Disclaimer: todo pertenece a Rowling, y demás compañías con fines de lucro, si a mi me perteneciera HP, ya me hubiera casado con Sirius.jijijiji

Asesino Inglés

Capítulo XI Crimen

El lugar estaba completamente acordonado por un listón amarillo, las sirenas aún se escuchaban en el sitio, los focos de las patrullas giraban inundando de rojos y azules la escena, gente hablando por intercomunicadores, personas cogiendo celulares, flashes deslumbrando a los que estaban detrás del listón amarillo, murmullos y gritos, policías queriendo mantener a raya a los curiosos, y en especial a los medios de comunicación que intentaban acercarse a la casa o a algún policía que entraba y salía.

La mujer de complexión delgada se agachó para entrar al sitio acordonado, caminaba despacio hacia la entrada de la casa, poniéndose unos guantes de látex, antes de llegar a la puerta principal, uno de los tantos policías salía para después correr a vomitar en la acera más cercana. El policía encargado se acercó a la mujer de cabellera castaña.

- ¿Han movido algo?- preguntó al policía

- No, hace unos minutos, dos detectives de homicidios vinieron- dijo el policía- pero no tocaron nada.

- De acuerdo- Kat miraba la puerta que estaba a unos pasos- ¿Qué le paso?- preguntó señalando con la cabeza al policía que seguía inclinado en la acera

- Estuvo adentro- señalo el que hablaba con Amatiello- es una masacre.

Estaba amaneciendo y los curiosos, principalmente los medios de comunicación estaban aún tratando de obtener información. Nathan Blaise entraba a la zona acordonada no sin antes enfrentarse a diversas cámaras y micrófonos, lucía cansado y desarreglado, su expresión siempre desdeñosa expresaba hastío y antipatía por todo lo que se moviera. No se sorprendió al encontrarse a su compañero viendo inquisidoramente a una mujer que permanecía observando la habitación sin intención de prestar atención a ninguno de los recién llegados.

Pasaron unos minutos, en los cuales la mujer castaña seguía observando el lugar para después agacharse cerca de un sillón, recoger algo con unas pinzas y meterlo en un sobrecito amarillo, cuando la mujer se volvió al par de detectives.

- Felices Navidades- sonrió Kat con ironía, Nathan había sonreído de la misma forma, dejando excluido a Snape- me dijeron que solicitaron una "escena del crimen"... les ensañare unas cuantas cosas- les hizo una seña para que se acercarán.

El par de detectives se acercaron a la mujer que permanecía junto al sillón en el que anteriormente estaba el cuerpo del señor Benoitte. La criminalista se levantó para después dirigirse al centro de la estancia, de uno de los bolsillos de la chaqueta roja, sacó un puntero láser.

- Ahí- señaló un lugar junto al sillón principal- ahí- está vez señaló con el láser el sillón de dos piezas que se encontraba enfrente de la chimenea y del aparato reproductor- y ahí- señaló hacia el punto que conectaba la cocina con la estancia.

- ¿Ahí, serías tan amable de explicarme qué es lo que me estás señalando- dijo Snape ligeramente alterado, al saber que aquella mujer sabía mucho más de lo que Blaise o él imaginarán

- Primero, fue la sirvienta- el rayo láser apuntando la figura de tiza- después la esposa- haciendo la anterior nuevamente- el adolescente y la chica- está vez caminó hacia el sillón, el láser lo había guardado- y finalmente con un certero tiro: el señor Benoitte- Kat giró rápidamente hacia Snape apuntándole con un dedo- ¡PAM, en la nuca- dijo, haciendo una pausa- ahora, si los invitados llegaron a las 9.30 y según la estimación de muerte fue entre las 8.00 y 9.00¿Qué sobra aquí?- lanzó la pregunta al aire.

Los detectives permanecieron en silencio, Snape repasaba la poco o nada información de la criminalista, hasta que escuchó la voz de su compañero.

- No era uno- murmuró Nathan Blaise, observando como la mujer asentía.

- Su asesino... no es uno, sino tres.

