Capitulo Veintiuno

PODERES DE UN ELFO DOMESTICO

-Me mentiste!...dijo Hermione con tono de reproche

Estaban a la sombra del árbol ubicado al lado del lago, donde siempre se reunían Harry, Ron y Hermione a estudiar.
Ginny tenia la mirada triste y clavada en el suelo, no se atrevía a mirar a su amiga

-Yo sabia que algo raro te estaba pasando con Malfoy, que algo estabas ocultando, pero jamás me imagine...esto...dijo Hermione con lagrimas en los ojos.

Ginny levanto la mirada y la dirigió hacia el campo de quidditch donde minutos antes había cometido una equivocación.
Todavía no entendía porque lo había hecho. Porque había ido a abrazar a Malfoy, cuando ella también ayudo a bajar a Harry y estaba preocupada por el. Pero cuando miro a Malfoy, una vez más se sintió dominada y cuando reacciono estaba en sus brazos. Sintió un jalón en su brazo izquierdo.

-Ginny, te estoy hablando. Mírame, que te pasa?...dijo Hermione mientras zarandeaba a Ginny por un brazo.

-No se, no se, déjame...dijo Ginny aturdida.

-No. Tienes que entrar en razón. Malfoy te tiene hechizada con Artes Oscuras, ¿es que no te das cuenta?...dijo Hermione alzando el tono de voz

Ginny abrió los ojos y miro a Hermione, esa idea ya se le había pasado un par de veces por la cabeza, pero ella sabia que algunas veces había obrado por su propia voluntad; y además no era tan débil, tan estúpida para dejarse dominar por segunda vez.
-No Hermione te equivocas. Draco no me ha obligado a nada

-Y piensas que voy a creerte?...dijo Hermione sorprendida de escuchar a Ginny llamar a Malfoy por su nombre

-He conocido mejor a Draco, tal vez tiene muchos defectos, pero también tiene cosas buenas, estoy comenzando a verlo de otra forma...dijo Ginny con tono alegre tratando de suavizar la discusión.

-Que Malfoy tiene cosas buenas, Ginny ha insultado a tu familia hasta el cansancio, el año pasado compuso, junto con su pandilla, una horrible canción para burlarse de tu hermano, acaso no lo recuerdas?...dijo Hermione cada vez más impaciente...Hace unas cuantas semanas, llorabas por los rincones porque Harry dijo no corresponder a tu amor y ahora resulta que estas comprometida con Malfoy. Te agradezco me expliques ¿por qué no te entiendo?

Ginny tampoco entendía. No entendía como se había metido en este lió. Sin embargo una voz interna le dijo: "claro que lo sabes, lo hiciste para olvidar a Harry y quizás para vengarte de el". "No, no, no fue por eso", pensó Ginny tratando de justificarse a si misma.
Hermione estaba furiosa. La actitud de Ginny era tan infantil. Estaba como en otro mundo. Realmente Malfoy la había hechizado, porque así no se comportaba la Ginny que ella conocía.

-Hermione, te agradezco tu preocupación, pero yo sola me metí en esto, yo sola sabré cuando salirme, si es que quiero salirme...dijo Ginny dejando a Hermione sola bajo la sombra del árbol, sin poder entender sus palabras.

En el castillo, solo Lupin se había quedando acompañando a Harry y a Ron, mientras esperaban afuera del despacho de Dumbledore. Snape se había marchado junto con Malfoy cuando este había salido de su charla con Dumbledore y con su porte altanero había encarado a Harry y a Ron quienes no se amilanaron, pero ninguno movió ni un músculo ante la presencia de los profesores.
Hagrid había regresado a sus labores y la profesora McGonagall también se había marchado no sin antes decirle a Harry, con cara de pocos amigos, que lo esperaría el Lunes a las 6 de la tarde en su despacho.
Ron entro muy nervioso, era la primera vez que tendría una conversación privada con el director.

-Siéntese señor Weasley...dijo Dumbledore desde su asiento detrás del escritorio...he querido darle la oportunidad de exponer su defensa ante lo que ha pasado este día.

Ron se estrujaba las manos, sentía sus orejas calientes. Trajo fuerte y comenzó su defensa.

-Se señor director que lo que hice no estuvo bien. Pero Malfoy desde hace mucho tiempo se lo había estado buscando.

-Continua Ron, continua...dijo Dumbledore como un tío que escucha a su sobrino favorito.

-Usted deber saber como el se ha expresado siempre de mi familia. Siempre ha tratado de perjudicarnos a Harry y a mi. A Hermione la ha llamado sangre su...usted sabe, como le dicen a los hijos de muggles. Hoy le hecho una maldición a Harry para que no agarrara la snitch, de eso estoy seguro y por supuesto algo le ha hecho a mi hermana...

