Capitulo Diecisiete.

PALABRAS EQUIVOCADAS.
Hermione estaba sentada junto a Ron en la mesa de Griffindor, estaban cenando en el gran comedor. Cada cierto tiempo Hermione miraba hacia las puertas de entrada, para ver si aparecían Harry y Ginny, se imaginaba que ya para ese momento debían de haber hablado y de seguro ya estarían comprometidos. Sin embargo su emoción se disipo cuando vio entrar a Harry solo y recién bañado. Tenia la mirada triste y no pronuncio palabra al sentarse, aunque Seamus le había preguntado algo sobre el entrenamiento de quiddicht. Hermione entendio que algo había pasado, y siguiendo un impulso se paso bruscamente.

-¿Qué pasa Hermi, para donde vas?...pregunto Ron preocupado ante la repentina actitud de Hermione aunque ya estaba acostumbrado.

-Voy un momento a la biblioteca...dijo Hermione saliendo rápidamente del gran comedor.

Harry la vio alejarse. Seguro iría en busca de Ginny. Luego de cambiarse, Harry pensó que encontraría a Ginny en la sala común, pero al no verla un sentimiento de culpa lo invadió. Estuvo tentado de ir a buscarla. Pero quizás era mejor no forzar otro encuentro.
Hermione comenzó a subir las escaleras para tomar luego el pasillo hacia la torre de Griffindors, pero al pasar por una ventana y escuchar el estruendo de un trueno, pensó que quizás Ginny estaba afuera, bajo lo lluvia.
Tomo su capa y salió fuera del castillo. Fue hasta el campo de quiddicht, busco en los vestuarios, en las áreas cercanas, su preocupación iba en aumento al bordear el lago y no encontrar señales de Ginny. Se detuvo en el centro de uno de los patios laterales del castillo, donde solían aguardar los alumnos durante los recreos, para pensar donde podía buscar. "Ginny, por Dios, donde te metiste...oh Harry eres un idiota.", pensó Hermione quien ya estaba empapada. Camino hacia el campo de entrenamiento de vuelo. Aunque solo era frecuentado por alumnos de primero y segundo, era el único sitio donde uno podía esconderse si no quería ser encontrado. Para su alivio, había encontrado a Ginny. Estaba sentada en un banco con la mirada fija en el suelo.

-Ginny, Ginny...grito Hermione mientras corría hacia ella.

Ginny levanto su rostro. Estaba empapada. Aun vestía su túnica de quiddicht y su mochila descansaba a su lado en el suelo.

-Ginny que paso, por qué estas aquí, bajo este torrencial aguacero?...dijo Hermione abriendo la mochila y sacando una túnica para cubrir a Ginny con ella.

-No me quiere...no me quiere...dijo Ginny con un hilo de voz.

-Eso no importa ahora, luego me cuentas, vente, te vas a enfermar...dijo Hermione tomándola del brazo y obligándola a caminar hacia el castillo.

-Por qué?...por qué no puede amarme?...acaso soy tan poca cosa...dijo Ginny comenzando a llorar nuevamente.

-No digas eso. Tu eres una persona maravillosa. Si Harry es un idiota y no se da cuenta, es su problema; muchos chicos darían lo que fuera porque tu te fijaras en ellos...dijo Hermione arrastrando a Ginny por el suelo empantanado.

"Draco piensa igual",pensó Ginny, recordando las palabras de Malfoy.

Hermione no podía con Ginny, quien se encontraba débil y no lograba mantenerse en pie. Miro hacia la cabaña de Hagrid, que quedaba a pocos metros, más cerca que el castillo. Haciendo un gran esfuerzo, Hermione ayudo como pudo a Ginny a llegar hasta allí. El bondadoso rostro de Hagrid apareció detrás de la enorme puerta.

-¡Chicas, hola que alegría verlas!. ¿Como salen con este tiempo? ¿pero que pasa?...dijo mientras su alegría se transformaba en asombro al ver aquella escena: Hermione y Ginny estaban empapadas de agua y llenas de barro. Ginny parecía apunto de desmayarse.

-No entiendo Hermione, que ha pasado, por que están así tan mojadas?...pregunto Hagrid muy preocupado mientras cargaba a Ginny y la colocaba sobre su enorme cama...y por qué Ginny esta tan débil y tan pálida?

