Capítulo 9

La horrenda semana de exámenes había concluido, eso se notaba por el ambiente más festivo de todos los alumnos del colegio. Esta vez estaban ocupados preparando lo necesario para el festival aniversario del Toho, que debía llevarse a cabo en una semana más. Conforme la alegría aumentaba en sus compañeros, el fastidio aumentaba en igual magnitud en Paola, que prefirió hacerse de la vista gorda y no participar en los preparativos.
-¿Ocultándote? –dijo Kojiro divertido, descubriendo a su amiga sentada en el piso de uno de los oscuros rincones del depósito del teatro -Al menos aquí no escucho tanto bullicio –se quejó Paola aburrida- ¿Y tú?
-Le dije a Naoko, que por cierto está muy emocionada con esto, que le ayudaría a recoger algunas cosas y...me vine a esconder aquí –respondió el muchacho, sentándose junto a Paola -¿Cómo están tus hermanos¿y tu madre?
-Bien, felizmente ella ya se recuperó -Me alegra mucho...

Se quedaron unos minutos en silencio. Viéndose "entretenidos" los pies.
-Yo...-quisieron hablar al mismo tiempo, interrumpiéndose -Tú primero –le pidió Paola -Quiero disculparme por mi actitud del otro día, no quería que sintieras que estaba persiguiéndote -Je, no importa, la verdad me sorprendieron ambos, pero no me lo tomé tan a mal –aclaró su amiga -¿Ambos?
-Ken y tú.
-Ah, sí... y...¿sigues con la idea fija de no asistir al baile?
-Claro que sí¿por qué? –preguntó Paola curiosa -Por nada, simple curiosidad –respondió Kojiro, con un dejo un tanto decepcionado, mirando nuevamente el piso

Paola le sonrió y lo miró fijamente: había algo en él que la atraía, pero no podía precisar qué. Así que sin pensarlo, tomó con una mano una de sus mejillas y en la otra le plantó un beso. Luego se puso de pié y se fue dejando a Kojiro estupefacto, llevándose una mano a la mejilla donde segundos antes Paola lo había besado.