- ¿Cómo estas tan segura?- preguntó Snape con desagrado ante esa posibilidad

- Las víctimas murieron con escasa diferencia de tiempo, con disparos desde diferentes posiciones, cualquiera que estuviera en peligro intentaría defender o defenderse... pero ellos no lo hicieron porque no tenían ninguna oportunidad- decía Kat- tres huellas de zapatos distintos... me atrevería a decir por la forma de ejecución que deseaban información... la chica fue un accidente

- ¿Qué más?- urgió Snape

- Nada más- una sonrisa falsa apareció en los labios de Amatiello- dejen que mi equipo trabaje y tendré para ustedes evidencia... lo demás es su trabajo.

O o o O

El departamento se encontraba en silencio, un silencio tranquilizador, todos dormían en las habitaciones, el par de chicas abrazadas una contra la otra, soñando con ilusiones, en la otra habitación un hombre revolviéndose bajo las sabanas buscando calor, otro empujándole ligeramente, en la sala la figura de un hombre de cabellos azul- verdoso, echó un ovillo en el sofá cubriéndose por completo con mantas y finalmente la esbelta figura de un hombre de cabellos negros mirando con melancolía por la puerta- ventana

El año nuevo había llegado al apartamento Black, en forma de amistad. El grupo de asesinos conviviendo con un ladrón y dos chicas, en medio de pavo, ensaladas, vino y sidra. Regalos de Año Nuevo envueltos en extravagantes papeles con diversos moños o listones, risas y felicidad, sin importar que horas antes toda una familia había sido aniquilada con las mismas manos que ahora repartían abrazos.

Pronto saldría el sol, arrebatándole los fantasmas que se cernían sobre él, proclamando su cordura y su vida. Quitándole el frío para envolverlo en la desesperación, para dejarlo con su eterno disfraz, con su eterna máscara ocultando sus miedos y pasiones. Miedos que se intensificaban a cada segundo cerca de ella, pasiones que empezaban a quemarle las entrañas.

Recordó fugazmente lo que había pasado hacia ya dos noches, estiró la mano para tocar el frío cristal de la puerta.

O o o O

Lily Evans había llegado a su departamento, entrado para dejarle ver una curiosa escena: James Potter siendo arrastrado por la frágil y menuda figura de Lily. Y lo que más llamó su atención fue el atuendo de ambos: ella como toda una geisha y él como un señor feudal, ambos cargando diversas cajas y bolsas.

Lo próximo que supo fue cuando Adriel y él eran arrastrados por una efusiva Lily, metidos en la parte trasera del inseparable automóvil de Potter, ambos vestidos exactamente igual que Lily y James.

Poco después, habían llegado al distrito de Tomoeda, específicamente en un templo que adoraba a los dioses de la luna. El festival estaba comenzando, los pequeños puestos dispuestos en el camino hacia el templo mayor, personas yendo y viniendo vestidos igual a ellos o bien, con ropas cotidianas. Los viejos se acercaban a donde se vendían los amuletos, los niños jalaban a sus padres hacia los puestos de dulces o de distracciones, parejas de adolescentes caminando tomados de la mano, mujeres riendo ante los comentarios de los hombres que las acompañaban, hermanas que discutían sobre entrar a la casa de los espejos o la de terror. Familias disfrutando el festival.

El joven de cabellos azabaches caminaba tranquilamente con las manos detrás de la cabeza, observando de vez en cuando a la derecha o a la izquierda, con una ligera sonrisa pintada en su rostro, hacia tanto tiempo que no iba a uno de esos lugares, por los recuerdos destructivos y dolorosos de cuando tenía una familia.

Sirius Black observaba a las chicas que caminaban delante de él, ambas reían con singular alegría. La pelirroja traía un lindo kimono azul claro con una mariposa en un costado, un elaborado peinado en forma de durazno, un maquillaje exquisitamente elaborado, en conclusión, su hermana lucía como toda una geisha, llena de misterios, hermosa. La trigueña no se había quedado atrás con el bello kimono blanco con flores de cerezo, Lily había puesto el mismo empeño en el maquillaje de la chica como en el suyo y ahora ambas parecían caminar entre luces y algodones, con leves y armoniosas risas. Las dos caminando en belleza.

De pronto, se vio jaloneado de una manga del kimono por una sonriente Adriel, James hacia gala de su buena puntería en un juego, con la intención de ganar un conejo de felpa que a Lily le había fascinado.

- Una sacerdotisa me habló de un lago, detrás del templo- había dicho la joven Benoitte- ¡Anda!

