Holaaaaaa!! Ahora no he tardado tanto en actualizar, ¿eh? Ji ji ji ji... Pero es que como no tenía otra cosa que hacer he decidido subirlo =P Aunque también tuvieron que ver esos zumos raros que compra mi madre Ô.o Tantos no son buenos XD
Ya queda poquito para que la tortura de Harry acabeeeeeee!!! Hagamos una party!!! XD
Disclaimer: ya saben, Harry Potter y su mundo le pertenecen a Rowling. A mí me pertenecen la señora Smith, el señor Padfoot y Okimi (bueno, en verdad a Sora. Pero me lo ha dado XD )
*^*^*
Capítulo 4º: De camino hacia un nuevo hogar.
Los días que siguieron a la charla entre Harry y la señora Smith fueron interminables para Harry. Había guardado muy bien el peluche que su padrino le regaló, el Señor Padfpot, porque tenía el presentimiento de que si los Dursley se lo veían, se lo quitarían. Todas las noches, Harry dormía abrazado al Señor Padfoot preguntándose cuándo vendría la señora Smith para llevárselo con su padrino.
El comportamiento de los Dursley también había cambiado desde que la señora Smith apareció ante tío Vernon. Trataban a Harry de una forma muy distinta. No le pegaban, no le insultaban, ni le hacían trabajar. Pero tampoco le hablaban ni le miraban. Como si no existiese. Harry se preguntaba por qué se comportaban de esa forma porque él no les había dicho nada de la señora Smith ni de su conversación. Harry comenzó a pensar que tal vez ellos sabían que él era un mago. ¿Pero por qué no se lo habían dicho?
Una semana después, los Dursley estaban en el salón viendo la televisión y Harry en un rincón leía un pequeño libro de lectura. Todo parecía igual como siempre, pero de repente...
¡TOC! ¡TOC!
-¿Quién podrá ser? -se preguntó tío Vernon. Se puso de pie y fue a abrir la puerta.
Harry desde su sitio oyó como tío Vernon abrió la puerta, escuchó una voz femenina decir "Ho..." y el ruido de una puerta al cerrarse. Tío Vernon volvió al salón con la cara blanca y muy nervioso.
-¿Quién era, Vernon? -le preguntó tía Petunia.
-Nadie. Se habían equivocado.
Harry escuchó una voz que decía "Alohomora" y la puerta de la casa se abrió de golpe. Tío Vernon y Tía Petunia se sobresaltaron. Dudley se quedó de piedra. Unos pasos se acercaron hasta el salón, y por la puerta apareció la señora Smith. Tenía el ceño fruncido y los labios apretados.
-Me encanta su hospitalidad, Dursley. Cerradme la puerta en las narices. ¡Qué vergüenza! -dijo la señora Smith muy enfadada mientras se quitaba la capa y el sombrero. -Ah, hola Harry. ¿Cómo estás? -le preguntó cuando le vio.
Harry se puso de pie e instintivamente se acercó a la señora Smith y la abrazó.
-Perdón por el retraso. Pero no veas cuanto papeleo he tenido que arreglar -le dijo mientras lo soltaba.
-No importa -le respondió Harry con una sonrisa.
La señora Smith se sentó en un sofá delante de los Dursley que estaban blancos y sin habla. La señora Smith se quedó mirándolos durante un rato cuando volvió a fruncir el entrecejo.
-¿Ni siquiera me ofrecen nada para tomar? -les preguntó molesta. -¡Argh! Menudos muggles tan cabezotas.
La señora Smith cogió su maletín y de él comenzó a sacar una tetera, unas tazas, unos sacos de té y un paquete lleno de dulces. Tocó con su varita la tetera y del pitorro comenzó a salir humo.
-Listo. Té recién hecho -dijo. Sirvió a todos y les dio a cada uno un dulce. El único que tomó el té y los bollos fue Harry. Los Dursley la miraban con desconfianza.
-Está muy bueno, señora Smith -le dijo Harry mientras mordía un dulce de chocolate.
-¿Te gusta? Es de Honeydukes. Allí hacen unos dulces muy buenos -respondió la señora Smith sonriendo. -En fin -añadió mirando a los Dursley- mi nombre es Shinsen Smith. Trabajo en el Departamento de Asuntos Sociales del Mundo Mágico. He venido para tratar el asunto de la custodia de Harry. Hace varios años, cuando los padres de Harry murieron, su padrino no pudo hacerse cargo. Yo misma me encargué del caso hace cinco años y tuve que darle la custodia a ustedes. Lo que ocurre es que su padrino quiere la custodia del chico y les pide su consentimiento. Yo misma me he encargado del trámite y de todo el papeleo. Hemos tenido que buscar hasta cuatro testigos que testifican que todo está en orden, para que después no haya problemas. Por lo tanto, ¿quieren que Harry se vaya con su padrino? -añadió la señora Smith.
