Hola, ya regresé de nuevo ^o^
Disclaimer: Como siempre... Todo de Rowling
*^*^*
Special Chapter 2º (o capítulo 7º): Un día en "La Guarida"
Un hombre joven de pelo castaño veteado de gris estaba sentado en su cama leyendo un libro sobre Leyendas Misteriosas de Escocia. Su cara estaba pálida y cansada. Y tenía unas grandes ojeras. Se estiró y miró por la ventana. Pequeños copos de nieves caían. El invierno ya había llegado. Suspiró. Intentó incorporarse, pero las fuerzas le fallaban.
Remus se tiró otra vez en su cama.
-Soy un inútil. Siempre he dependido de los demás. Nunca he podido vivir solo. Sin nadie. Cuando era un niño necesitaba a mi familia. En Hogwarts necesitaba a mis amigos. Y ahora sigo dependiendo de ellos. Bueno, sólo de uno. Porque Jimmy ya no está...
Remus sonrió de una forma triste. Había recordado aquella vez que habían intentado hacer una poción para arreglar el pelo de James y acabaron yendo a la enfermería porque a Sirius se le había quedado el caldero en la cabeza y no se lo podían quitar.
Pero hace cinco años todo acabó de repente. Peter les traicionó. James y Lily murieron. Sirius se encerró en su casa. Y Remus volvió a quedarse solo.
Hace poco, todo parecía que iba a volver a la normalidad. El pequeño Harry había empezado a vivir con Sirius en su gran casa. Y Sirius había invitado a Remus a quedarse en su casa. Poniendo como pretexto que necesitaba ayuda para cuidar de un niño pequeño. Pero Remus intuía que Sirius se sentía culpable por haberlo ignorado durante cinco años, y de haber tenido que pasar las noches de luna llena solo.
Remus volvió a sonreír. Harry se parecía a James de una forma asombrosa. A veces uno pensaba que James no estaba muerto. Sino que había tomado una poción para encoger y ahora buscaban el antídoto para que regresara a su estado normal. Pero entonces miraba los ojos verdes brillantes del pequeño y la cicatriz en forma de rayo en su frente, y se daba cuenta de que era Harry y no James. Y que James estaba muerto y no iba a regresar.
Sin remediarlo, recordó aquel día. Sirius y Remus habían ido a su casa por la mañana temprano. Ya habían decidido el plan y Peter ya era el guardián secreto de los Potter. Pensaban pasar un día entretenido charlando y jugando con Harry. Pero cuando vieron desde lejos la gran puerta que daba a los grandes jardines de la mansión Potter abierta y la gran casa en llamas. Se les encogió el corazón. Corrieron todo lo que pudieron. Y allí lo encontraron. Su amigo, tendido en el jardín con los ojos abiertos y la boca un poco abierta...
A Remus se le hizo un nudo en la garganta...
-¿Tío Remus?
Remus se giró para ver quien lo había llamado. Harry estaba al lado de la cama con un semblante preocupado.
-¿Te pasa algo? -preguntó preocupado.
-No. No es nada. Solo que estoy algo cansado -respondió sonriendo.
-¿De verdad, tío Remus?
-Sí.
Harry había cogido confianza en pocos días. Y aunque al principio solo llamaba tío a Sirius. Poco tiempo después tambien llamó tío a Remus.
-¿Qué haces aquí, Harry?
-Tío Sirius y yo estamos jugando al escondite. Ahora le toca a tío Sirius. Y he venido a esconderme aquí.
-¿Harry? ¿Eh, Harry? -se escuchó la voz de Sirius fuera del cuarto.
-¡Está muy cerca! -dijo Harry con aprensión.
-Escondete debajo de la cama. Deprisa.
Harry sin pensarlo dos veces se metió debajo de la cama. Remus dejó caer un poco de su colcha para esconder más a Harry. En ese instante, la puerta del cuarto se abrió. Un hombre alto, de pelo largo negro azulado y ojos azules penetrantes entró.
-¿Harry? -dijo de forma inocente. -¿Dónde estás?
-¿Qué haces?
-Harry y yo estamos jugando al escondite. Me toca a mí buscarlo. Aunque dentro de poco me volverá a tocar. Harry tiene una habilidad para encontrarme asombrosa.
Harry rió en voz baja desde su escondite.
