¡Hola! Por fin, una vez más, he empezado a escribir "La Bestia que vive en Mi", en su séptimo capítulo, algo que me llena de felicidad y alegría. Finalmente sabrán que fue lo que pasó antes de la incursión a la cueva, y que pasó en la misma. Les prometo que lo que leerán a continuación será una muy interesante historia, llena de acción, que además explicará un poco más sobre la historia de Shaoran y Eriol en su cruzada contra el Mago Clow y su maestro.

Pero este capítulo tendrá algo nuevo en mi manera de escribir, será algo inspirado, que tal vez separe días entre el momento en que escribo estas palabras y cuando escriba finalmente el desenlace de este capítulo, ya que normalmente los escribo con gran velocidad en un solo día. Y no sólo eso, además vendrán próximamente las respectivas actualizaciones de otros tantos fics míos repartidos entre Card Captor Sakura, Digimon y tal vez el de Harry Potter que poseo.

Tal vez, a modo de aumentar la emoción, les diré que en el capítulo nueve pondremos a cierta manera el final de la historia, a menos claro, que cuando sea publicado ustedes insistan en saber lo que pasó luego, ya que originalmente ahí moriría este humilde fic, de este humilde servidor.

Y finalmente, antes de comiencen a leer este fic, deseo pedirles mis más sinceras disculpas por la demora, y cualquier eventualidad que se de, como sería algún tipo de incoherencia, ya que ni yo recuerdo bien la historia y las instrucciones que dejé para este capítulo no las entiendo bien. XD

Bueno, y sin más que decir, amigos, amigas, señores y señoras, los más y los menos, los invito a todos, a todos y sin excepción a disfrutar y deleitarse con este humildísimo fic de su aún más humilde servidor:

Actualización del 29 de Junio del 2005, después de estar algo así como un año y cinco días entre mis fics ganando polvo, ahora me dispongo a terminarlo... Olviden todo lo anterior, son todas mentiras XD jajajaja, bueno, este es el último capítulo, así que espero que les guste, es raro... se los advierto.

Este apresurado final es debido al fin del fic de "Amando al Enemigo", sé que si recibir el estímulo de la existencia de ese fic no podré continuar, así que hoy se termina (O tal vez mañana XD), ahora sí, es hora de que vosotros leáis el último capítulo:

Fic: "La Bestia que vive en Mi"

Capítulo 7: "La Incursión"

Todos se encontraban en la sala de la casa de Eriol, una inmensa recámara con paredes de los más finos árboles del Líbano, una hermosa chimenea en una de sus paredes y varios cuadros, estatuas y otros adornos por los bordes de esta. No dejaban de resaltar los estantes con libros que cubrían bastos espacios de las paredes de esta habitación. Ahí reunidos se encontraban Eriol, Meiling, Tomoyo, Shaoran y Sakura, dispuestos a conversar un asunto de suma urgencia; el ataque a la guarida del mago Clow.

El ambiente era mortalmente frío y silencioso. Eriol estaba sentado cómodamente observando el fuego crepitar en la chimenea de hace tantos siglos, pero la situación requería de una discusión, no de un silencio sepulcral, por esto se levantó y con una desafiante y azul mirada encaró al resto de sus amigos. Ellos lo observaron suplicantes, esperando las palabras de Eriol:

-Bueno¿Piensan decir algo por lo que vamos a hacer?

La voz de Eriol calló aún más las insonoras bocas de sus amigos, ellos lo miraban como si estuviesen avergonzados, avergonzados de no saber que opinar. Shaoran dio un paso al frente y preguntó a la concurrencia:

-¿Acaso ninguno de nosotros se atreverá a acompañarlo? – el resto apenas levantaron sus ojos, ojos casi llorosos por no aguantar la responsabilidad de tal empresa, al ver esto, Shaoran continuó – Entonces, creo que solamente iré yo con Eriol.

Nadie se opuso, a lo cual Shaoran respondió levantando una ceja¿Tanto miedo les provocaría ir a ver al mago Clow?

-Shaoran... – se escuchó repentinamente una voz trémula – Yo iré contigo si lo deseas...

