Notas: Ya se alargó, pero espero terminarlo en el capítulo siguiente... However. ¡Muchas gracias a Kyra, Diabolik, Sakuratsukamori (perdóname pero no pretendo potenciar a Remus porque sencillamente no me agrada la idea... bueno, tal vez pudiera hablar más de él, pero el fanfic ya casi se termina y él no me pareció importante dentro de la trama. Pero si deseas saber quién era la persona de la que hablaba con James esa vez, pues era Lily o.o), Ana-San, Marth Mt (el día en que pierdas tus sueños estarás muerta® u.u), sayuri (ja!), Paula (heeey, así se llama mi mami :P) y Koz0o por sus reviews!

WUNDERDING

6- Body Link. I'm seeking you.

"¿Babosas de goma?" inquirió la voz de Remus Lupin, por encima de la cabeza de Sirius Black, sentado sobre su cama y esperando a que el pequeño gusano de hule llegara al extremo de su brazo.

Sonriendo, Padfoot lo miró.

"Sturgis me pidió algunas vivas para su clase de pociones." dijo, parpadeando de forma inocente. "Y yo, como un Proveedor de Artículos para Magos Traviesos, debo complacer a nuestros clientes."

"Pero estas son de caucho.."

"Lo sé. Adquirir una de este tamaño no resulta muy sencillo que digamos." repuso, sujetando a la babosa con su puño entero.

Lupin frunció el ceño.

"Pues..."

La puerta del pasillo se abrió y James entró por ella, acompañado de Peter.

"¡Hey!" saludaron, sonriendo, y Peter se aproximó a ellos, curioso.

"¿Qué es eso?"

"Babosas de goma, ¿Quieres una?" Black extendió el animal hacia Wormtail, quien retrocedió ligeramente.

"No, gracias.. iré a darme una ducha." dijo, avanzando hacia el baño a trompicones. Los otros dos hicieron un gesto con la cabeza y James se limitó a ignorarlo, mientras hurgaba en el fondo de su baúl.

Sirius enterró su mirada gris en su nuca por un segundo, antes de acariciar a la babosa sobre su mano.

"No creo que Sturgis note la diferencia, de todos modos.." sonrió, mirando a Lupin, quien todavía miraba a Prongs, con el ceño arrugado.

"¿No te sientes ni un poco culpable?"

"¿Por qué?"

"Estás engañándolo..."

"Es lo de menos, nos pagará y no se dará cuenta."

"¿Qué harás en caso de que si lo haga? Te odiará, Sirius..."

Arqueando una ceja, Sirius alargó una sonrisa en sus labios.

"Ya no estamos hablando de Podmore, ¿Verdad?"

Los ojos azules de Moony le miraron y Padfoot rió, entre dientes, antes de echarse la babosa al bolsillo de la túnica y ponerse de pie.

"No te preocupes." murmuró, echando una mirada ausente a la puerta del pasillo por la que James acababa de salir. "No sucederá nada." y luego caminó a pasos largos hacia ella, ignorando la mirada acusadora de Lupin.

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Sturgis Podmore, Hufflepuff de séptimo grado sonrió ampliamente, sosteniendo una serie de babosas que se arrastraron lentamente por sus dedos, dejando un rastro de baba sobre la piel del mago.

"¡Genial!" metió su otra mano al bolsillo de su túnica y sacó algunas monedas con las cuales pagar a Sirius, quien sonrió también, ausentemente, y recibió el dinero.

Haciendo una parsimoniosa reverencia, Black se dio la media vuelta y se alejó por el corredor, arrojando al aire y volviendo a atrapar las monedas de plata. (N/a: O-o no recuerdo si los sikles eran de plata y los knuts de bronce o al revés... Como sea ¬¬Uu) Todavía llevaba una de esas babosas artificiales sobre el dorso de su mano izquierda y la acariciaba suavemente con su dedo pulgar en un movimiento no precisamente muy común.

En esas estaba cuando la silueta oscura de alguien frente a él, de pie junto a una ventana que daba al campo de quidditch, llamó su atención. Alguien alto y delgado, con la luz de los relámpagos de la tormenta que había comenzado hacía alguna media hora golpeando pesadamente su rostro de piel ligeramente tostada y acariciada por varios mechones de alborotado pelo negro. Su perfecto cuerpo envuelto en la tela áspera de una larga y elegante túnica negra, y la mirada perdida entre las gotas que caían frente a él.

