ALAS DEL DESTINO
Por Ayelen Hakanai (Dark Wing Fairy)
Capítulo nueve
-La naturaleza de los demonios-
La puerta del cuartel se abrió de par en par, el pánico invadió a las chicas, las cuales inmediatamente retrocedieron; habían dado con ellas, no tenían escapatoria.
-PERO QUÉ DIANTRES HACEN AQUÍ ESCONDIDAS,- una chica de pelo azul oscuro y ojos del mismo color estaba delante de ellas, con cara de pocos amigos.
-MEI,-
-Pues quien más creían, las he estado buscando desde hace horas,- el rostro de la chica estaba fruncido en una mueca de enojo. Pero para las chicas esa mueca no significo amenaza al contrario dejaron escapar un gran suspiro. Y corrieron a abrazarla. –Y AHORA A USTEDES QUE BICHO LES PICO¡-
-Oh, Mei que gusto me da verte,- decía Naya mientras se separaba de ella.
-Bueno, ya basta,- dijo la chica mientras daba un paso hacia atrás, saliendo completamente de la habitación.
-Cómo diste con nosotras,- preguntaba Sora.
-Escuché ruidos, además las vi cuando salieron corriendo del castillo,-
Las tres chicas se alejaron de los cuarteles caminando por el patio de armas; el lugar estaba vació, aparentemente los monstruos habían dejado de buscarlas.
-Oye, Mei,- Naya se detuvo en seco, y las chicas al ver su reacción hicieron lo mismo.
-Si, dime,-
-Tú sabes que fue lo que paso con mi madre y el resto de los habitantes,-
-No lo sé,-
-No lo sabes,- inquirió Naya esta vez sorprendida.
-No, yo estaba en el campo de entrenamiento cuando escuché gritos, y vi gente correr despavorida fuera del castillo, pensé que era un ataque, pero al llegar aquí no había nadie,-
-No había nadie,-
-No,-
-Entonces, todos los habitantes salieron huyendo,-
-Creo que sí, ya te dije todo fue muy repentino, cuando entré no había nadie, ni un cadáver, nada, sólo rastros de lucha,-
-Entonces,- ahora era Sora quien preguntaba, -No viste a una chica de pelo corto color púrpura y alas de murciélago, que andaba vagando por estos lugares,-
-Yo no vi a nadie,- dijo la joven mientras se giraba sobre sus talones y caminaba en dirección a la entrada del castillo.
-Espera Mei, a donde vas,- preguntó Naya mientras trataba de alcanzarla.
-Voy al castillo, van a venir o qué,- la chica giro un poco su cabeza para observar a su prima de reojo, -No me digan que tienen miedo,- dijo en tono de reto.
-Claro que no, nosotras también iremos,- respondió Naya decidida.
Entonces Mei avanzo dejando a las chicas a unos cuantos pasos de distancia tras de ella.
-Naya¿qué es lo que esta pasando aquí,-
-No te preocupes Sora, estoy segura que nada malo sucederá,-
Naya y Sora hablaban en un tono de voz muy bajo, estaban seguras que ni siquiera Mei podría escucharlas.
-Pero… si nos encontramos con aquella mujer… es decir con Anna,-
-Mei dice que no vio a nadie cuando registraba el castillo, tal vez…,-
-Se hayan marchado, no,-
-Si, tal vez, quizá hasta mi madre y Mia estén esperándonos en el laboratorio,- dijo la chica de pelo negro mientras una chispa de esperanza brotaba en su mirada.
-Si; entonces que esperamos Naya, no dejemos que Mei se nos adelante,- y así las dos jóvenes apresuraron el paso, para el caso la otra jovencita les llevaba varios metros de distancia.
-EY, SE VAN A APURAR O NO,- Mei gritaba al otro extremo del enorme pasillo que conducía hasta la entrada del Salón principal.
-Si, ya vamos,- respondió Sora mientras agitaba un brazo, -Vamos Naya… Naya, qué te pasa,- dijo la chica mientras giraba en redondo buscando a su amiga.
