4. Adiós Seamus
Ginny y Draco hacia ya unos tres días que 'salian'… se dice 'salian' porque no se podían ver… Draco andaba con sus amigos cuando ella estaba sola y cuando él podía estar solo ella estaba con su hermano y compañía o con Seimus discutiendo aún.
A Draco no le gustaba mucho ver a Ginny junto a Seimus, pero de momento no podía hacer nada, hasta no hablar con ella.
Era una de esas mañanas que él había llegado temprano al comedor y ella estaba llegando a él… discutiendo como esos días a tras con Seimus. Ginny volteo hacia la mesa de Slytherin y vio a Draco, pero un chillido de Seimus pidiéndole atención hizo que ella volviera a entrar en la discusión.
"¡Por que puede estar con su ex? Ya se, ya se… solo discuten… ¡pero es que esta más tiempo con él que conmigo!" pensó mientras al poner mantequilla a una tostada, ésta se rompió de la fuerza que hizo con el cuchillo de untar… La tostada salió disparada.
¡Mierda!- dijo él aun más enfadado…
¡Draco!- dijo Pansy intentado limpiar una mancha de la camisa de Draco que se acababa de hacer con la tostada que salio por los aires…
Deja, deja… voy a cambiarme- y salió de allí.
¡Seimus, basta ya¿Oyes? Llevamos dos días consecutivos discutiendo por las mañanas… y antes ya lo habíamos hecho, es decir que en cuatro días hemos discutido tres veces… a ver si lo entiendes…- Ginny chillaba cada vez más, porque Seimus estaba cada vez más pesado y ponía caras de asco y de no hacerle mucho caso, caras de tozudería, de niño que no quiere entender las cosas.- ¡Hemos A-ca-ba-do!- le deletreó Ginny.- es decir… ¡Ya no hay nada¡Por lo tanto, haz tu vida sin que yo este en ella, deja que yo viva mi vida!- Seimus se había puesto de color morado de la rabia que tenia.- Seimus- dijo ella comprensiva.- por favor…
En ese momento llegó el correo y a Seimus no le dio tiempo ha contestar. Un búho negro se plantó en medio de ellos dos estirando el pico, con una carta, hacia Ginny. En la carta ponía en mayúsculas: "JULIETA". Ginny sin evitarlo se puso nerviosa, miró a Seimus, a la carta y volvió a mirar a Seimus y a la carta, marchando finalmente hacia un aula vacía.
Ginny, esto no puede continuar así, no te veo y cada vez que te miro estas con Seimus. Necesito verte… Quiero abrazarte, mirarte a los ojos de cerca, no de lejos como estos días…
Te espero esta noche a las ocho en el lago.
Te quiere tu Romeo
Cuando Ginny acabo de leer la carta se puso roja, apretó la carta hacia su pecho i afirmó tontamente, como si Draco estuviera ahí delante.
Ginny olvidó el almuerzo y subió a la habitación para responder a la carta de Draco con un simple: "ahí estaré".
¡Por fin se han acabado las clases!- dijo Ginny saliendo de su última clase del día.
Se te ve contenta…- dijo Luna Lovegood, que se puso a su lado.
Pues, si…- dijo Ginny escondiendo un poco su alegría, dentro de poco vería a Draco.
¿Qué tal llevas lo de Seimus?
¿Cómo que como lo llevo?
Pues el que te haya dejado…- dijo Lovegood parándose donde Ginny lo había hecho.
Pero… pero si fui yo quien…
Pues la gente dice lo contrario.
¡Como que la gente dice…!- Ginny en ese momento vio a Seimus, hablando con Ron de alguna cosa.- Luego nos vemos.
Y fue ha paso acelerado hacia ellos dos, que ni siquiera la habían visto. Mientras andaba la gente se apartaba molesta por sus golpes, pero ella no dijo nada.
¿Seimus Finigan, se puede saber que narices está pasando!