Shaoran miró a su amada Sakura, tratando de mostrar su inocente valentía. Tal vez sería de utilidad, pero no la deseaba arriesgar, pensándolo mejor, no deseaba arriesgar a ninguna de sus tres amigas. Dio unos pocos pasos y abrazó a Sakura unos segundo mientras decía:

-Gracias, pero creo iré solo con Eriol.

Sakura lo miró con extrañeza, no entendía porque primero pidió vehementemente la colaboración de alguna de ellas, y ahora, que ella voluntariamente se ofrecía la desechaba y la obligaba a quedarse con los demás.

-Lo siento, pero creo que esto puede ser muy peligroso – dijo Shaoran mirando directamente a los confundidos ojos de Sakura –, prefiero que si a alguien le va a pasar algo sea a mi o Eriol, y no a ninguna de ustedes.

-Pero...

-No Sakura, Shaoran tiene razón – interrumpió a lo lejos Eriol –, nadie sabe lo que podría pasar si Clow se niega, y tal vez, sólo tal vez, si nos ataca, podría ser algo muy grave.

Los ojos de Sakura se volvieron vidriosos de lágrimas, entendía las razones de Eriol, aunque no las aceptaba en lo más mínimo. Sabía que sería difícil lo que Shaoran y Eriol deseaban hacer, pero esperaba y rogaba que Clow accediera rápidamente y pudiesen volver lo antes posible. Ni ella podía saber cuanto soportaría sin saber de Shaoran, o lo que haría si Shaoran moría. Sakura empezó a llorar.

Shaoran al verla llorar tomó su cabeza y la obligó a levantar su mirada, Shaoran le sonreía y eso la confortó un poco.

-No te preocupes, volveremos.

-Sakura, Tomoyo, Meiling, les prometemos volver lo antes posibles con lo que fuimos a buscar en la palma de nuestras manos.

Tomoyo se adelantó y abrazó a Eriol:

-Confío en ti Eriol, y te pido que cuides de Shaoran tanto como tu anhelo de volver.

Eriol mostró una débil sonrisa en su rostro, su caja toráxica se convulsionó levemente un poco dejando salir un pequeña risa:

-Entonces no podré cumplir mi misión porque tendré que estar salvando a Shaoran todo el tiempo.

Shaoran lo miró con unos ojos que denotaban entre enojo y risa. Se separó un poco de Sakura y sentenció:

-No digas eso Eriol, que yo también deberé prometer lo mismo a tu querida Tomoyo.

Todos sonrieron felizmente mirándose las caras los unos a los otros, viendo quien rompería esta felicidad fantasma. Eriol se dio la vuelta y fue en busca de algunos libros y mapas, los tomó a brazos abiertos y al darse la vuelta dijo:

-Ahora debemos prepararnos para ir a esas intrincadas montañas.

-Entendido – respondió Shaoran mientras asentía.

Todos abandonaron la sala exceptuando por dos personas: Eriol y Meiling. La segunda se acercó al de los ojos azules y le dijo:

-Eriol – se notaba el temblar de su voz –¿Realmente crees que lo lograrán?

Eriol dejó sus libros y mapas sobre un escritorio y se dio la vuelta para encarar a Meiling, caminó un poco y se apoyó contra una pared:

-Eso espero Meiling, eso espero...

-Pero Eriol – dijo casi a modo de grito –, no puedo dejarte ir ni a ti ni a Shaoran. ¡No podría aceptar que les pasara algo!

Hubo un momento de silencio, ambos se miraban fijamente.

-Descuida, volveremos – dijo Eriol sin siquiera mover su rostro o su mirada.

-Gracias Eriol, gracias... – terminó Meiling cayendo al suelo de rodillas.

Eriol empezó a inspeccionar entre sus mapas y sus libros. Sacando de ahí una carta, una vieja carta, escrita algún tiempo atrás.

-Meiling, debo confesarte algo – Meiling secó su mirada para verlo mejor –, volveremos, lo sé, lo he visto, lo he soñado, lo he escuchado, pero debo decirte, que hagas lo que hagas, al volver no seremos los mismos, ni Shaoran, ni yo. Pero te pido, si mis adivinaciones fallan, que le entregues esto a Sakura.

