Capitulo
12
Halloween (parte II)
Baby,
baby, siento el diablo en mi,
baby, baby, no me hagas
sufrir.
Baby, baby, siento furia en mi,
baby, baby, siento
lumbre por ti.
Hoy, tengo fuego en el cuerpo.
Y soy, mas
caliente que el sol,
y voy, a incendiarte por dentro.
Pues soy,
mas caliente, caliente que el sol.
Fobia- Mas Caliente que
el Sol
Apenas disfrutaba mi bebida,
cuando sentí una mano en mi hombro y una voz suave susurrar en
mi oído (peligrosamente cerca)
-Yojojo, pirata quiero ser,
yojojo a Severus yo me voy a coger
Voltee divertido para toparme
con una de las hermosas visiones que me esperaban esta
noche.
Santinno iba vestido de pirata, un sexy y sonriente pirata,
con unos ajustados pantalones cafés metidos en unas botas del
mismo tono, una camisa ancha blanca que llevaba abierta bajo un
chaleco de piel que acentuaba su figura
Sus ojos resaltaban tras
el delineador negro y su cabello castaño, lo llevaba libre
sobre sus hombros solo retirándolo de la cara por una banda
roja y aun así algunos mechones se escapan a su cara que
mostraba una sonrisa sensual y juguetona
-Vaya, Profesor
Snape- dijo al verme mirándolo- al parecer he causado una
impresión favorable. Pero permíteme decirte Severus- al
tiempo que se acercaba aun más- nunca había visto yo un
domador tan antojable como tu.
Si, yo iba vestido como domador de
circo, con casaca corta roja incluida, pantalones blancos, sombrero
de copa, (y no lo pude evitar) un pequeño látigo.
-Con
gusto podría gruñir por ti- dijo con una picara mirada
y tomándome de la mano, intentando jalarme a la pista agregó-
Vamos Sev, he esperado este momento con ansias.
La música
cambio de ritmo volviéndose un poco más rápido
pero conservando esa cadencia, la voz del cantante era hipnotizante y
se mezclaba a la perfección con el sonido de las
guitarras.
Llegamos al centro de la pista y Corso con una singular
gracia empezó a bailar siguiendo los compases de la música
volteado de espaldas a mi, contoneando las caderas cada vez más
pegadas a mi cuerpo, hasta que irremediablemente seguía el
ritmo que el mandaba mientras sus manos tomaban la mías
haciendo que lo abrazara, sintiendo como se restregaba cual gato
contra mí.
La canción terminó y más
gente seguía acercándose a la pista, pero aun así
no podía ver a Sirius. A pesar de estar prácticamente
al aire libre, sentía como una onda de calor se apoderaba de
mi, intentando remediar eso, me separé un poco de Santinno y
le dije que iba a ir por algo de tomar, él solo sonrió
y siguió bailando como hechizado por la música.
Anduve
entre disfraces de los mas variados, era aun más alucinante
que en el baile pasado, desde veelas hasta cantantes de rock, desde
vampiros y vampiresas hasta tiernas hadas, y como en la ocasión
pasada toda clase de disfraces ridículos de verduras, de
frutas,
La gente abarrotaba todo el observatorio, a pesar de que
habían lanzado varios hechizos agrandadores en este, ya que no
solo era la planta docente de Howgarts sino invitados de todas partes
del mundo; inclusive creí ver a Krum por ahí disfrazado
de duende, a todos los Weasleys, y a muchos más, de hecho a lo
lejos percibí las alas de alguien disfrazado de ángel o
de pajarraco.
Llegue a la mesa de bebidas y apure rápidamente
mi copa (el calor en mi estomago empezaba a subir y eso que solo
había visto a Santinno un poco)
Y ya iba en la segunda
(gracias a Merlín estas eran bebidas normales) cuando Bill se
acerco con su particular sonrisota en la cara
-Severus, te han
estado buscando ¿Dónde estabas?
-Estuve en el baile
de alumnos
-Ohhh, bien entonces…..nada olvídalo
-Dímelo
Weasley
-No, esto tiene que ser una sorpresa, ya luego me lo
agradecerás
Y así se retiro dejándome con la
incógnita.