¿Qué esta pasando de qué?- dijo el chico sorprendido. Ron se la miró extrañada.
¿Ese rumor de que tu me dejaste a mi?
A eso…- el chico sabía de que iba, porqué se puso nervioso al oír esas palabras.
¡Sí, eso!
Pues, es que… veras…
Mira me da igual, pero esperaba que fueras menos… como decirlo… materialista. Creía que según tu, lo que opinaran los demás era igual.-Ginny miró de arriba a bajo a Seimus - Bueno¿sabes qué?… me da igual, yo sé como eres y te prometo que a mi, ni como amiga me vas a tener.
Giró y se fue.
Draco estaba tumbado en el sillón de Slytherin esperando el momento de verse con la pelirroja.
… entonces McGonagall hizo un gesto y envió al Weasley al despacho mientras él seguía rojo…
Pansy… ¿de que narices me hablas?- preguntó Draco al ver que Pansy hablaba con él y él no le hacia caso.
De lo que ha pasado antes en el comedor, cuando te has ido…
Aja…- Draco volvió a su mente y Parkinson se dio cuenta, así que se fue a hacer los deberes.
Las horas pasaron y llegó la hora de la cita. Ginny se fue de la Sala de Gryffindor. A esas horas estaba llena y nadie se dio cuenta de su ausencia. Bajo las escaleras más feliz que un niño cuando recibe su primer regalo de Navidad.
Llegó al Lago. No había nadie.
"Suerte que yo soy la que siempre llego tarde a todos sitios…"pensó. Dejándose caer al lado de la orilla. "¿Habré llegado demasiado pronto?" miró su reloj. "No, no… son las ocho y cinco."
Pasaron otros cinco minutos y la chica aún esperaba, cuando de repente la luz se apago. ¿La luz se… se apago? No, imposible. No había luz, era el cielo que lo iluminaba…
¿Quién soy?- la voz lo aclaró todo. Alguien le tapaba con unas manos finas y frías sus ojos.
Pues a ver…- ella jugueteo un poco, intentando tocar a la persona de detrás. Le tocó el pelo, la cara, los labios…- Pues…eres…Draco Malfoy.
El chico apartó las manos de sus ojos y acercó su cara a la de la chica.
Hola…
Sí que tardaste en venir…- dijo ella haciéndole notar que había estado preocupada.
Ya… perdón, es que el profesor Snape…
No, no pasa nada.
Draco se sentó a su lado y la cogió de la cintura. Y se quedaron así un buen rato hasta que el chico rompió el silencio.
Gin… -ella volteó hacia él -esto… No me gusta que estés tanto con Seimus… Se que habéis roto… pero… me da mucha envidia. Con él puedes estar y conmigo…
Tranquilo no estaré más. Hoy… hoy ya ha sido el colmo y lo he enviado…
¿Qué ha pasado?- Le cortó. Su tono había cambiado, era más serio que antes y ya es un decir.
Nada… que es diferente a lo que me mostró. Parece que… Parece que es mucho más idiota de lo que creía.
Ginny no lo notó del todo, pero Draco se enfadó bastante. Quería a Ginny y eso de Seimus… Ya empezaba a estar arto. Pasaba más horas él con SU chica que Draco y encima, la había engañado…
Draco…-Ginny le hizo volver.- ¿Puedo… puedo besarte?
El chico no respondió. Bueno no le dio tiempo, pues ella estaba casi encima de él y muy cerca, pero no se molestó, sino que se dejó llevar. Ella junto sus labios con los de él y él con los de ella. Draco abrió la boca de Ginny con sus labios y buscó con su lengua la de la chica, cosa que no le costó mucho esfuerzo, ella se había dejado ir. Estuvieron un buen rato ahí pegados.
Finalmente se separaron, Ginny apoyó su cabeza en el hombro de Draco y cerró los ojos. Sentía el aroma de Draco, la mano de él en su cintura y un silencio que solo se rompía por la pequeña brisa que allí reinaba.