Eriol le pasó la carta a Meiling, la cual la recibió con extrañeza:

-¿Qué es esto?

-No te preocupes, es una carta que recibí hace un tiempo con la cual ella sabrá que hacer si todo esto falla.

-¿Pero no me habías dicho que habías predicho que todo iba a funcionar? Y además de que ustedes iban a regresar sanos y salvos.

-Es verdad, pero este mago Clow es mucho más poderoso de lo que habíamos pensado y puede que logre cambiar nuestro futuro.

Hubo silencio, sólo el débil crepitar de la hoguera sonaba acercándose el inminente adiós.

-Meiling, es hora...

-Si lo sé Eriol – dijo apenas mirando el suelo –, me retiro...

Meiling cerró la puerta tras de si dejando solo a Eriol, solo junto a sus libros. Él dedicaría esta última noche a releer todo lo necesario para esta gran campaña que comenzaría mañana. Si es que todo salía bien volverían en una semana, un plazo bastante corto pensando la distancia donde se encontraba el lugar, lejos, muy lejos.

oooooooooooo

Finalmente el día había llegado, todos ellos llenos de miedos y esperanzas, una extraña mezcla que difusamente se notaba en sus caras, ahí, todos y cada uno de ellos, esperando a que llegase el avión que llevaría a Shaoran y a Eriol a enfrentar su destino. ¿Fatídico? Probablemente, pero ya habían discutido mucho sobre la razón de su ida, y ya era momento de retractarse, el avión ya se acercaba para arribar, poco, faltaba poco. Sakura, Meiling y Tomoyo no podían contener las lágrimas por ver a estos dos hombres partir de sus lados, y ellos, con miradas serias y tristes, deseaban a sus mujeres un feliz día, que lo disfrutaran, aunque ellos nunca más volvieran a estar a sus lados.

No se había dicho palabra desde que llegaron, era una sensación abrumadora, sobrecogedora, inexplicable. Pétreas bocas trataban de clamar algo, pero todo su esfuerzo se transformaba en un desagradable temblor; sus labios temblaban, sus lenguas temblaban. ¿Tan seguros estaban de que no volverían? Quien sabe. Shaoran sujetó su maleta y pausadamente levantó su cabeza para contemplar, tal vez por última vez, a Sakura, ella lo miró con sus ojos muy abiertos, llevándose las manos a la boca, como asustada por lo que le pasaría:

-Sha...- susurró Sakura siendo inmediatamente cortada por sus nervios.

Shaoran se le acercó, y la envolvió en sus brazos dejándola en medio de un cálido y tranquilizante abrazo. Ella se hundió entre su cuello, su hombro y sus alborotados cabellos. Se sintió como en un paraíso, embelesada por la esencia de su amado, de su amante. También Meiling se acercó a la pareja y abrazó a Shaoran por la espalda, estaba llorando, ella más que nadie no quería que fueran por el riesgo implícito y ver esta escena hizo que su voluntad se rompiera para dejar ver su lado débil y sensible.

Sakura también estalló en llanto, desconsoladamente. Eriol por su parte tenía a Tomoyo tomada de la mano mientras miraba la escena, miró de reojo a Tomoyo mientras en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa. Tomoyo lo abrazó de su costado mientras Eriol comentó:

-¿Es posible que dos mujeres anhelen tanto el regreso de un hombre?

Tomoyo sonrió mirando hacia el vacío del suelo.

-No sé – respondió con gran calma Tomoyo –, pero al menos tú tienes a una que anhela tu regreso.

Eriol se limitó a sonreírle mientras Tomoyo volteaba su rostro para verlo mejor. Un escalofrío recorrió la espalda de Eriol, estaba preocupado de que tanto como Tomoyo, Sakura y Meiling, se mostraran de esa manera, era obvio que para ellas, tanto como para él y para Shaoran, una despedida de esta índole es algo doloroso, pero aún así, algo dentro de él le decía que esto era un vaticinio de lo que podría pasar.

-Shaoran... – apenas susurró Meiling en el oído de Shaoran, nadie más la escuchaba, ni siquiera Sakura que estaba tan cerca –, debo decirte algo...

