Notas: para empezar, hay que ver la forma en la que se me ocurren a mí los fics XDD estaba yo como si nada, viendo Tazmanía (coff coff) esta mañana, cuando de pronto Taz ha representado al Robin Hood de Disney en la escena donde se disfraza de gruya para participar en el torneo de arquería y poder ganar a Marianne o algo así o-o.. y taa-daah! La idea llegó XD de cualquier forma espero que disfruten éste fanfic (que no pasará de 4 o 5 capítulos) porque me hace mucha ilusión escribirlo :3 Por cierto que se lo dedico a Nady, xque me da host OóU...
WUNDERDING
1- The arrow. Keep your head in it place!
La primera carta llegó una mañana de sábado, cuando James Potter dormía todavía. Fue extremadamente curioso, porque a medio sueño (vaya a saber qué soñaba), Peter dio un grito y se cayó de la cama, haciendo que los demás despertasen también, alarmados.
Remus, que fue el primero en reaccionar, dejó escapar una palabra altisonante y James, sin poder ver claramente a su alrededor, tanteó la mesita de noche en busca de sus anteojos.
Cuando logró calárselos notó que tanto Lupin como Pettigrew le miraban, con asombro, y confundido se dio la vuelta. La expresión que puso no pidió nada a los gestos de sus compañeros, y aterrado, saltó de su cama hacia la de Remus, quien cayó pesadamente sobre el colchón debajo de él.
"¡¿PERO QUÉ DEMONIOS..?!"
Una flecha, más o menos del tamaño de dos varitas mágicas pegadas una al extremo de la otra se encontraba incrustada en la pared, con un mechón del pelo de James en la grieta que había ocasionado al golpear su objetivo.
Prongs se llevó una mano a la cabeza, asustado, y la frotó. Sí, le hacía falta un poco de pelo pero no era para tanto, sin embargo, si aquella flecha se hubiese desviado un poco de su curso y hubiera descendido siquiera 5 milímetros más... tragó, pesadamente, y sacudió la cabeza.
"¡¿Quién diablos hizo eso?!" ladró, poniéndose de pie, y Peter, que había escuchado el zumbido seguido por el impacto de la flecha, lo miró todavía temblando ligeramente. "¡¿Wormtail?!"
"Y..yo no sé... ¡Yo jamás intentaría lastimarte, James!"
El animago frunció el cejo, luego sus ojos castaños bajaron hacia la cabecita clara que se sacudía cerca de él, aturdida. "¿Lupin?"
"¡¿Yo qué?!" replicó, indignado.
"¡Pues si no han sido ninguno de ustedes, sería...! ¡¡HEY!! ¡¿En dónde está Black?!" y dicho esto tres pares de ojos se pasearon por la habitación, en busca de alguien que aparentemente no estaba ahí. "¡¡SIRIUS BLACK!!" rugió James, completamente histérico, y caminó hacia la puerta cerrada del baño.
"Dime, Prongs." respondió una voz tranquila mientras que un joven alto y de piel pálida entraba por la puerta del pasillo.
La mirada de Prongs giró violentamente hacia él y con dos zancadas llegó hasta él.
"¡¿En dónde demonios estabas?!"
Ensanchando sus ojos grises, Sirius le miró, hacia abajo, con una mueca de sorpresa.
"Estaba abajo terminando el proyecto de Pociones con Longbottom. ¿Por qué?" inquirió, entrecerrando sus ojos y viendo fijamente al chico que ahora le sujetaba por el cuello de la camisa. Se miraron un momento, mientras los ojos duros de Potter escrutaban los suyos, claramente preguntando un ¿Tan temprano? que no quiso formular con palabras.
Entonces finalmente lo soltó, suspirando y maldiciendo en voz baja.
"Debió ser un maldito Slytherin." dijo por fin, con la cabeza inclinada hacia Black. "Lo siento."
Arqueando sus cejas, Padfoot se frotó la nuca con la mano que no llevaba atiborrada de libros de Pociones. "¿Qué Slytherin? ¿¿Qué sucedió??"
James volvió a suspirar, esta vez más fuertemente, y Remus, quitando las arrugas de su cubrecama, lanzó una mirada a Sirius.
"Alguien le lanzó una flecha a James mientras dormía."