-Pues -dijo Remus para apagar la risa del pequeño- aquí no está.
-¿Seguro? ¿No lo estarás escondiendo?
-¿Yo? ¡Que va! Yo solo estaba leyendo -dijo mientras enseñaba el libro.
-Bueno -Sirius resopló. -Me iré a buscarlo por otro lado -Sirius se giró y salió. -¿Harry? ¿Dónde estás?
-Gracias tío Remus por esconderme.
-No hay de qué, Harry.
-Tío Remus, ¿por qué no juegas con nosotros al escondite? Cuantos más seamos, más divertido será.
-Lo siento, Harry. Ahora mismo no me encuentro bien.
-Ah. Vale.
Harry miró al suelo con cara triste. Remus se le quedó mirando hasta que se le ocurrió una cosa.
-¿Te apetece que un día de estos tú y yo hagamos una tarta juntos?
Harry levantó rápidamente la vista.
-¿De verdad? ¿Cuándo? ¿Ahora?
-Ahora no, Harry -dijo Remus riendo. -No me encuentro aún bien.
-¿Mañana?
-Mmm. Puede ser. Creo que mañana estaré mejor.
-¡Bien! -el pequeño Harry comenzó a saltar y luego corrió a abrazar a Remus.
-Ha... Harry... -dijo Remus que se quedó asombrado por la actuación de Harry.
-Ahora tengo que irme -dijo Harry soltando a Remus. Corrió hacia la puerta. -Voy a buscar otro escondite. -¡Hasta luego, tío Remus!
Remus sonrió.
Por la noche, Remus se sintió con fuerzas para poder bajar y cenar en el comedor. Cuando llegó al salón se encontró con un Sirius un tanto histérico.
-¡Remus! ¡Remus! -dijo Sirius mirando a su amigo.
-¿Qu...? ¿Qué pasa? -preguntó sin entender qué pasaba.
-¡Harry! ¡No lo encuentro! ¡Llevo toda la tarde buscándolo pero no lo encuentro! ¿Y si le ha pasado algo?
-A media tarde fue a esconderse a mi cuarto.
-¿Todavía está allí?
-No. Salió al poco tiempo después de que tú te pasaste por ahí.
-¿Y dónde está ahora? -preguntó Sirius mientras agarraba a su amigo del cuello de la bata verde.
-Ni idea -dijo Remus que comenzaba a preocuparse también.
-¡Ayúdame a buscarlo!
Los dos adultos estuvieron buscando a Harry durante más de una hora. Pusieron la casa patas arriba sin encontrar ningún rastro del pequeño. Sirius y Remus se encontraron de nuevo en el salón.
-¿Y?
-Nada.
-¡No! -gritó Sirius mientras se sentaba en el sofá tapándose la cara con las manos. -¿Y si le ha pasado algo?
-Hubiera gritado, ¿no?
-¡Podría estar inconsciente!
Remus se llevó una mano a la cara y luego al pelo. ¿Dónde estaba Harry? ¿Le habría pasado algo? El estómago de Remus dio un brinco. Sirius comenzó a lamentarse con la cara tapada entre sus manos.
-¿Y si...? -dijo de repente Remus. -¡Sirius! ¡Transformate en perro!
-¿Para qué quieres que me transforme en perro? -preguntó de mala gana.
-Los perros tienen un olfato y un oído increíbles. Puede que de esa forma podamos encontrar a Harry.
-¡Buena idea! -exclamó Sirius esperanzado. Y en un instante, ya se había transformado en un enorme perro negro.
Comenzó a oler y a escuchar con atención. Pero lo único que percibía era la respiración y el olor de su amigo. Las esperanzas de Sirius volvían a desvanecerse cuando algo le llamó la atención... Del piso de arriba, del desván, se escuchaban unos pequeños golpes. Sirius volvió a transformarse en humano.
-¡Arriba! ¡Al desván!
Los dos hombres corrieron hacia el último piso de aquella casa y entraron en un gran cuarto que era el desván. Estaba lleno de muebles y cajas llenas de polvo. Sólo había una gran ventana redonda por la que entraba algo de luz. Los dos adultos se quedaron callados unos segundos.
Pom. Pom.
-¡Por allí!