Shaoran abrió mucho sus ojos, se sintió preocupado por lo que Meiling le pudiese decir, a veces un simple susurro puede afectar todo el resto de un día, una aventura, la vida.

-Shaoran – repitió Meiling –, no hay necesidad que sueltes a tu querida Sakura... simplemente escucha...

Shaoran movió su cabeza asintiendo de una manera que nadie notó, un tanto turbado Shaoran comenzó a mirar alrededor, no vio nada en especial aparte de a Eriol y Tomoyo despidiéndose de una manera bastante apasionada.

-Prométemelo, prométemelo, con todas tus fuerzas y deseo... – susurró la chica de coletas al oído del castaño –, por favor...Regresa, no sabría que hacer sin ti, ni creo que Sakura sabría, por nuestro bien... vuelve.

Meiling empezó a sollozar más estridente y profusamente.

-¡Shaoran! – gritó de entre los brazos de Shaoran una asfixiada pelirroja - ¡Me estás apretando mucho!

Y al escuchar eso, y de una manera un tanto nerviosa y apresurada, Shaoran rompió el abrazo liberándola.

-¿Por qué me empezaste a apretar tanto? – continuó Sakura con lágrimas en los ojos, tanto del dolor de verlo irse como del de haber sido aplastada.

Shaoran se sonrojó, no podía decirle lo que había pasado, estaba un tanto nervioso. Repentinamente comenzó a toser, y se sintió un tanto mareado.

-¿Qué te sucede? – fueron las rápidas palabras que escuchó.

-Descuiden... Estoy bien...

Pasaron un rato mirándose, los unos a los otros, este podía ser el último adiós. Tristeza, zozobra en ellos, miedo, pánico. Shaoran tosió nuevamente.

-¿No te irás a resfriar en estos momentos¿O sí? – le dijo Eriol mirándolo de reojo mientras abordaban el avión.

-No, es una sensación extraña – meditó unos para poder expresar correctamente lo que sentía – es un olor, una fragancia extraña...

-¿De qué tipo?

-No sé – dijo mientras se encogía de hombros –, es como el olor del óxido.

Hubo silencio un momento, tras subirse al avión tomaron rápidamente sus asientos y comenzaron a mirar por la ventana con un largo y triste semblante.

-¿Sabes por qué hacemos esto, Shaoran?

-Ya ni lo recuerdo, es extraño.

-Yo también me he olvidado.

Eriol comenzó a sobarse frenéticamente las manos, como si tuviese frío. Estas ya estaban rojas por la fricción.

-Eriol, no hay nada de frío aquí.

-Shaoran, yo tengo frío...

-¡Pero si estamos en un avión con fuerte aire acondicionado! – profirió con un tanto de enojo, pero principalmente extrañeza.

-¿De qué avión estás hablando?

oooooooooooo

-Del avión en que nos encontramos Shaoran – respondió energéticamente Eriol.

-Pero estamos en medio de la nada, en una cueva invernal, con un extraño frasco entre nosotros.

Eriol comenzó a mirar alrededor, estaba asombrado, Shaoran tenía razón, estaban en medio de una caverna, a lo lejos se podía apreciar la mansión del Mago.

-¿Hace cuanto llegamos aquí? – preguntó mientras abría sus ojos todo lo que podía; aún no podía creer lo que veía.

-Llevamos un mes aquí Eriol...

-¿Un mes? – dijo Eriol entre confusión y exasperación - ¡No puede ser¿Cómo¿¡Cómo?

-Fácil, llegamos hace un mes, nos instalamos y cada día el Señor Copo de Nieve nos trae algo de comer.

En eso entró un pequeño hombrecito de nieve, con ojos de carbón y una zanahoria por nariz.

-Hola a todos – dijo con voz muy alegre.

Llevaba un bulto envuelto sobre si.

-¿Qué nos has traído para comer el día de hoy Señor Copo de Nieve?

Depositó el bulto sobre la nieve, se secó el sudor con su bufanda y prosiguió a explicar.

-Encontré una Sakura salvaje para comer – dijo mientras sacaba a una Sakura vestida de conejo de la envoltura que traía.

