A s e s i n o   I n g l é s

Autora: Lian_dana

Tipo: Serie

Disclaimer: Harry Potter y Cía. es propiedad exclusiva de J.K. Rowling y otras empresas con fines de lucro U_U... Nada de nada. No intento infringir ninguna ley. Y ni quiero, ni me interesa infringirlas. No tengo ni un céntimo y esto lo hago con fines de diversión. Adriel Benoitte y Kat Amatiello son propiedad mía, pero no me molestaría si alguien quiere usarlas, sólo háganmelo saber (jajaja, quién va a querer?). Aceptó de todo, menos virus y cosas dañinas para mi salud y la de mi computadora. No me caería mal un poco de dinero y sus reviews. Espero les agrade.

Dedicatoria: para todo el que lea esto. Para ti

E-Mail: lian_dana27@yahoo.com.mx

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Asesino Inglés

Capítulo II               Índigo

Remus Lupin entro cabizbajo, se sentó en una banca de madera de caoba, elevo la cabeza hasta que sus ojos se encontraron con una imagen: un hombre crucificado con una corona de espinas en la cabeza, suspiro cansadamente. 

Él no creía en las imágenes, dejo de creer hacia tiempo en ellas, sin embargo creía en un ser divino, poderoso y supremo que regía el destino de todos, absolutamente todos los seres humanos.

A pesar de su falta de devoción a las imágenes, encontraba reconfortante aquel lugar, sentía que podía estar en paz consigo mismo visitando el lugar que varios fieles tenían por iglesia.

Observo los altares con detenimiento, paseo su mirada por las grandes cópulas deteniéndose en los lienzos para admirarlos con mayor detenimiento, los grandes candelabros, las velas…

Una figura con túnica se acerco a él, Remus lo miró con el ceño fruncido, no emitió ninguna palabra, esperando que el hombre lo hiciera antes que él.

- Hijo mío, ¿Has venido a confesarte?- preguntó gentilmente el sacerdote.

El sacerdote de aquella Iglesia, extrañamente sentía cierto deber religioso hacia Remus, puesto que el hombre jamás se había confesado ni ido a misa, pero si acudía a la Iglesia con cierta regularidad.

- No- contestó secamente, se levanto de la banca dirigiéndose a la salida, sin poner atención a lo que el sacerdote le decía.

No necesitaba de él…

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Se estiro perezosamente en la cama, se sentía aturdido por la noche loca que había pasado, miro a un lado, encontrándose  con una mujer de cabellera rubia tendida a su lado, totalmente desnuda.

Con movimientos silenciosos, no difíciles para él, salió de la habitación, se llevo una mano a la cara, acomodando sus costosos lentes sobre el puente de la nariz.

Dejo una nota encima de la mesa del departamento de aquella desconocida. Sólo una palabra tenía escrita: "Gracias".

James Potter subió a su lujoso Enzo*, color plata…

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Estaba sentado con una taza de café delante de él, en la gran recepción de la oficina, esperando a que lo pasarán.

Estaba acompañado por la secretaría de aquel lugar, pese a que él no demostraba ni sentía el más mínimo interés, la rubia lo echaba miradas seductoras, ni siquiera se molestaba en contestarle.

La secretaría recibió una llamada, segundos después le indico que pasará.

Sirius se levantó, dejando el café en la mesa de  centro sin mucho cuidado, tomó su chaqueta negra y ando hacia el despacho con paso lento y altivez.

- Buenos días, Sirius- un hombre de porte elegante de 58 años de edad, le dio la bienvenida.

- Buenos días- contestó inclinando ligeramente la cabeza.

Se sentó enfrente del escritorio, mirando al hombre delante de él, con el mismo semblante frío. El hombre de traje azul marino y camisa blanca, le extendió un fólder de color negro. Sirius lo tomó, sabía de sobra que aquel fólder no era cualquier cosa, era un expediente. Sin demora lo abrió en las hojas centrales, descubriendo la foto de un joven de 23 años, su expediente completo, desde primaria hasta los estudios superiores. Leyó el nombre de su próxima víctima: Alexander Benoitte.

