Capitulo 12
Halloween (parte II)

Baby, baby, siento el diablo en mi,
baby, baby, no me hagas sufrir.
Baby, baby, siento furia en mi,
baby, baby, siento lumbre por ti.

Hoy, tengo fuego en el cuerpo.
Y soy, mas caliente que el sol,
y voy, a incendiarte por dentro.
Pues soy, mas caliente, caliente que el sol.

Fobia- Mas Caliente que el Sol

Apenas disfrutaba mi bebida, cuando sentí una mano en mi hombro y una voz suave susurrar en mi oído (peligrosamente cerca)
-Yojojo, pirata quiero ser, yojojo a Severus yo me voy a coger
Voltee divertido para toparme con una de las hermosas visiones que me esperaban esta noche.
Santinno iba vestido de pirata, un sexy y sonriente pirata, con unos ajustados pantalones cafés metidos en unas botas del mismo tono, una camisa ancha blanca que llevaba abierta bajo un chaleco de piel que acentuaba su figura
Sus ojos resaltaban tras el delineador negro y su cabello castaño, lo llevaba libre sobre sus hombros solo retirándolo de la cara por una banda roja y aun así algunos mechones se escapan a su cara que mostraba una sonrisa sensual y juguetona

-Vaya, Profesor Snape- dijo al verme mirándolo- al parecer he causado una impresión favorable. Pero permíteme decirte Severus- al tiempo que se acercaba aun más- nunca había visto yo un domador tan antojable como tu.
Si, yo iba vestido como domador de circo, con casaca corta roja incluida, pantalones blancos, sombrero de copa, (y no lo pude evitar) un pequeño látigo.
-Con gusto podría gruñir por ti- dijo con una picara mirada y tomándome de la mano, intentando jalarme a la pista agregó- Vamos Sev, he esperado este momento con ansias.

La música cambio de ritmo volviéndose un poco más rápido pero conservando esa cadencia, la voz del cantante era hipnotizante y se mezclaba a la perfección con el sonido de las guitarras.
Llegamos al centro de la pista y Corso con una singular gracia empezó a bailar siguiendo los compases de la música volteado de espaldas a mi, contoneando las caderas cada vez más pegadas a mi cuerpo, hasta que irremediablemente seguía el ritmo que el mandaba mientras sus manos tomaban la mías haciendo que lo abrazara, sintiendo como se restregaba cual gato contra mí.

La canción terminó y más gente seguía acercándose a la pista, pero aun así no podía ver a Sirius. A pesar de estar prácticamente al aire libre, sentía como una onda de calor se apoderaba de mi, intentando remediar eso, me separé un poco de Santinno y le dije que iba a ir por algo de tomar, él solo sonrió y siguió bailando como hechizado por la música.
Anduve entre disfraces de los mas variados, era aun más alucinante que en el baile pasado, desde veelas hasta cantantes de rock, desde vampiros y vampiresas hasta tiernas hadas, y como en la ocasión pasada toda clase de disfraces ridículos de verduras, de frutas,
La gente abarrotaba todo el observatorio, a pesar de que habían lanzado varios hechizos agrandadores en este, ya que no solo era la planta docente de Howgarts sino invitados de todas partes del mundo; inclusive creí ver a Krum por ahí disfrazado de duende, a todos los Weasleys, y a muchos más, de hecho a lo lejos percibí las alas de alguien disfrazado de ángel o de pajarraco.

Llegue a la mesa de bebidas y apure rápidamente mi copa (el calor en mi estomago empezaba a subir y eso que solo había visto a Santinno un poco)
Y ya iba en la segunda (gracias a Merlín estas eran bebidas normales) cuando Bill se acerco con su particular sonrisota en la cara
-Severus, te han estado buscando ¿Dónde estabas?
-Estuve en el baile de alumnos
-Ohhh, bien entonces…..nada olvídalo
-Dímelo Weasley
-No, esto tiene que ser una sorpresa, ya luego me lo agradecerás
Y así se retiro dejándome con la incógnita.