-¡Delicioso!

Eriol se abofeteó a si mismo, tal vez estaba viendo un espejismo, tal vez no, pero de algo estaba seguro; esto no era para nada cuerdo. Y mientras pensaba ese olor que bien recordaba cruzó por su nariz y lo hizo vomitar: el olor al óxido.

-¿Qué¿Acaso no te gusta lo que te traje? – preguntó indignado el pequeño hombre de nieve.

-¡Están locos ustedes dos!

-¿Locos? No me hagas reír – dijo el hombrecito mientras indicaba a las manos de Eriol – Mira tus manos, sangran solas, eso es locura.

Eriol miró sus manos; efectivamente estaban bañadas en sangre. ¿Qué estaba sucediendo¿Se estaba volviendo loco? Acercó esa sangre que tenía en sus manos a su nariz y le percibió el olor, era ese olor, el olor a sangre; que tras un tiempo se oxida. ¿Alguien había muerto¿Había matado a alguien?

Entonces el Señor Copo de Nieve se transmutó y apareció frente Tomoyo.

-¿Bueno, no crees que es hora de volver, Meiling.

-Está bien – dijo esta última con un dejo de tristeza –, espero que lo logren.

-Lo lograrán – dijo Tomoyo con una gran sonrisa en el rostro mientras se dirigían al automóvil que las sacaría del aeropuerto.

oooooooooooo

-Demonios, me duele la cabeza – articuló Shaoran mientras se tomaba la cabeza con sus dos manos.

Eriol lo observaba en un silencio sepulcral, se veía cansado; estaban en estas heladas tierras y no estaban seguros de cómo les iría a salir la misión. Llevaban un buen rato caminando por los complejos y laberínticos pasillos de la fortaleza. Shaoran ya había vomitado algunas veces durante el paseo dando círculos, y gracias a eso podían saber donde había estado y donde no, eso fue de ayuda ya que poco después encontraron una puerta diferente al resto.

-¿No encuentras que está un poco cambiado desde la última vez que estuvimos aquí? – comentó Shaoran mirando de reojo a Eriol.

-Si – respondió tranquilamente mientras lanzaba una bocanada de aire por la boca –, Tal vez esté ese mago detrás de esta puerta ¿Estás listo Shaoran?

-Siempre lo he estado, en especial ahora.

Shaoran desenfundó su espada, estaba listo para la batalla de su vida. Eriol estaba un tanto nervioso, pero estaba dispuesto a seguir a Shaoran hasta el final.

Eriol apretó firmemente el pomo de la puerta, lo giró con lentitud y dejó que la puerta se abriera poco a poco, los goznes rechinaron como si estuviesen gimiendo de dolor, un dolor eterno y de ultratumba. Shaoran dio un paso hacia adentro, sintió un ligero viento frío y la puerta se cerró tras de si con la misma parsimonia con la que se había abierto.

-¿Eriol¿Eriol? – preguntó al vacío Shaoran.

No había nadie, Eriol no había pasado con él, estaba afuera y él se encontraba horriblemente sólo en una pieza oscura como las fauces de un lobo hambriento.

-Tras pasar por ese portal – dijo una voz desde la oscuridad – estás muerto.

-¿Muerto? No me hagas reír... ¡Ven y pelea como un hombre, no te escondas en las sombras!

-Pero si estás muerto... – dudó la voz un segundo –, o sea, vas a morir.

El tono casi sarcástico de este sujeto que no podía ver le estaba irritando demasiado y comenzó a dar golpes de espada a su alrededor no golpeando nada diferente a paredes.

-¡Yo no voy a morir!

-¡Qué mal...! – dijo con un tono meditabundo –, estás recién en el primer paso: La Negación.

-¡Yo no estoy negando nada!

Se escuchó una risa lejana que se fue desvaneciendo poco a poco. Repentinamente, cuando la voz ya había cesado, un haz de luz iluminó a Shaoran desde el cielo; ahora podía verse, pero nada más que a él mismo.

-Shaoran¿Por qué luchas? Sabes que vas a morir; tarde o temprano...

-Te aseguro que más tarde que temprano.