Ginny…
¿Qué?
Sería mejor volver.
¿Ya?
Sí, hace un buen rato que habrá empezado la cena.
No quiero.
¿Qué?
No quiero separarme de ti.
Yo tampoco.
Un poco más.
Vale. Pero con una condición.
Dime.
Dame un beso.
Ginny rodeó el cuello de Draco y lo besó, él tenia los labios calientes.
Tienes los labios helados, Ginny. Si quieres te los caliento.
Vale.
Draco acercó a Ginny y le dio un apasionado beso.
¡Ginny! – Seimus le gritó al entrar en la sala común. – ¿Dónde has estado?
No te importa.
Sí que me importa.
¿Por qué?
¡Porque eres mi novia!
¿Qué yo soy que?
Mi novia.
Ginny rió con ganas sorprendiendo a toda la sala común que había estado escuchando la conversación.
Que yo sepa "tú" – dijo señalando este "tú" de forma sarcástica – me dejaste. ¡Ah no¡Perdón! Creo que quien te dejé soy yo, pero cierto estúpido decidió decir que había sido él. Desde luego Seimus no podías haber caído más bajo.
¡Tú si que has caído bajo!
¿Yo? – preguntó Ginny con incredulidad.
Sí, hablando con un Slytherin, y encima de una forma pacífica.
¿Qué te hace pensar que yo hablaba con él de forma pacífica?
Se nota.
¿Dos personas no se pueden insultar sin encima armar escándalo¡Pues a partir de ahora lo tendré en cuenta!
Sí, ya lo estoy notando.
¡Pues te jodes niñato¡Ya me tienes harta con tus celos¡Tú y yo ya no tenemos nada¡Haber si te queda claro, joder¡Eres un imbécil creído que todo lo quiere para sí¡No te importa lo que sienten los demás¡Tú y solo tú debes ser lo primero en todo! Te voy a decir una cosa. ¡No eres el puto centro del universo¡No siempre vas a tener a tus amigos para ayudarte en todo¿Sabes lo que creo ahora¡Que eres un miserable crío que no se sabe defender! – Ginny respiró profundamente – ahora si me permites me voy a mi habitación.
Lo siguiente que Ginny sintió fue como Seimus le cogía del brazo y la besaba, Ginny reaccionó lo apartó rápidamente y le dio una bofetada.
¡A TI NO TE HAN QUEDADO LAS COSAS CLARAS O QUE¡NECESITAS QUE TE DIGA QUE TE VAYAS A LA PUTA MIERDA!
Ginny se fue corriendo hacia la habitación, no se había tumbado ni en la cama cuando alguien picó a la puerta.
¿Ginny se puede? – era Hermione.
Sí.
No te vengo a decir nada sobre lo que ha pasado abajo, porque estoy de acuerdo contigo. Pero contéstame una cosa.
¿Cuál? – dijo mirándola y se percató de que llevaba una carta – ¿de quién es esa carta?
Lo mismo te quería preguntar yo.
Ginny de pronto miró a su mesilla abrió el última cajón y vio que la carta de Draco no estaba.
Ten – dijo Hermione. – Nadie sabe nada, excepto yo… pero… ¿estoy equivocada si digo que esa carta es de Draco?
Ginny no contestó.
Interpreto tu silencio como que he dado en el clavo.
Sí.
¿Por qué él?
Porque me hace sentir especial.
Entiendo. Es Malfoy, pero… buena suerte – dijo esbozando una sonrisa.
¿No vas ha decirme qué en Gryffindor hay chicos mejores?
Oh, no. Solo que no dejes que Malfoy haga bajar tus notas en picado. Y bueno, que si Dumbledore se enterase u otro profesor, ya os estarían diciendo que no lo mantuvieseis en secreto. Y lo mismo opino yo.
¿Qué…?
¿Qué hablo en chino?
No.
Me alegro por ti.
¿Sí?