- Sabes cual es tu misión- dijo el otro hombre- puedes elegir a los miembros de la operación, no es necesario decirte que si los atrapan o mueren, serán desconocidos para todo el mundo.

Sirius se levantó de su asiento.

- Que tengas un buen día, Sirius- dijo el hombre.

- Hasta luego Denniss.

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Miro por tercera vez su reloj de pulsera. La puerta se abrió intempestivamente, dejando entrar a un hombre de cabellos azabaches alborotados.

- ¡Buenas tardes!- dijo agitado- se me hizo tarde.

Black le lanzo una mirada de "Cierra la boca y siéntate", el aguamarina obedeció aquella mirada sentándose junto a Lupin.

El joven recorrió con la mirada la pequeña sala, encontrándose con rostros conocidos, ya que aquellas personas por lo regular formaban parte del equipo que los acompañaba en las misiones.

Sentada frente a una lap- top, se encontraba una mujer de largo cabello castaño oscuro lacio que le llegaba a la altura de la cintura, y unos profundos ojos color avellana, una japonesa sin duda, experta en el mundo de las computadoras y los sistemas de seguridad. Era capaz de infiltrarse en cualquier base de datos y conseguir archivos de suma importancia, igual que era capaz de inhabilitar cualquier tipo de seguridad por más complicada que fuera, o bien facilitar el acceso a la instalaciones. Su especialidad no era la de un asesino, sin embargo sabía utilizar las armas de fuego para defensa personal. Su nombre Arashi Tshukishiro

El conductor Gustave Flaubert de origen francés, era un as en el volante y con conocimientos de mecánica muy útiles para la compañía, era el mejor de toda la organización en esa área. De modales finos y maneras delicadas, cabello rubio y ojos azul claro, confiable y leal. Apreciaba a Lupin Remus, ya que este lo había salvado de morir en una ocasión, cuando él apenas era un principiante.

Finalmente pero no menos importante se encontraba el más pequeño del equipo: Eric Wilde. Un joven inglés de apenas 21 años, jovial y alegre, era el alma del equipo. Aquel chiquillo se encargaba de arrancar una sonrisa a todos cuando la misión estaba cargada de tensión, incluso al jefe: Black. Apenas entraba al negocio, por lo tanto Sirius se sentía responsable de la seguridad de él, dándole consejos y maneras para facilitar su trabajo. El papel que desempeñaba era el de espía, en algunas ocasiones era el primero en ingresar a las instalaciones cuando estas eran de difícil acceso. Había ingresado a la organización obligado por las circunstancias, su hermana menor luchaba contra el cáncer y su madre contra el lupus.

Ese era el equipo habitual de Sirius, junto con James y Remus. Cualquier misión importante, y en la que se jugarán millones de dólares era asignada a ellos, gracias a su fama obtenida en la organización, ganada a pulso, ya que jamás habían fallado misión alguna.

Arashi miraba burlona a James cuando este se sentó. Sirius miró los expedientes que tenía en la mano- contenían pasatiempos y comida favorita hasta horario de actividades- entrego un expediente a cada uno del equipo.

- Misión: asesinar a la familia Benoitte…- dijo cuando hubo entregado los expedientes a todos los miembros.

James alzó la vista un tanto sorprendido, no fue el único que lo hizo. Bajo de nuevo la vista leyendo el expediente del primer objetivo: Laurence Benoitte.

Laurence Benoitte, 52 años, tercer hija del matrimonio Benoitte- Alighieri, encargada de las relaciones públicas y mercantiles de los Emporios Benoitte, hacia ya 25 años casada con Jack London. No llevaba buenas relaciones con sus hermanos- "Ironía- pensó James". Acusada en diversas ocasiones de lavado de dinero del narcotráfico, jamás se ha comprobado nada.

