Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es exclusivamente suyo. Lo demás, es puro invento, inspirado en la canción de Coldplay, homónima a la historia. Sin fines de lucro.

El tercer, cuarto y séptimo fragmento de este capítulo, están basados e inspirados en "El beso de la mujer araña", novela de Manuel Puig.

Capitulo 8

You'll be on my mind

Forever

Al abrir sus ojos, supo que todo había cambiado. Sin la necesidad de comprobarlo, sabía que la nota estaba sobre la mesa de noche.

En lugar de voltearse hacia ese lado, lo hizo hacia el otro. Todavía no quería enfrentarse a la realidad.

Si bien tenía totalmente claro que su aventura terminaba en ese momento, y que no podría volver a repetirse bajo ningún concepto, le dolía como nada aceptarlo.

Sintió, con cierta vergüenza que no demostró, cómo lagrimas de sincero dolor invadían sus ojos. No lo recordaba tan angustiante.

Dejó correr esas cristalinas gotas de sufrimiento por su cara, sin ponerles ninguna traba. Sabía que lo mejor era descargarse sólo. Si quería llegar a Roma sin que nadie se diera cuenta de lo que había sucedido, primero tendría que olvidarlo él mismo. Sabía que costaría, y mucho. Pero no tenía otra opción. No se había dejado otra opción.

Erróneas elecciones del pasado se cobraban revancha en el presente. Por haber sido un cobarde, por haber utilizado a Anne... Por todo, ahora estaba condenado. Sin ninguna salida.

Limpió con el dorso de la mano derecha sus lágrimas y decidió enfrentarse a la verdad. Giró sobre si mismo y alargó la mano para tomar el papel sobre la mesa. Para tomar la sentencia definitiva.

Estaba doblada en dos. Había sido escrita con premura. Había sido escrita sin un juicio. Había sido escrita con conciencia moral. Con cordura y valentía. Todo aquello que el no había tenido.

No tengo el valor para despedirme cara a cara. Sólo quiero decirte que te amo y que siempre lo haré. No lo olvides. Nunca.

Inevitablemente, un torrente de angustia y dolor lo invadió por completo. Las cosas podrían haber salido como él siempre las había deseado, pero nunca hizo lo que las circunstancias exigían.

Había sido un cobarde en el pasado. Y estaba siendo un cobarde en el presente.

°°°°°

Se recostó sobre la puerta cerrada. Cerró los ojos e intentó que las desobedientes lágrimas que la sometían a un dolor infinito no vieran la luz. Pero pudieron más que ella.

Sin posibilidad alguna de retenerlas, las dejó salir y expresarse. Las dejó salir y demostrar toda la angustia que sentían. Toda la angustia que sentía.

No podía creer que una vez más hubiera desperdiciado la oportunidad de hacer de su vida lo que siempre había soñado. No podía creer que malas elecciones pasadas se hicieran presentes, castigándola de ese modo.

Pensó en todo lo que había vivido. Pensó en las cinco semanas que había pasado allí y no pudo evitar arrepentirse de todo. No pudo evitar arrepentirse del viaje, del engaño, de la cobardía... No pudo evitar el impulso de regresar a su casa, en Argentina, y mandar todo el presente a lo más profundo del baúl más recóndito, guardarlo con llave y tirarla al río. Y perder la llave. Y amarlo sin tapujos. Ser libre para amarlo. De una vez por todas.

El ruido de los autos transitando por la calle la llevó de nuevo a la realidad. A una realidad que ya no quería aceptar. A una realidad a la que se había acostumbrado por la imposibilidad de tener la que hubiera querido en verdad. A una realidad que la obligaba a volver a América y cumplir con sus compromisos morales. Que la obligaba a volver a América y olvidar su eterno amor imposible. A olvidar lo inolvidable.

°°°°°

No. Creo que optaré por viajar en avión esta vez. Quiero saber que se siente. Que le ves de bueno.-

Está bien. Creo que logré influenciarte en algo, al fin.-

Si-

...-

...-

¿Te pasa algo? Te escucho... como perdido. ¿Qué pasa?-

... Nada, Anne.-

¿Seguro? Se te escucha realmente mal.-

En serio, no pasa nada.-

°°°°°

¿Y? ¿Cuándo vuelves? Ya te extraño demasiado. Quiero que vuelvas, amor.