Por supuesto.
A la mañana siguiente la noticia de la discusión entre Ginny y Seimus en la sala común a grito pelado había llegado a oídos de todos y para desgracia de Draco, se tuvo que enterar por Parkinson del beso que había sufrido Ginny en contra de su voluntad.
¡Draco!
¿Qué?
¿Te has enterado?
Es obvio que no – dijo Blaise Zabini mientras comía algo.
¿De que?
De la discusión de la Weasley con el idiota de Finigan.
¿Qué ha pasado?
Bueno, se podría decir que Ginny ha soltado más tacos que en toda su vida.
Exprésate mejor.
Mira Draco, – dijo Blaise – Ayer toda la sala común se enteró de que Seimus había dicho una mentira cuando dijo que él había roto con la Weasley, en realidad fue la Weasley la que le dejó a él. Bueno a Seimus no le gusto mucho su forma de criticarle y cuando ella empezó a subir para su habitación él la agarró y…
… La besó – dijo Parkinson tranquilamente. La taza que sostenía Draco en la mano se rompió en mil pedazos para sorpresa de muchas serpientes – claro que después recibió una buena bofetada de parte de ella.
Y más que va a recibir – dijo él levantándose justo cuando Seimus, con Ron y Harry, entraba al Gran Comedor.
Dra…
Yo esto no me lo pierdo – dijo Blaise levantándose de la mesa y siguiendo a Draco.
¡Finigan! – dijo Draco acercándose a él.
¿Qué?
¿Podemos hablar?
¿Hablar? Últimamente hablas mucho con los de mi casa. ¿Te estás volviendo blando?
¡Yo¡Ja!
¿Por qué estas tan alterado hurón?
Si no hubiese sido por Zabini que lo paró a tiempo Draco se hubiese tirado sobre Seimus antes de que éste pudiese reaccionar.
¡Cálmate Draco! – dijo Blaise.
¿Qué me calme?
¡Sí! Joder estamos delante de profesores.
Vaya Blaise es un gallina.
Durante esta conversación Harry y Ron se habían apartado uniéndose a Ginny y a Hermione que acababan de entrar.
¡Suéltame Zabini!
Sí, para que mates a Finigan.
Pues sí.
Nadie se había enterado de la entrada de Ginny, todos estaban esperando a que Draco y Seimus se pegasen. Hasta los profesores se habían quedado de piedra ante tal espectáculo.
¿Qué te pasa Malfoy?
¿Qué que le pasa? – esta vez habló Ginny.
Sí.
¡Pues que le va a pasar idiota!
Y yo que se.
Draco miró a Ginny y entonces se percató de que ella estaba dispuesta a no mantenerlo en secreto. Él asintió con la cabeza.
Pues te voy a decir yo que pasa, Seimus.
"¿La Granger lo sabe? Da igual." Pensó Draco.
¿Tú sabes que es lo que les pasa a estos dos? – preguntó Zabini.
Veo que no soy la única.
¿Quiere alguien decirme lo que pasa?
¡Pues que Draco y Ginny están saliendo¡Pedazo de imbécil! – dijeron Blaise y Hermione a la vez.
Esta claro que esta noticia dejó desprevenida a todo el colegio y provocó un silencio de tensión, todos esperaban que pasase algo ente la pareja. Ginny sonrió a Draco y Draco le devolvió la sonrisa. Al ver esto la expresión de la cara de Ron era indescriptible, la de Harry era algo como un "ya lo sospechaba", respiró y cogió una manzana de la mesa de Ravenclaw; y la de Seimus, bueno, ese se puso pálido y parecía que estuviese muerto. Quien rompió el silencio fue Draco.
Blaise, amigo…
¿Qué?
Suéltame.
¿Eh?
¡Joder que me sueltes que me haces daño pedazo de imbécil!
Le vas a partir la cara a Finigan.
Eso mismo es lo que tengo pensado hacer.