-Sora, ya viste esa luz,-
-Cuál,-
-Aquella; viene del pasillo que lleva hasta el laboratorio de la Consejero Mia,- diciendo esto la chica de pelo negro avanzó unos cuantos pasos en dirección de aquel lugar, -tal vez mi madre y ella ya hayan salido y nos están buscando,- y sin más explicaciones corrió con todas sus fuerzas dejando a Sora atrás; esta estaba a punto de seguirla cuando una mano se posó en su brazo derecho deteniéndola. –Eh, Mei,-
-Ven Sora, tengo algo que mostrarte,-
-Espera, Naya se ha ido por aquel lugar, creo que debemos ir con ella,-
-No, ven nosotras esperaremos, estoy segura que la Reina y la Consejero están en aquel lugar, no querrás interrumpir el momento de su reunión, verdad,-
-No, claro que no, pero me preocu…..-
-Calmate, ven vamos por aquí, Naya estará bien,-
-P..pe..pero,…- Sora estaba dudando en seguir a la muchacha, pero después de unos segundos asintió, -Bueno, pero a donde me llevas¿qué es lo que quieres que vea,-
-Oh, por qué desconfías tanto,-
-Es que,-
-Ya lo sé, no me he portado bien contigo desde que nos conocimos, pero eso no significa que no puedas confiar en mí, además soy prima de Naya, jamás le haría algún daño a los amigos de mi querida Prima,- dijo Mei mientras sonreía.
-…- Sora la observó por un segundo, mientras en su cabeza surgían una serie de pensamientos, -"Pero que tonterías estoy pensando, es verdad, ella es prima de Naya, no tengo porque desconfiar… pero… entonces que es esta sensación, bueno, tal vez sea mejor seguir a Mei",- devolviendo la sonrisa, respondió, -Esta bien, tienes razón, pero¿A dónde quieres que vayamos,-
-Vamos a la Torre del Norte, ese lugar es el más elevado del Castillo, estoy segura que si vamos ahí, podremos ver todos los alrededores del lugar y así tal vez encontremos a más personas,-
-Tienes toda la razón, entonces qué esperamos vayamos… pero y Naya,- Sora dijo esto mientras se detenía en seco y giraba su cabeza para observar el lugar por donde se había ido su amiga.
-No te preocupes, estoy segura que en cuanto encuentre a mi tía y a la consejero, nos alcanzaran,-
-Esta bien,- y así las dos jóvenes se dirigieron por otro pasillo en dirección a la Torre norte.
Mientras tanto en el pasillo principal…
-"Todo este silencio me da miedo..",- pensaba la chica de ojos lilas, mientras avanzaba en dirección del laboratorio de la Consejero Mia, -"Pero no tengo porqué temer, esa luz proviene del laboratorio, estoy segura,"- se encontraba a unos cuantos pasos de distancia de la puerta que conducía a las escaleras del laboratorio secreto cuando sintió una presencia tras de ella, temiendo lo peor giro rápidamente sobre sus talones, y lo que encontró fue algo que no se había podido ni imaginar.
Delante de ella se encontraba una figura; era una niña de aproximadamente unos 11 años de edad, su rostro era como el de un pequeño zorro, pero lo que más la impacto fueron el par de ojos grises que la miraban llenos de rencor.
-Hola, pequeña,- fueron las únicas palabras que salieron de su boca, "AH (suspiros) creí que era la mujer demonio, (n/a: alias Anna)",- pensó la chica mientras cerraba los ojos y colocaba su brazo izquierdo encima de su pecho; dirigió su mirada hasta la niña; esta no había respondido, mantenía la misma posición y esto empezó a incomodar cada vez más a Naya. -Nunca antes te había visto, eres uno de los habitantes del castillo¿Dónde están tus padres,- interrogó la chica en espera de que la niña respondiera; de pronto la chiquilla dio un paso al frente, por instinto Naya retrocedió, la energía que desprendía la niña era escalofriante, diría que demoníaca, -"Un momento, esa vestimenta, yo la he visto antes",- pensó la joven mientras observaba con más detenimiento a la criatura.
-No te perdonaré,-
-Eh,- Naya estaba sorprendida, y no porque la niña hubiera hablado, sino por el tono de voz que uso para dirigirse a ella, si su presencia era escalofriante, la voz lo era más.