Vuelvo esta noche. El vuelo sale nueve y media de la noche. Llego al aeropuerto cerca de la una de la mañana(1). ¿Irás a buscarme?-

Por supuesto. ¿Qué clase de pregunta es ésa?.-

...-

¿Te pasa algo? Estás... rara-

...-

¿Gin? ¿Sigues ahí?-

¿Cómo?-

¿Qué pasa, Gin? Estás distraída... rara... ¿Pasó algo allí?-

No. Por supuesto que no pasó nada. ¿Qué iba a pasar?-

Bueno, no te pongas así. Fue sólo una pregunta.-

Está bien.-

...-

...-

¿Nos veremos mañana entonces?-

Si, mañana. Mañana nos veremos.-

°°°°°

Amor!- exclamó Anne al verlo salir por la puerta de arribos. Vio como corría a abrazarlo y puso todo su empeño en que su actitud pareciera normal. Si quería que las cosas salieran bien, no debía enterarse de nada. No debía notar nada. Todo debería seguir como antes. Como si nada hubiera pasado.

Sintió los labios de su esposa posados sobre los suyos. Un poderoso deseo de alejarse de ella lo invadió por completo. No. No puede notarlo. Cuando finalmente lo liberó de la tortura, lo miró fijamente. Se ha dado cuenta. No es estúpida. Lo ha notado.

¿Qué es lo que te pasa? Estás aún peor que por teléfono.- recriminó.

Hizo acopio de toda la falsedad que pudo y, confiando en que no fuera poca, actuó. Y dio la mejor actuación de su vida.

Nada, amor.- dijo, sonriendo. Bajó su cabeza unos centímetros y la besó. Hizo todo lo posible para que ese beso pareciera verdadero. Con los ojos cerrados, imaginó la cara de Gin. De su única, verdadera y eterna enamorada. Sólo su cara. El amor que le tenía brotó por todos sus poros, transformando aquella supuesta demostración de amor en una verdadera. Sólo que no estaba siendo otorgada a su verdadera destinataria.

Cuando se separaron, Anne sonrió ampliamente.

Ahora puedo creerte que no pasa nada.- declaró.

°°°°°

El vuelo llegó adelantado. Pedro aún no estaba allí.

Caminó por el pasillo de arribos y se sentó en las sillas destinadas a la espera, como lo había echo hacía ocho años.

Esperó aproximadamente 30 minutos, que ocupó en su lectura de Amor en los tiempos de cólera, hasta que llegó Pedro.

Vio como se acercaba a ella con una sonrisa radiante, de verdadera alegría. Hizo todo lo posible por actuar normalmente. No quería que nada se notara. No quería que descubriera el engaño. No quería que descubriera que ya no lo amaba. Que nunca lo había echo.

Se levantó de su asiento conforme lo veía acercarse. Cuando estuvo delante de ella, Pedro la abrazó como si fuera lo último que fuera a hacer en la vida.

No sabes cuánto te extrañé, Gin.- susurró en su oído. Y a ella se le inundaron los ojos de lágrimas.

Al separarse de ella, la vio limpiarse los ojos con las yemas de los dedos. Sintió esa extraña sensación que había sentido por teléfono otra vez.

¿Qué pasa, amor?- preguntó, con cierta angustia en su voz. Verla después de un mes y medio de añoranza era lo que más deseaba, pero no bajo esas circunstancias. La notaba angustiada. Sólo la había visto así cuando se conocieron y ella llevaba poco tiempo en Argentina. En su momento, que estuviera sí le había resultado normal y comprensible, debido a la lejanía de su tierra. Pero ahora, no tenía sentido alguno. Ella acababa de regresar de Inglaterra, a donde había regresado por propia elección. No sabía que era lo que podía estar causándole ese estado. Lo único que sabía era que no quería verla así. No quería verla sufriendo de esa forma.

