Capítulo 7

Una vez en su cama, Paola no podía dormir, y no era por el hecho de que Naoko hablaba de dormida XD y alucinaba hasta en sueños con Yoshida, sino porque las palabras de su mejor amigo habían calado profundo, generándole preguntas que ni ella conocía sus respuestas. Cansada de dar vueltas en la cama, decidió ir a la cocina por un vaso de agua. Cuando regresaba creyó que estaría mejor sentarse un rato en la escalinata antes de volver a su dormitorio.

-Es cierto –pensó Paola abatida, abrazando sus rodillas y apoyando su cabeza sobre ellas- Ya no soy la misma, pero no podría admitir que el idiota ése es la causa del cambio. Es sólo que...tengo miedo, porque nunca antes me habían lastimado tanto y francamente ya no tengo fuerzas para pelear contra nadie, estoy cansada.
-¿Paola?
-¿Eh? –reaccionó rápidamente la muchacha, levantando la cabeza- ¿Kojiro?
-¿Qué haces aquí? –le preguntó el muchacho notoriamente preocupado, sentándose junto a ella -No podía dormir y vine por un vaso de agua –contestó ella algo nerviosa- Pero como aun no tenía sueño me quedé pensando un rato -¿Pensando en... el motivo de tu tristeza? –dudó el muchacho en preguntar -¿Mi qué?
-Mira, puedo ver que algo te tiene muy triste desde que llegaste –admitió Kojiro- No sé qué sea, pero si necesitas hablarlo con alguien, puedes contar conmigo -Gracias Kojiro –respondió Paola, esbozando una sonrisa- Ah...y discúlpame por haber sido la causa para que golpees a un amigo tuyo -Sawaki se pasó de sinvergüenza –admitó el joven malhumorado- No debió propasarse contigo -Lamento también el comentario de Matsumoto, sé que ellos no se llevan nada bien con los del Meiwa -Lo sé, pero deben recordar que yo también fui una vez del Meiwa -Bueno...sí -Bien, hora de ir a dormir –dijo el muchacho poniéndose de pié y extendiendo una mano hacia Paola- ¿Vienes?
-Bueno –aceptó la muchacha, tomando la mano de Kojiro e incorporándose con su ayuda- Gracias capitán -No tienes nada por qué agradecerme -Claro que sí –repuso la joven sonriendo- Porque tú y los demás me están demostrando que tengo verdaderos amigos aquí en Japón

Y sin decir más, Paola abrazó del cuello a Kojiro, quien se quedó de piedra sin saber qué hacer; hasta que se animó a corresponder al abrazo, cosa que ruborizó algo a la muchacha. Mientras, desde el pasillo, y muy fijamente, Ken los veía sorprendido de tal reacción y después de unos segundos decidió marcharse a su habitación.

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Al día siguiente el grupo de amigos se encontraba casi en su totalidad estudiando en la biblioteca, a excepción de Ken y Takeshi que se habían ido a jugar un rato a la cancha de fútbol.
-¡Son unos insensatos! –refunfuñó Kawabe, al tiempo que ponía ruidosamente sobre la mesa una pila de libros de considerable grosor- Quedamos en que todos estudiaríamos este fin de semana -Qué le vas a hacer –trató de tranquilizarlo Naoko- Ellos sabrán por qué no se ponen a estudiar, al fin que es su responsabilidad -Ya no hagas bilis Kawabe –le dijo Paola sonriendo- Quizá ya estudiaron y quieren darse un tiempo de descanso -Oigan ¿quién tiene buena letra? –les preguntó Koike, acercándose una silla junto a Naoko y Kawabe- Necesito que me colaboren con algo -Ni pienses que voy a ser cómplice de tus trampas –le dijo Kawabe cortante, mirándolo con desdén -Bueno, al fin que tu letra es horrible –contestó Koike, indignado- ¿Qué me dices tú Paola?
-Lo siento Koike, pero sobre que tengo que ponerme al corriente de todo, además tengo que estudiar –se disculpó su amiga -Si quieres yo te ayudo –se ofreció Yuuki, que estaba sentada frente a Paola- Ya ideé mis métodos para aprobar estos exámenes -Sabía que tenía que encontrar un ángel como tú que venga en mi ayuda –exageró Koike, yendo a sentarse junto a la muchacha -Zalamero interesado –gruñó Kawabe frunciendo el ceño -¡Por la recontra de la refregada! –exclamó Paola, consiguiendo que la bibliotecaria la mire con desagrado por armar escándalo- Olvidé traer mi libro de Historia, ya vuelvo

