Chap 1:
Luego de media hora por el camino y tras pasar la última colina pudo distinguir una figura a lo lejos. En verdad era extraño, es decir, ella esperaba encontrarse con un pueblito, una ciudad, no sé...algo diferente a aquello, pero a medida que se iba acercando y la vista se le hacia más clara logro distinguir una gran mansión antigua. Las paredes grises manchadas por la humedad, el techo de tejas negras tenía varios agujeros, el pasto le llegaba hasta las rodillas y ni miras de que hubiera nadie en ella.
Misao la contemplo maravillada y comenzó a reír por lo bajo, tal parecía que se había adentrado en un verdadero cuento de hadas, con mansión embrujada y todo. El camino seguía hacia la derecha, seguramente los campos que había visto pertenecían a los terrenos de la casa.
Nuevamente subió al auto y se puso en marcha, esperaba encontrar algún pueblo luego del camino, por lo general esas casonas pertenecían a antiguos terratenientes y siempre había un pueblito cerca. Solo esperaba que al igual que la casa el pueblo no estuviera abandonado, aunque no parecía así ya que los campos estaban bien cuidados, se podían ver varios cultivos de maíz y girasol.
Al poco rato el camino comenzó a serpentear y al volver a ser una línea recta pudo divisar el pueblo que tanto esperaba. En eso vio aproximarse un tractor verde el cual se detuvo junto a su auto. De el descendió un viejo con cara de amigable quien traía toda su ropa cubierta de tierra y se acercaba a ella limpiando sus manos con un pañuelo que saco del bolsillo de sus raídos pantalones.
Buenas tardes! - Misao intentó sonar lo más amable posible, bajo del auto para saludarlo sin recordar en el estado en que andaba
Pues no parecen tan buenas para usted – a este comentario Misao se quedo extrañada y al ver en el espejo lateral se dio cuenta de lo que hablaba – tenga – el anciano le extendió el pañuelo con una sonrisa para que se limpiara un poco la cara – siento que no este muy limpio.
No, descuide. Muchas gracias señor...
Oh! Que torpe de mi parte. Mi nombre es Gensai, un placer - dijo mientras le extendía una mano
El placer es todo mío.
Y dígame que le trae asta aquí? no me mal interprete, es solo que no es común que recibamos visitas.
Ja ja! Me imagino, tal parece un pueblo escondido...como ya vio hoy no fue un buen día yo... como puedo explicarle...
No tiene porque! Fue un atrevimiento de mi parte, disculpe. Quien quiera que necesite de nuestra hospitalidad la tiene, ¿tiene planeado quedarse en algún lugar en especial?
¿Eh? Bueno..no, en verdad todo esto es improvisado
Ya veo, entonces déjeme recomendarle la casa de mi hermano, se llama "Aoiya" en verdad es un pequeño restaurante pero hay espacio para huéspedes, ya sabe, como son tan pocos los que vienen...
por mi esta perfecto, muchas gracias. ¿cómo lo encuentro?
Ja ja! Descuide, créame que le será muy fácil encontrarlo. Si me disculpa debo volver al trabajo, espero verle pronto.
Si, igualmente, y otra vez muchas gracias!
Por nada – para entonces Gensai ella estaba al volante de su tractor y se ponía en marcha mientras Misao regresaba al interior del auto.
"valla personaje con el que me he encontrado! Es una suerte en verdad, si todos son tan amables como el me ira muy bien aquí". Unos minutos después ya se encontraba a la entrada del pueblito, en verdad era pequeño, muy sencillo. Ahora entendía lo que le había querido decir Gensai con que le sería fácil encontrar el "Aoiya", es que era el primer edificio que se veía al llegar y poseía un gran cartel rojo con el nombre del lugar. Tras estacionar bajo la sombra de un árbol cercano, bajo del auto y se dirigió al lugar.
Alguna que otra persona que pasaba se la quedaba mirando extrañados, todos vestían ropas cómodas y de trabajo, mientras que ella andaba con una chaqueta negra que hacia juego con la falda relativamente corta, una camisa blanca y unos zapatos de diez centímetros de taco.