Se dirigieron hacia el lugar de donde provenían los golpes. Pero entre tanto trasto, no sabían bien a donde buscar.
-¿Harry? ¿Harry dónde estás?
-Tío Sirius... -dijo la voz apagada de Harry. Sirius se giró y se encontró con un gran baúl azul de su época de Hogwarts. Sirius se dirigió hacia él y lo abrió rápidamente. El pequeño Harry estaba boca arriba y lloraba asustado.
-¡Harry! -Sirius cogió en brazos a su ahijado mientras que éste se agarraba a la camisa de su padrino. Sirius abrazo a Harry para tranquilizarlo. -Ya ha pasado todo, Harry.
Remus suspiró tranquilo. Harry seguía llorando del susto mientras que Sirius le acariciaba el pelo para tranquilizarlo.
-Ya. Ya. Tranquilo, Harry. Tranquilo -dijo el animago mientras besaba la frente de su ahijado. Harry empezó a dejar de sollozar.
Sirius estaba sentado en el gran sofá del salón leyendo El Profeta mientras que Harry, que utilizaba sus piernas como almohada, leía un cuento. Sirius utilizaba su mano libre para acariciar el pelo revuelto del pequeño. Remus leía un gordo libro sentado en un sillón aparte, y de vez en cuando contemplaba la escena con dulzura. Quien no lo supiera, pensarían que eran padre e hijo.
-Mmmm... Este Fudge... -dijo de pronto Sirius.
-¿Qué ocurre? -preguntó Remus.
-Ha dejado libre y sin cargos a Lucius Malfoy. Y todos saben que es un mortífago.
-¿Quién es Fudge? -preguntó Harry inocentemente.
-Un hombre que es muy patoso y no hace las cosas derechas -dijo Sirius con una risa divertida.
-¿Y Lucius no sé qué?
-Un tipejo cara pálida que tiene un corazón muy podrido.
-¿Y morticaco?
A Sirius se le ensombreció la mirada pero no pudo evitar reír ante la inocencia de Harry.
-Pues... Son unas personas que les gustan robar las golosinas de los niños pequeños y comer ratas asquerosas y traidoras.
Remus miró a su amigo y tragó saliva.
-Ah. ¿Son malos como el hombre del saco?
-¿Hombre del saco? -preguntó Sirius esta vez.
-Sí. En mi antiguo colegio la profesora decía que a los niños malos se los llevaba el hombre del saco.
-¿Ein? ¿Eso es otro bicho nuevo? -preguntó Sirius a su amigo que se había quedado perplejo también.
-Supongo que será como un grindylow -dijo Remus mientras se rascaba la barbilla con los dedos.
-¿Qué es un grindylow? -preguntó Harry.
-Pues... A la cama -dijo Sirius que estaba empezando a marearse con aquella conversación tan extraña.
-¿Qué? ¿Ya? -dijo Harry.
-Sí. Ya.
-No.
Y el pequeño se agarró a la pierna de su padrino con fuerza.
-Harry. Vamos... ¡El hombre del saco está aquí! -Remus ahogó una risa y Sirius lo miró con el entrecejo fruncido.
-¡No! ¡El hombre del saco no puede hacer nada contra ti!
-Bueno. La verdad es que -dijo Sirius poniéndose arrogante. Hasta que volvió a la realidad. -Nada. A la cama, Harry.
-¡No quiero!
-Ya es tarde Harry. Se un niño bueno.
-¡Solo me voy a dormir si duermes conmigo!
Sirius se quedó asombrado por la respuesta de su ahijado y al final sonrió.
-Está bien -Harry por respuesta se aferró más a la pierna de su padrino alegremente. -Harry, ya puedes soltarme.
-No. Llévame así.
-Harry...
Sirius se marchó escaleras arriba con su ahijado agarrado a su pierna. Sirius debía de tener mucha fuerza porque no le costaba andar con el pequeño Harry.
-Buenas noches tío Remus.
-Buenas noches.
-Buenas noches a los dos.
-Veamos... Necesitamos 6 manzanas golden... -dijo Remus recordando.
-¿Golden? ¿Qué son manzanas golden?
-Estooo... manzanas de mucha calidad.
-Ah ya -Harry mira por toda la cocina. -¿Dónde hay manzanas golden?
