HOLA A TODOS!!!! Regresamos aquí para darles otro nuevo "episodio" de esta historia... MUCHAS, MUCHAS GRACIAS A todos por sus reviews y su apoyo, me animan a continuar, de verdad se los agradezco!!!!! , y espero que sigan interesadas en este fic, y que les guste este capítulo. AH! se me olvidaba disculpen por la tardanza onegai.
CAPÍTULO 2: "CONSECUENCIAS DE UNA NOCHE LLUVIOSA"
Ocho años atrás...
Nuestros héroes (je, je me gusta llamarlos así) recibieron la noticia que el torneo de los shamanes daría inicio dentro de 2 meses...
Una gran multitud de alumnos salían de la escuela Shinra, todos ellos muy contentos y felices porque se culminó el año, entre el alboroto estaba una muchacha rubia, un chico de cabellos castaños y desordenados, que llevaba unos audífonos naranjas encima de estos, y un pequeñín con la cabeza muy grande. Anna. Yoh y Manta, terminaron su último año en el colegio con "honores"...
- No puedo creerlo, ya acabamos la secundaria –dijo el pequeño con entusiasmo.
- Aún así sigues pareciéndote a un estudiante de la primaria –le dijo Anna, despectivamente.
- Estoy muy ansioso por empezar en la universidad –siguió Manta, tratando de ignorar el comentario que hizo la rubia.
- Trata de relajarte un poco, Manta –dijo Yoh que tenía a sus manos sobre la nuca- aprovecha en divertirte ahora, siempre te la pasas estudiando todo el tiempo.
- Yoh Asakura, como siempre eres una mala influencia para mí-dijo en broma Manta, Yoh sonreía frescamente y Anna como siempre tenía el semblante serio y no decía nada.
Un grupo de muchachos a lo lejos gritaban:
- ¡Kyoyama! ¡hey Kyoyama! –Anna giró su volteó y miró a los chicos que la saludaban con las manos, volvió su cabeza y no dijo nada.
- Oye Anna se ve que tienes admiradores ji, ji, ji –dijo Yoh sonriendo ampliamente.
- Cierra la boca –le espetó Anna.
Como bien lo sabían Yoh, Manta y los demás, Anna era una chica poco sociable (pero muy buena estudiante) a veces conversaba con una o dos de sus compañeras, pero mayormente paraba todo el tiempo sola, y esto se les hacía muy interesante para algunos chicos, que intentaban "acercarse" a ella, claro que siempre evitaba conocer a otros muchachos y solo tratarlos como compañeros de clase. Sin embargo... hubo una excepción...
Hubo un corto tiempo en el que Anna conoció a un muchacho del mismo año que ella, solo que él se encontraba en otra sección, muy pocos han observado que los dos conversaban en los recesos y que se hicieron muy buenos amigos (increíblemente) sólo que aquel joven se mudó a otra ciudad y no se supo nada más de él; esto no lo sabían Yoh y Manta y hablando del joven Asakura, por su parte ahora tenía más amigos, gracias al pequeño Manta, quien también les hizo creer que Yoh y Anna eran vecinos, por eso venían juntos.
Acompañaron a Manta hasta su casa y luego los dos se dirigieron a la suya.
- ¿Qué pensarías hacer ahora que ya terminamos la escuela? –le preguntó Yoh a su prometida mientras caminaban, para que tuvieran algo de que conversar.
- Por ahora hay que seguir con tu entrenamiento, muy pronto se iniciará el torneo del Shaman King, ¿no lo recuerdas? –contestó Anna.
- Sí, lo sé –Yoh se desanimó, se acercaba cada vez más el torneo y eso significaba largas horas de arduo entrenamiento impartido por Anna, "¿por qué a ella le gusta verme sufrir?" –se preguntó para sí mismo, y no volvieron a decir nada.
Al llegar al umbral de la puerta corrediza de la casa, Anna se percató que en el suelo se encontraba una carta, ella quiso recogerlo pero Yoh que también se dio cuenta la cogió primero.
- Es para ti, Anna –le dijo a la rubia y le entregó la carta, ella la observó- No tiene remitente, ¿por qué no lo abres?- ella entró rápidamente a la sala y rasgó el sobre, solo había una pequeña nota y la leyó, no dijo nada pero parecía muy sorprendida o se podría decir muy asustada. Yoh la miró y le preguntó:
- ¿Qué dice en la carta?, ¿quién te la envió?... ¿Anna?, ¿qué ocurre?
- Nada –contestó la chica inexpresivamente.
- ¿Qué decía en la carta? –volvió a preguntar Yoh pero Anna no contestaba, guardó el papel en el bolsillo de la falda y fue hacia su cuarto.
- Hey, Anna... –insistía el chico.