-Me has quitado a mi hermana¡
- Pero que dices?; Yo no te he quitado nada,- respondió Naya sin comprender el porque de la actitud tan hostil de parte de la pequeña.
-Y PAGARÁS,-
Al instante la niña se lanzó en contra de Naya instintivamente la esquivó; pero se dio cuenta que la criatura era demasiado rápida y ágil; para el caso, no quiso lastimarla y decidió salir corriendo por el pasillo principal, hasta llegar al Salón Imperial… este estaba en penumbras, los ventanales estaban cerrados y la atmósfera era sofocante.
-Maldición, y ahora que hago,- se dijo al ver que estaba en un callejón sin salida, no le quedaría de otra que enfrentarse a la pequeña; si es que está la seguía. De pronto sintió algo, no estaba sola, alguien más estaba en la habitación, forzó su vista y no encontró a nadie; echándole la culpa a sus nervios, opto por creer que no había sido nada, su imaginación le estaba jugando una mala pasada; y silenciosamente penetro en el lugar. Lentamente recobró la calma, hasta esos momentos no se había percatado de que ni Sora ni Mei estaban por los alrededores, -Tal vez se fueron por el otro extremo del pasillo,- se dijo, -"Creo que lo más coherente es permanecer en este lugar, tal vez decidan regresar",- pensó esto mientras caminaba hasta el centro del salón, de pronto un escalofrió recorrió su espalda, era como si un viento helado circulara por la habitación y de las profundidades de ésta una voz se escucho.
-Vaya, vaya, hasta que te apareces,-
La voz no le era desconocida, a decir verdad estaba rogando por escucharla…
-Madre,- dijo Naya mientras trata de distinguir la figura.
-Ja, sabia que llegarías hasta aquí,-
-Madre, que bueno, estas a salvo,- la chica se dirigió rapídamente hasta la sombra, pero a unos cuantos centímetros de esta, detuvo sus pasos en seco, -¿qué te pasa,-
-A mí nada; nunca me he sentido tan bien en mi vida,- un diminuto haz de luz se escabullía por los ventanales iluminando escasamente el salón, la reina Sara dio un paso para que su rostro se iluminara y al hacerlo Naya se topó con algo que nunca esperó ver.
-Tú no eres mi mamá,-
-Claro que lo soy,-
-No¿quién eres y que le hiciste a mi madre, IMPOSTORA,-
-Como te atreves a decir que no soy tu madre, MALA HIJA,- la razón de esta discusión era que la reina Sara tenia el rostro deformado, unos enormes colmillos sobresalían de su fina boca, la cual ahora era una horrible mueca, mientras que sus ojos estaban inyectados por sangre; dio unos cuantos pasos y quedo a la altura de Naya, esta retrocedió pero no lo suficiente como para impedir ser golpeada. Allá fue dar la joven de ojos lilas mientras su progenitora o la que decía serlo soltaba tremendas carcajadas, -Ja, eres tan débil que bien podrías no ser mi HIJA,-
-Como, definitivamente tú no eres mi madre,- decía Naya mientras colocaba una de sus manos sobre su mejilla enrojecida, como podría ser su madre este engendro el cual no poseía la ternura y dulzura que caracterizaban a la Gobernante del Reino de la Tierra.
-CALLA, ESTOY HARTA DE TUS CAPRICHOS Y DE TU FALTA DE MADUREZ, DEBERIAS SER MÁS COM0 TÚ HERMANO MAYOR,-
-Una discusión o acaso es una pequeña riña familiar, querida,- otra voz surgió de las penumbras, pero esta vez era de un hombre.
-No te preocupes, ella no es peligrosa, además ni volar puede, y ni se diga de la magia es pésima en eso,- unos brazos varoniles cubrieron por detrás la cintura de la Reina Sara, la persona a quien pertenecían era nada menos que a Kalos, el monstruo que momentos atrás había atacado al castillo.
-Ja, eso quiere decir que no tenemos porque preocuparnos, creo que Rossetta podrá arreglársela sola,- y diciendo esto tomo la barbilla de la reina y la giro hasta él, para que sus labios se rozaran.