"¡¿Qué?!" exclamó Black, alarmado, y tirando sus libros al piso sujetó con fuerza los hombros de James. "¡¿Cómo que te tiraron una flecha?! ¡¿Estás bien?! ¡¿No te lastimaste?! ¡¡Tengo que llevarte a la enfermería!!" y tirando de Prongs por un brazo, abrió la puerta de golpe.
Todavía aturdido, James arrebató su mano del agarre de Sirius y retrocedió dos pasos. "¡¡Cálmate, estoy bien!! ..." sus ojos marrones temblaron levemente. "Aunque si esa cosa hubiese ido un poco más baja, yo..." y con dedos temblorosos frotó la parte superior de su frente, palideciendo ligeramente.
"¿En dónde..?" comenzó Sirius, y James le interrumpió levantando su brazo hacia la cabecera de su cama.
Wormtail estaba ahí, de rodillas sobre el colchón y observando fijamente el arma asesina con sus ojos acuosos. James había elegido aquella noche para dormir con las costinas abiertas (el endemoniado calor aumentaba de forma bestial conforme el verano se acercaba), las cuales se arremolinaban alrededor de los postes del dosel, y una de ellas tenía un trozo rasgado.
Sirius avanzó hacia ahí a pasos largos antes de que Peter hablase:
"¿Ya vieron?" los otros tres lo miraron, y Sirius se detuvo al pie de la cama, con los ojos ensanchados. "La.. la flecha tiene..."
"¡¿Qué?! ¡¿Qué tiene?! ¡¿Restos de mi sangre?! ¡¡Oh, lo sabía, lo sabía!!" chilló Potter, dejándose caer de rodillas sobre el piso de la habitación ante la mirada irónica de sus compañeros de dormitorio.
"No." repuso Sirius, tirando de la flecha y levantándola al nivel de sus ojos. "Mejor aún, tiene una carta." dijo, volviéndose hacia su mejor amigo y extendiendo el brazo en el que la sostenía hacia él.
James levantó su cabeza y observó, fijamente, el rollo de pergamino que envolvía gran parte de la flecha y que antes no se había detenido a observar.
Las carcajadas llenaron el pasillo, mientras que cuatro muchachos bajaban a toda prisa las escaleras detrás de un irritado y violentamente ruborizado James Potter, que caminaba al frente, con la cabeza levantada dignamente y una vena palpitando en su sien. Llevaba un pequeño parche en la parte apenas lastimada de su cabeza y, apretada entre su puño izquierdo, una flecha rota.
"¡Oh, Jamie, mi amor!" canturreó Sirius, apretando ambas manos en un puño frente a su rostro y apoyando su mejilla contra éste. "¿Ya te dije que amo esa forma tuya de desordenarte el pelo?"
"¡Ah, ah, y la forma en la que usas la túnica también!" secundó Lupin, repentinamente eufórico. "Es que te ves tan sensual así..."
"Sobre todo con esa forma tan elegante de caminar que tienes." continuó Peter, riendo con su risa gutural (A/N: así como se reía Sandrah Bullock o como se llame en Miss Simpatía XD).
"Y ese porte..."
"Y tus brillantes ojos..."
Y cuando las carcajadas volvieron a animarse, James se detuvo, se dio la media vuelta y arrojó pesadamente las flechas contra el pecho de Padfoot, quien dio un ligero respingo.
"¡¡YA BASTA!!" explotó, con el rostro enrojecido. "¡UN... UN PSICÓPATA TRATÓ DE MATARME ESTA MAÑANA, TÚ NI SIQUIERA ESTABAS AHÍ PARA DARTE CUENTA Y... Y LO ÚNICO QUE PUEDES HACER AHORA ES REÍRTE!" chilló, ofendido.
Entonces Sirius, aligerando un poco su sonrisa, dio un par de pasos hacia James, hasta que su pecho estuvo a pocas pulgadas del suyo, y se inclinó hasta que sus narices chocaron. Sujetando su rostro con ambas manos, acercó sus labios hacia la oreja derecha de James, quien miraba hacia ningún punto en particular, estupefacto.
"Trataba de matarte..." susurró, en una voz relativamente baja hasta para Moony, quien se maldijo por no tener las orejas más largas. "...pero a besos..." y luego besó rápidamente el cuello de Prongs, alejándose repentinamente con un salto y volviendo a echar a andar. "¡No puedes quejarte, Potter, ese psicópata TE AMA!"
Y sin más, Peter volvió a echarse a reír, haciendo eco a Black, y se alejaron por el pasillo entre miradas curiosas de alguno que otro Hufflepuff que pasaba por ahí.