-Estaba en el entrenamiento de quiddicht, me imagino que trato de regresar al castillo, bajo esta tempestad, pero se retraso. Yo salí a buscarla...dijo Hermione de forma brusca, ya que no le parecía apropiado en ese momento explicar lo que realmente había sucedido.

Ginny temblaba bajo la gruesa manta con que la había envuelto Hagrid. Por su mirada, Hermione comprendió que no le había creído. Sin embargo no pregunto nada más. Se acerco a Ginny y tocando su frente dijo

-Hay que llevarla al castillo, a la enfermería con Madame Ponfey, tiene calentura.

Hagrid la tomo entre sus brazos y junto a Hermione se dirigieron al Castillo.

Varios días paso Ginny en la enfermería, bajo los cuidados de Madame Ponfey. Ron no sabia lo que había pasado en realidad, por pedido de Ginny, Hermione le había contado una versión parecida a la que le había dicho a Hagrid. Fueron a visitarla en varias oportunidades. Harry había luchado consigo mismo ante la idea de ir a verla, ya que se sentía culpable. El día que había resuelto ir, Hermione le había dicho que Ginny no quería verlo.

-Déjala tranquila Harry, ya tu tomaste una decisión. No la molestes. Solo vas a confundirla más. Si no la amas déjala en paz...dijo Hermione molesta.

-Para ti es muy fácil formar conjeturas sin saber...dijo Harry con tono airado, ante la actitud arrogante y sabihonda de Hermione.

-Yo solo se que ella te declaro sus sentimientos y tu la despreciaste diciéndole que no la amabas...dijo Hermione aun más molesta.

-Fui sincero...dijo Harry bajando el tono de voz. Hermione se dio cuenta que mentir no era su fuerte. Pero no entendía porque Harry se empeñaba en negar sus verdaderos sentimientos.

Ginny había recibido varias tarjetas deseándole un rápido alivio. Entre ellas una de Malfoy, que había llegado al día siguiente. La invitaba además a Hogsmeade, cuyo permiso para asistir se acercaba. Estuvo tentada a romperla, aunque un extraño sentimiento se lo impidió. Pero estaba segura que no iría con el a ninguna parte.

Harry ya había comenzado sus clases extras con Dumbledore y Lupin. Era muy diferente recibir lecciones de Oclumancia por parte del director. En su tercera sección ya había logrado impedir la penetración en su mente y en sus pensamientos.
Por su parte Lupin era tan didáctico como siempre. Ya Harry había entendido eso de la manipulación inconsciente. Era como lo que le había explicado Hermione.
Los días pasaron rápidamente. El primer partido de la temporada de quiddicht se acercaba y Harry había intensificado los entrenamientos. Ginny estaba muy distante, escuchaba al igual que el resto del equipo sus sugerencias, pero sin mediar palabra con el.
Mientras Ginny recogía sus cosas para marcharse al castillo, luego de finalizado el entrenamiento, Harry no pudo evitar mirarla, sin prestar atención a lo que acontecía a su alrededor. Harry se sentía triste, cada día que pasaba se percataba más de la presencia de Ginny: en los pasillos, en la sal común, en la biblioteca, en el gran comedor y por supuesto durante los entrenamientos. Nunca antes había observado su elegante caminar, sus finos modales en la mesa, su hermosa sonrisa y lo impactante de sus ojos castaños y de su hermosa cabellera roja. Cada día se encontraba más enamorado. No entendía como había estado tan ciego, tan indiferente. Pero ahora era tarde para lamentaciones. El la había rechazado y para ese momento ya no estaba tan seguro de si soportaría tenerla tan cerca, y ni siquiera poder disfrutar de su dulce trato. Sin embargo no podía retractarse de su decisión, había sido la más adecuada. Tarde o temprano se enfrentaría a Voldemort y mientras más lejos estuviera de el mejor, así no sufriría un ataque de los mortifagos o de Voldemort como le había ocurrido hacia ya cuatro años.
Ginny sentía la intensa mirada de Harry. No quería encontrarse con esos ojos verdes. Así que lo ignoro y salió de los vestidores.
Harry la siguió sin comprender porque lo hacia.
Los que estaban presentes en los vestidores, se percataron de lo sucedido. Se miraron a las caras, ya que Harry había dejado con la palabra en la boca a Colin, quien le había comenzado a preguntar sobre la nueva jugada que habían practicado esa tarde. Ron sonrió, tomo su mochila y les sugiero a sus compañeros que regresaran al castillo. Cuando Hermione llego a buscarlo, el le comento la actitud de Harry