Remus leía con rapidez el expediente de Jack London, al parecer hombre de negocios, 54 años de edad, no llevaba una relación fiel con su mujer, puesto que ha tenido amantes de la aristocracia japonesa, en ese momento mantenía relaciones con Louise Akisuki.

Wilde leía el expediente de Alexander Benoitte: 23 años, titulado en Economía, sucesor de los emporios al igual que sus primos, comprometido con una joven italiana. Era el niño mimado de la Señora Benoitte- abuela.

Quien fuera que quisiera acabar con ellos tenía un interés sumamente especial en el Emporio Benoitte. Sabía que eran cuatro hermanos, entonces eso significaría dos asesinatos más, con muy buena paga. Sin duda él que se quedara con el Emporio sería el más beneficiado, nadie da algo a cambio sino recibe algo.

El equipo observo a su líder, después de leer los expedientes, esperando las instrucciones.

- Dentro de 5 días será la misión- dijo tranquilamente- quiero que revisen los expedientes, hasta el más mínimo detalle- miró a Eric- nos veremos el 10 de Junio a las 19:00 horas, la misión comenzará a las 19:55 horas y terminará a las 21:00 horas, tienen 5 minutos para llegar al punto acordado- hizo una pausa- no llegan, se quedan… No quiero fallas.

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Caminaba por las calles sin rumbo fijo, en la mano derecha tenía el expediente de la familia, el sol comenzaba a dejar de alumbrar al hermoso distrito.

No acostumbraba caminar en aquellos días, sin embargo se le ocurrió dejar por un momento estacionado su bello auto para vagar un poco por las calles y disfrutar de los placeres insignificantes de la vida. Venía tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando topo con alguien.

La frágil figura de la mujer cayó pesadamente al suelo, soltando un ligero "Auch" de dolor. Potter le ayudo a pararse rápidamente, la mujer se sacudió el vestido blanco, después de unos segundos levanto el rostro.

James ya no pudo pensar más, se perdió en los hermosos ojos verdes que lo contemplaban, la mujer era dueña de una belleza exquisita. Sus ojos dejaban ver la sinceridad, ingenuidad e inocencia poseedora de la joven, una sonrisa traviesa y juguetona cruzó por la cara infantil.

- Discúlpeme- dijo ella inclinándose un poco hacia delante.

James bajo la vista, las compras de la joven habían quedado en el suelo, ella se inclino a recogerlas, él también hizo lo mismo, al levantarse, James la observo detenidamente.

Había visto muchas mujeres bellas en su vida, pero ninguna como ella.

Con claras intenciones, sacó a relucir su sonrisa cautivadora, sabiendo el efecto que produciría en la fémina, muchas mujeres con sólo esa sonrisa habían cedido totalmente a las peticiones del joven, pocas horas después de conocerlo.

La chica le sonrió también, pero fue una sonrisa diferente, tierna, llena de pureza, como la de un niño.

El joven le entrego una bolsa, con cierto gesto de incredulidad. O esa chica era una seductora de primera clase o bien, era una persona llena de pureza e inocencia.

Lily tomó la bolsa agradecida con el extraño, aunque él había tenido la culpa. La joven se inclino despidiéndose de él, siguiendo su camino, dejando a un sorprendido Potter.

Se giro ligeramente para observar a la chica, tratando de grabarse los finos rasgos de la mujer, una cara como esa no podía ser olvidada fácilmente. Se hizo la promesa de no olvidarla.

De pronto una imagen le vino a la mente, la geisha pelirroja de ojos verdes que había conocido hacia unas semanas atrás.

Para su infortunio, después de que Sirius fuera a buscar a la oka- san, la geisha se disculpo precipitadamente. Volvió a aquella casa un par de veces con la intención de volverla a ver, sin embargo cual fue su sorpresa cuando le dijeron que la geisha un día después había salido de la casa para no regresar, aunque todas omitieron un pequeño detalle: la oka- san fue muerta el mismo día de su visita.