Ya con el calor que me empezaba a quemar por dentro un poco controlado, me puse a buscar a Sirius, por que me causaba mucha curiosidad el disfraz que traería, ya lo esperaba ver como la vez pasada de vampiro.
En la multitud que abarrotaba el lugar, intentaba pasar cuando oí cerca de donde estaba la voz de alguien familiar. Voltee y me encontré con mi antiguo amante, que iba ataviado cual emperador chino, con una larga túnica negra, ajustada, con bordados plateados de forma de dragones que se movían suavemente por efecto de algún hechizo. Su larga cabellera platinada la llevaba recogida con unos palillos y por todo adorno en la cara llevaba los ojos sutilmente delineados de negro acentuando su peligrosa mirada.

-Mi querido profesor, siempre logras sorprenderme, nunca hubiera imaginado que ese seria el disfraz que te pondrías esta noche
-Tendría que decir lo mismo Lucius, te ves…impresionante
-Gracias, profesor, no podría haber defraudado a mis fans esta noche- dijo con una sonrisilla
-Lucius, nunca cambiaras.
-Claro que no, que aburrida seria la vida sin mi ¿no lo crees?- dijo al tiempo que acercaba su mano a mi cara, apartando un mechón de cabello que se me había venido a la cara- No tienes idea de cómo esperaba este día, de alguna manera, esto parece ser el correcto modo de despedirnos ¿no crees?
-Lucius, yo…
-No digas nada Severus, demasiado hemos dicho ya antes, por ahora disfruta el momento
Me quede callado sin decir una palabra, impactado por lo que acababa de decirme hasta que oí la voz pastosa de McGonagall gritar casi atrás de mí
-¡¡¡Por Dios Sirius, ¿no que estabas embarazado!
Voltee inmediatamente al oír ese comentario, para toparme con algo que me quito el aliento y las palabras de la boca. Sentí que el mundo se detuvo, y solo el y yo nos movíamos, a ese grado llegué al ver a Sirius completamente caracterizado

Si la primera vez que estuvimos juntos pensé que él era mi ángel de luz, hoy iba como ángel de oscuridad. Unos ceñidos pantalones negros de piel de dragón remarcaban la perfección de su cuerpo, contrastando con unas pesadas botas, al parecer del mismo material con múltiples hebillas y cadenas en estas. Llevaba el torso desnudo, sus abdominales perfectamente marcados en su bronceada piel que brillaba por efecto de algún aceite. En las muñecas llevaba por todo adorno unas muñequeras de piel atadas con listones negros que se extendían por sus brazos. El pelo suelto enmarcaba la sonrisa más hermosa que haya podido conocer, sus ojos azules oscuros resplandecían tras un antifaz de algo que aparentaba ser terciopelo negro y por ultimo unas esplendidas e impresionantes alas de plumas negras que nacían directamente de sus omoplatos y llegaban casi hasta sus pantorrillas, que permanecían plegadas a en su espalda y se movían suavemente al ritmo que el caminaba

Caminando lentamente, como si tuviera el tiempo del mundo se acercó, me tomó del brazo (este seria el primer gesto publico que tendríamos de nuestra relación en la escuela) y volteando con una sonrisa impactante y con la voz alta como para que todo mundo se enterase respondió
-Claro Minerva, de hecho casi tres meses.
-Pero…pero….estas...- no necesito completar la frase, con la cara de asombro al ver el perfecto cuerpo del animago era suficiente
-Que quieres que te diga, Severus no me deja descansar ni un día jajajaj

Con eso consiguió que la severa profesora se ruborizara y murmurara algo mientras emprendía la retirada

