¡Holas!
Aquí os cuelgo el segundo capítulo. Poco a poco los iré haciendo más largos, aunque eso si, si tengo reviews...
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CAPÍTULO 2: SE ABRE LA GUERRA
Estaba harta, esta vez no se lo iba a permitir. Se la devolvería costase lo que costase. ¡¿Cómo diablos se le había ocurrido semejante idea?! Y encima iba y volvía a pedirle que saliese con él. ¿Es que no se lo había dejado claro? ¡¡¡Ni que fuese el único chico de la tierra!
Bien, vamos a explicar claramente qué había pasado. Después de dos semanas de tener castigados aquellos idiotas aún no había conseguido ni una sola vez que limpiasen bien ninguna de las aulas que les había pedido, así que, sintiéndolo mucho, tuvo que hablar con Minerva McGonagall, que quitó 50 puntos del reloj de Gryffindor.
Como venganza las chicas del club de fans de los estúpidos Potter y Black le habían tendido una trampa. Cuando estaba bajando las escaleras para ir a desayunar al gran comedor le habían roto la mochila mediante un hechizo de forma que cayeron todos sus libros por las escaleras. Cuando se arrodilló para cogerlos puso el pie en un escalón trampa de forma que no pudo sacar el pie de allí hasta que, después de mucho forcejar aparecieron Susan y Drea y la ayudaron.
Sin más problemas llegó a las puertas del gran comedor. Allí le tiraron unos cuatro cubos de barro encima. Ella lo intentó revertir con un hechizo, pero justo en aquél momento pasaba el celador por allí y la castigó por usar magia en los pasillos y por ensuciar el suelo.
Después de perder diez puntos para Gryffindor y de barrer todo el pasillo a lo muggle ya no le quedaba tiempo para comer, así que se fue con Susan y Drea a clase, ya que lo último que le faltaba era llegar tarde con McGonagall. Aún así había llegado tarde.
Cuando ya estaba casi en la puerta de la clase pasó una de las amiguitas de Potter y hechizó sus zapatos para que no le hiciesen caso, así que acabó de morros al suelo... Y por el colmo a alguien se le había roto un pote de tinta negra en el suelo, por lo que además acabó con toda la cara negra y algunos cortes. Se limpió un poco con un pañuelo y entró en el aula.
A McGonagall casi le dio un ataque cuando la vio de aquella forma. Después de preguntarle que le había pasado, a lo que ella no quiso responder, la mandó a la enfermería, ya que esta parte de la frente que tanto le dolía por lo visto también estaba sangrando. ¿Por qué sus amigas no la habían avisado? Las miró. Susan se estaba discutiendo con Potter y Drea... bueno, en realidad se había dormido.
Después de pasar una hora en la enfermería, porque la enfermera se negaba a curarle hasta que no le hubiese limpiado la cara, tenía clase de pociones. Llegaría tarde y aquél profesor no lo consentiría... Era muy... estricto.
Por el camino se topó con una chica de cuarto que le tiró una bomba fétida encima y con una de séptimo que la insultó gritando por el pasillo. Para acabarlo de rematar una muchacha de sexto de Hufflepuff le lanzó un hechizo en la túnica de forma que en lugar de Gryffindor ponía, en aquél momento, "James Potter y Sirius Black son los mejores. ¡Reyes de Hogwarts!"
Llegó a las mazmorras con diez minutos de retraso y el profesor Bereth no la dejó entrar. Tuvo que esperarse durante una hora y cincuenta minutos para que después éste la obligase a limpiar todos los calderos sin magia.
Por desgracia también Black estaba castigado, por lo que, por si no le era suficiente tener que lavar todos los calderos, que tenían una sustancia verde fluorescente muy pegajosa, además tuvo que aguantar todos los comentarios del estúpido y engreído Black.
- ¡¡¡Uy!!! ¡La pelirroja metomentodo se está revolucionando! ¿Qué será lo próximo, Evans? ¿Teñirte el pelo a voluntad?