Padfoot se encogió de hombros, se echó la babosa y el dinero al mismo bolsillo y, pasando una mano por su suave cabello oscuro, avanzó hacia James Potter, su mejor amigo, a pasos largos, procurando no hacer mucho ruido.

Se detuvo a un paso de poder tocarle, observando su nuca y sorprendido aún por el hecho de que el sonido de sus pasos no hubiesen alertado al otro animago. De cualquier forma echó ambas manos hacia el frente, alrededor de los hombros de James, y suavemente cogió los anteojos entre sus dedos, arrastrándolos por su nariz y haciendo que Potter diera un respingo y un paso atrás.

Sus cuerpos chocaron y Prongs se estremeció notablemente cuando su espalda tocó el pecho de Sirius, quien rió entre dientes. Los anteojos ahora fuera del rostro de James, quien había enrojecido ligeramente.

"¿Prongs?"

Se dio la media vuelta, torpemente, y Sirius interrumpió su movimiento sosteniendo uno de sus hombros con el brazo izquierdo, mientras jugueteaba con las gafas entre sus dedos.

"¿Q-qué haces aquí, Sirius?"

Black sonrió, orgulloso, mientras levantaba sus ojos grises hacia la ventana.

"Vengo de hacer negocios." aseguró, cabeceando, y suspiró profundamente, golpeando accidentalmente las mejillas de Prongs con su aliento. "¿Qué haces aquí?"

James no respondió por un momento, sumergido en el aliento a menta que la boca de Sirius desprendía, hasta que el sonido de pasos en un corredor adjunto le hizo despertar de golpe.

"Y-yo... sólo estaba.. viendo..."

Sirius arqueó una ceja y, poniéndose de puntillas, se asomó por la ventana, por encima del hombro de un ruborizado James.

"¿Y qué veías?"

"...eh..."

Con un fuerte resoplido y una sonrisa que Prongs no supo identificar, Padfoot dejó caer su peso sobre el cuerpo de él de pronto, fuertemente, hasta que ambos golpearon la pared de piedra fría.

"No me digas.." susurró Black, y James sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. "¿Esperabas a alguien?" una dudosa sonrisa bailando en sus labios, enviando sensaciones desconocidas hasta el momento a través del cuerpo de su mejor amigo.

"N-no, yo... estaba..."

Sirius volvió a reír, pesadamente, separándose y sujetando a James por una mano; colocó nuevamente las gafas sobre la nariz de James y tiró de él por un brazo hacia el corredor. Luego echó a andar a pasos largos hacia la torre de Gryffindor, sintiendo cómo la babosa se retorcía dentro de su ropa.

"Esperémosle en la torre." murmuró, y Prongs alcanzó a escucharle. "Yo estaré contigo cuando él venga.."

James no pudo objetar mucho, así que tratando de acoplar su respiración y su paso al de Padfoot, asintió un par de veces y alargó sus pasos.

Un grupo de Slytherin se atravesó de pronto en su camino y Sirius frenó, frunciendo el cejo y enterrando la mirada en el par de ojos grises tan parecidos a los suyos que le miraron, desde el otro lado del corredor.

La mirada plateada que descendió lentamente desde su rostro hacia sus brazos y luego a la mano que sostenía firmemente a la otra, sin inmutarse.

Regulus Black rió entonces también, frotando con suavidad la corbata verde y plateada entre los dedos de su mano derecha y sin dejar de ver las manos de los Gryffindor frente a él.

"Hey, Sirius." sonrió, volviendo a levantar la mirada hasta la de su hermano mayor. "Tanto tiempo sin verte."

Sirius, con el cejo levemente fruncido, cabeceó un par de veces, antes de sonreír también.

"Sí, un par de horas, creo yo, hermanito.."

Regulus torció los ojos.

"Más tiempo en tu mundo, me imagino..." rió entre dientes y dio un paso hacia él. "La última vez que te vi no tenías todavía esas mañas..." su mirada volvió a descender hacia las manos apretadas y subió de golpe hacia James, quien enrojeció violentamente.

Iba a decir algo, pero Sirius se adelantó a él:

"¿Qué? ¿¿Esto??" inquirió, levantando la mano y arrastrando la de Prongs con él. "Ah, sí... bueno, tal vez las tenía pero no lo sabías... con eso de que tu coeficiente intelectual no es lo suficientemente alto como para que te des cuenta de varias cosas..." levantó el rostro también y con la nariz señaló a un par de chicos detrás de Regulus, quien ensanchó sus ojos. "Aunque supongo que es de familia.."