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- ¡Apresúrate!- James miraba con cierta desesperación la ventana.

Remus ya estaba junto a la barda, disponiendo todo para saltar, James agazapado en el pasto junto a un ventanal, llamaba al líder de la misión. El líder se encontraba dentro de la habitación, terminando el trabajo que le había sido encomendado.

El cuerpo sin vida de Alexander Benoitte, cayó al piso pesadamente, sus ojos grises carentes de la chispa de vida.

- Misión cumplida- susurró. Se dirigió a la ventana con paso rápido- Arashi, estamos por salir- dijo

- Apresúrense, la policía no tarda en entrar- dijo la mujer- en unos minutos será imposible que salgan

- Entendido

Una pequeña lucha por la sobrevivencia se había desarrollado en el despacho, ninguno de los dos hombres suponían tanta fuerza en el joven, había luchado valerosamente, tratando de defender a su madre hasta el último momento.

Ellos habían sabido su destino desde el primer momento en el que vieron entrar al despacho a aquellos hombres, uno vestido totalmente de negro, el otro igualmente de negro sólo que con una gabardina puesta, de mirada impasible, mostrando sádicamente las armas a sus víctimas.

El joven después de unos momentos de haber pasado la sorpresa por parte de los asesinos fue sometido fácilmente, su madre fue la primera en morir, causando que el joven perdiera todo deseo de vida.

Esa había sido su vida por los últimos 8 años. Asesinar era un trabajo más, con un sueldo exorbitante. Después de tanto tiempo era el mejor en lo que hacia, él ya había superado al maestro…

Una sola vez había estado en la cárcel, por culpa de un astuto detective, fue cuando era un joven inexperto. Salió de aquel lugar con la ayuda de James Potter que desde ese momento se convirtió en su protector y amigo.

James, fue el mentor de Sirius durante un corto período, le enseño el arte de matar. Un simple objeto por más insignificante que fuera en las manos de él se convertía en una amenaza.

El detective que lo había atrapado, no tuvo mejor suerte después de eso, Sirius se había encargado de él, a apenas dos días de haber escapado.

En la cárcel conoció a un joven de cabellos castaños casi rubios, a quien posteriormente ayudaría a escapar como lo había echo Potter en su momento. Remus Lupin se había ganado su confianza y amistad, con esa manera suya de ser: gentil, amable, leal, delicado, inteligente, culto. 

Para su sorpresa, Remus se dedicaba exactamente a lo mismo que ellos, por lo tanto, no vio ningún inconveniente en invitarlo a trabajar con ellos, James acepto gustoso ante la idea, Remus le había caído bien.

Conformaron un equipo sólido y perfecto, ellos tres eran los mejores agentes de la organización. Siempre que se les asignaba una misión: la cumplían y no recibieron jamás un grito de auxilio por parte de sus víctimas, nada que los hicieran delatarse.

En esa ocasión algo había salido mal,  la policía estaba ya luchando por entrar a la propiedad y en esos momentos, ya se estaban haciendo grupos para rodear la mansión.

Corrieron por el bosque, los tres, tratando de llegar a la camioneta que los esperaba al final del bosque. Sirius consultó su reloj de pulsera: 20:50 horas. De pronto, oyeron voces que hablaban a gritos. ¡Joder!. La policía los estaba siguiendo, corrieron con mayor fuerza, escucharon las voces cada vez más cerca.

Llegaron a un claro, se escuchaban las voces, acercándose cada vez más, rodeándolos.

- Separémonos- dijo Sirius viendo a sus compañeros- tenemos cinco minutos para llegar- sacó una pequeña pistola- Vámonos.

Potter y Lupin tomaron diferentes direcciones con la pistola en mano, Sirius echo a correr en dirección opuesta, tratando de alejarse de las voces. Escucho un par de detonaciones, seguramente Remus o James habían encontrado en su camino a algún policía inepto.

