Saludos :D
Aqui les traigo un nuevo capitulo de esta historia.
Como siempre, espero que les guste y muchas gracias por estar leyendo (estoy muy agradecida con los comentarios que hacen)
Muchos besos y a leer.
Pd: Dedicado a Tasha ;) que me ayudo en un momento de incertidumbre :P
Pd2: Los reviews (que muchas gracias por ellos) los contestare otro dia (es decir, volvere a subir el capitulo con las contestaciones) De nuevo eternas gracias por ellos :D
Capitulo 5: "Recordando"
A veces tengo miedo de despertar y descubrir que toda mi vida ha sido solamente un dulce sueño.
Tengo miedo de abrir los ojos y encontrar las paredes pintadas de naranja a mi alrededor, descubrir que es mi habitación de niñez, descubrir que nunca subí a un tren, que nunca llegué a entrar en el colegio, descubrir que no he vivido, que sólo lo he soñado y que nada ha sido realidad.
Miedo a perder lo que tengo.
Miedo a creer que fue una gran ilusión, una mentira.
Miedo a despertar y ver que nada fue verdad.
Es difícil imaginar, pero cuando más feliz me siento, más miedo tengo de que todo esto sea sólo un sueño.
Una pesadilla acaso, pues, si todo fue una bonita ilusión, el despertar es horrendo.
¿Por qué pienso ahora esto?
Ni yo mismo lo comprendo, pero pienso que es porque ahora me encuentro radiante de felicidad, y es ahí cuando el miedo más me embarga.
Tengo miedo de perder lo que tengo: mi familia, mis amigos, mi futuro…
Soy sólo un ser humano con miedo a la felicidad.
Inseguro porque piensa que no se merece lo que tiene.
Pienso que no me he ganado el derecho a poseer tanta alegría, de tener tanta felicidad en mi vida.
Se que he hecho grandes cosas, que cualquiera que supiera la historia de mi vida me preguntaría el porqué de tanta angustia y miedo al futuro, pero yo no hice más de lo que cualquiera haría en esas situaciones: ayudar a un amigo.
Pues si, sólo hice eso.
Nada más que eso.
Si luche contra un trol fue por amistad, si secuestré el coche de mi padre fue para ayudar a un amigo, si me arriesgue a perder la vida fue única y exclusivamente por eso, por amistad. No porque quisiera ser recordado en los anales de la historia, no porque quisiera que mi nombre fuese uno de los que los niños recitan y aprenden en la escuela…No, si hice todo lo que hice fue por un sentimiento llamado amistad, sólo por eso.
Quizás sea por esto que tengo muchas veces miedo a descubrir que todo fue un sueño, que nada sucedió, que no fui su amigo, que no viví nada que mereciera la pena.
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Amistad, que sentimiento más extraño y complicado de definir.
Más que el amor puedo atreverme a decir, pues de este hay mil y un tratados, mil y una formas de describirlo, de decir lo que es. Y, cuando sientes que cientos de mariposas invaden tu estomago, lo reconoces, descubres que estas enamorado, pero… ¿Cómo reconocer cuando encuentras una verdadera amistad, una amistad que une mas allá de todas las dificultades, que estas unido a esa persona de alguna forma especial?
Yo tampoco lo descubrí hasta mucho tiempo después, cuando los recuerdos de aquellos años, de todas las aventuras vividas, se agolpan en mi mente.
Creo que, al principio, si intuíamos algo, que nos unía un lazo de amistad mas fuerte que los demás, pero ahora es cuando reconozco que lo nuestro fue una verdadera y sincera amistad, un sentimiento que no se puede describir con todas las palabras y letras que existen en el diccionario.
Por eso tengo miedo del futuro, porque no le tengo a mi lado para apoyarme y hacerme entrar en razón, para decirme que no me preocupe, que todo son imaginaciones mías…
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Se que Hermione lo sabe, sabe que hoy estoy ausente. También es difícil para ella estar aquí.