-Pues... -Remus hace un movimiento con su varita y aparece una cesta con 6 manzanas golden. -Aquí mismo. (NdH: sinceramente no tengo ni la más mínima idea en qué se diferencia una manzana de toda la vida y una manzana golden. ^_^U)
-¿Qué estáis haciendo? -preguntó Sirius al entrar en la cocina y al ver a Remus y a Harry con delantales.
-Vamos a preparar una tarta de manzana -dijo Harry feliz.
-Ey. ¿Y lo hacen sin mí? -dijo Sirius molesto.
-Si quieres acompañarnos ponte un delantal y lávate las manos. Y ahora, necesitamos una taza de harina.
-Yo la cojo -dijo Harry levantando la mano.
El pequeño cogió una taza, abrió un mueble, sacó un pequeño saco de harina y llenó la taza.
-¡Ya está! -dijo Harry dejando la taza en la mesa.
-Muy bien, ayudante Harry -dijo Remus con una sonrisa.
-Ale. ¿Ahora somos tus ayudantes?
-Por supuesto. Y yo soy el chef -dijo Remus con orgullo. Sirius lanza un suspiro.
-¿Qué es un chef?
-Tío Remus -dijo Sirius con sorna.
-Aaah...
-También necesitamos una taza de azúcar y una taza de leche.
-¿Qué de tazas, no?
-Por favor, Sirius. La receta es así.
-Bueno, bueno.
En pocos minutos Harry tenía la taza de azúcar y Sirius la taza de leche.
-Y también dos huevos, mantequilla y mermelada de albaricoque.
-¿Algo más, chef Remus? -preguntó Sirius.
-Pues no -respondió con una sonrisa inocente.
-Tío Remus. Quiero decir, chef Remus.
-¿Sí, Harry?
-No hay mermelada de albaricoque.
-Oh, vaya. Ayudante Sirius -dijo Remus volviéndose hacia su amigo.
-Ya está -y con un movimiento de varita un tarro de mermelada de albaricoque apareció en la mesa de la cocina.
-Listo.
-¡Guay!
-Pareces un perro, Harry -el pequeño le sacó la lengua a su padrino en forma de burla inocente.
-Ahora, tenemos que pelar las manzanas y descorazonarlas -dijo Remus mientras cogía una manzana.
-¿Descoraqué?
-Quitarles la parte de dentro, Harry.
-Ah, ya.
-Dejádmelo a mí -dijo Sirius. Hizo un movimiento con su varita y todas las manzanas se elevaron en el aire. Movió su varita haciendo círculos en el aire varias veces y las manzanas quedaron peladas y sin corazón.
-No sabía que supieras hacer eso, Sirius.
El animago sonrió. Harry comenzó a aplaudir ante el espectáculo.
-Ahora tienes que cortar cinco de ellas en tacos. Y la que sobra en forma de media luna.
-Muy irónico, Moony.
-Muy gracioso, Padfoot.
-Je.
Con otros movimientos de varita las manzanas quedaron listas según como había dicho Remus.
-Harry, busca un bol y mete la harina, el azúcar, el harina y los dos huevos.
Harry busca entre los muebles de la cocina hasta que encuentra un recipiente apropiado. Comienza a meter los ingredientes hasta que llegó a los huevos (NdH: ^_^U ejem...)
-Tío Remus. Quiero decir, chef Remus. ¿También las cascaras?
-No, harry. Las cáscaras no -dijo Remus con una sonrisa.
-Pues yo no sé romper huevos.
-Es muy fácil romper huevos, Harry. Se coge el huevo y se lo estampas a...
-¡SIRIUS!
-Lo rompes con cuidado en el borde del bol y luego aprietas floquito y listo.
-Vale.
-Uf.
-Y ahora Sirius mete una de las manzanas troceadas.
-¡A la orden!
-Y ahora a remover.
Sirius hizo un movimiento con la varita y el contenido en el bol comenzó a girar rápidamente. Tanto que un poco cayó en la cara de Remus.
-Lo siento, Moony.
-En fin... –Remus se quitó la masa de los ojos con los dedos. -Debemos removerlo hasta que quede una sustancia casi líquida.
Sirius removió durante unos minutos hasta que estuvo listo.
-Bien, Harry -Remus sacó un molde redondo y lo puso en la mesa. -Ahora te toca a ti untar la mantequilla en el bol.
