Disclaimer: todo pertenece a Rowling, y demás compañías con fines de lucro, si a mi me perteneciera HP, ya me hubiera casado con Sirius.jijijiji
Asesino Inglés
Capítulo X De asesinatos y navidades
El departamento se mantenía en calma, los suaves rayos de un sol invernal inundaban la estancia, una figura lánguida se encontraba recostada en un sillón siendo bañada por la tenue luz. Al fondo una sombra bailaba de un lado a otro, prestando poca atención a la figura recostada en aquel sillón.
De acuerdo- pronunció la sombra.
Minutos después, Sirius Black ataviado con un traje negro, camisa blanca y corbata dorada, salía del lujoso edificio de departamentos, dejando a Adriel Benoitte sumida en un profundo sueño. El encargado del lugar saludó cortésmente al apuesto hombre, para después ofrecerse a conseguirle un taxi, Black declinó la oferta con un movimiento de manos, para después dirigirse a la avenida con paso rápido, esperar cinco minutos para después subirse a un automóvil plateado.
Buenos días, Black- saludó jovialmente el hombre de gafas.
Buenos días, Potter- Sirius se quitó las gafas negras para mirar al conductor del automóvil plateado- ¿Noticias?
Nada interesante- dijo James, mientras se detenía en un semáforo- Snapy y compañía siguen pistas absurdas que sólo los conducirán a callejones sin salida, Remus y Saint Claire tuvieron éxito en su misión, Lily se encuentra en mi apartamento... con alguna extraña idea en la cabeza- el último comentario lo dijo en un susurro- Arashi tuvo un amago de infarto cuando se me cayó por error una taza de café en su lap- top, por poco y muero, finalmente Albus quiere verte en su despacho lo antes posible... creo que tiene una misión importante entre manos... que sé yo- James se encogió de hombros, el automóvil comenzó su marcha.
Sirius giro la cabeza para observar por la ventanilla, dentro de poco comenzaría a nevar. Frunció un poco el entrecejo al observar las tiendas decoradas con suma alegría, la mayoría de los escaparates con motivos navideños, mujeres con varias bolsas, algunas vistiendo en rojos y blancos, otras con colores "normales", niños jalando a sus padres hacia tiendas de juguetes y dulces. Suspiró un tanto irritado, para después volver su atención hacia una figura que parecía esperar en la entrada de un edificio. James estacionó el automóvil, para después la misma figura que esperaba entrar al auto, subir a la parte trasera, tras un breve saludo, el automóvil comenzó de nuevo su recorrido.
Tres hombres portando trajes en colores oscuros, de una impecable elegancia, entraron al edificio de cristales, se dirigieron a uno de los tantos elevadores, subieron junto a un puñado de gente. Una bella mujer vestida de blanco con un profundo escote fue la última en subir.
James sonrió coquetamente a la mujer vestida de blanco, la cual sin reparo alguno correspondió el gesto. Remus Lupin rodó los ojos, en clara señal de que su amigo jamás cambiaría, si veía delante de él cualquier cosa medianamente aceptable con falda.
Piso 27, las puertas del elevador se abrieron, los tres hombres salieron con cierta dificultad del ya atestado elevador, el hombre de ojos castaños sonreía con satisfacción mientras jugueteaba con una tarjetita que desprendía un aroma agresivo y pasional. Sirius abrió la puerta del despacho, encontrándose con su equipo desparramado por toda la habitación.
Enarcó ligeramente una ceja, al observar el cuadro que presentaban los supuestos ases de toda una compañía, que eran buscados por diversos delitos y sin embargo ninguno con un rostro, nombre o pista. Arashi Tsukishiro lanzaba dagas hacia la puerta, justamente encima de su hombro con los puños apretados y con un semblante de no haber dormido durante unas buenas horas, mientras le gritaba a un indefenso joven que estaba tirado en uno de los sofás: Eric Wilde rodeado de un sinfín de historietas que para gusto de Arashi rayaban en lo pornográfico, aunque ciertamente pasaban el límite de lo "moral", junto a la ventana observando el incesante ajetreo de la metrópoli se encontraba Saint Claire Kamus, un tanto ajeno y distante a sus compañeros.
