¡¡HOLA A TODOS!! Por fin el 5º libro ha salido a la venta T^T qué alegría!!! Podré enterarme mejor de todos los detalles *_*

Bueno, me he demorado un poco pero es que apenas tenía tiempo y tampoco se me ocurría como seguirlo, pero ya lo he continuado ^_^ y aquí tienen...

txiri: más o menos eso pretenderá Peter ^_^ Muchas gracias.

Isa: has repetido review eh?? ^_^U Todas tus torturas son muy buenas ò_ó mejor le tiramos en un pozo lleno de basiliscos =3 Perdona por haber tardado tanto ^_^U pero ya tienes el capítulo 13. Muchas gracias.

anna kyouyama15: aún no se encontrarán... aún queda un poquito... Muchas gracias.

Sorasaku-yolei*Hermi: sí, tu fuiste la primera en leerlo XD sabionda ¬_¬ Bueno, ya verás como se soluciona todo ^_~ Y bueno, el hechizo que realiza Dumbledore me costó mucho, quería que fuese original ó_ò no sé si lo fue... Muchas gracias ^0^

herms malfoy: ya veo que ya somos más los que queremos acabar con Pettigrew ò_ó ¡¡MUERTE A LA RATA!! Muchas gracias ^_^

Disclaimer: de Rowling...

*~*~*~*~*~*

Capítulo 13º: Luna llena

Una familia, compuesta por los padres, los abuelos y el hijo pequeño, estaba a las afueras de su casa, comiendo al aire libre, bajo la luna llena. Disfrutaban de una velada tranquila, sin imaginarse que desde la oscuridad del bosque cercano, un ser oscuro los observaba atentamente. El padre estaba atendiendo la barbacoa y la madre entraba y salía de la casa, trayendo los aperitivos. Los abuelos mientras tanto conversaban animadamente. El niño pequeño, con un cazamariposas, intentaba atrapar luciérnagas, acercándose, poco a poco, al bosque, desde donde un ser le miraba con sus ojos dorados.

-Cariño, ¿dónde está el niño? -preguntó la madre a su marido.

-¿Qué?... ¡Ah! Está jugando por allá. Tranquila, no le va a pasar nada.

-Ya lo sé, pero se está alejando mucho -la madre miró a su hijo, en la lejanía, y su rostro se llenó de pánico al ver una sombra enorme acercándose a gran velocidad a su hijo. -¡KIAAAAAAAAAA! -chilló.

El pequeño que no sabía nada, miró primero a su madre y luego a su espalda, y vio como un enorme lobo se lanzaba sobre él y comenzaba a devorarlo. El pequeño, lleno de pánico, intentaba protegerse con sus pequeños brazos, pero era inútil, el lobo mordía y le arrancaba la piel fácilmente. El niño pidió, rogó, por que todo acabase, pero eso nunca sucedió...

Remus se despertó sobresaltado, mirándose los brazos y las piernas. Suspiró al recordar que todo era un sueño, el recuerdo de aquella noche. Cada vez que llegaba la luna llena soñaba con ese momento. Deseaba olvidar, ocultar ese recuerdo en el fondo de su memoria, pero era imposible. Miró a su alrededor, estaba dentro de un hoyo. Cayó en él momentos antes y del golpe perdió el conocimiento.

-¿Quién habrá hecho este agujero aquí? -se preguntó Remus frotándose la zona de la cabeza donde se había golpeado. Se puso de pie y examinó el hoyo. Estaba muy bien hecho y lo habían ocultado a la perfección. -Bueno, de esta forma no haré daño a nadie. -Miró al cielo. -La luna llena está a punto de salir. En fin -suspiró- solo me queda esperar Remus se sentó en el húmedo suelo. -Espero que ya hayan encontrado a Harry.

-Hola, Moony.

Remus se levantó sobresaltado y miró hacia arriba, desde el borde del agujero, Peter Pettigrew lo saludaba.

-¡Tú! -exclamó Remus.

-Esperaba un saludo más agradable por tu parte. Siempre fuiste el más amable de los cuatro.

-¿Dónde está Harry?

-Aquí mismo -Peter acercó a Harry al borde del agujero.

-Harry...

-¿Tío Remus?

-He tratado muy bien a Harry -pasó una mano por la cabeza del pequeño. -Nunca le haría daño al hijo de James.

Esas palabras se clavaron en el interior de Remus que hizo que sintiera una furia incontrolable.

