡En serio, es automático: basta con que una chica simplemente me roce y ¡ZAS! me empieza a sangrar la nariz…
–¿Y no será que eres… demasiado impresionable? - interrogó Ussuf algo desconfiado, tras recuperarse de la pelea y sentarse en la mesa.
–Tendría sentido si me pasara con las chicas guapas, pero es que me pasa hasta con las feas… U
–Entonces sí que es una alergia U
–¡Oye, pues entonces el doctor tenía razón! – exclamó Robin.
–¡Es verdad¡Eres un genio, Chopper! – le alabó Nami entusiasmada.
El pequeño reno no hizo otra cosa que ponerse rojo como un tomate.
–¡Vale ya, no tenéis porqué hacerme tanto la pelota! – exclamó mientras empezaba a hacer ese bailecito que hacía sólo cuando alguien le adulaba y él se sentía demasiado azorado como para admitir que se sentía halagado.
–¡Una alergia a la chicas! Pues menuda faena ¿no? .- comentó Luffy terminando ya con los restos del arroz.
–No hace falta que lo jures… - murmuró el pescador llorando desconsolado - ¡Las chicas no quieren saber nada de mí, porque piensan que soy un pervertido¡Y A CAUSA DE ELLO TODAVÍA A MIS 16 AÑOS NO HE CONSEGUIDO COMERME UN ROSCO! TT
–¡Ayyy, te comprendo perfectamente! TT – se le unió Sanji en su pesar - ¡Llevo meses en este barco y aún no he conseguido ligar con Nami-san!
–Eso es porque nunca tuviste ninguna posibilidad. – soltó Zorro.
–¿Qué has dicho! – rugió el cocinero furioso.
–¿Qué pasa¿Buscas pelea, ceja espiral? – le provocó de nuevo el espadachín.
–¿Ceja espiral¡Ahora sí que me has cabreado!
Sobrevino entonces otra batalla campal, esta vez entre Zorro y Sanji, pero el resto del grupo, acostumbrado a las tan habituales pullas entre el cocinero y el espadachín, les ignoraron y centraron su atención en el nuevo llegado:
–¿Y exactamente de donde vienes tú? – preguntó Ussuf.
–Vivo en una isla pesquera de por aquí, se llama Washabi… - respondió Makoto - Salí hace unos días a pescar, pero ya se sabe que en Grand Line el tiempo te puede cambiar en cualquier momento… me pilló una tormenta y desgraciadamente mi vela se rasgó y no tenía remos para volver ¡Si no llega a ser por vosotros, seguro que habría muerto de hambre y sed!
–Pero… los pescadores suelen faenar cerca de la costa. – observó Robin - ¿Qué hacías tú tan lejos de tu isla, en plena alta mar?
Makoto se quedó un momento en silencio, sonriendo con orgullo y rascándose la nariz al tiempo.
–Es que… - presumió – yo iba de pesca mayor.
–¿Pesca mayor? – preguntó Nami - ¿Pero exactamente qué querías pescar?
–Jejeje… ¿Queréis verlo? – dijo el pescador con una sonrisa traviesa en el rostro mientras sacaba un pergamino de su yukata.
Sin esperar su aprobación, Makoto despejó la mesa, tirando varios platos en el proceso (suerte que Sanji estaba demasiado ocupado peleando con Zorro, de lo contrario le había matado allí mismo), abrió el cordel que sujetaba el pergamino y lo extendió, cuan largo era, sobre la superficie de madera.
Hasta Sanji y Zorro dejaron de pelear cuando vieron de lo que se trataba.
–Pero…
–Si eso es…
–¡UN ATÚN ELEFANTE! – exclamó Sanji sorprendido.
En efecto, sobre la mesa de madera Makoto acababa de extender una calcomanía hecha en tinta de un ejemplar bastante grande de atún elefante. Un pez al que los mejores cocineros llamaban "la joya de los siete mares" por su exquisito sabor y por su rareza, pues no sólo quedaban pocos ejemplares, concentrados en su mayor parte en el Mar del Sur, sino que además por su tamaño y fiereza era un pez muy difícil de capturar.