Sirius entró al despacho seguido de cerca por los otros dos, lanzó una mirada reprobatoria al joven inglés, para después dirigirse al escritorio, tomar unos cuantos papeles y salir como había entrado, sin saludar a nadie.
James se tiro junto a Eric cogiendo una historieta mientras la hojeaba y soltaba un silbido, eso había sido todo para que la japonesa comenzará a lanzar improperios dirigidos al hombre de ojos aguamarina. Remus suspiro con pesar, sentándose en el escritorio mientras tecleaba con afán en la computadora. Kamus se retiró de la ventana, se acomodo en un movimiento el largo cabello verde- azulado, para después dirigirse a la puerta.
Voy por un café- lanzó al aire, mientras desaparecía por la puerta.
Que tío tan extraño- dijo Eric, tratando de arrebatarle a la japonesa un par de historietas.
No te metas con él- fue todo lo que dijo Arashi antes de salir por la puerta, llevando consigo una buena cantidad de historietas.
¡Ja, ja, ja!- Eric se sentó en una silla cercana a la puerta- y luego me dirá: "Eric, me casó con un francés"
Ella tiene razón, Wilde- Lupin había sacado la vista de la computadora- la primera regla es...
"No te metas con los miembros de tu equipo"- recitaron a coro Potter y Wilde.
Todos somos extraños- finalizó James, para así zanjar el asunto.
Arasshi caminaba por el corredor con paso firme hacia el elevador. En está ocasión no tenía ánimos para discutir con Potter, necesitaba demasiada energía para tal empresa, se sentía algo cansada y fuera de lugar.
Deja vuh- murmuró Arashi antes de apretar el botón del ascensor.
¡Oh, tu sabes que eso fue cortesía de la casa- un tono irónico- Sé que no me haz citado para llamarme la atención por la muerte de Pettigrew, así que vamos al punto, Albus- Black miraba con ojos serenos al hombre delante de él
No sé cómo te dejo pasar esto por alto, Black- Dumbledore esbozo una helada sonrisa- tengo una misión para tu equipo... sabes bien que no quiero errores, en esta ocasión menos que en ninguna- Albus Dumbledore le extendió una carpeta a Sirius como en anteriores ocasiones, junto a un cd- ¿Qué se quiere, muertes rápidas y limpias, pistas: ninguna, huellas: ninguna, fecha: 24 de diciembre, información: Andrew Benoitte. Lo demás está en lo que te he dado... Buena suerte, Sirius.
No creo en la suerte- se puso de pié, alisándose la corbata dorada- Felices fiestas, Albus- ningún cambio en el tono de vos.
Igualmente...
Entró al despacho, encontrándose con sólo tres miembros de su equipo. Un sonido lo sacó de la reprimenda mental que les daría a todos sin excepción alguna. Sacó el celular del saco negro, mirando el número, sin ser conciente de aquel acto: una ligera e imperceptible sonrisa surcó su rostro.
Black- contestó- no... a las seis estaré ahí... he dicho que no... de acuerdo- miró el Rolex que tenía en la muñeca- a las tres, comeremos juntos.
La breve conversación dio fin, mientras un par de ojos dorados lo miraban inquisitoriamente. James se había situado a su lado, poniéndole una mano en el hombro con gesto afligido.
Mujeres... Evans por lo menos accedió una hora- dijo para después alejarse y sentarse en el reposabrazos de un sillón.
Y la misión es...- Remus Lupin cerraba algunas ventanas en la computadora mientras dirigía su pregunta al líder.
La calle estaba desierta, los árboles estaban cubiertos por una ligera escarcha, la casa decorada con motivos navideños y junto a la verja negra un pino de navidad.
James Potter se frotaba las manos, al subir al automóvil, cogió un intercomunicador cuando una automóvil de cuatro puertas salía de la casa.
Bien, el bebé Bing salió- dijo por el intercomunicador.
10 minutos después, James estaba estirado en el asiento del conductor, viendo la capota del automóvil como si fuera lo más interesante del mundo, levantó ligeramente la cabeza cuando escuchó el sonido de un motor.
Mamá Bing a clases de tennis- dijo de nueva cuenta, ya sin molestarse en volver a recostarse en el asiento, puso un poco de música cuando un tercer automóvil salía de la casa.