"¡Mira, Sirius, más te vale..!"

"¿Más me vale qué?" interrumpió Padfoot, bruscamente, dando un paso hacia él. "¿¿Me callo o le irás a tu madre con el chisme?? 'Oh, mami, Sirius rompió mi muñeca! Mami, Sirius tiñó el pelo de mi gatito de verde, mami, mami! Sirius tiene novio'..." el gesto de burla se desvaneció de su rostro, dando paso a uno de ira. Avanzó todavía más hacia él. "¿Es eso lo que deseas hacer, renacuajo?"

El más pequeño se encogió de hombros, sintiendo cómo sus mejillas se encendían, y lanzó una mirada de profundo odio hacia James, quien sonreía ligeramente, con el rostro levemente enrojecido.

"Vete al diablo, Sirius.." refunfuñó, soltando bruscamente su corbata y dando un par de pasos hacia el frente, pasándolos de largo. Sus amigos fueron detrás de él y James se hizo a un lado cuando uno trató de darle un puntapié.

Sirius soltó de golpe la mano de su amigo, sacó la varita de su bolsillo, y sin previo aviso, la levantó hacia la espalda de su hermano menor.

"¡¡Wingardium Leviosa!!"

El cuerpo delgado y pequeño del joven de 14 años se levantó de golpe del piso, con un chillido, y los chicos que le acompañaban comenzaron a gritar también, asustados.

Y riendo fuertemente, Sirius despegó su varita del hechizo, haciendo que Regulus cayera pesadamente al suelo, una vez más, golpeándose con fuerza y maldiciendo en voz alta. Se dio la media vuelta, viendo que James, con una sonrisa amplia en los labios se volvía también para comenzar a correr, y en una desenfrenada carrera y con la respiración quebrada a carcajadas, ambos se alejaron de los chicos de cuarto, que se volvían ya hacia ellos, con Regulus Black hecho una furia y desenfundando su varita mágica.

"¡¡El corredor de los dragones!!" exclamó James, volviendo el rostro hacia un histérico Sirius, que le pisaba los talones; sin borrar la sonrisa de sus labios y olvidándose del incidente del corredor, ambos dieron la vuelta a una esquina, treparon una pequeña serie de escaleras y, con un movimiento rápido, Prongs apartó un amplio lienzo que mostraba tres dragones durmiendo sobre una roca, inclinó la cabeza y se introdujo dentro del pasillo oscuro, con Sirius detrás de él.

El mismo Sirius que se detuvo de pronto antes de entrar también, apretó la varita, lanzó una mirada hacia el sitio por donde los pasos y gritos de su hermano menor y sus amigos se escuchaban ya, y con una sonrisa, la levantó por encima de su cabeza...

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Respirando fuertemente, James se recargó contra un costado del reducido espacio entre pared y pared del oscuro pasillo por el que acababa de entrar, con una sonrisa francamente divertida en sus labios y las mejillas enrojecidas por el esfuerzo físico.

Jadeó, con fuerza, y volvió el rostro.

"¡Eso fue bueno, Padfoot!"

Pero Padfoot no respondió..

...porque no había Padfoot para contestar.

Alzando las cejas, James regresó una parte del camino andado, confundido.

"¿Sirius?"

No hubo respuesta, y resignándose, imaginó que se habría quedado atrás para jugar una última broma a Regulus.

El único problema en esto era que no había sido invitado... y con una sonrisa cansada, se dio la media vuelta y echó a andar hacia la salida del pasillo, que daba a un piso antes de la torre de Gryffindor.

Podía escuchar todavía las gotas de lluvia y los truenos retumbar por encima de las paredes del viejo castillo, pesadas, furiosas, empapando la piel del colegio hasta las entrañas. Podía escuchar también su respiración, densa y agitada flotando alrededor de él, y sus propios pasos resonando por el pasillo pequeño y húmedo.

Se llevó una mano a la cabeza y sutilmente frotó los cabellos de su nuca, revolviendo todavía más.

'Sirius tiene novio...'

Sonrió, débilmente, y levantó la mano frente a su rostro, flexionando los dedos que Sirius había tenido entre los suyos minutos antes, en un agarre firme...

'¿Estabas esperando a alguien?'

Suspiró e inclinó la mirada, sintiendo cómo sus mejillas enrojecían.

A él..

'Te veré mañana.'

¿Mañana en la noche? ¿Hoy?

