Saludos :D
Lo siento por retrasarme (tenia el capitulo preparado desde hace dias) pero, entre unas cosas y otras, pues se demoro un poquillo :P
En fin, que ahora si tienen un nuevo capitulo.
Espero que les guste
Besos miles
Por cierto, las contestaciones a los reviews estan al finalizar el capitulo (muchisimas, muchisimas, muchisimas gracias a todas las personas que dejan algun pequeño comentario, estoy muy agradecida por ello :D)
Capitulo 6: "¡Maldito!"
Los últimos alumnos de séptimo avanzan y recogen el diploma que les acredita de su graduación, de la terminación de los estudios en el colegio. La directora McGonagall tiene un gesto para cada uno, un asentimiento, una leve inclinación. A todos y cada uno les conoce muy bien, han pasado siete años juntos, entre las paredes del castillo, enseñándoles magia, aprendiendo vida. Todos ellos tienen un pasado, un presente, y ahora un futuro delante suyo. Un futuro al que mirar, un futuro lleno de paz. Las desgracias se han quedado atrás…
Minerva sonríe, aunque, en su interior, no deja de sentirse triste por la situación en la que se encuentra. Da la mano a los alumnos, aunque le hubiera gustado no ser la protagonista directa, estar en la mesa de los profesores mirando como otro lo hacia… como siempre lo hacia el anterior director: Albus Dumbledore. Sonríe a pesar de que la tristeza le invade por dentro. Tiene que fingir, tiene que demostrar fortaleza a pesar de lo sucedido, tiene que demostrar que todo esta bien ahora…
Da la mano a los alumnos, a los pocos que hay de séptimo.
Este año hay muy pocos. Muchos sitios vacíos se han quedado. Muchos asientos sin su dueño desde la batalla. Muchos pergaminos se quedaran encima de la mesa sin ser entregado a su dueño. Muchas vidas han sido destrozadas antes incluso de poder empezar a vivir.
Han pasado sólo dos semanas desde aquello, pero todavía no han podido recobrar la normalidad.
Ve pasar los rostros de aquellos que sobrevivieron, muchos tienen el alma en pena, pues saben que disfrutan de un privilegio que muchos de sus compañeros nunca lo harán. Están muertos. Murieron en la batalla final, defendiendo el colegio, no dejando que el mal lo inundase.
Al final el bien ganó, pero ¡a que precio, llevándose la vida de muchos magos y muchachos que recién empezaban a vivir en plenitud la vida.
Muchos sueños se rompieron, muchas vidas cambiaron a partir de ese momento.
Y, la primera, ella. Minerva McGonagall se había convertido, de la noche a la mañana en directora del gran colegio de magia y hechicería llamado Hogwarts.
No era que no le gustase el puesto, siempre había querido apoyar a los alumnos, ayudarles a encontrar su camino… siempre había deseado estar en el puesto en el que estaba ahora… pero, a pesar de todo ello, sentía pena por esta ahí, por la forma de conseguirlo. Añoraba al anciano director. Añoraba el brillo de sus ojos cuando un alumno recién graduado le daba la mano. Añoraba el recuerdo de cómo ayudaba, en sus primeros días, a todos y cada uno de los alumnos…
Cuando se dio cuenta de que empezaba a perderse en sus recuerdos, ya iba por los últimos diplomas. En sus manos quedaban tan sólo tres pergaminos, y la ceremonia terminaría pronto… hasta el siguiente año.
Ahora era ella la máxima responsable del colegio: tenia que permanecer segura y transmitirlo a los demás… tal y como hacia Dumbledore cuando vivía.
No le hacia falta leer los nombres de las tres personas que quedaban, ella lo sabia bien.
Al menos, le alegraba que los tres hubieran sobrevivido a la batalla, les tenía mucho aprecio y sabia que todos y cada uno de los componentes del trío era especial, tremendamente especial.
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Primero pasó el pelirrojo.
Ya no era aquel niño asustadizo que subió tembloroso a probarse el sombrero seleccionador. No, ahora era un hombre hecho y derecho. Un joven con las ideas claras y sabiendo que, hiciese lo que hiciese con su vida, si estaba orgulloso de si mismo, lo demás no importaba. Ya no le interesaba destacar sobre los demás, había conseguido encontrar el camino a la felicidad.