- ¿Perdone, ¿me está hablando a mi?
- Así que no, ¿eh? Pues me cuidaré de que no se te olvide. A ver... ¿Qué color te quedaría mejor? ¡Ya sé! ¡Cómo un arco iris! –cogió su varita y le tiñó el pelo de negro, verde, rosa fluorescente, púrpura, amarillo y azul turquesa.
Cuando por fin pudo salir del aula para ir a comer otra fan de Potter leyó lo que ponía en la túnica y después le dijo: "¿Qué pasa Evans, te has cambiado de bando? Por que si es así, debo decirte que James es mío y Black es mi ex... Por cierto, creo que les gustaba más el color rojo, para tu pelo, así que..." cogió la varita y murmuró algo. Y después...
- ¡Ups! ¡perdona, debo haberme equivocado de hechizo... -y se fue corriendo.
Pronto le pareció oler algo raro, como algo quemado. No tardó demasiado en darse cuenta que era su pelo el que olía así. Se le estaba quemando. Intentando mantener la calma se fue al baño más próximo y se mojó todo el pelo. Paró de quemarse, pero tenía casi la mitad de su larga cabellera chamuscada. Se puso un hechizo de ilusión que duró hasta el final de las clases de la tarde. Por suerte el resto del día pasó sin más problemas... hasta que llegó a la sala común.
Iba charlando con Susan y Drea tan animadamente como los sucesos del día le permitían cuando se cruzó con Potter. Éste, que iba solo, le volvió a pedir que saliera con él.
- ¡Evans! ¿Te va bien hoy a las once y cuarto para vernos en la torre de astronomía? Hoy no hay nadie que tenga clase... Por cierto, este nuevo look te sienta de maravilla, aunque quizá es un poco demasiado atrevido, ¿no?
- Es verdad Lily, ¿Qué te ha pasado? Hasta hace un momento tenías el pelo normal...
James mostró que tenía la varita en la mano sonriendo de oreja a oreja.
- Si sales conmigo hago que dejen de molestarte...
- ¡Ni lo sueñes! –Lily le dio una fuerte bofetada en la mejilla y subió a los dormitorios de chicas seguida por sus amigas diciendo -¿Quieres guerra? ¡Pues acepto! A partir de ahora, LA GUERRA ESTÁ DECLARADA!
En aquel momento se encontraba en su habitación, mirándose al espejo lastimosamente y recordando todo lo que había sucedido aquél día. Realmente se habían pasado. Entre Potter, Black y su club de fans lo pagarían. Oh, sí, se lo haría pagar todo, ¡absolutamente todo!
- Lily, ¿quieres que intente hacer algo con tu pelo?
- Pues... si no te importa... no te diré que no. –dijo con una débil sonrisa. –la verdad es que prefiero mil veces mi color de pelo natural... esto es demasiado... estrambótico. Además, no me gusta tener el pelo quemado.
Susan le cortó el pelo justo por encima de donde se le había quemado escalándole un poco la parte de delante de forma que, de detrás, el pelo le llegaba un dedo por encima de los hombros.
- Gracias Susan. Aunque aún me queda este torbellino de colores... pero bueno, ¡qué le vamos a hacer!
- Lily, tengo algo que puede servirte. Aún tengo un par de botes de tinte muggle, por si no podemos revertir el hechizo... -Dijo Drea después de haber estado fisgoneando en su baúl durante unos diez minutos.
- Me irán muy bien, aunque depende de qué color sean. El hechizo es imposible de revertir, ha usado el "colorus primavertium"... (n.a. Si alguien fuese tan amable de explicarme como puedo poner las cursivas, lo agradecería mucho...)
- Pues así vamos a probar con esto. Y después miraremos si está bien cortado. ¿Qué color prefieres, pelirrojo o negro?