El lago estaba cubierto por árboles y arbustos, se llegaba a él por un estrecho camino de tierra, las luces del templo alumbraban levemente al lago, una ligera neblina en el lado opuesto a donde ellos estaban, todos esos elementos conjugados haciendo que tuviera un aspecto de ensueño. Caminaron lentamente hasta un pequeño muelle de madera, Adriel se inclinó en la orilla, viendo el ir y venir de las suaves ondas, Sirius permanecía a su lado contemplando la escena en silencio.

Adriel levantó la vista hasta toparse con el perfil adusto de su acompañante, los ojos índigo conectaron con los amatistas y por primera vez en todo aquel tiempo, el asesino dulcifico la mirada, desapareció cualquier rastro de frialdad para ser reemplazado por ternura, una suave sonrisa y después una cálida mano acariciando la piel de porcelana.

- Luna llena- susurró Adriel- pide un deseo, el que sea... este lago tiene ese poder- dijo Adriel apartando su mano de la cara de él.

- ¿Qué desearías?- preguntó suavemente Black

- Deseo poder estar con los que amo- la mujer alzó la vista al cielo, concentrándose en la luna llena- sin temor, ni miedos- una lágrima solitaria rodó por la tersa mejilla.

Sirius la contempló en estupefacto silencio, deseando conocer la tristeza que inundaba el siempre alegre corazón de la mujer frente a él. Sintió una extraña punzada en el corazón, algo le decía que la tristeza de ella, podía consumarlo lentamente hasta dejarlo hundido en una profunda oscuridad... como Dría.

Eso no lo permitiría...

- La debilidad es de humanos- murmuró ante la luna, todo sentimiento quedó oculto tras esas palabras, el rostro antes tierno ahora sólo demostraba hielo.

La risa de James Potter rompió el silencio del lago, la pareja volteó hacia el sonido, encontrándose con un sonrojado Potter y una pelirroja con la cabeza gacha observando con interés la tierra. Black levantó ligeramente un ceja, mientras Adriel comenzaba a reír de buena gana, acompañando al aguamarina.

Lily se veía pequeña en comparación al conejo de felpa que James le había obligado a cargar, producto de la buena puntería de un asesino a sueldo.

Ironías de la vida.

O o o O

- La debilidad es de humanos, Black- susurró débilmente, dándose la vuelta para volver a la habitación que compartía por esa noche con sus compañeros.

- Y tu eres uno de ellos- escuchó la voz ronca y a la vez suave, miró al joven de larga cabellera verde- azulada, que permanecía sentado en el sillón

- Te equivocas

- Obviamente... – las miradas encontrándose en la oscuridad, conectando por un periodo de tiempo indefinido- buenas noches, Black.

Kamus Saint Claire, se había vuelto a enrollar en las mantas para después tumbarse en el sillón de espaldas al anfitrión de la casa, como si esa breve conversación jamás hubiera tenido lugar en ese momento y espacio.

O o o O

Estaba en un pub netamente inglés, tomando un vodka tras otro, el piso comenzaba a dar vueltas y el asiento en donde estaba parecía ya no ser tan firme como en un principio, la camisa negra desabrochada en los tres primero botones, la gabardina negra olvidada en algún rincón del pub, la negra cabellera lacia estaba desordenada ligeramente por el continuo paso de unos dedos nerviosos por ella. Se llevó la copa a los labios una vez más, sorbió totalmente el contenido de la copa para después pedir en un grito otra copa.

Aquel sin duda había sido un mal día¿Por dónde empezar¡Ah! Si por el principio:

08.55 a.m. Discusión con Adriel Benoitte, ella quiere salir del apartamento por más de dos días- y eso que no era asunto de Black-

10.30 a.m. Arashi Tsukishiro bajo investigación por posible delito informático, detenida en el aeropuerto de Tokio.

11.15 a.m. Llamada de la madre de Eric al bufete, preguntando por su hijo.

12.00 p.m. Kamus Saint Claire, perdido desde hacia dos días, sin una llamada, ni nota.

01.28 p.m. James Potter con su insoportable don de vocero criminal, anunciando que tenía que pagar una cuenta de 900 dólares a cargo de Lily Evans

03.10 p.m. Comida con Deniss Dumbledore, amonestándolo por una semana por matar a la adolescente- hija de otra mafia- pero principalmente por la falta de información.