Ya con el calor que me empezaba a quemar por
dentro un poco controlado, me puse a buscar a Sirius, por que me
causaba mucha curiosidad el disfraz que traería, ya lo
esperaba ver como la vez pasada de vampiro.
En la multitud que
abarrotaba el lugar, intentaba pasar cuando oí cerca de donde
estaba la voz de alguien familiar. Voltee y me encontré con mi
antiguo amante, que iba ataviado cual emperador chino, con una larga
túnica negra, ajustada, con bordados plateados de forma de
dragones que se movían suavemente por efecto de algún
hechizo. Su larga cabellera platinada la llevaba recogida con unos
palillos y por todo adorno en la cara llevaba los ojos sutilmente
delineados de negro acentuando su peligrosa mirada.
-Mi
querido profesor, siempre logras sorprenderme, nunca hubiera
imaginado que ese seria el disfraz que te pondrías esta
noche
-Tendría que decir lo mismo Lucius, te
ves…impresionante
-Gracias, profesor, no podría haber
defraudado a mis fans esta noche- dijo con una sonrisilla
-Lucius,
nunca cambiaras.
-Claro que no, que aburrida seria la vida sin mi
¿no lo crees?- dijo al tiempo que acercaba su mano a mi cara,
apartando un mechón de cabello que se me había venido a
la cara- No tienes idea de cómo esperaba este día, de
alguna manera, esto parece ser el correcto modo de despedirnos ¿no
crees?
-Lucius, yo…
-No digas nada Severus, demasiado hemos
dicho ya antes, por ahora disfruta el momento
Me quede callado sin
decir una palabra, impactado por lo que acababa de decirme hasta que
oí la voz pastosa de McGonagall gritar casi atrás de
mí
-¡¡¡Por Dios Sirius, ¿no que
estabas embarazado!
Voltee inmediatamente al oír ese
comentario, para toparme con algo que me quito el aliento y las
palabras de la boca. Sentí que el mundo se detuvo, y solo el y
yo nos movíamos, a ese grado llegué al ver a Sirius
completamente caracterizado
Si la primera vez que estuvimos juntos pensé que él era mi ángel de luz, hoy iba como ángel de oscuridad. Unos ceñidos pantalones negros de piel de dragón remarcaban la perfección de su cuerpo, contrastando con unas pesadas botas, al parecer del mismo material con múltiples hebillas y cadenas en estas. Llevaba el torso desnudo, sus abdominales perfectamente marcados en su bronceada piel que brillaba por efecto de algún aceite. En las muñecas llevaba por todo adorno unas muñequeras de piel atadas con listones negros que se extendían por sus brazos. El pelo suelto enmarcaba la sonrisa más hermosa que haya podido conocer, sus ojos azules oscuros resplandecían tras un antifaz de algo que aparentaba ser terciopelo negro y por ultimo unas esplendidas e impresionantes alas de plumas negras que nacían directamente de sus omoplatos y llegaban casi hasta sus pantorrillas, que permanecían plegadas a en su espalda y se movían suavemente al ritmo que el caminaba
Caminando lentamente, como
si tuviera el tiempo del mundo se acercó, me tomó del
brazo (este seria el primer gesto publico que tendríamos de
nuestra relación en la escuela) y volteando con una sonrisa
impactante y con la voz alta como para que todo mundo se enterase
respondió
-Claro Minerva, de hecho casi tres
meses.
-Pero…pero….estas...- no necesito completar la frase,
con la cara de asombro al ver el perfecto cuerpo del animago era
suficiente
-Que quieres que te diga, Severus no me deja descansar
ni un día jajajaj
Con eso consiguió que la severa profesora se ruborizara y murmurara algo mientras emprendía la retirada
-Y bien, ¿Qué piensas?- dijo
mientras se hacia para atrás para que lo
admirara
-Yo….Sirius….yo……
-Eso es todo lo que quería
oír - susurro a mi oído mientras sus alas se abrían
y nos envolvían
-¿De donde sacaste esas alas?-
pregunte cuando pude respirar otra vez
-Ohhh… ¿te
gustan?- dijo mientras las movía de atrás para
adelante- Bill me ayudo- y ante mi mueca interrogativa agregó-
esta era la sorpresa, el me ayudo a realizar el hechizo, y también
me consiguió los pantalones de piel de dragón que son
condenadamente difíciles de encontrar.
