Hola a todos. Bueno, debo admitir que llevo casi un mes sin escribir, por eso probablemente este fic no salga tan fluido, y probablemente no muy interesante en la manera de escribir, pero al menos la trama es un tanto más interesante que la anterior. La que no tuvo mucho éxito. u_u
Este es un capítulo lleno de emoción que aumentará las dudas al lector, o eso espero. Muchos factores se entrelazarán sin dar posibilidad a un razonamiento lógico y certero de lo que sucede realmente. Esto es en resumen este fic.
"Detrás de cada rostro se oculta una máscara que detrás de si hay un mundo de verdaderas y falsas apariencias, ¿Distinguir cual es la verdadera? Ahí radica la magia del verdadero buen observador"
Nicolás Núñez T., gran pensador y novelista
Y sin más preámbulos; señoras y señores, niños y niñas, introdúzcanse al siguiente capítulo:
Fic: "La Bestia que vive en Mi"
Capítulo 5: "La Inversión"
Mi mente, ¿Qué sucede con mi mente?, la siento ligera y libre, ¿Es acaso que mi falta de recuerdos me hará feliz? No sé, no recuerdo mis experiencias para darme un respuesta certera. Demonios. Odio este estado.
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-Shaoran, ¿Qué pasa contigo...?
El cuerpo inconsciente pero que se acercaba con una mirada inexpresiva y muerta, a paso tembloroso, pero sin flaquear en su grotescamente estilizada manera de caminar. Ríos de baba chorreaban por la comisura de su labio y caían en la nieve. Su quejumbroso respirar, inhalando roncamente y exhalando dolorosamente daban muestra de estar poseído por un extraño poder, tenía hambre y lo único con vida o que pudiera servir de comida era cierto ojiazul que tenía en frente.
-Shaoran, ¡Detente!
Shaoran no reaccionaba a las diplomáticas palabras de su amigo, ahí vivía una bestia, una bestia dentro de él. Que controlaba su conciencia, su mente su cuerpo. Realmente ese hechizo que había caído en el cuerpo de Shaoran no era exactamente lo esperado, Eriol se maldecía a si mismo por haber hecho ese encantamiento, por más justa que hubiera sido su causa. Ahora que haría. Lo habían perdido todo y su única posibilidad de sobrevivir se estaba revelando contra él mismo.
-Dentro de mi – dijo Shaoran –, duerme un niño, en unas profundas catacumbas donde se albergan las peores pesadillas del mundo junto a los recuerdos macabros de la vida. Ese niño fue reprimido y obligado a no salir de ahí, ahora con ese hechizo que enhorabuena me conjuraste ese niño fue liberado, ya adulto, que ya no es adulto, sino una bestia, una bestia horrible, que refleja tus peores pesadillas y temores, ya que yo sé que es lo que temes y yo sé como destruir tu voluntad y pulverizar tus ánimos, y demoler en todo lo que crees. Pero eso ya fue hecho, y tú bien lo sabes, ahora solo queda la carne, que debe ser purgada por sus pecados, tu carne traicionará tus huesos rogando poder huir del dolor que sentirás. Lo siento mi amigo, pero ese es mi deber ahora...
Eriol comprendía a la perfección lo que le decía Shaoran. Por eso supo que responder:
-Es verdad Shaoran, pero en este momento deberé reprimir esa bestia, con el amor de tus amigos, tal vez trastocando tu realidad y tus verdaderas creencias, me arriesgaré, con mis propias manos lo lograré.
Shaoran con su rostro pálido, níveo como la mismísima nieve que congelaba sus pies no comprendió lo que le respondió Shaoran, eso lo enojó, Se cogió su cabeza, una súbita jaqueca explotó en su cerebro. Miró a Eriol, sus gestos se volvieron demoníacos y con una sonrisa satánica saltó sobre Eriol.
Golpes volaron, Eriol tenía una pequeña ventaja; tenía su báculo, y aunque no tuviera magia podía golpearlo severamente para tranquilizarlo. Al final de la batalla quedó Shaoran con su cabeza sangrante tiñendo la tibia nieve. Eriol estaba dañado pero sobreviviría.
-Tal vez esos golpes hayan sellado a la bestia que vive dentro de él. Ahora, solo necesitaré de un poco de ayuda y todo estará como debe ser...
Y Eriol se quedó dormido.