–¿Qué, a que mola? – dijo Makoto de nuevo rascándose la nariz orgulloso – Me la regaló mi abuelo antes de morir. Él también era pescador, como yo. Y éste – añadió señalando a la pintura del atún elefante – fue el pez más grande que llegó a capturar en vida…
–Oye, esto me suena… - murmuró Luffy rascándose la cabeza - ¡Ah, espera¿No era ese pez que consiguió Sanji en Logue Town, ése que estaba tan bueno?
–¡No lo sabemos, porque da la casualidad de que cierto tragaldabas se lo comió antes de que probáramos bocado! (2) - le espetó Ussuf rencoroso.
–¿Ah, sí? ôO Me pregunto quién sería… - obviamente Luffy no había pillado el sarcasmo…
–Increíble… había leído mucho sobre esta especie – comentó Robin – pero jamás había visto a uno con mis propios ojos…
–¿No se supone que el Atún Elefante proviene del Mar del Sur? – preguntó Nami.
–¡Sí, y eso es lo más curioso de todo: que mi abuelo lo capturó aquí, en aguas del Grand Line! – respondió Makoto.
–Eso no puede ser. – le rebatió la navegante – Los cuatro mares están aislados entre sí por el continente de Red Line, de norte a sur, y las corrientes de Grand Line, de este a oeste… Además – añadió – el mismo Grand Line está aislado del resto del mundo por dos corrientes, los "Calm Belt" o Mar Llana… ahí no circulan ni el viento ni las olas, son aguas en permanente calma chicha que impiden que las aguas de los distintos mares puedan mezclarse unas con otras…
–Jejeje… Tienes razón, todo eso es cierto, pero… - dijo Makoto sentándose y poniendo cara de misterioso - ¿Y si existiera el Gran Índigo?
La sorpresa se manifestó en todos y cada uno de los miembros de la tripulación a la sola mención del Gran Índigo. Se decía que éste era un mar legendario, en el que cohabitaban todas las especies de peces conocidas. No en vano, el Gran Índigo era conocido entre los entendidos como "el paraíso de los cocineros"…
Y sin duda, el más sorprendido era Sanji. Llevaba siendo tanto tiempo siendo blanco de las burlas de sus compañeros de oficio por creer en semejantes historias que salvo él mismo y su maestro y mentor, Zeff, jamás pensó que encontraría a alguien que creyera también en su existencia.
Eso y que ése alguien aseverara dicha existencia con tal seguridad eran toda una novedad para él…
–Hum… ahora que lo pienso… - meditó Luffy - ¿No era el Gran Índigo lo que Sanji estaba…?
–¿Qué sabes del Gran Índigo! – abordó el cocinero sin rodeos al joven pescador, cogiéndolo por las solapas del yukata - ¿Sabes dónde está�¡Contesta…!
–¡Eh, eh, eh, tranquilo tío, para el carro…! – le apaciguó Makoto librándose de él – Si supiera dónde estàno lo estaría buscando ¿vale? Así que calma esos humos…
Sanji, a regañadientes, pero ya más tranquilo, le soltó.
–Y… ¿Cómo es que sabes sobre el Gran Índigo? – interrogó.
–Mi abuelo solía contarme historias acerca de él… - explicó Makoto volviéndose a sentar – Me decía que en alguna parte de este mundo, había un lugar donde los cuatro mares, el del Sur, el del Norte, el Este y el Oeste, se entremezclaban, haciendo que coincidieran todas las especies propias de cada una de esas regiones… - el entusiasmo crecía en el zagal y en su tono de voz conforme más hablaba - ¡Todos los peces del mundo reunidos en un solo lugar¿Os lo imagináis¡Es el paraíso de los pescadores!
–Y de los cocineros, por lo que tengo entendido… - matizó Robin sonriente.
–¿Tantos peces¡Qué guay! – a Chopper ya le brillaban los ojitos sólo con imaginarlo.
–¡Sí! Por eso – continuó Makoto cerrando el puño con decisión – llevo buscando ése mar desde que mi abuelo murió… porque quiero realizar su sueño y el mío… ¡Quiero – exclamó poniéndose en pie – ser el primer pescador que logre atrapar un atún elefante, la especie más grande de pez jamás conocida, en el Gran Índigo!
Hubo una pausa dramática de dos segundos.
