Ale, no veas lo que tardo en actualizar y subir capítulos. Pero es que se me va el santo al cielo y... ^_^U
Una cosa que no comenté en el capítulo anterior es que en la descripción de Harry se me olvidó ponerle la cicatriz. ¿¡Harry sin cicatriz!? ¿¡Dónde se ha visto eso!? Ô_ô
También en un principio Harry iba a tener 7 años. Pero al final me gustó más ponerle más pequeño. Así que lo encogí un año xD Y para quien se lo pregunte, Childhood's Paradise traducido es "El Paraiso de la Infancia". Jops, que wonito ^o^
Disclaimer: los personajes y el mundo de Harry Potter pertenecen a Rowling. Yo escribo para pasar el tiempo y para que se ejercite esta mente alocada XD Y la lechuza Okimi es una creación de Sorasaku-yolei*Hermi, aunque el nombre fue una invención mía. Y la mujer (sin nombre para no rebelar nada todavía) es invención mía.
Ale, a leer... XD
*^*^*
Capítulo 2º: Childhood's Paradise
Harry abrió los ojos lentamente. Tenía mucho sueño, y también mucha hambre. El estómago le gruñía sin parar. Buscó sus gafas y se las puso. Se preguntó qué hora era cuando tía Petunia le abrió la puerta de su alacena.
-Date prisa. Encima de esa estantería hay una pomada para los golpes. Úntatela -le dijo.
¿Golpes? Harry se llevó una mano a la mejilla izquierda. Le dolía mucho. Entonces se acordó de lo que había pasado. Su tía Petunia se fue de nuevo a la cocina. Harry salió de su alacena y cogió la pomada que le había dicho tía Petunia. Se la untó con cuidado hasta que el dolor se calmó un poco. Se miró en un espejo y entonces vió aquel moratón. Cubría buena parte de la cara y casi llegaba a su ojo izquierdo. Se tocó suavemente. Aún le dolía. Se fue a la cocina a desayunar. El estómago también le dolía del hambre.
Entró a la cocina y miró al reloj de la pared. Aún era muy temprano y su tío Vernon y su primo Dudley no estaban allí.
-Tía Petunia -dijo Harry con algo de miedo.
-¿Qué quieres? -le respondió ella de mala gana.
-¿Puedo empezar a desayunar ya?
-Haz lo que quieras. Pero deja suficiente para Vernon y para Dudley.
Harry pensó que solo Dudley podía comerse el desayuno de toda una familia. Comezó a tomar un bol de cereales. Cuando entraron Vernon y Dudley. Su tío Vernon saludó cariñosamente a su esposa y se sentó a la mesa a leer el periódico. Miró a Harry que comía sus cereales sin levantar la vista del bol.
-Escuchame, renacuajo -dijo de repente Vernon. Harry lo miró inmediatemente. -Más te vale que digas en el colegio que fue un accidente, de lo contrario te pasarás un mes en la alacena.
Harry tragó saliva y comenzó a temblar.
-Vernon, me parece muy arriesgado dejarlo ir a la escuela con ese moratón. ¿Y si la gente sospecha? -dijo tía Petunia mientras le servía a su marido una taza de café.
-Tienes razón querida. Te quedarás aquí, ¿entendido? -le dijo tío Vernon mientras lo amezaba. -Y espero que no hagas una de las tuyas.
Harry asintió.
Más tarde, Dudley se marchó a la escuela con el recado de que Harry se había constipado y no puede ir. Y Vernon se fue a su trabajo. Harry se quedó con tía Petunia. Pensó pasar el día dentro de su alacena dibujando (el pasatiempo preferido de Harry) cuando la tía Petunia le ordenó de que pasara la mañana afuera.
-¿Y por qué?
-¡No hagas preguntas y vete!
Harry temiendo que volvieran a pegarle, cogío su maleta con su cuaderno y sus colores y se fue de allí. Salió de la casa y el aire invernal le chocó en la cara. Su pequeño abrigo no ayudaba mucho. Anduvo durante un rato por la calle sin saber qué hacer. Hasta que decidió ir al parque del barrio.