-Esta bien Ron. Aunque como director de este colegio no puedo aceptar su comportamiento, como hombre puedo entender sus argumentos y como debe sentirse. Sin embargo a otro incidente como este y tendré que expulsarlo, aunque su padre sea el ministro de Magia. Pero quiero darle un consejo, hay otras formas de dañar al hombre sin necesidad de usar, lo que los muggles llaman: "la fuerza bruta"...dijo Dumbledore guiñándole un ojo...bueno señor Weasley puede retirarse.

Ron se sintió aliviado, pero sabia que la próxima vez que viera a Malfoy tocando a Ginny, le volvería a romper la cara.

Harry entro al despacho lentamente, sin muchas ganas de estar allí. Quería estar solo. Sus sentimientos estaban hechos un torbellino.

-Siéntate Harry...dijo Dumbledore señalando el asiento frente a su escritorio

-No gracias, estoy bien así...dijo Harry con tono molesto.

-Por favor Harry, siéntate...dijo Dumbledore no como un pedido sino como una orden aunque sutilmente.

Pero Harry no lo hizo. Se sentía agotado. Sin animo de dar explicaciones.

-Quiero entender porque actuaste de la manera en que lo hiciste hoy. Quiero que tu me expliques tus razones...dijo Dumbledore tratando de ser compresivo.

-No tengo nada que explicar, hice lo que tenia que hacer...dijo Harry cansinamente.

-Atacar a una persona indefensa, tirada en el suelo sin su varita, te parece un acto digno de un mago honrado?... pregunto Dumbledore amablemente.

Harry sintió una puntada de remordimiento al pensar que, si hubiese podido, hubiese invocado el Aveda-kedabra cuando Malfoy yacía en el suelo.

-Pero el me ataco arriba en el aire, para que no atrapara la snitch y usted lo sabe...dijo Harry molesto

-No lo niego, pero no vas a actuar de la misma forma que Malfoy actúa, tu no eres así.

-Ya no se ni como soy...dijo Harry tristemente.

-Harry, se que hoy paso algo que tu no esperabas, y que te ha dolido. Pero hay cosas sobre las que uno no tiene dominio y que uno debe aprender a aceptar...dijo Dumbledore con un tono de voz suave que hizo que cada fibra del cerebro de Harry se relajara.

Harry tomo asiento. El sabia a que se refería Dumbledore. Realmente la actitud de Ginny le había dolido más que el haber perdido el partido.

-Harry, cuando uno es un niño quiere crecer rápido, quiere entender todo, vivir todo rápidamente y que los adultos te traten como un igual. Pero cuando uno crece y debe asumir las responsabilidades de la vida adulta se rebela, piensa que la realidad es muy dura y fuerte, que no era lo que uno quería o imaginaba. Tu en tus cortos años has vivido muchas cosas y como te he dicho muchas veces, las has asumido como todo un hombre, pero a veces las cosas del amor no se entienden ni como niño, ni como adulto...para ti ha sido muy difícil...sobre todo sin el amor de una madre y los consejos de un padre...luego Sirius llego a tu vida y se fue tan rápido...y todos solo hemos pensado siempre en tu seguridad, en tu educación y se nos han olvidado otras cosas.

Harry miro a Dumbledore, y de pronto toda la admiración que aquel hombre, con sus cabellos y barba blanca, sus lentes de media luna y su cálidos ojos azules, le inspiraba desde el día que lo había conocido, estallaron en su corazón. Recordó como había destrozado esa habitación el día que Sirius había muerto, y como Dumbledore se había comportado y sintió vergüenza de su inmadures.

-Lo siento. Siento causar tantos problemas...dijo Harry mirando a su director quien le miraba con una tierna sonrisa en sus labios.

-No Harry, no te disculpes. Asume tus sentimientos y actúa conforme te dicte tu conciencia, yo solo te aconsejo que nunca dejes de ser Harry Potter.

Dumbledore se levanto. Harry entendió que la conversación había terminado. Pero una duda surgió en su mente y no dudo en expresarla.

-Por qué usted acepto a Draco Malfoy este año, si su padre esta preso por Mortifago, al igual que otros de Slytherin?. Además por qué sigue aquí, si es obvio que es un espía de Voldemort?

-Tengo mis razones Harry...dijo Dumbledore amablemente.

De regreso a la sala común, todos estaban muy tristes por el resultado del partido. Ron y Hermione estaban sentados en un rincón, ella le había contado su conversación con Ginny y las sospechas que había tenido sobre ella y Malfoy. Harry se acerco a ellos y vio que Ron estaba muy molesto y ya se imaginaba la causa.

-Como Ginny puede actuar de esa manera?...dijo Ron dando un puñetazo en el sillón.

-Tranquilo Ron, con esa actitud no resolvemos nada, ella dice que Malfoy no la ha obligado y se niega a aceptar que el ha estado usando Artes Oscuras sobre ella...dijo Hermione acariciando el brazo de Ron para calmarlo.

-Eso es culpa tuya Harry, si hubieses hablado con ella, nada de esto estuviera pasando...dijo Ron con tono molesto.