Me agarra de la mano fuertemente, me transmite fuerzas en silencio, pues sabe que las palabras no sirven ahora. Veo sus lágrimas deslizarse por sus mejillas. Ambos estamos llorando por el día que es hoy…
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Ron, se que le echas de menos, lo leo en tus ojos.
Se que miras hacia el frente, pero sin ver nada.
Tu mente se ha trasladado muy lejos en el tiempo, a días que sucedieron hace mucho, a recuerdos con sabor dulce y amargo.
Yo también le recuerdo, pero he aceptado poco a poco su marcha, tantos años que han pasado y mi mente piensa que no puede ya regresar. Desapareció de nuestras vidas desgraciadamente. Se sacrificó por nosotros para darlos la oportunidad de un futuro.
Tú piensas lo contrario que el resto. Eres el único que queda. Los demás aceptamos ese final irremediablemente. Tú, en cambio, piensas que algún día volverá. Te conozco muy bien, y se que seguirás pensando eso hasta que veas una prueba palpable de que no es cierto.
No voy a quitarte yo ese derecho, pues se que por ello es por lo que sigues día a día, por lo que vives alegre, intentando exprimir todo el jugo a la vida, disfrutando de cada cosa que tienes… porque así, cuando le vuelvas a ver (estas muy seguro de ello) podrás contarle todo, narrarle lo que has vivido.
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Me gustaría sentir lo mismo que tú, me gustaría tener esa esperanza todavía en el corazón, pero sabes que yo soy muy racional, que me atengo a los hechos, y estos dijeron hace tiempo que él no estàque se ha ido para siempre. A veces me gustaría no ser así, ser gobernada por los sentimientos, ser más como tú… pero no puedo, yo soy así y aunque lo intente, no podría cambiar tanto.
A pesar de que se que es imposible, estoy a tu lado y te apoyo. Sabes que en mí puedes encontrar un pilar donde apoyarte cuando el viento te derriba, cuando las fuerzas te fallen. Cuando piensas que todo esta perdido se que me miras y recuerdas, y sigue latente, sin apagarse, esa pequeña llama en tu interior, pues, antes de llegar a amarnos tan profundamente, fuimos amigos muy cercanos, y es ese sentimiento el que ves en mi cuando piensas que vas a desfallecer en tu lucha por recordarlo.
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Sabes que estoy a tu lado siempre, y por eso, ahora, te estrecho fuertemente la mano, para que no te pierdas en la tristeza, para que recuerdes el presente y no te quedes en el pasado. Se que es difícil no llorar en este día, yo misma lo hago, yo dejo que mis lagrimas fluyan por mi rostro, pero se que tengo que mirar hacia delante, hacia el futuro.
Es bueno recordar, pero no estancarse en los recuerdos.
Ahora no sirven las palabras de ánimo, es imposible, lo veo en tus ojos.
Estás en otro lugar. Lo conozco, pero yo, a diferencia de ti, hace tiempo que no quiero recordar profundamente, viajar hasta esa época. Es muy duro para mi pensar en esos años, regresar a ese tiempo. No sabes lo que lloro cuando leo lo que escribes. Nunca has visto mis lagrimas cuando recuerdo nuestros primeros años, nunca me has visto desfallecer, se que tengo que ser fuerte, para mi y para ti, no tengo que mostrar debilidad… me derrumbaría del todo y no puedo permitírmelo.
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Y tampoco lo sabes, pero en noches de tormenta (como la de ahora), cuando los rayos surcan el cielo, cuando el viento sopla fuertemente y choca con los cristales, cuando el centro se encuentra cerca, me acurruco a tu lado, quiero sentir la seguridad que desprendes, quiero que me protejas y no recordar el día en que comenzó a cambiar todo. Tú no te das cuenta de esta debilidad que tengo, la única que me permito en mi vida.