-Pero que es esto,- decía Naya al observar tal escena, nunca espero que su madre si es que lo era; estuviera besuquiandose con otro, que no fuera su padre. Era como estar en una pesadilla de la que no se sale nunca.
-Rossetta, hija ven,- Kalos hizo un movimiento con sus manos en dirección de la puerta del salón.
-Si padre,-
-Termina de una vez por todas con esa niña,-
-A LA ORDEN,-
De quien sabe donde la niña que momentos antes le había atacado y reclamado el robo de una hermana, emergía de la oscuridad colocándose delante de ella, expandió sus alas de vampiro y abrió la boca para mostrar sus colmillos en señal de reto.
-"Oh cielos, creo que no tengo más remedio que pelear, pero no la dañaré es muy pequeña, es tan solo una niña, demonio o no, no debo lastimarla¿qué hago?",- la chica pensaba esto mientras hacia el intento de levantarse del suelo, de pronto la cara de su hermano apareció en sus pensamientos, -"Naya recuerda lo que tienes que hacer cuando tú contrincante es pequeño,"- León estaba delante de ella, su hermano mayor le había enseñado bien a defenderse, podía enfrentarse a cualquier contrincante, pequeño, grande, fuerte o débil, su hermano la había instruido bien en la defensa personal, así que la joven se levanto y respondiendo al reto miro desafiante a la niña, -"ahora ya sé lo que haré",- entonces Naya puso sus manos a los costados y cerró los ojos.
-Con que no piensas defenderte, ja mejor para mí,- y diciendo esto Roseta se abalanzo hacia ella con un puño en alto con el fin de golpearla.
Acto seguido la niña demonio estaba en el suelo.
-Pero, CÓMO PUDISTE,- decía Kalos asombrado al momento en el que su pequeña hija yacía inconsciente delante de ellos.
-No me subestimen. Je, Madre tú más que nadie sabe de lo que soy capaz, bueno, eso SI REALMENTE ERES MI MADRE- dijo esto la chica de pelo negro en un tono muy grave de voz Naya había recobrado la confianza, ya no tenia miedo, estaba dispuesta a hacerle frente a esa impostora y a su acompañante, cuando…
-JAJAJAJAJJA, creo que no eres capaz de nada, niñita,-
-Estoy de acuerdo contigo, ni siquiera es hábil como para ejecutar un hechizo básico, y te lo digo yo, que he sido su compañera desde que tenemos uso de razón, aprendimos al mismo tiempo y ella no puede siquiera invocar una tímida llama de luz,-
Otros seres hacian su aparición, y las dos voces provenientes de ellos no le eran desconocidas, al hacerse visibles lo que vio fue a la chica de pelo corto púrpura que las había atacado minutos atrás y ha su querida amiga Mia; venían juntas desde el fondo del Salón.
-Mia,- preguntaba incrédula Naya, -"no pude ser¿otra impostora¿qué es lo que hicieron con las verdaderas?; además si me atacan estaré perdida, que hago… HERMANO, SORA DONDE ESTAN?",- pensaba la chica mientras el pánico la invadía otra vez.
-Creo que es la hora de acabar contigo,- decía Anna mientras se acercaba cada vez más, sus alas estaban expandidas y mostraba los colmillos.
-Yo te ayudo,- dijo Mia mientras tomaba la misma posición.
-Para no arriesgarnos, nosotros también atacaremos,- ahora Kalos era quien hablaba.
-CREO QUE NO SERÁ NECESARIO QUE LA CONVIRTAMOS, ES DEMASIADO DEBÍL PARA MERECER ESTE PRIVILEGIO,- Sara decía esto mientras desplegaba sus alas y se colocaba a lado de los otros.
Al ver esto Naya dio varios pasos hacia atrás, entre más avanzaban ellos más cercas estaba de la pared, de pronto topo con algo; ya no podía retroceder, no quería que el pánico la dominara. Su respiración era cada vez más agitada; por instinto volvió a dar un paso hacia atrás, algo hueco sonó; se dio cuenta que estaba ante la ventana del salón, por culpa de las cortinas no la había visto, sin despegar la vista de sus atacantes, coloco su brazo izquierdo en la espalda, después de unos segundos que parecieron horas, dio con la perilla, deseando que no estuviera cerrada con llave, forcejeo con ella.