- Probemos con el pelirrojo, mejor.
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Después de haberse teñido el pelo de pelirrojo pudieron comprobar que aún se veían según qué colores y por eso al final tuvo que teñirse de negro.
- Os juro que de esta me voy a vengar por lo alto... James Potter y Sirius Black nunca olvidaran este curso... ¡esto os lo aseguro! Y su pequeño club de fans... digamos que se van a arrepentir de todo.
- ¿Tienes alguna idea?
- Sí, pero tendría que ir a hacer algunas consultas a la biblioteca... Aunque ya iré mañana; podemos darles un día de tregua, aunque no estoy segura de que ellos nos lo den.
- ¿Cuándo te va a quitar esto, Lily? – Drea se refería a las tiritas y gasas que le habían enganchado en la cara, ya que la enfermera dijo que no era seguro curarlo con magia después de lo de la tinta.
- ¡Ay! Dentro de una semana. Pero te aseguro que cuando a mi me lo quiten habrá algunas personas en peor estado que yo. Y no me refiero al pelo, porque sinceramente la única persona a la que han teñido el pelo constantemente soy yo...
Dos días después algunas personas descubrirían que la gente que nunca hace nada malo y siempre sigue las normas puede ser mucho peor que la que siempre ataca... Y no les gustaría demasiado la forma de probarlo, esto es seguro.
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¡Hola!
¡Capítulo acabado! Ahora ya sabéis lo que debéis hacer: pulsar el go, escribir vuestro nombre y dejarme un comentario. Acepto de todo. ¡gracias! ¡Y muchas gracias por los reviews que me habéis dejado!
MOR: ¡Gracias! Pues sí, fuiste la primera en dejarme un review en este fic. ¡A ver si me dejas también el tercero!
LINNAWEN: Aquí te lo continúo. ¡¡¡Espero otro review tuyo!!! ¡¡¡Dews!!!
Si habéis leído el 5º libro podéis leer también mi otro fic: ¿Doble Snape?
Khye
Aquí os cuelgo el segundo capítulo. Poco a poco los iré haciendo más largos, aunque eso si, si tengo reviews...
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CAPÍTULO 2: SE ABRE LA GUERRA
Estaba harta, esta vez no se lo iba a permitir. Se la devolvería costase lo que costase. ¡¿Cómo diablos se le había ocurrido semejante idea?! Y encima iba y volvía a pedirle que saliese con él. ¿Es que no se lo había dejado claro? ¡¡¡Ni que fuese el único chico de la tierra!
Bien, vamos a explicar claramente qué había pasado. Después de dos semanas de tener castigados aquellos idiotas aún no había conseguido ni una sola vez que limpiasen bien ninguna de las aulas que les había pedido, así que, sintiéndolo mucho, tuvo que hablar con Minerva McGonagall, que quitó 50 puntos del reloj de Gryffindor.
Como venganza las chicas del club de fans de los estúpidos Potter y Black le habían tendido una trampa. Cuando estaba bajando las escaleras para ir a desayunar al gran comedor le habían roto la mochila mediante un hechizo de forma que cayeron todos sus libros por las escaleras. Cuando se arrodilló para cogerlos puso el pie en un escalón trampa de forma que no pudo sacar el pie de allí hasta que, después de mucho forcejar aparecieron Susan y Drea y la ayudaron.
Sin más problemas llegó a las puertas del gran comedor. Allí le tiraron unos cuatro cubos de barro encima. Ella lo intentó revertir con un hechizo, pero justo en aquél momento pasaba el celador por allí y la castigó por usar magia en los pasillos y por ensuciar el suelo.
Después de perder diez puntos para Gryffindor y de barrer todo el pasillo a lo muggle ya no le quedaba tiempo para comer, así que se fue con Susan y Drea a clase, ya que lo último que le faltaba era llegar tarde con McGonagall. Aún así había llegado tarde.