Se detuvo junto a un árbol para tomar aire, al parecer había perdido a todo policía, consultó su reloj: 21: 00 horas. Tenía 5  minutos para llegar a donde lo esperaba el equipo.  Cuando las cosas no salían conforme a lo esperado tenían cinco minutos para llegar con el demás equipo, sino sucedía haci los demás tenían la orden de retirarse del lugar, sin importar a cuantos dejaran atrás.

Miró el cielo, esperando ver algo que le indicará como orientarse, sin embargo el cielo estaba cubierto por nubes imposibilitando la opción de orientarse, se dispuso a correr.

- ¡Detente!¡Manos a la cabeza!¡Tira el arma!- escucho gritar a su espalda- No me hagas dispararte- una voz firme y segura.

Se escuchó un clic, muy familiar para él, el arma estaba cargada.

 Reconoció aquella voz, era la del detective en turno a cargo de su caso, algo de lo mejor en el departamento de policía, actualmente era lo más parecido a un Némesis. Black sonrió, hizo lo que le indicaban, volteó lentamente hasta encontrarse cara a cara con la persona que le había atrapado después de tanto tiempo estando detrás de él.

- Buenas noches Fudge- amplio la sonrisa- gusto en conocerte- su tono de voz era sarcástico y tranquilo.

- Déjate de niñerías- dijo el detective acercándose al joven.

No esperaba encontrarse con eso, Fudge jamás había visto el rostro del Asesino Inglés, este siempre trabajaba amparado en la oscuridad. El perfil del hombre no era de un asesino vulgar como era la costumbre, no, este era un hombre sabio, inteligente, con una educación impecable. Un caballero distinguido de la sociedad, no un inteligente asesino.

Fudge le puso las esposas después de registrarlo y quitarle las armas que había encontrado sin obtener resistencia. Se atrevió a mirarlo a los ojos, un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza. Se encontró con dos pupilas carentes de expresión y sentimiento, sólo con un brillo de astucia y frialdad. Ese hombre carecía de alma, pensó el detective. Un cuerpo sin vida…

- En verdad fue un placer haberlo conocido- Sirius habló con voz suave, distinguiendo su perfecto acento inglés

- ¿De qué hablas, chiquillo?. No estas en condiciones para decir algo- dijo Fudge frunciendo el ceño, el joven estaba esposada, inhabilitado para cualquier acción.

- No tengo tiempo que perder con policías tontos, quitate de mi camino y quizá me vea bondadoso- el detective se echo a reír.

- No me provoques…- dijo

- Mala elección- Sirius miró el cielo- ninguna persona ha vivido después de conocer mi rostro- una sonrisa sádica apareció en sus ojos, el frío de su mirada se hizo intenso- y no vas a ser la excepción.

Un objeto se deslizó a la mano del inglés. Fudge sólo vio los movimientos rápidos del hombre, no supo bien a bien que paso, sólo sintió como un líquido caliente y espeso salía de su garganta. Antes de desplomarse, tiro del gatillo.

Sirius sintió un ligero roce en el brazo, no le tomo importancia, dio media vuelta y comenzó a correr, tratando de llegar a la camioneta.

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Hacia un par de minutos James había llegado, estaba parado junto a la camioneta, esperando a sus dos compañeros. Arashi se mantenía ocupada en la lap- top, dando noticias cada 20 segundos. Gustave mantenía encendido el motor, Eric veía nerviosamente a James.

- No puedo comunicarme con Sirius- dijo Arashi, viendo a Wilde y a James- ni con Remus.

En un momento, apareció una figura delgada corriendo hacia ellos.

- ¡Remus!- gritó Arashi.

James fue en ayuda de su compañero parecía bastante cansado con la corretiza. Se sentó junto a Wilde, quien le extendió una manta. Fue en ese momento que Remus se dio cuenta de que faltaba alguien.