-Aunque puedas abrir esa puerta, no escaparas,- dijo Mia mientras todo se abalanzaron en contra de ella.
-"OH, ESTOY PERDIDAAAAAAAAAAA",- pensó Naya horrorizada, y para su fortuna la ventana se abrió. Pero por el esfuerzo ella cayo al separarse los ventanales; lo único que alcanzo a ver fue a los cinco demonios encima de ella, -"NO NO PUEDO TERMINAR AQUÍ, NO PUEDOOOOOOOOOOOOOOOOO," AAAAAAAAAAAAAAYYYYYYY,-
Mientras tanto en otro lugar cercano a la Torre del Norte, dos figuras avanzaban en la oscuridad…
-Mei, este, creo que mejor regreso por Naya, algo me dice que esta en problemas,-
-…- la chica de pelo rosa no recibió contestación alguna, desde hacia un buen rato la joven de cabello azul marino la había conducido por un pasillo y otro, pero en el transcurso del camino no había emitido ninguna palabra.
-MEI,- volvió a decir Sora, en espera de que ella le contestará, -Bueno si te parece bien, entonces yo me voy,- y antes de que la chica la abandonase, la joven se detuvo en seco delante de una enorme puerta de hierro.
-Listo hemos llegado, tal vez si sigues conmigo seamos capaces de llamar a Naya desde el balcón de la torre, no crees Sora,-
-Oh, esta bien,- la joven de ojos café oscuro decidió permanecer en ese lugar, tal vez su compañera tenia razón era preferible llamar a Naya desde esa torre que regresar a buscarla, puesto que ni ella misma conocía a la perfección el castillo, a decir verdad se arriesgaba a perderse; así pues abrieron la enorme puerta y se adentraron a una cámara que conducía a unas escaleras de piedra, las cuales estaban incrustadas en la pared, daban la vuelta alrededor, -OH, son demasiados escalones,- dijo Sora asombrada.
-Qué ya te cansaste, y ni si quiera hemos empezado,- respondió Mei en tono burlón.
Sora haciendo caso omiso de las burlas de la chica avanzó en pos de ella, tardaron unos cuantos minutos hasta llegar al final de los escalones, otra puerta se abría paso ante ellas, pero esta era de madera y no tan imponente como la de la entrada.
-Uf, por fin llegamos,- dijo con una sonrisita Sora, para el caso como en todo el recorrido Mei no había vuelto a decir palabra; esa situación estaba incomodando cada vez más a Sora, -Bueno y ¿qué es lo que vamos a encontrar detrás de esta puerta,- preguntó a la chica en espera de que ella se dignara a dirigirle la palabra. Pero en lugar de eso la joven de pelo azul marino abrió la puerta introduciéndose en la habitación, -"AAH (suspiros), yo no entiendo como es que esta chica es pariente de Naya, son tan diferentes, pero ni modo, si quiero ser de ayuda lo mejor es seguirla y no decir nada, tal vez sigue molesta conmigo, jeje",- pensaba Sora mientras una risita tonta cruzaba por su cara al momento en el que recordaba el espectáculo que dieron León y ella la noche anterior.
-Vas a entrar o no,- del otro lado de la puerta la voz de Mei se escuchaba.
-Si, ya voy,- la chica peli rosada se introdujo en la habitación, y lo que vio la dejo con la boca abierta, jamás se hubiera imaginado tal cosa; y la razón era porque a diferencia de lo que se pudiera esperar, el lugar era bastante amplio. Era una habitación redonda, con un enorme ventanal que llevaba hasta un gran balcón; estaba decorada de forma austera pero exquisita, velos de colores pastel colgaban de las paredes y el único mueble, si así le podemos llamar era una enorme cama, decorada con cojines multicolor, cada uno bordado finamente y cuyos paisajes recordaban los hermosos bosques y mares de la Tierra, -Wow, que hermoso,- dijo la chica mientras rotaba su cuerpo para apreciar la habitación de 360° de dimensión.