Nada, Pedro.- respondió entre llantos.

No me mientas. Se que pasa algo, aunque no quieras decírmelo.- replicó seriamente.

Se dará cuenta de todo. Si no dejas de comportarte como una estúpida, se dará cuenta de todo. Se limpió las lágrimas con la mano y se compuso. Si quería que las cosas salieran bien, debía controlarse.

No te estoy mintiendo.- dijo, sonriendo. –En serio. No pasó nada, amor. Nada-

°°°°°

¿Vendrás?-

Si, por supuesto. Será una buena oportunidad para volver a vernos, después de tanto tiempo.-

Exactamente. ¿Hermione está por allí?-

No. Ha ido a buscar a Thomas a la escuela.-

Oh, Thomas. ¿Cómo está el niño?-

Bien, muy bien. Debes conocerlo. Le hablamos mucho de ti, y siempre pregunta cuando podrá verte.-

Deben traerlo, entonces.-

Si.-

...-

¿Qué pasa, amigo?-

Nada, Ron.-

A mi no puedes mentirme, y lo sabes. Así que déjate de rodeos y dime que es lo que te pasa.-

No puedo, Ron. Créeme que quiero, pero no puedo. Es demasiado complejo y tendría que contar toda la historia. Sería demasiado complicado.-

Me lo contarás cuando nos encontremos allí, entonces.-

No lo sé. No se si pueda.-

Me lo contarás cuando nos encontremos allí.-

...-

Debes dejar de hacer esas cosas, Harry. ¿Cuándo aceptarás que a nosotros puedes contarnos cualquier cosa? Y más ahora, que estamos tan lejos.-

Sé que puedo contarles lo que sea. Pero no se si quiero volver a escucharlo. No se si quiero recordarlo. Es realmente muy complicado para decirlo por teléfono. Ya veremos cuando estén aquí.-

Está bien. Lo acepto bajo esos términos.-

...-

...-

Nos veremos la semana próxima entonces.-

Tenlo por seguro.-

¿Cómo vendrán? No pueden aparecerse, por el niño. ¿O sí?-

No, no podemos. Probablemente viajemos en avión, como lo hacemos siempre que vamos con él.-

Perfecto. Si quieres puedes avisarme cuando llegan, así puedo ir a buscarlos al aeropuerto.-

De eso se encargará Hermione. Gracias si puedo hablar por teléfono... reservar tickets de avión sería demasiado para mí.-

Lo imagino.-

...-

...-

¿Harry? ¿Puedo hacerte una pregunta?-

Si, por supuesto.-

¿Le has avisado a Gin que te casas?-

...-

Disculpa. He sido un idiota. No debería haber dicho eso.-

No, está bien. De hecho, ella ya lo sabe. Se lo dije personalmente.-

¿Cómo? ¿Viajaste a Buenos Aires?-

No. Ella vino a Londres.-

¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?-

Vino hace un mes, más o menos, y me la encontré en el aeropuerto, habiendo dejado a Anne en el avión.-

...-

...-

¿Y que pasó entre ustedes? Es eso lo que te tiene así, ¿no es cierto?-

...-

¿No es cierto?-

Si, es cierto. Pero ya te contaré cuando estén aquí. A los dos.-

Por supuesto que me contarás. De eso no me cabe duda.-

Bueno, debo irme. Voy a perder el vuelo si no me voy ahora.-

Nos vemos la semana entrante, entonces. Adiós.-

Adiós.-

1: Diferencia horaria este-oeste: hacia el este, se resta una hora por huso horario con respecto al punto de partida. Por ejemplo, ahora, 12:10 de la noche en Argentina, son aproximadamente las 2:10, o 3:10 de la noche en el Reino Unido.

Ufff! Cómo costó! Estuve muy, muy atareada con el colegio estas ultimas semanas, pero siempre me hacía un espacio para escribir. Sólo que esta semana se sumó que estuve falta de ideas y la organización de la fiesta (que finalmente, no salió como yo hubiera esperado ( ).

Pero lo importante es que el capitulo ya está acá. Espero que lo hayan disfrutado y que dejen reviews!

Saludos!