Pues puedes odiarme toda la vida porque no lo pienso hacer.
Esto… esto es una broma… ¿no?- Seimus parecía no comprender las palabras del Slytherin y de Hermione.
De bromas nada…- contesto Ginny al lado de Draco, mirando a los ojos a su ex.
Pe…Pero…pero Ginny, cariño…
¡Ah¡Ya basta¡¡¡Por lo visto no hay quien te haga entrar en razón!- Draco iba a decir algo pero Ginny lo hizo callar con un gesto.- ¡No te quiero! TODO se acabo…TO-DO – deletreo para que el chico lo entendiera.- Draco y yo estamos juntos…tú…
¡Estorbas!- acabo Draco la frase.
Seimus quedo pálido, inmóvil, hecho polvo…
Blaise poco a poco fue dejando a su amigo.
Ginny eres… eres… Maldita hija…- Seimus se había cabreado… "abandonado por un Sly.…"- Ojalá te aproveche- y se giró para irse, pero Draco lo cogió, lo giró, hacia él, y le dio un buen golpe en plena cara. Blaise, lo había dejado, creyendo que con las palabras de Ginny se habría calmado, pero al abrir la boca, Seimus, la fastidió.
Ginny, Hermione y casi todos los del comedor ahogaron un grito. Seimus quedó tendido en el suelo con el labio sangrando.
¡Draco!- Ginny volteó hacia él.
El Sly sólo levanto los hombros…
Sí quieres sigo…
No, no… ni se te ocurra.
Las clases pasaron. La Gryffindor había recibido una carta de la jefa de su casa, McGonagall, citándola a su despacho a las cuatro de la tarde. Suponía que era por el espectáculo de la mañana.
Su hermano no había hablado con ella, más bien cuando estaba cerca de ella se iba. "¿no quiere hablar¿Quizás teme¿Pero… a que?" Ginny tenía ciertas dudas, de que todo el colegio supiera lo que sucedía entre ellos dos. Pues todas las chicas (la gran mayoría) y algún que otro chico, iban por Draco Malfoy… puesto que era… era…No había palabras para describir tal belleza… Temía que estas se volvieran en su contra…sobretodo una llamada Pansy Parkinson, que quería a Draco desde Dios sabe cuando…
Por otra parte estaba Hermione, que le había animado a hacerlo publico, ella la continuaría apoyando. Era su verdadera amiga… pero… "¿Como narices, Hermione, se ha enterado de todo?" era algo que la pequeña pelirroja no comprendía… De todas maneras, no tardaría mucho en preguntarle eso.
Mientras hacia todos estos pensamientos iba hacia la clase de Cuidados De Criaturas Mágicas, cuando algo, o mejor dicho alguien, chocó con ella. Cayó al suelo y cerró los ojos.
¡OH! Lo siento- dijo ella aun sentada en el suelo con los ojos cerrados.
Cuando los abrió, tropezó con esa mirada de ojos verdes…penetrantes que estaban medio tapados por unos cuantos pelos rebeldes de color negro, muy negro. La chica conocía bien el dueño de esos ojos… La verdad es que conocía muy bien esos ojos, eran los de Harry.
No, pasa nada. No me he fijado.- Dijo tendiéndole la mano para que se levantara.- Bueno me voy.
Ginny se giró viendo como el se iba hacia su próxima clase. "Y él… ¿que habrá pensado¿Como le habrá sentado?" sin darse cuanta volteó y siguió metida en sus pensamientos.
Draco también había recibido su respectiva carta, pero de su jefe de casa, Severus Snape.
No tenía tantas dudas sobre lo de Ginny y él como la pequeña pelirroja. A lo único que temía era a su padre…pero "No puede decirme nada… no es Sangre Sucia. Es hija de magos. Le guste o no." Sentenció en su cabeza, pero en realidad temía más de lo que aparentaba.
Su sangre fría hacia que nadie lo notara. Así que continuó con las clases sin más