-Me parece que Harry por fin se decidió...dijo Ron sonriendo

Hermione no respondió. Hizo un movimiento negativo con su cabeza. No estaba segura si contarle la verdad a Ron, pero de lo que si estaba segura era que no había sido buena idea de Harry irse detrás de Ginny, esta aún estaba dolida y luego de la conversación que habían tenido, seguro que Ginny lo rechazaría.

-Por qué tienes esa cara? Acaso no te gusta la idea?...pregunto Ron frunciendo el seño, deteniéndose.

-Ron, no te hagas ilusiones...dijo Hermione escuetamente, tratando de continuar el regreso al castillo

-Pero si esta claro que esos dos se gustan, que más van a esperar...dijo Ron impaciente.

-Las cosas a veces no son tan sencillas, como tu crees...dijo Hermione tristemente.

-Que sabes tu que yo no se? Me molesta cuando tomas esta actitud...dijo Ron comenzándose a molestar.

-Pregúntale a Harry o a Ginny. No soy yo la indicada para contarte...dijo Hermione caminando lentamente, dejando a Ron atrás, quien no entendía lo que pasaba.

Ginny había llegado al vestíbulo del castillo, hacia rato que se había percatado de que Harry la seguía. Se sentía nerviosa. Inconscientemente había reducido la velocidad de su caminar. Comenzó a subir las escaleras. Harry se detuvo en la entrada vio como Ginny se alejaba lentamente, dudo por un momento, pero corrió y la tomo delicadamente, por un brazo. Ella voltio, suavemente se soltó de Harry.

-Ginny, necesito hablar contigo...dijo Harry casi como una suplica.

-Tengo prisa...dijo Ginny tratando de sonar molesta. Pero no lo consiguió.

-Solo te quitare unos minutos...dijo Harry tomándola de la mano y conduciéndola a un pasillo que llevaba a las mazmorras...Ginny no quiero que dejemos de ser amigos.

Ginny miro perpleja a Harry, parpadeo varias veces como tratando de entender las palabras de Harry.

-Cuando hemos sido amigos?...pregunto Ginny esta vez un poco molesta. No era lo que estaba esperando.
-Ginny por favor no me hagas las cosas más difíciles...dijo Harry seriamente.

-Que, esto es insólito. Te abrí mi corazón y tu me rechazaste y resulta que ahora yo te hago las cosas difíciles...dijo Ginny subiendo el tono de voz.

Harry comprendió que las cosas no estaban saliendo bien.

-Lo que quiero decir, es que no entiendo tu actitud hacia mi. Yo fui sincero contigo. No tienes porque tratarme con tanta indiferencia...dijo Harry pausadamente, aunque aquellas no eran las palabras que el quería decirle. Una voz retumbaba en su mente: "Dile que la amas"

-No entiendes mi actitud?. Es una lastima que no logres entender mis sentimientos...dijo Ginny tratando de sonar tranquila, aunque sentía que sus ojos se nublaban por las lagrimas que trataban de salir.

-Yo te aprecio mucho...dijo Harry acercándose a ella.

-No es tu aprecio lo que quiero...dijo Ginny alejándose en dirección contraria...y gracias por tu sinceridad.

Harry cerro los ojos. Había metido la pata. Su torpeza era incalculable. Un vació inundo su corazón. Las posibilidades de que Ginny volviera a ser la misma o al menos más agradable con el se habían esfumado. "Quizás algún día me entiendas", pero Harry dolorosamente. Al abrir los ojos nuevamente Ginny ya no estaba. Se había ido del pasillo, de la misma forma que ahora lo hacia de su vida.

Las lagrimas mojaban nuevamente sus mejillas, pero Ginny se frotaba frenéticamente los ojos, no quería llorar, se había prometido no llorar más. Una extraña fuerza la invadió, repentinamente las lagrimas cesaron, logrando darse cuenta, que se había perdido. Estaba en las mazmorras, pero no era cerca del salon de Pociones. No tenia idea de donde estaba. Escucho unas voces.