Otros dos focos se iluminaron y mostraron a dos mujeres inconscientes, colgando por sus muñecas al techo: eran Meiling y Sakura.

-¿Si tu vida dependiera de una elección a quien de las personas bajo uno de estos focos salvarías...?

Shaoran se quedó callado¿Meiling o Sakura? Su querida prima o Sakura. Estaba en una encrucijada, mientras viajaba sus sentimientos se había vuelto confusos, pero ahí estaban, las dos. No podía responder tan rápido, pensó en Meiling, pensó en Sakura. Y repentinamente pasó algo por su mente, muy egoísta, pero sintió que era en cierto modo verdad: "Meiling es tu familia, en cambio un amor lo puedes volver a conseguir".

-Elijo a Meiling – dijo con lágrimas en los ojos.

-Muy bien, sacrificas tu propia vida por la de ella... que noble – dijo irónicamente la voz.

-¿A qué te refieres? Yo debía elegir a una para salvarme... ¿No?

-Te dije que eligieras alguien bajo un foco, y si no te habías percatado también tú estás bajo un foco.

Shaoran miró hacia arriba y vio el foco¿Sacrificaría su propia vida por la de su prima?

-Lo siento, tú mismo te has condenado... – dijo con gran pesar la voz, para luego cambiar a un tono irónico – ¿Acaso no te dije que te ibas a morir?

Shaoran apretó su puño con mucha fuerza, unos hilos de sangre brotaban por los pliegues de su mano empuñada. Sus ojos se volvieron violentos, mostraba los dientes como dispuestos a usarlos para matar al poseedor de esa voz.

-¡Hiciste trampa desgraciado! – gritó exacerbado a todo pulmón – ¡Nunca mencionaste eso!

-De hecho si lo hice...

-¡No¡Tramposo! – dirigió la punta de su espada hacia el vacío – ¡Te prometo que te mataré bastardo... lo haré!

-Segundo paso: La ira – rió la voz con gran sarcasmo –, actúas como todo un moribundo que se haya próximo a la muerte.

Shaoran sentía como la sangre estaba ebullendo en sus venas, debía descargar su furia y cargó contra lo primero que sintiera en la amplia oscuridad. Corrió en línea recta blandiendo su espada hacia diestra y siniestra sin golpear nada aparte del mismo aire, tras correr algo así como un minuto se encontró nuevamente bajo el foco; había dado vuelta a la habitación caminando en línea recta.

-¡Deja de ocultarte bastardo!

-Dejaré de hacerlo, pero no ahora – su voz nuevamente estaba seria –, primero dime¿Qué tan poderoso crees que sea?

-¡No tan fuerte como para no morir!

Hubo silencio un momento. Shaoran calmó un poco su carácter¿Acaso había intimidado a ese mago?

-¿Sabes? Eso es una excelente respuesta – respondió con un dejo de sinceridad –, pero te aseguro que no será ahora, tal vez tú, pero no ahora.

Shaoran se extrañó con la respuesta.

-¿Seguro?

-Si, estoy seguro, pero dime otra cosa¿Crees que soy capaz de matar a todos tus amigos frente a ti?

-¡No te atreverías – gritó Shaoran –, no podrías!

-Te aseguro que me atrevo y puedo. Tu condenaste a Sakura ya, también a ti.

Se prendieron nuevamente otros focos, esta vez estaban todos los amigos y conocidos de Shaoran; Tomoyo, Eriol, Sakura, Meiling, compañeros de clase, familia, etc. Se escuchó un chasquear de dedos y todos cayeron al suelo sujetando fuertemente sus gargantas; se estaban asfixiando.

-¡No! – gimió Shaoran en lo que parecía un grito ahogado – ¡No puedes... no puedes matarlos!

Shaoran intentó correr hacia ellos para salvarlos, pero parecía que no avanzaba, no lograba salir de su propio foco, corría y se mantenía en el mismo lugar. Pasaron algunos minutos y ya no había movimiento en la sala, sólo un respirar entrecortado y el sonido de unas gotas de lágrimas al caer.

-¿Por qué los mataste...?

-Para demostrarte que tengo el poder para matarte.