Los Dursley seguían sin habla. La señora Smith suspiró y abrió su maletín. Comenzó a rebuscar en él y sacó un pergamino.
-Aquí está el acuerdo: "Harry J. Potter, hijo de James y Lily Potter quienes acordaron al nacer Harry Potter que su padrino sería Sirius Black. Hace 5 años la custodia de Harry Potter fue para Vernon y Petunia Dursley, a causa de la muerte de James y Lily Potter y a la incapacidad de Sirius Black para encargarse de Harry. Esto fue decidido por el Departamento de Asuntos Sociales del Mundo Mágico. Hoy día, Sirius Black reclama la custodia de Harry Potter a Vernon y Petunia Dursley. Este pergamino acredita el acuerdo entre los mencionados. Los siguientes testigos: Albus Dumbledore, Remus Lupin, Minerva McGonagall y Severus Snape testifican que el acuerdo es válido. Todo este proceso es llevado a cabo por Shinsen Smith, empleada del Departamento de Asuntos Sociales del Mundo Mágico. Abajo firman el padrino de Harry Potter, los testigos, la encargada del acuerdo y los señores Dursley."
La señora Smith dijo todo de carrerilla, como si lo tuviera aprendido. Los Dursley la miraban incrédulos. Harry estaba muy nervioso. Faltaban pocos segundos para que pudiera largarse de aquella casa. La señora Smith sacó de su maletín un tintero y una pluma muy elegante. Tendió el pergamino en la mesa de té ante los Dursley, mojó la pluma y se la ofreció a tío Vernon.
-Si firman no tendrán que hacerse cargo de Harry nunca más -les dijo la señora Smith.
Tío Vernon meditó durante unos segundos, leyó el pergamino y miró a Petunia.
-Prefiero firmar con mi propia pluma -dijo Vernon sacándola de su bolsillo.
-Eso no vale. Con un utensilio muggle el acuerdo no es válido. Aunque no les guste, deberán firmar con mi pluma.
Tío Vernon tomó la pluma con miedo, como si ésta fuera a morderle la mano. Firmó rápidamente. Le pasó la pluma a tía Petunia y ella también firmó. A Harry el corazón le latía rápidamente. Cuando tía Petunia hubo firmado, la señora Smith sonrió ampliamente. Tomó la pluma, el tintero y todo lo que había sacado y se lo guardó en su maletín. Cogió su capa y su sombrero y se puso de pie.
-Vamos, Harry. Recoge todas tus cosas, nos vamos.
-¿Ya? -preguntó Harry sorprendido.
-¿Quieres quedarte? -le preguntó la señora Smith.
-¡No!
Harry corrió a su alacena y dentro de su maleta metió las pocas cosas que tenía. Cogió al Señor Padfoot en brazos y se puso su abrigo y una bufanda.
-Abrígate bien -le dijo la señora Smith mientras le ponía bien la bufanda. -A donde vamos va a hacer mucho frío.
Harry tomó la mano de la señora Smith y se giró a los Dursley que habían salido del salón.
-Hasta nunca -dijo Harry con una gran sonrisa.
Harry salió de la casa número 4 de Privet Drive para no volver más.
-¿Y cómo vamos a ir hasta la casa de mi padrino? -preguntó Harry. Habían tomado un autobús que lo llevaban a las afueras de la ciudad.
-En escoba.
-¿De verdad? -preguntó Harry emocionado.
-Sí. Por eso vamos a las afueras de la ciudad. Allí montaremos en escoba e iremos a la casa de tu padrino.
-Pero el otro día usted se montó en escoba en medio del parque Childhood's Paradise -le dijo Harry.
-Ya lo sé. Y varios muggles me vieron. Me despisté un poco -respondió ella con una sonrisa.
Después de un rato de viaje en autobús, llegaron a las afueras de la ciudad. Fueron a un descampado donde no había nadie. La señora Smith sacó su escoba. Ésta se quedó suspendida en el aire. La señora Smith se sentó de lado y Harry detrás de ella. Ella abrigó a Harry con su capa.
-Gracias -le dijo Harry.
-No quiero que te resfríes, Harry -le respondió ella con una sonrisa.
La señora Smith dio una patada al suelo y se elevaron. Harry comenzó a estar nervioso. Pero no porque tuviera miedo. Sino porque esa sensación de volar en escoba era asombrosa. Harry miró hacia abajo y vio los coches y los campos muy lejanos.
-¿Señora Smith? -dijo Harry.
-¿Sí?
-¿Dónde vive mi padrino? -le preguntó.
-En el norte. Tiene su casa sobre una colina cerca de una pequeña ciudad llamada Mongrelville.