El sonido de claxón se escuchó, James giró el rostro para ver por la ventana como un hombre cerca de los 50 años, algo calvo y pasado de peso le sonreía mientras le mostraba su mano derecha, con un gesto obsceno. El aguamarina sonrió cínicamente cuando el automóvil se perdió de su vista.
Idiota... saludaste a la muerte- cogió el intercomunicador- Big Bing, fuera de la dulcería- su tono de voz juguetón.
Entendido- contestó una voz femenina.
Por cierto, el "cerdo" se ha dado cuenta de mi presencia.
Inepto- la voz tenía cierto tono de júbilo
Pasaron cerca de 10 minutos, cuando un cuarto automóvil salía de la casona pintada de blanco.
Y vamos con la sirvienta Bing- James encendió el motor del automóvil plateado, para empezar a seguir a la sirvienta.
Se discreto, arruínalo y yo misma te mataré...
Arashi Tsukishiro se aparcaba en ese instante en el mismo lugar en el que James estaba, justo a un lado de la verja negra.
Tranquila, muñeca- James giró a la izquierda- me gustaría que me matarás pero de placer- antes de que Arashi gritará algo, James apretó el botón de apagado, dirigió su atención al Shadow gris que estaba tres autos delante de él- un poco de música- susurró, antes de ponerse la gorra negra hacia atrás y subirle al stéreo: "Evanescence: Tourniquet", comenzó a escucharse en el automóvil.
Salió de la tienda con paso lento, sus pasos se encaminaron hacia una mesa cercana a un grupo de adolescentes ruidosos. Se sentó tranquilamente en la mesa, observando con sigilo al grupo, desplegó un periódico delante de él, para comenzar a hojearlo sin mucho interés.
Volarse Química por un cigarrillo- pensaba Remus, dirigiendo una mirada de soslayo al grupo- morirá antes de los 15 de enfisema pulmonar- cortó sus pensamientos en ese momento, el adolescente frente a él moriría con enfisema o sin él.
Dobló el periódico, una adolescente de 13 años saludaba alegremente al grupo de chicos, para finalmente ser abrazada por el Bebé Bing, sus amigos se rotaban un cigarrillo y una cerveza.
Se ajusto la bufanda recargándose en la puerta del Porsch azul metálico, viendo como un hombre gordinflón entraba a un almacén, en un costado de la puerta se encontraba un letrero: " Imperio"
No pueden ser más obvios- pensó Sirius con simplona ironía, el chofer del automóvil que había traído al hombre gordo se encontraba recargado observándolo con una taza de papel con café en las manos.
Sirius sonrió, se acomodo la gabardina y cruzó la calle, para adentrase en un supermercado. Aquella era la rutina que habían adoptado en tres días, seguir a la familia Bing, dándole tiempo a Eric y a Arashi para adentrase en la casona de su objetivo. Saint Claire en aquellos momentos debía estar con el hígado lleno de piedras al ser la nueva obsesión de mamá Bing, que extrañamente pensaba que el apuesto peliazul tenía una inclinación sexualmente peligrosa por ella. Se le había asignado Mamá Bing por dos motivos: Uno: Eric no era de fiar y menos con la acompañante de Mamá Bing en el radar, Dos: Saint Claire sabía jugar tennis como un profesional y sería bastante discreto.
¿Cómo vas, Arashi?
Agradecería la ayuda de un arquitecto- fue la contestación.
Te sirve Eric- Sirius se llevó una mano al oído derecho- Espero que termines hoy.
¡Anotación!- se escuchó decir.
¿Cuervos Negros?
Sip.
El apuesto asesino, salió del Supermercado, cargaba con una bolsa de papel, abrió la cajuela y metió la bolsa en ella, se dirigió a la puerta del Porsch para lanzar una última mirada al almacén; el chofer lo seguía con la mirada, Sirius enfrentó la impertinente mirada con una gélida mueca y una mirada desafiante, subió al Porsch y se marchó.
Anotación, equipo- dijo por un intercomunicador- Favor Cuervos Negros... vayámonos a casa.
Arashi entraba al estacionamiento junto con Wilde, subieron a una camioneta negra que estaba aparcada en un rincón del segundo piso del enorme estacionamiento de tres plantas.