Ronald Weasley cogió el pergamino de la directora y de su anterior jefa de casa.
Si, estaba tremendamente orgullosa de él.
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A continuación subió la única mujer del trío.
¿Que decir de ella? Siempre le había sorprendido la tenacidad con la que estudiaba y se sumergía en los libros, llegándose a cuestionar ella, su profesora, si el sombrero seleccionador se había confundido por única vez… pero no, hubo muchos sucesos que demostraron que en el interior de la muchacha se escondía una verdadera Gryffindor. Su valor estaba bastante demostrado, a pesar de refugiarse continuamente entre las páginas de los libros.
Sonrió abiertamente cuando a Hermione Granger le entregó el diploma.
Se sentía, también, tremendamente orgullosa de aquella muchacha.
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Y, por ultimo, pero no menos importante, subió el ultimo miembro del trío.
Ahí si que no tenía palabras para describir totalmente cuantos sentimientos le albergaban cuando le vio acercarse a recoger el diploma de la graduación: orgullo, cariño, esperanza…. Muchos, muchos sentimientos entremezclados. Para ella no era el-niño-que-vivió, para ella no era aquel que había derrotado al mayor mago oscuro de todos los tiempos, para ella no era un héroe, no era un salvador… para ella, sencillamente, era Harry Potter. Un muchacho con una vida llena de sufrimiento y dolor y con un futuro por delante que vivir. Para ella era uno más sencillamente… pero eso si, especial en muchos sentidos.
Ahora, al terminar la guerra, al retornar a la paz, ya podría vivir la vida tranquila y placentera que se le había negado desde aquel día fatídico de Halloween, cuando las vidas de sus padres fueron arrebatadas. Ahora ya podría disfrutar de un futuro totalmente libre de cualquier problema y mal.
Estaban frente a frente.
Le estrechó la mano fuertemente, tal y como había hecho con las demás personas, aunque quizás ahora lo hiciera con más sentimiento, con más fuerza pues él había sido como un hijo para ella.
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La ceremonia llegó a su punto más emotivo: cuando un alumno, elegido por sus compañeros, daba el discurso de homenaje a los profesores que, año tras año (y así hasta completar los siete), les habían enseñado a utilizar la magia, a aprender a vivir…
El ultimo en recoger el diploma se dirigió hacia el lugar habilitado para el discurso. Él había sido el elegido, el que sus compañeros habían decidido que fuera quién pronunciase aquellas palabras.
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Harry se situó frente al resto del comedor. Sus ojos recorrieron uno por uno a los profesores que se sentaban en la gran mesa, justo a su derecha. Después, y antes de empezar a hablar, su mirada fue posándose en cada una de las mesas que tenía enfrente. Casa por casa observó los rostros de las personas, y casa por casa recordó a quién pertenecían los lugares vacíos que se encontraban por doquier.
Por ultimo llegó a la que había sido, hasta entonces, su casa, a Gryffindor. Allí estaban, sus compañeros de casa, sus compañeros de clases, sus compañeros de habitación… sus amigos. Todos mirándole y esperando que empezase para, después, celebrar con alegria aquel día.
No pudo dejar de notar el nerviosismo en su interior, un nerviosismo diferente al que tenían todos ellos… y notó también algo más, una profunda tristeza, un tremendo abatimiento por saber que ese, el día más importante y feliz de todos, se convertiría en lo contrario… sobretodo a aquellas dos personas que le habían precedido en la entrega de diplomas y que ahora miraba fijamente, intentando que así, las pocas fuerzas que le quedaban, pudieran serle de utilidad. Podía echarse atrás, cambiar su decisión, pero ello acarrearía fatídicas consecuencias… para todos. Su destino ya estaba decidido desde hacia días, y si había conseguido un poco más de tiempo, había sido por ellos, por disfrutar de lo que una vez se prometieron. Sabia que lo que sucedería a continuación les iba a doler y de que manera (puesto que les conocía a la perfección, y sabia que nunca se lo perdonarían) pero estaba decidido, no podía echarse atrás. Por ellos, porque disfrutasen de un futuro lejos de toda maldad.