05.06 p.m. Se entera del oportuno retiro espiritual de Remus Lupin, en algún templo budista en alguna isla de Japón.

06.27 p.m. Encuentro "casual" con Kat Amatiello

11.34 p.m. Pub "Baby Jenks", sentado en la barra bebiendo hasta olvidar el nombre.

Lo único que le faltaba ese día era encontrarse con los detectives de homicidios de Japón, la pareje fantástica: Snape y Blaise. Aquellos dos empezaban a darle más dolores de cabeza que todos los detectives anteriores, pero su Némesis no era Snape, sino un fiscal: Lucius Malfoy.

Le divertía la idea de que un fiscal de renombre como lo era Malfoy estuviera pidiendo a gritos su cabeza. Sirius había telefoneado un par de veces como era su costumbre a Severus para admitir su culpabilidad en cuanto a los asesinatos Benoitte. Después de todo, Albus Dumbledore podía ser su jefe pero jamás se había caracterizado por seguir órdenes y está no era la excepción.

Pidió la cuenta al cantinero que lo había atendido parte de la noche, con un geto vago aparto de sí a la mujer que se había empeñado en hacerle platica, salió del establecimiento tambaleante para subirse a un taxi, dado que el imprudente del cantinero había llamado aun taxi inseguro de que el asesino fuera capaz de conducir y a decir verdad el mismo Black estaba inseguro de que alguna vez él hubiera aprendido a manejar un automóvil deportivo o no deportivo.

O o o O

La pelirroja observaba por la ventana el atardecer japonés, absorta en ridículos pensamientos acerca de la profesión de su hermano y protector. Hacia un par de noches, había descubierto por accidente todo un arsenal digno de algún ejército. Además las constantes salidas de Potter hacía que dudará mucho más, extrañamente Potter y su hermano desaparecían por las noches, nunca en el día, como si la oscuridad fuera su aliada. Y otra cosa más, aquella mañana cuando llegaba de una noche de karaoke, casi había muerto estrangulada por James, ella era ingenua pero no tonta, la excusa que le dio Potter apestaba más que una alcantarilla: "Soy abogado, debo saber acerca de defensa personal". ¿Y, ella era geisha, pero no por eso sabía hablar de física quántica.

Unas manos grandes y callosas se posaron en sus ojos, haciendo que ella quedará en la oscuridad, sonrió levemente para después apartar las manos con delicadeza.

- Hola- fue el saludo, antes de que unos labios suaves y masculinos se posaran en los suyos

- Hola, princesa¿Me extrañaste?- preguntó James, mientras se sentaba en un sillón atrayéndola hacia él, haciendo que se sentará en sus piernas, sonreía grandemente

- Sí- Lily se sonrojó violentamente al sentir una mano de James en su cadera y la otra en su nuca atrayéndola hacia él.

Cualquier pregunta o duda que tuviera fue disipada por dulces besos, prodigados con cariño y ternura. El día de Noche vieja se había cerrado el círculo entorno a la relación que mantenía con James Potter, que hasta esa noche no había pasado de leves roces y palabras con doble intención. Él se sentía atraído por ella y ella después de todo era mujer y también sentía atracción por esos misteriosos y afables ojos aguamarina

O o o O

La cabellera rubia se meció ligeramente, el hombre estaba alarmantemente tranquilo pero sus bellos ojos grises lanzaban dagas a quien fuera.

- Necesitó la seguridad de que él fue quien provocó el incendio, Amatiello- dijo siseante Malfoy- después de todo ese es tu trabajo

- Lo sé, Malfoy, pero a veces la evidencia es confusa y ese es precisamente el trabajo de los detectives, no el mío

- De acuerdo- concedió Lucius, el semblante del hombre se volvió serio y se impregnó una frialdad desconocida en sus bellas facciones- quiero... no... te ordenó que encuentres a un responsable de la muerte de los Benoitte... ese es tu trabajo.

Esta vez, Kat Amatiello permaneció callada, apretó el puño de la mano izquierda hasta sentir que clavaba las uñas en la palma de la mano, intentó sostener la mirada gris, pero al cabo de uno segundos desvió la vista. Hizo una ligera reverencia y se encamino hacia la puerta de caoba del despacho del Fiscal de Distrito que permanecía abierta, antes de llegar al umbral, escuchó la voz masculina.