La muchacha recorrió en silencio la silla y se dirigió hacia la salida de la biblioteca. Subió a su dormitorio y fue en busca del mentado libro. Cuando volteó para ver si no olvidaba algo más, quedó sorprendida al ver sobre su almohada una hermosa rosa blanca. Se acercó y levantó la flor, sintió su aroma y sonrió confundida al no imaginar si quiera quién podía habérsela regalado, y pensando si quizá se habían equivocado de destinataria.

El sábado y el domingo la mayoría de los estudiantes del Toho se la pasaron ocupados en sus estudios, mirando con angustia el pasar de las horas y la cercanía del inicio de la nueva semana. Aquél domingo, al regresar en la noche del comedor, Paola notó que una nueva rosa blanca había sido depositada sobre su almohada y pensó que quizá nuevamente habían cometido el error de dejársela a ella, pero otra parte de la joven se emocionaba al creer que tenía un admirador secreto.

Al siguiente día un aire de nerviosismo recorría el comedor del colegio Toho. Algunos alumnos aun intentaban aprenderse algunas lecciones que no habían podido alcanzar el fin de semana. Otros, como Kawabe, miraban con aire de suficiencia a los demás, pensando en lo superiores que se sentían al haber terminado de aprender los temas del examen de ése día.

Cuando ingresaron en su aula, Paola vio que Koike se hallaba agazapado en su banco, tratando de colar con bastante esfuerzo algo en la parte inferior de su mesa.
-¿Qué haces Koike? –preguntó la muchacha, golpeando con una mano la mesa de su amigo, haciéndolo sobresaltar -¡Paola! Demonios, me asustaste –exclamó el muchacho, recuperando el alma que se le había ido del susto -No me digas que estás tratando de colar tu chanchullo (o sea machete, o como le llamen a los "ayuda memoria)
-Mentiría si te digo que no, así que no interrumpas mi labor –contestó Koike de forma diplomática, agachándose nuevamente -Te van a descubrir –aseguró Kojiro, sentándose en el banco que estaba al lado- Buenos días Paola -Hola Kojiro –respondió la muchacha sonriendo -Al menos disimula ¿no? –le dijo Ken fastidiado, sentándose a la derecha de Koike- Buenos días.
-Hola Ken –saludó Paola algo extrañada por el mal humor de su amigo -¡Ya está! –dijo Koike sonriendo complacido e ignorando a sus compañeros- Si el dispositivo que creé funciona, la liguita volverá a su estado original cuando deje de tirar de ella y así el maestro no sospechará de mi -Me sorprende que uses tu limitada inteligencia para cosas como ésa –se indignó Kawabe sentándose detrás de Kojiro- Pudiendo haber estudiado.
-Mira Kawabe –aclaró Koike ofendido- Personas como tú tienen el cerebro superhiperdesarrollado y listo para recibir un sin fin de información de todo tipo, hasta Filosofía. Personas como yo, o sea NORMALES, tenemos que valernos de algunos truquitos para pasar de año y no permitir que nuestros padres nos quiten nuestra mesada por reprobar alguna materia -Mira Koike –respondió Kawabe en el mismo tono- Personas como tú podrían alcanzar logros similares a personas como yo, si al menos les diera la gana de abrir un libro y leerlo aunque sea un poco -¡Buenos días! –saludó Kazuki efusivamente, dándole un beso en la mejilla a su amiga, lo que a Paola le pareció una especie de escape para evitar las consecuencias de su discusión de ayer- Qué creen.
-Por tu alegría puedo notar que terminaste de estudiar –dijo Kawabe complacido -Sí –contestó Kazuki sonriendo, haciendo un gesto de amargura luego- ¡Pero ya lo olvidé, estoy en blanco!
-Seguro es por los nervios –aseguró Koike, dándole palmaditas de conformidad a su mesa- De todos modos, para no pasar por situaciones tan estresantes como ésa, yo prefiero estar prevenido -Copión –murmuró Kojiro molesto -Bien muchachos, todos a sus asientos –les ordenó la profesora de Filosofía, callando inmediatamente a todo el curso- Por favor, los primeros de cada fila ayúdenme a repartir los exámenes, en silencio...