Cuando ya estaba casi en la puerta de la clase pasó una de las amiguitas de Potter y hechizó sus zapatos para que no le hiciesen caso, así que acabó de morros al suelo... Y por el colmo a alguien se le había roto un pote de tinta negra en el suelo, por lo que además acabó con toda la cara negra y algunos cortes. Se limpió un poco con un pañuelo y entró en el aula.
A McGonagall casi le dio un ataque cuando la vio de aquella forma. Después de preguntarle que le había pasado, a lo que ella no quiso responder, la mandó a la enfermería, ya que esta parte de la frente que tanto le dolía por lo visto también estaba sangrando. ¿Por qué sus amigas no la habían avisado? Las miró. Susan se estaba discutiendo con Potter y Drea... bueno, en realidad se había dormido.
Después de pasar una hora en la enfermería, porque la enfermera se negaba a curarle hasta que no le hubiese limpiado la cara, tenía clase de pociones. Llegaría tarde y aquél profesor no lo consentiría... Era muy... estricto.
Por el camino se topó con una chica de cuarto que le tiró una bomba fétida encima y con una de séptimo que la insultó gritando por el pasillo. Para acabarlo de rematar una muchacha de sexto de Hufflepuff le lanzó un hechizo en la túnica de forma que en lugar de Gryffindor ponía, en aquél momento, "James Potter y Sirius Black son los mejores. ¡Reyes de Hogwarts!"
Llegó a las mazmorras con diez minutos de retraso y el profesor Bereth no la dejó entrar. Tuvo que esperarse durante una hora y cincuenta minutos para que después éste la obligase a limpiar todos los calderos sin magia.
Por desgracia también Black estaba castigado, por lo que, por si no le era suficiente tener que lavar todos los calderos, que tenían una sustancia verde fluorescente muy pegajosa, además tuvo que aguantar todos los comentarios del estúpido y engreído Black.
- ¡¡¡Uy!!! ¡La pelirroja metomentodo se está revolucionando! ¿Qué será lo próximo, Evans? ¿Teñirte el pelo a voluntad?
- ¿Perdone, ¿me está hablando a mi?
- Así que no, ¿eh? Pues me cuidaré de que no se te olvide. A ver... ¿Qué color te quedaría mejor? ¡Ya sé! ¡Cómo un arco iris! –cogió su varita y le tiñó el pelo de negro, verde, rosa fluorescente, púrpura, amarillo y azul turquesa.
Cuando por fin pudo salir del aula para ir a comer otra fan de Potter leyó lo que ponía en la túnica y después le dijo: "¿Qué pasa Evans, te has cambiado de bando? Por que si es así, debo decirte que James es mío y Black es mi ex... Por cierto, creo que les gustaba más el color rojo, para tu pelo, así que..." cogió la varita y murmuró algo. Y después...
- ¡Ups! ¡perdona, debo haberme equivocado de hechizo... -y se fue corriendo.
Pronto le pareció oler algo raro, como algo quemado. No tardó demasiado en darse cuenta que era su pelo el que olía así. Se le estaba quemando. Intentando mantener la calma se fue al baño más próximo y se mojó todo el pelo. Paró de quemarse, pero tenía casi la mitad de su larga cabellera chamuscada. Se puso un hechizo de ilusión que duró hasta el final de las clases de la tarde. Por suerte el resto del día pasó sin más problemas... hasta que llegó a la sala común.
Iba charlando con Susan y Drea tan animadamente como los sucesos del día le permitían cuando se cruzó con Potter. Éste, que iba solo, le volvió a pedir que saliera con él.
- ¡Evans! ¿Te va bien hoy a las once y cuarto para vernos en la torre de astronomía? Hoy no hay nadie que tenga clase... Por cierto, este nuevo look te sienta de maravilla, aunque quizá es un poco demasiado atrevido, ¿no?
- Es verdad Lily, ¿Qué te ha pasado? Hasta hace un momento tenías el pelo normal...