-Y bien, ¿Qué piensas?- dijo mientras se hacia para atrás para que lo admirara
-Yo….Sirius….yo……
-Eso es todo lo que quería oír - susurro a mi oído mientras sus alas se abrían y nos envolvían
-¿De donde sacaste esas alas?- pregunte cuando pude respirar otra vez
-Ohhh… ¿te gustan?- dijo mientras las movía de atrás para adelante- Bill me ayudo- y ante mi mueca interrogativa agregó- esta era la sorpresa, el me ayudo a realizar el hechizo, y también me consiguió los pantalones de piel de dragón que son condenadamente difíciles de encontrar.
-Me has dejado sin palabras, una vez más. Simplemente te ves hermoso mi niño berrinchudo.
-Gracias Snivy… tu también te ves muy bien-y protegido por la privacidad que nos daban las alas se pegó mas a mi abrazándome mientras bajaba las manos por todo mi trasero, haciendo que empezara mi cuerpo a recuperar el maldito calor que creía olvidado- Esos pantalones blancos que traes gritan por ser quitados
-Ejem ejem…-se oyó una vocecilla, por lo que Sirius abrió sus alas para dejarnos ver lo que pasaba.
-Yo se que no es lo mas correcto y cortes, pero no me importa, los piratas no somos caballeros y ahora este pirata quiere bailar con el domador antes de que la noche termine. Así que si me permite, querido ángel, me lo llevaré a la pista- dijo Santinno mientras me tomaba otra vez de la mano para arrastrarme a la pista de baile
Sirius solo puso su cara de berrinche, pero no dijo nada, así que me deje llevar por el filibustero más sexy que jamás haya visto y empezamos a bailar una melodía pegajosa al tiempo que me explicaba el plan que tenían en mente
- Al fin es Halloween- dijo mientras se me pegaba moviendo su pelvis al mismo ritmo que la mía
-¿lo esperabas ansiosamente?
-Desde que te conocí, mi querido Severus, algo me habían dicho las estrellas de esto pero no había podido interpretarlo
-Y que haremos ahora?
-Bueno, eso es una sorpresa, pero no te preocupes por nada, todo saldrá a pedir de boca.
- ¿y que haremos? ¿Iremos a la sala de menesteres?
-Mm... yo preferiría un lugar un poco más privado- murmuro
-¿Ah si? ¿Y donde seria eso?
-¿Qué? ¿Ya te quieres ir?
De pronto, le hice girar para dejarlo atrapado en mis brazos y susurre - Yo no he venido esta noche a jugar, querido amigo, eso déjalo a algún novato- al tiempo que le dejaba un ligero beso en el cuello.

La noche seguía aumentando de temperatura, y ninguna bebida podía parar mi creciente excitación. Después de bailar un rato con Santinno, salí en búsqueda de mi ángel negro que estaba sentado cómodamente en unos cojines que estaban esparcidos por el suelo, con sus alitas dobladas atrás de él, por lo que me sorprendió su elasticidad.

-Severus- dijo al tiempo que se hacia para un lado dejando espacio junto a él
No pude resistirme más y me tendí a su lado para admirar de cerca ese rostro que me tenía embobado.
Sirius, apenas me senté, acercó mi cara junto a la suya, metió sus manos entre mi cabello, soltándolo y se quedó jugueteando con un mechón.
Su cara resultaba extremadamente tentadora y no pudiendo aguantar más le tome la cara por la barbilla y suavemente, rocé sus labios sintiendo su respiración agitada y ese aroma único y varonil que despedía que se mezclaba con el aroma a cuero (de su traje) y del incienso que estaba esparcido por el lugar.
Solo alcancé a murmurar un hechizo para que las cortinas se cerraran, dejándonos en nuestro pequeño oasis, aislado de la multitud de la fiesta. Cosa innecesaria, por que todo andaban más ebrios que la vez anterior...
Y empezó ente nosotros un juego de caricias tan sutiles, que solo hacían que mis sentidos se mejoraran, las plumas acariciaban lentamente mi piel dándome una sensación nueva. Los besos continuaban como una suave lluvia, hasta que oí una voz que cancelaba el hechizo y las cortinas abrieron paso a mi ex amante
-Siento mucho interrumpirlos compañeros, pero Santinno ya quiere ir a casa y no seré yo quien se lo niegue, así que mis hormonales amigos, creo que nuestra hora ha llegado- y nos aventó una rosa roja- este es el translador que usaremos- dijo con una sonrisa que conocía demasiado bien- Corso, es hora de irnos- le grito al pirata, que se acercó con otra rosa pero de color negro.
-No falta mucho estaremos ahí en cuestión de 3, 2,1….