Uno a uno recibieron los exámenes, y con la orden de la maestra para iniciar, los muchachos se pusieron a rasgar sus exámenes con sus lápices (o sea...se pusieron a escribir XD). Koike, de lo más tranquilo, fue llenando su examen copiando las respuestas de su "ayuda memoria". Cuando Kawabe terminó, miraba con superioridad a sus compañeros, y le dirigía a Koike un gesto de desaprobación. Como la maestra se acercaba a Koike, éste soltó bruscamente el papelito, de manera que la liga que lo sujetaba se soltó y fue a dar dolorosamente a una pierna de Paola, que estaba sentada delante de Koike.
-¡Mier...manito toca el piano! –murmuró Paola adolorida, ahogando un grito, agachándose a sobarse la pierna

Ken, que había notado el respingo de su amiga, descubrió que había un papel cerca del pié de la muchacha y se agachó a recogerlo, al mismo tiempo que a ella se le ocurría la misma idea, de forma que sus manos quedaron agarradas. Sonrojada, Paola miró al muchacho.
-¿Se puede saber qué están haciendo? –les preguntó la maestra, golpeando inquisitivamente el piso con uno de sus pies -Eh...yo... –dudó Paola nerviosa, incorporándose rápidamente, sin notar que tenía el papelito en la mano -Señorita, déme ése papel –ordenó la maestra, extendiendo la palma de la mano

Horrorizada Paola se dio cuenta lo que tenía en una mano, y no le quedó otra que obedecer. Mientras Koike se golpeaba la frente con una mano por meter a su amiga en semejante lío.
-¡Vaya! –dijo la profesora indignada- Así que se estaban pasando las respuestas del examen -No –aseguró Ken- Yo sólo.
-No quiero explicaciones, ambos, salgan del aula ahora -Pero maestra –replicó Paola sorprendida -¡Ahora! –ordenó la profesora, a lo que los acusados tuvieron que obedecer con resignación y salieron del aula

Una vez afuera, avergonzados, ambos no se atrevían si quiera a mirarse.
-Lo siento –se disculpó Paola entristecida- No quería meterte en problemas -No fue tu culpa, no debí agacharme de comedido a recoger el papelito ése –admitió Ken apenado- ¡Pero qué estamos diciendo! Todo es culpa de Koike, ése papelito seguro era de él -Ahora los que pagaremos los platos rotos seremos tú y yo -Bueno, lo positivo del asunto es que me tocará hacer castigos contigo –comentó Ken mirándola y sonriendo, abochornando a su amiga que evitó mirarlo