-Me has dejado sin
palabras, una vez más. Simplemente te ves hermoso mi niño
berrinchudo.
-Gracias Snivy… tu también te ves muy bien-y
protegido por la privacidad que nos daban las alas se pegó mas
a mi abrazándome mientras bajaba las manos por todo mi
trasero, haciendo que empezara mi cuerpo a recuperar el maldito calor
que creía olvidado- Esos pantalones blancos que traes gritan
por ser quitados
-Ejem ejem…-se oyó una vocecilla, por lo
que Sirius abrió sus alas para dejarnos ver lo que pasaba.
-Yo se que no es lo mas correcto y cortes, pero no me importa,
los piratas no somos caballeros y ahora este pirata quiere bailar con
el domador antes de que la noche termine. Así que si me
permite, querido ángel, me lo llevaré a la pista- dijo
Santinno mientras me tomaba otra vez de la mano para arrastrarme a la
pista de baile
Sirius solo puso su cara de berrinche, pero no dijo
nada, así que me deje llevar por el filibustero más
sexy que jamás haya visto y empezamos a bailar una melodía
pegajosa al tiempo que me explicaba el plan que tenían en
mente
- Al fin es Halloween- dijo mientras se me pegaba moviendo
su pelvis al mismo ritmo que la mía
-¿lo esperabas
ansiosamente?
-Desde que te conocí, mi querido Severus,
algo me habían dicho las estrellas de esto pero no había
podido interpretarlo
-Y que haremos ahora?
-Bueno, eso es una
sorpresa, pero no te preocupes por nada, todo saldrá a pedir
de boca.
- ¿y que haremos? ¿Iremos a la sala de
menesteres?
-Mm... yo preferiría un lugar un poco más
privado- murmuro
-¿Ah si? ¿Y donde seria
eso?
-¿Qué? ¿Ya te quieres ir?
De pronto,
le hice girar para dejarlo atrapado en mis brazos y susurre - Yo no
he venido esta noche a jugar, querido amigo, eso déjalo a
algún novato- al tiempo que le dejaba un ligero beso en el
cuello.
La noche seguía aumentando de temperatura, y ninguna bebida podía parar mi creciente excitación. Después de bailar un rato con Santinno, salí en búsqueda de mi ángel negro que estaba sentado cómodamente en unos cojines que estaban esparcidos por el suelo, con sus alitas dobladas atrás de él, por lo que me sorprendió su elasticidad.
-Severus- dijo al tiempo
que se hacia para un lado dejando espacio junto a él
No
pude resistirme más y me tendí a su lado para admirar
de cerca ese rostro que me tenía embobado.
Sirius, apenas
me senté, acercó mi cara junto a la suya, metió
sus manos entre mi cabello, soltándolo y se quedó
jugueteando con un mechón.
Su cara resultaba extremadamente
tentadora y no pudiendo aguantar más le tome la cara por la
barbilla y suavemente, rocé sus labios sintiendo su
respiración agitada y ese aroma único y varonil que
despedía que se mezclaba con el aroma a cuero (de su traje) y
del incienso que estaba esparcido por el lugar.
Solo alcancé
a murmurar un hechizo para que las cortinas se cerraran, dejándonos
en nuestro pequeño oasis, aislado de la multitud de la fiesta.
Cosa innecesaria, por que todo andaban más ebrios que la vez
anterior...