A la puerta llego una mujer que tendría apenas unos años más que ella, llevaba el cabello castaño recogido en un moño y sus ojos marrones parecían sonreírle al igual que su boca.
buenas tardes! Que milagro, que hace una mujer como usted por aquí? pero que digo? Si debe estar muerta de calor, pase, pase, que ya le sirvo algo de beber. Lleva mucho rato de viaje? – Misao permanecía atónita ante la velocidad con la que le hablaba esa mujer, completamente amable, a la que no podía hacer más que sonreír.
Pues si estoy algo cansada, y si llevo mucho de viaje. Me encantaría pasar pero antes quiero arreglar mi estadía, un señor llamado Gensai me recomendó este lugar para quedarme. – a todo esto la mujer le miraba extrañada.
Arreglar que? Como es que se va a quedar?
Bueno...en realidad no tengo nada planeado por el momento, pero mínimo pretendo quedarme algunos días, es que necesito un poco de paz.
Ah ya entiendo...este... Okina, quien es el dueño de la casa, esta en la taberna molestando chicas ( a esto los ojos de Misao quedaron como dos platos) pero en cuanto llegue le diré que arregle todo con usted, de todas formas ya sé que la respuesta es si así que le iré preparando su habitación ¿tiene algún equipaje en el auto?
Bueno...este...no
¡¿nada de nada! Que raro, bueno en ese caso le conseguiré algo de ropa para cambiarse, con estos días tan calurosos y el barro que hay después de las lluvias no puede andar así ¡pero que digo? Pase, pase, que si sigo así la dejo plantada en la puerta.
Misao siguió a la mujer dentro de la casa mientras esta le decía que se llamaba Okon y que estaría para servirle, mientras miraba todo, la casa era sencilla pero decorada con mucha delicadeza y todo estaba que brillaba de limpio.
A
la entrada se encontraban de frente unas escaleras que según
Okon dirigían a las habitaciones, a la derecha había
una pequeña sala de estar con varios sillones, una chimenea y
un importante biblioteca, a la derecha se tenía acceso al
restauran y a las cocinas.
Okon la llevo hasta la cocina donde le
sirvió un vaso de agua y se sentó en la mesa esperando
seguir con la plática.
Por
lo general siempre hay mucha más gente aquí. Está
mi hermana Omasu, que ahora fue a hacer las compras, Kuro que es su
esposo y Shiro que es el hermano de Kuro, los dos trabajan
aquí.
Luego como ya sabes esta Okina que es el dueño,
también vive aquí el señor Himura, es uno de
nuestros huéspedes y grandes misterios, llego hace ya dos
años a pie, como aparecido de la nada, dijo ser un vagabundo,
Okina le dio trabajo en sus campos y alojo aquí, nunca habla
de su pasado...pero descuida es muy amable.
También esta
el nieto de Okina, su nombre es Aoshi y es endemoniadamente guapo,
pero es muy serio, demasiado para mi gusto, en realidad es un nieto
postizo, sus padres eran los propietarios de la casa grande, estoy
segura que la debiste ver cuando llegaste, es una casona antigua muy
grande en sus tiempos era bonita pero ahora esta destrozada, al
morir los dueños, los padres de Aoshi, este era muy pequeño
y se quedo viviendo aquí, el es el dueño de casi todas
las tierras y muchas de las casa de aquí las cuales arrienda,
se podría decir que es el mandamás así que
todos le tienen mucho respeto – Misao escuchaba a Okon con mucho
interés, la forma en que le describía a estas
personas... parecía que las estuviera viendo, y ese pobre
chico que quedo huérfano...y el otro personaje misterioso...
si otro se lo contara se pensaría que se trata de un cuento –
Ah! seguramente también conozcas a más gente que se la
pasa mucho por aquí, esta Megumi la nieta de Gensai ella es
la doctora del pueblo, su abuelo lo era pero ahora dice estar
demasiado viejo para seguir con ello, esta su novio Sanosuke, ese si
que es todo un personaje... el hermano de Sanosuke, Yahiko y también
esta Tsubame, ella es la encargada de la panadería y es algo
así como "la enamorada" de Yahiko por lo cual también
pasa mucho tiempo aquí.
Vaya! Al parecer todos se relacionan entre todos
Es que en un lugar tan pequeño es inevitable, todos nos conocemos, pero no te creas que es tan maravilloso como dicen "pueblo chico infierno grande" los chismes aquí son impresionantes, aunque de eso no me puedo quejar pues soy una de las principales chismosas como veras... y dime que te trae por aquí?