James mostró que tenía la varita en la mano sonriendo de oreja a oreja.
- Si sales conmigo hago que dejen de molestarte...
- ¡Ni lo sueñes! –Lily le dio una fuerte bofetada en la mejilla y subió a los dormitorios de chicas seguida por sus amigas diciendo -¿Quieres guerra? ¡Pues acepto! A partir de ahora, LA GUERRA ESTÁ DECLARADA!
En aquel momento se encontraba en su habitación, mirándose al espejo lastimosamente y recordando todo lo que había sucedido aquél día. Realmente se habían pasado. Entre Potter, Black y su club de fans lo pagarían. Oh, sí, se lo haría pagar todo, ¡absolutamente todo!
- Lily, ¿quieres que intente hacer algo con tu pelo?
- Pues... si no te importa... no te diré que no. –dijo con una débil sonrisa. –la verdad es que prefiero mil veces mi color de pelo natural... esto es demasiado... estrambótico. Además, no me gusta tener el pelo quemado.
Susan le cortó el pelo justo por encima de donde se le había quemado escalándole un poco la parte de delante de forma que, de detrás, el pelo le llegaba un dedo por encima de los hombros.
- Gracias Susan. Aunque aún me queda este torbellino de colores... pero bueno, ¡qué le vamos a hacer!
- Lily, tengo algo que puede servirte. Aún tengo un par de botes de tinte muggle, por si no podemos revertir el hechizo... -Dijo Drea después de haber estado fisgoneando en su baúl durante unos diez minutos.
- Me irán muy bien, aunque depende de qué color sean. El hechizo es imposible de revertir, ha usado el "colorus primavertium"... (n.a. Si alguien fuese tan amable de explicarme como puedo poner las cursivas, lo agradecería mucho...)
- Pues así vamos a probar con esto. Y después miraremos si está bien cortado. ¿Qué color prefieres, pelirrojo o negro?
- Probemos con el pelirrojo, mejor.
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Después de haberse teñido el pelo de pelirrojo pudieron comprobar que aún se veían según qué colores y por eso al final tuvo que teñirse de negro.
- Os juro que de esta me voy a vengar por lo alto... James Potter y Sirius Black nunca olvidaran este curso... ¡esto os lo aseguro! Y su pequeño club de fans... digamos que se van a arrepentir de todo.
- ¿Tienes alguna idea?
- Sí, pero tendría que ir a hacer algunas consultas a la biblioteca... Aunque ya iré mañana; podemos darles un día de tregua, aunque no estoy segura de que ellos nos lo den.
- ¿Cuándo te va a quitar esto, Lily? – Drea se refería a las tiritas y gasas que le habían enganchado en la cara, ya que la enfermera dijo que no era seguro curarlo con magia después de lo de la tinta.
- ¡Ay! Dentro de una semana. Pero te aseguro que cuando a mi me lo quiten habrá algunas personas en peor estado que yo. Y no me refiero al pelo, porque sinceramente la única persona a la que han teñido el pelo constantemente soy yo...
Dos días después algunas personas descubrirían que la gente que nunca hace nada malo y siempre sigue las normas puede ser mucho peor que la que siempre ataca... Y no les gustaría demasiado la forma de probarlo, esto es seguro.
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¡Capítulo acabado! Ahora ya sabéis lo que debéis hacer: pulsar el go, escribir vuestro nombre y dejarme un comentario. Acepto de todo. ¡gracias! ¡Y muchas gracias por los reviews que me habéis dejado!
MOR: ¡Gracias! Pues sí, fuiste la primera en dejarme un review en este fic. ¡A ver si me dejas también el tercero!
LINNAWEN: Aquí te lo continúo. ¡¡¡Espero otro review tuyo!!! ¡¡¡Dews!!!
Si habéis leído el 5º libro podéis leer también mi otro fic: ¿Doble Snape?
Khye