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Nadie supo cuanto tiempo fue, pero lo importante fue que cuando Eriol se despertó; Shaoran yacía a su lado, reclinado, con ojos cerrados, tranquilo. Eriol comprendía que todo era su culpa. Pero se había bloqueado su mente; también por su culpa, para no recordar ocultó su dolor y echó en ese pozo de recuerdos cosas que no debía. Recordaba a Tomoyo, como sufriría. Lo mejor sería no decirle inmediatamente.
Ahora Eriol se levantó y se dirigió al cuerpo inerte de Shaoran, se arrodilló a su lado y le susurró a su oído:
-Shaoran – su voz se escuchaba tranquila y queda –, gran guerrero yaciendo a mi lado; ¿Quién sois? ¿De donde venís?
Eriol sonrió al sentir sus palabras haciendo eco en la cueva y de que realmente no sabía mucho de Shaoran siendo que había pasado en el último tiempo intimando mucho con él. ¿Qué habrá dentro de su mente ahora? ¿Cómo será de ahora en adelante...? Entonces sintió una fría y húmeda mano salida de la nieve, estaba apretando brutalmente su cuello, apenas podía respirar, y en eso vio unos ojos violentos, llenos de rabia, fríos como la nieve que se colaba entre sus contraídos dedos violáceos. Empezaba a perder el oxígeno. La sensación era horrible...
-¡Yo soy la bestia, no hay ningún Shaoran frente a ti! – gritó vehemente Shaoran salpicando de viscosa saliva el rostro de Eriol -, he venido desde dentro de ti, soy tu creación y ahora deberás pagar las consecuencias de haberme creado...
Eriol sabía que debía resistir, era su única posibilidad, golpeó violentamente la ingle de Shaoran, este prácticamente hizo caso omiso de tal golpe, pero al menos Eriol logró debilitarlo momentáneamente para zafarse de él.
-¡Shaoran reacciona!, Te has vuelto loco. ¡Tú bien sabes lo que pasó!
Shaoran se levantó en sus dos pies y se vio imponente, abrió sus ojos hasta desorbitarlos, inclinó su cabeza y sonrió maliciosamente a Eriol. Eriol estaba casi llorando, rogaba que Shaoran pudiera controlarse. Ya faltaba poco. "Falta poco" Se decía constantemente en su interior Eriol.
-Yo sé incluso mejor que tú lo que pasó – dijo Shaoran tranquilamente, pero con un toque, un acento, que incomodaba al ojiazul –, tú pretendiste ser mi amigo al crearme para que te ayudara pero me sacrificaste por tu propio bien.
-¡No! – gritó Eriol –, Ese hechicero te borró la memoria a su conveniencia...
-No te creo – dijo Shaoran mirándola con desprecio y luego escupiendo al suelo.
Shaoran saltó sobre Eriol y lo atacó violentamente, le mordió su oreja izquierda; Eriol gritó y intentó alcanzar su báculo, Shaoran incrementó la presión en su oreja, Eriol fue reprimido, pero luego, en un acceso de osadía, se paró con Shaoran colgando de su oreja y saltó hacía el báculo dejando en la boca de Shaoran su oreja. Tomó el báculo y con un violentísimo golpe seco tumbó a Shaoran en la nieve. Shaoran se levantó con un rabiosa mirada:
-¡Morirás! – gritó Shaoran abalanzándose a Eriol.
Otro golpe y otro golpe, sangre, golpes, sangre, dolor, pánico, chillidos. Shaoran estaba en el suelo en sus cuatro extremidades, un repentino dolor de cabeza lo asoló. Cayó al suelo inconsciente. Eriol mientras tanto estaba moribundo apoyado contra una pared de la cueva y poco a poco se fue resbalando por esa pared, herido y dolido tomó una decisión:
-Ahora llevaré esta bestia a China...
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Eriol había llegado a China, estaba en el aeropuerto. Con una gran venda que rodeaba su cabeza, parches y curaciones; la mordedura de Shaoran había suturado al instante su herida, pero no deseaba exhibir la pérdida de su oreja. A su lado, drogado y adormecido el responsable de todo esto. Llevaba alrededor de unos diez minutos recorriendo el aeropuerto en busca de la persona que se encargaría de este "pequeño" problema:
-¡Eriol! – escuchó detrás suyo, era familiar par él esa voz, fue un gusto volverla a escuchar –, disculpa la demora, - Meiling se detuvo a mirar con mayor atención a Erio y prosiguió - ¿Qué te pasó Eriol?