- No es de tu incumbencia –le dijo en tono cortante la muchacha, mientras subía por los escalones.
- ¿Ahora que le pasa? –Yoh tiró por un lado su mochila y se sentó en el suelo, luego apareció la figura del imponente samurai, Amidamaru.
- Buenas tardes amo Yoh, ¿cómo le fue?
- Todo está bien –se recostó en el piso, puso nuevamente las manos atrás de la cabeza y estiró las piernas, miró el techo por varios minutos pensando en las musarañas, hasta que recordó algo que le pasó el día anterior. Una chica de otro salón que tenía la capacidad de leer las cartas del tarot, le predijo que muy pronto algo asombroso le ocurriría y cambiaría mucho su vida y se refería en todo aspecto, Yoh creía a medias en aquellas cosas sin embargo tenía un extraño presentimiento que le decía que sí pasaría algo muy diferente, claro que él no tenía la menor idea de lo que sería, seguía observando el techo hasta que apareció la cabeza de Anna, Yoh se incorporó y quedaron mirándose por unos segundos en silencio.
- ¿Pasa algo? –preguntó el chico.
- El almuerzo –solo dijo ella.
- ¿Ya está listo?
- Debe de estar listo –dijo malhumorada- dijiste que lo harías hoy, ¿recuerdas?.
- Ahhhh!... sí... lo olvidé.
- Dentro de una hora ¿entendido? y hazlo bien.
- De acuerdo –Yoh más desanimado que antes, fue hacia la cocina con la cabeza baja y arrastrando los pies. Amidamaru que seguía ahí, fue tras él y murmuró "pobre amo Yoh".
Hace algún tiempo, la que cocinaba era Tamao, pero ella regresó a Izumo el día anterior así que Yoh tenía que colocarse el delantal y preparar el desayuno, almuerzo y cena. Él esperó la aprobación de Anna cuando sirvió la comida, se esmeró en hacerla y pues él quería ser de alguna forma recompensado pero ¿de Anna que se podía esperar eso?. La rubia probó un bocado, no dijo nada pero al parecer le había gustado porque luego probó otro, otro y otro. Yoh solo observaba.
- ¿No vas a comer? –le preguntó Anna.
- Oh... sí –Yoh se sentó y comió, en esos instantes se generó un incómodo silencio, sólo se escuchaba el ruido de los cubiertos. Yoh estaba seguro en que en ese día no sucedería nada sorprendente.
Al día siguiente comenzó la tortura de Yoh: el horrible entrenamiento para el torneo de los shamanes, Anna lo levantó muy temprano, desayunó y luego de media hora siguió el duro régimen, comenzó cargando pesas, después correr "n" veces la manzana, hizo más de 400 lagartijas, etc. Mientras era vigilado por Anna, Amidamaru se preocupó mucho llevaba más de 8 horas así.
- Pobre amo Yoh, eso puede hacerle daño –Anna lo escuchó y luego de unos instantes le comunicó a Yoh que podía descansar, la rubia fue a su cuarto, y él cayó rendido al suelo, no recordaba haber entrenado tanto en solo un día faltaban como dos meses para que se de inicio el torneo y él tenía que trabajar bastante.
- Amo Yoh, ¿se encuentra bien? –quiso saber el fantasma.
- Sí... solo... algo... agotado –dijo entrecortadamente y casi sin aliento- Amidamaru... ¿qué hora es? –el espectro examinó el reloj que se encontraba en la cocina.
- Son... las 6:00 de la tarde, amo Yoh.
- ¿Las 6:00?... ¿¡las 6:00 de la tarde!? –como si hubiera recibido una descarga eléctrica, se levantó.
- Amidamaru ¿no llegó alguna correspondencia?
- No señor
- Tiene que llegar hoy esta tarde, ¿sabes?, gané 2 entradas gratis para el concierto de Bob y me estaré en primera fila, ¡será genial! –dijo muy emocionado.
- Eso debe ser muy bueno amo Yoh.
- Sí que lo es, tendré que pedirle permiso a Anna, iré con Manta.
Un poco más tarde Yoh revisó el buzón y encontró el sobre con las 2 entradas, dio un grito de júbilo, se alegró tanto que fue saltando por el pasillo y de tres en tres subió por las escaleras para llegar a la habitación de Anna y pedirle el permiso, aunque quizás esto implique hacer todas las tareas domésticas por todo un mes y horas extras de entrenamiento como condición. Abrió la puerta y...
- ¡Anna!, ¡Anna!, tengo las entra... –paró en seco, Yoh quedó completamente boquiabierto ya que Anna se había quitado la blusa justo cuando él entró, tenía la ropa puesta de la cintura para abajo, pero arriba solo la cubría el sostén que por suerte no se lo quitó, sino la situación sería peor; al igual que Yoh, Anna se quedó congelada, luego de unos segundos reaccionó tomando su blusa y cubriéndose. Como toda adolescente, ella se había desarrollado mucho físicamente, claro que su contextura seguía siendo delgada, teniendo como resultado el cuerpo ideal de una jovencita de su edad.