Y empezó ente nosotros un juego de caricias tan
sutiles, que solo hacían que mis sentidos se mejoraran, las
plumas acariciaban lentamente mi piel dándome una sensación
nueva. Los besos continuaban como una suave lluvia, hasta que oí
una voz que cancelaba el hechizo y las cortinas abrieron paso a mi ex
amante
-Siento mucho interrumpirlos compañeros, pero
Santinno ya quiere ir a casa y no seré yo quien se lo niegue,
así que mis hormonales amigos, creo que nuestra hora ha
llegado- y nos aventó una rosa roja- este es el translador que
usaremos- dijo con una sonrisa que conocía demasiado bien-
Corso, es hora de irnos- le grito al pirata, que se acercó con
otra rosa pero de color negro.
-No falta mucho estaremos ahí
en cuestión de 3, 2,1….
Aterrizamos en una
especie de playa rocosa, de donde nacía una escalera amplia,
iluminada por infinidad de velas que dirigían el
camino.
Santinno tomo la mano de Lucius y volteó a vernos,
en ese momento parecía que la situación había
cambiado, el chiquillo indefenso que parecía siempre, había
dado paso a una madurez que se veía diferente en su
rostro.
-Vamos, mis compañeros. Bienvenidos al pallazzo
Corso
-Pero ¿Dónde estamos?- pregunto Sirius
- En
la bella Italia, mi hogar...
Y sin más empezó a
caminar, guiando a Lucius por las escalinatas, por lo que no nos
quedo mas remedio a Sirius y a mí que seguirlos.
La
noche era tibia, adecuada para nuestros propósitos, Sirius
caminaba silencioso, por la enorme escalera.
Al doblar una esquina
pudimos ver la enorme construcción que era el pallazo, enormes
arcos sostenían ventanales que daban al mar, en el interior se
imaginaba un lujo esplendoroso.
Santinno entro por uno de los
ventanales, sosteniendo las cortinas que parecían hechas por
alas de hadas, por lo ligeras y transparentes que se veían,
indicándonos con un gesto que pasáramos.
-por aquí-
dijo al tiempo que abría una gran puerta decorada con motivos
del Renacimiento.
Al pasar dimos a un baño, casi del tamaño
del destinado a los maestros en Howgarts. Contaba con una tina que
parecía una pequeña alberca, cuadros de ángeles
y ninfas que descansaban tiernamente en prados verdes. El techo
estaba encantado para que pareciera que atardecía, por lo que
toda la habitación se pintaba con colores un tanto
rojizos.
Sin decir palabra, Lucius y Santinno empezaron a
abrir los grifos plateados de donde empezó a brotar agua que
rápidamente llenó la bañera. Para esto, Sirius
estaba callado, inusualmente callado, solo moviendo las alas un
poco.
Hasta que Lucius se acercó a el, en silencio empezó
a acariciar lentamente su cara, su cabello, rozando sus labios con la
punta de los dedos. Yo solo oía como la respiración de
Sirius se agitaba y vi como entreabría la boca al contacto
casi inexistente. Lucius metió su dedo dentro de la boca del
animago para ser succionado para después dejar un rastro de su
propia humedad en el torso. Al llegar a los pantalones, Lucius de un
brusco jalón lo acerco a su cuerpo y le planto un beso
violento donde se veía el juego de poder que ambos reclamaban,
tratando de someter al contrario. Mi excitación aumentaba en
tal grado que no me di cuenta cuando Santinno, que ahora solo portaba
su camisa abierta y los pantalones ajustados, se acercaba a mi para
desvestirme desabrochando lentamente cada botón... al momento
de llegar a los pantalones, solo se arrodilló y los bajo junto
con ropa interior, murmurando un hechizo que desapareció todas
la prendas..Sin levantar la vista solo podía sentir como sus
manos recorrían todo mi cuerpo expuesto, de las pantorrillas,
hasta los muslos, cuidando de no rozar mi ya evidente erección,
subiendo por los contornos del torso, y entreteniéndose
dibujando figuras en mi abdomen, de ahí siguió por mi
pecho desnudo, donde pellizcó suavemente los pezones hasta
llegar al cuello y de ahí seguir a mi cara.