-No importa, la batalla fue dura...
-¿Pero ganaron...?
-Prefiero no contestar – su voz era débil y triste.
-¿Qué pasó?
Se escuchó una inentendible voz en los altoparlantes, Eriol levantó la mirada y miró a Meiling fijamente a los ojos, sus azules ojos conmovieron a Meiling y le hicieron entender lo que pasaba:
-Ese es mi avión...
-Yo cuidaré de mi amado Shaoran...
-Estoy seguro de que lo harás.
Eriol sonrió abiertamente a Meiling, y se dio la vuelta y se dirigió al andén. Meiling apartó la vista y pensó unos instantes, Shaoran estaba a su lado adormecido, no sabía nada de lo que pasaba.
-Llámame cuando llegues...
-Lo haré Meiling.
Eriol frenó dio vuelta la cabeza y miró a Meiling para dar su último consejo:
-Cuídalo bien, que se comunique con Sakura, tal vez de algunos problemas pero confío en que lograrás controlarlos – Eriol hizo una pausa y concluyó –, pero por sobre todo; cuídate mucho.
Y Meiling vio alejarse a Eriol paso a paso en dirección a su avión que ya lo esperaba en el andén. Meiling observó detenidamente a Shaoran, bajó su cabeza, y una lágrima corrió por su rostro. Tomó al durmiente Shaoran y lo llevó en dirección a su casa.
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Pasó mucho tiempo en que Shaoran estuvo inconsciente, Meiling ya no sabía cuanto tiempo había pasado sentada a su lado cuidando el descanso de su querido Shaoran, su pelo se desparramaba sobre el de él enmarañándose. Su cabeza reclinada sobre la suya tratando de pensar lo mismo que el estuviera pensando, soñando lo mismo que él estuviera soñando. Pero unos pequeños murmullos interrumpieron su vigilia casi inconsciente. Se levantó, arregló las cosas de su mesita de noche que estaba a su lado, colocó todo en su lugar y puso especial atención en una foto que se había tomado para que cuidara de Shaoran mientras ella dormía.
Un gemido de dolor y el durmiente se levantó de su sueño.
-Ay... ¿Dónde estoy?
Meiling estaba muy emocionada porque Shaoran se había levantado de su inconsciencia.
-Estás en mi casa, pero debes descansar Shaoran...
-No, estoy bien...
-No... pero... Eriol...
-No me hables de Eriol por favor, me da dolor de cabeza... ¿Qué pasó?
-Eriol me dijo que necesitabas ayuda, y yo me dispuse a ayudarte.
-Muy bien, Meiling, te agradezco mucho lo que haces por mi...
Shaoran tomó la foto de Meiling y la miró, le sonrió amablemente a la joven frente a él:
-Gracias, muchas gracias.
Meiling respondió con una amplia sonrisa. Y así pasaron varios días, llenos de ternura y esfuerzo de Meiling de complacer al necesitado de Shaoran, que, por supuesto, no deseaba mostrarse débil y evitaba que Meiling trabajara en exceso.
Uno de esos días Shaoran llamó a Sakura, Meling se había recostado en la cama de Shaoran mientras él intentaba entablar la conversación, le salió bastante fluida, conversaciones repetitivas, rutinarias, que siempre daban buen resultado. Shaoran se sintió vacío al colgar el teléfono. Miró de reojo a Meiling tendida sobre su cama con los bazos detrás de su cabeza mirándolo; La mirada de Shaoran contenía grandes cantidades de pesadumbre, se sentía agotado de la rutina, se notaba en sus ojos, este cansancio y cuidados de Meiling, su relación con Sakura, todo lo vio Meiling en sus ojos:
-Shaoran...
-Ya lo sabes... No tienes porque repetirlo...
-Pero...
-Esta enfermedad que tengo, mágica – sentenció Shaoran mirando el suelo –, todo por la culpa de Eriol, pronto empezará a afectarme, no sé que me pasará...
-Shaoran, yo te cuidaré...
-No, Meiling – hizo una pausa y luego continuó –, yo no quiero que me sigas cuidando, yo no necesito tanto cuidado, yo puedo por mi mismo, pero...
-Shaoran, tú sabes porque hago este, tú sabes que te quiero mucho...