- ¡¡¿Pero qué diablos crees que haces?!!, ¡¡¿no podías tocar la puerta primero!!? –gritó la chica.
- Yo, yo lo... lo –el muchacho no podía articular las palabras- lo siento mucho, es que es que era algo muy urgente para mí. –su cara estaba roja de la vergüenza, igual la de Anna.
- ¿¡¡Qué es esa cosa tan urgente?!!
- Bien... yo quería... digo... tengo las entradas para el concierto de Bob y... solo quería pedirte permiso para ir –dijo él murto de la pena.
- ¿¡¡Qué!!?, ¿¡¡solo para esa ridiculez!!? –Anna empezó a tirarle todas las cosas que estaban a su alcance.- ¡¡Eres patético!!, ¡¡vete de aquí!! –la itako perdió los estribos, le arrojó almohadones, frascos, jarrones, mientras Yoh se protegía con sus brazos, bajó corriendo por las escaleras pero Anna, no paraba de lanzarle cosas al pobre, un vaso pasó rozando por su cabeza y se vio obligado en ir al patio trasero, mientras suplicaba varias veces a la enfadada rubia de que ya no siguiera, pero fue en vano, ella, que aún seguía cubriéndose con la blusa, lo echó al patio y cerró la puerta.
- ¡Te quedarás ahí y ya no molestes!
- ¡Annita, por favor, no me quedaré aquí toda la noche! ¿verdad?, ¡Anna! –Amidamaru que presenció toda aquella escena, sintió lástima por su amo, y aunque le rogara de rodillas a la chica, ella no abriría la puerta, el espectro la miró con recelo.
- ¿¡Qué estás mirando!?.
Hacía frío y el cielo estaba totalmente nublado; desde que lo votaron al patio de la casa pasaron más de 2 horas, Yoh con mucha hambre y frío estaba sentado en el suelo preguntándose por qué la vida es a veces injusta.
- Ni siquiera pude tomar un baño –murmuró para sí mismo. Amidamaru apareció.
- Amo Yoh ¿se encuentra bien?
- OH, sí estupendamente, sentado en el suelo, con mucho frío y no he comido nada desde la mañana, todo está muy bien Amidamaru. –dijo irónicamente.
- Creo que eso significa "no" –en esos instantes comenzó a llover a cántaros, para su mala suerte.
- Buen momento para que empiece a llover, solo eso faltaba –dijo de forma miserable.
Pasaron un par de horas más, Amidamaru permaneció a su lado todo el tiempo, hasta que por fin, Anna se animó a abrir la puerta y se esfumó.
- Amo Yoh, mire –le dijo Amidamaru, señalando la puerta- entremos.
Cuando ingresaron a la casa, Yoh sintió la calidez que producía el entorno y esto lo reconfortaba mucho. Estaba empapado por la lluvia tomó un baño caliente, luego fue a comer algo ya que se moría de hambre; al parecer Anna limpió el piso de toda la porcelana rota de los jarrones que tiró, pero ella no se mostró desde que Yoh y Amidamaru entraron; cuando él se dirigía a su cuarto para dormir, pasó por el de Anna y se detuvo, pensó en pedirle disculpas por lo sucedido... "aunque ella es la que realmente tiene que pedir perdón", pensó.
Yoh no pudo dormir, desde que se acostó en el futón la dio un "ataque" de estornudos, tomó una pastilla para el resfrío pero no dio resultado, respiraba con dificultad y destilaba agua por la nariz, cogió un pañuelo y se limpió, comenzó a temblar de frío y se sentía débil; recién muy de madrugada pudo conciliar el sueño con la alentadora idea de que mañana estaría mejor. Pero se equivocó, con 38° de fiebre y resfriado Yoh no tenía fuerzas para levantarse, además faltaba poco para el mediodía. Amidamaru apareció de nuevo y vio en el estado en que se encontraba el pobre chico.
- Amo Yoh, ¿cómo se siente?
- Muy... mal –dijo con voz ronca
- ¡OH no!, le diré a doña Anna de inmediato y atravesó la pared de la habitación, Yoh quiso detenerlo pero el espíritu ya había salido del cuarto.
- Espera Amidamaru de seguro no quiere que la molestes...
Anna todavía sentía mucha vergüenza por lo de la noche anterior, no se atrevía a llamar a Yoh para que preparara el desayuno, así que ella tenía que hacerlo.
- ¡Doña Anna! –Amidamaru, flotando fue directamente hacia ella.
- ¿Qué quieres? –le preguntó fríamente.