-¿CÓMO TE ATREVES A DECIR ESO? -gritó -¡SABIENDO QUE TÚ LES TRAICIONASTE!

-Hum, te estás volviendo muy gruñón, Moony. Tal vez sea la luna llena.

-Ni se te ocurra tocarle ni un pelo a Harry.

-Tranquilo, pensaba deshacerme de él, es una orden de mis superiores.

-¡No le hagas nada! -gritó Remus y sacó su varita.

-¡Toma! -Peter empujó a Harry, tirándole al hoyo, mientras se transformaba en rata y desaparecía. Remus se lanzó para atrapar a Harry.

-¡Maldito!

-Tío Remus... -sollozó Harry, abrazado a Remus.

-Harry -Remus le devolvió el abrazo, dándole protección, cuando se dio cuenta de las intenciones de Peter. Se separó de Harry, lo tomó por los hombros y lo miró a los ojos. -Harry, vete...

-¿Qué?

-¡Huye! ¡Aléjate de aquí! ¡Aléjate de mí!

-No, no quiero. Tengo miedo, tío Remus. Quiero quedarme contigo -sollozó.

-¡No! -gritó Remus. Harry se quedó callado y cohibido, nunca antes Remus le había gritado. -Lo siento... Verás, Harry, dentro de poco me va a pasar algo muy malo, me voy a transformar en un lobo y no sé si la poción que me he tomado vaya a surtir efecto. No quiero hacerte daño, Harry.

-¿En un lobo?

-Sí, soy un hombre lobo, Harry. ¿Sabes lo que es, no?

-Sí, más o menos.

-Pues sabrás que son unos seres muy peligrosos.

-Pero tú no eres malo, Remus.

-Ahora, pero cuando me transforme puedo ser muy violento.

-Entonces, ¿qué quieres que haga?

-Vete, aléjate de aquí.

Remus tomó a Harry en brazos y con una mano cogió su varita.

-Ahora no temas -le dijo con una sonrisa. -Voy a lanzarte un hechizo para que levites hasta arriba.

Remus tocó a Harry con su varita y el pequeño sintió como se elevaba poco a poco hasta salir del hoyo y posarse suavemente en la húmeda hierba.

-Harry, espera -le dijo Remus. Tomó al Señor Padfoot, que estaba tirado en el suelo del hoyo y lo lanzó hacia arriba y Harry lo cogió.

-Tío Remus...

-Vete, Harry. Anda por el bosque, Sirius, Dumbledore y los demás te están buscando. Solo tienes que encontrarlos y todo acabará.

-¿Y qué pasará contigo, tío Remus?

-No te preocupes por mí, estaré bien. Mañana por la mañana regresaré a la Guarida y todo volverá a ser co... ¡ARGH! -gritó Remus, su espalda había crujido tan fuerte que resonó por los alrededores. La luna llena brillaba claramente en el cielo nocturno. Remus cayó al suelo de rodillas, el dolor que sentía era insoportable.

-¡TÍO REMUS! -gritó Harry asustado.

-Vete -logró decir Remus, apretaba los dientes tan fuerte que un hilillo de sangre salió de su boca. -Lárgate...

Harry asintió aterrorizado y se marchó de allí. No sabía a donde ir, pero si Sirius estaba cerca, es muy posible que lo encontrara pronto.

Remus se retorcía en el suelo del agujero, el dolor se extendía por todo su cuerpo, igual que en las anteriores veces. Sentía como los huesos se desencajaban, sus rodillas se invertían de sentido con un fuerte "¡crack!" que hizo que lanzase un grito de dolor, pero ya solo podía gruñir, porque su boca comenzó a estirarse hacia delante como el hocico de un lobo. Sus pies y manos se alargaron y se ensancharon, para que al final se cubrieran de pelos, al igual que el resto de su cuerpo. Las ropas cedieron ante la envergadura del licántropo. Poco a poco, la transformación llegó a su fin. El lobo olfateó el aire, había comida cerca y estaba hambriento. Aulló a la luna llena, escaló por la pared del hoyo y salió de allí para buscar su cena.

***

Sirius miró a la luna llena al oír aquel aullido. Remus ya era un lobo dispuesto a acabar con cualquier ser vivo que se encontrase a su paso. Y Harry andaba por el bosque, indefenso, ante aquella amenaza, podía ser devorado por Remus aquella misma noche. Agitó la cabeza, debía de seguir con la búsqueda. Se transformó en perro y olfateó, había muchos olores diferentes en aquel bosque que confundían a Sirius, pero al menos si se encontraba con Remus podría hacerle frente.