-Meiling, yo te amo – dijo con vehemencia, Meiling lo miró anonadada, yo su mundo había cambiado con unas pocas y simples palabras – , pero temo no poder recordarlo para repetírtelo cada día de mi vida. Tal vez esta enfermedad me haga perder este sentimiento que siento por ti, vi tu ternura, sentí tu manos ayudándome incondicionalmente, Sakura no me quiere como tú realmente me quieres, tú mereces mi amor, no ella...
-Shaoran... – apenas dijo Meiling – te... te... te amo, también...
Shaoran acarició el pelo de Meiling creando un temblor por todo el cuerpo de Meiling, además de una gran excitación, el nerviosismo, la pasión, el entendimiento, la limpieza de mente. Se creó un vacío. Un vacío entre sus labios, unidos, en un beso nervioso. Electrizante, tranquilizador, violento, tranquilo, apasionado, enamorado, sin resentimiento, sin vuelta atrás, sin pensar en nada más, con amor, con sentimiento, con sensación. El amor, al inalcanzable para Meiling, pero en el lecho de la enfermedad de su amado, tal vez haya resentimiento, no, realmente no, él la deseaba, y ella lo deseaba a él. Era recíproco, eso era importante. Sabores increíbles, sensaciones inexpresables, su mente se había perdido en un vacío que se llenaba gota a gota con el beso refrescante de su amado.
Un respiro, un aliento cálido en el hombro, en el pelo, otro beso nervioso, ya no tanto, con más pasión, pero un poco más corto. Pero igual de seductor. Todo para terminar con los dos jadeando abrazados el uno contra el otro sobre la cama, sin morbo, sin lívido, solo con amor y pasión.
-Shaoran...
-Sí Meiling...
-Te amo – dijo Meiling arrepintiéndose de lo que le iba a preguntar.
-Yo también – dijo Shaoran con una gran sonrisa, pero sintió lo que pasaba –, ¿Estás preocupada por Sakura?
Meiling lo miró asombrada, se levantó, pasó su mano sobre sus arrugadas ropas. Estaba un poco confundida.
-No te preocupes – dijo Shaoran con voz amena –, ya no la amo, pronto la llamaré y le explicaré...
-Debe meditar – cortó Meiling un tanto nerviosa e intranquila.
-¡Meiling...!
Meiling ya se había ido de la pieza, era demasiado rápido para ella. Tomó aire y ahí estuvo un rato. Mientras Shaoran lloraba profusamente en su pieza, realmente amaba a Meiling, pero sabía lo que le iba a pasar y no deseaba olvidarse, miró a su lado. Un lápiz. Un papel. Los cogió rápidamente de su mesita de noche, levantó el lápiz para escribir lo que debía recordar. Pero al tomar el lápiz y el papel sus manos perdieron rigidez y como suaves carnes cayeron al suelo y no los pudo recoger. Y lloró, lloró como nunca hubiera querido, olvidaría a Meiling, ese sentimiento, tal vez le haría daño, sufrió, sufrió mucho. Y se quedó dormido.
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Repentinamente se levantó de un golpe, sabía lo que debía hacer. Corrió y corrió, ya era tarde, lo sabía, pero eso no era impedimento para saber lo que debía hacer. Su objetivo era Meiling, ningún otro, estaba claro en su mente. Jadeaba. Sus articulaciones rechinaban por el esfuerzo y violencia extrema de su correr, sus ojos perdidos en sus sueños, su mente nublada por aceleramiento inesperado. Inhala, exhala, inhala, exhala, y así seguía corriendo. Y se detuvo en seco.
-Llegué – dijo con sus últimas fuerzas como si fueran sus últimas.
Tomó su segundo aire y se tranquilizó, su ritmo cardiaco, su mente, su vista, su cuerpo, todo era estable de nuevo. Abrió la puerta y entró. Era un café donde constantemente iba Meiling a esa hora. Esta vez tenía otra razón para estar aquí. Y ahí la vio, sola y triste, desdichada, en un sombrío rincón, como si hubiera perdido todas sus esperanzas, con una humeante taza de negro café frente suyo. Shaoran en tres zancadas atravesó el café cayendo en el asiento que estaba al frente de Meiling, se arrellanó en la silla y se puso a mirarla tiernamente, Meiling estaba ida con su café.
-Meiling. –dijo enfatizando sus palabras –, Aún recuerdo lo que te dije y te prometí. Yo te amo, te amo más que nada en el mundo...
El rubor en las mejillas del castaño eran la más fidedigna prueba de la veracidad de lo que había dicho. Meiling lo notó pero su pálida tez reflejó su mal estado. Tanto tiempo en este claustro de mala muerte con un ambiente rancio le había hecho mal.