Cuando reaccionó, el capitán del Toho fue en busca de Takeshi, que se encontraba en uno de los patios, ayudando a Kimiko con la colocación de un gran letrero que anunciaba los días que faltaban para el baile del colegio. De un jalón se lo llevó del brazo, dejando a Kimiko enojada al ver desaparecer repentinamente al pequeño jugador del Toho.
-Takeshi, necesito hablar con alguien –dijo Kojiro ansioso, caminando de aquí para allá, después que entraron en su habitación -¿Pasa algo malo? –preguntó Takeshi desconcertado, sentándose sobre su cama -Estoy en un gran dilema.
-Por favor Kojiro, deja de dilatar este asunto, me estás asustando -Bien, ahí te va –dijo su amigo, suspirando profundamente- Paola acaba de besarme -¿Qué? –preguntó Takeshi atónito -Bueno, fue un beso en la mejilla¿pero sabes lo que eso significa?
-Por la forma en como te estás comportando...me lo puedo imaginar -¡Ay! No sé qué pensar, qué hacer¡esto es muy extraño! –se desesperó Kojiro, mirando hacia el techo -Kojiro –dijo Takeshi con tono inocente- ¿Alguna vez te habías enamorado?
-¡Qué! Eh...yo...no lo sé –admitió su amigo apenado- Nunca antes me había involucrado en estos asuntos ridículos.
-Entonces¿alguna vez habías sentido que una chica te gustaba?
-No sé, supongo que sí...a veces me parecía que Sanae me...gustaba un poco -Ahá, eso ya es algo –confesó Takeshi, cual si fuera un maestro en el tema de las chicas )
-Pero... –continuó Kojiro, sentándose en una silla frente a Takeshi, tomando un aire distraído- Con Paola es algo distinto, desde que volvió y la vi, fue como, como...no sé explicarlo -¿Algo especial¿algo diferente?
-Sí, especial y diferente –corroboró su compañero, sin dejar su aire de ensueño- Ella es... ella es...especial y diferente (ya se me puso cursi )
-Entonces te gusta –dedujo Takeshi sonriendo divertido -¿Eh? –reaccionó Kojiro, mirando confundido a su amigo -Que Paola te gusta, o es que ¿pasa algo más con ella?
-No lo sé –admitió el capitán del Toho avergonzado por tratar ese tema- Me he estado comportando extraño en lo que a ella se refiere, hasta para mi me resulta insólito comportarme así -¿Como el seguirla en su cita con Vince? –recordó Takeshi divertido -El sólo saber que saldría con ése imbécil me hizo sentir mal en verdad –reonoció Kojiro entre dientes, apretando los puños -Te sentiste celoso -¿Celoso yo?
-Kojiro, ni yo mismo te reconozco, pero supongo que todo eso se debe a un gran lío de faldas.
-No sé qué hacer -Dícelo –le aconsejó Takeshi, tranquilamente -¿Decirle qué? –le preguntó su amigo, como si Takeshi estuviera burlándose de él -Que te gusta o...que te enamoraste de ella -¡Momentito! Yo no dije eso –reclamó Kojiro avergonzado, poniéndose rápidamente de pie para empezar de nuevo a caminar nerviosamente -Ahá –murmuró Takeshi nada convencido -No puedo hacer eso –dijo el delantero japonés desesperado -Sí que puedes –lo alentó su amigo- Recuerda quién eres: el gran Kojiro Hyuga, que no se amilana con nada...bueno, hasta ahora -¿Y si se enoja y no quiere hablarme más?
-Al menos no te quedarás con la duda ¿no? El que no arriesga no gana -¿Olvidas que es la prima hermana de Genzo Wakabayashi? –le recordó Kojiro, entrecerrando los ojos -¿Y eso qué? No me vengas ahora a poner eso como excusa ¡vamos Kojiro!
-Bueno.
-¡Demuestra que tienes...! No, eso suena feo¡demuestra que eres corajudo!
-Mientras no le quites el "ra"... –alegó su amigo desanimado -Yo no digo groserías –se indignó Takeshi, cruzando los brazos -En eso tienes razón -¿Y entonces? Lo harás o no

Kojiro lo miró dubitativo, no sabía qué responder, lo único que sabía es que algo tenía qué hacer, pero no tenía claro qué era eso. XD

------------------------------------------------------------------

-Oye Kazuki –le dijo Ken misteriosamente por lo bajo, mientras observaba de reojo a Paola apareciendo para ayudarlos a pintar un mural abusivo, digo...alusivo al festival XD -Qué pasa -¿Sabes si Paola tiene novio?
-¿Paola? –preguntó Kazuki extrañado por la pregunta, dejando de pintar- ¿Por qué la duda?
-Sí o no –exigió Ken impaciente -Je, no me digas que tú... ¿a ti...? –se burló Eirina, evitando la risa, al comprender la indirecta -Cuál es la gracia -¿El gran Ken Wakashimazu, rompecorazones, me pregunta tímidamente sobre una amiga mía? –siguió burlándose Kazuki- Creí que no viviría lo suficiente como para presenciar algo así -Deja ya de burlarte.
-No, si no me burlo –aclaró el delantero del Toho diplomáticamente- Pero se me hace extraño, aunque por todos los signos que dabas debí imaginármelo y no creer que era pura jo...vialidad tuya -¿Vas a responder o no? –le preguntó Ken de mala gana -Paola TENÍA novio –puntualizó Kazuki, volviendo a su trabajo- Pero terminaron, así que ahorita ella está disponible, aunque no creo que con muchas ganas de reiniciar una relación con nadie -¿Por qué lo dices?
-Verás, de la última relación salió bastante herida y...ya no puedo decirte más, eso es asunto de Paola -No crees que yo sea adecuado para ella ¿no? –preguntó Ken algo ofendido -Oh, vamos Ken, no te hagas el dolido –respondió Kazuki- Es sólo que...no quiero que la vuelvan a lastimar -Yo no lo haría –le aseguró el portero japonés- Con ella me pasó algo que nunca antes me había ocurrido: siento que podría estar con ella y sólo con ella, que no necesito a nadie más conmigo -Ya te pusiste cursi, eso significa...que en verdad te gusta -Es más que gusto Kazuki –explicó Ken seriamente- Creo que siento algo por ella