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A veces quisiera que nada de esto hubiera sucedido, que nada hubiera pasado, que no os hubiera conocido, pero se que es imposible, que era mi destino conocerte, conocerle, ser parte de un trío que se rompió al final. Los dos habéis sido muy importantes en mi vida. De alguna manera, él nos unió finalmente, y tú¿que puedo decir sobre ti, amor, parte de mi, amigo primero y después pareja, esposo…
Se que no he llegado a estar tan unida a él como lo estabais ambos, lo vuestro si que fue una amistad sin limites, y aunque yo era amiga vuestra, el entendimiento que tenias entre ambos era excepcional. Os entendíais sin palabras, casi sin gestos, sabias lo que el otro estaba pensando aunque estuvierais lejos uno del otro.
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Y hoy, en el aniversario de esa fecha, cuando se cumplen ya tantos años de su desaparición, estamos aquí, yo recordándole con pesar y tú atesorando esa esperanza que tienes de que vuelva algún día no muy lejano…
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Miro al techo: los rayos, relámpagos y truenos de la tormenta ahora son más fuertes. Parece que es noche cerrada, la oscuridad lo envuelve todo, más faltan muchas horas para que eso suceda, ni siquiera es por la tarde, es mañana aun.
Me remuevo inquieta en mi asiento, estoy nerviosa, como todos los compañeros de mi curso. Una y otra vez agarro un mechón de mi pelo y lo estrujo entre mis dedos, retorciéndolo y chupándolo. Lo se, es una mala costumbre, pero no puedo quitarme, siempre lo he hecho desde que recuerdo… y siempre en momentos de gran nerviosismo, como ahora.
Yo no debería estar así, no deberíamos, pues nosotros no somos los protagonistas, pero es la primera vez que contemplamos una graduación de nuestros compañeros. No será la ultima que veamos, ya que hasta que nos toque el turno, todos los que están por delante de nosotros pasaran por ello, pero aun así, todos los de primer año (como yo) estamos nerviosos e intrigados por lo que sucederá hoy.
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Con la mirada recorro una y otra vez la mesa de mi casa. Estoy en Gryffindor, como casi todos los de mi familia. Desde tiempos inmemoriales los Weasley siempre han quedado en esta casa. El valor nos caracteriza, el arrojo y la amistad sin límite nos acompaña. Eso fue lo que nos distingue de los demás. Pero como en toda afirmación hay una excepción, también aquí existe, y es mi primo. Lo distingo muy bien, su cabello destaca sobre todos los demás. Esta en la mesa de Slytherin. Antaño, estas dos casas fueron enemigos irreconciliables, pero ahora existe un pacto no escrito de tolerancia y cooperación entre ellos y nosotros. ¡Quien lo diría hace años!
Además, aparte de que él es el único perteneciente a la famita Weasley en estar en una casa distinta, también es el único en no poseer el característico pelo rojo que nos hace irreconocibles. Es rubio, como su padre. Ni él, ni yo, ni nadie de nuestra generación lo conoció, murió antes de que naciera, protegiendo a su pareja, la futura madre de su hijo aunque no lo supiera. Murió en una noche de tormenta (como la de ahora, peor que la de estos momentos), murió el mismo día en que acabó la guerra más sangrienta y más feroz de toda la historia. Murió casi unas horas antes de que se desterrase el mal de la faz de la tierra para siempre. Ahora es cuando se conoce su historia, ahora es cuando se supo lo que sucedió en los pasillos a través de la historia que escribió su madre para que no se olvidara…. Y ahora es por eso que las dos casas ahora son tan compañeras. Nunca se había visto tal acto de sacrificio entre esos dos rivales.