–¡Pero ahora que he perdido mi barca ya no podré buscarlo! – gritó agitando los brazos frenéticamente en forma chibi y revolviéndose el pelo histérico – Qué mala suerte la mía… - se lamentó a continuación lloriqueando agazapado en un rincón – Desde que nací, no doy una a derechas, primero con las chicas y ahora con el Gran índigo… qué bajo he caído…
–¿Y si te llevamos nosotros a tu isla?
La frase pronunciada por boca de Luffy cayó como un rayo de esperanza sobre Makoto.
–¿De verdad? – preguntó ilusionado.
–¡Pues claro! – afirmó tan alegre como siempre el capitán del Going Merry - ¡Al menos así te compensaremos el haberte dejado sin barca¡Jajajaja!
–Será que se lo compensarás tú, que la culpa fue tuya - murmuró Ussuf.
–Y además podríamos reponer las provisiones… - añadió Zorro.
–¡Exactamente¡Mataremos dos pájaros de un tiro!
–¿Haríais eso por mí¡Qué majos sois! TT – se emocionó Makoto.
–¡Tú sí que eres majo, por haberme dejado el arroz! TT – le secundó Luffy igualmente emocionado.
–¡Y tú un egoísta por no dejarnos nada! # - se quejó Ussuf.
–Todo bien excepto por una cosa: - les interrumpió Nami, señalando a continuación su Brújula magnética – Nosotros no podemos seguir otra ruta que no nos marque la Brújula magnética… tardaríamos siglos en encontrar la isla en la que vive Makoto y luego perderíamos mucho más tiempo tratando de volver a la ruta establecida…
–¡Ah, por eso no hay problema! – dijo el joven pescador volviendo a meter mano en el interior de su yukata, esta vez sacando una cadena, al extremo del cual había una Brújula Eterna – Mi madre me dio esto la segunda vez que intenté internarme en alta mar, para poder volver a casa sin problemas. Ésta brújula eterna señala el camino a Washabi. Podemos tomarla como referencia en el rumbo, de ese modo, en cuanto me dejéis en mi isla podréis continuar vuestro viaje sin problemas…
–¡Oye, pues no es mala idea! – aprobó Ussuf.
–¡Genial, pues entonces…!
–¿Eh? – se sorprendió Nami de pronto – Un momento…
Con cuidado, la navegante cogió la Brújula Eterna de Makoto, la miró detenidamente poniéndola a la altura de sus ojos e hizo lo mismo con su Brújula magnética, para luego comparar las agujas…
… e hizo un sorprendente descubrimiento…
–¡Pero…! – exclamó - ¡Si la brújula de Makoto y la mía señalan en la misma dirección!
–¡Qué dices!
–¿En serio?
–¡Completamente en serio, mirad! – les instó la pelirroja a que lo vieran por sí mismos – Las dos agujas apuntan a la misma dirección ¡lo que sólo puede significar que apuntan a la misma isla!
–¿Entonces eso quiere decir…? – interrogó Chopper.
–… que la siguiente ínsula de nuestra ruta – terminó Robin confirmando las sospechas – es precisamente Washabi…
Luffy amplió aún más su sonrisa al oír aquello.
–¡Entonces ya sí que no hay otra elección posible! – declaró con decisión - ¡Pongamos rumbo a la Isla de Washabi!
–¡Gracias, Luffy! – Makoto, superemocionadísimo, miraba al capitán con ojitos brillantes llenos de lágrimas y cogiéndole de las manos - ¡Eres un tío majísimo, de verdad! TT
–¡Tú eres aún más majo, Makoto! TT – le respondió el del sombrero de paja en el mismo estado.
–No, qué va, tú eres el más majo…
–No, el más majo eres tú…
–No, tú…
–Tú…
–Tú…
–¡Vale ya – les cortó Zorro un poco harto – que parecéis un par de tortolitos! U
De ese modo, el Going Merry puso rumbo a Washabi, con la promesa de una nueva aventura que no había hecho más que comenzar…
CONTINUARÁ
(1) En mis fics, los nombres de cada uno de los distintos tipos de Akuma no mi conservan su nombre original… no así ocurre con el nombre genérico, que debido a que la fuerza de la costumbre así me obliga, he decidido dejarlo con el nombre que se les asigna en el doblaje español…
(2) Para los desmemoriados (o los que se lo perdieran en su día) eso ocurrió en el episodio 63 de la serie…