Shaoran al ver a Meiling casi desfallecer frente suyo la tomó y la llevó a casa. Había empezado a llover suavemente, Shaoran cubrió a su amada con un poco de su ropa. Ella estaba consiente al fin y al cabo y lo mínimo que pudo sentir fue una tremenda atracción por el hombre que tenía en frente. Su tibio aliento en su cuello, su calor cómplice que la mantenía viva, sus cabellos que jugueteaban con los suyos. ¡Qué perfecto era es momento!
En eso llegaron a la casa. Shaoran puso a Meiling en su cama. La besó con gran ternura. No deseaba que se levantara. Ella se veía dormida, en un plácido sueño de una noche de verano, con la suave lluvia afuera y el sol escondiéndose para dar paso a su contraparte lunar.
Dolor. Un repentino dolor asoló el cerebro de Shaoran, se tomó la cabeza con las manos y dio un pequeño grito que despertó a Meiling.
-¿Qué te sucede? – dijo con gran preocupación Shaoran.
-Nada, nada – dijo Shaoran, se levantó sin mostrar sus verdaderas intenciones y se fue de la casa pero sin no antes agregar –, vuelvo pronto, tú prepárate para la noche...
Meiling afirmó encantada.
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Shaoran repentinamente se vio a si mismo en frente del café donde había estado Meiling hace tan poco. Un instinto interior lo hizo volverse un sonámbulo, ya no estaba consciente de sus actos. Esa maldita maldición que lo volvía un ser violento. No lo podía controlar. Apretó sus puños que por la presión hicieron reventar muchos de los vasos sanguíneos de su palma, se esparció la sangre por el rostro y partes de su cuerpo, rasgando trozos de su ropa.
Con una patada entró en el café botando la puerta enfrente de sí. Su mirada asesina hizo atragantarse a muchos e intimidó a varios, excepto uno; ese uno era total desconocido. Tal vez temerario, tal vez no conocía el miedo a los desconocidos, sea lo que haya sido en su rostro sin miedo irritó de sobremanera a Shaoran, que de un salto cayó sobre de los hombros de este hombre que estaba en la barra. A golpes le rompió la cabeza dejándole un hueco en su cráneo invisible por la piel que a duras penas resistía los violentos golpes de Shaoran, solo fueron tres los necesarios para hacer esto. Luego ese cuerpo perdió rigidez y cayó al suelo muerto frente a la mirada atónita de todos en el café. Azotó su cabeza contra el suelo hasta volverla blanda, moliendo su cráneo en millones de astillas bajo su piel. Cogió un cuchillo que encontró a mano y de un zarpazo degolló al hombre. Seguido a esto hizo un corte al cuero cabelludo para dejar a la vista los pedazos de cráneo incrustados en su sanguinolento cerebro. De un golpe los removió todos saltando frente a los espectadores que empezaron a correr dando vuelta por el pánico reinante.
Miró la cara se su víctima sin la "tapa" de su cerebro, luego tomó su cabeza por las orejas y como un tazón cadavérico bebió el interior de este; o sea su cerebro molido. Los clientes del local al ver esto salieron inmediatamente, pero fueron retenidos por la bestia. Y se tuvieron que quedar a ver el espectáculo que estaba formándose en ese inocente café. Luego rajó sagitalmente su cuerpo dejando a la vista sus entrañas. Rojizas, marrones, blancas, colores deliciosos para una bestia como esta. Le arrancó el hígado y extrajo de ahí la vesícula biliar y bebió la bilis de ahí. Luego cogió el intestino delgado, un largo tubo blanquecino y con una violenta mordida lo separó en dos dejando correr por sus extremos y por su boca un líquido verdoso muy denso. No sintió asco, le extirpó todo el intestino y con él ahorcó a varias personas que ahí estaban.
Finalmente para terminar y como ningún acto de este tipo falta arrancó su pulmones de raíz y dejó a la vista su corazón; era grande, pero ya no latía, eso le era agradable lo agarró con una mano y lo intentó extraer pero las arterias y venas del corazón lloraban sangre tratando de mantener a su proveedor junto a ellas, la bestia no tuvo resentimientos, solo usó un poco más de fuerza y lo sacó de ahí y obligó al dueño del café a comerlo, crudo, fibroso y duro.