Aterrizamos en una especie de playa rocosa, de donde nacía una escalera amplia, iluminada por infinidad de velas que dirigían el camino.
Santinno tomo la mano de Lucius y volteó a vernos, en ese momento parecía que la situación había cambiado, el chiquillo indefenso que parecía siempre, había dado paso a una madurez que se veía diferente en su rostro.
-Vamos, mis compañeros. Bienvenidos al pallazzo Corso
-Pero ¿Dónde estamos?- pregunto Sirius
- En la bella Italia, mi hogar...
Y sin más empezó a caminar, guiando a Lucius por las escalinatas, por lo que no nos quedo mas remedio a Sirius y a mí que seguirlos.

La noche era tibia, adecuada para nuestros propósitos, Sirius caminaba silencioso, por la enorme escalera.
Al doblar una esquina pudimos ver la enorme construcción que era el pallazo, enormes arcos sostenían ventanales que daban al mar, en el interior se imaginaba un lujo esplendoroso.
Santinno entro por uno de los ventanales, sosteniendo las cortinas que parecían hechas por alas de hadas, por lo ligeras y transparentes que se veían, indicándonos con un gesto que pasáramos.
-por aquí- dijo al tiempo que abría una gran puerta decorada con motivos del Renacimiento.
Al pasar dimos a un baño, casi del tamaño del destinado a los maestros en Howgarts. Contaba con una tina que parecía una pequeña alberca, cuadros de ángeles y ninfas que descansaban tiernamente en prados verdes. El techo estaba encantado para que pareciera que atardecía, por lo que toda la habitación se pintaba con colores un tanto rojizos.

Sin decir palabra, Lucius y Santinno empezaron a abrir los grifos plateados de donde empezó a brotar agua que rápidamente llenó la bañera. Para esto, Sirius estaba callado, inusualmente callado, solo moviendo las alas un poco.
Hasta que Lucius se acercó a el, en silencio empezó a acariciar lentamente su cara, su cabello, rozando sus labios con la punta de los dedos. Yo solo oía como la respiración de Sirius se agitaba y vi como entreabría la boca al contacto casi inexistente. Lucius metió su dedo dentro de la boca del animago para ser succionado para después dejar un rastro de su propia humedad en el torso. Al llegar a los pantalones, Lucius de un brusco jalón lo acerco a su cuerpo y le planto un beso violento donde se veía el juego de poder que ambos reclamaban, tratando de someter al contrario. Mi excitación aumentaba en tal grado que no me di cuenta cuando Santinno, que ahora solo portaba su camisa abierta y los pantalones ajustados, se acercaba a mi para desvestirme desabrochando lentamente cada botón... al momento de llegar a los pantalones, solo se arrodilló y los bajo junto con ropa interior, murmurando un hechizo que desapareció todas la prendas..Sin levantar la vista solo podía sentir como sus manos recorrían todo mi cuerpo expuesto, de las pantorrillas, hasta los muslos, cuidando de no rozar mi ya evidente erección, subiendo por los contornos del torso, y entreteniéndose dibujando figuras en mi abdomen, de ahí siguió por mi pecho desnudo, donde pellizcó suavemente los pezones hasta llegar al cuello y de ahí seguir a mi cara.