James se quedó de pie en el mismo lugar, siendo observado por un licántropo que le sonreía tímidamente, y sacudió su cabeza.
"¿Qué diablos...?"
Lupin soltó una risita y comenzó a caminar, pasando por su lado a pasos cortos.
"Tranquilízate, James." dijo, con voz alegre, y se detuvo para esperarlo. "Solamente es una broma..."
Bufando, Potter lo alcanzó, olvidando recoger los trozos de flecha esparcidos por el piso. "No sería tan gracioso si la carta te hubiese llegado a ti."
Y riendo esta vez más fuerte, Lupin levantó su mirada.
"Lo sé. Pero no me llegó a mí, sino a ti."
Con los ojos entrecerrados por la irritación, James le dedicó una mirada fría, mientras se metía la mano al bolsillo de la túnica. Llevaba dentro todavía aquél trozo de pergamino mal cortado y arrugado por él mismo durante su momento de histeria. Se encogió de hombros y levantó la mirada hacia el camino que recorrían, sintiendo cómo sus mejillas ardían.
"Black es un patán." resopló, de pronto, y Remus se limitó a sonreír.
Después de todo, no creía que en el fondo todo eso le estuviese causando mucha gracia al otro animago.
"Me hubiese gustado verte saltando al recibir el impacto de mi primera flecha. Con tu cabello alborotado cayendo sobre tus brillantes ojos marrones mientras observabas esto. Recorriendo la habitación con ese porte tan tuyo, tan elegante y tan atractivo mientras la túnica caía sobre tus hombros de forma sensual.
Y sin embargo no estuve ahí, así que tendré que conformarme con imaginarlo..
De cualquier forma, siento si llegué a lastimarte de alguna manera, pero mi lechuza está enferma. No tengas miedo de esta clase de psicópata que no hace nada más que pensar en ti y necesita decírtelo...
Espero verte pronto."
Y ya. Volvió a leerla unas siete veces, tratando de reconocer aquella caligrafía y de enterarse de quién era el sadomasoquista que le enviaba eso. Que estuvo a punto de enterrarle una flecha en la cabeza durante la mañana y que le decía que era sensual...
No pudo evitar ruborizarse nuevamente, obteniendo una risita apagada del animago a su lado. Escondiendo la carta nuevamente en su bolsillo, James lanzó una mirada gélida a Sirius Black, que hojeaba un grueso libro de Historia a su lado, en una mesa apartada en la biblioteca.
Gruñó, entre dientes, y Sirius lo miró.
"¿Qué?"
Frunciendo el cejo, lo miró también.
"¿Qué de qué?"
Sirius sonrió, débilmente, y se encogió de hombros.
"No me estaba riendo de ti.." dijo, con su voz ausente, antes de levantar sus vacíos ojos grises hacia el techo de la biblioteca, como si estuviese pensando.
Sirius Black solía hacer eso. Perderse dentro de cualquier cosa con sus ojos plateados y ausentes, como si estuviese muy concentrado en sus asuntos y a la vez pensando en nada. Soñando despierto, dentro de su propio mundo...
James le dio un codazo.
"¿Quién crees que halla sido?" preguntó, cuando la mirada de Padfoot regresó a él.
"¿Hacer qué?"
"¡La carta!"
"¡Ah!" exclamó Black, como si acabara de darse cuenta de que el tema estaba presente, y volvió a sonreír. "No lo sé, James. Pudo ser cualquiera... es decir, hay varias personas a las que les agradas."
El rostro de Prongs enrojeció todavía más. "E-eso es mentira..."
Padfoot volvió a reír, con su risa atronadora, y echó un brazo alrededor de los hombros de su mejor amigo. "Sabes que la mentira es esa." dijo, acercando su rostro a el de él hasta que su nariz rozó suavemente una de las orejas de Prongs y éste se estremeció, pero no dijo nada. "Como sea." se alejó de él y volvió la atención al libro abierto sobre la mesa. "Supongo que ya te enterarás... ¿No dice que espera verte pronto?"
James arqueó sus cejas.
"¿A mí de qué me sirve que él me vea si yo no sé quién es?"
Y suspirando, Sirius soltó una nueva carcajada, esta vez exageradamente apagada, antes de sacudir su cabeza y comenzar a leer.
Prongs supo que ya no deseaba seguir hablando.
continua...
D'Monkey Ruffy. Agosto 2, 2004. )