Bueno... se podría decir que deseo tomarme un tiempo para pensar, mi vida es muy atareada, ya sabes, la vida de ciudad... estoy por empezar muchas cosas y deseo pensar si realmente es lo que quiero hacer con el resto de mi vida...
Uf, suenas demasiado tensa, demasiado...responsable, diría yo, al menos para una chica de tu edad, mira niña que nada en este mundo es tan definitivo como para definir "el resto de tu vida" ni un empleo ni siquiera el matrimonio hoy en día... haces con tu vida lo que te plazca y punto del tema.
Ojala fuera tan fácil... es que las responsabili...
Bobadas! Te lo repito, tu vida es lo que tú quieres. Mira monada vida tenemos una sola como para andarnos pensando en el que dirán y si es o no lo más "conveniente", algo es correcto si te hace feliz y no le haces daño a nadie, al menos no adrede.
Mmmm...creo que ese es el problema, no sé bien que quiero de mi vida.
Pues tiempo es lo que te sobra
En eso se escucho un ruido en la puerta y a continuación pasos apresurados que se dirigían enérgicamente asta donde estaban.
Okon! Ven aquí haragana que yo no pienso vaciar estas bolsas que están... – la vos furiosa de la mujer callo abruptamente cuando esta llego a la puerta y vio a Misao, por su lado, Misao dedujo que esta mujer sería la hermana de Okon ya que tenían un buen parecido, aunque esta aparentaba más joven.
A ver si te dejas de regaños y saludas – le contesto de igual forma Okon mientras le quitaba las bolsas de las manos – tenemos visitas, su nombre es Misao y se quedara por un tiempo.
Este...mucho gusto, mi nombre es Omasu y soy la hermana de Okon. Perdona la sorpresa pero...no me esperaba... en fin! Es un gusto tenerte aquí.
Muchas gracias, yo soy...
Misao no? Mi hermana ya lo dijo
Ah si...que torpe
Ja ja! No que va! Hace mucho que llegaste?
No, recién llegue.
Ya veo...hablaste con Okina?
No, el esta ocupado...
Ah! ya sé ¿devuelta persiguiendo chicas no? – a todo esto Okon solo asintió mientras terminaba de vaciar el contenido de las bolsas – ese viejo no cambia! Ya tienes habitación?
Aún no le eh dado una, te encargas de eso?
Si, si. Sígueme Misao ¿puedo llamarte Misao no?
Si, por supuesto.
Perfecto tu llámame Omasu, sígueme.
Misao seguía a una enérgica Omasu escaleras arriba. Ambas hermanas eran realmente simpáticas a su manera, Okon hablaba a diez mil por hora y no tenía reparo en nada, cuando algo pasaba por su cabeza ya andaba en su boca, mientras que Omasu, si bien era amable era de menos palabras y de más acción, parecía ser una mujer de armas tomar, alguien practica que se limitaba a su trabajo.
Al llegar a lo alto de la escalera solo había un pasillo que se extendía a ambos lados y en cada extremo había dos grande ventanas que permitían que entrara el hermoso sol que daba un ambiente calido a las paredes claras.
Doblaron a la derecha y luego de dos puertas le abrió una y le entrego las llaves de esta. Toda la habitación, al igual que la casa, era sencilla y delicada a la vez, las sabanas blancas de una cama perfectamente tendida, junto a la cama una mesita de luz y al otro lado un armario.
No es muy espaciosa, pero espero que te encuentres a gusto.
No, si es perfecta, en verdad muchas gracias. Sé que llegue sin previo aviso y eso les debe generar complicaciones.
Que
va! Solo una alegría, nos sacas de nuestra tediosa rutina,
además siempre es bueno tener otra mujer con quien hablar, no
somos muchas y la mayoría son mayores.
Bueno, recuerda que
cada mañana te traeré sabanas limpias, todo lo que
necesites no tienes más que pedir, ah! y el baño esta
fuera, por separado de la casa, es un baño común así
que intenta bañarte antes de las seis que es cuando llegan
los chicos del campo hechos una mugre.
De acuerdo. ¿segura no abra problemas con nadie? Es decir... Okon me hablo de un hombre que es el dueño de casi todo y que...
Bobadas! Ya veo que mi hermana anduvo hablando de más para variar, no, Shinomori es una buena persona, no habla mucho y quizás su aspecto frío y autoritario te puede intimidar al principio, pero el nunca le niega asilo a quien lo necesita.