***

Dumbledore miró a la luna.

-Lupin ya se ha transformado -musitó Dumbledore y negó levemente con la cabeza.

Anduvo por el bosque sin rumbo fijo pero con la esperanza de encontrar al pequeño Harry. Tenía su varita en la mano derecha y andaba observando todos los detalles y paisajes que pasaba ante sus ojos, en cualquier momento un hombre lobo podía saltar encima de él o una pequeña rata podía cruzarse por su camino. No había que descuidarse en ningún momento...

***

A McGonagall se le pusieron los pelos de punta al oír aquel aullido. Estaba sola en aquel oscuro bosque con un hombre lobo rondando cerca, la varita la mantenía siempre en alto. Cualquier ramita crujiendo, cualquier hoja que se movía por el viento la alertaban.

-¿Quién me iba a decir que iba a enfrentarme a un hombre lobo? -se dijo McGonagall. -Pero no voy a dejar que un futuro Gryffindor sea herido sin yo haber hecho nada.

***

Snape escuchó el aullido en la lejanía, ni se inmutó por ello. Ni siquiera sabía porque estaba allí, jugándose el cuello por el hijo de aquel que siempre le gastaba bromas pesadas.

-Por mí... que no vuelva -gruñó Snape.

Se paró en seco, recapacitando sus palabras. Había sonado tan ruin... Harry no era culpable de lo que haya hecho su padre en un pasado. Solo era un niño de 6 años.

Gruñó para sí mismo y siguió con la búsqueda.

***

Tonks se sobresaltó al oír aquel aullido. Nunca antes se había enfrentado a un hombre lobo. Acababa de aprobar todos los exámenes para convertirse en una auror y en ningún momento le habían examinado en un examen para acabar con un hombre lobo. Pero no podía echarse para atrás, era una auror y no le temía a nada. Bueno, excepto a los hombres lobos...

***

Shacklebolt miró a todos lados, el aullido del lobo sonó muy cerca. Levantó su varita y anduvo en silencio, sin hacer el más mínimo ruido. Había sido uno de los pocos que habían sobresalido en los exámenes de auror y estaba muy cualificado. Miró sobre su hombro y siguió caminando, volvió a mirar hacia delante y algo pequeño y fugaz pasó por delante de él.

-¿Qué?

***

Hagrid anduvo con cuidado a través del bosque. Hace unos pocos segundos un aullido de hombre lobo sonó por toda la zona y le puso los pelos de gallina. Estaba asustado, él no podía utilizar la magia, pero a pesar de ello quería ayudar. No iba a permitir que el hijo de James y de Lily saliera herido. Mucho había sufrido el pequeño para que ahora estuviera pasando por eso. Hagrid esperaba con ansia desde que lo conoció verlo correr por los terrenos de Hogwarts y poder charlar con él en su cabaña mientras tomaban el té. Suspiró profundamente y de un salto cruzó un acantilado de un salto.

***

El pequeño Harry corrió por el bosque sin rumbo fijo, tropezaba y caía continuamente, pero seguía corriendo. Había escuchado hace poco tiempo el aullido de Remus ya transformado y apenas se había alejado lo suficiente. Miró sobre su hombro y tropezó, cayendo por un pendiente, rodando. Las gafas salieron disparadas y Harry tenía todo el cuerpo dolorido. Cogió sus gafas y se las volvió a poner, intentó ponerse en pie pero fue inútil, cayó al suelo otra vez. Su tobillo le dolía intensamente, a causa de la caída se lo había torcido. No podía seguir corriendo. Estaba perdido, hambriento y herido, era demasiado para un niño de 6 años. Se aferró a su peluche y comenzó a llorar, llamando entre sollozos a Sirius. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no sintió una respiración en su nuca. Un lobo, más grande de lo normal, estaba detrás de él, mirándole fijamente. Hasta que al final, Harry lo sintió y se giró rápidamente, encontrándose cara a cara con el licántropo.

-¿T-t-tío R-r-Remus?

Harry se quedó quieto en el sitio, sin mover ni un músculo. El lobo enseñó sus dientes, que podían partirle en dos y desgarrarle la piel fácilmente.

Continuará...