Todo lo que ya hayan leído en los libros de JK Rowling, es exclusivamente suyo. Lo demás, es puro invento, inspirado en la canción de Coldplay, homónima a la historia. Sin fines de lucro.

Capitulo 10

Let's spend the night together

Now I need you more than ever(1)

Ya es la hora, Anne.- avisó Harry. –El tren llegará a las 11 y ya son 10 y media. Si no salimos llegaremos tarde.-

Su esposa estaba sentada frente a la computadora, escribiendo algo, cuyo contenido Harry desconocía.

Ve tú. Estoy segura de que Lily no se ofenderá.- respondió, sin apartar la vista de la pantalla.

¿Qué estas diciendo, mujer?.- preguntó él, indignado. –¿Tu hija llega después de pasar todo el año en el colegio y no vas a ir a recibirla¿Qué es lo que pasa contigo?-

No es tan terrible tampoco, Harry.- replicó Anne, aun con la vista fija en la pantalla de la computadora. –No pasará nada. Sólo dile que estaba ocupada con el trabajo, como de hecho lo estoy.-

Harry caminó hasta la silla frente al aparato de la discordia y se quedó parado frente a su esposa. –No voy a decirle absolutamente nada. Si tú quieres tomar actitudes inapropiadas, es tu problema. Yo no responderé por ti.- declaró.

Llevaban varios meses así. Las discusiones eran constantes y surgían por cualquier inconveniente, aunque fuera mínimo.

La verdad era que después de 15 años, las cosas se estaban desgastando entre ellos. Sobre todo, porque Harry nunca había vuelto a ser el mismo que era cuando Anne viajó a Roma. Porque Harry nunca había podido olvidar a Ginny.

Eso era algo que ambos sabían, aunque lo negaran con su silencio. Aunque callaran ante lo evidente. Aunque fingieran que no veían lo que sucedía.

La farsa estaba llegando a su fin, aunque ninguno de los dos lo supiera. Aunque ninguno de los dos lo supiera, a su matrimonio le quedaba poco tiempo de vida.

Sí, como quieras.- respondió, indiferente. –Yo sé como tratar con mi hija, por si no lo sabías.- dijo, mirándolo por primera vez desde que habían comenzado a hablar.

Harry se quedó callado a falta de algo inteligente e hiriente que decir.

Me voy. Si no, llegaré tarde.- caminó hasta mesa del living y tomó sus llaves y las del auto de la canastita colocada cobre ésa, para guardarlas. –Espero que cuando volvamos no estés todavía ocupada con esa caja estupefaciente.- dijo, refiriéndose al procesador, volviendo hasta el cuarto de trabajo de su esposa y hablándole desde el marco de la puerta.

Estoy trabajando. Déjame en paz por favor, de una vez por todas.- pidió impaciente, deteniendo sus manos sobre el teclado y bajando la mirada.

Como quieras.- respondió él. Bajó las escaleras que comunicaban la planta baja con el primer piso de la casa y salió de la misma, dando un portazo que Anne escuchó claramente desde donde estaba.

Gotas de frustración brotaron de sus ojos a borbotones.

No quería reconocerlo, pero sabía que ya nada podía hacer por salvar su matrimonio. Ya nada podía hacer para que la sombra que se interponía entre ella y Harry se alejara, se disolviera.

Ya nada podía hacer para borrar a Ginny Weasley de su corazón.

°°°°°

¡Ron, Hermione!- exclamó Anne, entrando en el living de la suite que ella y Harry ocupaban en un reconocido hotel romano. Se acercó a ellos para saludarlos. –¿Cómo están, tanto tiempo sin vernos?- preguntó alegremente, sentándose a su lado en el sillón.

Bien, muy bien, gracias.- respondió Hermione, amable.

¿Han traído a Thomas?- preguntó. –La única vez que lo vi era apenas un recién nacido.- contó, mirando a su esposo, quien estaba sentado en el sillón individual frente a ellos.

En ese momento, se escuchó la puerta del baño abrirse y un niño de unos cinco años salió de él y llegó corriendo hasta el living, para saltar en el regazo de su padrino.

¿Te has lavado las manos, Thomas?- preguntó Hermione.

Sí, mamá.- respondió el niño. Miró hacia el sillón en el que estaban sentados sus padres y vio a Anne. -¿Quién es ella, tío Harry?- preguntó con interés.

Ella es mi esposa, Thomas. Tía Anne.- presentó Harry.

¿Tu esposa?- repitió extrañado el niño. Frunció el entrecejo, pensando.

Hola, Thomas.- saludó Anne, en medio de los pensamientos del niño. -¿Sabes? Nosotros ya nos conocíamos.- contó. –Cuando naciste, te fuimos a visitar. El tío Harry y yo.- sonrió al niño, intentando ganarse su simpatía.

Pero Thomas seguía con el entrecejo fruncido y miraba alternativamente a Anne y a su padrino.