-No hay tiempo tenemos que buscar a las personas, ven,- Mei dijo esto sacando a Sora de su momentánea fascinación.
-Oh, si tienes razón,- eh inmediatamente después la chica se reunió con la otra que ya estaba en el ventanal que conducía al balcón de la Torre. –Oye Mei que buena idea tuviste, se ve todo desde aquí,- dijo Sora al acercarse al barandal y contemplar la magnifica vista del lugar.
-Que bueno que te gusta niña…. POR QUE ESTE LUGAR SERÁ TU TUMBA,-
-EHHHH,- Sora giro sobre sus talones, Mei no había salido al balcón, permanecía en la oscuridad de la habitación, pero eso no era lo que había alterado a la chica, la razón era mucho más pesada, la energía que desprendía la chica de pelo azul marino había cambiado radicalmente, ahora era perversa, demoníaca, -MEI QUE TE PASA,- preguntó Sora perpleja.
-A mí nada, mejor pregunta que ES LO QUE PASARÁ CONTIGO, CREISTE QUE ME DARIA POR VENCIDA TAN FACILMENTE,-
-P…pero… qué tienes,-
La chica avanzo unos cuantos centímetros aún sin salir por completo al balcón, tenia algo en su espalda… eran…
-Mei, tienes ALAS DE MURCIELAGO, PERO POR QUÉ,- preguntaba Sora casi en pánico.
-JAJAJAJAJAJA, SERÁ POR QUE SOY UNO DE ELLOS,-
-Pero como, no entiendo,-
-AHORA ENTENDERAS,-
Y sin más preámbulos la demonio Mei se lanzó en contra de Sora.
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH,- gritó la chica peli rosa despavorida, para su fortuna sus reflejos fueron más rápidos que los de Mei, puesto que se deslizo hacia un lado evitando el ataque de la chica, rápidamente se dirigió al centro de la habitación aún seguía sin entender como era posible que la joven que tenia enfrente fuera un demonio, y tratando de razonar con ella le hablo, diciéndole, -Mei, por qué haces esto¿qué te pasó, o, a lo mejor tú no eres Mei, eres uno de esos demonios…-
-Te equivocas,-
-Eh,- de entre las penumbras de la habitación una voz varonil se escuchó, un joven de pelo rubio y ojos azules salio de entre las sombras de la cama, -Y tú quien eres,- preguntó Sora.
-No me reconoces princesa, ja,- el joven se acercaba más y más a ella; mientras tanto Mei había detenido su ataque y ocultado sus alas; estaba recargada en el dosel de la ventana, observaba atenta la situación, y esto hizo que Sora se alterara más.
-Quién eres,- preguntó la chica de pelo rosa casi al punto histérica.
-Soy un viejo amigo, y seré quien te explique todo lo que está pasando,-
-Eh,-
-Verás,- dijo el chico mientras quedaba a unos cuantos pasos de ella, -Ella es en realidad Mei, y yo soy un viejo amigo tuyo, mi nombre es Ken, más bien, no diría que soy un amigo, soy el ayudante del Sabio Dickenson, pero al ver tú expresión creo que tampoco a él lo recuerdas… vaya, vaya, princesita¿qué es lo que te han hecho en este lugar,- dijo en tono burlón.
Sora lo observaba con atención, a pesar de que el decía que lo conocía, ella sentía una repulsión enorme por ese hombre, como era posible que este ser fuera su amigo, más presentía que él sabia mucho de las cosas extrañas que estaban ocurriendo, así que decidió permanecer en el centro de la habitación, tal vez de ese modo podría encontrar la forma de resolver el problema al que se estaban enfrentando.
-Veo que estas entendiendo,- dijo el joven mientras observaba detenidamente el rostro de la muchacha, -Bueno a lo que iba, yo no soy solo tú amigo, más bien tú me perteneces, eres mi prometida,-
-¿Queeeé,- dijo Sora al escuchar esas palabras, -"Como es posible que yo sea la prometida de este ser tan repugnante, por Dios, que es lo que esta pasando?",- pensaba Sora sin dar crédito a lo que escuchaba.