El parque del barrio, Childhood's Paradise, era un sitio muy agradable. Lleno de columpios y rebaletas para que los niños jugasen. Los padres solían llevar a sus hijos allí. Harry iba a ese parque después de las clases para dibujar y para estar a solas. Se sentó en uno de los bancos del parque que estaba lleno de gotas de lluvia. Miraba a los niños como jugaban con sus padres. De repente, sintió un nudo en la garganta. Mientras que se hacía preguntas: "¿Qué hice para no tener padres? ¿Qué hice para no tener una familia?" Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando un ruído detrás de él le llamó la atención.
¡Huu! ¡Huu!
Harry se giró y vio sobre la rama de un árbol, una lechuza blanca y negra con unos ojos azules brillantes. Harry tuvo la sensación de que aquella lechuza le estaba espiando. Harry se cambió a un banco que estaba cerca del estanque. Cuando se dio la vuelta, la lechuza estaba sobre una de las farolas.
-¿Me estás siguiendo? -le preguntó Harry.
-¡Hu, hu!
-Déjame en paz -le dijo Harry mientras se giraba dándole la espalda a la lechuza.
El pájaro voló hasta el banco en el que estaba Harry. Éste le miró de reojo con el entrecejo fruncido.
-¿Quieres ser mi amigo? -le preguntó el pequeño con inocencia.
-Huuuu -ululó la lechuza y picó a Harry en la mano suavemente. Harry acarició las suaves plumas del animal y éste cerró los ojos dándole a entender que le gustaba.
-Eres muy bonito. ¿Cómo te llamas?
-Huuhuhuu.
-Yo me llamo Harry Potter (NdH: sé que puede ser estúpido, pero los niños pequeños son muy inocentes ^_^U ).
Cuando la lechuza escuchó el nombre de Harry emprendió el vuelo. Harry lo vio alejarse. Hasta que descendió y se apoyó en el hombro de una mujer de pelo castaño rosaceo y rizado que estaba sentada en un banco alejado de Harry. Harry miró a la extraña mujer. Tenía un sombrero de bruja de azul cielo. Acariciaba a la lechuza y le pareció que la mujer le decía unas palabras. Harry se acercó corriendo a aquella mujer. Al llegar ante ella se sorprendió aún más. Tenía un ojo de color rojo oscuro y el otro era dorado. Vestía una túnica de color celeste, una capa que hacía juego con su sombrero y botines. También llevaba unos guantes blancos. Harry enmudeció. La mujer seguía a lo suyo, que era leer un periódico que se llamaba El Profeta, el cual, Harry nunca había visto. Harry miró a las primeras páginas y ya no cabía en sí del asombro. Las fotos se movían. Harry miró a la mujer y se dio cuenta de que ésta lo estaba mirando y sonreía con calidez.
-Ho... Hola -saludó Harry con timidez.
-Hola.
-¿Es suyo? -preguntó Harry señalando a la lechuza que estaba apoyada en el respaldo del banco.
-Sí. Se llama Okimi.
-Okimi. Es un nombre muy extraño, ¿no?
-Tal vez -respondió la mujer con una sonrisa. -¿Qué tienes en la mejilla?
-Nada -respondió Harry llevándose la mano a la cara.
-¿Te has dado un golpe? -preguntó ella con el entrecejo fruncido.
-Tal vez. No me acuerdo.
La mujer negó con la cabeza lentamente. Harry se dio cuenta de que se había puesto triste y seria de repente. Cogió de sus pies una maleta azul decorada con estrellas, soles y lunas, la abrió y sacó de ella un pequeño frasco.
-Toma. Te aliviará el dolor y en pocos segundos ya no tendrás el moratón -le dijo la mujer ofreciéndole el frasco. Harry lo tomó y se quedó mirándolo. Parecía un ungüento casero. -A mí siempre me alivia los rasguños cuando tengo un accidente con mi escoba -dijo riendo la mujer.