Pero...- empezó. -¿No se supone que debes querer a tu esposa, tío?- preguntó finalmente.

Sí. Por supuesto, Thomas. Y yo quiero mucho a Anne. La amo.- dijo, tratando de sonar convincente, mirando de reojo a sus amigos, sentados a un lado de Anne.

Por su parte, Ron y Hermione miraban la escena incrédulos. Si el niño no se dominaba su impulso de sinceridad, terminaría revelando los sentimientos de Harry hacia Ginny, los cuales conocía por propia boca de él. Harry se los había revelado, inconscientemente, en una visita que había echo a sus amigos en su casa de Texas.

A pesar de su edad, Thomas era un niño muy avispado, que entendía los asuntos de grandes tan bien como si fuera uno de ellos. Y que tenía la memoria de un elefante.

Pero tu me dijiste que amabas a tía Ginny.- replicó el niño, sin darse por vencido ante la declaración de su padrino.

Harry vio con terror cómo la cara de Anne se tornaba más y más roja.

Hora de ir a dormir, Thomas.- dijo de repente Hermione, en un intento por salvar la situación. Se levantó de su asiento y tomó a Thomas por debajo de sus bracitos y lo paró en el suelo, tomando su mano y sacándolo de la habitación, por sobre los reclamos del niño.

Bueno.- dijo Ron, vacilante. La situación no podía tornarse más incómoda. –Creo que me voy a ayudar a Hermione. Nos vemos.- saludó, saliendo de la suite de su amigo. Dejándolo en una de las situaciones más tensas que hubiera vivido jamás. (2)

°°°°°

No, por favor. No quiero viajar en avión..- pedía Harry, haciendo muecas sufrimiento a su amiga para convencerla. –Tomemos un traslador¿si?- propuso, poniendo cara de niño mal consentido.

Anne no pudo reprimir más la carcajada que pugnaba por liberarse. Lo miró con ternura y finalmente aceptó la propuesta de él.

Bueno, como quieras.- dijo. –-El avión no se ofenderá si una vez viajo por medios mágicos.- agregó. –Pero volvemos en avión.- aseguró.

Gracias, Anne.- agradeció Harry, besándola en la mejilla y yéndose a la cocina.

Ante su gesto, ella se llevó la mano derecha a la mejilla y tocó con las yemas de sus dedos el lugar donde los labios de su amigo habían estado hacía tan sólo unos segundos, como si quisiera revivir aquella insignificante demostración de cariño.

Hacía poco tiempo que vivían juntos, sólo como amigos. Harry aún tenía esperanzas de que Ginny regresara, a pesar de que ella se había ido hacía tres años y había dejado de responder a sus cartas hacía más de dos; y ese hecho no permitía que viera la posibilidad que tenía con Anne. La oportunidad que Anne le ofrecía. Todo el amor que le ofrecía.

En esa ocasión discutían cómo viajarían a visitar a Ron y Hermione. Sus amigos les habían escrito desde Estados Unidos, anunciando el nacimiento de su primer hijo, Thomas. Harry y Anne respondieron inmediatamente a la carta, asegurando que en un futuro no demasiado lejano, viajarían a conocer al bebé.

Desde la cocina, le llegó el sonido de la voz de Harry.

¿Crees que Ginny viaje a conocer al niño también?-

°°°°°

Salió de La Madriguera y enseguida vio a Ron, Hermione y Harry, que la esperaban en el jardín para acompañarla hasta el aeropuerto.

¿Lista, hermana?- preguntó Ron, rodeando sus hombros con un brazo.

Si. Lista.- aseguró ella.

Vamos entonces.- dijo su hermano, guiándola hasta el garaje de la casa, donde estaba guardo el auto que su padre había comprado el verano anterior.

Los cuatro subieron al auto, Ron al volante y Hermione en el asiento del acompañante.

En el asiento trasero, incómodos, y no precisamente por el auto, iban Harry y Ginny, quien había dejado su valija y su bolso en el baúl.

Durante el trayecto desde la casa hasta el aeropuerto, ninguno habló demasiado. La única que intentó quebrar el hielo fue Hermione, pero no fue secundada por ninguno de los otros tres pasajeros del automóvil.

Finalmente, después de cuarenta y cinco interminables minutos de viaje, arribaron al aeropuerto de Londres.

Harry fue el primero en bajar del auto, dando el primer signo de vida desde que habían partido de La Madriguera.

Caminó hacia la parte trasera del coche y abrió el baúl, para tomar el equipaje de Ginny. Al ver que ella quería tomarlo, se ofreció a llevarlo hasta donde fuera necesario.

Yo lo llevo, Gin.- ofreció. –No te preocupes.- dijo.

Está bien. Gracias, Harry.- repuso ella, intentando tomar las valijas de todas formas.

Deja que yo las lleve, por favor.- pidió Harry, en un tono de voz extraño, que Ginny no pudo definir. Eso la dejó desconcertada. Lo miró a los ojos e intentó definir que era lo que le estaba pasando por la mente en esos momentos.