Toma- Sirius le lanzó una pistola Beretta de 9 milímetros junto a una cargador a James, que los cogió al vuelo.
Tomó el cargador, para después sacar una bala de él, una bala de plata grabada con una letra griega: omega.
Las seis personas en aquella camioneta vestían totalmente de negro, camisas, blusas, pantalones, abrigos, chaquetas, gabardinas, guantes, zapatos. Todos de negro haciendo un contraste maravilloso con sus pálidas pieles. Aquel negro solo se veía cortado por diminutos destellos plateados, provenientes de tres cuellos: Remus Lupin lucía una cadena con un pez plateado; Kamus Saint Claire una cadena con un crucifijo también plateado y; Arashi Tsukishiro con una cadenilla que tenía un dije con dos símbolos japoneses.
Podían haber elegido Año Nuevo- bufó Arashi, mientras se sentaba y abría la lap- top.
¿Cenarás con tu familia?- Preguntó Remus, sin mucho interés sólo por platicar un rato.
Si, llegaron hace unos días, en Año Nuevo no cuenten conmigo, me iré a Japón- dijo Tsukishiro- ¿Y tú, Remus?
¡Ah!- la pregunta tomó por sorpresa al castaño- rubio- nada en especial, cenaré sólo en mi apartamento para después dormir.
Igual yo- comentó James, examinando una segunda pistola.
Pues yo estaré en casa con mi madre y hermanas- Eric frunció el ceño- Samy dijo que cocinaría pavo.
Lamentó estropear la conversación- dijo Kamus Saint Claire- sin embargo es hora de marcharnos. ¿Listos? Vayamos a la dulcería.
¿Y tú qué harás, Kamus?- preguntó Eric, acomodándose en un asiento.
Lo mismo que Potter y Lupin...
De la casa emanaban sonidos y cánticos alegres, un ir y venir de personas en la cocina y sala, el apetitoso olor de un pavo con especias, una tarta de piña, ensalada rusa, y un sinfín de manjares dispuestos en la mesa de la cocina, una señora sonriente ante un horno, la sirvienta sacando la vajilla de azulejo y las copas de Italia.
Un adolescente frente a una televisión apretando frenéticamente los botones de un control, un padre en el sótano escogiendo uno de los mejores vinos franceses, junto a otros licores para ofrecerlos en la cena de Navidad a sus amistades: colaboradores de su mafia. El sonido de un timbre, el correr del adolescente y la sonrisa radiante de un par de enamorados.
¡Aprhil, apresúrate!- dijo Andrew Benoitte- En una hora llegarán nuestros amigos.
Casi está listo todo- contestó la señora, peliteñida de rubio.
El joven le enseñaba su colección de cd´s a su novia, el stéreo sonando con una canción de Linkin Park.
Las luces titilaron una vez, dos veces y finalmente la casa se sumió en oscuridad. Andrew Benoitte lanzó un improperio, mientras se dirigía a tientas a una cómoda junto a la chimenea, tratando de encontrar una lámpara.
El sonido de la puerta de cristal corrediza de la cocina, una puerta abriéndose lentamente para después cerrarse igual. La corriente eléctrica volvió a la casa, gritos de sorpresa, miedo, desafió.
Tres figuras negras, una en la cocina, dos en la sala. Una apuntando directamente a la cabeza del padre de aquella casa. Los otros solamente apuntando a nadie en especial.
El stéreo de nueva cuenta estaba encendido, tocando el segundo track del cd: "Era: Ameno" a todo lo que daba.
Buenas noches- siseó la voz fría del inglés- lamentamos entrar sin invitación.
Un acto que la mayoría calificaría de heroico, en este caso un acto bastante estúpido. El adolescente Bing había apretado un botón: el botón que disparaba los sistemas de seguridad y alarma. Nada, silencio.
No debiste hacer eso- dijo una voz suave- Nadie vendrá... – Remus se acercó al adolescente- siéntate aquí- lo dejo temblando junto a una asustada chica
Para ser un mafioso, esto está resultando muy fácil- dijo James, mientras le ordenaba con una seña a la sirvienta y Mamá Bing que avanzarán a la sala.