- O empezare una cacería- la castaña volteo el rostro ligeramente, sólo para observar al fiscal con una mueca de desdén dibujada en su rostro.

O o o O

- Sólo un Benoitte... y el Imperio será mío- sacó un celular del bolsillo negro del abrigo- Quiero una cita con Albus Dumbledore

-

O o o O

El alcohol recorría su sistema sanguíneo, haciendo que la mecha de los instintos primitivos se encendiera. Nunca sabría a ciencia cierta que había pasado esa noche en su apartamento, lo único que sabía es que jamás se arrepentiría de nada.

Llegó pasadas las dos de la madrugada, tropezando con fantasmas imaginarios. Entró en silencio al apartamento encontrándose en la sala a una bella mujer sentada en el sillón de cuero negro, mirándolo con recriminación. El largo cabello negro estaba atado en una trenza con descuido echada hacia atrás.

Se sentó junto a ella sin dirigirle ni siquiera una mirada, hasta que sintió aquel suave contacto en el dorso de su pálida mano, la joven acarició con delicadeza la mano para después acariciar el rostro de Black, el hombre reaccionó ante tal caricia, para girar el rostro y apresar con ambas manos el rostro de porcelana.

La besó en la boca con pasión, sus manos buscaron su cintura hasta hacer que el cuerpo se juntara con el suyo, adoró el momento en que su pecho estaba junto a los pechos de ella, adoró los suaves gemidos provenientes de la garganta de ella, adoró el suave contacto de la piel blanca contra sus dedos.

La heredera Benoitte se dejaba llevar por aquellos besos y caricias prodigados a su persona con singular delicadeza. Adriel saboreo el sabor agrio de los labios de Sirius, se dejo embriagar por aquel aliento alcohólico, pero de pronto, el encanto termino haciendo que la joven volviera a la realidad.

- Él esta tomado- pensaba Adriel con cierta tristeza- no sabe lo que hace, debe imaginar que soy otra persona¿qué derecho tengo de aprovecharme de su estado?... quiero que suceda... pero no de esta manera... quiero que él este conciente de la persona que esta con él.

Adriel intento apartarlo suavemente de ella, sin embargo le fue imposible, el asesino se había aferrado a su talle, sus labios recorrían sin parar el largo cuello de ella. La alarma se disparó cuando la blusa de Adriel fue rasgada sin miramientos.

- Sirius... por favor- suplicó Adriel a punto de tener lágrimas en los ojos- déjame, por favor.

El índigo no escuchaba nada, no escuchaba la suplica de la mujer debajo de él, estaba embriagado de su aroma, haciendole imposible seperarse de ella como ella le estaba rogando, deseaba hacerlo, deseaba sentirla suya. Deseaba que por fin esa máscara que lo cubría desde que tenía memoria cayera ante ella, que fuera la única que lo conociera tal como era.

No puedes hacer nada

No puedes luchar contra lo que no ves

Déjate hundir en la oscuridad

Se lo que realmente eres

- Un monstruo, eso soy- murmuró Sirius en el oído de la heredera, mientras tomaba a la joven por las muñecas haciendo de esta forma imposible que escapará la trigueña.

Comenzó a sentir por primera vez miedo de aquel hombre, que la atenazaba con sus fuertes manos, que comenzaba a recorrer su cuello incansablemente con sus labios, una de sus manos se deslizaba por el vientre, haciendo estremecer a la mujer y soltar un leve gemido. Adriel cerró los ojos cuando las labios rosas se posaron en su pecho.

- No así... no así- murmuraba Adriel sin ser escuchada.

O o o O

Notas de la autora:

Me dio por escribir un capítulo de AI, ya que este fic lo tenía realmente olvidado, además creo que muy pero muy pronto terminará el fic. Prometo actualizar antes de que termine Julio todos los demás fics, eso será algo así como mi regalo de cumpleaños atrasado para ustedes (Cumplí años el 27 junio)

No crean que no he leído sus reviews que amablemente me han dejado, lo que sucede es que no me ha sido posible contestarlos como debe ser, pero prometo por el Osito Bimbo que para todas las demás actualizaciones pondré mención a sus comentarios.

Sean felices y dejen de hacer bilis por culpa de esta autora jejejeje.