Al no conseguirlo, desvió su mirada hacia su hermano, que llamaba su atención en ese momento.

Vamos Gin.- dijo, tomándola por un brazo y guiándola hacia el interior del aeropuerto. Detrás de ellos, caminaban Harry y Hermione.

Ésta se acercó más a su amigo. -¿Y bien¿Qué haces que no le has dicho nada aún? Se irá antes de que te decidas a hacerlo, Harry.- advirtió.

Él siguió caminando, como si su amiga no le hubiera dicho nada.

¿Dónde tienes que ir, Gin?.- preguntó Ron.

Puerta diez.- respondió ella, con voz cansina.

Por allá.- señaló Hermione con el dedo, unos cuantos metros más adelante.

Siguieron caminando hasta que encontraron frente a ellos una escalera mecánica, que tenía un cartel indicador, que proclamaba Gates 1-10, a un lado.

Subieron por ella y llegaron hasta el mostrador bajo la indicación de Gate 10, donde un empleado controlaba pasaportes y pasajes.

A un lado, la gente depositaba su equipaje en una banda automática. Por imitación, Harry dejó el bolso y la valija de Ginny allí y observó cómo la cinta se los tragaba, tratando de desviar su atención de lo que estaba a punto de suceder.

Por su parte, Ginny entregaba al empleado sus documentos y pasaje.

Que tenga un buen viaje, señorita.- deseó, devolviéndole los papeles.

La chica los tomó y giró sobre sus talones, para ver a Hermione con lágrimas en los ojos, acercándose a ella.

Su amiga la atrapó en un abrazo fraternal, que selló con un Cuídate, Gin en su oído.

Te quiero mucho, amiga.- dijo ella, tratando de contener la emoción que se acumulaba en su pecho.

Hermione finalmente se separó de ella, para que Ron pudiera hacer lo mismo.

Estoy tan orgulloso de ti, Ginny.- aseguró, tomando el rostro de su hermana menor entre sus manos. –No sabes cuanto.- agregó, besando su frente con gesto paternal.

Gracias, Ron.- agradeció ella, con una sonrisa de sincera gratitud impresa en su cara.

Su hermano rompió el abrazo y Harry avanzó con paso vacilante hacia ella. Al ver que no tenía la suficiente confianza como para hacer lo que los dos anteriores habían echo, Ginny avanzó con paso resuelto hacia él y facilitó su empresa, al ser ella quien lo abrazara.

Te quiero, Harry.- confesó, incapaz de contenerse. –Te amo.- dijo, tomando el rostro de él entre sus manos y minándolo a los ojos, tal como su hermano había echo con ella.

Él sintió todo el valor que pudiera caber en su cuerpo, acumularse en su garganta.

Te amo, Ginny.- declaró. –Desde hace dos años que te amo con locura. Y siempre lo haré.- aseguró. Y selló su confesión con el beso con más sentimiento que daría en toda su vida.

Cuando se separaron, escucharon una voz distorsionada que provenía de los parlantes decir Último llamado para el vuelo 8965, abordando por la puerta número 10, con destino a Buenos Aires, Argentina.

Esperaré por ti, Gin. El tiempo que sea necesario.- prometió Harry.

No. No puedo irme ahora, Harry. No ahora que sé lo que sientes por mí. No.- negaba ella, con su rostro ya colmado por las lágrimas.

Si, debes irte.- dijo Harry. –Sé cuánto has luchado por esto. Y no voy a dejar que lo tires por la borda. Debes irte. Yo estaré esperando por ti, Gin. Siempre.-

Su promesa se perdió entre el ruido del aeropuerto y las advertencias del empleado, quien decía algo que sonaba como Señorita, ya estamos por cerrar la puerta.

No quiero dejarte, Harry.- replicó Ginny. –No ahora.-

Si, debes irte.- repitió él, una vez más. –No olvides que yo te estaré esperando, Gin. Siempre.-

Consolidó sus palabras posando sus labios sobre los de ella una vez más.

Al separarse, Ginny lo miró a los ojos, tratando de confirmar sus palabras. Comprobó que lo que él le decía no era más que la verdad.

Tomó su cara entre sus manos y lo besó fugazmente, por última vez.

Se separó de él y corrió hasta la puerta, que el empleado sostenía con impaciencia.

Antes de que se cerrara, miró una última vez esos ojos verdes que tanto extrañaría. Él la miró de la misma forma.

Las palabras sobraban.

Te amo.

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1: "Gastemos la noche juntos. Ahora te necesito más que nunca": The Rolling Stones, Let's spend the night together, "Flowers"

2: Los borrachos y los niños NO MIENTEN! )

Bueno, he terminado, al fin! Un tanto más largo que siempre, pero era necesario.

Les cuento que quedan sólo dos capítulos, más un epílogo, que ya está escrito. Así que todo lo que les queda a ustedes, es dejar reviews! Por favor!

Saludos!