Ante tal confesión Kazuki se quedó congelado, con la brocha goteando pintura, y sin mover la mano un milímetro para continuar con su labor.
-¿Estás seguro? –preguntó Kazuki desconfiado- Sólo está aquí hace unos días -Y qué con eso, para mi fue suficiente el tiempo que pasamos juntos -Vaya...entonces no sé qué decirte -Tú eres su mejor amigo...por favor, ayúdame

Kazuki dudó unos minutos, fingía seguir pintando, pero el hecho de estar pintando con verde fuera del área, invadiendo la que debía ser azul, fue un signo para Ken acerca de que éste estaba analizando la petición.
-Ok –aceptó Kazuki seriamente- Pero si la lastimas, te mato -Gracias amigo –dijo Ken sonriente, dándole una palmada en el hombro- Te juro que no la voy a herir -Espero que no...pero de ella no te puedo asegurar lo mismo –murmuró Kazuki apesadumbrado -¿Qué dijiste?
-Nada, nada, no me hagas caso -¡Paola! –se escuchó reclamar a una compañera de clase- ¡Qué hiciste!
-Pintar el mural –respondió Paola tranquilamente

Intrigados, Kazuki y Ken se miraron curiosos y se dirigieron metros más allá a ver cuál de las suyas había hecho su amiga. Al ver su obra, no pudieron evitar la risa: en una porción del mural donde aparecía el retrato del director, Paola le había añadido un par de enormes cuernos rojos.
-¡Me arruinaste el retrato!
-Oh, vamos –la despreocupó Paola- Hasta se lo vé más real, porque según sé es casado.
-Paola, mejor vámonos –le aconsejó Kazuki, tomándola de un brazo- O Kinomoto te va a poner un balde de pintura como sombrero -A ver, que lo intente –dijo Paola desafiante -Te pasaste –comentó Ken sonriendo, cuando se fueron a unas bancas de madera que solían usar en ocasiones para almorzar -¿Por qué? De alguna manera tenía que expresar mi enojo por tener un director tan soplón –explicó Paola con el entrecejo fruncido- No saben en el lío que me metió con mis...tíos, hasta tuve que aguantarme un sermón sobre lo mal que hago al no seguir el ejemplo de San Genzo del Palito Caído.
-¿Del qué? –preguntó Kazuki divertido -Del Palito Caído, lo bauticé así porque un día le aventé desde mi ventana un tronquito justo en la cabeza –contó la muchacha sin siquiera sonreír, como si fuera una cosa de todos los días- Y le dije que el "palito" había caído del cielo, como un milagrote hecho por él.
-¿Y de qué tamaño era el "tronquito"? –preguntó Ken desconfiado -Como de unos dos o tres...kilos –admitió Paola sonriendo pícaramente -Ay Paola –dijo Kazuki, moviendo la cabeza negativamente- A veces, te pasas.
-Oh, vamos, Genzo tampoco es muy bueno que digamos conmigo –se excusó su amiga- Un día estuvo hinchándome los que ya saben, yo le iba a dar una patada, pero el muy cretino me amagó y mi pie fue a dar justo en la entrepierna de Karl...casi lo dejo tío -Jajaja –rieron ambos amigos al imaginarse semejante escena -Y lo peor no fue eso –siguió contando Paola- Si no que Genzo me estuvo riñendo todo el camino en la Ambulancia, haciéndome quedar mal frente a todo el personal de salud, que no sabían si atender el espectáculo que daba mi primo o al pobre Karl que estaba desmayado -¿Desmayaste a Karl? –preguntó Kazuki estupefacto -Qué querías, es el lugar más sensible de los hombres ¿no? XD -Jajaja, y como tú no pateas nada débil¡pobre Karl! –siguió riéndose Ken -Je, te ves muy lindo cuando ríes –confesó Paola espontáneamente, tapándose luego la boca muy colorada por su metida de pata- Eh...mejor me voy, nos vemos luego