Entonces decidió terminar y retirarse, pero, deseaba hacer algo antes de irse. Cogió la cabeza de su víctima, le bajó los pantalones y como quien usa un guante se puso la cabeza en la mano, podía abrirla y cerrarla a voluntad. Y con un violento mordisco le arrancó la ingle con uréteres aún llenos de orina, botó todo y se marchó.
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Y en ese momento estaba frente a su casa de nuevo, limpio y perfumado, listo para cualquier cosa. Entró y escuchó a Meiling en la ducha, entró al baño, la cortina evitaba que sus ojos la vieran desnuda. Entonces dijo:
-Volví...
Meiling notó su presencia con un poco de sorpresa pero le respondió desde dentro de la ducha:
-Ya te estabas demorando mucho, me decidí duchar en vez de no hacer nada mientras estabas fuera. ¿Qué hiciste?
Shaoran no recordaba, pero estaba consiente de que probablemente nada bueno.
-Eso no es lo importante. Lo importante es nuestro amor, ¿Sabes? Yo te amo...
Meiling rió tras la ducha y respondió:
-Yo también Shaoran.
Entonces abrió la cortina dejándola desnuda frente a Shaoran, pero los ojos de Shaoran estaban solo para los ojos de Meiling. Y sin de mirar sus ojos la tomó y la llevó a su cama. Fue una noche de pasión inmensa, sin morbo, sin obscenidad, solo amor entre dos amantes, cómplices, prófugos.
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A la mañana siguiente los dos se levantaron y se sonrieron mutuamente, se vistieron rápidamente, intercambiaron besos, prepararon el desayuno juntos, obviamente una parte de este quedó mejor que la otra pero eso no les importaba a ninguno de los dos. El amor hacía que todo supiera bien.
Luego del desayuno pantagruélico. Shaoran quedó tan satisfecho que tomó una siesta mientras que Meiling hacía algunas cosas en la casa para hacer sentir más cómodo a su amado. Con una gran sonrisa trabajaba alegremente.
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-¡Clow! – gritó una voz.
-¿Sí?, Maestro – respondió Clow – que es lo que desea que su humilde siervo haga por usted.
-Ser útil podría ser una opción...
Estaban en unas cavernas y frente al gran maestro había un charco en el cual él podía ver el futuro. Nieve, oscuridad y el charco que brillaba y daba luz a los presentes.
-Me podrías responder lo siguiente: ¿Por qué el charco me muestra matándote mañana?
Clow se intimidó inmediatamente y dio un paso atrás.
-No sé, maestro...
-¿Qué hiciste finalmente con esos enanos?
-¿Esa escoria?
-Si, esa misma.
-La dejé libre, eran muy poca cosa para nosotros...
En eso sintió Clow como una fuerza apretaba violentamente su cuello y no lo dejaba respirar, cayó al suelo asfixiándose, con la mano extendida a su maestro.
-¿Cómo se te ocurre hacer eso?
-P-p-per... o... –dijo a penas.
El asfixiamiento cesó y le dio la oportunidad para hablar a Clow.
-Les di la maldición que me enseño conjurar, esa que hace poco aprendí...
El maestro se arrellanó en su trono nevado, juntó sus manos y miró de reojo a su nervioso aprendiz.
-Encantador...
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Shaoran se despertó, saludó un tanto extrañado a Meiling, se tocó con delicadeza la cabeza, le dolía increíblemente. Se había olvidado quien era esa bella mujer.
-Hola amado mío – dijo jocosamente Meiling.
-Eh... – titubeó Shaoran.
-¿Qué pasa?
-Es que...
-¿Qué de qué?
-¿Quién eres tú...?
-¡Shaoran, esta no es una broma divertida! – gritó vehemente Meiling.
-De verdad, ni siquiera sé quien soy yo – dijo Shaoran encogiéndose de los hombros.
-¡Maldito! –dijo Meiling mientras lo golpeaba violentamente y lo mandaba al mundo de los sueños.
Meiling deshecha cayó en su silla. Y lloró. Lloró profusamente, sin fin, tan así que despertó a Shaoran...
Y Shaoran pensó...
"¿Qué pasa?, ¿Quién es esta mujer...?, o sea, muchacha, ¿Por qué está llorando?, Auch, mi cabeza, no recuerdo nada, cuanto llevaré aquí en cama, ¿Unas horas? ¿Unos días?, pero, ¿Quién diablos soy?, No puedo recordar nada..."