Interiormente les pidió perdón por lo que iba a hacer y apoyándose silenciosamente en las personas que veía, en sus amigos, en sus hermanos de vida, empezó el discurso, empezó su despedida…
-Estos siete años los hemos pasado rodeados de profesores que se esforzaban en transmitirnos su sabiduría, que se esforzaban en enseñarnos que hay que superarse día a día, e intentar ser una mejor persona. Estos siete años los hemos pasado rodeados de compañeros, gente que estaba a nuestro lado, personas que estaban ahí, silenciosamente, apoyándonos y animándonos a continuar. Muchos de ellos ya no están, se sacrificaron para darnos a todos la oportunidad de un futuro – calló un instante y oyó el silencio que invadía el comedor, un silencio lleno de tristeza por las personas que no estaba allí para disfrutar de los frutos de la paz – En estos siete años, todos y cada uno de nosotros hemos comprendido lo que significa amar la vida, la amistad, las ganas de superarnos cada día, a darnos cuenta de que la magia lo rodea todo, incluso nuestra propia existencia….
.>>.La vida ha sido maravillosa en el colegio, una experiencia irrepetible, pero, como todo lo bueno, se acaba en algún momento. Hoy ha llegado la hora de decir adiós a los muros de la escuela donde todos hemos crecido, tanto física como psíquicamente. Ya no somos niños temblorosos y con miedo, ahora nos hemos convertido en hombres y mujeres con un futuro por delante, con oportunidades jamás imaginadas y con un montón de cosas por hacer – Harry sintió como se le formaba un gran nudo en su estomago… sabia que llegaba el final – Y ahora, ahora tenemos que despedirnos de las clases donde aprendimos cosas que jamás habíamos imaginado, de los profesores que nos enseñaron materias que no sabíamos que existían, de los pasillos, de la sala común donde pasamos grandes ratos, de los dormitorios donde descansamos tanto… Nos tenemos que despedir de todo el castillo, al que, yo por mi parte, he considerado mi hogar y de vosotros, de los profesores y compañeros a los que hemos considerado hermanos, "familia"
.>>.Y ahora, después de estos siete años transcurridos aquí, entre las paredes de la escuela, es cuando me doy cuenta de que todavía me queda mucho por aprender, pero que lo más importante, lo más básico, ya esta en mi interior. Vosotros – se volvió hacia la gran mesa que presidía el comedor –profesores, nos habéis enseñado a vivir…
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Un gran aplauso inundó el comedor cuando las últimas palabras fueron dichas: había sido un discurso emotivo, lleno de sentimientos, donde cada uno de los que escuchaba se había sentido reflejado en las palabras, todo compartían aquel sentimiento de melancolía por abandonar el lugar donde habían sido tan felices y donde habían vivido durante unos siete maravillosos años. Y, todos y cada uno, agradecía a los profesores el haberles enseñado a vivir, a ser mejores personas.
Quizás fue por eso, por las lágrimas que les había arrancado las palabras, que todo el mundo pensó que la persona que había pronunciado el discurso lloraba silenciosamente por lo mismo… no sabían que se debía a otra razón bien distinta.
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Los aplausos siguieron sonando cuando Harry bajo de la mesa de los profesores, después de estrechar emotiva y fuertemente la mano a cada uno de los que allí se sentaban. Lo hacia en su nombre y en nombre de sus compañeros. No era su mano, era la de todos sus alumnos que, en ese día, dejarían la escuela.
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Se dirigió entonces a su mesa, al lugar donde se encontraban sus compañeros y amigos… y paró enfrente de ellos. El ruido de los aplausos seguía a su alrededor.
- No os preocupéis por mí. Siempre estaremos juntos – dijo a sus dos "hermanos" mientras les daba un fuerte abrazo. Nadie más que la persona que se encontraban al lado pudo oír esto.
Después, y dejando a sus dos mejores amigos con el rostro lleno de duda, pues no sabían que significaba aquello, Harry se dirigió a la joven pelirroja y también le dijo unas misteriosas palabras… frase que ella comprendería más adelante, cuando supiese que llevaba una nueva vida en su interior.
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Tras estas enigmáticas palabras, y todavía con el ensordecedor aplauso que dirigían a los profesores, se dirigió hacia las puertas el comedor. Fue entonces cuando el ruido cesó de repente y todas las miradas se dirigieron hacia él, como un imán irresistible todos y cada uno de los presentes seguía su lento pero incesante caminar hacia la salida.