La muchacha salió corriendo de allí, seguida por la mirada sorprendida de sus amigos.
-¿Te diste cuenta? –dijo Kazuki sonriendo- Te halagó¡a Paola también le gustas!
-¿Tú crees? –preguntó Ken sin salir de su asombro -Mi amigo, si no fuera así... me le declaro a la señorita Matsumoto mañana mismo -¿Te gusta la señorita Matsumoto?
-No está mal, pero no es mi tipo...por eso digo que no creo que a Paola le seas indiferente

----------------------------------------------------------------

-¡Pero qué vergüenza! Cómo fui a decirle semejante cosa –se regañaba Paola, caminando de un lado a otro de su habitación, hasta que se percató que al pié de su cama se encontraba una pequeña cajita envuelta en papel de regalo

Lo abrió con cuidado, extrañada porque ya en la mañana había recogido la rosa diaria, que ya estaba junto a las otras en un florero en su mesita de noche. Venía con una tarjetita, que sólo contenía dos palabras, sin remitente ni nada: TE AMO. La muchacha no sabía cómo reaccionar, aquello iba más allá de lo pensado, ya que su admirador secreto había estado albergando sentimientos muy profundos hacia ella, y eso la llenó de más curiosidad que antes, por lo que estaba decidida a averiguar quién era él.

Iba de salida a buscar a Naoko para confesarle todo el lío que se le había creado, cuando antes de girar en una esquina se topó con Ken. -¿Puedo hablar contigo? –le preguntó el muchacho algo avergonzado -Eh...sí –aceptó Paola -Mira, no voy darle vueltas al asunto –aclaró Ken decidido- Voy a ser sincero y a ir directamente al grano, sin rodeos, sin excusas, simplemente.
-Ken –lo interrumpió Paola- Ya dímelo -Paola –dijo el muchacho, tomándola de una mano- Me gustas, y mucho, y quiero saber qué te a pasa a ti conmigo -¿Ah? –murmuró Paola sorprendida, quedándose boquiabierta -Es más, creo que...me enamoré de ti –admitió el muchacho en voz baja -¿Que tú qué?
-¿Qué me respondes?
-Yo...yo... –dudó Paola sonrojada- Me pareces muy atractivo, pero...estoy confundida, no puedo responderte eso ahora -Bueno, al menos lo intenté –dijo Ken desanimado, con la intención de irse -Pero...de veras gracias, nunca creí que nadie podía enamorarse de mi, ya que como siempre me dice Genzo, soy un desastre de persona -Jamás creas eso –se indignó Ken, mirándola fijamente- Tú eres una excelente persona, y cualquiera se enamoraría fácilmente de ti -No cualquiera Ken –reconoció la muchacha, acariciando el rostro del joven con cariño- Sólo alguien que viera más allá de mi -Créeme que para mi tú eres más que una cara bonita –admitió Ken, sonriéndole -¿Piensas que soy bonita? –preguntó Paola apenada y colorada- Gracias.
-Mira, no voy a presionarte, porque Kazuki me contó que recién terminaste una relación bastante dolorosa para ti –dijo el muchacho- Lo importante es que tuve el valor y te dije lo que sentía -Gracias por ser sincero conmigo -Bueno, hora de irme, será mejor que vaya a ayudar a las muchachas con el arreglo del salón de baile o me van a echar una regañada.
-Si, yo enseguida voy

Antes que ninguno se mueva, Kojiro, que estaba escuchando justo doblando la esquina, se apresuró a marcharse antes de ser descubierto.
-¿Y¿se lo dijiste? –le preguntó Takeshi interesado, cuando vio llegar a su amigo al salón de baile -No y no quiero hablar del asunto –respondió Kojiro tajante, con un mal humor evidente -¿Por qué no¿Paola te dijo algo feo? –insistió su amigo preocupado, dejando sobre una mesa las cintas que había estado desenrollando -Takeshi, olvida que te dije algo sobre ella y déjame en paz –le pidió Kojiro exasperado -Pero capitán.
-¡No fastidies! –exclamó Kojiro, asustando a los que estaban a su alrededor- Y vuelve a lo que estabas haciendo