¡Tú!- exclamó el hombre regordete al reconocer la cara de James- ¿Qué demonios quieren de mí?- preguntó sin obtener respuesta.
Sirius Black obligó al hombre a dejar la lámpara en la cómoda y sentarse en un sillón de una plaza, de tal forma que pudiera contemplar a su familia.
¿Ultimas palabras?- preguntó Sirius dejando escuchar el acento inglés- nada
Sirius levantó el brazo, quitó el seguro del arma y jaló el gatillo. Varios gritos de pánico escaparon de las gargantas de los presentes, menos de Andrew Benoitte... La sirvienta estaba a un costado de la sala, una mancha roja empezaba a nacer.
¿Quién los envió?- preguntó con los nervios de acero, digno de cualquier líder de la mafia.
Las preguntas las hacemos nosotros- dijo Potter con cierto retintín en la voz- ¿Quiénes son los herederos?
¿De que diablos me hablan?
Un nuevo disparo se escuchó, junto a una chica que temblaba de pánico, se encontraba el adolescente Benoitte con los ojos vacíos mirando a su padre, con aquel semblante de pánico. Remus cerró los ojos e hizo la señal de la cruz en el aire.
Los herederos- exigió Sirius, Arashi le había comunicado que tenían menos de 20 minutos para salir de ahí
Silencio... la señora que quería ligar y enredarse en las sabanas con Kamus, se encontraba ahora tendida en el piso. James se agacho a comprobar el pulso.
Ultima vez, ultima oportunidad: los herederos- el frío en la mirada de Sirius se acentúo, la sonrisa sádica bailaba en sus labios.
La chiquilla que temblaba de pies a cabeza, se levantó. Todo sucedió rápidamente... El sonido del cristal roto.
Una muerte sin sentido, fue el pensamiento general de los tres asesinos, la chiquilla quizás saldría airosa de aquella masacre, un buen trauma y jamás se atrevería a hablar, además si lo fuera hacer la pregunta sería¿Con quién¿La mafia? No¿La policía? Tampoco... Sería un regalo de Noche Buena... su vida.
Tres minutos- informó Arashi.
No les diré nada, los herederos no existen- dijo fríamente Andrew Benoitte- el Emporio Benoitte desaparece con mi muerte.
No lo creo- siseó Black en el oído del mafioso- Salúdame a Hades.
Salían del edificio de cristal. La mujer japonesa se enterraba en la bufanda de un alegre color rosa.
Bueno chicos- la mujer se adelanto unos cuantos pasos, para después darse la vuelta y mirar al grupo, con una sonrisa radiante- ¡Felices Fiestas!.
Y sin permitir ninguna réplica se abalanzó sobre los 5 hombres, uniéndolos en un abrazo colectivo, que sorprendentemente ninguno rechazo.
Espero les agraden sus regalos- fue lo último que dijo, antes de subirse a un automóvil esmeralda.
Espero que no sea una bomba el mío- comentó jocosamente James, cerrándose el abrigo gris.
Si lo fuera, te lo merecerías- comentó Remus con burla.
Tienes envidia- contestó James alegremente.
Hasta Año Nuevo- dijo Eric, quien portaba una chaqueta azul claro- Felices Fiestas.
Y ya van dos y quedan cuatro- murmuró James.
Bueno, me despido- las miradas se dirigieron al francés.
¿A dónde vas?- habló Sirius con cierta indiferencia- debo comprar una tarta de manzana, pastelillos de fresa y durazno y un pie de limón- dijo comenzando a caminar, dio medio vuelta y observo al trío que lo observaba con cierta curiosidad- ¿Qué esperan, la cena es a las doce, si no les molesta, desearía estar en casa antes de esa hora.
Los tres hombres se miraron entre sí con cierta sorpresa reflejada en sus facciones, para después mirar al asesino que casi llegaba a su automóvil. James Potter fue el primero en reaccionar, se revolvió el cabello, se puso una gorra y comenzó a correr hacia su auto.