¿Escoba? Harry miró a la mujer pero ya no estaba en el banco. Ni su lechuza. Harry miró para todos lados buscándola. ¿Cómo había podido irse tan rápido sin que Harry lo notase? Harry miró a sus manos y vio que el pequeño frasco seguía allí. Por lo tanto, aquella mujer había estado en ese banco. Harry abrió el frasco y se untó aquél ungüento que le había dado esa mujer. Se dio cuenta de que el dolor se iba rápidamente. Se acercó a un estanque que había allí y miró su reflejo. El moratón ya no estaba. Harry se tocó donde había estado antes y ya no le dolía. ¿Cómo podía hacer efecto aquello tan rápido? Harry volvió a mirar a su alrededor. Nada. Aquella mujer no estaba por allí.
Entonces Harry se dio cuenta de la hora que era. Era casi la hora del almuerzo, y si no llegaba a tiempo, tía Petunia era capaz de dejarlo sin comer. Harry salió corriendo hacia el número 4 de Privet Drive.
Desde las alturas, sobre una escoba. Aquella mujer observaba como Harry corría hacia su casa. La mujer vio alejarse a Harry hasta perderlo de vista. Sacó un pergamino, tinta y una bonita pluma de su maleta y escribió unas líneas. Dobló el pergamino y se lo dio a su lechuza, que lo cogió con el pico.
-Okimi, ve y entrégale este mensaje al profesor Dumbledore. Está en la mansión de Sirius Black. Hacia el norte. Hazlo lo más rápido que puedas, por favor -le dijo la mujer a su lechuza. La acarició un poco las plumas y la lechuza se irguió de orgullo, demostrando de que sería capaz. Okimi voló hacia el norte, dejando a su ama sobre su escoba.
-¡Lo siento mucho! ¡Perdón por el retraso! -dijo Harry cuando llegó a Privet Drive.
-Pensábamos que ya no vendrías más por aquí. Siéntate -le dijo tía Petunia de mala gana. No se había dado cuenta de Harry ya no tenía aquel rasguño. Mientras tanto, una mujer sentada en un árbol fruncía el entrecejo al oír hablar a tía Petunia.
-¿Entonces vendrás, papá? -le preguntó Dudley a su padre.
-Por supuesto. Les hablaré a todos de mi empresa Grunnings- dijo Vernon con orgullo.
-¿Eh? -dijo Harry extrañado.
-Zoquete. Para dentro de tres días debes llevar a un adulto para que hable de su trabajo. Por si no te habías enterado -dijo Dudley a Harry mientras le hacía muecas con la cara.
La mujer del arból entornó los ojos y sacó un palito delgado de su túnica.
-Esto es el colmo -dijo para sí.
-Ya verás, Dudley. Todos tus amigos estarán orgullosos de tu padre -dijo tío Vernon. Dudley estaba más atento al pollo que estaba comiendo. -Los dejaré atónitos con mi discurso y...
Tío Vernon calló de repente y se puso rojo. Se llevó las manos a la garganta.
-¿Qué te pasa, Vernon? ¿Te has atragantado con un hueso de pollo? -le preguntó tía Petunia asustada. -Bebe un poco de agua.
Tío Vernon sólo respondió...
-¡Cooook! ¡Cokorokoooooo!
-¡Aaaaaah! -tía Petunia lanzó un grito al escuchar a su marido hablar como un pollo. Dudley tenía los ojos como pelotas de ping-pong del asombro (NdH: Pues sí que tenía los ojos abiertos!! XD ). Por su parte, Harry comenzó a reír a pleno pulmón.
Tía Petunia lo miró con mucha ira y lo cogió por el cuello de la camisa. Levantó la mano.
-¡Todo ésto es culpa tuya! -le gritó. Harry cerró los ojos.