Harry lo miro, aunque le sorprendió la acusación de Ron, en el fondo quizás el tenia razón. Pero no tenia animo de iniciar una controversia. Se levanto del asiento y sin hacer caso de las caras de asombro de sus amigos se dirigió al dormitorio.
A media noche, en vista de que no podía conciliar en el sueño, decidió bajar a la sala común y sentarse frente al fuego. Se sentó en su butaca favorita. Sobre su regazo coloco el álbum de fotos familiares que Hagrid le había regalado hacia más de cinco años. Fue pasando lentamente cada pagina, donde veía a su madre, a su padre, a Sirius, su vista se nublo y las fotos comenzaron a llenarse de pequeñas gotas. "Como habría sido mi vida si ellos no hubiesen muerto?", pensó Harry tristemente. Sintió una mano sobre su rodilla derecha que lo desvió de sus pensamientos.

-Harry Potter esta muy triste esta noche. Puede Dobby hacer algo por Harry Potter, señor...dijo el elfo domestico cuyo rostro estaba también mojado por las lagrimas.

-Gracias Dobby, pero no, no hay nada...dijo Harry cerrando de un golpe el álbum de fotos.

-Harry Potter quiere hacer que el pasado se haga presente, ¿no es así señor?...dijo Dobby tímidamente.

-Tal vez lo que quiero es poder cambiar el pasado, pero no puedo hacerlo...dijo Harry suspirando.

-Harry Potter ha sido tan bueno con Dobby, que Dobby siente que debe ayudar a Harry Potter. Tal vez el pasado no puede ser cambiado, pero si puede ser recordado...o visitado...dijo el elfo domestico bajando el tono de voz haciéndola más aguda.

Harry recordó el Pensadero de Dumbledore y el giratiempo que Hermione había usado en el tercer curso para asistir a varias clases al mismo tiempo y que habían utilizado luego para salvar a Sirius y al hipogrifo; como leyendo sus pensamientos Dobby dijo

-No es de la forma que Harry Potter conoce, señor. Hay otra forma, un poco peligrosa, pero Dobby conoce como...dijo el elfo moviendo un poco sus orejas y mirando de reojo a su alrededor como si sospechara que era escuchado.

La chispa de la aventura y de la sed por lo desconocido se encendio nuevamente en su mente. Mirando también a su alrededor atrajo a Dobby hacia el y casi en susurros le dijo

-De que otra forma podemos ir al pasado sino es con un pensadero o con un giratiempo?

-Dobby puede mostrarle a Harry Potter si el quiere, aunque el no sea el señor de Dobby, es su amigo, el que le devolvió la libertad. Dobby puede hacerlo por Harry Potter...dijo el elfo mirando de forma extasiada a Harry.

-Hacer que Dobby, hacer que?...pregunto Harry impaciente

-Hacer el Portal Dimensional. Con el, Harry Potter puede viajar al pasado o al futuro...dijo Dobby con voz de misterio.

Harry respiraba rápidamente, su mente volaba. Podía ir al futuro o al pasado. Podía conocer todo lo que había pasado, podía descubrir porque Voldemort no lo había podido matar y podía saber cual de los dos sobreviviría.

-Pero es peligroso. Harry Potter puede quedar atrapado, no puede intervenir, porque no puede ser visto. Y solo puede ser usado una sola vez.

Harry se sintió un poco desilusionado. Sin embargo podía regresar al pasado y volver a ver a sus padres, a Sirius.

-No importa Dobby, vamos muéstrame ese portal...dijo Harry levantándose de su asiento y tomando a Dobby de la mano.

Sin embargo el elfo no se movió, miro a Harry con sus ojos como pelotas de tenis.

-Que pasa Dobby?...pregunto Harry algo molesto.

Ginny estaba parada al pie de la escalera que conduce a los dormitorios, vestía su pijama y se notaba que ella tampoco podía conciliar el sueño.

-Hola Harry, Hola Dobby...dijo tímidamente.

Harry miro alternativamente a Ginny y a Dobby. No tenia ganas de hablar con Ginny, pero si de ir a donde Dobby lo llevara con tal de ver y atravesar ese portal.

-Es tarde, Dobby debe irse, Harry Potter, señor. Pero un elfo domestico no olvida sus promesas...y dicho eso Dobby desapareció tras un pequeño chasquido de sus dedos.

Harry trato de atrapar a Dobby, pero solo abanico su mano en el aire. Una furia lo invadió, por culpa de Ginny había perdido la oportunidad de ver una vez más a sus padres.
Paso por el lado de Ginny para subir las escaleras, cuando ella lo tomo del brazo.

-Harry no te vallas, quiero hablar contigo.

-Yo no tengo nada que hablar y mucho menos contigo...dijo Harry con furia contenida

-Por favor, tengo que explicarte...comenzó a decir Ginny con voz temblorosa

-A mi no tienes nada que explicarme. Este día vi lo suficiente para entender muchas cosas...dijo Harry soltando su brazo bruscamente y dejando a Ginny sola parada al pie de las escaleras que conducen a los dormitorios. Capitulo Veintiuno