Yo estaba completamente inmóvil, solo oía los ruidos que Lucius y Sirius hacían mientras se quitaban las ropas, más de pronto Santinno paro su toque, para voltear con sonrisa traviesa y con ese acento que parece que acaricia las palabras me dijo:
-Seria un gran honor que me acompañaras, Severus - al tiempo que pronunciaba otro hechizo que desvaneció lo que quedaba de sus ropas, y al estar de espaldas me mostró un trasero completamente apetecible. No me hice del rogar y le seguí hasta la tina, llena de burbujas, con un aroma a lavanda y rosas.
Se
metió ágilmente a la tina y como vio que no me decidía
a entrar, me tomo del brazo y me empujo para que cayera justo encima
de el. Sin previo aviso me tomo por el cuello, y empujándome a
una de las orillas, empezó a besarme de manera apasionada con
esa boca sensual suya al tiempo que murmuraba cosas en italiano que
no podía entender
Oí como Sirius y Lucius entraban a
la tina, y al mismo tiempo, aparte de los encarnizados besos de
Santinno, sentí como una mano muy familiar se deslizaba por mi
pecho, rozando mis ya muy sensibles pezones, no pude reprimir un
gemido que tuvo por respuesta las palabras de Lucius
-Nunca
olvidare todo lo que te gustaba, mi antiguo amante - dijo parando el
gesto
Intentando colaborar con todo este remolino de sensaciones,
tome la erección de Santinno por debajo del agua masajeándola
suavemente.
El italiano no se pudo reprimir y solo arqueaba el
cuerpo para atrás, donde Lucius se colocó, para besarlo
mientras yo lo llevaba al borde del orgasmo.
En eso vi justo
a mi lado a Sirius sentado en el borde, con las piernas colgando
hacia dentro, que observaba divertido la escena al tiempo que se
satisfacía a si mismo, su entusiasmo creció tanto que
cerro los ojos, cosa que aproveche para acercarme a él,
dejando a Santinno en manos de Lucius, que ahora le lavaba el cabello
con algún shampoo que olía a fresas.
Centré
mi atención en ese ángel de oscuridad que se sonrojaba
al tiempo que gemía quedito. Al verlo tan desprevenido, le
lancé el hechizo inmovillus, dejando solo libre su
cabeza.
Sirius abrió los ojos entre espantado y
enojado
-Severus ¿Qué haces?
-no, no, no, que es
eso Sirius ¿nunca te dijeron de niño que no había
que ser egoístas? ¿Por qué le niegas el placer
de verte gemir a otros?
-Severus
suéltame¡¡¡
-No
-SEVERUS¡¡¡¡
acercándome
un poco mas, deje de prestar atención a sus quejidos, para
ponerme enfrente de su miembro y con la punta de la lengua lo empecé
a recorrer, al tiempo que Sirius gemía y se intentaba
retorcer
-Sev…verus….suel… ahhhhhh, dios te
digo…mmmmmmmm…..
Metí todo lo que pude en mi boca,
empezando pequeños movimientos de succión que hicieron
que gimiera más alto
-por merlín…. Mas….
pin……maldito…..noooooohhh…asi….
Aceleré el ritmo
hasta que sentí como Sirius se venia en mi boca, llenándome
de su semilla blanca, que callo por mi cuello.
Subí hasta
la altura de su cara, para besarlo al fin, mientras murmuraba el
contrahechizo. Al recuperar el movimiento, lo primero que Sirius hizo
fue ponerme un puñetazo en el hombro para a continuación
con esa agresividad tan suya, para después empujarme y seguir
besándome a un lado de la alberca, envolviendo y acariciando
mi cuerpo con las alas.
Santinno acaba de explotar en manos de
Lucius y mientras recuperaba la respiración el rubio se acerco
a nosotros,
-Creo que conozco otra habitación que sería
más cómoda que esta-
Sirius se levanto, y yo
con el, mientras esperábamos que Santinno saliera finalmente
de la bañera.