- El amo Yoh, él está...
- ¡Yoh ¡, ¿¡dónde rayos se metió!?, ¡tenía que hacer el desayuno hace horas! –gritó malhumorada la chica.
- Es que él está enfermo, doña Anna.
- ¿enfermo? –surgió una cierta preocupación en la itako
Luego de unos momentos Anna con un termómetro, entró a la alcoba de Yoh y lo encontró dormido.
- Con que enfermo ¿no? –se acercó a él que abrió los ojos y vio a la rubia y dijo:
- ¿AH?... hola An... –la chica le metió bruscamente el termómetro por la boca.
- Pero an... an –trató de hablar Yoh.
- Queda así, vuelvo dentro de unos minutos.
Anna regresó a los 3 minutos le quitó el termómetro y comprobó.
- Tienes 38 y medio, báñate ahora mismo con agua fría ¿sí?.
- Sí –contestó el shaman débilmente. Y flaqueando se fue al baño sosteniendo su cepillo y su toalla, pero después de media hora.
- ¿Tanto se demora? –se preguntó la impaciente muchacha- mejor voy a verlo... ¿Yoh?... ¿ya terminas... –Anna encontró a Yoh desmayado en la ducha, con el torso desnudo, lo demás estaba cubierto por una toalla.
- Genial –exclamó sarcásticamente, pero más preocupada por él.
Anna cargó a Yoh que a pesar de ser delgado pesaba, hizo un gran esfuerzo al levantarlo mientras sus mejillas se tornaban en un rojo intenso; lo depositó en su futón, estaba muy empapado le puso su yukata con un poco de dificultad y lo acostó con un paño mojado en la frente.
- Vigila a Yoh ¿sí? –le dijo a Amidamaru.
- Sí doña Anna –contestó este.
No dejaba de pensar en el pobre Yoh; realmente estaba grave, "si no fuera por mi culpa él no se encontraría en ese estado". Al cabo de unas cuántas horas...
- ¡Señorita Anna! –habló muy alarmado Amidamaru.
- Al parecer subió la fiebre del amo Yoh.
- ¡Rayos!
La itako intentó con jarabes y remedios, luego empezó a pasarle un paño húmedo por su pecho y abdomen completamente ruborizada. Llegó la noche pero ella permaneció todo el tiempo junto con el "desfallecido" muchacho, velando sus sueños, mientras que el shaman dormía intranquilamente, hasta que el cansancio la venció y...
- ¡AH que bien dormí!... buenos día s Amidamaru –saludó el chico al fantasma que hizo su aparición, y este pudo notar a su amo sano y sonriente.
- Amo Yoh ¿ya está bien?
- Sí me siento muy bien –aseguró Yoh, estirando los brazos.
- Me alegro mucho, a la señorita Anna y a mí nos tenía muy preocupados.
- ¿EH?... a propósito ¿dónde está ella?
- Dormida a lado de usted
- ¿AH? –Yoh la vio descansando, sonrió ligeramente y la levantó para llevarla a su habitación, luego la recostó en cuidadosamente en su futón, pero... de repente entró en un estado de hipnosis al mirarla dormir y se quedó así por largo rato, hace mucho que no la había visto descansar, comenzó a sofocarse, y su vista se posó en sus labios, eran tan bellos su corazón empezó a agitarse con violencia y sintió el extraño deseo de querer besarla...
- ¡Papá! – se escuchó el grito de un niño, interrumpiendo la historia.
- Un momento por favor –se disculpó Yoh con sus amigos y se dirigió a donde provenía el grito.
- ¿¡Qué!?, ¿¡cómo nos dejas así!? –exclamó Horohoro.
- ¿Qué ocurre Hana? –le preguntó su padre al niño.
- Keiko está fastidiándome con sus espíritus –acusó el pequeño a su hermanita.
- No es cierto, yo acabo de llegar aquí –se defendió la pequeña, que frunció el entrecejo.
- ¡Mentirosa!, ¡mentirosa!
- Vamos chicos no empiecen a pelear de nuevo por favor, saben que eso no esta bien además a su mamá no le gusta.
- ¿Que no me gusta qué? –preguntó la itako.
- Ay, bueno como sea –dijo sin importancia la pequeña, luego se dirigió a su madre con la carita de niña dulce y tierna- mami, tengo mucha hambre, ¿puedo ir contigo a la cocina? –extendió sus bracitos para que la cargaran.
- Esta bien, vamos a la cocina –se retiró con sus hija en brazos.
- Engreída –murmuró Hana.
Sí, sí quizás este capítulo no les haya sido de su agrado pero pueden mandar sus críticas ¿sí?, me encantaría recibir cualquier mensaje de ustedes, y prometo actualizar más temprano ñ.ñ. GRACIAS POR LEER.