'Yo estaré contigo cuando él venga'.

"Sirius..."

Sacudiendo la cabeza, extendió el brazo para apartar el lienzo que ocultaba la salida. Saltó hacia un nuevo corredor ya vacío, levantó la mirada y observó a ambos lados. No había nadie. Dio una última mirada al pasillo secreto, masculló algo entre dientes y dejó caer el lienzo.

La luz de un relámpago se filtró por los cristales de la ventana que había a pocos metros de él. Entonces escuchó pasos. Volvió el rostro, esperando ver salir a Padfoot detrás de él.

Nada.

Volvió a levantar el lienzo.

Adentro no había nadie, pero todavía escuchaba pasos... retrocedió, confundido, y justo en aquél momento una flecha pasó zumbando justo frente a su rostro, cortando de tajo algunos cuantos de sus cabellos negros.

Jadeó, con los ojos bien abiertos, y volvió el rostro hacia el final del corredor y vio cómo una figura oscura se levantaba por encima del doblez hacia la derecha que llevaba a los almacenes de escobas.

"¿Q-Quién..?"

El desconocido bajó lentamente el arco que sostenía entre las manos, estirado hacia el frente, y dejó que colgara a un costado suyo, mientras con dos de sus dedos se acomodaba correctamente el antifaz.

'Estaré contigo cuando venga...'

"¿Q-qué demonios...?"

A pasos cortos y silenciosos, con el sisear de su larga túnica negra acariciando el piso, éste se le acercó. Llevándose una mano a la espalda, suavemente cogió una flecha nueva de su estuche (A/N: no sé cómo se le llame a la cosa donde se guardan las flechas... pero es de ese que lleva Legolas ¬¬U) y volvió a levantar el arco.

James retrocedió un par de pasos más, viendo que esta persona se acercaba y estiraba ahora una flecha apuntando fijamente a la diana en su pecho.

"¿Qué.. qué vas a..?"

Con una risa gutural, el extraño plantó firmemente el pie derecho en el piso y, con un movimiento rápido, dejó escapar la flecha.

El zumbido cortó el aire y el grito de James abruptamente, quien sacó la varita y la desvió a pocos centímetros de que la flecha se enterrase en su carne.

"¡¿QUÉ DEMONIOS ES LO QUE ESTÁS HACIENDO?!" exclamó, con un gesto de terror y odio mezclados, y la otra persona soltó una carcajada fría y áspera que James sólo había escuchado una vez antes...

Pero no era posible...

Levantó la varita mágica hacia el cuerpo delgado frente a él, cada vez más cerca, que había sacado una flecha más.

"¡¿Qué es lo que quieres?!"

El muchacho ensanchó la mirada blanca detrás del antifaz y alargó una sonrisa en sus labios.

"Quiero matarte, James Potter.." susurró, con una voz que logró hacer que el cuerpo entero de James se estremeciera.

"¿Qué..?"

Y la flecha se liberó de sus dedos, hacia el cuerpo de Prongs, quien no alcanzó a detenerla.

Fue como si alguien hubiese encendido fuego dentro de su pecho, quemante, rasgando con una intensidad horriblemente placentera su piel hasta tocar sus entrañas... sus anteojos se aflojaron, saltaron por el puente de su nariz y cayeron al piso con un sonido metálico, seguido por el crac de un zapato pisando bruscamente la armazón.

Dejó que su espalda golpeara la pared, seguido por el cuerpo del arquero, que había llegado a pasos largos hasta él y, extendiendo sus brazos y situándolos a los costados de su cabeza, le había acorralado contra una esquina cualquiera.

Una escena casi familiar...

"¿Qué fue lo que..?" alcanzó a gemir Prongs, buscando con los dedos la flecha incrustada en su pecho para darse cuenta de que no había nada.

Con su risa apretada y cínica, el otro chico se inclinó todavía más hacia él.

"Quiero matarte, James Potter..." su respiración golpeando suavemente el cuello delgado del cazador. "Deseo estrangularte en placer y hacer que chilles pidiendo por más..."

"...¿qué dices..?" el rostro cada vez más ruborizado de James golpeó suavemente con su mejilla izquierda la piedra de la pared, sintiendo el contraste del frío enterrándose en su calor.

Y riendo nuevamente, el desconocido se alejó de él y acarició con suavidad el rostro enrojecido del Gryffindor, quien le veía de reojo.

"Te asusté, ¿Verdad?"