Harry, ajeno a lo que le rodeaba, se concentraba cada vez más en lo que iba a hacer. No seria difícil, ya lo había hecho una vez, pero ahora… suspiró, no iba a ser fácil. Intentó no pensar en nada más que no fuera lo que iba a hacer, no pensar en sus amigos, no pensar en nadie, no pensar en el futuro… no pensar, no pensar…
Quiso caer, arrodillarse y suplicar, pero por mucho que, en su interior, quisiese cambiar todo lo que iba a suceder, sabia que tenia que ser así… y también sabia que nunca se lo perdonarían… sobretodo Ron, habían hecho una promesa hace tiempo y él la iba a incumplir.
-"Lo siento" – murmuraba una y otra vez mientras veía las puertas del comedor acercarse – "Lo siento, lo siento mucho" – sacó su varita, sabía lo que tenia que hacer. Con lagrimas en los ojos, miró hacia donde se encontraban sus amigos y murmuró antes de pronunciar el hechizo… y desaparecer… – "Perdonarme… por favor"
oooooooOOOOOOOOOoooooooooo
Ron ya no pudo más, los recuerdos se amontonaban en su mente, y, en cuanto el último alumno de séptimo curso recogió el diploma de manos de la directora, se levantó y, corriendo a través de las mesas (para asombro de todos los profesores y de los alumnos presentes en la graduación) salió del comedor.
.-.
Corrió y corrió desesperado hasta que, cansado y agotado, se dejó caer en medio del bosque, con el cuerpo dolido y el alma rota de pena. Dejó que la lluvia cayese sin descanso sobre él, mezclándose con las lágrimas que salían de su rostro. No sentía la lluvia, no oía el rugir de la tormenta, no veía los relámpagos, ni oía los truenos… nada más que sentía el dolor en su interior.
Por mucho que hubiesen pasado años y años, aquella noche estaba grabada a fuego en su interior, aquellas ultimas palabras, aquellos últimos gestos, aquellas ultimas miradas… todo ello lo recordaba cada noche sin descanso… y hoy… después de catorce años… después de ver un trozo de graduación en el colegio…
No había podido soportarlo más.
Tenia que salir de ahí, de la pesadilla que se hacia realidad.
Había sido un instante, un solo segundo, pero que bastó para no querer permanecer más en la ceremonia. Había sido cuando recordase las palabras que había pronunciado él, su discurso… y justo entonces se había dado cuenta del verdadero significado que tenían aquellas palabras, de lo que significaban realmente… se dio cuenta de… algo…
.-.¡.¡.¡Maldito!.!.! – gritó al oscuro día, al oscuro bosque, a todo y cuanto le rodeaba - ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¿Por qué no me lo dijiste?.!.!. ¡.¡.¡Maldito Harry!.!.!. ¡.¡.¡Nosotros podríamos haberte ayudado!.!.!. ¡.¡.¡Lo sabes muy bien!.!.!. ¡.¡.¡Hermione y yo siempre estábamos a tu lado!.!.!. ¡.¡.¿Por que no quisiste que te ayudáramos?.!.!. ¡.¡.¡Podíamos haber hecho algo!.!.!. ¡.¡.¡Harry!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.! – sus manos chapoteaban con desesperación en los charcos que se habían creado a su alrededor mientras gritaba y gritaba cada vez más fuerte - ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¿Por qué no nos dijiste nada?.!.!. ¡.¡.¿Por qué no me lo dijiste?.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!.¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldito!.!.!. ¡.¡.¡Maldita sea!.!.!. ¡.¡.¿Por qué no nos dijiste nada?.!.!. ¡.¡.¿Por qué no me lo dijiste?.!.!. ¡.¡.¿Por qué incumpliste nuestra promesa?.!.!. ¡.¡.¿Por qué te fuiste para no volver?.!.!
Sus gritos se mezclaban con el ruido creciente de la tormenta, con el devastador rugir del cielo, más no le importaba, sólo quería gritar y gritar, desahogar su alma, dejarse la voz en el intento no le importaba, sólo quería dejar salir su dolor…
¿Por qué no había comprendido hasta entonces el significado oculto en las palabras, en el discurso?
Ciega amistad. Que ciego había estado, que poco había querido ver más allá. Estúpido¿cómo no se había dado cuenta hasta entonces. ¿Cómo?. ¿Cómo…?