Dolido por el mal trato, Takeshi se resignó y continuó con su labor, no sin antes dirigirle a su mejor amigo una mirada de tristeza. Kojiro estaba tratando de desenredar una serie de foquitos que habían en una caja, pero parecía que los estaba enredando más. Koike estaba realizando las pruebas de sonido, algo pronto creían muchos, pero el muchacho era bastante responsable cuando se trataba de organizar fiestas y se lo tomaba muy en serio.
-Hola...hola...-probaba el micrófono- Uno, dos tres...hola a todos...¡se escucha bien, eh! Para que no nos aburramos arreglando el salón, voy a poner música, y no es necesario que me lo agradezcan.
-Hola muchachos –los saludó Ken sonriente, acercándose a Kojiro y Takeshi- ¿Necesitan ayuda?
-Creo que Kojiro sí –opinó Takeshi al ver la maraña de foquitos- ¿Quieres por favor terminar de desenredar esos foquitos?
-¡Claro! –respondió Ken, sentándose junto a Kojiro, que se había quedado inmóvil al escucharlo llegar- ¿Me permites?
-¿Crees que soy un inútil que no puede con unos malditos focos? –dijo Kojiro enojado -No –contestó Ken sorprendido- Pero creo que juntos podremos acabar más rápido¿no?
-Como sea... –masculló Kojiro, dejando de mala gana su labor y cruzándose de brazos -¡Ahí les va! –gritó Koike, provocando una horrible estridencia en los parlantes debido al elevado volumen de su voz, poniendo luego un tema, que poco a poco provocó que el capitán del Toho afloje su semblante de enojo y lo vaya suavizando, mientras veía casi avergonzado a Ken, que no se había percatado ser el centro de atención de su amigo...Inevitablemente sucedió lo que yo tanto me temía/ cuando menos yo me lo esperaba tú ya estabas en mi vida/ inevitablemente tu amor se fue apoderando de mi corazón/ amiga mía/ desesperadamente intenté esconder que algo me sucedía/ pero fue imposible, lo de buen actor tú no me lo creías/ y no lo pude evitar, de ti me fui a enamorar/ mujer prohibida/ es que sé muy bien, que tú ya tienes dueño/ es mi mejor amigo/ yo no le puedo fallar/ Te quiero a escondidas/ no sé cómo evitar sentirte mía/ cómo decirle a él que ahora en mi vida/ es a ti a quien/ a quien amo sin deber/ oh, no/ te quiero a escondidas/ no quiero provocarle yo la herida/ que pueda lastimarle al decirle que estoy de ti, enamorado sin querer/ oh, no/ enamorado sin querer.../ Inevitablemente sucedió lo que yo tanto me temía/ cometí el error de fijarme en ti cuando no debía/ y no quisiera sentir lo que ahora siento por ti/ mujer prohibida/ y es que sé muy bien que tú ya tienes dueño, es mi mejor amigo/ yo no le puedo fallar/ Te quiero a escondidas/ no sé cómo evitar sentirte mía/ cómo decirle a él que ahora en mi vida/ es a ti a quien/ a quien amo sin deber/ oh, no/ te quiero a escondidas/ no quiero provocarle yo la herida/ que pueda lastimarle al decirle que estoy de ti, enamorado sin querer/ oh, no/ enamorado sin querer.../ a escondidas... (-Te quiero a escondidas de Emanuel Ortega-)

Después, como para ahuyentar el ambiente tristón por la melodía, Koike puso otro tema al azar, ése que dice "Marica tú, marica yo..." (qué asco de canción, de veras... :x). El caso es que al darse cuenta, el muchacho se disculpó cortándolo rápidamente y diciendo: "Lo lamento, no sabía que Sawaki había dejado su CD por aquí" XD.

"Te quiero a escondidas" es una canción de Emmanuel Ortega