-¿Qué puedo hacer para salvarme¡O para salvarlos a ellos!

-¡Eres tan gracioso Shaoran!

-Por favor, dime que hacer para evitar todo esto.

Silencio, luego unas risas macabras, silencio nuevamente. Un tosido y luego una voz desde la oscuridad.

-Tercer paso: La Negociación.

-¿Eh...¡Demonios...¿Me vas a matar cierto?

-Morirás, es lo único que te aseguro.

-¿Nada puedo hacer por evitarlo?

-No

Shaoran comenzó a llorar desconsoladamente, iba a morir, lo sabía, lo presentía. Se transformó en un pequeño ovillo, contrajo todos sus músculos, no quería más sufrimiento, ya no, nunca más.

-Mátame – susurró Shaoran – ya no vale la pena vivir.

-Interesante, ya estás avanzando más rápido.

-No me interesan tus etapas... – dijo con tristeza y mirada perdida Shaoran –, deseo morir...

-Cuarto paso: La Depresión.

-Sí, estoy deprimido, me siento pésimo... Nunca debí haber nacido, nunca existido; todo habría sido mejor. ¿Para qué vivir para terminar de esta manera¿Qué sentido? Por favor termina con este sufrimiento. Mi vida ya no vale, lo he perdido todo...

-¡Oh¡Vamos Shaoran! – interrumpió tajantemente la voz –¡No caigas tan bajo!

-Pero si ya me has hecho caer hasta el fondo¿Para qué luchar¿Para qué seguir con este sufrimiento llamado vida¡Deseo morir!

-Estás loco Shaoran – sentenció la voz.

Silencio.

-Si, lo estoy. No sirvo para nada¡Qué lástima por los que me conocieron¡Cómo debieron haber sufrido!

-¿Deseas que haga algo después de tu muerte?

-No, no necesito nada... que se olviden de mi... Pero, si ya nadie se acuerda, mataste a todos.

-Es verdad.

-Entonces nada.

-Muy bien.

El foco se apagó y estuvo largo rato llorando Shaoran. Triste, muy triste. Pero repentinamente se empezó a percatar que se iba a morir de todos modos, no importaba lo que hiciera. Todos los seres que se llaman vivos terminan muriendo; tarde o temprano. Esta era su hora, y no debía estar triste por eso. Se levantó e inmediatamente se volvió a iluminar el foco. Se veían canales dejados por las lágrimas en sus mejillas, pero el rostro serio de Shaoran demostraban una evolución en él.

-¿Listo? – dijo una voz a la lejanía.

-Siempre lo he estado – respondió con serenidad Shaoran.

De repente Shaoran sintió en su hombro una mano posarse.

-Felicidades, estoy feliz por ti.

Shaoran tuvo un segundo una idea; si se daba la vuelta y mataba al mago no debería morir aquí. ¡Era lógico! Tal vez todo se solucionaría, abriría la puerta con la cabeza del mago colgando por sus cabellos de entre los dedos y Eriol estaría ahí para felicitarlo. Se dio la vuelta rápidamente mientras desenvainaba su espada, pero al ver el rostro del mago quedó atónito.

-Hola Shaoran – dijo el mago con una sonrisa de oreja a oreja.

-No... no...

-¿Qué pasa¿Acaso no estabas listo?

-Si... eh... Pero... tu rostro...

-¿Extrañado de que yo sea tú?

El mago era Shaoran, con la única diferencia del atuendo.

-¿Quién eres¿Quién eres sucio cambia formas?

-Yo soy tú – dijo con calma el mago –, o sea, soy tu conciencia.

-¡No puede ser! – exclamó Shaoran.

Repentinamente toda la vista de Shaoran comenzó a dar vueltas, se sentía mareado, ese olor a sangre nuevamente inundaba su olfato.

-Ahora comenzarás a morir, y junto contigo, yo.