Oh no! No planeo estar aquí sin pagar nada, esperaba poder pagar con mi trabajo o algo, es que no traigo efectivo conmigo, yo no lo tenía planeado...
Ya veo... discúlpame, y sin ganas de ofender, te persigue alguien? Te escapaste o algo?
Eh? No, nada de eso. Solo... no sé como explicarte...pero descuida que no hay nada de problemas
Perfecto entonces, ya veremos que dice Okina sobre lo del pago pero en lo que a mi respecta te puedes quedar gratis. Bien te dejare para cambiarte... no traes maletas?
Este...no, como te dije..
Ah! si, en un minuto te traigo algo de ropa, tengo un montón de antes que te quedara bien. Mientras tanto descansa ya le digo a Okon que te alcance agua para que te enjuagues.
Pronto Omasu ya se hubo ido y Misao contemplo la habitación con una sonrisa. ¿Quien le diría hoy cuando se levanto por la mañana que ahora estaría aquí? esa sensación de ser ella quien controlaba su vida, de romper con las cadenas tan fácilmente la llenaba de vida y le invadía una felicidad que hacia tiempo que no sentía. Se quito los incómodos zapatos tirándolos a un lado y se recostó en la cama.
No sabía si tantas emociones juntas la habían fatigado o si tanto tiempo de viaje pero la cuestión es que se había quedado dormida, al despertar aún era de día pero al ver su reloj vio que ya eran las cinco y media.
Se levantó perezosamente y vio que en el armario abierto había ropa y en la mesita junto a la cama una vasija llena de agua y a su lado una toalla.
Entonces por primera vez presto atención a la ventana que había en la pared opuesta a la cama, la abrió de par en par y asomo su cabeza. Desde allí se veía un jardín con un pequeño huerto y un manzano, luego las enormes extensiones de maizales que parecían un mar amarillo y en contraste este mar amarillo era cortado por un pequeño arroyo.
De pronto escucho unos ladridos que la quitaron de su ensimismamiento de un salto, al jardín llegaban tres perros, siguiendo con la mirada más hacia los maizales Misao pudo ver un grupo de gente que se acercaban hacia la casa.
Metió su cuero un poco más al cuarto, no quería ser notada pero la intriga era más fuerte que ella, tenía tantas ganas de poner rostros a todos esos personajes tan fascinantes que le describía Okon.
El primero de todos era un hombre robusto, de cabellos negros muy largos y ojos negros a su lado venía un anciano al que pronto pudo reconocer como Gensai, luego atrás de ellos venían hablando animada mente un joven alto, moreno, de cabellos castaño y ojos marrones junto a uno más bajo del cual se destacaba una cabellera rojiza que contrastaba con las de los otros, luego estaban un chico de cabellos negros al igual que sus ojos y un hombre alto de cabellos negros y ojos... cuando Misao vio esos ojos quedo helada, aquellos ojos azul hielo la miraban directamente, estaba claro que la había notado.
Rápidamente se alejo de la ventana, no sabía por que pero su corazón latía de forma acelerada y sus mejillas se tornaban a un rosa fuerte. Aquel hombre... ese debía ser al que llamaban Shinomori, y es que debía ser, en verdad era endemoniadamente apuesto, la piel bronceada por el sol, los músculos bien definidos del tórax...pero más que nada, esos ojos, parecían que te fueran a atravesar, que pudieran ver por dentro de uno.
Pronto sintió ruidos de voces a bajo, bien, no quedaba más que afrontar su vergüenza e ir a conocerlos, pero antes debía ponerse un poco presentable.
Luego de asearse busco en el ropera y escogió un vestido celeste el cual se cernía a en su cintura y seguía suelo hasta el suelo, se calzó con el único par de zapatos que había en el armario, unos zapatos negros que le eran muy cómodos, y listo.
Hola! bueno en verdad hacia muuuuuucho tiempo que no escribía y bue el otro día se me dio por escribir y salio esto... tengo pensado continuarlo.
y también terminar los dos fics que deje inconclusos hace como un año, el problema es que eh cambiado mucho en este tiempo y cuesta retomar una historia cuando en verdad lo que quieres hacer es editarla o rescribirla por completo.
espero sus review para ver si les gusta la historia y sus criticas para ver de que forma puedo mejorarla.
un
beso y gracias
Milla-chan