"¿Heh?"

"Deberías comenzar a usar lentillas.." luego se inclinó y depositó un único beso sobre los labios de James, quien respiró profundamente dentro de la boca del arquero antes de que éste se alejase de él y desapareciera con un estallido.

Séptimo grado...

Prongs se incorporó entonces, sujetándose la pseudo herida de flecha, y volvió el rostro hacia un costado, donde las otras se encontraban incrustadas.

Se apresuró hacia ellas y sujetó la primera, de metal, que llevaba un pergamino atado en el tallo.

"Ve mañana a la torre de astronomía. Tengo algo para ti."

Ligeramente ruborizado, no se dio cuenta de que el lienzo de los dragones, a pocos metros de él, se abría y un agitado Sirius Black salía de él, riendo a carcajadas.

"¡¡PRONGS!!"

Dio un respingo y se volvió de golpe, sorprendido.

"¡¡De-debiste verlo, James!! ¡Regulus.. Regulus todavía usa los calzoncillos de ositos que le regaló mi madre cuando cumplió 11!" sus mejillas fuertemente enrojecidas por la falta de aire, la agitación y la risa.

Los ojos marrones de James simplemente le miraron por un momento, temblorosos, antes de que caminase hasta él a pasos largos, con el rostro lleno de una mezcla de duda.

"Sirius..."

"¿S-Sí?"

Las manos de Potter sobre los hombros de Black lograron controlar ligeramente su respiración.

"¿En..en dónde estabas..?"

"¡Atrás! ¡¡Pensé que me esperarías!!" bufó Padfoot, frunciendo el cejo. "Llevé a Regulus hasta un candelabro en el corredor que da a la sala de profesores.." una sonrisa entusiasta bailó en sus labios, pero se desvaneció casi de golpe al darse cuenta de que James le miraba fijamente. Con seriedad... "¿Qué.. qué sucede, James?"

"T-tú... él..." sacudiendo la cabeza, nervioso, James extendió la flecha con el mensaje hacia su mejor amigo, quien ensanchó sus ojos grises.

"¡¿Estuvo aquí?!"

Prongs asintió, levemente.

"¡¿Y qué te hizo?! ¡¿Te lastimó?!"

Las mejillas ruborizadas de James le respondieron, y tuvo que morderse la lengua para no decir algo. Inclinó la cabeza y leyó el mensaje.

Con un bufido, Sirius echó a andar por el pasillo vacío, con destino a la torre de Gryffindor y seguido muy de cerca por el otro animago.

"Sirius.."

"La torre de astronomía." resopló Black, entre dientes.

"Heh..."

"¿Vas a ir?"

"...yo..."

Sirius se detuvo, dando la espalda a James, y éste se detuvo también, a un par de pasos de él. Una sonrisa suprimida en sus labios y los puños firmemente apretados, uno de ellos alrededor de la larga y fría flecha de metal.

"James..."

"¿Si..?"

"¿Q-qué harías si yo te dijera que...?"

Hubo un momento de silencio cuando Padfoot interrumpió sus palabras, respiró profundamente y se volvió, con el rostro inclinado hacia él y algunos mechones de su cabello negro escurriendo por su frente. Dio un paso, y otro más, hasta que su cuerpo golpeó con suavidad al de James, quien quiso retroceder entonces pero a quien logró sujetar por un brazo.

"¿Qué si te dijera que...?"

Los ojos castaños fijos en él le hicieron estremecerse, dar un paso torpe hacia atrás y sonreír, ligeramente, mientras se frotaba la nariz.

"Te ves mejor sin anteojos, Prongs.." luego lo soltó, se dio la media vuelta y empezó a caminar una vez más, dejando a un sorprendido Potter detrás de él.

"¿Sirius?"

Se detuvo otra vez, sintiendo la mirada de James en su nuca.

"¿Si?"

"¿Es..es todo lo que...?"

Sonriendo ampliamente, arrojando la flecha hacia el piso y volviéndose de golpe hacia él, Sirius volvió a cortar la distancia entre ambos con un par de pasos, hasta que sus manos apretaron firmemente la cintura delgada de Prongs y su cuerpo entero le empujó contra la pared, antes de que sus labios se cerraran fuertemente sobre los del chaser.

Con los ojos bien abiertos, James sintió cómo si su corazón estuviese a punto de explotar...

"No.." susurró Padfoot, dentro de su boca, y Prongs jadeó audiblemente. "...también era esto..".

continua...