Goteando agua, ya que nos e molesto siquiera
en secarse, el italiano tomo la mano que Lucius le ofrecía y
se dirigió a otra puerta que apareció, se detuvo antes
de abrirla y con una mano en manija, volteo hacia nosotros
-Esta
recamara es muy especial, es muy parecida al cuarto de los menesteres
que tienen en Howgarts, pero solo que esta recreará su
fantasía más anhelada, debo advertirles que nunca lo he
probado con tanta gente al mismo tiempo sin ponerse de acuerdo en una
sola idea, pero debe de dar al menos un resultado divertido- concluyó
mientras se disponía a abrir la puerta, pero Sirius, con una
sonrisa perversa volteo a vernos y propuso algo por demás
interesante
-Si mal no entendí, adentro veremos reflejadas
nuestras fantasías, ¿si?
-asi es
-Bueno…por
que no lo hacemos mas divertido
-¿de que hablas niño?-
respondí intrigado
-Hagamos un pequeño concurso, el
que gane, los gana a todos...
- A todos eh?-dijo Lucius con una
mirada anhelante-
-Si, el que adivine que fantasía
pertenece a quien gana a todos
-Me parece muy buena
idea-entremos
Las puertas se abrieron, y un denso humo cubrió
todo, solo sentía como un cosquilleo invadía todo mi
cuerpo, haciéndome estremecer. Lentamente el humo se disperso
para vernos en un extraño lugar, era como el "patio" de un
viejo castillo alumbrado solo por el reflejo de una enorme luna
llena. Las brumas se empezaban a aclarar y vi salir de entre las
sombras a Lucius, vestido como antiguo griego, a Santinno vestido
como árabe, yo por mi parte portaba un atuendo que combinaba
con la escenografía, ropas como del siglo XVIII pero
completamente rajadas
-Bien- dijo Lucius, examinando su toga-
falta uno de nosotros y ya me estoy cansando de estos
juegos-
-jajajajaja- oí la atronadora risa de Sirius,
volteamos hacia el lugar de donde provenía, que era de un
pilar medio derrumbado, solo que él había recuperado
sus ropas anteriores, incluyendo las pesadas botas
-Mis queridos
amigos son tan predecibles, y al parecer mi atuendo de ésta
noche fue un éxito rotundo. Pero hagamos esto corto, no quiero
impacientarlos ¿alguien ya tiene una idea de que pertenece a
quien?
Al ver el silencio que se hizo, Sirius volvió a
carcajearse
-Pensé que se conocerían más, yo
ya tengo mis opciones y creo que seré el ganador
-En
primera,- dijo mientras de un ágil salto bajaba de el
pedestal, planeando con las alas tras el- apostaría mi alma
que el traje de Corso es obra de Malfoy, y al revés, -y soltó
otra carcajada al ver las caras de los dos magos- han leído
demasiados libros….
Y por supuesto este….sofisticado- decía
mientras tironeaba mi camisa desgarrada- y refinado…traje, asi como
el escenario es obra mía asi que chicos, es hora de
pagar….
Sin mediar palabras, los tres nos acercamos a
Sirius, que solo sonreía, oí a Corso murmurar el
hechizo que hizo que las alas de Sirius cayeran al piso, mientras yo
lo tomaba por el cuello besándolo apasionadamente, lo hice
recostarse en el piso, quedando el boca arriba y yo sentado encima de
el, pero al parecer Santinno tenia otros planes, ya que con otro
hechizo, le libero de todo atuendo,
Era un tanto incomodo
maniobrar con tanta gente, y de alguna manera quería como
protegerlo, no quería que le hicieran nada, pero al ver su
cara de placer al sentir las expertas manos de Lucius recorrer su
pecho tuve que evitar cualquier intervención y me retire un
poco.
Esto fue aprovechado por Corso que empezó a besar
su abdomen, casi encaramado encima de el animago, bajando hasta
apresar su erección en la boca, mientras Lucius se había
ido a mi encuentro besándome con la misma furia que siempre lo
había hecho, llevándome de regreso a la época en
la que todo era nuevo y excitante para nosotros.
Pare este beso,
era raro ver a mi actual pareja en brazos de alguien mas mientras yo
me besaba con mi antiguo amante, Lucius al percibir mi desconcierto
se detuvo y susurro a mi oído
-Ahora no es momento para
ponerse a filosofar, por esta vez solo siente, recuerda que esta es
nuestra despedida.