-¿Allí hace mucho frío? -preguntó Harry.
-Sí, mucho. Y más en esta época del año. Asi que abrígate bien -le dijo la señora Smith mientras le subía la bufanda para cubrirle la boca.
El viaje hacia la casa del padrino de Harry fue entretenido. En varias ocasiones tuvieron que esquivar helicópteros o a algunos muggles que miraban al cielo.
-Argh, ¿por qué les gusta tanto a los muggles mirar para arriba? -preguntó indignada la señora Smith que había lanzado un conjuro desmemorizante a un muggle. -El cielo se mira de noche. Para ver las estrellas. No a plena luz del día.
Cuando ya empezaba a oscurecer y el cielo ya estaba rojizo debido al atardecer del sol, la señora Smith pegó un gritito de asombro.
-¡Harry esa es Mongrelville! ¿Ves esa gran casa sobre esa colina? -le dijo la señora Smith mientras señalaba hacia donde había dicho. -Esa es La Guarida. Tu nuevo hogar.
Harry miró. Sintió un nudo en el estómago y comenzó a temblar.
-¿Te pasa algo, Harry? -le preguntó la señora Smith.
-No... -dijo Harry en voz baja.
La señora Smith descendió rápidamente y volaron a ras del suelo, por un camino que se introducía en un bosque. Volaron durante un rato cuando se detuvieron ante una verja de hierro, flanqueada por dos columnas coronadas con estatuas de piedra de dos perros. La señora Smith bajó de la escoba, Harry también lo hizo.
-Ya hemos llegado -dijo la señora Smith guardando su escoba. Miró a Harry y vio que temblaba de pies a cabeza. -¿Te ocurre algo, Harry? ¿Tienes frío? ¿Te encuentras mal? ¿Qué te pasa? -le preguntó asustada mientras se agachaba y lo miraba a la cara. Se dio cuenta de que Harry estaba llorando. -¿Harry?
-Ten... Tengo... ¡Tengo miedo! -dijo Harry llorando.
-¿De qué, Harry? -le preguntó la señora Smith suavemente.
-De que aquí tampoco me quieran. Snif... Que pase lo mismo que en Privet Drive... Snif... -respondió el pequeño entre sollozos.
-No te preocupes -la señora Smith lo abrazó. -Aquí eres bien recibido. Tu padrino te quiere con locura. Ya verás como vas a hacer muy feliz aquí.
-Pero no me ha visto en cinco años... Snif... Tal vez ya no me quiera.
-Qué equivocado estás -le respondió ella mientras le acariciaba la cabeza. -Si supieras lo feliz que se puso cuando le dije que podía llevarte con él. Arregló un cuarto entero solo para ti.
-¿De verdad? -preguntó Harry mientras se secaba las lágrimas.
-Sí -le respondió. La señora Smith se puso de pie delante de la verja. -¿Estás listo? -le dijo la señora Smith. Harry asintió.
La señora Smith tiró de una cadena y las campanas sonaron en todo el lugar. En pocos segundos, las verjas de hierro se abrieron. Y Harry volvió a temblar y a tener miedo otra vez.
Continuará...
*^*^*
¡¡Ya ha llegado!! ¡¡Yuhu!! Ya veréis el próximo capítulo... ^o^
¡Eys! Algo curioso... ¿Sabéis qué significa Mongrelville? ¿Sí? ¿No? Je je je je... Significa Villa Chucho XD Argh!! Es que me parto... XD... ^-^U Demasiados zumos...
Muchas gracias a las personas que me dejaron reviews. Me hicieron muy felices T-T
Norm_Black: aquí tienes el capítulo 4º. Espero que lo disfrutes ^^
Sorasaku_yolei*Hermi: argh!! ¿Otra vez? ¿Qué serían de mis fics sin Sorita? XD De todas formas te lo agradezco mucho, Sora ^_^ Jejejejeje. Tienes razón, habría que ver la cara de tío Vernon cuando Shinsen dijo que era una bruja XD Para videos de primera, vamos.
Shara: pues la verdad es que Harry no recibe ninguna paliza al llegar a casa, porque los Dursley le tienen miedo. A ver si lo transforma en pollos o en cerdos. JUAS! XD
Nazale: muchas gracias por dejarme reviews tanto en este como en mi otro fic. La verdad que me animaron mucho ^^ ¿De verdad te parece achuchable Harry? Ja ja ja ja, me hizo gracia ese comentario XD Y ya avisaré a Sirius de que te visite para que se anime... Jejejejeje Aunque creo que mejor lo animo yo X3
Isa: Gracias por el review. Me alegro de que te haya caído simpática la señora Smith. A mí me encanta xD
Espero sus reviews!!
CHEERIO!!