- ¿Y Sirius?- preguntó temeroso.

- Aún no llega- contestó Gustave

Remus retiró la manta rápidamente, se puso en pie, dispuesto a salir de nuevo e internarse en el bosque para buscar a Sirius. Wilde lo detuvo.

- ¿A dónde vas?- preguntó

- A buscar a Black- contestó

- Es hora de irnos- Arashi miró a James, quien asintió con amargura, subió a la camioneta, dando un último vistazo al bosque, esperando que en cualquier momento apareciera su líder.

- ¡Maldito Black!- masculló entre dientes Potter.

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Estaba mareado, se aferraba el brazo izquierdo con fuerza, tratando de que la hemorragia parará, sintió pesadez en los ojos. No podía quedarse ahí parado. Continuo con trompicones, no podía llegar al hospital, su única solución era llegar a las instalaciones de la compañía o bien a su departamento.

Perdió el equilibrio, su cabello lacio negro- azulado siempre brillante, limpio y lacio, estaba enmarañado y sucio, su gabardina negra siempre impecable estaba manchada de varias sustancias y demás cosas, una gran mancha marrón predominaba en el brazo izquierdo.

Se apoyo en la pared de ese asqueroso callejón, quien lo viera jamás pensaría que él era el temido Asesino Inglés, sólo un pobre vagabundo. Trato de incorporarse con trabajo, tenía que llegar.

Las piernas le fallaron en un  segundo, cerró los ojos. Su cabeza cayó en algo sumamente blando, no recordaba que el suelo fuera cálido y blando.

- ¿Te encuentras bien?- escuchó una voz suave que le preguntaba.

- Déjame- trató de decir, con un tono frío y cortante, su orgullo era demasiado como para dejar que un extraño lo viera en esa situación.

- Te llevaré a un hospital- la joven hizo caso omiso de la respuesta del hombre

- ¡No!- su perdida de sangre era excesiva, no sentía ya fuerzas para continuar, pero no podía permitir que lo llevarán a un hospital, eso levantaría muchas sospechas- ¿Qué ganas?

- Nada, sólo que no puedo dejarte aquí, desangrándote- dijo la  mujer- te llevare con alguien que puede ayudarte- la joven lo miro- no es un hospital.

Sirius no pudo asentir, ni nada parecido, la mente se le nublo, sintiendo como las pocas fuerzas lo abandonaban. Cerró los ojos, abandonándose a la suerte y caridad de la mujer.

- Ojos amatista- fue lo último que pensó, antes de quedar inconsciente.

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Notas de la autora:

Puees, aquí el segundo chap, de la historia, ha decir verdad se me hizo muy difícil escribir este chap, pero si tienen ideas, sugerencias, comentarios, etc, se los agradeceré profundamente ¬¬. Se me esta secando el cerebro!!!!!!!

Convocatoria: si alguien esta interesado a unirse a esta demente escritora para seguir con este fic, pueden contactarme en el msn y hacérmelo saber ^^, la primera oferta será la ganadora de un… AUTO!!!!!.Ups!, eso no, lo siento ^^UU. Tendrá el honor de escribir este fic junto conmigo, más bien yo tendre el honor de hacerlo ^___^.

Se aceptan elfos perdidos – Légolas *¬*- Sirius Black *¬*, James Potter, Remus Lupin, Harry Potter, Tom Cruise, Oliver Wood, Orlando Bloom, Kamui, Yu- gi, Eriol Hiragizawa, dinero, cd/s, la película de X-1999, imágenes de CCS; HP; X-1999, dulces, comentarios, críticas constructivas, etc. Todo lo demás será bien recibido también, sólo que lo recibirá Siri- kun ^o^, así que ustedes saben que mandan muajajajajaja ¬¬U

Miembro de la orden Siriusana       YO NO ESTOY DE LUTO, xq Siri- kun NO está muerto