.-.
La ropa se le pegaba al cuerpo, no la sentía, no sentía nada, nada que no fuera su dolor, sus lágrimas caer por su rostro. Su garganta, quebrada de tanto gritar, le dolía bastante… Todo su cuerpo le dolía, pero lo que más era el alma, esa si que estaba rota…. deshecha
Con la poca voz que le quedaba logró pronunciar una última palabra antes de desmayarse sobre el suelo mojado, mezcla de lluvia y de lágrimas amargas…
.-.Maldito
.-.
¡Qué poco sabía él que alguien que conocía muy, pero que muy bien, observaba su desesperación, y deseaba poder solucionar todo cuanto antes!
Harry, fiel a la promesa que había hecho antes de marcharse, seguía estando al lado de sus amigos, siempre habían estado juntos (aunque ninguno de ellos lo supiera), de una forma u otra lo habían estado.
Se sentó al lado de la figura inmóvil del pelirrojo, sin sentir la lluvia, sin sentir las gotas que caían a su alrededor, no sentía nada… Se sentó y rozó una de las manos, aquella donde estaba el anillo que demostraba la unión que tenían ahora sus dos amigos. Si, siempre lo había intuido, siempre había pensado que acabarían juntos… y no se había equivocado, formaban una pareja perfecta en todos los sentidos.
Cómo había deseado poder compartir aquellos momentos inolvidables en sus vidas, como había deseado ser él uno de los testigos de la boda, como había deseado ser el padrino de su primera hija… cuantas cosas había trascurrido y cuantas había visto, siendo él tan sólo un espectador, sin poder intervenir. Cuantas lagrimas derramadas cuando veía como la desesperación se apoderaba de todos y cada uno de los que conocía, y aceptaban, irremediablemente, su marcha, su "final"… excepto su mejor amigo, aquel que estaba ahora, desmayado, junto a él.
.-.Ron, por favor, no dejes de creer en mi regreso. – dijo, aunque sabia que no podía oírle, que estaba en un espacio donde las palabras no se escuchaban… nunca llegarían a su amigo, pero no por ello dejo de hablar - Ahora tu eres lo único que me mantiene en el lugar donde estoy… si dejas que la desesperación se apodere de ti, si dejas que esa esperanza de tu corazón se apague… entonces… entonces… - no pudo continuar hablando, pues un ruido le llamó la atención, una figura venia corriendo bajo la débil lluvia que caía ahora, una persona que conocía.
Hermione se acercaba sin importarle nada más, sin importarle la lluvia o el viento, sin importarle nada más que Ron. Por ello, ya se tenia que marchar, irse… no podía quedarse más…no podía dejar que nadie le viera… todavía…
.-.Por favor, Ron, perdóname de nuevo – dijo antes de desaparecer entre las gotas de lluvia.
Por favor... no me maten (basicamente porque si no, no podre continuar con la historia, jeje)
Besos mil y gracias por leerme (y tambien muchisimas gracias a las personas que dejan sus valiosos comentarios, muchas gracias :D)
Contestaciones a los reviews (capitulos 4 y 5)
.>.cervatilla.>. Muchas gracias! (por este y por todos los mensajes que me has escrito) No sabes lo feliz que me hace ver que lo que escribo gusta tanto. Espero que te siga gustando la historia. Besos miles (y de nuevo, muchas gracias) Nos vemos.
.>.sarah-keyko.>. Muchas gracias a ti tambien por leer la historia, muchisimas gracias. Y si, ahora voy a continuar con la historia hasta que termine, suficientes meses ha estado esta musa dormida, y ahora esta hiperactiva y con ganas de terminar :D Espero que te siga gustando el fic. Muchos besosss.
.>.ophelia dakker.>. Hola, muchas gracias por el comentario (aunque cortito, si que has captado un poquillo del sentimiento del fic) Si, es un poco triste… pero es que tiene que ser asi, lo siento… Muchos besos y espero que te siga gustando el fic (a pesar de lo triste que es) Ciao
Pd: Hay cierta parte del "discurso de graduacion" que esta muy basada en cierta parte de otro de mis fics (disculparme, pero es uno de mis favoritos, asi que es normal que lo recuerde mucho... a pesar de que fue de los primeros que escribí ;D)
Ciao y, de nuevo, gracias por leer!