Entonces, un tarro de cristal de tomate salió disparado hacia la pared. Tia Petunia soltó a Harry y se llevó las manos a la boca. El tomate había dejado escritas unas palabras muy claras: "No toque más al chico. O pasarán más cosas." Tío Vernon dejó cocorear y se puso de pie. Fue corriendo a la ventana y miró por ella. Tía Patunia abrazó a Dudley que empezó a llorar. Harry miró el mensajo asombrado. Tío Vernon se volvió hacia él.
-Vete a tu alacena -le dijo enfadado. Pero no le puso la mano encima.
Harry asintió levemente y salió de la cocina cerrando la puerta detrás de él. Cuando había llegado a la puerta de su alacena, escuchó un singular ruido desde la puerta de entrada.
-Huuu. Hu.
Harry corrió hacia la puerta y la abrió rápidamente. El buho de antes, Okimi, estaba en la entrada con un papel en el pico. Harry miró hacia el frente, y al otro lado de la calle estaba aquella mujer, que le sonreía agradablemente. La mujer se llevó un dedo a la boca, y luego señaló a la lechuza. Harry tomó el papel que la lechuza tenía en su pico. Lo desdobló y leyó lo que ponía: "¿No te diste un golpe, verdad? Aguanta un poco más aquí. Pronto podrás irte de aquí y tener un familia."
-¿Qué?
Harry miró hacia donde estaba la mujer pero ya no estaba. Tampoco estaba Okimi. Harry decidió cerrar la puerta e ir a su alacena antes de que tío Vernon se enfadase más.
Harry leyó varias veces aquella carta. ¿Qué significaba? ¿Sería verdad lo de la familia? ¿Y quién era esa mujer? Harry estuvo pensado durante un rato cuando cayó en la cuenta de algo...
¿A quién llevaría a la exposición de dentro de tres días? Dudley llevaría a tío Vernon. Y tía Petunia se negaría a ir por Harry. Se le hizo un nudo en la garganta.
Entonces se acordó de la carta. "Aguanta un poco más aquí...". Harry no se preocupó de la exposición. Si esa mujer tenía razón, dentro de poco no tendría que estar más con los Dursley. Aunque no sabía quién era, Harry confiaba en ella completamente. Como si se entendieran. Como si pertenecieran al mismo mundo...
Continuará...
*^*^*
¡¡Pollo Vernon!! ¡¡Al rico Pollo Vernon!! Ejem... Hikaru compostura... ^_^U ¿Qué les pareció? ¿Feo? ¿Bonito? ¿Largo? ¿Corto? ¿Debería de callarme ya? Sí, será lo mejor... Ú_Ù Dejenme reviews, ¿si? ^o^
Y ahora un agradecimiento a las personas que me dejaron reviews en el capítulo anterior:
Sorasaku-yolei*Hermi: esto podría llamarse enchufe o contactos XD Gracias Sorita por dejarme un review. T^T siempre estás en todos mis fics Ô_ô
Neko-chan: ñañiiiiiii... Muchas gracias gatito ^-^ Me alegro mucho de que te gusten mis fics... Besitos a ti también ^o^
Nury: Me alegro mucho de que te haya gustado el primer capítulo. En este capítulo la personalidad de Harry es más infantil, porque a causa del golpe toda la seguridad que tenía se desvaneció y ahora tiene miedo. Porque esta es la primera vez que le pegan. ^_^U ¡Qué cruel soy! Y ya verás como todo se anima...
Norm: tu insistencia se ha visto recompensada. Aquí tiene el segundo capítulo. ^_^
Por cierto, la lechuza Okimi se marcha volando a enviar una carta a Dumbledore que está en la casa de Sirius y luego vuelve a aparecer por la noche. ¿Magia? ¿Error mío? No. Okimi es un tipo de lechuza liviana y rápida. Así que es una excelente mensajera ^_^ (Sorita, tenlo encuenta para tu fic XD)
CHEERIO EVERYBODY!!!!