Sus manos comenzaron a llenarse de sangre, no sabía de donde, pero estaban empapadas. Todo era horrible, asqueroso y nauseabundo. Repentinamente cerró lo ojos y se quedó dormido.

oooooooooooo

Shaoran agitó su cabeza. Estaba en una habitación. Y bajo él un cuerpo sin vida, estaba empapado de sangre. "¿Qué es esto?" se preguntó en voz alta. Era el cuerpo querido de alguien, el cuerpo de un ser querido de él, era alguien a quien amaba. No podía ser. ¿Estaba soñando?

-Toda tu vida fue un sueño, bienvenido a la realidad – dijo una voz dentro de él.

-No, no puede ser...

Empezó a sentir sirenas de policías, sus luces azules y rojas golpeaban directamente a sus ojos, con su mano intentó detenerlas, pero no pasaba nada. Un cuerpo muerto, él al lado; ¿Habría el sido el asesino? No estaba seguro.

-Levante sus manos y salga de ahí – gritó una voz desde la lejanía.

-Esta es la hora de tu muerte, lánzate hacia ellos y termina tu agonía – susurró su conciencia dentro de su cabeza.

-No puedo.

-Todo ha sido un sueño, esto es una pesadilla; muere y despertarás.

Silencio, Shaoran meditó y concluyó.

-Confiaré en ti...

Y Shaoran se lanzó contra los policías en una feroz carga. Ya era tarde para arrepentirse.

-Ingenuo... – dijo su conciencia –, te has matado, pero no lograste matar al que creó todo el mal en ti...

-No... – gritó Shaoran – ¡Me engañaste!

Y una ráfaga de balas impactó de lleno en el cuerpo de Shaoran, este calló de rodillas al suelo, con su cabeza ladeada envuelta en sangre. Sus músculos se relajaron por última vez; dejó caer un vaso y una foto que traía en las manos y cayó finalmente al suelo, muerto.

FIN

oooooooooooo

Muajajajajaja! Terminé este fic :D WijU! Bueno, ya era hora... no? Espero que les haya gustado el final de este extraño fic, y tal vez, aún más importante que si les haya gustado es que lo hayan comprendido jajajaja XD. Bueno espero que podamos seguir en el futuro siendo yo el escritor y usted mi público querido. Es duro terminar un fic, pero ya era hora, todo lo vivo debe morir, y aunque lo pude dejar abandonado para siempre prefiero que sepan como termina. No era exactamente como loo había planeado originalmente, pero me satisface la idea.

Bueno, como siempre, espero que dejen sus humildes reviews y les haré el siguiente trato, no sé en cuanto tiempo, pero espero que no mucho, publicaré el último capítulo de "El peor fic de Sakura que nunca leerás" y si entre los reviews del final de este fic y los del capítulo final de el peor suma 20 o más, les prometo comenzar un nuevo fic con Errolo como protagonista, llamado: "El show de Errolo"

Finalmente, les deseo agradecer profundamente a todos y cada uno de los que leyeron este fic, hayan puesto reviews o no. Un gracias profundo para todos ellos. Gracias; no hay palabras más explicativas para todos ellos.

Dedicado todo este fic a todos y a cada uno de mis lectores, mis amigos que también escriben, todos los ExSusurros de la Musa, a todos los de mi nuevo foro y páginas. Y en especial a Kassandra y a Tiff. Mis queridas lectoras XD.

Y ahora, me entretendré haciendo los agradecimientos personales:

Y eso es todo, nada más de la Bestia. Se ha terminado. Muchas gracias de nuevo; se despide vuestro servidor con unas últimas palabras.

Master, the Gambler

"En las profundidades del laberinto de mi mente

yace el más grande de todos los tesoros.

Te recomiendo que no entres; hazme caso.

Es probable que te enfrentes a grandes bestias,

Monstruos que nunca hubieras imaginado.

Deberás resolver los más terribles acertijos,

Que ni la mejor de las esfinges haya creado

Paradigmas que superan las leyes naturales,

O que las rescriben al hacerse.

Entonces, pensarás y te preguntarás:

"¿Qué secreto ha de ser tan grande

para ser protegido tan celosamente?"

Y la respuesta es en extremo simple:

Todo lo que te he dicho es el tesoro;

El máximo tesoro de mi mente y la tuya:

La imaginación."

Nicolás A. Núñez Torres

Y Sí, a la publicidad innecesaria!