Cuando el examen terminó la profesora salió agarrada de un montón de hojas y les dirigió a los inocentes acusados una mirada de reprobación.
-Ya les aviso que ambos tienen cero en el examen y que deberán cumplir una serie de castigos toda la semana –sentenció la maestra, marchándose luego -Gracias Koike –refunfuñó Ken, sentándose de mala gana en su asiento- Por tu maldita culpa reprobamos Filosofía -Véanlo por el lado amable –trató de animarlos Koike- Todavía no es el examen final, podrán recuperarse luego.
-Eres un inepto –lo regañó Kawabe- Sabía que por culpa de tu irresponsabilidad ibas a causar una serie de desastres como éste -No fue mi intención –aceptó Koike avergonzado- La liguita se soltó y fue a dar justo en Paola -El caso es... –añadió Paola, antes que sigan regañando al pobre Koike- Que tendremos que estar castigados esta semana, y no podremos estudiar las otras materias -Todo por culpa de Koike –gruñó Kazuki, mirando con enojo a su amigo -¡Ya dejen de culparme! Lo admito, quizá fue mi culpa.
-Cómo que "quizá" –ironizó Kojiro- FUE TU CULPA -Bueno, bueno, ya no lo traten así –les pidió Paola, mientras Naoko le daba un coscorrón al copión- Ahora debemos pensar en los exámenes que vienen, y estoy segura que Koike ESTA VEZ, sí estudiará ¿verdad?
-¿Bromeas? Con qué tiempo, si ustedes apenas alcanzaron a leer mitad de las lecciones todo el fin de semana –preguntó Koike contrariado -Pues lo harás –aseguró, mejor dicho, amenazó Kawabe- Si no quieres que todos te demos la espalda y que nos valga un cacahuate lo que te pase a ti y a tus notas -¡Ay, bueno! –accedió por fin Koike- No volveré a hacer trampa, pero tendrán que ayudarme a estudiar -Oigan ¿vienen o no? –les preguntó Kimiko, asomándose por el umbral de la puerta- Recuerden que tenemos clase de música

Apesadumbrados y de mala gana, todos se dirigieron a la sala de música. Cuando llegaron, y al notar que la maestra no había llegado aun, vieron a Yuuki armando revuelo.
-¡Vamos, vengan! –llamó a sus amigas, poniéndose en fila a bailar y cantar "Wannabe" de las Spice Girls, a capella, lo que fue animando a sus compañeros- ¡Baila Paola!

Haciendo gestos de no gustarle aquello, Paola se puso a seguir a sus amigas no muy convencida de lo que hacía, provocando la burla de sus amigos. Con aires de suficiencia, Yuuki y sus amigas veían a sus compañeros. Entonces Kazuki, Matsumoto, Koike y Shimano las retaron poniéndose delante de ellas, cantando y bailando "Everybody" de los Backstreet Boys.
-Demuéstrales quiénes somos las que mandamos –animó Naoko a Paola, empujándola hacia el frente del grupo de chicas que habían formado -Ok, ok, para que no digan que la Wakabayashi es una cobarde que se anda corriendo de todo –accedió Paola soberbia, logrando una mirada de conformidad por parte de Kazuki- Ahí les voy...si fuese la historia típica que vemos en los triángulos/ por mucho que hubiera química sería un amor relámpago/ pero es todo tan complicado/ que si no me salva un milagro acabaré mordiendo el fango yo también/ Bailábamos, era sábado, con besos de amor caníbales/ y aquellos ojos de antílope radiando mensajes bárbaros/ me ponían igual que a una moto/ dije que iba a buscar algo al bolso y me clavé/ Me gustan los dos/ odio pasar por cobarde y no hay quién me salve hoy por hoy/ me gustan los dos/ un sobresalto constante revuelve mi sangre, señor/ me gustan los dos y con los dos ando/ El uno la historia lúdica, el otro fuego volcánico/ los dos firman con su rúbrica, ojeras y cambios de ánimo/ si la vista no vé lo que pasa, malamente se entera de nada el corazón.../ Me gustan los dos/ odio pasar por cobarde y no hay quién me salve hoy por hoy/ me gustan los dos/ el sobresalto constante, estoy en una olla a presión.
-¡Bravo! –se escuchó decir, junto a unos aplausos- Si canta así los temas que destiné para el examen, le aseguro señorita que usted aprobará con excelencia -Je, lo siento maestra –se disculpó Paola, mirando de reojo a sus amigos que disimulaban la risa -Me alegra que les guste tanto la música, pero no por eso vamos a olvidar el examen, por favor, acomódense como ensayamos...

"Me gustan los dos" es una canción propiedad de Onda Vaselina.