Yo estaba completamente inmóvil, solo oía los ruidos que Lucius y Sirius hacían mientras se quitaban las ropas, más de pronto Santinno paro su toque, para voltear con sonrisa traviesa y con ese acento que parece que acaricia las palabras me dijo:

-Seria un gran honor que me acompañaras, Severus - al tiempo que pronunciaba otro hechizo que desvaneció lo que quedaba de sus ropas, y al estar de espaldas me mostró un trasero completamente apetecible. No me hice del rogar y le seguí hasta la tina, llena de burbujas, con un aroma a lavanda y rosas.

Se metió ágilmente a la tina y como vio que no me decidía a entrar, me tomo del brazo y me empujo para que cayera justo encima de el. Sin previo aviso me tomo por el cuello, y empujándome a una de las orillas, empezó a besarme de manera apasionada con esa boca sensual suya al tiempo que murmuraba cosas en italiano que no podía entender
Oí como Sirius y Lucius entraban a la tina, y al mismo tiempo, aparte de los encarnizados besos de Santinno, sentí como una mano muy familiar se deslizaba por mi pecho, rozando mis ya muy sensibles pezones, no pude reprimir un gemido que tuvo por respuesta las palabras de Lucius
-Nunca olvidare todo lo que te gustaba, mi antiguo amante - dijo parando el gesto
Intentando colaborar con todo este remolino de sensaciones, tome la erección de Santinno por debajo del agua masajeándola suavemente.
El italiano no se pudo reprimir y solo arqueaba el cuerpo para atrás, donde Lucius se colocó, para besarlo mientras yo lo llevaba al borde del orgasmo.

En eso vi justo a mi lado a Sirius sentado en el borde, con las piernas colgando hacia dentro, que observaba divertido la escena al tiempo que se satisfacía a si mismo, su entusiasmo creció tanto que cerro los ojos, cosa que aproveche para acercarme a él, dejando a Santinno en manos de Lucius, que ahora le lavaba el cabello con algún shampoo que olía a fresas.
Centré mi atención en ese ángel de oscuridad que se sonrojaba al tiempo que gemía quedito. Al verlo tan desprevenido, le lancé el hechizo inmovillus, dejando solo libre su cabeza.
Sirius abrió los ojos entre espantado y enojado
-Severus ¿Qué haces?
-no, no, no, que es eso Sirius ¿nunca te dijeron de niño que no había que ser egoístas? ¿Por qué le niegas el placer de verte gemir a otros?
-Severus suéltame¡¡¡
-No
-SEVERUS¡¡¡¡
acercándome un poco mas, deje de prestar atención a sus quejidos, para ponerme enfrente de su miembro y con la punta de la lengua lo empecé a recorrer, al tiempo que Sirius gemía y se intentaba retorcer
-Sev…verus….suel… ahhhhhh, dios te digo…mmmmmmmm…..
Metí todo lo que pude en mi boca, empezando pequeños movimientos de succión que hicieron que gimiera más alto
-por merlín…. Mas…. pin……maldito…..noooooohhh…asi….
Aceleré el ritmo hasta que sentí como Sirius se venia en mi boca, llenándome de su semilla blanca, que callo por mi cuello.
Subí hasta la altura de su cara, para besarlo al fin, mientras murmuraba el contrahechizo. Al recuperar el movimiento, lo primero que Sirius hizo fue ponerme un puñetazo en el hombro para a continuación con esa agresividad tan suya, para después empujarme y seguir besándome a un lado de la alberca, envolviendo y acariciando mi cuerpo con las alas.

Santinno acaba de explotar en manos de Lucius y mientras recuperaba la respiración el rubio se acerco a nosotros,
-Creo que conozco otra habitación que sería más cómoda que esta-