¡Te sigo!- le gritó a Sirius, el cual asintió. Los otros dos corrieron hacia sus propios automóviles, para seguir al Porsch y al Mazda hacia una tienda de repostería: "Sueños"
Se escucharon sirenas, ambulancias, el ruido rompiendo el encanto de la Navidad en aquel vecindario. Un detective vestido de gris entrando a la casa acordonada, seguido por otro hombre vestido casualmente, ciertamente con colores alegres que refunfuñaba por lo bajo y maldecía a "la Mafia y sus visitas inoportunas"
Que extraño gusto de arruinarnos la vida- Nathan Blaise se ponía unos guantes de látex, todavía tratando de asimilar que momentos atrás estaba con toda su familia, conteniendo a sus sobrinos de abalanzarse a los regalos debajo del árbol de Navidad y tratando en vano de que su compañero de trabajo dejará de fruncirle el ceño a su prima adolescente de 17 años, que trataba de ligarlo.
Entraron al apartamento de Sirius, cada uno cargando una cajita de diversas formas, que contenían pastelillos, tartas, pies y panes. Remus enarcó una ceja al entrar y encontrarse con una decoración netamente navideña, invadiendo el sobrio espacio del apartamento de Black, empezando con la puerta de la cual colgaba una bonita corona navideña plateada y dorada, en medio de la estancia en donde habitualmente se encontraba un sillón negro estaba un bonito pino natural adornado con esferas rojas y azules, ángeles de tela, luces blancas y una estrella de cinco picos, debajo del árbol varios regalos. James no disimulaba una gran sonrisa, y Kamus solo mostraba una sonrisa triste y una mirada lejana.
Buenas noches- saludaron dos mujeres que salían de la cocina, la de cabellos negros traía un tazón de frutas en las manos, la pelirroja cargaba un bol con pasta.
Buenas noches- contestaron los hombres haciendo una ligera inclinación.
Los pasteles en la mesa, señores- Sirius les dijo, quitándose la gabardina, tirandola en un sillón cercano.
¿Ponche o soda?- preguntó gentilmente Lily
Ponche- contestó James sentándose en un sillón de dos piezas cercano al pino de navidad, guiñándole un ojo a la pelirroja, que parecía de un momento a otro farolillo.
Remus se dirigió a la habitación que ocupaba Sirius, cuando el móvil comenzó a sonar. Kamus se había quitado el abrigo largo negro junto con los guantes y la bufanda, dejándolos en el perchero. Observó por unos segundos cuando se dirigió a la cocina, asomó la cabeza encontrando al par de mujeres.
¿Ayudo en algo?- preguntó. Las jóvenes se giraron para observar al hombre de ojos azules.
No, todo está bien, por qué no se va a sentar señor...- Lily dudó, recordaba al joven, pero no recordaba su nombre
Saint Claire- completo Adriel, dirigiendo una tímida mirada al francés que asentía.
Me sentiría mejor, si me permitirán ayudarles en algo- dijo Kamus, un brillo de tristeza en su mirada.
El 25 de Diciembre, contrario a las expectativas, más de un diario japonés tendría en sus titulares la muerte de uno de los líderes de la mafia japonesa y su familia, así como la muerte de dos agentes especiales japoneses encargados de vigilar al mafioso. Todo parecía indicar un ajuste de cuentas entre mafias, la señal: las balas grabadas con la letra griega: omega.
"Alfa y Omega"
Notas de la autora:
Sin mayores comentarios, porque cualquiera desearía matarme como a la familia Benoitte, sin embargo prometo por el osito Bimbo mantenerlos informados de mis actualizaciones por medio de mi perfil, sé que debo más de ochocientos capítulos de mis otros fics, además de que dirán que estoy demente, pero planeó un fic largo de Card Captor Sakura, si, ya lo se, debería damre vergüenza mi cinismo jejejeje.. Ha sido un semestre pesado y el que vine lo será también por diversos motivos.
A todo eso agréguenle el bono: salí de circulación un mes a causa de la varicela, así que ni ganas de tocar un teclado o similares. Jejeje, me he dado cuenta de que el mundo sigue su curso sin mi presencia, así que me tome un mes para que el mundo se torciera más de lo que está jajajajaja.
Gracias por seguir leyendo hasta aquí y de paso seguir aguantando mis tardanzas monumentales y como estoy enfermita me permitiré amenazarles: menos de 6 reviews no escribo nada ni en Navidad, muajajajajaja