-Si querida ya sé que te asombra, pero es exactamente lo que eres, tú eres mía y he venido para reclamarte, esa es la razón por la que Mei te trajo hasta aquí,-
-Asumiendo que todo lo que digas es verdad, dime¿por qué Mei tiene ese aspecto, ella no es un demonio, y ¿Quiénes son las personas que nos atacaron,-
-Ah, eso es muy simple, nos hemos apoderado de la oscuridad de su corazón,-
-"Oscuridad de su corazón… ya había escuchado esas palabras con anterioridad",- pensaba Sora sin alterar en ningún sentido su expresión, estaba segura que en aquellos momentos descubriría algo que jamás podría haberse imaginado.
-Si querida, ella… decidió que la mejor forma de librarse de ti era, uniéndosenos,-
-Uniéndoseles,-
-Sí, veras, tú provienes del reino del Cielo, en donde tú padre gobierna, claro que no por mucho tiempo, puesto que al casarte conmigo tú y yo seremos los soberanos absolutos… pero eso es irrelevante en estos momentos, a lo que iba, nosotros encontramos un poder magnifico, jamás usado por otros, se sirve de los deseos oscuros de las personas a quienes infectamos; esa es la verdadera naturaleza de los demonios, los cuales los mueve los deseos negativos que permanecen enterrados en el fondo de sus corazones; y todo a través de una simple… como podría decirte, ah si, una simple mordida en el cuello, algo desagradable pero efectivo… AUNQUE A DECIR VERDAD EN TÚ CASO LO DISFRUTARÉ, VAYA QUE LO HARÉ,- y sin más el hombre desplegó sus alas y mostró los colmillos, avanzó unos centímetros hasta quedar frente a Sora, dejándola congelada, no tenia escapatoria alguna.
-"MUEVETE, MUEVETE… ¿por qué mis piernas no responden?...",- la joven abria desmesuradamente los ojos, solo podía contemplar la enorme figura que tenia delante de ella, no quería que la tocara, no quería que se le acercara, pero ningún músculo de su cuerpo reaccionaba, estaba perdida…
-ALEJATE DE ELLA,-
-Eh,-
-LEOOOOOOOOOOON,- gritó Sora, tras ella en el umbral de la puerta de la Torre una figura emergía, era nada menos que el Príncipe León.
-Te lo advierto, aléjate de ella,- dijo el chico de pelo plateado con un tono muy amenazador en la voz.
JAJAJAJA, Finalmente después de chorrocientos y cincuenta y cuatro mil años se me ocurre terminar el capítulo nueve de esta historia… je, bueno QUE LES PARECIÓ espero les guste, y sino pues me conformo con que alguien la lea, XDDDD, ahora vayamos a los lindisimos reviews. SIIIII UJUUUUUUUUUUUUUU
GRACIAS A:
Tonks: Lamento la tardanza, pero ya ni las disculpas van al caso, por cierto espero que con este capítulo aclare algunas de tus dudas o al menos no reborujarte mas X-X, bueno, ojalá te guste el capítulin.. GRACIAS.
GRAN JEFE: T.T, ay, que gueno que te gusta como escribo, esas palabras me inspiran para seguir escribiendo, claro aunque me tarde un poco, XDDDD GRACIAS POR EL REVIEW.
Naty-chan: que bueno que te gusto, y GRACIAS POR DECIR QUE ESTA LINDO.
Bueno chicos, aquí tienen el capítulo nueve, francamente no tengo ni la menor idea de cuantos capítulos va a contener este fic, pero el final de la historia esta revoloteando en mi mente, así que tarde o temprano, se TERMINARA…
GRACIAS A TODOS LOS QUE LEYERON, INCLUYENDO A QUIENES LEYERON Y NO DEJARON COMENTARIOS, NO SE PREOCUPEN, NO MUERDO XDDDDDDDDD.
Y COMO ESTO TIENE QUE LLEGAR A SU FIN ALGÚN DIA.
AQUÍ ME DESPIDO HASTA LA PROXIMA.
BYE¡ MUA¡
"no rompan el silencio si no es para mejorarlo…"