Sirius se levanto, y yo con el, mientras esperábamos que Santinno saliera finalmente de la bañera.
Goteando agua, ya que nos e molesto siquiera en secarse, el italiano tomo la mano que Lucius le ofrecía y se dirigió a otra puerta que apareció, se detuvo antes de abrirla y con una mano en manija, volteo hacia nosotros
-Esta recamara es muy especial, es muy parecida al cuarto de los menesteres que tienen en Howgarts, pero solo que esta recreará su fantasía más anhelada, debo advertirles que nunca lo he probado con tanta gente al mismo tiempo sin ponerse de acuerdo en una sola idea, pero debe de dar al menos un resultado divertido- concluyó mientras se disponía a abrir la puerta, pero Sirius, con una sonrisa perversa volteo a vernos y propuso algo por demás interesante
-Si mal no entendí, adentro veremos reflejadas nuestras fantasías, ¿si?
-asi es
-Bueno…por que no lo hacemos mas divertido
-¿de que hablas niño?- respondí intrigado
-Hagamos un pequeño concurso, el que gane, los gana a todos...
- A todos eh?-dijo Lucius con una mirada anhelante-
-Si, el que adivine que fantasía pertenece a quien gana a todos
-Me parece muy buena idea-entremos

Las puertas se abrieron, y un denso humo cubrió todo, solo sentía como un cosquilleo invadía todo mi cuerpo, haciéndome estremecer. Lentamente el humo se disperso para vernos en un extraño lugar, era como el "patio" de un viejo castillo alumbrado solo por el reflejo de una enorme luna llena. Las brumas se empezaban a aclarar y vi salir de entre las sombras a Lucius, vestido como antiguo griego, a Santinno vestido como árabe, yo por mi parte portaba un atuendo que combinaba con la escenografía, ropas como del siglo XVIII pero completamente rajadas
-Bien- dijo Lucius, examinando su toga- falta uno de nosotros y ya me estoy cansando de estos juegos-
-jajajajaja- oí la atronadora risa de Sirius, volteamos hacia el lugar de donde provenía, que era de un pilar medio derrumbado, solo que él había recuperado sus ropas anteriores, incluyendo las pesadas botas
-Mis queridos amigos son tan predecibles, y al parecer mi atuendo de ésta noche fue un éxito rotundo. Pero hagamos esto corto, no quiero impacientarlos ¿alguien ya tiene una idea de que pertenece a quien?
Al ver el silencio que se hizo, Sirius volvió a carcajearse
-Pensé que se conocerían más, yo ya tengo mis opciones y creo que seré el ganador
-En primera,- dijo mientras de un ágil salto bajaba de el pedestal, planeando con las alas tras el- apostaría mi alma que el traje de Corso es obra de Malfoy, y al revés, -y soltó otra carcajada al ver las caras de los dos magos- han leído demasiados libros….
Y por supuesto este….sofisticado- decía mientras tironeaba mi camisa desgarrada- y refinado…traje, asi como el escenario es obra mía asi que chicos, es hora de pagar….

Sin mediar palabras, los tres nos acercamos a Sirius, que solo sonreía, oí a Corso murmurar el hechizo que hizo que las alas de Sirius cayeran al piso, mientras yo lo tomaba por el cuello besándolo apasionadamente, lo hice recostarse en el piso, quedando el boca arriba y yo sentado encima de el, pero al parecer Santinno tenia otros planes, ya que con otro hechizo, le libero de todo atuendo,
Era un tanto incomodo maniobrar con tanta gente, y de alguna manera quería como protegerlo, no quería que le hicieran nada, pero al ver su cara de placer al sentir las expertas manos de Lucius recorrer su pecho tuve que evitar cualquier intervención y me retire un poco.