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Observo como ríe, como se mueve, sin preocupaciones, sin nervios (no como yo, que todavía siento algo en mi interior). Veo como habla con el resto de los compañeros de su casa, como ríe los chistes, los comentarios. Como se animan entre si. Pero, a pesar de que muestra tan buen animo, se que por dentro esta enormemente triste, ya que la tormenta le recuerda la muerte de su padre. No lo conoció, pero eso no importa para sentirlo, para no observar ese deje de tristeza en sus ojos, disimulado entre capas y capas de protección. Yo le conozco muy bien, por algo somos muy cercanos en edad, y se lo que siente cuando el cielo esta tan abrumador y negro, tan amenazador y tan tormentoso. A él también le queda algún tiempo para dejar la escuela, ya que esta en su tercer curso. Es dos años mayor, y yo soy, de momento, la única hija de Bill Weasley, la única chica de esta generación Tengo muchos primos más, pero todos son muy pequeños todavía.
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Miro ahora hacia la mesa de los profesores, ahí se encuentra una representación de mi familia. Están mis tíos: Ginny, Ron y Hermione. Estos dos últimos se cogen fuertemente la mano entre si, apoyándose, animándose y resistiendo, sin poder, que las lagrimas fluyan. También se lo que les sucede, se han juntado sus dos mayores pesadillas en un día: graduación y tormenta. Conozco toda la historia (como conozco también la de mi primo) y yo también estaría así si hubiera perdido a un amigo cercano justo en el mismo momento en que terminara la escuela, después de siete años justos, y con toda la vida por delante.
Ron no es profesor, como el resto, él solo se encuentra aquí desafortunadamente por hacer un favor, una sustitución de ultima hora de la profesora de vuelo… y por eso ahora esta en la ceremonia, y por eso esta ahora llorando al recordar…
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Siento que alguien me esta mirando profundamente. Son de esas miradas que sientes, no como las superficiales que tenemos normalmente, como las que existen ahora, en los instantes antes de la ceremonia. Esta es diferente, por eso me doy la vuelta y descubro de quien procede.
Lo intuía, es mi prima. Abby me observa atentamente desde la mesa de su casa. Si no fuera porque nuestros padres y madres son diferentes, bien podríamos ser hermanos. Somos idénticos en personalidad y vitalidad. Creo que ella sabe bien lo que pienso en estos momentos, aunque me esfuerce en disimularlo con bromas y risas con mis compañeros y amigos.
Le hago un gesto leve con la cabeza, para indicarle que he entendido su mirada. Me responde de igual manera, y no paso por alto el mechón de pelo que tiene en su boca. Esta nerviosa. Yo también lo estoy, siempre lo estoy en estas fechas. Siempre siento una gran tristeza en estos últimos días de curso. Mi interior se invade de pesar y de abatimientos, de honda tristeza que siempre oculto profundamente en mi interior.
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Respondo automáticamente a mi acompañante. Intento seguir siendo el que soy, pero estos días son los que más esfuerzo hago por actuar, por aparentar algo que no siento, por representar un papel, por no mostrar mi debilidad… pues en estas fechas se cumple el aniversario de la muerte de alguien muy querido por mi, por mi padre. No le conocí, murió antes incluso que supiera que yo existía, pero eso no me impide que le quiera, que le añore, que le eche de menos, que sienta una profunda tristeza en estas fechas.
Todo el mundo me dice que soy igual que él, el mismo aspecto, el mismo pelo: rubio, aunque algunos reflejos rojizos delatan a la familia de mi madre. Me siento orgulloso de esto, pues él se sacrifico para que mi madre no muriera, que tuviera un futuro (cosa que a el se le negó por una mortífera maldición)… y también, ahí empezó el acercamiento entre estas dos casas rivales desde siempre, y ahora casi hermanas.
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Miro a la mesa de los profesores. Se que mi madre esta aguantando a duras penas las lagrimas (como siempre por estas fechas) y me sorprendo un poco de ver que las dos personas que tiene a su lado lloran en silencio. No me acordaba ya de que significaba este día para ellos también.
Todo el mundo perdió a alguien en esos días de final de la guerra. Todo el mundo lloró amargamente la muerte de algún ser querido, todo el mundo se apenó y entristeció de la barbarie causada. Todo el mundo lloró, de alguna forma, la marcha de alguien… pero, a cambio, se ganó un nuevo comienzo y un nuevo amanecer libre de todo mal.