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¡Hola!, Por fin logré terminar este fic. Fue difícil, lo admito. Pero no imposible. Bueno espero que les haya gustado y antes de empezar con mis argumentos clásicos de despedida les agrandaré un poco su léxico:
Pantagruélico: Comida muy abundante.
Sagital: Es un corte que se hace de arriba para abajo o viceversa.
Bueno esto lo hago para que sepan lo que es ya que no son palabras tan usadas o que se pueda deducir fácilmente el significado.
Primero que todo. Este fic está dedicado MUY especialmente a mi queridísima amiga Timon. La estimo mucho y este fic es para ti, es mi sacramento para festejar nuestra amistad, que espero que sea duradera. Bueno espero verte pronto en MSN, y que todo salga bien lo de este Miércoles 21 de Octubre. Mucha suerte y esperanzas de que todo salga bien. Mis súplicas son por eso, mis himnos gloriosos y glorificantes están destinados para ello y para ti. Disfrútalos, tu amigo, Nicolás.
Bueno y volviendo al resto :P Gracias en especial a todos los de "Susurros de la Musa" que espero que triunfemos con nuestro fic inicial que pronto saldrá en esta página. En otras palabras a Cerezo Astrya, Iori Jestez (gran escritor de Digimon), Kass Kassandra y Cielocriss (si se une ;P).
También un saludo a mi querida hermana que estoy seguro que no leerá este fic, y si lo hace será porque la induje a eso. :P
¿Qué más puedo decir? Lean mis fics, están de lo mejor, también les recomiendo mi incursión por Harry Potter que pronto vendrá la actualización así que prestos a ver el primer capítulo. Que Master, the Gambler no espera. Jejeje. No se imaginan la sorpresa que les tendré para navidad. Ni se lo imaginan. JAJAJAJA. Lo del principio, o sea eso de las máscaras es de un futuro novelista realmente ;)
Otros agradecimientos especiales:
Okinu: Qué más puedo decir, gracias por el review. Con respecto a Shaoran dudo mucho que se cure muy pronto, jejeje. De todos modos gracias por incluirme entre tus autores favoritos.
Maki-Hesse: Si, se parece bastante como tú dices, pero realmente Shaoran no sufre de las mismas situaciones que el personaje en esa película. Yo también espero no confundirme al escribir este fic porque es bastante difícil inventar un final y desarrollarlo hasta el inicio. (O.O Espero no haber dicho demasiado).
Kass. Kassandra L. K: HOOLA!!!, Te hice caso con lo de los fics y quedé bastante satisfecho. Con respecto al fic, no es TAN complejo, solo debes tomarte tu tiempo al leerlo. De todos modos deseo hablar contigo en MSN, es por lo del grupo de escritores si no te han informado. Y apropósito, discúlpame por lo de M+S, era necesario, ya verás, ya verás...
karla-hoshi: Vas bien. Solo te falta descubrir quien fue el asesinado. JEJEJE. Espero verte en este capítulo.
Brass Nikayame: Sip, estás en la razón, ahora solo queda ver que es lo que pasó realmente y todo eso. Tengo ya planeado el final (o comienzo), jajajaja.
Timon: Creo que dejé más que claro que el fic está dedicado a ti y a que todo te salga bien. Y sigo sosteniendo que es una gran crueldad que tú no sigas escribiendo. Tus lectores desean más reviews.
Tiff: Hola!, bueno como yo veo que van nuestros dos fics de CCS (La Bestia y Amando al Enemigo) creo que terminarán (En el caso de la bestia, empezará) de maneras muy parecidas. JEJEJEJE. Y con lo de confundida. No te preocupes, no eres la única. JEJEJEJE. ¿Cuándo sacas el siguiente capítulo de Amando al Enemigo? Acepta tus derechos, es una injusticia dejarnos a medias esperando ver lo que pasa. (Creo que eso no lo debí haber dicho :P).
Undine: You're desires are my orders. JEJEJEJE.
Se despide
Master, the Gambler
"Oh Dios ¿Por qué siempre las segundas partes son peores que las primeras?"
Autor a Dios en "El peor fic de Sakura que nunca leerás"
Y Sí a la publicidad innecesaria!!!
Finalmente quiero dedicar, o no sé como se llame estos versos de la Biblia a una amiga especial que esta pasando por momentos difíciles:
Salmo 46 (Versículos 1 al 3)
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por lo tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar;
aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.