-¿Para qué?
-Para que de ese modo, cuando queramos sacar la tarta del molde sea más sencillo.
-Vale.
Harry cogió un poco de mantequilla y comenzó a extenderlo por el molde.
-Muy bien. Ahora enharínalo.
El pequeño cogió un poco de harina con una mano y comenzó a esparcirlo.
-Estás hecho todo un cocinero, Harry -le dijo Remus. El pequeño le sonrió. -Ahora tenemos que verter un poco de masa. -Sirius con un movimiento de varita vertió un poco del contenido del bol. -Bien. Ahora debemos poner algunos tacos de manzana, y luego poner más masa. Así hasta rellenar el molde.
Pocos segundos después...
-Y ahora debemos cubrirlos con las medias lunas de manzana. Harry, encárgate tú de ello.
-Sí, tío Remus. Estooo... Chef Remus.
-Bien. Y ahora al horno durante 45 minutos.
-Por favor, Moony. Somos magos -dijo Sirius y con un movimiento de su varita la tarta estuvo lista en pocos segundos.
-Me estás dejando de piedra, Padfoot.
-Je.
-Ahora tenemos que esperar a que se enfríe. Bien Sirius -dijo Remus al ver a su amigo que lo miraba de reojo- haz los honores.
-Muchas gracias, Moony.
Y qué decir. La tarta ya estaba fría por cortesía de Sirius Black.
-Ahora, Harry, unta la mermelada por encima.
-Sí.
-Y... ¡Listo!
Pocos minutos después, los tres estaban sentados en el salón con unas tazas de té (Harry tenía leche caliente) y unos trozos de tarta de manzana.
-Mmm. Deliciosa.
-Sois estupendos ayudantes -dijo Remus. Harry le sonrió con la cuchara en la boca.
-Eso ya lo sabíamos -sijo Sirius con una sonrisa arrogante. -Por cierto, esta tarta me suena.
-Es la misma que llevé el día del primer cumpleaños de Harry.
-Ah ya...
-¿A mi primer cumpleaños? -preguntó el pequeño.
-Sí.
A Sirius y a Remus se le tornaron las miradas un tanto tristes y melancólicas. El pequeño Harry se quedó en silencio terminándose la tarta. Hasta que cuando acabó, se levantó y salió corriendo.
-¡Tío Sirius! ¿A que no me encuentras?
Sirius despertó de repente de sus pensamientos y sonrió mientras que se ponía de pie.
-Ja ja ja ja. ¡Ya verás!
-Ja ja ja ja ja ja. ¡Estoy por aquí!
Remus se quedó en su sitio terminándose la tarta. Mientras que escuchaba a Sirius intentando atrapar al pequeño Harry.
Continuará...
*^*^*
Este capítulo no me convenció del todo. Es anterior a Erase una vez... el día en el que confiaste en mí , es decir, el capítulo anterior. La verdad es que este era un fic aparte, por eso vuelvo a describirlos otra vez XP
Muchas gracias a todos los que me dejaron reviews ^o^
selene snape: a mí también me gustaría dormir abrazada a Sirius *o* Muchas gracias por tu review.
Norm-Black Potter: gracias por tu review ^^ y aquí ya lo sigo.
Sorasaku-yolei*Hermi: Hola Sora ^o^ Me alegro de que te guste este capítulo y que te rieses con él. Gracias, sis!!!
Cristal Melody: gracias por tu review!! Me alegro de que te gustase. Y espero que logres matar a los Dursley =3 Harías un favor a la humanidad. Y sobre si saldrá Voldi Ô.o Pos no sé...
hermionita: Me alegro mucho de que te gustase mi fic ^^ Aquí le sigo. Muchas gracias ^o^
Nazale: Te tengo que decir que tus indirectas-directas no se notan nada, ¿eh? XD Y eso del pack de tres con Sirius Niñera + Tío Remus + Harry Entretenido tiene que ser de muerte *¬* Y Sirius hace lo que puede para entretener a su ahijado XD Muchas Gracias, oye!! ^o^
Cygni: Muchas gracias!! Y me alegro de que te haya gustado este capítulo. Y yo también le deseó muerte a los Dursley ò_ó
Ya me despido... DEJEN REVIEW!!!
CHEERIO!!!