El futuro fue mejor a partir de aquel día de tormenta cuando ocurrió la batalla final… pero algo empañó la alegría de la victoria… alguien desapareció, se marchó, alguien que nadie esperaba y por eso están ahora ellos dos llorando al recordar.
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No había conocido nunca una tormenta tan fuerte como esta. Bueno, si, cuando sucedió todo, cuando ocurrió la batalla final, cuando el mundo cambio a mejor, y cuando el final de su historia empezó a escribir sus ultimas palabras.
Con el paso del tiempo he aprendido a aceptar la realidad, que desapareció para no volver jamás. Muchos de nosotros, al principio, todavía esperábamos que apareciera, que todo hubiera sido una leve y corta marcha para luego volver… de eso hoy hace 14 años.
Lo recuerdo muy bien, los primeros momentos de incredulidad ante lo sucedido, las primeras muestras de duda, las primeras… "aceptaciones" Yo he sido de los últimos en ceder ante las evidencias… me negaba a aceptar que Harry había desaparecido para siempre, pero los días, las semanas, los meses y finalmente los años pasaron… y el no aparecía.
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A veces, cuando estoy en mi cabaña, en las orillas del bosque, junto a Fang, recuerdo todos los momentos que hemos pasado juntos. No fueron muchos, pero si los suficientes para conocer a un muchacho con unas ganas increíbles por la vida, por la magia y por hacer lo que era lo correcto. Recuerdo los primeros momentos en que le vi, no parecía asustado, a pesar de encontrarse con un ser el doble de grande que un hombre (no como su primo que temblaba asustado). En ese instante ya percibí su valor, sus ganas de enfrentarse a lo que fuera lo que le deparase el futuro. Es tan difícil de aceptar que sólo pudiese disfrutar de siete años más desde ese día en que descubrió quién y que era.
El paraguas que lleve (y donde están escondidos los trozos de mi varita) todavía está arrinconando en un rincón de mi casa. Lo cojo y, cerrando los ojos, recuerdo su aspecto ese primer día de nuestro encuentro. Cuánto tiempo ha pasado ya desde aquello. Con tristeza siempre lo vuelvo a dejar en su sitio. No quiero recordar, no quiero volver a pensar que la vida, a veces, es muy injusta con algunas personas.
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Y ahora, después de tanto tiempo y por causas del ciego azar, ha coincido todo, esos hechos marcados a fuego en nuestros corazones: una graduación en la fecha exacta de su muerte. Y, por si no fuera suficiente, una tormenta tan fiera y terrible como la de la batalla final.
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Todo el mundo que le conocía bien, coincidimos que, desde entonces, desde la batalla donde derrotara a Voldemort, no fue igual. Algo dentro de él cambio, pero a nadie se lo quiso decir. A nadie. Ni siquiera a sus mejores amigos que hoy están aquí, cerca de mí llorando en su aniversario. Era algo que se notaba, pero que no se podía explicar, un brillo en sus ojos, una sensación extraña, un algo que le envolvía…
Después de todos estos años seguimos sin ponernos de acuerdo, cada uno percibía algo distinto.
Yo creo que era algo que sabia, pero que no nos lo quería decir. Era como si supiera que pronto nos abandonaría pero que no quería hacernos sufrir y por eso no lo compartía, era así de bondadoso.
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Desde mi asiento veo la ceremonia llegar a su punto más emotivo, la entrega de los diplomas que acreditan la graduación. Uno a uno los adolescentes que han terminado se levantan y recogen el pergamino de manos de la directora. McGonagall sonríe al felicitarles al darles la mano. Ella es la que ocupa el cargo más alto desde la muerte de Dumbledore, acaecida en la batalla. Es extraño, después de tantos años, todavía no consigo olvidar los gestos y las palabras que pronunciaba él cuando llegaban los jóvenes de dieciocho años a su altura y hacia lo mismo que hace Minerva ahora.