Un poco avergonzado por mi comportamiento seguí
las caricias de Lucius mientras este se tumbaba encima de mí
El mundo dejo de tener sentido para mi, hasta que una mano tomo
la mía y abrí los ojos para ver la enorme sonrisa el
animago, que ahora empalaba a Corso, mientras Lucius tomaba en sus
manos la erección del italiano, .Pude ver como Sirius cerraba
los ojos en el momento en que se derramaba dentro del italiano que
por su parte termino en la mano de Lucius.
El rubio se acerco a mi
oreja otra vez para susurrarme con demoníaca inocencia al
oído
-No te preocupes, nadie ha tocado a tu niño, te
pertenece por completo- dijo al tiempo que se hacia a un lado junto
con Santinno que al parecer quería satisfacer las necesidades
de Lucius
Sirius se acerco a mí, gateando sensualmente
por el piso que parecía de piedra pero se sentía más
suave que cojines, sin aliento, simplemente le deje hacer.
Se
sentó encima mío, mientras se inclinaba para besarme
con una ternura que había faltado en toda la noche, tocando
suavemente mi boca, mis mejillas mientras con sus manos retiraba el
cabello de mi cara
-Severus-¿quieres que te cuente
algo'
-Lo que quieras, niño mío
-¿quieres
saber por que esta fantasía?
-Dímelo- dije al tiempo
que metía mis manos en su cabello sedoso
-He tenido este
sueño, desde hace mucho tiempo, de ser tomado en un castillo
viejo, por alguien a quien no le veía el rostro, pero sabia
que lo quería, que deseaba con todas mis fuerzas estar con esa
persona, mientras la luna llena alumbraba nuestro encuentro, por
largo tiempo pensé que nunca lo cumpliría, pero ahora
se que al fin te encontré
-¿Yo?
-Si tu eras y
siempre has sido, tu pelo, tus manos, tus brazos –decía
mientras recorría suavemente lo que iba nombrando- todo tu
siempre has sido
Incapaz de decir nada mas, solo murmure- mi
niño-mientras besaba esos labios rojos vino.
Sin mediar
otra palabra, beso mis dedos y se los introdujo a la boca, para
después guiarlos a su entrada, asi que mientras con una mano
lo preparaba con la otra lo estimulaba lentamente, como si no hubiera
prisa de ninguna clase; Sirius mientras mantenía sus manos en
mi torso, torturando suavemente mis pezones, haciendo gemir
Cuando
parecía que estaba listo, lo tome por las delgadas caderas,
para bajarlo lentamente sobre mi. Sirius solo cerro los ojos tratando
de relajarse, aunque sus uñas en mi pecho me daban una buena
idea de lo que estaba sintiendo
Finalmente, al parecer roce el
punto exacto ya que empezó a moverse circularmente, haciendo
que pronto llegara al límite.
Incremente la velocidad en mi
otra mano, tratando de hacer que llegara primero que yo, y asi fue,
ya que se derramo sobre mi abdomen y mi mano para segundos después
seguirlo yo.
Se tiro a un lado mío, y cerro sus ojos, al parecer agotado por la noche. De pronto, la habitación volvió a ser una normal y nos hayamos tirados en una mullida alfombra azul, voltee a ver a mi alrededor y solo vi a Lucius recostado sobre unos almohadones negros, pero ni rastro de Santinno
Limpie a Sirius con mi varita que encontré por
ahí tirada, y aparecí una sabana para cobijarlo, el
solo se dio vuelta y siguió durmiendo, a lo lejos pude ver un
balcón y ahí me dirigí.
Había sido una
noche por demás de diferente.
Continuará…
Bueno,
lamento la tardanza, una vez mas, pido disculpas, ustedes saben
circunstancias que no se pueden prever, espero les haya gustado el
capitulo, recibo jitomatazos, rechiflas y aplausos, así que
dejen reviews, ya que es la primera vez que hago una escena de ese
tipo, espero haya quedado aceptable
Besos
Kenny Black
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la
Orden Luciusana
Vampiresa de Lucius Malfoy