Esto fue aprovechado por Corso que empezó a besar su abdomen, casi encaramado encima de el animago, bajando hasta apresar su erección en la boca, mientras Lucius se había ido a mi encuentro besándome con la misma furia que siempre lo había hecho, llevándome de regreso a la época en la que todo era nuevo y excitante para nosotros.
Pare este beso, era raro ver a mi actual pareja en brazos de alguien mas mientras yo me besaba con mi antiguo amante, Lucius al percibir mi desconcierto se detuvo y susurro a mi oído
-Ahora no es momento para ponerse a filosofar, por esta vez solo siente, recuerda que esta es nuestra despedida.
Un poco avergonzado por mi comportamiento seguí las caricias de Lucius mientras este se tumbaba encima de mí
El mundo dejo de tener sentido para mi, hasta que una mano tomo la mía y abrí los ojos para ver la enorme sonrisa el animago, que ahora empalaba a Corso, mientras Lucius tomaba en sus manos la erección del italiano, .Pude ver como Sirius cerraba los ojos en el momento en que se derramaba dentro del italiano que por su parte termino en la mano de Lucius.
El rubio se acerco a mi oreja otra vez para susurrarme con demoníaca inocencia al oído
-No te preocupes, nadie ha tocado a tu niño, te pertenece por completo- dijo al tiempo que se hacia a un lado junto con Santinno que al parecer quería satisfacer las necesidades de Lucius

Sirius se acerco a mí, gateando sensualmente por el piso que parecía de piedra pero se sentía más suave que cojines, sin aliento, simplemente le deje hacer.
Se sentó encima mío, mientras se inclinaba para besarme con una ternura que había faltado en toda la noche, tocando suavemente mi boca, mis mejillas mientras con sus manos retiraba el cabello de mi cara
-Severus-¿quieres que te cuente algo'
-Lo que quieras, niño mío
-¿quieres saber por que esta fantasía?
-Dímelo- dije al tiempo que metía mis manos en su cabello sedoso
-He tenido este sueño, desde hace mucho tiempo, de ser tomado en un castillo viejo, por alguien a quien no le veía el rostro, pero sabia que lo quería, que deseaba con todas mis fuerzas estar con esa persona, mientras la luna llena alumbraba nuestro encuentro, por largo tiempo pensé que nunca lo cumpliría, pero ahora se que al fin te encontré
-¿Yo?
-Si tu eras y siempre has sido, tu pelo, tus manos, tus brazos –decía mientras recorría suavemente lo que iba nombrando- todo tu siempre has sido
Incapaz de decir nada mas, solo murmure- mi niño-mientras besaba esos labios rojos vino.
Sin mediar otra palabra, beso mis dedos y se los introdujo a la boca, para después guiarlos a su entrada, asi que mientras con una mano lo preparaba con la otra lo estimulaba lentamente, como si no hubiera prisa de ninguna clase; Sirius mientras mantenía sus manos en mi torso, torturando suavemente mis pezones, haciendo gemir

Cuando parecía que estaba listo, lo tome por las delgadas caderas, para bajarlo lentamente sobre mi. Sirius solo cerro los ojos tratando de relajarse, aunque sus uñas en mi pecho me daban una buena idea de lo que estaba sintiendo
Finalmente, al parecer roce el punto exacto ya que empezó a moverse circularmente, haciendo que pronto llegara al límite.
Incremente la velocidad en mi otra mano, tratando de hacer que llegara primero que yo, y asi fue, ya que se derramo sobre mi abdomen y mi mano para segundos después seguirlo yo.

Se tiro a un lado mío, y cerro sus ojos, al parecer agotado por la noche. De pronto, la habitación volvió a ser una normal y nos hayamos tirados en una mullida alfombra azul, voltee a ver a mi alrededor y solo vi a Lucius recostado sobre unos almohadones negros, pero ni rastro de Santinno

Limpie a Sirius con mi varita que encontré por ahí tirada, y aparecí una sabana para cobijarlo, el solo se dio vuelta y siguió durmiendo, a lo lejos pude ver un balcón y ahí me dirigí.
Había sido una noche por demás de diferente.

Continuará…

Bueno, lamento la tardanza, una vez mas, pido disculpas, ustedes saben circunstancias que no se pueden prever, espero les haya gustado el capitulo, recibo jitomatazos, rechiflas y aplausos, así que dejen reviews, ya que es la primera vez que hago una escena de ese tipo, espero haya quedado aceptable
Besos

Kenny Black

Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden Luciusana
Vampiresa de Lucius Malfoy