Yo nunca llegue a graduarme, funestos hechos los impidieron. Pero, a pesar de ello, no me rendí nunca y siempre estuvo Albus allí, apoyándome y animándome a que hiciera algo con mi vida, que no desfalleciera aunque todo estuviese en mi contra, que luchase por lo que quería conseguir…. A él le debo este asiento en la mesa de los profesores y el puesto de profesor de Cuidados de las Criaturas Mágicas.
Dos figuras muy importantes desaparecieron de nuestras vidas en un muy corto espacio de tiempo. Dos magos tremendamente excepcionales a su manera. Dos magos a los que nunca podremos olvidar.
Siempre estaremos recordándoles…
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La ceremonia ya se acaba. Los últimos alumnos están ya caminando para recibir su merecido diploma. Han sido siete años de duros trabajos que se resumen en ese pergamino que ahora recogen de las manos de la directora.
Recuerdo, como si fuera ayer, la primera ceremonia de este tipo que presidio McGonagall. Fue precisamente a nosotros, nosotros fuimos los primeros, y estrenaba el cargo, pues pocos días antes sucedió lo que todo cambió: la batalla y el fin de la guerra.
Entonces había muchos sitios vacíos en las mesas, gente que murió defendiendo el castillo, defendiendo las cosas que creía, y sobre todos, defendiendo el bien y la bondad. Murieron para evitar que el mal ganase y, por su valioso sacrificio, nosotros ahora tenemos un futuro hacia donde mirar.
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Veo los últimos en pasar, los últimos en recoger los diplomas, y distingo entre ellos a aquel que dará el discurso de despedida, un homenaje que hacen los alumnos para dar gracias a los profesores por todos esos años dedicados. Siento un pinchazo en el corazón al recordar quien tuvo ese honor en nuestro año.
Bajo la vista, no quiero escuchar, no quiero recordar. No quiero revivir de nuevo aquel discurso de homenaje a los profesores que, poco a poco y sin que nos diéramos cuenta, se convirtió en un homenaje a Hogwarts, al resto de los alumnos, a la magia… un tributo a todo lo que había disfrutado y vivido… y su despedida, aunque de eso nos dimos cuenta unos minutos mas adelante…cuando desapareció de nuestras vidas totalmente.
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Hermione me aprieta fuerte la mano, sabe en que estoy pensando. Me conoce muy bien y sabe que, en estos instantes, yo no estoy aquí, no estoy en ninguna parte.
Ella es fuerte, tiene que serlo, por mí, por nuestra hija, por el niño que viene de camino. Si, ya sabemos que es un niño, un sano y fuerte niño que continuamente esta dando patadas y haciéndose de notar en su barriga de seis meses. Hoy estàextrañamente, calmado, como si supiese nuestro dolor en esta fecha, como si supiese lo que pasa. Todavía no sabemos que nombre ponerle. Hemos barajado muchos, hemos pensado en muchas posibilidades, pero, como si fuera un pacto, ninguno de los dos hemos sugerido su nombre, el nombre del amigo que se fue.
Se que Hermione piensa que no volverá. Todos lo hacen… excepto yo. Yo todavía pienso que está en alguna parte y, cuando sea, da igual tarde o temprano, volverá.
Si, todavía lo pienso a pesar de que hoy, exactamente hoy, hayan pasado catorce años de su marcha.
No desfallezco en mi lucha por conservar el recuerdo. Fue un gran amigo, una gran persona y yo siento, en lo más profundo de mi corazón, que mientras crea muy fuertemente en su regreso, este se producirá algún día, pero que, si lo pierdo, si me rindo y desfallezco, si dejo que la llama de la esperanza de apague, entonces si que no podrá suceder, que no podrá regresar.
Lucharé.
Luchare hasta que no pueda más.
Lucharé por conservar esta esperanza en mi corazón.
…. Y espero que sirva.
……………Se que lo va a hacer.
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Muchas gracias por leer.
Dentro de, aproximadamente, una semana, un nuevo capitulo.
Besos miles.
Lady Lily