-Draco, últimamente estas muy distante, que te pasa?...dijo la voz de una chica que Ginny reconoció como la de una chica de Slytherin.

Asustada ante la idea de ser descubierta en ese pasillo, corrió y se escondió detrás de la estatua de un mago. Vio que por el pasillo venia Draco con la pandilla de Slytherin que siempre le pisaban los talones.

-Entiendo que el hecho de que tu padre este en Azkaban, te hace sentir mal, pero tu sabes que el Señor Oscuro lograra que salga.

Malfoy no contestaba nada, tenia la miraba perdida. Sus ojos grises brillaban. Era como si estuviera concentrado en algo.

-Lo que pasa es que Draco se esta...comenzó a decir Crave

-Cállate...dijo Malfoy bruscamente.

En ese momento apareció Snape, salido de alguna parte.

-Buenas tardes...dijo Snape con su habitual tono frió.

-Buenas tardes señor...respondieron al unísono.

-Me preguntaba Draco, como van los entrenamientos...dijo Snape clavando sus fríos ojos negros en los grises de Malfoy.

-Van bien...dijo Malfoy arrastrando las palabras

-Espero que no hallan otras cosas en tu mente que te hagan olvidar tu papel de entrenador. Este año hay que ganar la copa. Estaré muy triste si Potter logra una nueva victoria para Griffindors...dijo Snape encarando a Malfoy quien también lo miraba con una frialdad incomprensible.

-Tal vez Potter pierda este año muchas cosas, aparte de la copa de quiddicht...dijo Malfoy mirando hacia donde estaba oculta Ginny.

Snape miro con cautela hacia donde miraba Malfoy. Entrecerró sus ojos y frunció el entrecejo. Ginny sentía que sus latidos se había triplicado. Que diría si era descubierta. Como Malfoy sabia que ella estaba allí.

-Es bueno oír que aun conservas ese espíritu deportivo...dijo Snape dándose la vuelta. Los demás Slytherin emprendieron el camino hacia otro pasillo, una vez que Snape había desaparecido escaleras arriba. Malfoy se retraso.

-Que pasa Draco, no vienes?

-Se me quedo algo en la sala común, luego los alcanzo en el gran comedor...dijo Malfoy caminando en dirección contraria a sus amigos.

Ginny respiro hondo. No la habían descubierto, dejo su escondite lentamente cuando una voz la asusto.

-Que agradable sorpresa...dijo Malfoy

Ginny se sintió paralizada, quería emprender la huida pero no podía. Malfoy le tomo la mano y se la beso. Ginny no lograba encontrar la fuerza necesaria para resistirse, pero una duda le inquieto, acaso no podía o no quería. Malfoy le sonrió y su corazón volvió a latir un poco más rápido.

-Como has estado? Te ves muy bien como siempre. Me preguntaba si recibiste mi invitación a Hogsmeade?...dijo Malfoy arrastrando nuevamente las palabras.

-Si...dijo Ginny a quien las palabras se le atropellaban en la garganta.

-Entonces cual es tu respuesta, será que aceptas acompañarme?...dijo Malfoy acercando su rostro lentamente al de Ginny.

Ginny podía verse reflejada en esos profundos ojos grises. Sintió que de la pálida piel del rostro de Malfoy se desprendía un extraño frió que invadió cada fibra de la piel de Ginny, pero la palidez de Malfoy cambio a un color rosa muy tenue.
Por primera vez el desvió la mirada y Ginny noto que volvía su temperatura corporal, observo como el rostro de Malfoy adquiría nuevamente su palidez. Malfoy se veía incomodo. Se separaron, Ginny comprendió que había pasado algo entre los dos.
Quedaron en silencio por varios minutos. Malfoy había perdido su altivez, no lograba mirar nuevamente a Ginny a los ojos. Ella temiendo que otra cosa extraña pasara, comenzó a alejarse. Malfoy dijo con un tono de voz diferente

-Nos vemos cerca de la estación del tren?

Ginny no contesto. Apresuro el paso y al cruzar una esquina, corrió y no se detuvo hasta llegar a su dormitorio en la torre de Gryffindor..